Cayo Mario para niños
Cayo Mario (en latín: Gaius Marius; 158 o 157 a. C.-13 de enero de 86 a. C.), también conocido como Cayo Mario el Viejo, fue un importante general y político de la República romana. Fue elegido cónsul siete veces, un récord para su época, incluyendo cinco veces seguidas entre los años 104 y 100 a. C.
Mario llevó a cabo una importante reorganización del ejército romano. Logró una victoria decisiva en la guerra de Jugurta en el 105 a. C. y derrotó a tribus germánicas que intentaban invadir Italia. Gracias a estos éxitos, se convirtió en uno de los hombres más influyentes de Roma a finales del siglo II a. C.
Después de un tiempo, Mario se alió con Lucio Apuleyo Saturnino, pero luego apoyó al Senado. Tras un periodo de menos actividad, participó en la guerra Social y obtuvo varias victorias. Cuando comenzó la Primera guerra mitridática, Mario intentó tomar el mando, lo que provocó la primera guerra civil en la historia de Roma en el 88 a. C. Fue derrotado por Sila y tuvo que huir de Italia. Sin embargo, regresó al año siguiente y, junto con Lucio Cornelio Cinna, tomó el control de Roma. Este periodo fue de mucha tensión y cambios difíciles. Mario falleció al inicio de su séptimo consulado, en enero del 86 a. C.
Datos para niños Cayo Mario |
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![]() Busto romano de época augústea atribuido tradicionalmente a Cayo Mario
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Cónsul de la República romana | ||
107 a. C.-107 a. C. | ||
Junto con | Lucio Casio Longino | |
Predecesor | Servio Sulpicio Galba Marco Aurelio Escauro |
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Sucesor | Quinto Servilio Cepión Cayo Atilio Serrano |
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104 a. C.-104 a. C. | ||
Junto con | Cayo Flavio Fimbria | |
Predecesor | Publio Rutilio Rufo Cneo Malio Máximo |
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Sucesor | Cayo Mario Lucio Aurelio Orestes |
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103 a. C.-103 a. C. | ||
Junto con | Lucio Aurelio Orestes | |
Predecesor | Cayo Mario Cayo Flavio Fimbria |
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Sucesor | Cayo Mario Quinto Lutacio Cátulo |
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102 a. C.-102 a. C. | ||
Junto con | Quinto Lutacio Cátulo | |
Predecesor | Cayo Mario Lucio Aurelio Orestes |
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Sucesor | Cayo Mario Manio Aquilio |
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101 a. C.-101 a. C. | ||
Junto con | Manio Aquilio | |
Predecesor | Cayo Mario Quinto Lutacio Cátulo |
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Sucesor | Cayo Mario Lucio Valerio Flaco |
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100 a. C.-100 a. C. | ||
Junto con | Lucio Valerio Flaco | |
Predecesor | Cayo Mario Manio Aquilio |
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Sucesor | Marco Antonio el Orador Aulo Postumio Albino |
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86 a. C.-86 a. C. | ||
Junto con | Lucio Cornelio Cinna | |
Predecesor | Lucio Cornelio Cinna Cneo Octavio |
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Sucesor | Lucio Cornelio Cinna Lucio Valerio Flaco (cónsul sufecto) |
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Información personal | ||
Nombre en latín | C.Marius C.f.C.n. Cor. | |
Nacimiento | 158 o 157 a. C. Arpino |
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Fallecimiento | 13 de enero de 86 a. C. (71 o 70 años) Roma |
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Familia | ||
Padres | Cayo Mario Fulcinia |
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Cónyuge | Julia | |
Hijos | Cayo Mario el Joven | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote de la Antigua Roma, político de la Antigua Roma, militar de la Antigua Roma, político y líder militar | |
Lealtad | República romana | |
Rama militar | Ejército romano | |
Conflictos | Batalla de Vercelas Batalla de Aquae Sextiae |
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Miembro de | Populares | |
Contenido
- ¿Quién fue Cayo Mario?
- La Guerra de Jugurta
- Las Guerras contra las Tribus Germánicas
- Las Reformas Militares de Mario
- Mario y Saturnino
- Un periodo de menos actividad (100-91 a. C.)
- La Guerra Social
- Mario y Sila
- Exilio y Regreso de Cayo Mario
- Familia de Cayo Mario
- Valoraciones de Cayo Mario
- Cayo Mario en la Cultura
¿Quién fue Cayo Mario?
Cayo Mario nació en Cereatae, cerca de Arpino, en el sur de Lacio, una región que había sido conquistada por los romanos. Aunque algunas fuentes antiguas lo describen como de origen humilde, los historiadores modernos creen que su familia pertenecía a la aristocracia local, aunque no a la nobleza senatorial de Roma. Estaban relacionados con otras familias importantes de Arpino.
Se calcula que Mario nació entre el 158 y el 157 a. C. Tenía un hermano menor, Marco, y varias hermanas que se casaron con nobles locales. Se dice que Mario no recibió una educación griega, pero sí una buena formación en latín.
Sus primeros pasos en el ejército
Las primeras noticias sobre la carrera militar de Cayo Mario datan del 134-133 a. C. En ese momento, Escipión Emiliano estaba sitiando la ciudad hispana de Numancia. Plutarco menciona que esta fue la primera campaña de Mario. Sin embargo, otras fuentes sugieren que Mario se unió al ejército a los 17 años, alrededor del 141 o 140 a. C., lo que significaría que ya era un soldado experimentado en Numancia.
En Numancia, Mario se destacó por su valentía y eficiencia. Se ganó el respeto de Escipión Emiliano, quien lo elogió públicamente. En el círculo de Escipión también había otros jóvenes que luego serían figuras políticas importantes, como Cayo Sempronio Graco y Jugurta, el rey de Numidia.
Más tarde, Mario se presentó como candidato a tribuno militar. A pesar de no ser muy conocido, recibió el apoyo de todas las tribus gracias a sus logros militares.
El inicio de su carrera política
Mario comenzó su carrera política en su ciudad natal, Arpino, donde fue derrotado en unas elecciones locales. Sin embargo, más tarde ganó una cuestura en Roma, lo que le permitió entrar en el Senado. No se sabe la fecha exacta de este primer paso, pero se cree que fue cuestor no más tarde del 122 o 121 a. C.
En el 119 a. C., Mario se convirtió en tribuno de la plebe con el apoyo de Lucio Cecilio Metelo Dalmático, un importante noble. En un momento de gran tensión política, Mario propuso una ley para cambiar el orden de las votaciones en las elecciones, buscando reducir la influencia de la nobilitas (la nobleza romana). Incluso llegó a arrestar a su propio patrón, Metelo, para lograr su objetivo. Al mismo tiempo, se negó a dar pan gratis a la gente, lo que le dio fama de político valiente e independiente.
Más tarde, Mario intentó ser edil, pero la nobleza se opuso. No logró ser elegido ni edil curul ni edil plebeyo. En el 116 a. C., ganó las elecciones para pretor, aunque por poco. Fue acusado de ambitus (corrupción electoral), pero logró que la acusación fuera desestimada. Al año siguiente, fue enviado a Hispania Ulterior como propretor o procónsul, donde luchó con éxito contra grupos de bandidos.
En estos años, Mario se casó con Julia, una mujer de una antigua familia patricia, la gens Julia. Este matrimonio, que ocurrió poco antes del 110 a. C., aumentó la influencia de Mario y lo introdujo en la alta sociedad romana.
La Guerra de Jugurta
En el 109 a. C., después de una derrota romana en Numidia, Roma intensificó sus acciones militares. El cónsul Quinto Cecilio Metelo Numídico dirigía el ejército y eligió a Cayo Mario como su legado (un tipo de general). Mario luchó en la Batalla de Mutul y participó activamente en el saqueo del país. En Sica, repelió un ataque de Jugurta, y en la batalla de Zama salvó el campamento romano. Sus acciones valientes le dieron gran popularidad entre los soldados.
Mario vio la guerra como una oportunidad para alcanzar el consulado. Acusó a Metelo de prolongar la guerra a propósito y afirmó que él mismo capturaría a Jugurta rápidamente. Los soldados en Numidia escribieron a Roma diciendo que la victoria solo sería posible si Mario era su comandante. Finalmente, Metelo le permitió ir a Roma, pero solo unas semanas antes de las elecciones.
Cuando Mario llegó a Roma, ya era muy popular. Contaba con el apoyo de la gente común y de los équites (una clase social romana). Ganó las elecciones y fue nombrado comandante en África, a pesar de que el Senado había extendido el mando de Metelo. Como el ejército de Metelo había sido enviado a luchar contra los cimbrios, Mario tuvo que reclutar un nuevo ejército. Para ello, redujo los requisitos para el reclutamiento, lo que fue un paso importante en la reforma militar.
Mario llegó a Numidia en el 107 a. C. con Lucio Cornelio Sila como su cuestor. Mario continuó saqueando el país, permitiendo a sus soldados quedarse con el botín y entrenándolos en pequeñas batallas. Capturó la importante ciudad de Capsa, donde Jugurta guardaba sus tesoros. El Senado extendió su mando para el año siguiente.
En la primavera del 106 a. C., Mario llevó las operaciones al oeste de Numidia para intimidar a Boco de Mauritania, aliado de Jugurta. Ocupó varias fortalezas. Jugurta y Boco atacaron al ejército romano, pero Mario los derrotó en una batalla decisiva.
Después de estas victorias, Boco negoció con Roma. Se le exigió que entregara a Jugurta a cambio de una alianza y más territorios. En el 105 a. C., Sila logró que Boco entregara a Jugurta a Mario, lo que puso fin a la guerra. El 1 de enero del 104 a. C., Mario celebró un triunfo en Roma, y Jugurta fue ejecutado.
Aunque algunos intentaron restar mérito a Mario, la mayoría de los romanos lo consideraron el principal responsable de la victoria sobre Jugurta.
Las Guerras contra las Tribus Germánicas
Alrededor del 120 a. C., las tribus germánicas de los teutones y los cimbrios comenzaron a migrar hacia el sur. En la Galia, se enfrentaron a los romanos en varias batallas entre el 113 y el 105 a. C., siempre saliendo victoriosos. La Batalla de Arausio en octubre del 105 a. C. fue especialmente desastrosa para Roma, dejando Italia sin defensa. Cuando la noticia de esta derrota llegó a Roma, el pueblo pidió que Mario fuera elegido cónsul por segunda vez, a pesar de que estaba fuera de Italia. Esto marcó el inicio de sus cinco consulados consecutivos (104-100 a. C.), un hecho sin precedentes, durante los cuales Mario fue el líder principal de Roma.
Las tribus germánicas no avanzaron inmediatamente hacia Italia, lo que dio tiempo a Mario para preparar su ejército. Entrenó a sus soldados con disciplina y exigencia. Estacionado en el Ródano, en el sureste de la Galia, Mario protegió Italia y realizó otras tareas. Por ejemplo, Sila, bajo su mando, hizo la paz con los volcas tectósages y persuadió a la tribu germana de los marsos para que se aliara con Roma. Mario también hizo que sus legionarios excavaran un canal para mejorar el transporte, lo que ayudó a mantener la disciplina del ejército.
Mario fue reelegido cónsul varias veces mientras los bárbaros se acercaban. En el 102 a. C., los bárbaros finalmente avanzaron sobre Italia. Los cimbrios regresaron de Hispania a la Galia y planearon invadir Italia por el norte, donde fueron bloqueados por el ejército de Quinto Lutacio Cátulo. Los teutones, por su parte, eligieron una ruta a lo largo de la costa mediterránea, donde se encontraron con el ejército de Mario.
En el primer encuentro, Mario evitó la batalla y esperó en su campamento fortificado. Luego, siguió a los bárbaros y los bloqueó de nuevo en Aquae Sextiae. Mario derrotó a la tribu de los ambrones y luego tendió una emboscada en la Batalla de Aquae Sextiae, donde él mismo dirigió el ataque de la caballería. La tribu teutona fue casi aniquilada, con un gran número de muertos y prisioneros.
La Batalla de Vercelas

Después de la victoria en Aquae Sextiae y los problemas de Cátulo con los cimbrios, los romanos eligieron a Mario como cónsul para el año 101 a. C. Mario rechazó un triunfo que le ofreció el Senado y unió su ejército con el de Quinto Lutacio en la Galia Cisalpina.
El 30 de julio del 101 a. C. tuvo lugar la Batalla de Vercelas en la llanura de Raudine, cerca de Vercelas. Las fuentes antiguas describen a los germanos como una "vasta y terrible multitud". Los historiadores modernos estiman que los cimbrios tenían entre 25.000 y 48.000 guerreros, mientras que el ejército romano sumaba unos 52.300 hombres.
Mario colocó a los hombres de Quinto Lutacio en el centro y sus propias divisiones en los flancos. Los soldados de Mario derrotaron a la caballería cimbria, y luego atacaron por la retaguardia a las principales fuerzas enemigas. La batalla se convirtió en una gran victoria para los romanos, con un gran número de muertos y prisioneros entre los cimbrios.
Después de la batalla, hubo una disputa entre Mario y Cátulo sobre quién había contribuido más a la victoria. Sin embargo, toda la fama fue para Mario, quien alcanzó la cima de su popularidad. Fue reconocido como el salvador de Roma y se le hacían honores especiales. Mario también fundó el templo de Honor y Virtud con el botín de guerra.
Las Reformas Militares de Mario
Las fuentes antiguas atribuyen a Mario una importante reforma militar. Esta reforma permitió que ciudadanos romanos sin tierras ni propiedades (llamados capite censi) pudieran ser reclutados en el ejército.
Esta innovación llevó a varios cambios:
- Las antiguas divisiones del ejército (asteros, principes y triarios) desaparecieron, lo que hizo que la formación y el equipo fueran más uniformes.
- La caballería y la infantería ligera se reclutaban solo entre aliados y provinciales.
- El tamaño de las legiones aumentó, y ahora se componían de diez cohortes de seis centurias cada una.
- Cada centuria tenía ochenta hombres y se dividía en grupos de ocho (contubernia), que vivían y comían juntos.
- Los soldados llevaban consigo todas sus armas, pertenencias, municiones y alimentos, lo que hizo que el ejército fuera más móvil.
- Cada legión recibió un águila como símbolo oficial para fortalecer el espíritu de equipo.
El entrenamiento de los soldados se hizo más intenso, con marchas forzadas y clases de combate. También se introdujo un nuevo tipo de pilum (lanza), diseñado para doblarse al impactar en el escudo del enemigo, impidiendo que este pudiera usarlo.
Aunque muchas de estas reformas se atribuyen a Mario, algunos historiadores debaten su alcance. Por ejemplo, el reclutamiento de ciudadanos pobres ya venía ocurriendo desde antes. La división en cohortes también se había practicado antes. Sin embargo, una innovación importante fue que Mario prometió tierras a los soldados pobres al final de su servicio. Esto se convirtió en una práctica común y fue muy importante para la política de la República.
Mario y Saturnino
En el 103 a. C., Mario se alió con Lucio Apuleyo Saturnino, un joven y ambicioso tribuno de la plebe que se oponía al Senado. Con el apoyo de Mario, Saturnino logró la condena de Quinto Servilio Cepión y atacó a Metelo, un antiguo oponente de Mario. Saturnino también propuso una ley para dar tierras a los veteranos de la guerra de Jugurta.
Saturnino ayudó a Mario a ser elegido cónsul por tercera vez consecutiva en el 102 a. C. En el 101 a. C., después de la victoria en Vercelas, Mario ayudó a Saturnino a ser tribuno por segunda vez. Mario también se postuló para su sexto consulado, algo que nunca había ocurrido antes. La oposición a Mario crecía, por lo que tuvo que reclutar a sus veteranos y sobornar a votantes para ser elegido junto a Lucio Valerio Flaco.
Con el apoyo de los soldados, Saturnino aprobó leyes para vender pan a precios bajos y para dar tierras a los veteranos de Mario en varias provincias. Esto aumentó el poder de Mario y generó resistencia en la nobleza. Saturnino logró que los senadores juraran lealtad a la ley agraria bajo amenaza de destierro. Mario, que no quería romper del todo con el Senado, fue el primero en jurar. Todos los demás senadores lo siguieron, excepto Metelo Numídico, quien fue desterrado.
Pronto, la relación de Mario con Saturnino cambió, quizás por el radicalismo de este último. Mario no quería romper con la clase senatorial. En el verano del 100 a. C., hubo un conflicto abierto entre Saturnino y el Senado. Los senadores declararon a Saturnino responsable de un asesinato y pidieron a Mario que actuara para "salvar el Estado". Mario obedeció, aunque sabía que esto no le aseguraría una alianza duradera con la nobleza.
Los cónsules recibieron poderes especiales del Senado. Mario organizó la distribución de armas a los partidarios del Senado. Cuando los seguidores de Saturnino fueron derrotados en el Foro y se retiraron al Capitolio, Mario ordenó cortar el suministro de agua. Los tribunos tuvieron que rendirse. Mario prometió proteger a los arrestados y los puso bajo guardia, pero un grupo de senadores, que no confiaban en Mario, los atacó y los mató sin juicio.
Un periodo de menos actividad (100-91 a. C.)
Después de la ejecución de Saturnino, la carrera de Mario sufrió. Perdió la confianza del pueblo y no logró el apoyo total de la nobleza. Esto lo dejó sin mucho poder durante casi diez años.
Las fuentes dicen que Mario intentó sin éxito impedir el regreso de su enemigo Metelo Numídico del exilio. Poco después, Mario viajó a Asia, supuestamente para realizar sacrificios, pero en realidad, según Plutarco, porque no soportaba el regreso de Metelo y esperaba provocar una guerra en Oriente para continuar su carrera. Los historiadores modernos creen que su viaje fue más bien una inspección oficial, ya que Mitrídates VI estaba expandiendo su influencia en la región. Mario visitó Galacia y Capadocia, donde se encontró con Mitrídates y le advirtió que debía obedecer a Roma.
Durante su ausencia, Mario fue elegido miembro del colegio de augures (sacerdotes romanos). Poco después de su regreso a Roma, uno de sus aliados, Manio Aquilio, fue llevado a juicio. Mario lo defendió y Aquilio fue absuelto, lo que fue un gran éxito para Mario. También protegió a otros de sus partidarios y casó a su hijo con Licinia, de una familia noble.
La Guerra Social
En el 90 a. C., los aliados de Roma se rebelaron porque no se les concedía la ciudadanía romana. Esto dio inicio a la guerra Social. Mario se convirtió en legado del cónsul Publio Rutilio Lupo, quien dirigía las operaciones en el norte.
Cuando otro legado fue derrotado, Mario aconsejó a Rutilio que no buscara el combate, sino que entrenara a sus hombres. Sin embargo, Rutilio fue emboscado y murió. Mario, que estaba cerca, atacó por sorpresa a los marsos y obtuvo la victoria. El Senado dividió las tropas de Rutilio entre Mario y Quinto Servilio Cepión, pero este último fue asesinado, dejando a Mario como el único comandante en la zona.
Ese mismo año, Mario derrotó a los marsos en otra batalla, con miles de enemigos muertos y capturados. Sin embargo, a finales de año, Mario dejó de participar activamente en la guerra. Plutarco dice que fue por su edad y debilidad, pero es probable que esta información provenga de fuentes que lo criticaban. En realidad, su mando no fue extendido porque los nuevos cónsules no querían compartir su poder con él.
Mario y Sila
Al final de la guerra Social, Roma se enfrentó a un nuevo enemigo: el rey Mitrídates el Grande, quien había ocupado Asia y comenzado la conquista de Grecia. Obtener el mando de esta guerra se convirtió en un objetivo muy deseado para varios políticos, especialmente para Mario y Lucio Cornelio Sila.
La relación entre Mario y Sila se había deteriorado. Los críticos de Mario decían que el verdadero mérito de la victoria en la guerra de Jugurta era de Sila, por haber logrado la entrega del rey. Esta rivalidad creció y llevó a una gran enemistad que afectó mucho a Roma.
En el 91 a. C., se instaló en el Capitolio una estatua que conmemoraba la victoria sobre Jugurta y mostraba la entrega del rey, lo que casi provocó enfrentamientos entre los partidarios de Mario y Sila.
Durante la guerra Social, Sila demostró su valía y logró el consulado en el 88 a. C., en parte gracias a su alianza con los Metelos, enemigos de Mario. Mario, por su parte, buscó obtener el mando de la guerra contra Mitrídates a través de una alianza con el tribuno de la plebe Publio Sulpicio Rufo.
Sulpicio propuso varias leyes, incluyendo una para dar plenos derechos a los nuevos ciudadanos. Para lograr que estas leyes fueran aprobadas, Sulpicio hizo una alianza secreta con Mario, prometiendo que Mario obtendría el mando de la guerra contra Mitrídates.
En los enfrentamientos que siguieron en Roma, Sulpicio y sus partidarios armados se impusieron. Sila tuvo que refugiarse en casa de Mario para salvar su vida. Mario pudo haber usado estos eventos para persuadir a Sila de que permitiera la aprobación de las leyes de Sulpicio.
Inmediatamente después de que Sila partiera hacia su ejército, Sulpicio aprobó sus leyes, incluyendo la que daba el mando de la guerra a Mario. Se enviaron mensajeros al ejército de Sila para destituirlo, pero los soldados, temiendo perder el botín de guerra si Mario reclutaba a otros, se pusieron del lado de Sila y atacaron a los mensajeros. Sila, entonces, marchó con sus seis legiones hacia Roma.
Esta rebelión tomó a Mario por sorpresa, pero él comenzó a prepararse para contraatacar. Cuando las fuerzas de Sila entraron en la ciudad, Mario y Sulpicio lucharon ferozmente. Mario se retiró al templo de la Tierra y pidió ayuda a los esclavos, prometiéndoles la libertad, pero nadie respondió. Después de esto, huyó de la ciudad.
Sila, al tomar el control de Roma, hizo que el Senado declarara a Mario y a otros diez como enemigos del Estado. Solo Quinto Mucio Escévola protestó. Sulpicio fue asesinado, y Mario sufrió muchas dificultades.
Exilio y Regreso de Cayo Mario

Mario huyó primero a una de sus propiedades, luego a Ostia, donde tomó un barco hacia África. Una tormenta lo obligó a desembarcar cerca de Circeo, donde se escondió en un bosque y luego en un pantano. Fue encontrado y llevado a Minturno, donde las autoridades locales decidieron matarlo. Sin embargo, un bárbaro enviado para ejecutarlo se negó, diciendo: "¡Yo no puedo matar a Mario!". Esto hizo que los habitantes de Minturno se arrepintieran y lo dejaran ir, dándole incluso un barco.
En la isla de Enaria, Mario se reunió con algunos de sus partidarios. Luego, al desembarcar brevemente en Sicilia, casi fue capturado. Finalmente, llegó a la provincia de África. Allí, un oficial le prohibió desembarcar. Mario, con gran dolor, le dijo: "Dile que has visto a Mario fugitivo sentado sobre las ruinas de Cartago", comparando su propia desgracia con la de la ciudad destruida.
Más tarde, Mario se reunió con su hijo, quien había huido a Numidia, y se estableció en las Querquenes, frente a la costa africana, donde pasó el invierno. Mientras tanto, la posición de Sila en Roma no era muy fuerte. Sila se vio obligado a retirar sus tropas de la ciudad, y en las elecciones siguientes, el sobrino de Mario, Marco Mario Gratidiano, fue elegido tribuno de la plebe. Sila se fue a Grecia para luchar contra Mitrídates, y la situación política en Roma se volvió aún más inestable.
Uno de los cónsules, Lucio Cornelio Cinna, intentó distribuir a los nuevos ciudadanos entre todas las tribus, lo que llevó a su destierro de Roma y la pérdida de su cargo. Cinna reunió un ejército y se acercó a la ciudad. Al enterarse, Mario desembarcó en Etruria con un pequeño grupo de seguidores y caballería. Recorrió las ciudades etruscas, prometiendo a los habitantes el derecho al voto, y así logró aumentar su ejército a seis mil hombres. Luego se unió a Cinna.
Las hostilidades se intensificaron. Mario tomó y saqueó Ostia, cortó el suministro de pan a Roma y ocupó Janículo. El ejército que defendía la ciudad sufrió una epidemia, y parte de él desertó al lado de Mario y Cinna. Ante esta situación, el Senado decidió rendirse.
Las fuentes describen un periodo de gran violencia. Los enemigos de Mario y Cinna fueron asesinados sin piedad. Se dice que Mario se proclamó cónsul para el año 86 a. C. sin la participación de una asamblea popular, siendo este su séptimo consulado. Sin embargo, su salud se deterioró rápidamente. Buscó consuelo en la bebida y desarrolló una enfermedad pulmonar. Murió el 13 de enero del 86 a. C. En su lecho de muerte, deliraba, creyendo que estaba al mando en la guerra contra Mitrídates.
Cuando Sila invadió Roma en el 82 a. C., hizo que la tumba de Mario fuera saqueada y sus restos arrojados al Aniene.
Familia de Cayo Mario
Cayo Mario estuvo casado con Julia, una patricia, desde aproximadamente el 110 a. C. Tuvieron un único hijo, Cayo Mario el Joven, quien continuó luchando contra Sila después de la muerte de su padre.
Plutarco menciona a un hijastro, Mario Granio, quien acompañó a su padrastro en su huida de Italia. Un sobrino de Mario, Marco Mario Gratidiano, fue adoptado por su tío y tuvo una carrera política importante.
Valoraciones de Cayo Mario
En las fuentes antiguas
Cicerón, un contemporáneo de Cayo Mario, lo describió como uno de los "ciudadanos más sabios y valientes". Sin embargo, las valoraciones de Mario en las fuentes antiguas suelen ser más complejas. Los autores de la Antigüedad distinguen entre las guerras de Mario contra los númidas y los germanos, donde salvó a Roma, y las últimas etapas de su vida, cuando inició una guerra civil por motivos personales. Las memorias de sus enemigos, como Sila, influyeron mucho en estas valoraciones.
Incluso Salustio, que al principio lo describe con entusiasmo, señala que la ambición fue lo que lo arruinó. Tito Livio escribió que Mario fue un hombre "del que no era fácil decir si era más excelente en tiempos de guerra que peligroso en tiempos de paz".
En la historiografía moderna
Theodor Mommsen consideraba a Mario un político sin talento y con complejos. Otros historiadores, como Serguéi Kovaliov, creían que la disputa entre Mario y Sila era sobre quién gobernaría en el este.
Las reformas militares de Mario son un tema importante. Se discute si sus consecuencias negativas incluyeron el declive de la disciplina y el hecho de que el ejército profesional sirviera más al general que a la República. Sin embargo, se considera que Sila fue el primero en usar el ejército como una herramienta política contra sus oponentes.
El apoyo social de Cayo Mario
Como homo novus (hombre nuevo, sin antepasados en el Senado), Mario tuvo dificultades para llegar al poder. Se apoyó en el ejército africano y en los équites (clase de caballeros).
Existe la idea de que las "fuerzas antisenatoriales", incluyendo équites y plebeyos, se unieron alrededor de Mario. Aunque muchos autores antiguos dicen que Mario era desconocido para la nobleza, se casó con una patricia y luego tuvo el apoyo de varias familias senatoriales antiguas, pero no muy influyentes. Quizás el ascenso de Mario fue una reacción de los miembros menos importantes del Senado contra el dominio de los Metelos.
Los lazos de Mario con los caballeros romanos fueron muy fuertes. En los años 90 a. C., las conexiones de Mario con los équites continuaron. Sin embargo, los partidarios de Mario en el Senado comenzaron a abandonarlo después de la eliminación del peligro militar, ya que el "hombre nuevo" ya no era tan necesario.
La gente común de la ciudad, como se vio en el año 100 a. C., apoyó al Senado antes que a Mario, porque las influencias de la nobleza eran fuertes en Roma. Al mismo tiempo, la gente del campo apoyaba al general, esperando nuevas tierras y estando muy relacionada con los veteranos de Mario.
Es posible que Mario planeara hacer de los itálicos (habitantes de Italia que no eran ciudadanos romanos) una base sólida para su poder. La concesión de la ciudadanía romana a dos cohortes aliadas después de Vercelas, así como a los habitantes de las colonias que se planeaban fundar, pudo estar relacionada con esto.
Cayo Mario en la Cultura
El tema "Cayo Mario en las ruinas de Cartago" ha sido representado por pintores como Joseph Kremer, John Vanderlyn y Pierre-Nolasque Bergeret.
Cayo Mario es un personaje en varias obras de ficción:
- Historia y caída de Cayo Mario de Thomas Otway (1679-1680).
- Mario y Sila de Christian Dietrich Grabbe (1823-1827).
- Las novelas Los hermanos Graco y Mario y Sila de Mily Yezersky (1936 y 1937).
- Sila de Georgi Gulia (1971), donde Mario es un personaje positivo.
- Las novelas El primer hombre de Roma y La corona de hierba de Colleen McCullough de la serie Masters of Rome (1991 y 1993).
- Roma soy yo de Santiago Posteguillo.
Mijaíl Lérmontov planeó escribir una tragedia basada en la biografía de Plutarco sobre Mario.