robot de la enciclopedia para niños

Josefina de Beauharnais para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Josefina de Beauharnais
Emperatriz consorte de los franceses
Reina consorte de Italia
Duquesa de Navarra
Baron François Gérard - Joséphine in coronation costume - Google Art Project.jpg
Retrato de la emperatriz Josefina.
Reinado
2 de diciembre de 1804-10 de enero de 1810
Sucesor María Luisa de Austria
Información personal
Nombre completo Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie
Nacimiento 23 de junio de 1763
Les Trois-Îlets, Martinica, Francia
Fallecimiento 29 de mayo de 1814
Rueil-Malmaison, Isla de Francia, Francia
Sepultura Iglesia de San Pedro y San Pablo, Rueil-Malmaison, Francia
Familia
Padre Joseph Gaspard Tascher de La Pagerie
Madre Rose Claire des Vergers de Sannois
Consorte Alejandro de Beauharnais
Napoleón I
Hijos

Firma Firma de Josefina de Beauharnais

Josefina de Beauharnais (nacida como Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie, 23 de junio de 1763 - 29 de mayo de 1814) fue la primera esposa de Napoleón Bonaparte y, por lo tanto, emperatriz de Francia. A través de su hija Hortensia, fue abuela de Napoleón III. Por medio de su hijo Eugenio, fue bisabuela de reyes y reinas de Dinamarca y Suecia. Las familias reales de Bélgica, Grecia, Luxemburgo y Noruega también son descendientes de Josefina.

Josefina nació y vivió en la Martinica (Antillas Menores) hasta 1780. Ese año se casó en París con Alejandro de Beauharnais. A finales de 1783, se separó de su esposo y regresó al Caribe. Allí organizó la economía familiar en medio de importantes cambios sociales en 1791 y la Revolución francesa. Volvió a París ese año, justo cuando terminaba el Antiguo Régimen y comenzaba la Primera República Francesa. Gracias a sus contactos, conoció a Napoleón Bonaparte y se casó con él en 1796. Su primer esposo había sido ejecutado dos años antes. En diciembre de 1804, Josefina fue coronada emperatriz de Francia por Napoleón. En 1810, como no pudo tener un hijo que fuera heredero de Napoleón, la pareja se divorció. Josefina se retiró a su Castillo de Malmaison. Falleció en 1814, y los franceses la recordaban con cariño, llamándola l'bonne Josephine (Josefina, la buena).

Hasta octubre de 1779, Josefina usaba su segundo nombre, Rosa, o el apodo Yeyette. Después de casarse con Alejandro de Beauharnais, firmaba como Vizcondesa de Beauharnais. Su certificado de matrimonio con Napoleón estaba firmado como M.R.J. Tascher. Desde entonces, firmó con los dos apellidos: Lapagerie-Bonaparte o Tascher-Bonaparte. A partir de 1804, firmaba simplemente Joséphine, el nombre con el que fue coronada emperatriz.

Juventud de Josefina

Los escritos de la época describen a Josefina como una mujer de estatura media y delgada. Tenía una buena figura, cabello castaño y sedoso, ojos marrones y una piel morena. Su nariz era pequeña y simétrica, y su boca bien formada. Sin embargo, la mantenía cerrada para ocultar sus problemas dentales. A menudo era elogiada por su elegancia, estilo y su voz suave y agradable.

Martinica, conocida como la «Perla de las Antillas», es una isla de las Antillas Menores. Ha sido un departamento de ultramar de Francia desde 1630. Pierre Belain d'Esnambuc, quien fundó la primera colonia francesa permanente en la isla en 1635, fue un antepasado materno de Josefina. Por parte de su padre, los Tascher venían de la nobleza francesa. Joseph, el padre de Josefina, llegó a la isla como muchos otros, buscando escapar de las presiones sociales en Francia. En ese tiempo, las propiedades de la familia de Josefina valían unas 60 mil libras francesas. La plantación de los Tascher, ubicada en un desfiladero al suroeste de Martinica, era conocida como la Pequeña Guinea debido al origen de la mayoría de sus trabajadores. Hoy es un museo. Josefina, ya adulta, recordaba a menudo las 500 hectáreas de tierra donde creció, el río que cruzaba sus propiedades y los árboles de ceiba que rodeaban la hacienda.

Archivo:Mount Pelée 1902 refugees
Habitantes de Fort-de-France, foto tomada en 1902.

Al crecer lejos de París y de la influencia de otras jóvenes de la nobleza, sus modales reflejaban su vida en el campo. Además, el consumo de caña de azúcar afectó sus dientes. Josefina fue educada en un colegio de monjas llamado Dames de la Providence en Fort-Royal.

Aunque una plantación de caña de azúcar era un negocio rentable, la familia de Josefina tuvo dificultades económicas por más de 10 años. Esto se debió a la destrucción causada por un huracán en su propiedad en 1766 y a los problemas de su padre con los juegos de azar. De hecho, después del huracán, la familia de Josefina vivía en el segundo piso del edificio, donde estaban los calderos para cocinar la caña.

Désirée, una tía paterna de Josefina, estaba casada con François, vizconde de Beauharnais, un aristócrata francés. En 1778, cuando la salud de François empeoró, Désirée arregló que la hermana de Josefina, Catherine, se comprometiera con el hijo de François, Alejandro, vizconde de Beauharnais, de 17 años, un oficial de la armada francesa. Sin embargo, Catherine había fallecido de tuberculosis dos meses antes, sin que la tía Désirée lo supiera. Para cumplir los deseos de la tía en París, se decidió enviar a Manette, la hermana menor de Josefina, de solo 11 años. Pero la niña enfermó, y finalmente, Josefina tomó el lugar de su hermana y se casó con Alejandro. Este matrimonio sería muy beneficioso para la familia de Josefina, ya que los Beauharnais eran adinerados. Josefina dejó atrás a un pretendiente, el teniente francés Scipion du Roure. En agosto de 1779, Josefina y su padre Joseph partieron hacia París. A finales de octubre, Josefina conoció a su prometido y a su familia. Josefina causó una buena impresión, aunque sus modales provincianos aún no se ajustaban a la sofisticación de la aristocracia parisina.

Árbol familiar de Josefina de Beauharnais
 
 
 
Marie Françoise
Bourreau de la Chevalerie
 
 
 
Gaspar-Joseph
de Tascher de la Pagerie
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Rose-Claire
Vergers de Sannois
 
Joseph-Gaspard
de Tascher de la Pagerie
 
Marie Euphémie
de Tascher de la Pagerie
 
Robert Marguerite
de Tascher de la Pagerie
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Marie Josèphe Rose
de Tascher de la Pagerie
 
Catherine-Désirée
de Tascher de la Pagerie
 
Marie Françoise
de Tascher de la Pagerie
 
 

Primer matrimonio de Josefina

Archivo:Town Hall of Noisy-le-Grand, France
Edificio de la municipalidad de Noisy-le-Grand, comunidad donde se casaron Josefina y Alejandro de Beauharnais.

En octubre de 1779, Josefina llegó a Francia con su padre. Se casó con Alejandro el 13 de diciembre de 1779 en una pequeña iglesia en Noisy-le-Grand, al este de París. Los Beauharnais vivían en un barrio que antes fue lujoso, pero que se había empobrecido. No estaba lejos de los mercados cubiertos de París. El padre de Josefina, que llevaba casi un mes enfermo, mejoró con los tratamientos médicos en París. Josefina encontró que París era una ciudad sucia, ruidosa y con mucha gente. Sin embargo, le impresionó la cantidad de cosas a la venta en tiendas y mercados. En París, Josefina tomó clases de ética, literatura, escritura y otras materias. Esto la ayudó a adaptarse y comportarse adecuadamente entre la nobleza francesa. Muchas de estas clases las tomó a petición de su esposo, un joven que amaba el lujo y estaba muy conectado con personas poderosas en París.

Retos en el matrimonio

Archivo:EugeneBeau
Eugenio de Beauharnais, primer hijo de Josefina y Alejandro de Beauharnais.

Cuando Josefina se casó, Alejandro ya había tenido otras relaciones. Sin embargo, Josefina se esforzó por ser una esposa dedicada. El 3 de septiembre de 1781, Josefina dio a luz a su primer hijo, un varón llamado Eugène Rose. Alejandro, que había estado fuera casi seis meses, visitó a Josefina y a su recién nacido. Pero se fue de inmediato en un viaje de ocho meses por Italia. Los viajes de Alejandro eran tan frecuentes y largos que, en cuatro años, Josefina vio a su esposo un total de solo 10 meses. La relación de los recién casados se mantuvo principalmente por cartas. La mala ortografía de Josefina en estas cartas molestaba a Alejandro y era motivo de discusión. Un mes después del nacimiento de Eugène, en octubre de 1781, Josefina se enteró de que Alejandro había tenido una relación con la prima de Josefina, Laure de Girardin de Montgérald (1764-1816), y que habían tenido un hijo juntos. En julio de 1782, Josefina se reconcilió con su esposo. Parece que no hubo problemas entre ellos hasta septiembre. En diciembre, Alejandro partió hacia Martinica, la tierra natal de Josefina, para trabajar como asistente del gobernador. Josefina decidió quedarse en Noisy-le-Grand porque estaba embarazada de nuevo y Eugène era muy pequeño para un viaje tan largo.

Josefina dio a luz prematuramente el 10 de abril de 1783 a una niña llamada Hortense Eugénie Cécile. Hortensia se casaría con Luis Bonaparte, hermano de Napoleón, en 1802. Ella es una antepasada directa de las actuales casas reales de Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega y Luxemburgo. Mientras tanto, Alejandro, aún en Martinica, avergonzaba a su familia con un comportamiento descontrolado, con problemas con la bebida y los juegos.

Laure, la prima de Josefina, informó a Alejandro del nacimiento prematuro de su hija. En esa época, un nacimiento prematuro se consideraba una señal de que el bebé podría no ser del esposo. Alejandro intentó obtener pruebas de que Josefina había tenido otras relaciones en su juventud. Uno de los trabajadores de la hacienda de la familia de Josefina cooperó a cambio de dinero, aunque solo tenía unos cinco años cuando Josefina se fue de la isla. Aparte de este testimonio, no hay pruebas de que Josefina fuera infiel a su esposo. La familia de Josefina y la de Alejandro la apoyaron y afirmaron su inocencia.

Archivo:François Pascal Simon Gérard 002
Hortensia de Beauharnais (1783-1837), hija de Josefina y Alejandro Beauharnais. Pintura al óleo por François Gérard.

En septiembre de 1783, al regresar a París, Alejandro expulsó a Josefina y a los niños de su casa. Los envió a una abadía donde vivían mujeres en situaciones matrimoniales similares. Alejandro se mantuvo alejado de su familia y de Josefina, viviendo en casa de un familiar de Laure Longpré. Finalmente, el 27 de noviembre de 1783, Josefina, de 20 años, se mudó a la abadía. El trato de Alejandro hacia ella fue tan duro que en diciembre, Josefina pidió una separación legal. El padre del abogado que la visitó la describió como una «fascinante joven, una dama de distinción y elegancia, con estilo perfecto, muchas gracias y la más bella de las voces». Los abogados convencieron a Josefina de las desventajas de una separación legal, especialmente para el futuro económico de sus hijos. La mudanza fue difícil para Josefina y sus hijos porque Alejandro no pagaba lo prometido, y la pensión del padre de Alejandro disminuía cada año. Los hijos de Josefina extrañaban más a su abuelo que a Alejandro, a quien rara vez veían. Sin embargo, en la abadía, Josefina aprendió la sofisticación parisina de sus compañeras y también a ser más valiente para moverse en el mundo político de París.

A principios de 1785, Alejandro se llevó a su hijo Eugène sin que su familia o Josefina lo supieran. Pensaba que el niño no debía ser criado en una casa solo con mujeres. Al descubrir dónde estaba Eugène, Josefina lo notificó a las autoridades, quienes le concedieron una audiencia para marzo de 1785. Ese mismo mes, Laure de Montgérald, prima de Josefina y con quien Alejandro había tenido una relación, se casó con un general, Arthur Dillon. Alejandro se declaró culpable en la corte con la condición de que obtendría la custodia de Eugène a partir de los cinco años. A cambio, Alejandro prometió pagar mensualmente 5000 libras como pensión y 1000 libras más por Hortensia hasta que cumpliera siete años, y luego 1500 libras cada año. Lamentablemente, pocas veces cumplió su parte del acuerdo.

La Revolución Francesa

Archivo:CarmesConventDoorstep
Dibujo de la entrada a la Prison des Carmes, donde Josefina y Alejandro Beauharnais fueron encarcelados en 1794.

El gran levantamiento popular en Francia tuvo efectos en la sociedad de Martinica, especialmente en la libertad de sus habitantes. Esto llevó a levantamientos en 1791 a favor de la abolición de la esclavitud. En noviembre de 1790, dos años después de llegar a Martinica, los peligros de la rebelión obligaron a Josefina y su hija a regresar a Francia, sin equipaje ni dinero. En solo tres años, Francia había cambiado por completo: la Bastilla había sido tomada, la nobleza había perdido sus derechos y la democracia había avanzado. Josefina se reunió con su hijo Eugène y se quedaron temporalmente en casa de Fanny de Beauharnais, tía de Alejandro.

En septiembre de 1791, Josefina se mudó a casa de otra tía en Fontainebleau. Ese mismo mes, el Rey juró lealtad a la nueva constitución. Josefina y su esposo Alejandro se habían estado escribiendo desde que Josefina regresó de Martinica. Se volvieron a ver a finales de 1791, en la casa de la tía Fanny, celebrando la aprobación de la nueva constitución. La relación entre Josefina y Alejandro parece haber sido, en este punto, una amistad cercana, sin que haya pruebas de que volvieran a vivir juntos. El 15 de marzo de 1792, la hermana menor de Josefina, la última de sus hermanas, falleció en Martinica.

Alejandro siguió muy activo en política y se declaró un gran admirador de las nuevas ideas liberales. Llegó a ser presidente de la Asamblea Nacional.

Antes de la Revolución, muchos oficiales militares eran aristócratas. Al comienzo de la Revolución, la mayoría había huido del país. Por eso, había pocos hombres en Francia con experiencia militar para liderar las tropas contra Austria, Prusia y otros enemigos. Alejandro fue uno de los que recibió un mando militar, bajo el General Bairon. En abril, París estuvo bajo toque de queda y en junio, el palacio del Rey fue tomado por los revolucionarios. Mientras cientos de personas morían en París y otras eran arrestadas, Josefina comenzó a adaptarse a los modos de la República y a hacerse amiga de algunos de sus líderes más influyentes.

Encarcelamiento

Algunos amigos de Josefina, incluido Armand de Montmorin, el Ministro de Asuntos Exteriores, habían sido arrestados. Por temor a que fueran ejecutados, Josefina comenzó a pedir a los miembros del Directorio, como Barras y Tallien, la libertad de sus amigos. El 3 de septiembre de 1792, Eugène, su primer hijo, cumplió 11 años en medio de campanas y cañones. París estaba en guerra; Alejandro ya era mariscal de campo y estaba al frente de la batalla. Las masacres de Septiembre estaban en pleno apogeo. Montmorin y miles más fueron asesinados en las cárceles de París, al comienzo de lo que se conoció como El Terror.

Alejandro se unió a la milicia revolucionaria, alcanzando el rango de Comandante en Jefe del Ejército del Rin. Fue nombrado Ministro de Guerra, cargo que no aceptó. Sin embargo, después de perder una batalla contra Prusia, Alejandro perdió la confianza de los jacobinos y fue sospechoso de traición. Aunque su relación con su esposa era buena, algunos autores sugieren que Josefina tuvo otras relaciones con Jean-Lambert Tallien, quien ayudaba a los amigos encarcelados de Josefina. Es probable que por eso Alejandro ordenara a Josefina enviar a Eugène a su lado en Estrasburgo en octubre de 1792. Sin embargo, el hecho de que ninguno de sus conocidos fuera liberado sugiere que Josefina no pagaba favores de esa manera. La furia de Alejandro pudo deberse a que Josefina se relacionaba con aristócratas, lo que lo ponía en una situación difícil ante el Comité Nacional, ya que él mismo había sido un aristócrata. En diciembre de 1792, las tropas bajo el mando del General Custine cayeron ante Maguncia, por lo que el general fue ejecutado. En diciembre, François, el hermano de Alejandro, intentó liberar al rey de la cárcel, lo que aumentó las sospechas de traición sobre Alejandro. El 21 de enero de 1793, el rey fue ejecutado, lo que horrorizó a Josefina. Las sospechas hacia Alejandro disminuyeron, y a mediados de 1793, la Convención Nacional lo ascendió a comandante en jefe y luego a ministro de guerra. Para entonces, Josefina asistía casi a diario a las asambleas de la Convención Nacional y siguió, con más éxito, ayudando a sus amigos encarcelados. En agosto, Alejandro renunció a su cargo de ministro. En octubre, la reina fue ejecutada, y Josefina y sus dos hijos —Eugène ya no vivía cerca de su padre— se mudaron a la población rural de Croissy, a orillas del Sena. Sin embargo, regresaba a París a menudo para pedir ayuda a Bertrand Barère de Vieuzac, Marc Guillaume Alexis Vadier y otros, a favor de sus familiares encarcelados.

Archivo:Raffet DerniereCharrette
Carreta con personas llevadas a la guillotina durante el Reinado del Terror. Dibujo por Denis Auguste Marie Raffet (1804-1860).

El 2 de marzo de 1794, durante el Reinado del Terror, el Comité de Salvación Pública arrestó a Alejandro en Blois y lo llevó primero al Palacio del Luxemburgo y luego al convento de Carmelitas. Josefina siguió viajando a París, esta vez para pedir la liberación de una prima. El Comité consideró que Josefina tenía vínculos con grupos contrarrevolucionarios, por lo que ordenó su arresto el 19 de abril de 1794. Estuvo en prisión hasta el 28 de julio. En la prisión de Carmes, donde dos años antes habían ocurrido las Masacres de Septiembre, se reencontraron esposo y esposa. Aunque es probable que la pareja se reconciliara en prisión, Alejandro tuvo otras relaciones con una viuda, Delphine Custine. Por su parte, Josefina parece haberse sentido atraída por un joven general, Lazare Hoche. Carmes era una de las peores cárceles de la Primera República: superpoblada y desagradable. Diariamente se sacaban presos que eran ejecutados de inmediato. Cuando Josefina fue encerrada, había 600 personas encarceladas, y cuando fue liberada tres meses después, solo quedaban 200. Alejandro, acusado de haber defendido mal la ciudad de Mayenne en 1793 y considerado "aristócrata sospechoso", fue condenado a muerte. Solo cinco días antes de la caída de Robespierre, Alejandro fue ejecutado el 23 de julio junto con su hermano Agustín en la Plaza de la Revolución —actual Plaza de la Concordia— en París. Hoche escapó de la cárcel con ayuda, probablemente de Barras. Josefina, por su parte, quedó libre cinco días después gracias al cambio de gobierno del 27 de julio y la ejecución de Maximilien Robespierre, lo que puso fin al Reinado del Terror. Fue Tallien quien firmó la carta de liberación de Josefina, quien al salir de la cárcel se reunió con sus hijos en la casa de su cuñada Fanny.

En libertad

Las semanas siguientes fueron para Josefina un tiempo de recuperación física y emocional. Después de su liberación, Josefina intentó limpiar el nombre de su esposo y pasó por serias dificultades económicas. Su relación con Hoche se mantuvo cercana, lo que la ayudó en su recuperación. Esta fuerte atracción por Hoche fue una de las razones por las que luego dudaría en casarse con Napoleón. Josefina se casó con Bonaparte sintiendo afecto por Hoche, quien fallecería en 1797. Un año después, Napoleón y Josefina se casaron. En septiembre de 1794, Hoche partió de París hacia un nuevo puesto de mando y convenció a Josefina de que permitiera que Eugène lo acompañara, como aprendiz de guerra.

Josefina se mantuvo cerca de sus amigas y estableció amistades cercanas con líderes financieros y gubernamentales: Louis Fréron, Emmanuel-Joseph Sieyès, Jean-Baptiste Louvet de Couvray, Jean-Frédéric Perregaux, Gabriel-Julien Ouvrard y otros. Su relación con Barras se volvió muy cercana, y él pagó por la educación de los hijos de Josefina. Las propiedades en las islas del Caribe le daban a Josefina suficiente dinero para mantenerse, pero sus ingresos no eran suficientes para una vida de lujos. La herencia de Alejandro no incluía reparticiones para Josefina ni sus hijos, solo especificaba bienes para dos hijas que Alejandro tuvo fuera de su matrimonio. En junio de 1795, gracias a una nueva ley y con la ayuda de Barras, algunas propiedades de Alejandro fueron vendidas y las ganancias entregadas a Josefina. Con ese dinero, ella alquiló una casa por 10 mil libras al año, en Montmartre, Rue Chantereine. Josefina decoró su nueva casa con un estilo caribeño, combinado con la influencia grecorromana de la época. A pesar de la apariencia de lujo, Josefina vivía con relativa escasez, por ejemplo, con pocos platos y cubiertos.

El 8 de junio de 1795, el Delfín (el heredero al trono) murió en prisión a los 10 años. A finales de mes, Francia entró en una nueva batalla contra una flota de franceses que regresaban de Inglaterra en la bahía de Quiberon, el mismo lugar donde estaban Hoche y Eugène. Por temor a perder a su hijo, Josefina pidió a Hoche que lo enviara de vuelta a París. En julio, Hoche ganó la batalla, lo que molestó a Eugène, porque el adolescente se había interesado en la milicia.

Josefina y Napoleón Bonaparte

Archivo:Portrait of Josephine de Beauharnais-Gerard
Retrato de la emperatriz Josefina, por François Gérard.

Después de enviudar, Josefina de Beauharnais tuvo relaciones cercanas con varias figuras políticas. Siempre se ha hablado de su relación con Paul François Jean Nicolas Barras, quien en ese momento era la persona más poderosa del Directorio que gobernaba Francia. Sin embargo, Barras tenía otras preferencias, por lo que es probable que la gran ayuda económica que Josefina recibió del general no fuera por una relación íntima, sino por sus muchas conexiones sociales, en parte por su relación con la francmasonería, de las que Barras se beneficiaría en su camino al Directorio. Barras la llamaba la criolla vivaz. Varios historiadores la describen como una mujer de fiestas, basándose en cartas de sus contemporáneos. Pero solo existe una carta de Josefina de esa época que se considera auténtica, por lo que hay pocas palabras escritas por ella en su propia defensa.

La historia más conocida de cómo se conocieron Josefina y Napoleón cuenta que Eugène, molesto por tener que entregar la espada de su padre durante una redada en la que la Guardia Nacional confiscaba todas las armas de civiles, corrió con su madre a quejarse a la oficina del comandante en jefe de París: Bonaparte. Impresionado, el general aceptó que el joven de 15 años se quedara con la espada, mostrando un gran interés en la madre de un joven tan leal. Esta historia es ficticia. Josefina conoció al general Napoleón Bonaparte entre agosto y septiembre de 1795, en casa de madame Teresa Tallien, a quien los franceses apodaban «Madame Libertad». Madame Tallien y Josefina se hicieron muy amigas desde que se conocieron en prisión, donde estuvieron juntas. En el futuro, Josefina sería madrina de uno de los hijos de madame Tallien.

Los rumores de la época aseguran que madame Tallien también tuvo relaciones con Barras, después de separarse de su esposo. Fue el propio Barras quien presentó a Josefina y Bonaparte. Josefina tenía 32 años cuando conoció a Bonaparte y era seis años mayor que el general de Córcega. Al parecer, Bonaparte prefería mujeres mayores, ya que antes le había propuesto matrimonio a una viuda que le doblaba la edad. Juntos, Barras y Bonaparte (en ese entonces aún escribía su nombre Buonaparte) derrotaron una insurrección la primera semana de octubre de 1795. A finales de octubre, Barras y otros cuatro fueron elegidos Directores de Francia. Mientras tanto, Bonaparte tomó el puesto de Barras como General en Jefe del Ejército del Interior. Josefina siguió usando su influencia para ayudar a sus conocidos en el extranjero, franceses que deseaban regresar a Francia. Entre noviembre y diciembre, Bonaparte, quien ya había propuesto matrimonio a al menos otras dos mujeres adineradas —y con quienes había roto el compromiso—, comenzó a cortejar a Josefina.

Al ser extranjero, los directores y otros gobernantes y militares de Francia tenían poca confianza en Napoleón. Por eso, Barras, un gran defensor de Bonaparte, propuso que buscara una esposa francesa. Así, ganaría más la confianza de los directores, al punto de asignarle el mando del ejército, algo que Napoleón deseaba para liberar a su país del dominio de Austria. El matrimonio también le daría a Bonaparte una sólida conexión francesa, tanto que después de la boda, quitaría la letra u de su apellido italiano: Buonaparte.

Se ha escrito mucho sobre lo inesperada que fue la relación entre Josefina y Napoleón, pero la pareja tenía un pasado muy similar. Ambos eran isleños, habiendo nacido solo meses después de que Francia tomara posesión de Córcega y Martinica. Ambos nacieron de madres amables y disciplinadas, y de padres con problemas.

Sobre su relación con Napoleón, Josefina le escribiría a un amigo que no amaba al emperador y que se sentía “indiferente”. Josefina —que para entonces era conocida como Rosa— y Napoleón se comprometieron en enero de 1796 y se casaron por lo civil el 9 de marzo de 1796. Se cuenta que al momento del acto, el notario le recomendó a Josefina no hacerlo, pues se casaba con un general pobre, sin futuro, que no tenía para aportar al matrimonio más que su equipo militar. El ministro de Guerra hizo la misma recomendación, así como el contable de Josefina, este último porque el contrato de matrimonio implicaba que se compartirían equitativamente todos los gastos de vivienda, incluso los de la boda.

Dos días después de su matrimonio, Bonaparte partió para liderar el ejército francés en Italia. Desde allí, le envió muchas cartas muy románticas a su nueva esposa. Josefina se sintió atraída por este hombre de espíritu militar que a menudo le demostraba su amor. Por ejemplo, accedía a sus deseos y aceptaba sus crueldades, y también soportaba su situación económica. Se les veía juntos en las reuniones de Barras y en casa de los Tallien. En febrero de 1797, Bonaparte escribió:

«Usted, a quien la naturaleza ha dotado de espíritu, dulzura y belleza, la única que puede mover y gobernar mi corazón, ¡usted que conoce tan bien el poder absoluto que ejerce sobre él!»

Muchas de esas cartas se conservan hoy, mientras que hay pocas cartas de Josefina. No se sabe si se han perdido o si simplemente escribió pocas a Napoleón. Josefina guardó la mayoría de las cartas que recibió de Napoleón incluso después de su divorcio.

A pesar de su matrimonio, Josefina —menos enamorada de Napoleón de lo que él lo estaba de ella— continuó una vida social activa. Durante las constantes ausencias de Napoleón en el Ejército de Italia, ella tuvo otras relaciones, incluyendo una con un teniente de húsares llamado Hippolyte Charles, en 1796. Los rumores de estas relaciones de Josefina llegaron a oídos de Napoleón a través de sus hermanos y amigos. Incluso en una ocasión, al regresar de la expedición a Egipto, ya enterado de estas relaciones, llegó a expulsar a Josefina de su casa cuando se cansó de soportarlas. Sin embargo, el amor que sentía por ella fue más fuerte y la perdonó, continuando su vida juntos. Esto, o el posible divorcio, influyó decisivamente en Josefina, quien desde ese momento no volvió a tener otras relaciones.

Sin embargo, este comportamiento motivó que Napoleón tuviera otras relaciones. Algunas de ellas eran con damas de compañía de Josefina cuando Napoleón había alcanzado la cima del poder político, durante el Consulado y luego el Imperio. Con al menos una de ellas tuvo un hijo, el llamado Conde León. Una de las relaciones de Bonaparte fue con Pauline Bellisle Foures, la esposa de un oficial menor, quien llegó a ser conocida como la «Cleopatra de Napoleón».

Josefina como Emperatriz

Archivo:Jacques-Louis David 019
Josefina se arrodilla ante Napoleón durante su coronación en Notre Dame, pintura al óleo por Jacques-Louis David, 1808.

La relación entre los esposos estaba seriamente afectada, a pesar del amor que se tenían. Un incidente en el Palacio de Saint-Cloud casi puso fin al matrimonio cuando Josefina descubrió a Napoleón en el cuarto de una de sus criadas, Élisabeth de Vaudey. Esto causó una escena tensa entre el emperador y su esposa. El propio Napoleón estuvo a punto de terminar su matrimonio porque Josefina no podía tener hijos. Esto pudo deberse al estrés que sufrió en prisión, que aceleró su menopausia, o a lesiones por una caída de un balcón en 1798. Finalmente, y gracias a los esfuerzos de Hortensia, hija de Josefina, los esposos se reconciliaron y comenzaron los preparativos para la coronación.

Para la coronación del emperador, Josefina aprovechó la oportunidad para que el papa interviniera. El papa se negó a consagrar al emperador y a la emperatriz si no se realizaba la ceremonia religiosa de matrimonio. Por ello, en una ceremonia privada en la Capilla Real de las Tullerías, el día anterior a la coronación, es decir, el 1 de diciembre de 1804, se casaron religiosamente. De esta manera, Napoleón también tenía una opción: podría anular el matrimonio más tarde si le convenía, argumentando que no se realizó con todas las formalidades.

En la ceremonia de coronación, el trono de Napoleón estaba a la derecha del altar, mientras que Josefina estaba en un trono más pequeño, cinco escalones más abajo. Josefina fue coronada emperatriz por su esposo Napoleón en la catedral de Notre Dame el 2 de diciembre de 1804. La coronación no fue del agrado de la familia de Napoleón. Su madre Letizia ni siquiera asistió (en el cuadro de Jacques-Louis David aparece Letizia al fondo, pero esto es irreal, ya que Napoleón ordenó al pintor que la incluyera). Las hermanas de Napoleón, que no soportaban a su cuñada, tuvieron que cargar la cola del vestido de coronación de Josefina a regañadientes. Para conmemorar su matrimonio con Josefina, Napoleón mandó a fabricar una tiara que entregó al Papa Pío VII. En la pintura de la coronación, Josefina aparece de rodillas a punto de recibir la corona restaurada de Carlomagno, mientras que su esposo lleva la corona de laureles de oro al estilo de los emperadores romanos. La ceremonia de coronación duró más de tres horas.

Archivo:Tuilerienschloss02
Fachada oeste del palacio de las Tullerías durante el Segundo Imperio francés, lugar donde vivieron Napoleón y Josefina Bonaparte.

El día de la coronación, Napoleón llamó al notario que celebró el matrimonio civil para decirle: «Todavía cree que no tengo nada».

La falta de interés de Josefina en los asuntos intelectuales la mantuvo alejada de los temas de Bonaparte. Sin embargo, asistía continuamente a funciones teatrales y otras reuniones públicas, donde a veces daba discursos cortos. También le gustaba leer novelas sentimentales y era conocida por su afición a las compras. Sus gastos se estiman en cerca de un millón de francos, equivalente a unos 200.000 dólares anuales. Sus mayores lujos eran la ropa y su propiedad, el Castillo de Malmaison, donde coleccionaba flores exóticas, pinturas románticas, momias y otros objetos de los viajes de Napoleón.

En su papel de emperatriz, Josefina tuvo que seguir una vida de rituales y etiquetas elaboradas, dignas de las reinas de Francia del pasado. La mayoría de sus apariciones públicas tuvieron lugar en los Palacios de las Tullerías, Saint-Cloud y Fontainebleau, así como en Malmaison y, con menos frecuencia, en el Elíseo y Rambouillet. Josefina también viajó al extranjero: Estrasburgo, Maguncia, Baden, Wurtemberg y el reino italiano. Sus gastos eran pagados por el tesoro público y cubrían el costo de sus caros vestidos, chales, sombreros y zapatos, además de sedas, plumas, joyas, perfumes y curiosidades que solía usar en eventos públicos.

Archivo:Divorce de Napoleon et Josephine
Divorcio de Napoleón Bonaparte y Josefina por los artistas Bosselman - Chasselat.

El fin del matrimonio de Napoleón y Josefina fue el descubrimiento de que Josefina no podría tener un heredero con Napoleón. Durante varios años se pensó que Josefina sí podía tener hijos con Napoleón, ya que ella ya tenía dos hijos. Por eso, Napoleón asumió que él era el responsable de que no tuvieran hijos. Sin embargo, en 1806 Napoleón tuvo un hijo fuera del matrimonio. También en 1809, su pareja de ese momento, una condesa polaca llamada Maria Walewska, reveló que estaba embarazada. Al ver claramente que Josefina no podía darle un hijo a su esposo, ella aceptó divorciarse para que Napoleón pudiera volver a casarse y tener el heredero que tanto deseaba. El divorcio (10 de enero de 1810) fue el primero bajo el Código de Napoleón. En 1811, Napoleón se casó con la Archiduquesa María Luisa de Austria, con quien tuvo un hijo ese mismo año: Napoleón II de Francia.

Vida después del divorcio

Archivo:1809 Lettre Josephine a Napoleon
Carta de divorcio a Napoleón.

Después de su divorcio, Josefina se mudó a vivir al Castillo de Malmaison, cerca de París. Tras terminar la renovación de Malmaison, Josefina se dedicó casi por completo a sus jardines, especialmente a los rosales. Bajo la guía de Josefina, la carrera del pintor Pierre-Joseph Redouté floreció, dedicándose a pintar todo tipo de flores. Una rosa fue nombrada en honor al castillo de Malmaison y sus 650 rosales, la especie Souvenir de la Malmaison.

El divorcio le otorgó a Josefina ingresos para vivir cómodamente y varias propiedades como compensación. Sin embargo, la ex emperatriz siempre fue una mujer que gastaba mucho, amante del buen gusto. Por ello, sus ingresos nunca fueron suficientes para cubrir sus excesos en compras y gastos. A pesar del divorcio, mantuvo una relación constante con Napoleón a través de cartas y siguió queriéndolo hasta su muerte. Napoleón, por su parte, afirmó que lo único que los separaba eran las deudas de ella. Después de la abdicación de Napoleón, Josefina obtuvo la protección del emperador Alejandro I de Rusia.

Archivo:Tombeau de Joséphine Rueil
Tumba de Josefina y Hortensia de Beauharnais, obra de Pierre Cartellier, en la Iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil-Malmaison.

Josefina falleció el 29 de mayo de 1814, por complicaciones de un resfriado. Fue enterrada en la iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil. Cerca de 20.000 personas pasaron a ver el féretro de la emperatriz e inundaron París con folletos elogiando su nombre. Su hija Hortensia está enterrada junto a ella. La tumba está hecha de mármol de Carrara, Italia, y tiene esculpida a la emperatriz arrodillada en la misma postura que aparece en la pintura La coronación de Napoleón, de Jacques-Louis David.

Napoleón se enteró de la muerte de Josefina mientras estaba desterrado en la isla de Elba. Su hijastra Hortensia fue una de las primeras en recibirlo en el Palacio de las Tullerías cuando regresó de la Isla de Elba. En el exilio, Napoleón le dijo a un amigo: «verdaderamente amé a mi Josefina, pero no la respeté». Luego, tras el desastre de Waterloo, Napoleón se quedó en Malmaison hasta decidir qué haría después de la derrota final, una muestra del cariño que lo unió a su emperatriz. A pesar de sus muchas relaciones, el eventual divorcio y que se volvió a casar, las últimas palabras del emperador en la isla de Santa Helena fueron: «Francia, el ejército, Josefina.»

Descendientes de Josefina

El hijo de Hortensia llegó a ser Napoleón III. La nieta de Josefina, Josefina de Leuchtenberg, hija del duque Eugenio de Beauharnais, se casó con el rey Óscar I de Suecia, el hijo de quien fuera prometida de Napoleón, Desideria Clary. Por este último enlace, Josefina es antepasada directa de los actuales reyes de Suecia, Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca y Noruega.


Predecesor:
María Antonieta de Austria
Reina consorte de los franceses
Blason Imperatrice Josephine.svg
Emperatriz consorte de los franceses

2 de diciembre de 1804-10 de enero de 1810
Sucesor:
María Luisa de Austria

Títulos de Josefina

Esta tabla aún no está actualizada. Puedes contribuir aportando información sobre títulos y tratamientos de esta persona.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Joséphine de Beauharnais Facts for Kids

kids search engine
Josefina de Beauharnais para Niños. Enciclopedia Kiddle.