Revolución oriental para niños
La Revolución Oriental fue un proceso muy importante que ocurrió en la región que hoy conocemos como Uruguay. Comenzó el 28 de febrero de 1811 con un llamado a la libertad conocido como el Grito de Asencio. En este tiempo, la gente de la región, liderada por José Gervasio Artigas, buscaba expulsar a los españoles y lograr su propia forma de gobierno.
Al principio, esta revolución estaba relacionada con la creación de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1810. La idea era que la región oriental fuera una provincia más, con cierta autonomía, como se planteó en las famosas «Instrucciones del año XIII». Estas instrucciones eran un conjunto de ideas que los representantes orientales llevaron a una reunión importante en Buenos Aires en 1813. En ese momento, no se pensaba en crear un país totalmente separado, sino en tener más libertad dentro de una gran unión de provincias.
Sin embargo, a medida que la gente de la región oriental luchaba por su autonomía y contra las decisiones del gobierno de Buenos Aires, fue creciendo un fuerte sentimiento de identidad propia, al que llamaron la «orientalidad». Este sentimiento se hizo más fuerte durante un evento conocido como el Éxodo Oriental. La Revolución Oriental terminó en 1820, cuando Artigas fue derrotado en la Batalla de Tacuarembó y tuvo que exiliarse en Paraguay.
Contenido
- El inicio de los cambios en 1810
- El estallido de la Revolución Oriental
- La Batalla de Las Piedras
- El primer Sitio de Montevideo
- La Primera Invasión Portuguesa
- Armisticio de Octubre
- El Éxodo Oriental
- Sarratea
- La Asamblea General de 1813
- El Congreso de Tres Cruces
- El Congreso de Capilla Maciel
- La “Marcha Secreta”
- Guerra entre Artigas y el Directorio
- Tercera campaña de la expedición a la Banda Oriental
- La Liga Federal
- El momento de mayor fuerza de la Revolución
- El final de la Revolución
- Véase también
El inicio de los cambios en 1810
En mayo de 1810, en Buenos Aires, hubo un gran cambio. El virrey español, Baltasar Hidalgo de Cisneros, fue obligado a convocar una reunión especial llamada Cabildo Abierto. Aunque Buenos Aires tenía muchos habitantes, solo unos pocos "vecinos" importantes fueron invitados a esta reunión.
En el Cabildo Abierto, se discutieron dos ideas principales:
- Algunos querían que el virrey fuera reemplazado por una autoridad elegida por la gente nacida en América (los criollos).
- Otros querían que todo siguiera igual, sin cambios.
Pronto se hizo evidente que la mayoría apoyaba el cambio.
No se escribieron actas detalladas de esta reunión, por lo que sabemos lo que pasó gracias a los recuerdos de quienes estuvieron allí. Hubo discursos importantes, como el de Juan José Castelli, quien explicó que, al no haber un rey en España (Fernando VII estaba prisionero), el poder volvía al pueblo. Por lo tanto, los habitantes de América tenían derecho a elegir su propio gobierno.
Otro orador, el fiscal Manuel Genaro de Villota, estuvo de acuerdo en que el poder volvía al pueblo, pero pensaba que todas las decisiones debían tomarse en una gran reunión de todo el reino español. Él temía que si Buenos Aires decidía por sí sola, las demás provincias también lo harían, y esto causaría la desunión.
Finalmente, el abogado Juan José Paso propuso una solución: Buenos Aires, al ser la capital, debía tomar las riendas de forma provisional, como un "hermano mayor" que cuida de los "hermanos menores" (las otras provincias), hasta que se pudiera reunir una asamblea con representantes de todas las regiones. Esta idea de Buenos Aires como "hermana mayor" fue muy importante y marcó el inicio de la idea de un gobierno centralizado.
Después de muchas discusiones, se votó. La mayoría (155 votos contra 69) decidió que el virrey debía ser reemplazado. Se acordó que el poder pasaría temporalmente al Cabildo de Buenos Aires, que debía nombrar una junta de gobierno provisional y convocar a un congreso con diputados de todas las provincias para decidir el futuro.
Así, el 25 de mayo de 1810, se formó la Junta de Mayo, el primer gobierno autónomo del Río de la Plata. Esta junta estaba presidida por Cornelio Saavedra.
La reacción de Montevideo
Una de las primeras preocupaciones de la Junta de Mayo fue que Montevideo aceptara su autoridad, ya que esta ciudad seguía bajo control español. Se enviaron mensajes y representantes, como el capitán Martín Galain y luego el doctor Juan José Paso, para convencer a Montevideo.
El 1 de junio de 1810, Montevideo tuvo su propio Cabildo Abierto. Al principio, se decidió aceptar la autoridad de Buenos Aires, pero con condiciones. Sin embargo, la llegada de noticias falsas sobre victorias españolas en Europa cambió la situación. El 2 de junio, Montevideo decidió reconocer al Consejo de Regencia de España y no a la Junta de Buenos Aires, a menos que esta última también reconociera a la regencia española.
La misión de Paso en Montevideo también fracasó. Fue recibido con desconfianza y no se le permitió entrar a la ciudad. Aunque pudo hablar en el Cabildo Abierto, sus palabras fueron interrumpidas. Montevideo, con una fuerte presencia militar española y comerciantes que se beneficiaban de la protección española, decidió mantenerse fiel a las autoridades de España.
El gobernador de Montevideo, Joaquín de Soria, y luego Francisco Javier de Elío, quien llegó como nuevo virrey, tomaron medidas para controlar la región oriental. Cerraron los puertos a los barcos de Buenos Aires, reforzaron las tropas y pidieron "donativos patrióticos" (contribuciones forzosas) a la población. También confiscaron tierras a quienes consideraban enemigos de la corona. Estas medidas hicieron que muchos habitantes rurales se sintieran descontentos con el gobierno de Montevideo.
El estallido de la Revolución Oriental
El descontento en el campo oriental era grande. El 28 de febrero de 1811, dos líderes locales, Venancio Benavídez y Pedro Viera, se levantaron en armas a orillas del arroyo Asencio, cerca de la actual ciudad de Mercedes. Este evento, conocido como el Grito de Asencio, es considerado el inicio de la Revolución Oriental.
Este levantamiento se extendió rápidamente por toda la campaña. Muchos líderes locales, como Pedro Ojeda, Manuel Francisco Artigas, Fernando Otorgués, Joaquín Suárez y Juan Antonio Lavalleja, reunieron fuerzas y se unieron a la causa.
José Gervasio Artigas, quien había abandonado su puesto militar en Colonia y se había ofrecido a la Junta de Buenos Aires, regresó a la Banda Oriental. El 9 de abril, desembarcó con sus tropas y se dirigió a Mercedes, donde la mayoría de la región ya estaba en armas, excepto Montevideo, Colonia y algunos otros pueblos con guarniciones españolas.
Al principio, el virrey Elío no le dio mucha importancia al levantamiento, pensando que eran solo "partidas de ladrones". Sin embargo, pronto se dio cuenta de la gravedad de la situación. Artigas estableció su cuartel general en Mercedes y comenzó a organizar a las milicias, que eran principalmente gauchos e indígenas.
Los revolucionarios lograron ocupar casi toda la campaña, dejando a los españoles reducidos a tres puntos fortificados en el sur: Montevideo, Colonia del Sacramento y Maldonado.
La Batalla de Las Piedras

El virrey Elío, preocupado por el avance de los revolucionarios, envió al capitán José Posadas con un ejército de 1230 hombres a Las Piedras para detener a Artigas. Las fuerzas de Artigas, aunque menos equipadas, sumaban unos 1000 hombres.
El 18 de mayo de 1811, se libró la Batalla de Las Piedras. Artigas ordenó a su caballería atacar y rodear al enemigo. Después de un duro combate, las fuerzas españolas se rindieron. Artigas pronunció su famosa frase: "Curad a los heridos, clemencia para los vencidos".
La victoria en Las Piedras fue un desastre para los españoles. Tuvieron 150 bajas y 482 prisioneros, incluyendo al propio Posadas. Con esta derrota, los españoles quedaron encerrados en Montevideo y Colonia. Pocos días después, el 27 de mayo, Colonia del Sacramento también cayó en manos de los revolucionarios.
Este triunfo dio a las fuerzas de Artigas el control total de la campaña oriental. En Buenos Aires, la noticia fue recibida con gran alegría, y Artigas fue ascendido a coronel.
El primer Sitio de Montevideo
Después de la victoria en Las Piedras, Artigas exigió la rendición de Montevideo. Al ser rechazada, comenzó un asedio para privar a la ciudad de recursos. Artigas quería atacar la ciudad, pero recibió órdenes de José Rondeau, el comandante de las fuerzas de Buenos Aires, de no hacerlo.
Montevideo tenía pocas reservas de alimentos y leña. Artigas sabía esto y buscó cortar los suministros y la movilidad de los españoles. Sin embargo, los españoles controlaban los ríos, lo que les permitía recibir ayuda por mar.
El virrey Elío intentó negociar con Artigas, ofreciéndole dinero y un alto cargo, pero Artigas rechazó indignado estas propuestas.
La Primera Invasión Portuguesa
En julio de 1811, los portugueses, aliados de Elío, invadieron la Banda Oriental bajo el mando de Diogo de Souza. Su ejército, llamado "ejército Pacificador de la Banda Oriental", tenía unos 4000 hombres. Los portugueses declararon que su intención era "pacificar" la región, no conquistarla.
Ante esta nueva amenaza, la situación se volvió muy difícil para los revolucionarios.
Armisticio de Octubre
La situación en las Provincias Unidas del Río de la Plata era complicada, con derrotas en el norte y la invasión portuguesa. Por ello, Buenos Aires buscó un acuerdo de paz con Elío. Las negociaciones se llevaron a cabo en Río de Janeiro y culminaron en el Armisticio de Octubre de 1811. Este acuerdo buscaba restablecer la paz y garantizar el comercio.
Sin embargo, Elío exigía que los revolucionarios abandonaran completamente la Banda Oriental. Esto causó un gran descontento entre los orientales.
Las asambleas
Los orientales, que habían luchado tanto, se negaron a aceptar el abandono del sitio de Montevideo. Se realizaron dos reuniones importantes:
- Asamblea de la Panadería de Vidal (10 de septiembre de 1811): Los representantes de Buenos Aires explicaron la difícil situación y el peligro portugués. Los orientales se opusieron a levantar el sitio y dijeron que estaban dispuestos a seguir luchando solos.
- Asamblea de la Chacra de la Paraguaya (10 de octubre de 1811): En esta segunda reunión, Artigas tuvo un papel más destacado. Aunque se les prometió ayuda, la gente de la región se mantuvo firme en su decisión de continuar el sitio bajo el mando de Artigas. Artigas expresó su desacuerdo con el tratado, diciendo que no quería abandonar a su gente a la venganza de sus enemigos.
A pesar de la oposición de los orientales, el 7 de octubre de 1811, Elío y Buenos Aires llegaron a un acuerdo.
Asamblea de San José
El 23 de octubre, los orientales se enteraron de que Buenos Aires había ratificado el armisticio, lo que significaba que la Banda Oriental volvería a estar bajo control español. Esto causó una gran conmoción. Artigas describió la angustia de su pueblo ante este dilema.
En esta asamblea, se tomaron tres decisiones clave:
- No aceptar los artículos del acuerdo entre Buenos Aires y Montevideo.
- No dejar las armas hasta que los portugueses se fueran del país.
- Dejar sus pocas pertenencias y trasladarse con sus familias a cualquier lugar donde pudieran ser libres, a pesar de las dificultades.
El Éxodo Oriental
En este ambiente de frustración, miles de orientales decidieron seguir a Artigas. El 12 de octubre de 1811, se levantó el sitio a Montevideo. A partir del 23 de octubre, Artigas y un gran número de civiles, unas 16.000 personas, comenzaron una marcha hacia el norte, dejando atrás sus hogares. Este evento es conocido como el Éxodo Oriental.
Participaron personas de todas las clases sociales, viviendo en condiciones muy difíciles. Artigas mismo describió la valentía de su gente, que quemaba sus casas y caminaba a pie, mostrando gran energía y resignación.
La caravana, que llegó a extenderse por 50 kilómetros, cruzó ríos como el Negro y el Uruguay, en una travesía muy dura. El 10 de junio de 1812, Artigas instaló su campamento en el Ayuí, en la actual provincia argentina de Entre Ríos.
En el Ayuí
Las condiciones de vida en el campamento del Ayuí eran extremadamente difíciles, con escasez de alimentos, ropa y armas. A pesar de esto, este período fue crucial para el desarrollo de las ideas federalistas de Artigas y para definir las características de su movimiento. Aquí se consolidó la separación de Artigas de los gobiernos de Buenos Aires, y el líder oriental comenzó a entender que los sectores más humildes serían los más leales.
Artigas también buscó apoyo en otras provincias, como Entre Ríos y Corrientes, para organizar una acción conjunta contra los portugueses.
Sarratea
La actividad de Artigas en el Ayuí molestó al gobierno de Buenos Aires, que lo veía como un líder desobediente. Por ello, enviaron a Manuel de Sarratea, uno de sus miembros, para controlar la situación. Sarratea se instaló cerca del campamento de Artigas y trató de debilitar su influencia, ofreciendo cargos y ventajas a quienes lo abandonaran. Algunos colaboradores importantes de Artigas lo dejaron, como Pedro Viera y Joaquín Suárez.
Artigas, sin embargo, se mantuvo firme. Se negó a cumplir órdenes que consideraba que lo privarían de su fuerza y dejó claro que su ejército era diferente al de Buenos Aires. Esta fue la primera ruptura importante de Artigas con el gobierno de Buenos Aires. Artigas afirmó: "La cuestión es sólo entre la libertad y el despotismo. Nuestros opresores, no por su patria, sino por serlo, forman el objeto de nuestro odio.".
Finalmente, Sarratea, incapaz de controlar a Artigas, le entregó el mando a José Rondeau y regresó a Buenos Aires.
La Asamblea General de 1813
En Buenos Aires, se reunió la Asamblea General de 1813, con el objetivo de redactar una constitución y declarar la independencia. El gobierno de Buenos Aires, liderado por figuras como Bernardino Rivadavia, tenía una visión centralista, es decir, querían un gobierno fuerte y centralizado en Buenos Aires.
La Asamblea tomó algunas medidas importantes, como la libertad de vientres (los hijos de esclavos nacerían libres), la abolición de la nobleza y la supresión de la Inquisición. Sin embargo, no declaró la independencia ni aprobó una constitución, lo que muestra las dudas de los líderes de Buenos Aires.
El Congreso de Tres Cruces
Entre el 5 y el 21 de abril de 1813, se celebró el Congreso de Tres Cruces en Montevideo, convocado por Artigas. En este congreso, Artigas leyó su famosa Oración Inaugural, donde dijo: "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana".
El congreso tenía como objetivo decidir si se reconocía a la Asamblea Constituyente de Buenos Aires. Se decidió reconocerla, pero con condiciones, que se plasmaron en las famosas Instrucciones del año XIII.
Las Instrucciones del año XIII
Las Instrucciones del año XIII son un conjunto de veinte artículos que resumen las ideas principales de Artigas. Se cree que fueron redactadas por Miguel Barreiro, secretario de Artigas, basándose en documentos de Estados Unidos, que ya había logrado su independencia.
Los tres primeros artículos son muy importantes:
- Pedir la independencia absoluta de las colonias españolas.
- Adoptar un sistema de confederación, donde las provincias se unieran pero mantuvieran su autonomía.
- Promover la libertad civil y religiosa.
Otro artículo clave decía que el gobierno de las Provincias Unidas debía residir fuera de Buenos Aires.
Cuando los representantes orientales llegaron a Buenos Aires con estas instrucciones, la Asamblea Constituyente los rechazó. La razón oficial fue que no habían sido elegidos según sus reglas, pero el verdadero motivo era que las ideas federalistas de Artigas chocaban con la visión centralista de Buenos Aires. Para Buenos Aires, Artigas y su federalismo eran un obstáculo para sus intereses.
Gobierno Económico de Canelones
El Gobierno Económico de Canelones fue una de las primeras medidas importantes de Artigas. Se formó el 20 de abril de 1813 en Villa de Guadalupe (actual Canelones), ya que Montevideo estaba sitiada.
Este gobierno, que funcionaba de manera muy participativa, declaró la independencia de la Provincia Oriental. Aunque no buscaba la separación total, sí afirmaba que la provincia debía ser un "Estado libre, soberano e independiente".
El Gobierno Económico se encargó de recaudar impuestos, administrar justicia, fomentar la agricultura y ganadería, y abastecer al ejército. Aunque duró solo ocho meses, fue un ejemplo de la capacidad administrativa de Artigas.
El Congreso de Capilla Maciel
Debido al rechazo de los diputados orientales en Buenos Aires, se convocó un nuevo congreso en Capilla Maciel en diciembre de 1813. El objetivo era corregir la forma de elección de los representantes.
Sin embargo, Artigas no estuvo de acuerdo con algunas decisiones de este congreso, que contradecían lo acordado en Tres Cruces. Envió un mensaje exigiendo que se suspendieran las sesiones, pero el congreso decidió no hacerle caso y se disolvió. Esto marcó una nueva tensión entre Artigas y Buenos Aires.
La “Marcha Secreta”
Después del Congreso de Capilla Maciel, Artigas tomó una decisión importante: abandonar el sitio de Montevideo. Esto significaba una ruptura total con Buenos Aires. El 20 de enero de 1814, Artigas se retiró con sus tropas en silencio, dejando desprotegida una parte del sitio. Este acto fue llamado la “marcha secreta”.
Artigas se dirigió hacia el noreste, estableciendo su cuartel general en Belén. Desde allí, comenzó a extender sus ideas federalistas a las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, buscando apoyo para su causa.
Guerra entre Artigas y el Directorio
La retirada de Artigas del sitio de Montevideo y sus acciones contra Buenos Aires provocaron una fuerte reacción. El Director Gervasio de Posadas (tío de Carlos María de Alvear) declaró a Artigas "infame, fuera de la ley y enemigo de la patria", ofreciendo una recompensa por él.
Artigas, en respuesta, declaró la guerra al Directorio de Buenos Aires y promovió levantamientos en las provincias del litoral. Las fuerzas de Buenos Aires enviaron una expedición para combatirlo, pero Artigas logró derrotar a sus enemigos en varias batallas, como la de Combate de El Espinillo.
En pocos meses, Artigas y sus seguidores lograron controlar cuatro provincias: Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Misiones.
Tercera campaña de la expedición a la Banda Oriental
Ante las victorias de Artigas, el gobierno de Buenos Aires intentó negociar un nuevo armisticio con Montevideo, pero fracasó. También enviaron una misión a Artigas, ofreciéndole un acuerdo que reconocía su autonomía y le daba apoyo militar, pero Artigas rechazó el pacto porque no se ajustaba a sus principios.
Mientras tanto, la situación en Montevideo era difícil para los españoles, sitiados por tierra. El almirante Guillermo Brown, al mando de la flota de Buenos Aires, bloqueó el puerto de Montevideo el 20 de abril de 1814, dejando a la ciudad sin suministros por mar. La flota española fue derrotada en el Combate naval del Buceo el 17 de mayo de 1814.
Finalmente, el gobernador de Montevideo, Gaspar de Vigodet, se rindió el 20 de junio de 1814, debido al hambre, las enfermedades y la falta de recursos. Las tropas de Buenos Aires, al mando de Carlos María de Alvear, entraron en la ciudad. Alvear no respetó las condiciones de rendición y gobernó Montevideo como un ejército de ocupación, lo que generó más conflictos con Artigas.
Artigas, para aislar a las fuerzas de Buenos Aires, ocupó todos los pasos al norte de Montevideo. Aunque se firmó un acuerdo entre Alvear y Artigas, este no se cumplió. Las fuerzas de Buenos Aires fueron derrotadas en la Batalla de Guayabos por el general Fructuoso Rivera, lo que las obligó a evacuar la Provincia Oriental.
La Liga Federal

La Liga Federal, también conocida como Liga de los Pueblos Libres, fue una unión de provincias creada por Artigas. Incluía la Provincia Oriental y las actuales provincias argentinas de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, Misiones y Córdoba, además de las Misiones Orientales.
Artigas creía que el sistema federalista era el mejor para la nueva nación. Quería que cada provincia tuviera su propio gobierno, su constitución y su ejército, pero que todas estuvieran unidas por un gobierno central. Esta idea se basaba en la experiencia de Estados Unidos y en la tradición española.
En cuanto a la economía, Artigas al principio apoyó el libre comercio, pero luego se inclinó por el proteccionismo. Esto significaba poner impuestos altos a los productos importados para proteger la industria local. Esta política le causó más problemas con Buenos Aires y con Inglaterra.
La Liga Federal fue apoyada principalmente por indígenas y gauchos, la población rural y más humilde. Artigas los apoyó con su Reglamento Provisorio para Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados de 1815, que permitía expropiar tierras a los "malos europeos y peores americanos" para repartirlas entre los más necesitados. También defendió la educación para todos y la creación de comunidades indígenas autónomas.
En 1815, Artigas convocó el Congreso de Oriente en Concepción del Uruguay, donde se proclamó la "unidad federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero".
El momento de mayor fuerza de la Revolución
Entre 1815 y 1816, la Revolución Oriental alcanzó su punto más alto. Artigas impulsó cambios sociales, políticos y económicos que transformaron la región.
Purificación, la Capital de la Liga Federal
Artigas estableció su cuartel general en Purificación, a unos cien kilómetros al norte de Paysandú. Este lugar se convirtió en la capital de la Liga Federal. Allí, Artigas creó un centro para "purificar" a los sospechosos y desafectos, donde permanecían bajo vigilancia y realizaban tareas rurales.
La población civil vivía en ranchos sencillos. La casa de Artigas era amplia pero sin muchos muebles. Purificación llegó a tener entre 1.500 y 2.000 habitantes y era un centro de comercio.
El Artiguismo en Montevideo y el Cabildo Gobernador
Cuando los artiguistas entraron en Montevideo, hubo tensiones. Artigas nombró a Fernando Otorgués como Gobernador Político y Militar. El Cabildo (gobierno municipal) se encargaba de las funciones de la ciudad.
Surgieron diferencias sobre cómo tratar a los españoles que habían apoyado a las autoridades coloniales. Artigas ordenó que los españoles considerados enemigos de la revolución fueran enviados a Purificación o que sus bienes fueran confiscados. Estas medidas fueron impopulares para muchos montevideanos.
También hubo problemas con algunos comerciantes que se aprovecharon de la situación para obtener privilegios. Cuando Artigas se enteró de estas irregularidades, destituyó a Otorgués y lo envió a la frontera. El Cabildo de Montevideo asumió el control de la ciudad y del interior de la provincia, con el título de Cabildo Gobernador. Artigas nombró a Fructuoso Rivera como comandante militar de Montevideo y a su secretario Miguel Barreiro como delegado para mantener el contacto con la ciudad.
Aunque se corrigieron algunos abusos, Artigas se volvió más autoritario. Dividió el territorio en departamentos, reorganizó el comercio y fundó la primera biblioteca pública y dos escuelas gratuitas.
El Reglamento de Tierras
El Reglamento provisorio de 1815 de la campaña y seguridad de sus hacendados, aprobado por Artigas el 10 de septiembre de 1815, fue una de sus medidas más importantes. Buscaba dar seguridad en el campo y asentar a los gauchos y la población sin tierras.
El reglamento permitía expropiar tierras a los "malos europeos y peores americanos" (enemigos de la revolución) y repartirlas entre la población rural sin costo. Se daba preferencia a los más necesitados: "los negros libres, los zambos de igual clase, los indios y los criollos pobres". También se beneficiaba a las viudas pobres con hijos y a los casados.
Cada beneficiario recibiría una porción de tierra y ganado, con la condición de construir un rancho y corrales en dos meses. Los bienes recibidos no podían venderse.
Este reglamento generó una gran distancia entre las ideas de las clases altas de Montevideo, que querían mantener sus privilegios, y las de la población rural, que buscaba una redistribución de la tierra. La aplicación del reglamento fue difícil y lenta, y algunos líderes rurales comenzaron a repartir tierras por su cuenta.
Reglamento de aduanas
El Reglamento de Aduanas, aprobado el 9 de septiembre de 1815, fue otro paso importante. Artigas cambió su política de libre comercio a una de proteccionismo. Esto significaba que los productos extranjeros pagarían impuestos altos (25% o más) para proteger la producción local. Los productos de otros países americanos pagarían menos (4%).
Este reglamento buscaba proteger la industria artesanal de las provincias y canalizar el comercio a través de los puertos de la Banda Oriental, especialmente Montevideo, que vivió un período de prosperidad.
Las políticas para los pueblos indígenas
Artigas también se preocupó por los pueblos indígenas. Creía que debían gobernarse por sí mismos y cuidar sus propios intereses. En 1815, escribió al Gobernador de Corrientes diciendo: "Yo deseo que los indios, en sus pueblos, se gobiernen por sí, para que cuiden sus intereses como nosotros los nuestros.".
En 1816, Artigas inició un proyecto para asentar a indígenas guaycurúes y abipones en Purificación. Les pidió al Cabildo Gobernador que les enviaran herramientas para la agricultura. Gracias a estas políticas, muchos indígenas emigraron a la Banda Oriental.
El final de la Revolución
Invasión Luso-Brasileña

Portugal siempre había querido controlar la Banda Oriental. En 1816, el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, con su corte en Río de Janeiro, decidió invadir la región. Consideraban que la situación en la Banda Oriental y el liderazgo de Artigas eran una amenaza. El Reglamento Provisorio de Tierras de 1815, que confiscaba tierras a los enemigos de la revolución, fue la excusa final para la invasión.
Las fuerzas portuguesas, al mando de Carlos Federico Lecor, eran mucho más grandes y experimentadas que las de Artigas. Lecor tenía entre 12.000 y 16.000 hombres, muchos de ellos veteranos de las guerras en Europa, mientras que Artigas contaba con unos 6.000 hombres, principalmente indígenas y gauchos.
La invasión comenzó en agosto de 1816. Artigas intentó llevar la guerra a territorio portugués y obtuvo algunas victorias iniciales, pero las fuerzas portuguesas lograron importantes triunfos en batallas como San Borja, Ibirocahy y Carumbé.
El gobierno de Buenos Aires, liderado por Juan Martín de Pueyrredón, no veía con malos ojos la invasión portuguesa, ya que consideraba que debilitaría a Artigas. Aunque se intentaron negociaciones, Artigas se negó a reconocer la autoridad de Buenos Aires.
Las derrotas continuaron para el ejército artiguista en 1817. Lecor entró en Montevideo el 20 de enero de ese año. Sin embargo, los revolucionarios continuaron la resistencia en el campo con tácticas de guerrilla.
En 1819, las tropas artiguistas estaban muy debilitadas. En enero de 1820, se libró la batalla de Tacuarembó, donde los 2.000 soldados de Andrés Latorre fueron derrotados. Esta batalla marcó el principio del fin de la Revolución Oriental.
Fructuoso Rivera, el único líder importante que quedaba en la Banda Oriental, negoció con el jefe invasor, Bento Manuel Ribeiro, en marzo de 1820. Este acuerdo, conocido como el Acuerdo de Tres Árboles, buscaba garantizar la paz y que a los orientales no se les quitaran sus tierras. La población, agotada por la guerra, aceptó la propuesta. La guerra tuvo consecuencias muy graves, con miles de personas fallecidas.
Guerra entre Artigas y Ramírez
Después de la derrota en Tacuarembó, Artigas tuvo un conflicto con Francisco Ramírez, un líder de Entre Ríos que había sido su aliado. Ramírez firmó un tratado con Buenos Aires (el Tratado de Pilar) sin el conocimiento de Artigas, lo que dejaba a los orientales desprotegidos.
Artigas acusó a Ramírez de traición, y Ramírez respondió con dureza, negándole a Artigas el derecho a imponer su voluntad sobre las provincias.
Se desató una guerra entre Artigas y Ramírez en Entre Ríos. Artigas, con un ejército más pequeño, fue derrotado en varias batallas, como la Batalla de la Bajada del Paraná y la Batalla de Ávalos. En Ávalos, Artigas perdió a sus mejores oficiales y a su secretario, y tuvo que huir con solo 12 hombres.
El exilio de Artigas
Derrotado y perseguido, Artigas se acercó a la frontera de Paraguay. El 5 de septiembre de 1820, cruzó el río Paraná hacia Itapuá y pidió refugio al dictador Gaspar Rodríguez de Francia.
Rodríguez de Francia aceptó, pero con la condición de que Artigas no fuera acompañado por grandes grupos de personas. Artigas licenció a sus fuerzas y se dirigió a Asunción con solo dos sargentos y un sirviente, el Negro Ansina. Fue confinado en un convento y luego enviado a San Isidro de Curuguaty, donde vivió hasta su muerte.
Final de la Revolución Oriental
Así terminó el ciclo de la Revolución Oriental en 1820. Con la derrota en la batalla de Tacuarembó, el Acuerdo de Tres Árboles y el exilio de José Gervasio Artigas, el líder de los orientales, se marcó el fin de este importante período de lucha por la libertad y la autonomía en la región.
Véase también
- Expediciones Libertadoras a la Banda Oriental
- Guerras civiles argentinas