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Guerra del Peloponeso para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guerra del Peloponeso
Parte de Guerras del Peloponeso
Map Peloponnesian War 431 BC-es.svg
Mapa de 431 a. C., en vísperas de la guerra.
Fecha 431 a. C.-404 a. C.
Lugar Grecia continental, Asia Menor, Sicilia
Resultado Victoria espartana
Cambios territoriales Disolución de la Liga de Delos
Beligerantes
Liga de Delos:
Atenas
El Pireo
Mileto
Liga del Peloponeso:
Esparta
Corinto
Tebas
Comandantes
Pericles
Cleón
Nicias
Alcibíades
Arquidamo II
Brásidas
Lisandro
Alcibíades
Fuerzas en combate
32 000 32 000
Bajas
16 800 muertos y heridos 5700 muertos y heridos

La Guerra del Peloponeso (en griego, Peloponnēsiakós Pólemos) fue un gran conflicto en la Antigua Grecia. Ocurrió entre los años 431 a.C. y 404 a.C. En esta guerra se enfrentaron dos grandes grupos de ciudades: la Liga de Delos, liderada por Atenas, y la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta.

Los historiadores suelen dividir esta guerra en tres etapas. La primera se llamó la Guerra Arquidámica. Durante esta fase, Esparta invadió varias veces la región de Ática, donde estaba Atenas. Mientras tanto, Atenas usó su poderosa flota para atacar las costas del Peloponeso. Esta etapa terminó en 421 a.C. con un acuerdo de paz llamado la Paz de Nicias.

Sin embargo, la paz no duró mucho. Pronto hubo nuevos enfrentamientos, lo que llevó a la segunda etapa. En 415 a.C., Atenas envió una gran expedición a Sicilia para atacar a algunos aliados de Esparta. Esta expedición, que duró hasta 413 a.C., fue un desastre para Atenas. Gran parte de su ejército fue destruido y muchos soldados atenienses fueron capturados.

Esto dio paso a la fase final de la guerra, conocida como la Guerra de Decelia. En esta etapa, Esparta recibió ayuda de Persia. Con este apoyo, Esparta impulsó rebeliones en ciudades que estaban bajo el control de Atenas. Esto debilitó mucho a la Confederación de Delos y Atenas perdió su dominio en el mar. La guerra terminó cuando la flota de Atenas fue destruida en la Batalla de Egospótamos. Atenas se rindió al año siguiente.

La Guerra del Peloponeso cambió por completo el mapa de la Antigua Grecia. Atenas, que era la ciudad más importante antes de la guerra, quedó muy debilitada. Esparta se convirtió en la principal potencia de Grecia. La guerra también causó grandes problemas económicos en toda la región. Muchas ciudades quedaron en la pobreza, y Atenas nunca recuperó su antigua riqueza. Este conflicto también provocó cambios en la sociedad griega. Las guerras entre ciudades se volvieron más intensas y destructivas. La Guerra del Peloponeso marcó el final de la época dorada de Grecia en el siglo V a.C..

¿Qué causó la Guerra del Peloponeso?

Archivo:Hoplites
Recreación moderna de una fila de hoplitas, soldados de la Antigua Grecia.

El historiador Tucídides explicó que Esparta inició la guerra contra Atenas porque temía que Atenas se volviera demasiado poderosa. Atenas había crecido mucho en los cincuenta años antes de la guerra. Después de que los griegos vencieran a los persas en 480 a.C., Atenas lideró un grupo de ciudades griegas llamado la Confederación de Delos. Juntos, atacaron territorios persas en el Egeo.

Este periodo se conoce como la Pentecontecia (que significa "cincuenta años"). Durante este tiempo, Atenas se hizo muy fuerte. Muchas ciudades que antes eran sus aliadas se convirtieron en ciudades que le pagaban tributos. Estos tributos se usaban para mantener una gran flota y para construir grandes obras públicas en Atenas.

Las tensiones entre Atenas y las ciudades del Peloponeso, como Esparta, comenzaron a crecer. Esparta intentó evitar que Atenas reconstruyera sus murallas después de la guerra con Persia. Sin murallas, Atenas sería vulnerable a ataques por tierra. Aunque Esparta no actuó en ese momento, se sintió molesta.

En 465 a.C., hubo una revuelta de un grupo de personas que trabajaban para Esparta, conocidos como ilotas. Esparta pidió ayuda a sus aliados, incluyendo Atenas. Atenas envió un grupo de soldados, pero Esparta los rechazó al llegar. Los atenienses se sintieron ofendidos y rompieron su alianza con Esparta. Cuando los rebeldes se rindieron, Atenas les permitió establecerse en Naupacto, una ciudad importante en el golfo de Corinto.

En 459 a.C., Atenas se alió con Mégara, una ciudad cercana a Corinto, que era aliada de Esparta. Esto llevó a un conflicto de quince años, conocido como la Primera Guerra del Peloponeso. Atenas luchó contra Esparta, Corinto y otras ciudades. Al final, Atenas y Esparta acordaron respetar las alianzas de cada uno. La guerra terminó oficialmente con la Paz de los Treinta Años en 446-445 a.C.

Eventos que llevaron al conflicto

Dos eventos principales rompieron la Paz de los Treinta Años y llevaron a la reanudación de la guerra:

  • Un conflicto entre Corinto y Córcira.
  • La decisión de Potidea, una ciudad fundada por Corinto, de separarse de Atenas.

Además, el gran crecimiento del poder de Atenas y un decreto ateniense contra Mégara también fueron causas importantes.

Conflicto entre Corinto y Córcira

En 435 a.C., Córcira y Corinto comenzaron a luchar. Corinto intervino en un conflicto interno en su ciudad fundada, Epidamno. Córcira, que también era una antigua ciudad fundada por Corinto, asedió Epidamno. Los corintios enviaron una expedición naval. Los corcireos pidieron que la Liga del Peloponeso y el oráculo de Delfos resolvieran la disputa. Como Corinto se negó, hubo una batalla naval cerca de Córcira, donde los corcireos ganaron.

Dos años después, en 433 a.C., Córcira pidió unirse a la Liga de Delos de Atenas. Esto se debía a que Corinto estaba preparando una gran flota para vengarse. Atenas envió una pequeña flota de diez barcos de guerra (llamados trirremes) para ayudar a Córcira. Más tarde, enviaron veinte barcos más. La orden era no atacar a los corintios a menos que ellos atacaran primero a Córcira.

En la Batalla de Síbota, las flotas de Córcira y Corinto se enfrentaron. Justo cuando los corintios estaban a punto de ganar, vieron la flota ateniense acercarse. Sin saber cuántos barcos atenienses había, los corintios se retiraron. Córcira hizo una alianza defensiva con Atenas. Esto significó que Atenas tendría presencia en los puertos de Córcira, lo que molestó a Corinto.

La situación de Potidea

Los intereses de Atenas y Corinto también chocaron en el norte del mar Egeo. Potidea, una ciudad de la región de Calcídica, era parte de la Confederación de Delos. Sin embargo, mantenía fuertes lazos con Corinto, su ciudad fundadora.

Atenas ordenó a Potidea que derribara parte de sus murallas, entregara rehenes y no aceptara a los funcionarios de Corinto. Potidea se negó, ya que contaba con el apoyo de Esparta y del rey macedonio Pérdicas II. Esparta había prometido invadir el Ática si Atenas atacaba Potidea. En 432 a.C., Potidea anunció que se retiraba de la alianza con Atenas. También recibió soldados de Corinto y del Peloponeso.

Atenas envió fuerzas a la región de Tracia a principios de 432 a.C. contra Pérdicas y la rebelión de Potidea. Es posible que Atenas hubiera aumentado el tributo (phoros) que Potidea debía pagar. Las fuerzas atenienses no eran suficientes para asediar Potidea, así que primero tomaron Terma y luego sitiaron Pidna, obligando a los macedonios a firmar la paz. Después, Atenas envió más tropas para atacar Potidea.

El Decreto de Mégara

En 447 a.C., después de una derrota ateniense en Coronea, los habitantes de Mégara se rebelaron. Con la ayuda de sus aliados, masacraron a los soldados atenienses que estaban allí. Mégara, que se había aliado con Atenas, cambió de bando. En respuesta, la asamblea ateniense (la Ekklesía) prohibió a los megarenses comerciar en todos los puertos y lugares de fondeo del Imperio ateniense.

Estas medidas afectaron gravemente la economía de Mégara. Por ello, Mégara pidió a Esparta y a la Liga del Peloponeso que declararan la guerra a Atenas. Este fue uno de los motivos que aceleraron el inicio del conflicto.

La ruptura de la paz

En 440 a.C., la Paz de los Treinta Años fue puesta a prueba cuando Samos, un aliado importante de Atenas, se rebeló. Los rebeldes recibieron apoyo de un gobernador persa. Atenas tuvo que enfrentar revueltas en su imperio. Los espartanos consideraron intervenir, pero decidieron no hacerlo. Atenas aplastó la revuelta y la paz se mantuvo.

La causa más directa de la guerra fueron varias acciones de Atenas que afectaron a los aliados de Esparta, especialmente a Corinto. Atenas intervino en la disputa entre Corinto y Córcira. En la Batalla de Síbota, la presencia de barcos atenienses impidió que la flota corintia capturara Córcira. Después, Atenas asedió Potidea, una ciudad que pagaba tributos a Atenas pero que había sido fundada por Corinto.

Corinto se sintió muy ofendida y presionó a Esparta para que actuara contra Atenas. Corinto incluso ayudó a Potidea enviando soldados a la ciudad asediada. Estos eventos violaron directamente el Tratado de los Treinta Años, que establecía que las Ligas de Delos y del Peloponeso respetarían la autonomía de cada una.

Otra provocación fue un decreto ateniense (en 433/2 a.C.) que impuso sanciones comerciales estrictas contra Mégara, otra aliada de Esparta. Estas sanciones, conocidas como el Decreto de Mégara, habrían sido desastrosas para la economía de Mégara. Por eso, muchos historiadores las consideran una causa importante de la guerra.

En medio de estos eventos, Esparta convocó una reunión de la Liga del Peloponeso en 432 a.C. En esta reunión, representantes de Atenas y de las ciudades de la Liga debatieron. Los corintios criticaron a Esparta por su inacción. Atenas, por su parte, recordó a Esparta sus victorias contra Persia y advirtió sobre los peligros de enfrentarse a un estado tan fuerte. Al final, la mayoría de la asamblea espartana (la Apella) votó que Atenas había roto la paz, declarando así la guerra.

La Guerra Arquidámica: Primeros años de conflicto

Archivo:Walls Protecting Athens Pireus 431 B-C-es
Los Muros Largos que rodeaban Atenas y la unían con El Pireo
Archivo:Peloponnesian War - North - Culture-es
Polis griegas del Egeo septentrional en 431 a. C.:
Ciudades griegas      Jónicas      Dóricas      Macedonias
Ciudades no griegas      Tracias      De población mixta tirreno-pelasga

Esparta y sus aliados eran principalmente potencias terrestres. Tenían grandes ejércitos que eran casi invencibles. El Imperio ateniense, aunque estaba en la península del Ática, se extendía por las islas del mar Egeo. Atenas obtenía su riqueza de los tributos de estas islas y mantenía su imperio con su poderosa flota naval. Por eso, ninguna de las dos potencias podía lograr una victoria decisiva fácilmente.

La estrategia de Esparta en la primera parte de la guerra, llamada Guerra Arquidámica por el rey Arquidamo II, era invadir el territorio alrededor de Atenas. Aunque esto privó a Atenas de sus cosechas, los atenienses aún tenían acceso al mar y no sufrieron mucho el asedio. Muchos habitantes del Ática se trasladaron dentro de los Muros Largos que conectaban Atenas con su puerto de El Pireo. Los espartanos invadían el Ática por periodos cortos, de unas tres semanas, para que sus soldados pudieran regresar a casa para la cosecha. También necesitaban mantener el control sobre las personas que trabajaban para ellos, los ilotas, que no podían quedarse sin supervisión por mucho tiempo.

Al principio, la estrategia de Atenas fue establecida por el general Pericles. Él aconsejó a los atenienses evitar batallas en campo abierto contra los numerosos soldados espartanos. En cambio, debían confiar en su flota. La marina ateniense, la más fuerte de Grecia, tomó la ofensiva y ganó una victoria en la Batalla de Naupacto.

Sin embargo, en 430 a.C., una enfermedad grave afectó a Atenas. Esta enfermedad devastó a la población de la ciudad y fue una de las principales causas de su derrota final. La plaga mató a miles de soldados y ciudadanos, incluyendo a Pericles y sus hijos. Esto redujo drásticamente el número de soldados. El miedo a la enfermedad era tan grande que los espartanos abandonaron sus invasiones del Ática para no contagiarse.

Después de la muerte de Pericles, los atenienses cambiaron su estrategia. Se volvieron más agresivos y llevaron la guerra a Esparta y sus aliados. Cleón, un líder militarista, ganó importancia. Bajo el mando del general Demóstenes, los atenienses lograron algunas victorias y continuaron sus ataques navales en el Peloponeso. Atenas extendió sus operaciones militares y fortificó bases alrededor del Peloponeso.

Una de estas bases estaba cerca de Pilos, en una pequeña isla llamada Esfacteria. Esta base afectó a Esparta en su punto más débil: su dependencia de los ilotas. Las personas que trabajaban para Esparta eran esenciales para su sistema, pero la base ateniense en Esfacteria atraía a los que huían. El miedo a una revuelta general de los ilotas impulsó a los espartanos a actuar. Demóstenes logró atrapar a un grupo de soldados espartanos en Esfacteria. Aunque no pudo vencerlos rápidamente, el inexperto Cleón logró una gran victoria en la Batalla de Pilos y la posterior Batalla de Esfacteria en 425 a.C. Los atenienses capturaron a cientos de soldados espartanos, usándolos como moneda de cambio.

Después de la batalla, Brásidas, un general espartano, reunió un ejército y se dirigió a Anfípolis, una ciudad importante para Atenas que controlaba minas de plata usadas para financiar la guerra. El historiador Tucídides era general ateniense en ese momento y fue exiliado por no poder evitar que Brásidas conquistara Anfípolis. En batallas posteriores, tanto Brásidas como Cleón murieron. Esparta y Atenas acordaron intercambiar prisioneros por las ciudades capturadas por Brásidas y firmaron una tregua.

La Paz de Nicias: Un respiro temporal

Archivo:Fases Guerra Peloponeso
Las acciones clave de cada fase

Después de la muerte de Cleón y Brásidas, la Paz de Nicias duró unos seis años. Sin embargo, fue un tiempo de constantes enfrentamientos en el Peloponeso. Aunque los espartanos se mantuvieron inactivos, algunos de sus aliados comenzaron a pensar en rebelarse. Estas ideas fueron apoyadas por Argos, un estado poderoso del Peloponeso que se había mantenido independiente de Esparta. Con la ayuda de Atenas, los argivos formaron una alianza de estados democráticos en el Peloponeso.

Los primeros intentos de Esparta para romper esta alianza fracasaron. El liderazgo del rey espartano Agis II fue cuestionado. Animados, los argivos y sus aliados, con el apoyo de un pequeño ejército ateniense liderado por Alcibíades, se dirigieron a tomar la ciudad de Tegea, cerca de Esparta.

La Batalla de Mantinea (418 a.C.) fue la batalla terrestre más grande de la Guerra del Peloponeso. Los espartanos y sus aliados se enfrentaron al ejército combinado de Argos, Atenas, Mantinea y Arcadia. La coalición aliada tuvo algunas victorias iniciales, pero no las aprovecharon. Esto permitió que las fuerzas espartanas de élite derrotaran a la coalición. El resultado fue una victoria total para Esparta, que se recuperó de una situación difícil y restableció su dominio en el Peloponeso.

La expedición a Sicilia: Un gran error

Archivo:Expedición ateniense a Sicilia 415 BC - map
Itinerario de la flota ateniense a Sicilia

En el decimoséptimo año de la guerra (415-414 a.C.), Atenas recibió noticias de que uno de sus aliados lejanos en Sicilia, Segesta, estaba en guerra con Selinunte. Los selinuntios habían pedido ayuda a Siracusa, una ciudad que atacó a Segesta por tierra y mar. Segesta recordó a Atenas su alianza. La gente de Siracusa era de origen dorio (como los espartanos), mientras que los atenienses y sus aliados en Sicilia eran jonios. Atenas sintió la obligación de ayudar a sus aliados, temiendo que Siracusa pudiera destruir a todos sus aliados en Sicilia y luego ayudar a otras ciudades dorias, debilitando a Atenas. Segesta prometió pagar los gastos de la guerra.

Los atenienses no actuaron solo por altruismo. Liderados por Alcibíades, soñaban con conquistar toda Sicilia. Siracusa, la ciudad principal de Sicilia, era casi tan grande como Atenas. Conquistar Sicilia le daría a Atenas muchos recursos. Durante los preparativos, algunas estatuas religiosas (hermai) en Atenas fueron dañadas, y Alcibíades fue acusado de crímenes religiosos. Alcibíades pidió ser juzgado de inmediato, pero los atenienses le permitieron partir en la expedición. Al llegar a Sicilia, Alcibíades fue llamado de regreso a Atenas para el juicio. Temiendo ser condenado injustamente, Alcibíades se unió a Esparta. Nicias quedó al mando de la expedición. Alcibíades informó a los espartanos que Atenas planeaba usar Sicilia como base para conquistar Italia y luego usar esos recursos para dominar todo el Peloponeso.

Las fuerzas atenienses tenían más de cien trirremes y cinco mil soldados. La caballería era muy limitada. Al llegar a Sicilia, varias ciudades se unieron a Atenas. Nicias retrasó el ataque, lo que dio tiempo a Siracusa. El invierno se acercaba, y los atenienses se retiraron para reunir aliados y prepararse para destruir Siracusa. Este retraso permitió a los siracusanos pedir ayuda a Esparta, que envió al general Gilipo con refuerzos. Gilipo tomó el mando de las tropas siracusanas y, tras varias batallas, derrotó a las fuerzas atenienses, impidiendo que invadieran la ciudad.

Nicias pidió refuerzos a Atenas, y Demóstenes fue enviado con una nueva flota. Hubo más batallas, y los siracusanos y sus aliados volvieron a derrotar a los atenienses. Demóstenes sugirió retirarse a Atenas, pero Nicias se negó al principio. Después de más derrotas, Nicias aceptó la retirada, pero esta se retrasó por un mal augurio (un eclipse lunar). El retraso obligó a los atenienses a una batalla en el puerto de Siracusa. Los atenienses fueron completamente derrotados. Nicias y Demóstenes llevaron al resto de sus fuerzas por tierra en busca de aliados. La caballería siracusana los atacó sin piedad, matando o capturando a los que quedaban de la poderosa flota ateniense.

La Guerra de Decelia: El golpe final

Los espartanos no solo enviaron ayuda a Sicilia, sino que también llevaron la guerra al territorio ateniense. Siguiendo el consejo de Alcibíades, fortificaron Decelia, cerca de Atenas. Esto impidió que los atenienses usaran sus tierras durante todo el año. La fortificación de Decelia dificultó el envío de suministros a Atenas por tierra, obligando a transportarlos por mar, lo que era más caro. Además, el trabajo en las minas de plata cercanas se detuvo por completo, ya que miles de personas que trabajaban para Atenas fueron liberadas por los soldados espartanos en Decelia. Con el tesoro y las reservas de emergencia agotándose, Atenas tuvo que pedir más tributos a sus aliados, lo que aumentó la tensión y la amenaza de más rebeliones.

Corinto, Esparta y otros miembros de la Liga del Peloponeso enviaron más refuerzos a Siracusa para rechazar a los atenienses. Pero en lugar de retirarse, Atenas envió cien barcos más y cinco mil hombres a Sicilia. Bajo las órdenes de Gilipo, los siracusanos y sus aliados derrotaron completamente a los atenienses en tierra. Además, Gilipo animó a los siracusanos a construir una armada, que logró vencer a la flota ateniense cuando intentaban retirarse. El ejército de Atenas, buscando escapar por tierra a otras ciudades más amigables de Sicilia, fue dividido y derrotado. Los soldados atenienses fueron capturados y toda la flota fue destruida.

Después de la victoria sobre los atenienses en Sicilia, todos pensaron que el fin de su Imperio estaba cerca. Su tesoro estaba casi vacío, sus astilleros estaban vacíos y sus jóvenes habían muerto o estaban capturados. Sin embargo, la fuerza del Imperio ateniense fue subestimada, aunque el principio del fin ya estaba cerca.

La recuperación de Atenas

Después de que la fuerza expedicionaria ateniense fuera destruida, Esparta fomentó la revuelta de los aliados de Atenas. Gran parte de Jonia se levantó contra los atenienses. Los siracusanos pusieron su flota a disposición de los peloponesios, y los persas decidieron apoyar a los espartanos con dinero y barcos. Las revueltas y las diferentes facciones amenazaban a la propia Atenas.

Los atenienses lograron sobrevivir por varias razones. Corinto y Siracusa tardaron en mover sus flotas al Egeo. Los demás aliados de Esparta también se retrasaron en el envío de tropas y barcos. Los estados jonios que se rebelaron esperaban protección, por lo que muchos regresaron al lado ateniense. Incluso los persas se demoraron en dar el dinero y los barcos prometidos.

Cuando la guerra comenzó, los atenienses habían ahorrado algo de dinero y tenían cien barcos para usar como último recurso. Una vez que zarparon, estas naves se convirtieron en el centro de la flota ateniense durante el resto de la guerra. En Atenas, hubo un cambio de gobierno donde un grupo de cuatrocientas personas tomó el poder. La paz con Esparta habría sido posible, pero la flota de Atenas, ahora en la isla de Samos, se negó a aceptar los cambios políticos. En 411 a.C., esta misma flota se enfrentó a los espartanos en la Batalla de Sime. La flota nombró a Alcibíades como su líder y continuó la guerra en nombre de Atenas. Su oposición llevó a que el gobierno democrático fuera restaurado dos años después.

Alcibíades, a pesar de haber sido considerado un traidor, aún tenía influencia en Atenas. Evitó que la flota ateniense atacara su propia ciudad, ayudando a restaurar la democracia de formas más sutiles. También convenció a la flota de Atenas de atacar a los espartanos en la Batalla de Cícico (410 a.C.). Durante esta batalla, los atenienses destruyeron la flota espartana y lograron restablecer la base económica de su Imperio.

Entre 410 y 406 a.C., Atenas obtuvo varias victorias seguidas y recuperó una buena parte de su Imperio, en gran parte gracias a Alcibíades.

El triunfo de Lisandro y la rendición de Atenas

Después de una pequeña victoria espartana del general Lisandro en la Batalla de Notio en 406 a.C., Alcibíades no fue reelegido general de los atenienses y se exilió de la ciudad. Atenas ganó la Batalla de Arginusas, donde la flota espartana perdió setenta barcos. Sin embargo, debido al mal tiempo, los atenienses no pudieron rescatar a las tripulaciones ni acabar con la flota espartana. A pesar de la victoria, estos fallos causaron indignación en Atenas y llevaron a un juicio polémico. Seis de los mejores comandantes navales de Atenas fueron ejecutados. La superioridad naval ateniense ahora podía ser desafiada debido a la pérdida de sus líderes más capaces y la baja moral de los marineros.

A diferencia de otros líderes, Lisandro, el nuevo almirante espartano, no era de la familia real de Esparta. Era muy hábil en estrategias navales y tenía una buena relación con el príncipe persa Ciro el Joven. Aprovechando la oportunidad, la flota espartana se dirigió de inmediato al Helesponto, la fuente de suministro de cereales de Atenas. Bajo la amenaza de la hambruna, la flota ateniense no tuvo más opción que enfrentarse a los espartanos. Con una estrategia inteligente, Lisandro derrotó completamente a la flota ateniense en 405 a.C., en la Batalla de Egospótamos. Destruyó muchos barcos y capturó a cientos de marineros atenienses. Solo doce barcos atenienses escaparon, y algunos de ellos navegaron hacia Chipre, llevando al general Conón, quien quería evitar el juicio de la asamblea.

Debido al hambre y las enfermedades causadas por un largo asedio, Atenas se rindió en 404 a.C. y sus aliados hicieron lo mismo poco después. Los demócratas de Samos, leales hasta el final, continuaron resistiendo y se les permitió huir para salvar sus vidas. Las condiciones de la rendición privaron a Atenas de sus murallas, su flota y todas sus posesiones en el extranjero. Corinto y Tebas exigieron la destrucción de Atenas y que todos sus ciudadanos fueran capturados. Sin embargo, los espartanos se negaron a destruir una ciudad que había ayudado a Grecia en momentos de gran necesidad. Esparta incorporó a Atenas a su propio sistema político, lo que significaba que tendrían "los mismos amigos y enemigos" que Esparta.

Los espartanos victoriosos fueron comprensivos con Atenas, a pesar de la oposición de Corinto y Tebas.

¿Qué pasó después de la guerra?

Por un corto tiempo, Atenas fue gobernada por los "Treinta Tiranos", un gobierno establecido por Esparta que suspendió la democracia. En 403 a.C., Trasíbulo derrocó a este gobierno y restauró la democracia.

Aunque el poder de Atenas estaba roto, la Guerra de Corinto trajo una pequeña mejora, y Atenas siguió participando activamente en la política griega. A su vez, Esparta fue derrotada por Tebas en la Batalla de Leuctra en 371 a.C. Sin embargo, la conquista de Grecia por parte de Filipo II de Macedonia puso fin a todo unos años más tarde.

Contexto: El trasfondo de la guerra

Con el tiempo, Atenas comenzó a intervenir en los asuntos internos de las ciudades que le pagaban tributos o eran sus aliadas. Por ejemplo, algunos casos criminales debían ser juzgados en Atenas por tribunales atenienses, incluso si los delitos se habían cometido en una ciudad aliada.

La gran concentración de personas dentro de las murallas de Atenas facilitó la difusión de escritos. Uno de ellos, el Viejo Oligarca, se ha conservado.

Tucídides cuenta lo que significó para Atenas tener que evacuar, aunque no por completo, la región del Ática. Para muchos habitantes de las zonas rurales y para los agricultores que vivían en Atenas, la guerra cambió radicalmente su forma de vida.

En el campo de las artes, después de la victoria en la Batalla de Esfacteria (425 a.C.) y la Paz de Nicias, se reanudó la construcción del Templo de Atenea Niké (425 a.C.-420 a.C.). Debido a la guerra, escultores como Fidias y Policleto se trasladaron a Olimpia y Argos, respectivamente.

Se escribieron muchas obras técnicas. Por ejemplo, los tratados médicos hipocráticos, el primer libro de urbanismo de Hipódamo de Mileto, y tratados sobre música de Damón y Glauco de Regio. Sófocles escribió sobre el coro, y los artistas Policleto y Parrasio teorizaron sobre sus técnicas.

El ámbito donde más se notan los cambios entre antes y después de la guerra es el de la teoría y práctica militar. El siglo V a.C. fue la época del soldado ciudadano (hoplita). Demóstenes señaló el contraste con su época:

Me dicen que en la guerra del Peloponeso los espartanos y todos los demás luchaban durante cuatro o cinco meses en el verano; invadían, asolaban la campiña con un ejército de ciudadanos hoplitas y regresaban a casa. Pero ahora Filipo encabeza un ejército no solo de hoplitas, sino de tropas de infantería ligera, caballería, arqueros, mercenarios, y sus campañas duran todo el verano y todo el invierno.
Demóstenes, Tercera Filípica 343.

El profesionalismo en la guerra del Peloponeso surgió porque los ejércitos pasaban mucho tiempo lejos de casa. Los generales tuvieron que idear nuevas formas de combate. Uno o dos años de guerra trajeron más cambios que toda la Pentecontecia. Por ejemplo, Formión luchó con sus tripulantes bien preparados en mar abierto, mientras que en la Batalla de Síbota, la lucha era más parecida a una batalla terrestre.

Los largos periodos fuera de la ciudad aumentaron el profesionalismo. La Anábasis de Jenofonte da muchos ejemplos:

  • Tisafernes recibió consejos de un experto militar griego de Zacinto.
  • Al final de la Expedición de los Diez Mil, Cerétadas de Tebas preguntó en Bizancio "si alguna ciudad o tribu necesita un general".
  • Los sofistas ofrecían tácticas militares como parte de sus estudios. Platón y Jenofonte mencionaron que los sofistas afirmaban educar en asuntos militares.
  • Platón estudió el valor en su obra Laques, que apareció poco después de la Batalla de Delio (424 a.C.). En ella, desprecia la lucha con armas de los hoplitas y elogia al hombre valiente que se mantiene firme y no huye. Jenofonte llamó a los hoplitas espartanos "maestros de la guerra". El escritor ateniense también notó el cambio de militares aficionados a profesionales en sus tratados De la equitación y Jefe de la Caballería.
  • La Poliorcética de Eneas el Táctico (alrededor de 350 a.C.) es un tratado militar extenso, la primera colección de estrategias.
  • La ciencia militar no se desarrolló antes del siglo IV a.C. por varias razones:
    • Había pocos manuales sobre el tema.
    • Los poderes del general eran limitados.
    • Los soldados ciudadanos (hoplitas) priorizaban mantener la formación y defender su territorio. Esto limitaba las fuerzas disponibles e impedía tener reservas, que eran importantes para un general a finales del siglo V a.C. y principios del siglo IV a.C.. Por ejemplo, en las luchas entre sicilianos y cartagineses, y en las guerras de Alejandro Magno, las reservas eran cruciales en el momento decisivo de una batalla. Según Hornblower, la formación revolucionaria de la falange con una columna de 50 soldados de profundidad, usada por el general tebano Epaminondas en la Batalla de Leuctra (371 a.C.), fue posible gracias a una reserva estratégica.
    • Un general debía liderar la batalla "desde el frente", por lo que poco podía hacer para dirigirla en lo más intenso del combate.
    • El nombramiento de los generales por las ciudades tenía un carácter político, y no querían dejar el mando a un solo hombre. En Esparta, los reyes debían rendir cuentas si se comportaban mal en el campo de batalla. Los generales atenienses podían ser destituidos, eran diez y su cargo era anual.

Una característica de esta guerra fue el uso de mercenarios, que eran soldados profesionales. El uso de mercenarios en la época clásica tardía era diferente al de la época arcaica:

  • En la época arcaica, venían de zonas con menos recursos como Creta, Arcadia y Caria. Era una alternativa a la fundación de nuevas ciudades.
  • En Persia, al inicio de la Guerra del Peloponeso, Pisutnes tenía un grupo de mercenarios. Tisafernes y Farnabazo II también tuvieron mercenarios bajo su mando.
  • En el siglo IV a.C., los mercenarios también venían de otras ciudades de la Antigua Grecia afectadas por problemas económicos. Un estudio ha mostrado un alto porcentaje de oficiales atenienses y espartanos en comparación con los de Arcadia y Acaya en la Expedición de los Diez Mil (401-399 a.C.).

La evolución de las unidades militares y de las armaduras, que se hicieron más ligeras, también comenzó en la Guerra del Peloponeso:

  • Ifícrates usó soldados ligeros (llamados peltastas) armados con escudos ligeros (peltas) y botas ligeras, que tomaron su nombre: "ificrátidas".
  • El general ateniense Trasíbulo equipó a cinco mil marineros como peltastas.
  • Los peltastas atenienses, con la ayuda de hoplitas, destruyeron un regimiento de seiscientos espartanos en Lequeo (391 a.C.). Esto fue posible gracias a la combinación de armas pesadas y ligeras.

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