Ío (satélite) para niños
Datos para niños Ío |
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![]() Composición de imágenes de la cara oculta de Ío tomadas los días 7 de septiembre y 6 de noviembre de 1996 por la sonda Galileo. Las características superficiales más pequeñas que se pueden apreciar tienen un tamaño de 2.5 km. Hay montañas escarpadas de varios kilómetros de altura, mesetas formadas por materiales superpuestos en capas y muchas depresiones irregulares llamadas calderas volcánicas. Varias de las características oscuras parecidas a flujos corresponden a puntos calientes y pueden ser flujos activos de lava. No hay accidentes geográficos que se asemejan a cráteres de impacto, ya que la actividad volcánica cubre la superficie con nuevos depósitos continuamente. La superficie de Ío es la más dinámica del sistema solar.
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Descubrimiento | ||||
Descubridor | Simon Marius Galileo Galilei |
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Fecha | 1610 | |||
Designaciones | Júpiter I | |||
Categoría | Satélite galileano | |||
Orbita a | Júpiter | |||
Elementos orbitales | ||||
Inclinación | 0.040° | |||
Semieje mayor | 421 800 km | |||
Excentricidad | 0.0041 | |||
Elementos orbitales derivados | ||||
Periastro o perihelio | 420 000 km (periapsis) | |||
Apoastro o afelio | 423 400 km (apoapsis) | |||
Período orbital sideral | 1 d 18 h 27.6 min | |||
Velocidad orbital media | 17.33 km/s | |||
Radio orbital medio | 421 600 km | |||
Satélite de | Júpiter | |||
Características físicas | ||||
Masa | 8.94 × 1022 kg | |||
Volumen | 2.53 × 1010 km³ | |||
Densidad | 3.55 g/cm³ | |||
Área de superficie | 41 000 000 km² | |||
Radio | 1821,6 kilómetros | |||
Diámetro | 3 643.2 km | |||
Gravedad | 1.81 m/s² | |||
Velocidad de escape | 2 376 m/s | |||
Periodo de rotación | 1d 18h 27.6m | |||
Inclinación axial | 0° | |||
Albedo | 0.61 | |||
Características atmosféricas | ||||
Presión | Trazas | |||
Temperatura | −143.15 °C / 130 K | |||
Composición |
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Cuerpo celeste | ||||
Anterior | Tebe | |||
Siguiente | Europa | |||
Ío es una de las lunas más fascinantes de nuestro sistema solar. Es el satélite galileano más cercano al gigante Júpiter. Es la tercera luna más grande de Júpiter y tiene una densidad muy alta. A diferencia de muchos objetos en el espacio, Ío tiene muy poca agua.
Fue descubierta por Galileo Galilei en 1610. Su nombre viene de Ío, un personaje de la mitología griega que interesó a Zeus. Al principio, se le llamó Júpiter I porque era la primera luna de Júpiter en orden de cercanía al planeta.
Con un diámetro de 3600 kilómetros, Ío es la tercera luna más grande de Júpiter. Su superficie tiene grandes llanuras y cadenas montañosas. Lo más sorprendente es que no tiene casi ningún cráter, lo que significa que su superficie es muy joven. Esto se debe a que tiene más de 400 volcanes activos, ¡es el objeto con más actividad geológica de todo el sistema solar!
Esta gran actividad volcánica ocurre por el "calentamiento por marea". Esto es como una fricción gigante dentro de la luna, causada por la fuerte atracción gravitacional de Júpiter y de las otras lunas cercanas. Los volcanes de Ío lanzan nubes de azufre y dióxido de azufre a alturas de hasta 500 kilómetros. También tiene más de cien montañas, algunas más altas que el Monte Everest en la Tierra.
A diferencia de la mayoría de las lunas lejanas del sistema solar, que están cubiertas de hielo, Ío está hecha principalmente de un núcleo de hierro derretido rodeado de roca de silicato.
Ío fue muy importante para la astronomía en los siglos XVII y XVIII. Ayudó a que la gente aceptara la idea de que los planetas giran alrededor del Sol (el modelo heliocéntrico) y a entender las Leyes de Kepler sobre el movimiento de los planetas. La primera vez que se midió la velocidad de la luz fue gracias a Ole Rømer, quien observó el tiempo que tardaba Ío en girar alrededor de Júpiter.
Contenido
Descubrimiento de Ío: Un Viaje en el Tiempo
Ío fue descubierta por Galileo Galilei el 7 de enero de 1610. Ese día, Galileo anotó en su diario que vio "tres estrellas fijas, totalmente invisibles por su pequeño tamaño" cerca de Júpiter. La noche siguiente, encontró una cuarta.
Después de varias noches de observación, Galileo se dio cuenta de que estas "estrellas" giraban alrededor de Júpiter. Así, descubrió que eran lunas. Estas lunas eran Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.
¿Quién le puso nombre a Ío?
Galileo llamó a estas lunas "astros mediceos" en honor a su protector, Cosme II de Médicis. Sin embargo, a otros astrónomos no les gustó ese nombre. El astrónomo alemán Simon Marius, quien también dijo haber descubierto las lunas antes que Galileo, propuso nombres de la mitología griega. Esos son los nombres que usamos hoy.
Galileo, por su parte, sugirió llamarlas Júpiter I, II, III y IV. Estos nombres se usaron hasta principios del siglo XX, cuando se volvieron a usar los nombres propuestos por Marius. Las cuatro lunas de Júpiter son conocidas como "satélites galileanos".
¿Cómo es Ío por dentro y por fuera?
A diferencia de la mayoría de las lunas del sistema solar, Ío está hecha de materiales similares a los planetas rocosos como la Tierra. Está compuesta principalmente de rocas de silicatos. Datos de la misión Galileo sugieren que tiene un núcleo de hierro de unos 900 kilómetros de radio.
La superficie de Ío: Un mundo sin cráteres
Cuando la sonda Voyager 1 envió las primeras imágenes de Ío en 1979, los científicos esperaban ver muchos cráteres. Los cráteres suelen ayudar a saber la edad de una superficie planetaria. Pero, para su sorpresa, ¡Ío no tenía casi ninguno!
Esto se debe a que la actividad volcánica de Ío es tan fuerte que borra por completo cualquier señal de impactos pasados. Además de los volcanes, la superficie tiene montañas que no son volcánicas, lagos de azufre derretido y grandes flujos de lava. El azufre y sus compuestos le dan a Ío sus colores variados y llamativos. Algunas zonas de lava pueden alcanzar temperaturas de hasta 2000 grados Kelvin, aunque la temperatura promedio es mucho más fría, alrededor de -143 grados Celsius.
¿Tiene atmósfera Ío?
Ío tiene una atmósfera muy delgada, compuesta principalmente de dióxido de azufre y otros gases. A diferencia de las otras lunas galileanas, Ío casi no tiene agua. Esto podría ser porque, cuando se formaron las lunas de Júpiter, el planeta estaba tan caliente que no permitió que los elementos más ligeros se quedaran cerca de él. Más lejos, sí pudieron formarse lunas con mucho hielo.
¿De qué está hecha Ío?
Podemos saber de qué está hecha Ío por dentro al estudiar su densidad, que es de aproximadamente 3.5 gramos por centímetro cúbico. Como la densidad del hierro es de 5 y la del silicato es de 3, el interior de Ío debe estar hecho de roca y azufre. En lo más profundo de Ío, es probable que haya un núcleo de metales pesados como el hierro. Este núcleo es el que crea el campo magnético de la luna.
El Vulcanismo Extremo de Ío
Ío es el cuerpo del sistema solar con la mayor actividad volcánica. Sus volcanes expulsan principalmente dióxido de azufre, a diferencia de los de la Tierra. La energía para esta actividad volcánica viene del calor generado por las fuerzas de marea. Estas fuerzas son causadas por la atracción gravitacional de Júpiter, Europa y Ganímedes. Estas tres lunas están en una "resonancia orbital" especial, lo que significa que sus órbitas se influyen mutuamente de una manera muy particular.
Las "mareas" de roca sólida en Ío son ocho veces más grandes que las mareas de los océanos de la Tierra causadas por la Luna. La sonda Juno ha estudiado las regiones polares de Ío. Gracias a sus instrumentos, se ha descubierto que hay 266 volcanes activos en Ío, y que el polo norte tiene más calor volcánico que el sur.
Erupciones y su impacto en Júpiter
Algunas erupciones en Ío lanzan material a más de 300 kilómetros de altura. La baja gravedad de la luna permite que parte de este material escape al espacio, formando un anillo alrededor de su órbita. Parte de este material se convierte en partículas ionizadas que son atrapadas por el fuerte campo magnético de Júpiter.
Estas partículas ionizadas son arrastradas hacia la atmósfera superior de Júpiter, donde chocan y crean auroras jovianas, que se pueden ver en luz ultravioleta. La posición de Ío también afecta las emisiones de radio de Júpiter, que son mucho más fuertes cuando Ío es visible desde la Tierra.
Nombres de las características de Ío
La Unión Astronómica Internacional tiene reglas para nombrar las características de la superficie de Ío. Los volcanes activos llevan nombres de dioses y héroes del fuego, el rayo y el sol de diferentes mitologías, como Prometeo, Hefesto, Loki, Maui, Inti o Amaterasu. Otras características, como montañas o valles, llevan nombres de lugares relacionados con el mito de Ío o con la obra Divina Comedia de Dante Alighieri.
Observación y Exploración de Ío
Durante 250 años después de su descubrimiento, Ío solo se veía como un pequeño punto a través de los telescopios. Aun así, en el siglo XVII, las lunas galileanas se usaron para muchas cosas importantes. Por ejemplo, para calcular la longitud en la Tierra, para confirmar las leyes de Kepler sobre el movimiento planetario y para medir el tiempo que tarda la luz en viajar entre Júpiter y la Tierra.
Astrónomos como Giovanni Cassini y Pierre-Simon Laplace desarrollaron teorías matemáticas para explicar cómo las órbitas de Ío, Europa y Ganímedes se influencian mutuamente. Esta influencia es la razón de las características geológicas únicas de estas tres lunas.
Sondas espaciales que han visitado Ío
Ío se encuentra en una de las zonas de radiación más fuertes de Júpiter, lo que hace difícil que las sondas espaciales se queden mucho tiempo cerca de ella. Sin embargo, la sonda "Galileo" la sobrevoló rápidamente el 7 de diciembre de 1995, antes de orbitar Júpiter. Aunque no tomó fotos en ese primer acercamiento, descubrió que Ío tiene un gran núcleo de hierro, similar al de los planetas terrestres.
Desde entonces, otras sondas han observado Ío. La sonda Juno, por ejemplo, realizó su sobrevuelo más cercano a Ío, pasando a solo 1500 kilómetros de su superficie. Este ha sido el sobrevuelo más cercano desde que la sonda Galileo pasó a 102 kilómetros en enero de 2002. También se ha observado Ío desde la Tierra con telescopios y con el telescopio espacial Hubble.
Ío en la Cultura Popular
Debido a su tamaño, en la primera mitad del siglo XX se especuló mucho sobre la posibilidad de vida en Ío. Por eso, Ío ha sido un lugar popular en la ciencia ficción. Aparece en historias como "The Mad Moon" (1935) de Stanley G. Weinbaum, publicada en la revista Fantastic Adventures.
También ha aparecido en películas como 2010: The Year We Make Contact (1984), dirigida por Peter Hyams, que es la secuela de 2001: Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick. En esta película, la nave espacial Discovery One orbita entre Júpiter e Ío.
Véase también
En inglés: Io (moon) Facts for Kids
- Satélites galileanos
- Júpiter
- Galileo (sonda espacial)