Librepensamiento para niños
El librepensamiento es una forma de pensar que se basa en la lógica, la razón y la experiencia para entender la verdad. Las personas que piensan de esta manera, llamadas librepensadores, forman sus ideas y creencias analizando los hechos de forma imparcial. No se dejan llevar por lo que les digan las autoridades, las tradiciones, las religiones o cualquier idea fija. Son dueños de sus propias decisiones y pensamientos.
Contenido
¿Cómo surgió el librepensamiento?
Orígenes y primeros pensadores
Algunos de los primeros pensadores que tuvieron ideas parecidas al librepensamiento fueron el poeta y matemático persa Omar Jayam en la Edad Media. También el escritor francés François Rabelais en el siglo XVI. Él, en su libro Gargantúa, propuso la idea de "haz lo que quieras" en un lugar imaginario llamado Abadía de Thelema.
Un momento muy importante para el librepensamiento fue la quema del filósofo italiano Giordano Bruno en el año 1600. Esto ocurrió porque sus ideas no coincidían con las de la Inquisición de Roma.
El librepensamiento en Inglaterra y Francia
La palabra "librepensamiento" se usó por primera vez en Inglaterra a finales del siglo XVII. Se refería a quienes no estaban de acuerdo con la influencia de las iglesias o con la interpretación literal de la Biblia en asuntos científicos. El naturalista William Molyneux la mencionó en una carta a John Locke en 1697. Sin embargo, se hizo más conocida con la publicación del libro Discourse of Freethinking (1713) de Anthony Collins.
Este término se aplicó a un grupo de escritores de la Ilustración en inglés, conocidos como freethinkers. Entre ellos estaban el propio Collins, Thomas Woolston y John Toland. En Francia, la idea se extendió gracias al artículo "Libertad de pensar" en L'Encyclopédie (1765) de Denis Diderot y Jean le Rond d'Alembert. Voltaire también fue un gran defensor de esta forma de pensar. Así, el concepto de freethought se difundió por toda Europa y América.
Al principio, el libro de Anthony Collins fue visto como un ataque a las ideas principales del cristianismo. Por eso, la palabra "librepensador" se asoció a menudo con el escepticismo, la falta de fe o incluso el ateísmo. Sin embargo, hoy en día, un librepensador no necesariamente rechaza el cristianismo, sino que busca entenderlo de una manera diferente.
Evolución del concepto
El librepensamiento se asocia hoy en día con el escepticismo religioso y el laicismo. Sus raíces se encuentran en movimientos históricos como el Renacimiento, el Humanismo, la Reforma y la Ilustración. Estos movimientos impulsaron nuevas formas de pensar.
En 1875, el poeta Louis Ménard escribió su Catéchisme religieux des Libres-penseurs. El librepensamiento, desde la Ilustración, significa rechazar cualquier idea fija o dogma, ya sea religioso o de otro tipo. Confía en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso, siempre en un ambiente de tolerancia y diálogo.
El matemático y filósofo británico William Kingdon Clifford (1845-1879) fue un gran impulsor de este movimiento en el siglo XIX. Él decía que "es un error siempre, en todas partes, y para cualquier persona, creer cualquier cosa con insuficiencia de pruebas".
El librepensamiento en diferentes países

En España, el librepensamiento se extendió principalmente a través del semanario Las Dominicales del Libre Pensamiento (1883-1909). Fue editado por Fernando Lozano Montes y Ramón Chíes. Estos líderes organizaron un gran Congreso Universal de Libre-Pensadores en 1892. En 1902, se formó la Federación Internacional de Librepensadores en España, Portugal y América.
En Alemania, se creó la Liga de Librepensadores Alemanes en 1881, presidida por Ludwig Büchner. También surgieron otras organizaciones que promovían ideas laicas y el pensamiento científico. En Suiza, a partir de 1870, se formaron clubes de librepensadores que buscaban separar la Iglesia del Estado.
En los Estados Unidos, el movimiento se organizó por primera vez en 1827 para defender la libertad de prensa. Publicaciones como The Correspondent y Free Enquirer difundieron estas ideas.
El librepensamiento del siglo XIX es heredero de la Ilustración. Generalmente, no acepta la religión como una superstición y somete a crítica los dogmas y fenómenos sobrenaturales. Para los librepensadores, ninguna idea mayoritaria es necesariamente la verdad. Por eso, entre ellos hay ateos, agnósticos, deístas y racionalistas.
El librepensamiento es la base filosófica del humanismo secular y de la escuela racionalista.
¿Qué caracteriza a un librepensador?
Para los librepensadores, una idea es verdadera si se puede comprobar, verificar y si es lógica. Muchos librepensadores son humanistas. Esto significa que basan la moralidad en las necesidades humanas. Encuentran sentido en la compasión, el progreso social, el arte, la felicidad, el amor y el conocimiento.
Los librepensadores suelen pensar por sí mismos. Son escépticos, respetan el pensamiento crítico y la razón. Están abiertos a nuevas ideas y valoran su individualidad. Determinan la verdad basándose en lo que aprenden, las respuestas que obtienen y sus propias experiencias. Rechazan seguir las normas solo por seguirlas. Crean sus propias creencias observando cómo funciona el mundo. Tienen la valentía de pensar de forma diferente a lo establecido.
Librepensamiento y la ciencia

El librepensamiento se apoya mucho en la investigación científica y la lógica para evitar errores. Usa el escepticismo para liberarse de ideas equivocadas. Esto incluye creencias populares como el terraplanismo o el creacionismo, los prejuicios culturales o el sectarismo. Por eso, la ciencia y el método científico son guías para el librepensamiento.
La ciencia moderna busca obtener y verificar el conocimiento. El librepensamiento se identifica con esta forma crítica de la ciencia. Las asociaciones humanistas actuales promueven el pensamiento científico y rechazan ideas como el creacionismo.
Es un error pensar que el librepensamiento acepta todas las ideas por igual. Usa la ciencia y la lógica para saber qué ideas son falsas. El filósofo Bertrand Russell dijo en 1957:
Lo que hace a un librepensador no son sus creencias, sino la manera como las sostiene. Si él las mantiene porque sus viejos maestros le dijeron que eran ciertas cuando él era joven o si las mantiene porque si no sería infeliz, su pensamiento no es de ninguna manera libre; pero si los mantiene porque, tras cuidadosa reflexión, se encuentra con un balance de pruebas a favor, su pensamiento es libre, por extrañas que sus conclusiones puedan parecer.
Librepensamiento y el dogmatismo
Según Paulo Bitencourt, autor del libro Liberto de la religión. El inestimable placer de ser un librepensador:
El libre pensamiento es el opuesto del pensamiento dogmático. Luego, nada puede ser más incompatible con el libre pensamiento que creencias religiosas, pues en nada hay más dogmatismo que en la religión. [...] Solo librepensadores son personas verdaderamente racionales. Su escepticismo no las deja ser seducidas por ninguna ideología. No creyendo en cosa alguna desprovista de evidencias, librepensadores son inmunes también a todo y cualquier tipo de superstición.
Librepensadores, [son] personas que no huyen de la realidad y no son guiadas por supersticiones, sino por la razón, pues es ella que genera la lucidez productora de ideas coherentes y sensatas.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Freethought Facts for Kids
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