Historia del independentismo catalán para niños
La historia del movimiento independentista catalán en Cataluña comenzó a finales del siglo XIX y ha evolucionado hasta convertirse en un tema muy importante en la política catalana en el siglo XXI.
Según algunos expertos, como Enric Ucelay-Da Cal, este movimiento político, que busca que Cataluña sea un país independiente, nació de forma clara entre 1918 y 1919, después de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el "nuevo independentismo de masas" que vemos hoy, con grandes movilizaciones, surgió alrededor de 2010-2012.
Eventos importantes de este movimiento incluyen el referéndum del 1 de octubre de 2017 y la declaración de independencia del 27 de octubre del mismo año. Estos hechos generaron una situación de gran importancia política en España.
Contenido
- Primeros pasos (1886-1923)
- Dictadura de Primo de Rivera, Segunda República y Guerra Civil (1923-1939)
- Franquismo y Transición Democrática (1939-1980)
- Período de "Pujolismo" y primer "tripartito" (1980-2006)
- El «procés» soberanista (2006-2018)
- El inicio del «procés» soberanista (2006-2010)
- De la sentencia del Estatuto de junio de 2010 a la gran manifestación independentista del 11 de septiembre de 2012
- Las elecciones catalanas del 25 de noviembre de 2012 y el proceso hacia la «consulta» del 9 de noviembre de 2014
- El «proceso participativo» del 9-N y la convocatoria de elecciones «plebiscitarias» para septiembre de 2015
- De las elecciones «plebiscitarias» de septiembre de 2015 a la Declaración Unilateral de Independencia del 27 de octubre de 2017
- De la intervención de la autonomía de Cataluña a la ruptura de la unidad del independentismo (2017-2022)
- Razones del crecimiento del independentismo en el siglo XXI
- Galería de imágenes
Primeros pasos (1886-1923)
El doctor y periodista Josep Narcís Roca i Farreras (1834-1891) es considerado el primer nacionalista catalán que propuso la independencia. En 1886, publicó un artículo llamado Ni espanyols ni francesos ('Ni españoles ni franceses'), donde hablaba de que Cataluña tuviera su propio Estado. Su idea era que Cataluña se pareciera a Portugal, que es un país pequeño pero independiente.
El primer grupo organizado a favor de la independencia no surgió en Cataluña, sino en Santiago de Cuba a principios del siglo XX. Muchos catalanes que vivían allí apoyaban la lucha de Cuba por su independencia de España. Fue en el Centro Catalán de Santiago de Cuba donde se vio por primera vez la estelada, una bandera creada por Vicenç Albert Ballester, un catalán que vivía en Cuba. El diseño de esta bandera se inspiró en la bandera cubana.


En Cataluña, a principios del siglo XX, surgieron algunas organizaciones que apoyaban la idea de un Estado propio, como la Unió Catalanista. Pero fue en 1918 cuando aparecieron las primeras organizaciones independentistas. Esto ocurrió por el impacto del discurso del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, quien habló del derecho de los pueblos a decidir su propio futuro.
En julio de 1918, se formó el Comité Pro Cataluña, presidido por Vicenç Albert Ballester. Su objetivo era dar a conocer la situación de Cataluña a nivel internacional. La Lliga Regionalista, el partido catalanista más importante de la época, al principio no se unió a esta estrategia.
En diciembre de 1918, después de la Primera Guerra Mundial, algunos nacionalistas catalanes formaron el «Comité Nacional Catalán» en París. Querían que los países ganadores de la guerra se ocuparan de la situación de Cataluña. Enviaron una carta al presidente Wilson pidiendo que Cataluña fuera un país libre e independiente. Sin embargo, la situación de Cataluña no se incluyó en las reuniones de paz de París.
En Cataluña, la propuesta del Comité Nacional Catalán fue apoyada en un gran encuentro llamado Aplec de la Conreria. Miles de personas asistieron, incluyendo a Francesc Macià, quien se convirtió en una figura muy importante para el independentismo. Macià fundó la Federació Democràtica Nacionalista (FDN) a principios de 1919, considerada la primera organización independentista catalana.
En 1922, se celebró una Conferencia Nacional Catalana. De esta reunión surgieron dos nuevos partidos nacionalistas más decididos que la Lliga: Acció Catalana y Estat Català. Este último, liderado por Macià, era claramente independentista.
Dictadura de Primo de Rivera, Segunda República y Guerra Civil (1923-1939)
Durante la Dictadura de Primo de Rivera en Cataluña, los partidos nacionalistas catalanes tuvieron que actuar en secreto o irse al exilio. Estat Català decidió buscar un cambio por la fuerza. Francesc Macià explicó en 1923 que su objetivo era formar una gran unión con otros grupos para acabar con la Dictadura. Con este fin, se crearon los primeros escamots (grupos de acción) y se buscó apoyo internacional.
En 1925, hubo un intento fallido de ataque contra los reyes de España en la costa de Garraf, organizado por Bandera Negra, un grupo clandestino.
A mediados de 1926, Macià planeó una entrada en Cataluña con un pequeño grupo de escamots desde Prats de Molló, en la Cataluña francesa. El plan era tomar Olot y luego ir a Barcelona para proclamar la República Catalana. Sin embargo, la policía francesa ya estaba avisada y detuvo a la mayoría de los hombres, incluyendo a Macià, en noviembre de 1926. Macià fue juzgado en París y enviado a Bélgica.
A pesar del fracaso, este evento, conocido como la «batalla de Prats de Molló», tuvo un gran impacto y convirtió a Macià en una figura muy popular. Macià continuó su actividad para dar a conocer la "causa catalana" y en 1928, en Cuba, convocó una reunión donde se aprobó una Constitución Provisional de la República Catalana.
Macià regresó a Cataluña en febrero de 1931. En ese momento, Estat Català se unió a otros grupos para formar Esquerra Republicana de Cataluña, y Macià fue elegido presidente.
En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, Esquerra Republicana ganó en Cataluña. El 14 de abril, Macià proclamó la República Catalana en Barcelona, como parte de una «Confederación de Pueblos Ibéricos». Más tarde, cuando se supo que la República había sido proclamada en Madrid, Macià hizo una nueva proclamación de "La República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica".
El nuevo Gobierno Provisional de la Segunda República Española consideró la proclamación de la República Catalana como un problema importante. Tres días después, el 17 de abril, se llegó a un acuerdo: Esquerra Republicana renunciaba a la “República Catalana” a cambio del compromiso del Gobierno Provisional de que se presentaría un Estatuto de Autonomía para Cataluña, y el gobierno catalán pasaría a llamarse Gobierno de la Generalidad de Cataluña.
Francesc Macià fue presidente de la Generalidad hasta su muerte en diciembre de 1933. Fue sucedido por Lluis Companys. El 6 de octubre de 1934, Companys proclamó el Estado Catalán en la República Federal Española, aprovechando una crisis política. Sin embargo, esta acción no tuvo éxito y el Ejército intervino, poniendo fin a la rebelión.
El presidente y los consejeros de la Generalidad fueron encarcelados. El Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1932 fue suspendido. Tras las elecciones de febrero de 1936, Companys y los consejeros fueron liberados y volvieron a sus cargos. Poco después, estalló la Guerra civil española en julio de 1936.
Franquismo y Transición Democrática (1939-1980)
Después de la Guerra civil española, el presidente de la Generalidad Lluís Companys intentó formar un gobierno catalán en el exilio. Fue detenido en Francia y entregado a las autoridades españolas. Fue juzgado y ejecutado en el castillo de Montjuic el 15 de octubre de 1940. La presidencia de la Generalidad la asumió entonces Josep Irla.
En Londres, se formó otro Consejo Nacional de Cataluña (CNC) en 1940, que también buscaba la independencia de Cataluña. Este CNC fue reconocido por comunidades catalanas en América Latina, como la de México, y por el Front Nacional de Catalunya, una organización que actuaba en secreto en Cataluña.
Sin embargo, la unidad del nacionalismo catalán duró poco. Otros partidos, como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), volvieron a defender el Estatuto de 1932.
El Front Nacional de Catalunya se fundó en abril de 1940 en el exilio. Agrupaba a personas de diferentes fuerzas independentistas con el objetivo de resistir la Dictadura franquista. Sus miembros realizaban actividades secretas en Cataluña, inspirándose en la resistencia francesa.
En la década de 1950, la actividad del Front fue muy limitada. A principios de los años 60, comenzó a recuperarse con la entrada de jóvenes y el resurgimiento de las demandas culturales y políticas en Cataluña. En 1969, algunos militantes fundaron el Partit Socialista d’Alliberament Nacional del Països Catalans (PSAN), que era más radical y extendía su visión a Valencia y las Islas Baleares, considerándolas parte de los Países Catalanes.
Durante la transición democrática después de la muerte de Francisco Franco en 1975, el independentismo catalán tuvo un papel menor. El PSAN se presentó a las elecciones generales de 1979 con Lluís Maria Xirinacs como candidato, pero no fue elegido. En 1979, se fundó Nacionalistes d'Esquerra (NdE), que buscaba unir a todo el independentismo. Sin embargo, no lograron entrar en el Parlamento de Cataluña en las primeras elecciones autonómicas de 1980.
También durante la Transición, en 1978, apareció Terra Lliure, una organización independentista que usaba la fuerza para conseguir sus objetivos. Realizó alrededor de 200 acciones violentas, en una de las cuales una persona falleció accidentalmente.
Período de "Pujolismo" y primer "tripartito" (1980-2006)
Tras la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979, en las primeras elecciones al Parlamento de Cataluña en 1980, la coalición Convergència i Unió fue la más votada. Su líder, Jordi Pujol, fue presidente de la Generalidad durante 23 años (de 1980 a 2003).
En 1981, nació la Crida a la Solidaritat, un movimiento que buscaba defender la lengua y cultura catalanas. En 1982, organizó una gran manifestación en Barcelona con el lema «Som una nació» (‘Somos una nación’). Este movimiento fue importante para llevar las demandas a la calle.

En 1989, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se inclinó hacia el independentismo, convirtiéndose en el partido que unía a este movimiento y ganando más votos. En 1992, ERC propuso en sus estatutos la creación de un Estado catalán propio en Europa.
En 1992, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, La Crida lanzó la campaña Freedom for Catalonia, pero no tuvo el impacto internacional esperado.
En 1998, CiU, PNV y BNG firmaron la Declaración de Barcelona, defendiendo los «derechos nacionales» de Cataluña, País Vasco y Galicia.
Después de las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2003, se formó un gobierno de coalición entre el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), presidido por Pasqual Maragall. Este gobierno, conocido como el tripartito, se propuso elaborar un nuevo Estatuto de Autonomía. El Estatuto fue aprobado por el Parlamento de Cataluña en 2005, pero el Partido Popular lo rechazó y organizó una campaña en su contra.
El proyecto de Estatuto sufrió cambios importantes en el Congreso de Diputados. ERC se opuso a estos cambios y pidió el ‘NO’ en el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 de 2006. Aunque ganó el ‘SÍ’, la participación fue baja. El Partido Popular presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional.
La postura de ERC llevó a la disolución del gobierno tripartito y a nuevas elecciones en 2006, tras las cuales se formó un nuevo gobierno tripartito, ahora presidido por José Montilla.
El «procés» soberanista (2006-2018)
El inicio del «procés» soberanista (2006-2010)
Después del Estatuto de autonomía de 2006, el nacionalismo catalán empezó a buscar una solución fuera de la Constitución española de 1978. Esto fue apoyado por una creciente movilización popular.
El primer gran evento de lo que se llamaría el procés fue la manifestación «Som una nació i tenim el dret de decidir» (‘Somos una nación y tenemos derecho a decidir’) en Barcelona el 18 de febrero de 2006. Esta manifestación marcó un claro posicionamiento a favor de la soberanía.
Entre 2007 y 2009, varias publicaciones y artículos de prensa defendieron la independencia como la única forma de que Cataluña sobreviviera. El «derecho a decidir» fue adoptado por Convergencia Democrática de Cataluña, que cambió su postura hacia el autonomismo.
El 1 de diciembre de 2007, hubo otra gran manifestación soberanista en Barcelona, con el lema «Som una nació i diem PROU! Tenim dret a decidir sobre les nostres infraestructures» ('¡Somos una nación y decimos BASTA! Tenemos derecho a decidir sobre nuestras infraestructuras'). Esta manifestación surgió por problemas en las infraestructuras catalanas, cuya gestión dependía del Estado.
En 2009, el procés recibió un nuevo impulso con las consultas populares sobre la independencia. La primera se celebró el 13 de septiembre en Arenys de Munt. La pregunta fue: «¿Está de acuerdo con que Cataluña se convierta en un Estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?». Aunque estas consultas no tenían validez legal, mostraron una movilización social a favor de la independencia.
Omnium Cultural también se modernizó y se convirtió en una entidad importante para el soberanismo, no solo en el ámbito de la lengua y la cultura.
De la sentencia del Estatuto de junio de 2010 a la gran manifestación independentista del 11 de septiembre de 2012
En junio de 2010, el Tribunal Constitucional publicó su sentencia sobre el Estatuto de Autonomía de 2006. Esta sentencia fue un golpe para las aspiraciones del nacionalismo catalán en temas como la identidad, la lengua y la justicia. La sentencia afirmó que solo había una nación constitucionalmente y que la idea de soberanía era única.
La sentencia del Constitucional marcó el fracaso de la propuesta del nuevo Estatuto. A partir de entonces, el movimiento independentista creció de forma notable en Cataluña.

El 28 de junio de 2010, el presidente José Montilla rechazó la sentencia y llamó a una gran manifestación. Esta manifestación se celebró en Barcelona el 10 de julio de 2010, organizada por Omnium Cultural, con el lema Som una nació, nosaltres decidim (‘Somos una nación, nosotros decidimos’). La manifestación pasó de rechazar la sentencia a pedir el derecho a decidir.
Cuatro meses después, en las elecciones catalanas de 2010, ganó CiU, liderada por Artur Mas, quien fue investido nuevo presidente de la Generalidad. Los partidos del tripartito perdieron muchos escaños. Una sorpresa fue la entrada de Solidaritat Catalana per la Independència, liderada por Joan Laporta.
El gobierno de Artur Mas aplicó recortes en el gasto social debido a la crisis económica. Esto generó protestas en las calles, como el movimiento del 15-M.
Entre 2011 y 2012, se formó la Asamblea Nacional Catalana (ANC), una organización que buscaba la independencia de Cataluña por medios pacíficos y democráticos. También nació la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), que agrupaba a ayuntamientos que apoyaban el «derecho a decidir».
La gran manifestación del 11 de septiembre de 2012 en Barcelona, con el lema Catalunya, nou estat d'Europa (‘Cataluña, nuevo Estado de Europa’), fue un momento clave para el independentismo. Fue organizada por la ANC y la AMI, y recibió el apoyo del presidente Mas. Al final de la manifestación, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, dijo que el gobierno debía empezar a trabajar por la independencia.
El éxito de esta manifestación sorprendió a muchos. Días antes, el ayuntamiento de San Pedro de Torelló se había declarado territorio catalán libre, una iniciativa que fue seguida por otros ayuntamientos.
Los medios de comunicación también tuvieron un papel. Se ha dicho que la televisión y radio públicas de Cataluña han tenido una línea a favor de la independencia.
Las elecciones catalanas del 25 de noviembre de 2012 y el proceso hacia la «consulta» del 9 de noviembre de 2014

Después de la manifestación del 11 de septiembre de 2012, el presidente Mas pidió al gobierno español un nuevo sistema de financiación para Cataluña. Sin embargo, el presidente Mariano Rajoy rechazó la propuesta.
El 25 de septiembre, Artur Mas anunció que adelantaría las elecciones al 25 de noviembre. Dos días después, el Parlamento de Cataluña aprobó una resolución para celebrar una «consulta» sobre el futuro de Cataluña.
En las elecciones de 2012, CiU perdió escaños, pero ERC e ICV aumentaron su representación, y la CUP entró en el Parlamento, formando una mayoría «soberanista». Mas fue investido de nuevo como presidente.
El 23 de enero de 2013, el Parlamento de Cataluña aprobó la «Declaración de Soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña», que declaraba al «pueblo de Cataluña» como «sujeto político y jurídico soberano». Esta declaración fue anulada por el Tribunal Constitucional.
El 11 de abril, se creó el Consejo Asesor para la Transición Nacional para proponer leyes que apoyaran la separación de España. El 26 de junio, se reunió el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, que agrupaba a diversas entidades y aprobó la propuesta de una consulta.

El 29 de junio de 2013, se celebró el Concierto por la Libertad en el Camp Nou de Barcelona, organizado por Òmnium Cultural y otras entidades, para pedir el derecho a decidir. Asistieron unas 90.000 personas.
En la Diada de Cataluña del 11 de septiembre de 2013, una gran cadena humana unió Cataluña de norte a sur, en la llamada «Vía Catalana hacia la Independencia». La presidenta de la ANC, Carme Forcadell, pidió al presidente Mas que convocara una consulta. El 12 de diciembre, los partidos a favor de la consulta acordaron la pregunta y la fecha: 9 de noviembre de 2014.
En enero de 2014, el Parlamento de Cataluña pidió al Congreso de los Diputados la competencia para celebrar un referéndum, pero la petición fue rechazada. La respuesta del Parlamento catalán fue crear su propia Ley de consultas de Cataluña, aprobada el 19 de septiembre, para apoyar la consulta del 9 de noviembre. La manifestación del 11 de septiembre de 2014 formó una enorme “V” en Barcelona, pidiendo la consulta.
En julio de 2014, Jordi Pujol, expresidente de la Generalidad, reconoció haber ocultado dinero en el extranjero durante 34 años. Esto generó una gran controversia política.
El «proceso participativo» del 9-N y la convocatoria de elecciones «plebiscitarias» para septiembre de 2015


El 27 de septiembre de 2014, el presidente Artur Mas firmó el decreto para convocar la Consulta sobre el futuro político de Cataluña 2014. El gobierno español presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que suspendió el decreto.
El 13 de octubre, Mas reconoció que la consulta del 9-N no podría celebrarse legalmente, pero al día siguiente anunció un «proceso participativo» para el 9-N. Aunque el Tribunal Constitucional también lo suspendió, la Generalidad continuó con los preparativos.
Finalmente, el 9 de noviembre, se celebró el proceso participativo sobre el futuro político de Cataluña de 2014 con la ayuda de voluntarios. Participaron más de 2,3 millones de personas, y el 80% votó a favor de la independencia.
El 25 de noviembre de 2014, Mas presentó un plan para lograr la independencia de Cataluña en 18 meses. El 14 de enero, anunció que las elecciones autonómicas se adelantarían al 27 de septiembre de 2015 y tendrían un carácter de plebiscito sobre la independencia.
A pesar de que el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la consulta del 9-N, Convergència Democràtica de Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, junto con la ANC, Omnium Cultural y la AMI, acordaron una «hoja de ruta» que incluía una declaración de independencia en 18 meses si los partidos independentistas ganaban las elecciones.
La decisión de CDC de optar por la independencia rompió la coalición Convergència i Unió (CiU). El 22 de junio de 2015, los consejeros de Unió abandonaron el gobierno. CDC y ERC formaron una candidatura conjunta para las elecciones del 27 de septiembre, llamada «Junts pel Sí». Artur Mas renunció a encabezarla.
La Diada de Cataluña de 2015 fue otra gran manifestación independentista, con el lema Via Lliure ('Vía Libre'). Los manifestantes ocuparon la avenida Meridiana de Barcelona, simbolizando la ruta hacia la independencia.
De las elecciones «plebiscitarias» de septiembre de 2015 a la Declaración Unilateral de Independencia del 27 de octubre de 2017
En las elecciones del 27 de septiembre de 2015, Junts pel Sí fue la fuerza más votada. Junto con la CUP, sumaron la mayoría absoluta en el Parlamento, aunque no alcanzaron el 50% de los votos. Los líderes independentistas afirmaron tener la legitimidad para iniciar el proceso hacia una república catalana.
El 9 de noviembre, el Parlamento de Cataluña aprobó una resolución que proclamaba el inicio del proceso de independencia de Cataluña. Esta resolución instaba al nuevo gobierno a no obedecer a las instituciones españolas. El gobierno español recurrió al Tribunal Constitucional, que suspendió la resolución.


La investidura de Artur Mas como presidente no tuvo éxito porque la CUP no lo apoyó. A principios de 2016, Mas renunció y propuso a Carles Puigdemont, alcalde de Gerona, como su sustituto. Puigdemont fue investido nuevo presidente de la Generalidad y se comprometió a lograr la independencia en 18 meses. Meses después, propuso un referéndum unilateral de independencia.
El 6 de octubre de 2016, el Parlamento de Cataluña apoyó la propuesta de Puigdemont de celebrar un referéndum. El 11 de enero de 2017, Puigdemont y el presidente del gobierno español Mariano Rajoy se reunieron en secreto, pero no llegaron a un acuerdo sobre un referéndum pactado. Puigdemont anunció el 9 de junio de 2017 que el referéndum unilateral se celebraría el 1 de octubre, con la pregunta: «¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?».
Puigdemont y Junqueras crearon un "Estado Mayor" para coordinar el referéndum. A principios de julio, varios consejeros del gobierno autonómico renunciaron por no estar de acuerdo con la vía unilateral.
El 17 de agosto de 2017, Barcelona y Cambrils sufrieron ataques terroristas que causaron 15 muertos y 131 heridos. El 27 de agosto, se celebró una gran manifestación en Barcelona para condenar los ataques, a la que asistieron el rey, el presidente del gobierno español y otras autoridades.
El 6 de septiembre de 2017, el Parlamento de Cataluña aprobó la Ley del Referéndum, a pesar de las advertencias de que era contraria al Estatuto y la Constitución. Al día siguiente, se aprobó la Ley de Transitoriedad, que entraría en vigor si ganaba el 'SÍ' en el referéndum.
El gobierno español presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que suspendió ambas leyes. A pesar de esto, el gobierno de Puigdemont mantuvo la convocatoria del referéndum. La Fiscalía General del Estado presentó acciones legales contra el gobierno y la presidenta del Parlamento. Miles de policías y guardias civiles fueron enviados a Cataluña.
El 11 de septiembre, la Diada de Cataluña de 2017 fue organizada por la ANC y Omnium Cultural, con el lema La Diada del Sí, haciendo constantes llamadas a votar en el referéndum del 1 de octubre.
El 20 de septiembre, la Guardia Civil entró en la Consejería de Hacienda por orden judicial, y una multitud se congregó alrededor del edificio, impidiendo la salida de los agentes. Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, líderes de la ANC y Omnium Cultural, fueron acusados de desobediencia y encarcelados.
A pesar de las medidas del gobierno, el referéndum se celebró el 1 de octubre, aunque sin garantías. Hubo intervenciones policiales en varios colegios electorales. La Generalidad informó que votó el 43% del censo, y el 90% de los votos fueron a favor del ‘SÍ’.
Dos días después del referéndum, el rey Felipe VI se dirigió a España para advertir sobre la gravedad de la situación en Cataluña. Ese mismo día, hubo un «Paro de País» en Cataluña en protesta por la actuación policial. Muchas empresas catalanas comenzaron a trasladar su sede social fuera de Cataluña.

El 8 de octubre, se celebró una gran manifestación en Barcelona en defensa de la unidad de España, organizada por Sociedad Civil Catalana.
El 10 de octubre, Carles Puigdemont comunicó al Parlamento de Cataluña que asumía el «mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente», pero propuso suspender los efectos de la declaración para buscar el diálogo. Los parlamentarios independentistas firmaron una declaración de independencia en una sala anexa, sin valor legal.
El gobierno español anunció que aplicaría el artículo 155 de la Constitución, lo que implicaría la intervención de la autonomía. Se pidió a Puigdemont que aclarara si había proclamado la independencia. El 16 de octubre, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart fueron encarcelados, acusados de desobediencia.
El 27 de octubre, el Parlamento de Cataluña aprobó en votación secreta una resolución que incluía la declaración de independencia de Cataluña. Los grupos que apoyaban la Constitución se ausentaron de la cámara. Casi al mismo tiempo, el Senado en Madrid aprobaba la aplicación del artículo 155 en Cataluña.
La declaración de independencia no fue reconocida por ningún Estado.
De la intervención de la autonomía de Cataluña a la ruptura de la unidad del independentismo (2017-2022)

El mismo 27 de octubre, el gobierno español destituyó a Puigdemont y a todo su gobierno, y Mariano Rajoy convocó elecciones al Parlamento de Cataluña para el 21 de diciembre. La Fiscalía General del Estado presentó acciones legales contra Puigdemont y los consejeros.
El 29 de octubre, Carles Puigdemont y cuatro consejeros se marcharon a Bruselas para evitar comparecer ante la justicia. Otros consejeros, incluido Oriol Junqueras, sí se presentaron y fueron enviados a prisión.

El 7 de diciembre, la ANC y Omnium Cultural organizaron una manifestación en Bruselas en apoyo de Puigdemont y los consejeros.

El 21 de diciembre de 2017, se celebraron las elecciones convocadas por Rajoy. La participación fue muy alta. Aunque Ciudadanos fue el partido más votado, los tres partidos independentistas (Junts per Catalunya, ERC y CUP) lograron la mayoría absoluta en el Parlamento, sumando 70 diputados.
El 17 de enero de 2018, se constituyó el nuevo Parlamento autonómico, y Roger Torrent (ERC) fue elegido presidente. Torrent propuso a Carles Puigdemont como candidato a la presidencia de la Generalidad, pero el Tribunal Constitucional advirtió que el candidato debía estar presente en la cámara. Torrent aplazó la sesión de investidura.
El 1 de marzo de 2018, se aprobó una moción en el Parlamento que denunciaba la «destitución ilegal» de Puigdemont. Ese mismo día, Puigdemont anunció desde Bruselas que renunciaba «provisionalmente» a ser candidato y propuso a Jordi Sánchez, entonces en prisión.

El juez del Tribunal Supremo denegó el permiso para que Sánchez asistiera al pleno de investidura. La situación de bloqueo continuó. Un tercer intento de investir a Jordi Turull también fracasó.
Finalmente, el 14 de mayo, el Parlamento de Cataluña invistió a Quim Torra como nuevo presidente de la Generalidad, el candidato elegido por Puigdemont. Torra fue investido gracias a los votos de Junts per Catalunya y ERC, y la abstención de la CUP.

El 2 de junio de 2018, tomó posesión el nuevo gobierno de Quim Torra, poniendo fin a la aplicación del artículo 155. Ese mismo día, Pedro Sánchez asumió el cargo de presidente del gobierno español.
Entre febrero y junio de 2019, se celebró el juicio a los líderes del proceso independentista catalán. El Tribunal Supremo condenó a los acusados a penas de prisión por desobediencia. Fueron indultados en junio de 2021 por el gobierno de Pedro Sánchez.

El 14 de febrero de 2021, se celebraron las Elecciones al Parlamento de Cataluña de 2021. Los partidos independentistas reforzaron su mayoría absoluta y superaron el 50% de los votos. El 21 de mayo, Pere Aragonès (ERC) fue investido nuevo presidente de la Generalidad, con el apoyo de CUP y Junts. Aragonès declaró que su objetivo era «culminar la independencia».
El gobierno de coalición ERC-Junts duró poco más de un año. El 7 de octubre de 2022, Junts decidió abandonarlo, rompiendo la unidad del independentismo.
Razones del crecimiento del independentismo en el siglo XXI
Razones del crecimiento vistas desde Cataluña
Según algunos expertos, el crecimiento del independentismo catalán se debe a la sensación de fracaso después del Estatuto de 2006 y a la crisis económica. También influyeron algunas políticas del gobierno central que fueron vistas como ataques al autogobierno, y la idea de que Cataluña sufría un «expolio fiscal» (que contribuía mucho más de lo que recibía).
Otros señalan que la principal razón fue la frustración de las esperanzas de transformar España en un Estado con varias naciones. Cuando la vía de la reforma falló, muchos catalanes optaron por apoyar la independencia.
Muchos entrevistados en un libro de 2014 opinaron que el inicio del «desencuentro» entre Cataluña y el resto de España se situó en el fracaso del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 y la sentencia del Tribunal Constitucional de junio de 2010, junto con el impacto de la crisis económica.
Algunos expertos también mencionan que la derecha española, tanto en los medios como en la política, contribuyó a este proceso. Por ejemplo, cuando el Partido Popular recogió firmas contra el Estatuto, lo que fue visto como un error grave.

El escritor Eduardo Mendoza cree que la crisis económica convirtió el movimiento independentista, que antes era limitado, en una forma de expresar el descontento de la población, especialmente de los jóvenes.
El historiador Jordi Canal señala como principal responsable del crecimiento del independentismo a la «profunda nacionalización» de la sociedad catalana desde 1980, a través de los gobiernos de la Generalidad, los medios de comunicación y la educación. También influyeron las crisis económicas y los conflictos sobre la reforma del Estatuto.
La periodista Lola García afirma que la dureza de la crisis económica fue un buen caldo de cultivo para mensajes simples como el de "España nos roba". También destaca que el gobierno de Cataluña contribuyó de forma decisiva a presentar la independencia como una meta posible.
El historiador Enric Ucelay-Da Cal relaciona el auge independentista con la ola de «desengaño» que trajo la crisis económica de 2008, que afectó a las clases medias catalanoparlantes. La percepción de que la lengua catalana estaba en peligro también contribuyó.
El historiador y politólogo Alberto Reig Tapia considera que la deriva independentista es el resultado de un plan trazado desde el inicio de la democracia por Jordi Pujol para lograr la separación de España. Según él, el crecimiento del independentismo se explica por la propaganda y el apoyo económico de la Generalidad, así como por el victimismo.
Razones del crecimiento vistas desde fuera de Cataluña
Según Cristian Rodríguez Mesa, el rápido crecimiento del independentismo se debe a que su discurso se adaptó a la crisis económica, enfocándose en la idea de que un Estado propio acabaría con los problemas económicos que, según ellos, España causaba a Cataluña.
Según Fernando Molina y Alejandro Quiroga, el éxito del independentismo se debe a que el relato nacionalista catalán de «pérdida» y «resistencia» se reforzó con la crisis económica, haciendo creer que España explotaba económicamente a Cataluña. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 de 2010, según este relato, añadió la «opresión política».
Andrew Dowling destaca la gran capacidad de movilización social de las entidades soberanistas, especialmente la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que logró organizar grandes protestas pacíficas.
Diego Díaz Alonso compara el independentismo catalán con el movimiento del 15-M, ambos resultado de la crisis económica española (2008-2014) y del rechazo al sistema político de la Transición.
Ignacio Sánchez-Cuenca señala que el crecimiento del independentismo se produjo a partir de la sentencia del Tribunal Constitucional y la crisis económica. La sentencia, al no reconocer la nación catalana, dejó solo dos opciones: la resignación o la afirmación unilateral de la nación catalana.
Otra razón mencionada por muchos periodistas y políticos es que la situación de los casos de corrupción del partido que gobernaba Cataluña (CiU) fue un motivo para iniciar el proceso soberanista, buscando desviar la atención.
El historiador británico John H. Elliott considera que la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto fue el detonante del crecimiento del independentismo, junto con el regreso del Partido Popular al gobierno. Pero la explicación principal, según él, es el programa de "catalanización" iniciado por Pujol, que creó una nueva generación más nacionalista.
Galería de imágenes
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Estelada en Arco de Triunfo de Barcelona colgada durante la manifestación independentista del 11 de septiembre de 2012 convocada bajo el lema ”Catalunya, nou estat d'Europa”.
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Documento en inglés titulado What says Catalonia con fecha del 11 de septiembre de 1918 en el que el Comité Pro Cataluña pide a «la victoriosa Entente, por el Derecho y la Libertad de los Pueblos, la revisión del Tratado de Utrecht. ¡Viva la Entente! ¡Gloria a Wilson! ¡¡¡Justicia!!!». Es el documento más antiguo en que aparece la estelada.
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Paredón del castillo de Montjuic donde fue ejecutado el presidente Companys el 15 de octubre de 1940.