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Grand Tour para niños

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El Grand Tour fue una costumbre muy popular entre los siglos XVII y XIX. Consistía en un viaje largo por Europa, especialmente a Italia, que hacían los jóvenes de familias adineradas. Solían ir acompañados por un tutor o un familiar, y lo hacían cuando llegaban a la edad adulta, alrededor de los 21 años. Era como una etapa importante para aprender y crecer antes de empezar su vida de adultos.

¿Qué fue el Grand Tour?

El término "Grand Tour" apareció por primera vez en 1670, en un libro llamado Voyage d'Italie (El viaje a Italia) de Richard Lassels. En este libro, se hablaba de un viaje por Europa que hacían los jóvenes de la nobleza, sobre todo los británicos, como parte de su educación.

¿Por qué era importante este viaje?

Aunque muchos de estos jóvenes ya habían ido a la universidad, las universidades de Inglaterra no tenían tan buena fama en ese momento, y era difícil aprender otros idiomas allí. Por eso, el Grand Tour se convirtió en una parte clave de la educación para las clases altas. También inspiró a muchos artistas y escritores de la época.

Fue muy popular entre los jóvenes británicos de clase media-alta. Se veía como una etapa para aprender y divertirse antes de casarse y asumir responsabilidades. Lo más valioso era poder ver el arte clásico y del Renacimiento, y conocer a la gente importante del continente europeo. Un Grand Tour podía durar desde varios meses hasta varios años, dependiendo de cuánto dinero tuvieran.

Orígenes del Grand Tour

La idea de hacer un Grand Tour parece haber comenzado en el siglo XVII. La costumbre de viajar para aprender podría venir del Renacimiento, cuando los intelectuales y artistas iban a Italia para conocer la cultura clásica. La primera vez que se usó el nombre "Grand Tour" fue en la obra de Richard Lassels en 1670, donde recomendaba un recorrido con ese nombre.

Después de un evento importante en Inglaterra llamado la Revolución Gloriosa, el país se volvió más estable. Entonces, se puso de moda viajar al continente, especialmente a Italia, que antes parecía muy lejos. Con la publicación de muchas guías de viaje y el creciente interés por el arte clásico y renacentista, el Grand Tour se hizo muy común entre las clases altas inglesas a partir de 1730. Otros países como Alemania y los Países Bajos también adoptaron esta costumbre, aunque en los países católicos era menos extendida.

Hacia finales del siglo XVIII, el lago de Como en Italia se convirtió en un lugar muy admirado del Grand Tour. Este viaje se volvió una tradición para los jóvenes de la alta sociedad europea que querían completar sus estudios y enriquecer su cultura. Por ejemplo, en el verano de 1840, la escritora Mary Shelley visitó el lago de Como y exploró sus alrededores.

¿Qué lugares se visitaban en el Grand Tour?

Archivo:Map Evolution of tourism 1992 - Grand Tour - Touring Club Italiano CART-TEM-107 B
Rutas de algunos viajeros famosos del Grand Tour, como Montesquieu y Goethe.
Archivo:Batoni - Francis Basset, 1st Baron de Dunstanville
Francis Basset, primer barón de Dunstanville, durante su Grand Tour, pintado por Pompeo Batoni en 1778.
Archivo:Carl Spitzweg 047
Inglés en la campaña, una acuarela de Carl Spitzweg, alrededor de 1845.

El recorrido podía variar mucho, pero casi siempre se visitaban Francia e Italia. Las modas y lo que se quería aprender influían en los cambios de la ruta.

Rutas comunes para los viajeros

Para un viajero inglés, el Grand Tour solía empezar en Calais, desde donde iban a París, que era el centro cultural de Europa en ese momento. Otra opción era empezar en los Países Bajos, visitar Bélgica (especialmente Bruselas), y luego ir a París o a Alemania. Algunos también viajaban en barco directamente a Italia y luego regresaban por tierra.

En Francia, solían bajar al sur desde París, visitando el valle del Ródano (ciudades como Lyon y Aviñón) hasta la Provenza y el Languedoc. Las visitas a Suiza, sobre todo a Ginebra, se hicieron populares en las décadas de 1760 y 1770. Cerca de Ginebra vivía el famoso escritor Voltaire, quien a menudo recibía a los viajeros ingleses, atrayendo a muchos jóvenes. Después de que Jean-Jacques Rousseau publicara sus Confesiones, los paisajes de Suiza y Saboya también se hicieron muy populares como una forma de entrar a Italia.

Explorando Italia

El recorrido por Italia estaba muy influenciado por el experto en cultura griega Johann Joachim Winckelmann. Él, según Johann Wolfgang von Goethe, hizo que el viaje a Italia fuera casi obligatorio para estudiar la historia del arte renacentista y grecorromano, gracias a los descubrimientos de Pompeya y Herculano.

Normalmente, se visitaba Turín, Milán y Venecia, que eran centros culturales más modernos. Luego se bajaba al sur, a Florencia, para admirar las obras del Renacimiento. Roma atraía a muchos jóvenes con deseos artísticos, considerándola una visita imprescindible. El viaje por Italia solía terminar en Nápoles, la ciudad más grande de Italia en ese entonces, donde también se admiraban las ruinas de Pompeya. El escritor escocés Tobias Smollett dio a conocer al público inglés las costas de Liguria y Toscana, que se hicieron populares a partir de 1760. Por su parte, Goethe, al publicar su Viaje a Italia a finales de la década de 1780, hizo que la visita a Sicilia fuera más conocida.

El camino de regreso

El regreso desde Italia solía hacerse directamente en barco, desde Livorno o Génova, pasando por Francia, o cruzando los Alpes y entrando en Suiza, Austria o Alemania. El recorrido por Alemania se hizo popular después de la Guerra de los Siete Años (1756–1763). Allí se visitaban ciudades importantes como Hanóver, Halle, Berlín o Dresde.

La Revolución francesa hizo que viajar a Francia fuera menos seguro. Al mismo tiempo, la fama de la literatura alemana, gracias a escritores como Johann Christoph Friedrich Schiller y Goethe, hizo que a principios del siglo XIX, el viaje a Alemania fuera mucho más popular y extenso. Se visitaban ciudades balneario como Baden-Baden, además de Weimar (donde se visitaba al anciano Goethe), Colonia, Fráncfort del Meno y Maguncia. Los viajeros ingleses solían regresar a Inglaterra entrando por los Países Bajos, embarcando en Hamburgo o entrando en Francia por la Alsacia (pasando por Estrasburgo).

Aunque los viajeros ingleses hicieron muy popular el Grand Tour, no eran los únicos. Jóvenes de buena posición de Alemania, Francia, España y Suecia también visitaban Italia. Con el crecimiento de Rusia, muchos nobles rusos también comenzaron a hacer su propio Grand Tour, que solía empezar en Alemania por Dresde (Sajonia), para luego ir a Francia o Italia.

Recuerdos del viaje

Como recuerdos, los viajeros se llevaban vistas de Venecia y Roma pintadas por artistas como Canaletto y Giovanni Pannini, así como grabados de ruinas romanas de Giovanni Battista Piranesi. Estas obras, junto con objetos antiguos, se incluían en el equipaje de los jóvenes británicos. Una vez en su país, influyeron en el arte inglés, tanto en la pintura como en la arquitectura y las artes decorativas de los siglos XVIII y XIX. El descubrimiento en 1739 de Pompeya y Herculano y el apoyo para publicar grabados de estos lugares, ayudaron a que expertos europeos como Winckelmann exportaran un nuevo estilo más puro en la decoración y las formas arquitectónicas, que imitaban de forma más exacta y sencilla los hallazgos italianos. Esto llevó a la popularización del estilo neoclásico.

Algunos viajeros decidían visitar lugares menos comunes. Por ejemplo, el biógrafo escocés James Boswell incluyó en su viaje una visita a Córcega, donde se hizo amigo del general Pasquale Paoli, líder de los independentistas corsos. Al publicar su Viaje a Córcega en la década de 1760, hizo que la causa corsa fuera más conocida en Gran Bretaña. El italiano Giuseppe Baretti, por sugerencia de su amigo Samuel Johnson, hizo un viaje completo por España, un país poco conocido para los viajeros en la década de 1760, y lo contó en su Viaje a España. Las visitas a España, sobre todo a Granada, Sevilla, Córdoba y Valencia, se hicieron populares con el Romanticismo. El francés François-René de Chateaubriand, en su Grand Tour, viajó a Grecia, Constantinopla, y llegó hasta Jerusalén a principios del siglo XIX, lo que aumentó el interés por el Oriente Próximo. Los viajes de Lord Byron y otros a Grecia hicieron popular la causa de la independencia griega frente al Imperio otomano.

Archivo:Grand Tour William Thomas Beckford
El Grand Tour de William Beckford, marcado en rojo.

¿Cómo influyó el Grand Tour?

Los viajes a menudo se convertían en libros, como Viaje sentimental por Francia e Italia, del inglés Laurence Sterne (1767). El estilo de esta obra, muy popular, creó una moda de diarios de viaje, especialmente entre las mujeres, que al volver publicaban sus experiencias y sentimientos. Antes, los relatos de viaje solían ser descripciones más formales de los lugares. En esta moda se incluyen, por ejemplo, Historia de una excursión de seis semanas, escrita por los autores románticos Mary Shelley y Percy Bysshe Shelley, o el Viaje a Italia de Goethe.

Pero la influencia del arte griego y romano fue aún mayor en la arquitectura y las artes decorativas. Ejemplos como el edificio del Museo Británico, la Puerta de Brandenburgo y la Bute House en Edimburgo (ciudad que los británicos llamaban "La Atenas del norte"), muestran esta influencia en arquitectos de toda Europa, especialmente en la Europa germánica.

Como resultado, estos viajes, que al principio eran solo para la nobleza, pueden verse como las primeras versiones de las vacaciones que disfrutamos hoy en día. Ahora, muchas personas de diferentes partes de Europa viajan a otros países para descubrir culturas y pasar unos días.

Costumbres del viaje

Cuando un joven salía de casa por primera vez para el Grand Tour, era común que, si su familia tenía suficiente dinero, lo acompañara una persona mayor y de confianza. Entre los nobles ingleses, era habitual que fueran con un clérigo o alguien conocido de la familia. Esto se hacía para ayudar a controlar su comportamiento y asegurar su educación durante el viaje. Al final del viaje, a menudo se dejaba al joven solo en una gran ciudad como París o Nápoles, donde su acompañante se despedía de él. Esto era una forma de darle confianza y libertad al joven.

Para saber más

  • Westmorland, un barco capturado de vuelta del Grand Tour, cuyos tesoros forman parte hoy de varias colecciones españolas.
  • Programa Erasmus, a veces considerado como una continuación moderna del Grand Tour.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Grand Tour Facts for Kids

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Grand Tour para Niños. Enciclopedia Kiddle.