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Carta Magna para niños

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Datos para niños
Carta Magna
Magna Carta (British Library Cotton MS Augustus II.106).jpg
Cotton MS. Augustus II. 106, una de las cuatro copias auténticas sobrevivientes del texto de 1215. Albergada en la Biblioteca Cotton.
Idioma latín medieval
Función tratado de paz
Autor(es) Juan I de Inglaterra
sus barones
Stephen Langton, arzobispo de Canterbury
Aprobación 15 de junio de 1215
Sanción 15 de julio de 1215
Derogación 24 de agosto de 1215
(anulada por el papa Inocencio III)
Ubicación dos en la Biblioteca Británica, una en la catedral de Lincoln y otra en la catedral de Salisbury.

Texto completo en Wikisource

La Carta Magna (cuyo nombre completo en latín es Magna Carta Libertatum, que significa «Gran Carta de las Libertades») es un documento muy importante en la historia. Fue un acuerdo firmado por el rey Juan I de Inglaterra en Runnymede, cerca de Windsor, el 15 de junio de 1215.

Este documento fue creado principalmente por el arzobispo de Canterbury, Stephen Langton. Su objetivo era lograr la paz entre el rey Juan, que no era muy popular, y un grupo de barones que se habían rebelado contra él. La Carta Magna prometía proteger los derechos de la Iglesia y de los barones. También aseguraba que nadie sería arrestado sin una razón legal y que todos tendrían acceso rápido a la justicia. Además, limitaba los impuestos que el rey podía cobrar.

Un grupo de veinticinco barones se encargaría de que el acuerdo se cumpliera. Sin embargo, ni el rey ni los barones respetaron sus promesas. Por eso, el papa Inocencio III anuló la Carta Magna, lo que llevó a la primera guerra de los Barones.

Después de la muerte del rey Juan, su hijo, el joven Enrique III, volvió a emitir el documento en 1216. Quitó algunas partes que eran muy estrictas, buscando apoyo político. Al final de la guerra en 1217, la carta fue parte de un acuerdo de paz. Fue entonces cuando se le llamó "Carta Magna" para diferenciarla de otra ley más pequeña sobre los bosques.

Enrique III la volvió a confirmar en 1225 a cambio de nuevos impuestos. Su hijo, Eduardo I, la confirmó de nuevo en 1297, convirtiéndola en parte de las leyes de Inglaterra. Con el tiempo, el Parlamento inglés creó nuevas leyes, y la Carta Magna perdió parte de su importancia práctica.

A finales del siglo XVI, la Carta Magna volvió a ser muy estudiada. Abogados e historiadores creían que existía una antigua ley inglesa que protegía las libertades individuales. Argumentaron que la Carta Magna era un intento de recuperar esos derechos. Así, se convirtió en un pilar para el poder del Parlamento y para principios legales como el habeas corpus (el derecho a no ser encarcelado sin una razón legal).

La Carta Magna influyó en los primeros colonos de América y en la creación de la Constitución de los Estados Unidos en 1787. Aunque los historiadores modernos descubrieron que la carta original de 1215 se centraba más en la relación entre el rey y los barones que en los derechos de la gente común, sigue siendo un documento muy importante.

Hoy en día, la Carta Magna es un símbolo de libertad. Es citada a menudo por políticos y activistas. El jurista Tom Denning la llamó "el documento constitucional más grande de todos los tiempos".

En el siglo XXI, solo quedan cuatro copias originales de la carta de 1215. Dos están en la Biblioteca Británica, una en la catedral de Lincoln y otra en la catedral de Salisbury. Estas copias se escribieron en pergamino (piel de oveja) con plumas de ave y en latín medieval. No tenían firmas, sino un gran sello real de cera. Las "cláusulas" numeradas que conocemos hoy fueron añadidas por William Blackstone en 1759.

Historia de la Carta Magna

El Siglo XIII y sus Orígenes

¿Por qué se creó la Carta Magna?

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Coronación de Juan I. Miniatura del Flores Historiarum, por el coetáneo Mateo de París (c. s. XIII).

La Carta Magna fue un intento de paz que no funcionó, y que llevó al inicio de la primera guerra de los Barones en 1215. Inglaterra era gobernada por el rey Juan I, quien era el tercer rey de la familia angevina. Aunque el reino tenía una buena administración, el gobierno de los reyes angevinos no estaba bien definido. El rey Juan y sus antecesores gobernaban con mucha autoridad, a veces tomando decisiones arbitrarias, creyendo que estaban por encima de la ley. Sin embargo, muchos pensaban que los reyes debían gobernar siguiendo las costumbres y las leyes, y escuchando los consejos de los líderes del reino.

El rey Juan había perdido la mayoría de sus tierras en Francia en 1204 y pasó años tratando de recuperarlas. Para financiar sus guerras, impuso muchos impuestos a los barones. Pero sus esfuerzos militares fracasaron en 1214. Después de una gran derrota, el rey Juan tuvo que negociar la paz y pagar una compensación. Para entonces, muchos barones no lo querían, y había poca confianza entre ellos.

Al regresar de Francia, el rey Juan descubrió que los barones rebeldes en el norte y este de Inglaterra se estaban organizando. Los rebeldes juraron defender "la libertad de la Iglesia y el reino". Exigieron que el rey confirmara la Carta de Libertades, un documento anterior que protegía sus derechos. Los líderes rebeldes no eran muy importantes, pero los unía su descontento con el rey Juan. Por ejemplo, Robert Fitzwalter, líder de los barones, afirmó que el rey Juan había intentado hacerle daño a su hija.

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Mural contemporáneo del papa Inocencio III.

En enero de 1215, el rey Juan se reunió en Londres para hablar de posibles cambios. Ambas partes pidieron al papa Inocencio III que interviniera. Durante las negociaciones, los barones rebeldes crearon un primer documento, basado en la Carta de Libertades de Enrique I.

El rey Juan esperaba que el papa le diera apoyo legal y moral, así que retrasó las conversaciones. Se había declarado vasallo del papa en 1213 y creía que podía contar con su ayuda. También empezó a contratar soldados de Francia. Para asegurar más apoyo, el rey Juan juró unirse a una cruzada, lo que le daba protección especial de la Iglesia.

En abril, el papa envió mensajes de apoyo al rey. Pero para entonces, los barones rebeldes ya se habían organizado militarmente. Se reunieron en Northampton en mayo, rompieron sus lazos con el rey Juan y marcharon hacia Londres. Cuando los rebeldes tomaron Londres, muchos se unieron a ellos. El rey ofreció someter el problema a un comité con el papa como mediador, pero los rebeldes no aceptaron. El arzobispo Stephen Langton trabajó con los barones en sus demandas, y el rey Juan le pidió que organizara conversaciones de paz.

La Gran Carta de 1215: Un Acuerdo Histórico

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Los Artículos de los Barones (1215), en la Biblioteca Británica.

El 10 de junio de 1215, el rey Juan se encontró con los líderes rebeldes en Runnymede, un lugar neutral junto al Támesis. Allí, los rebeldes le presentaron sus propuestas, llamadas "Artículos de los Barones". Gracias a la mediación de Stephen Langton, estas demandas se convirtieron en un documento que resumía el acuerdo de paz. Años después, este acuerdo fue llamado Carta Magna, que significa "Gran Carta" en latín. El 15 de junio, llegaron a un acuerdo sobre el texto, y el 19 de junio, los rebeldes juraron lealtad al rey y se distribuyeron las copias de la carta.

Aunque la carta se hizo rápidamente, fue más allá de solo resolver las quejas de los barones. Propuso una reforma política más amplia. Prometía proteger los derechos de la Iglesia, evitar el encarcelamiento ilegal y asegurar el acceso rápido a la justicia. Lo más importante es que limitaba los impuestos y otros pagos feudales al rey. Se enfocó en los derechos de los hombres libres, especialmente los barones, pero también incluyó derechos para los siervos. Su estilo se parecía a la Carta de Libertades de Enrique I y a otras leyes de la época.

La "cláusula 61" de la Carta Magna establecía un consejo de veinticinco barones para asegurar que el rey cumpliera el acuerdo. Si el rey no lo hacía en cuarenta días, los barones podían tomar sus castillos y tierras hasta que se corrigiera la situación. Esto era algo nuevo, ya que antes los súbditos solo podían resistirse individualmente. El historiador Wilfred Warren pensó que esta cláusula casi garantizaba una guerra civil, porque era muy exigente con el rey.

El rey Juan y los barones no confiaban el uno en el otro, y ninguno intentó seriamente cumplir el acuerdo. Los veinticinco barones elegidos eran rebeldes, y muchos de ellos mantuvieron sus tropas listas. Surgieron problemas entre los rebeldes y los que esperaban que la carta les devolviera sus tierras.

A pesar de la cláusula 61, el rey Juan pidió ayuda al papa Inocencio III en julio de 1215, diciendo que la carta afectaba los derechos del papa como su señor. Los barones debían entregar Londres el 15 de agosto, pero se negaron. En agosto, el papa declaró que la carta era "nula y sin validez para siempre" porque el rey había sido "forzado a aceptarla". Ordenó al rey no obedecerla y a los barones no imponerla.

Para entonces, la violencia ya había estallado. Menos de tres meses después del acuerdo, el rey Juan y sus seguidores rechazaron la carta, y comenzó la primera guerra de los Barones. Los rebeldes buscaron ayuda del hijo del rey Felipe II de Francia, el futuro Luis VIII, ofreciéndole el trono inglés. La guerra se estancó. El rey Juan enfermó y murió el 18 de octubre, y su hijo Enrique III, de nueve años, lo sucedió.

La Gran Carta de 1216: Un Nuevo Comienzo

Después de la muerte del rey Juan, el nuevo gobierno del joven Enrique III usó la carta para intentar detener a los rebeldes. El rey Juan había pedido que su hijo fuera protegido por William Marshal, un famoso caballero. Marshal fue nombrado protector del joven rey, y el cardenal Guala Bicchieri, representante del papa en Inglaterra, supervisó la coronación de Enrique III.

Enrique III heredó un reino dividido, con más de la mitad de Inglaterra ocupada por los rebeldes. Pero contaba con el apoyo del cardenal Guala, quien quería que el joven rey ganara la guerra. Guala fortaleció los lazos entre Inglaterra y el papado. Enrique III se declaró vasallo del papa y se unió a una cruzada para obtener protección especial de Roma.

La guerra no iba bien para el rey, pero el príncipe Luis y los barones rebeldes también tenían problemas. La muerte del rey Juan había calmado a algunos rebeldes. El gobierno de Enrique III animó a los barones a regresar a su lado, prometiéndoles devolver sus tierras. Volvió a publicar la Carta Magna, pero quitó las partes que no gustaban al papa y la cláusula 61 sobre el consejo de barones. Sin embargo, esta estrategia no funcionó, y la oposición al nuevo gobierno se hizo más fuerte.

La Gran Carta de 1217: Paz y Bosques

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Carta Forestal de 1217.

En febrero de 1217, Luis regresó a Francia para buscar más soldados. Mientras tanto, surgieron problemas entre sus seguidores franceses e ingleses. El cardenal Guala declaró que la guerra de Enrique III contra los rebeldes era una cruzada religiosa. Esto hizo que muchos rebeldes abandonaran el movimiento, y la situación mejoró para el rey. Luis regresó en abril, pero sus tropas fueron derrotadas en mayo por William Marshal en la batalla de Lincoln.

El apoyo a Luis en Francia disminuía, y él se dio cuenta de que la guerra en Inglaterra estaba perdida. Negoció un acuerdo con el cardenal Guala: Luis renunciaría al trono inglés a cambio de que sus seguidores recuperaran sus tierras y se les perdonara la excomunión. El gobierno de Enrique III también prometió cumplir la carta del año anterior. Pero el acuerdo casi se rompe porque algunos barones leales pensaron que era demasiado generoso con los rebeldes.

Luis se quedó en Londres esperando refuerzos de Francia. Cuando la flota llegó en agosto, fue interceptada y derrotada por los barones leales en la batalla de Sandwich. Luis inició nuevas negociaciones de paz. El 12 y 13 de septiembre de 1217, llegaron a un acuerdo final, conocido como el Tratado de Lambeth. Este acuerdo era similar al anterior, pero excluía a los clérigos rebeldes. Sin embargo, prometía que los seguidores de Luis disfrutarían de sus libertades y costumbres tradicionales, retomando partes de la carta de 1216. Luis dejó Inglaterra, y la guerra terminó.

En octubre y noviembre, se reunió un gran consejo para evaluar la situación después de la guerra. Se cree que este consejo creó y publicó la carta de 1217. Este documento era parecido al de 1216, pero añadió cláusulas para proteger los derechos de los barones y redujo las restricciones al rey para cobrar impuestos. Todavía había desacuerdos sobre los bosques reales, que eran una fuente importante de ingresos para el rey. Por eso, se redactó un documento adicional, la Carta Forestal, que perdonaba delitos forestales y revisaba los límites de los bosques. Para diferenciar los dos documentos, al más grande se le llamó magna carta libertatum ("gran carta de las libertades"), que con el tiempo se conoció como "Carta Magna".

La Gran Carta de 1225: Un Compromiso Real

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Versión de 1225 emitida por Enrique III, que se encuentra en los Archivos Nacionales.

La Carta Magna se volvió cada vez más importante en la política inglesa durante la minoría de Enrique III. A medida que el joven rey crecía, su gobierno se recuperaba de la guerra civil y recuperaba el control de las finanzas, cuidando de no romper los términos de las cartas. En 1223, surgieron tensiones sobre el estado de las cartas. El gobierno intentó recuperar sus derechos sobre propiedades e ingresos, pero muchas comunidades se resistieron, diciendo que las cartas los protegían. Esto llevó a una discusión sobre si el rey estaba obligado a cumplir las cartas. Enrique III prometió verbalmente respetarlas.

Dos años después, la cuestión de las cartas volvió a surgir cuando Luis VIII invadió las provincias inglesas en Francia. El ejército inglés no tenía suficientes recursos, y la provincia de Poitou cayó rápidamente. Gascuña también estaba en peligro. A principios de 1225, un gran consejo aprobó un impuesto para enviar un ejército, que recuperó Gascuña. A cambio de su apoyo, los barones pidieron al rey que volviera a emitir la Carta Magna y la Carta Forestal. El contenido era casi igual al de 1217, pero en estas nuevas ediciones, el rey declaró que las emitía por su "voluntad espontánea y libre", dándoles mucha más autoridad.

Los barones esperaban que el rey actuara según estas cartas, siguiendo la ley y los consejos de la nobleza. Pero la situación seguía siendo incierta. En 1227, cuando Enrique III fue declarado mayor de edad, anunció que las futuras cartas se emitirían bajo su propio sello. Esto puso en duda la validez de las cartas anteriores. El rey incluso amenazó con anular la Carta Forestal si no se pagaban los impuestos prometidos. En 1253, Enrique III confirmó las cartas de nuevo a cambio de impuestos.

Aunque el rey quería fortalecer su autoridad, su poder estaba limitado por la Carta Magna. Generalmente, actuaba dentro de los términos de las cartas, lo que impedía que el rey tomara medidas injustas contra los barones, como multas o confiscaciones. Sin embargo, las cartas no resolvían problemas como el nombramiento de consejeros reales o la distribución de favores. Además, no había forma de obligar al rey si decidía ignorarlas. La falta de cumplimiento constante de las cartas hizo que muchos barones se sintieran insatisfechos.

A pesar de las cartas, la justicia real era inconsistente. A veces se resolvían las quejas de los barones, otras veces se ignoraban. Los tribunales reales que viajaban por el país para impartir justicia tenían poco poder, lo que permitía a los barones más importantes controlar el sistema de justicia local. El gobierno de Enrique III se volvió descuidado, la autoridad real en las provincias disminuyó, y finalmente, su autoridad en la corte se derrumbó.

En 1258, un grupo de barones tomó el poder en un golpe de Estado. Dijeron que era necesario para hacer cumplir estrictamente la Carta Magna y la Carta Forestal. Crearon un nuevo gobierno liderado por barones para reformar el reino. Como no eran lo suficientemente fuertes militarmente, pidieron a Luis IX que mediara en sus propuestas de reforma. Los barones reformistas argumentaron que la Carta Magna era una ley intocable y que el rey la había roto.

Luis IX apoyó firmemente a Enrique III, pero la mediación francesa no logró la paz porque los barones rebeldes no aceptaron el veredicto. La situación en Inglaterra empeoró y llevó a la segunda guerra de los Barones. Esta guerra fue ganada por el hijo de Enrique III, el príncipe Eduardo, quien también usó la Carta Magna para su causa, diciendo que los reformadores habían ido demasiado lejos. En 1267, Enrique III emitió el Estatuto de Marlborough, que incluía una nueva promesa de cumplir los términos de la Carta Magna.

La Gran Carta de 1297: Parte de la Ley

Archivo:Magna Carta (1297 version with seal, owned by David M Rubenstein)
Versión de 1297 en exhibición en el edificio de los Archivos Nacionales en Washington D. C.

En 1297, Eduardo I volvió a publicar las cartas de 1225 a cambio de un nuevo impuesto. Esta versión es la que todavía forma parte de la ley actual, aunque la mayoría de sus cláusulas han sido eliminadas. Ese mismo año, también emitió la Confirmatio Cartarum ("Confirmación de las Cartas"), porque necesitaba más dinero. Impuso más impuestos a los nobles, quienes se armaron contra él y lo obligaron a confirmar la Carta Magna y la Carta Forestal para evitar una guerra civil.

Un pasaje de la Confirmatio ordenaba que se distribuyeran copias en las iglesias de todo el reino, para que se leyeran al pueblo dos veces al año. Por eso, una copia se exhibe permanentemente en la catedral de Salisbury. El segundo artículo de la Confirmatio decía que si se dictaba un juicio en contra de las cartas, este sería anulado y no tendría valor.

En 1300, con la reconfirmación de las cartas, se añadió otro documento, Articuli super Cartas ("Artículos sobre las Cartas"). Este documento buscaba asegurar el cumplimiento de las cartas. La Carta Magna y la Carta Forestal debían enviarse al magistrado civil de cada condado y leerse al menos cuatro veces al año.

El papa Clemente V siguió apoyando a los reyes contra cualquier desafío a sus derechos. En 1305, anuló la Confirmatio Cartarum. El rey Eduardo I interpretó que esto también anulaba los Articuli super Cartas. En 1306, aprovechó el apoyo del papa para reafirmar las leyes forestales. Algunos cronistas de la época acusaron al rey y al papa de romper sus promesas.

Influencia en las Leyes Medievales Inglesas

La Carta Magna fue mencionada en varios casos legales durante la Edad Media. Por ejemplo, en 1226, los caballeros de Lincolnshire se quejaron de que el magistrado local estaba cambiando las costumbres de los tribunales, lo cual era "contrario a su libertad que deberían tener por la carta del rey". Aunque no se presentaban casos directamente contra el rey por no cumplir la Carta Magna, sí se podían presentar casos contra sus funcionarios si violaban las libertades concedidas.

Con el tiempo, algunas cláusulas de la Carta Magna dejaron de usarse en los casos legales. Esto se debía a que los temas ya no eran relevantes o porque habían sido reemplazadas por leyes más nuevas. Para 1350, la mitad de sus cláusulas ya no se aplicaban activamente.

Concesiones de Libertades en Otros Países

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La Bula de Oro (transcripción de 1351).

En otros lugares de Europa, también hubo casos similares donde la nobleza y el clero buscaban asegurar ciertas libertades. Por ejemplo, en 1212, Simón de Montfort emitió el Estatuto de Pamiers, que confirmaba los privilegios del clero y limitaba la autoridad de los futuros gobernantes. Se cree que este estatuto pudo haber influido en la Carta Magna de 1215.

El emperador Federico II fortaleció la autoridad de los líderes de la Iglesia con un documento en 1220. Este documento fue importante para el Sacro Imperio. Cinco años después, su hijo Enrique extendió estas concesiones a otros príncipes.

También en este período, Andrés II de Hungría emitió la Bula de Oro en 1222. Esta ley establecía los derechos de la nobleza húngara, como el derecho a desobedecer al rey si actuaba contra la ley. Los nobles y la Iglesia estaban libres de impuestos y no podían ser obligados a ir a la guerra fuera de Hungría. La Bula de Oro también estableció principios de igualdad para toda la nobleza.

Los Siglos XIV y XV: La Carta Magna en el Parlamento

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Magna carta cum statutis angliae ("Gran carta con los estatutos ingleses"), de principios del s. XIV.

Durante el reinado de Eduardo III, se aprobaron seis leyes, conocidas como los Seis Estatutos, entre 1331 y 1369. Estas leyes aclararon partes de las cartas. En particular, la tercera ley de 1354 cambió la cláusula 29: donde decía "hombre libre" se convirtió en "ningún hombre, sea cual fuere su condición". También se introdujo la frase "debido proceso legal".

Entre los siglos XIII y XV, la Carta Magna fue confirmada muchas veces, quizás hasta cuarenta y cinco. A menudo, lo primero que se hacía en el Parlamento era leer y reafirmar la carta. En 1423, fue confirmada por última vez por Enrique VI.

A mediados del siglo XV, la Carta Magna dejó de ser el centro de la política inglesa, ya que los reyes recuperaron parte de su autoridad. Sin embargo, siguió siendo un texto importante para los abogados, especialmente para proteger los derechos de propiedad. Se leía cada vez más a medida que circulaban versiones impresas y la gente aprendía a leer.

El Siglo XVI: Nuevas Interpretaciones

Archivo:Magna Carta confirmed by Henry III
Una versión de la carta de 1217, producida entre 1437 y c. 1450.

En el siglo XVI, la forma de interpretar la Carta Magna cambió. Los reyes Enrique VII y Enrique VIII promovieron la idea de que el rey tenía autoridad absoluta y que cualquier rebelión era ilegítima. Los historiadores de la época Tudor (la familia de los reyes) encontraron un texto que era más favorable al rey Juan I. Vieron al rey Juan como un héroe que luchaba contra el papa y mostraron poca simpatía por la Carta Magna o los barones rebeldes.

La primera edición impresa de la Carta Magna fue en 1508. Las primeras versiones impresas del siglo XVI la atribuyeron incorrectamente a Enrique III y al año 1225, en lugar de a Juan I y 1215. En 1534, George Ferrers publicó la primera edición completa de la Carta Magna en inglés, dividiendo el documento en treinta y siete cláusulas numeradas.

A finales del siglo XVI, los estudiosos ingleses se interesaron mucho por la Carta Magna. Concluyeron que existían antiguas leyes y costumbres inglesas que habían sido temporalmente eliminadas por la invasión normanda de 1066. Creían que estas leyes se habían recuperado en 1215 y se habían plasmado en la Carta Magna, lo que a su vez daba autoridad a importantes principios legales del siglo XVI. Aunque esta historia no era del todo precisa, se volvió muy importante para los juristas de la época.

Por ejemplo, el estudioso William Lambarde publicó lo que creía que eran los códigos de leyes anglosajonas y normandas, y relacionó los orígenes del Parlamento inglés con ese período. Francis Bacon pensó que la cláusula 39 era la base del sistema de jurados. Otros argumentaron que la Carta Magna era una declaración de libertad y una ley fundamental de la que dependía el gobierno inglés.

Los Siglos XVII y XVIII: Tensiones Políticas y Revolución

La Carta Magna y la Monarquía

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El jurista Edward Coke hizo un extenso uso político de la Carta Magna.

A principios del siglo XVII, la Carta Magna se convirtió en un documento político clave en las discusiones sobre la autoridad de la monarquía inglesa. Los reyes Jacobo I y Carlos I defendían que el rey tenía más autoridad, basándose en la idea del "derecho divino de los reyes". Sus oponentes, en cambio, citaban mucho la Carta Magna para desafiar a la monarquía.

Los defensores de la carta decían que reconocía y protegía la libertad de los ingleses y que el rey estaba sujeto a la ley. También creían que introducía el juicio con jurado y que el Parlamento tenía orígenes antiguos. Concluyeron que, gracias a la Carta Magna, un rey no podía cambiar las antiguas costumbres inglesas. Aunque estos argumentos no eran históricamente exactos, la carta tenía un gran poder simbólico en ese tiempo.

Edward Coke usó la Carta Magna como herramienta política. Basándose en la versión de 1225, dio discursos y publicó escritos sobre el documento. Su trabajo fue criticado por algunos historiadores modernos por interpretar la carta original de forma "anacrónica" y "muy selectiva".

Archivo:John Lilburne
John Lilburne criticó la Carta Magna como una definición inadecuada de las libertades inglesas.

En 1621, se presentó un proyecto de ley al Parlamento para renovar la Carta Magna. Aunque no tuvo éxito, el abogado John Selden argumentó en 1627 que el derecho de habeas corpus (el derecho a no ser encarcelado sin una razón legal) estaba respaldado por ella. Coke apoyó la Petición de Derechos de 1628, que citaba la Carta Magna, para intentar ampliar sus provisiones. La monarquía respondió diciendo que la situación legal histórica era menos clara y restringió las actividades de los estudiosos. El rey Carlos I se negó a confirmar la carta para evitar reducir su independencia.

Inglaterra cayó en una guerra civil en la década de 1640, que terminó con la ejecución de Carlos I en 1649. Después de que se proclamó la república, algunos se preguntaron si la Carta Magna, un acuerdo con un rey, seguía siendo relevante.

Grupos radicales de la época tenían diferentes opiniones sobre la Carta Magna. Los "niveladores" (Levellers) decían que la carta solo contenía algunas de las libertades que existían antes de la invasión normanda. La veían como una declaración útil de libertades que podía usarse contra gobiernos con los que no estaban de acuerdo.

La Revolución Gloriosa y sus Efectos

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Un grabado de 1733 de la carta de 1215 por John Pine.

Robert Brady hizo el primer intento de una historia formal de la Carta Magna. Dijo que las libertades de la carta eran limitadas y que eran solo concesiones del rey. Al poner la Carta Magna en su contexto histórico, puso en duda su importancia política actual.

Según la interpretación whig (un grupo político) de la historia inglesa, la Revolución Gloriosa de 1688 fue un ejemplo de cómo se recuperaron las antiguas libertades. Los whigs creían que la constitución de Inglaterra era un contrato social basado en documentos como la Carta Magna. Un libro influyente de Henry Care, English Liberties (1680), puso a la Carta Magna en el centro de la historia y la legitimidad de la época.

Las ideas sobre la ley estaban cambiando. En 1716, se aprobó la Ley Septenal, que amplió los poderes del Parlamento. Con esta nueva constitución, el poder absoluto del rey fue reemplazado por la supremacía del Parlamento. Rápidamente se dieron cuenta de que la Carta Magna se aplicaba sin importar si el rey ejercía su poder en el Parlamento.

William Blackstone publicó una edición importante de la carta de 1215 en 1759 y creó el sistema de numeración que se usa hoy. En 1763, el político John Wilkes fue arrestado por escribir un folleto, en el que citaba continuamente la Carta Magna.

Inspiración en América

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Réplica y exhibición en la rotonda del Capitolio de los Estados Unidos.

Cuando los colonos ingleses fueron a América, llevaron consigo las ideas de la Carta Magna. Por ejemplo, la carta de la Compañía de la Bahía de Massachusetts decía que los colonos tendrían las mismas libertades que las personas nacidas en Inglaterra. La Carta de Virginia de 1606, escrita en gran parte por Edward Coke, declaró que los colonos tendrían las mismas "libertades, derechos y privilegios".

El Massachusetts Body of Liberties tenía similitudes con la cláusula 29 de la Carta Magna. Al redactarlo, la Corte General de Massachusetts consideró la carta como la principal encarnación de la ley inglesa. Otras colonias siguieron su ejemplo.

En 1687, William Penn publicó un libro que contenía la primera copia de la Carta Magna impresa en suelo estadounidense. Los comentarios de Penn recordaban los de Coke, creyendo que era una ley fundamental del reino. Los colonos interpretaron la Carta Magna como una garantía de juicio por jurado y habeas corpus. Cuando los colonos estadounidenses lucharon contra Gran Bretaña, lo hicieron no solo por una nueva libertad, sino también para preservar los derechos que creían consagrados en la Carta Magna.

A finales del siglo XVIII, la Constitución de los Estados Unidos se convirtió en la ley suprema del país, de manera similar a cómo la Carta Magna se había convertido en una ley fundamental. La Quinta Enmienda de la Constitución federal garantiza que "a nadie se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal", una frase que viene de la carta de 1215. Además, se incluyó una idea similar en la Constitución: "El privilegio de habeas corpus no se suspenderá, salvo cuando la seguridad pública lo exija". Esto significa que nadie puede ser encarcelado sin pruebas de un delito. La Novena Enmienda dice que la lista de derechos en la Constitución no significa que se nieguen otros derechos que la gente ya tiene. Los creadores de la Constitución de los Estados Unidos querían asegurar que los derechos que ya tenían, como los de la Carta Magna, se mantuvieran.

Los Siglos XIX al XXI: Interpretaciones Modernas y Legado

¿Cómo se ha interpretado la Carta Magna a lo largo del tiempo?

Archivo:A Chronicle of England - Page 226 - John Signs the Great Charter
Recreación romántica del s. XIX de Juan I firmando la Carta Magna.

La interpretación de la Carta Magna como un documento clave en la historia constitucional siguió siendo dominante a principios del siglo XIX. El historiador William Stubbs argumentó que la carta había sido una etapa importante en la formación de Inglaterra. Creía que los barones en Runnymede en 1215 representaban no solo a la nobleza, sino también al pueblo de Inglaterra en general, enfrentándose a un rey tirano.

Sin embargo, esta visión de la Carta Magna pronto perdió fuerza. El historiador Frederic William Maitland ofreció una historia diferente en 1899. En 1904, Edward Jenks publicó un artículo llamado "El mito de la Carta Magna", que desafió la visión anterior. Historiadores como Albert Pollard estuvieron de acuerdo en que Edward Coke había "inventado" gran parte del mito de la Carta Magna en el siglo XVII. Estos estudiosos argumentaron que la carta de 1215 no se refería a la libertad para todo el pueblo, sino más bien a la protección de los derechos de los barones.

A pesar de esto, en muchas obras literarias sobre el pasado medieval, la Carta Magna siguió siendo la base de la identidad inglesa. Algunos autores la usaron para mantener el orden social, mientras que otros la invocaron para desafiar injusticias económicas. En 1898, se formó la Orden de Barones de la Carta Magna para promover los principios que se veían en el documento. Los abogados de Inglaterra y Estados Unidos siguieron valorando mucho la carta. En 1957, el Colegio de Abogados de Estados Unidos erigió un monumento a la Carta Magna en Runnymede.

¿Qué cláusulas de la Carta Magna siguen vigentes?

Aunque algunos pensaban que la Carta Magna no podía ser eliminada, en el siglo XIX las cláusulas que estaban desactualizadas o que habían sido reemplazadas comenzaron a ser derogadas (eliminadas). La primera cláusula en ser reemplazada fue la 36 en 1829. Durante los siguientes 140 años, casi toda la Carta Magna (la versión de 1297) fue derogada. Después de 1969, solo quedaron en vigor las cláusulas 1, 9 y 29 en Inglaterra y Gales.

Muchos intentos posteriores de crear formas de gobierno constitucional se basaron en la Carta Magna. Países como Australia, Nueva Zelanda y Canadá (excepto Quebec) reflejaron la influencia de la Carta Magna en sus leyes. La cláusula 29 sigue vigente en Nueva Zelanda.

El Legado Moderno de la Carta Magna

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El memorial a la Carta Magna en Runnymede, diseñado por Edward Maufe y erigido por el Colegio de Abogados de Estados Unidos en 1957.

La Carta Magna sigue siendo un símbolo muy importante en la sociedad británica. Políticos y abogados la citan para apoyar sus ideas sobre la constitución. Por ejemplo, en 2008, el político laborista Tony Benn dijo que un debate sobre aumentar el tiempo que los sospechosos de terrorismo podían ser retenidos sin cargos era "el día en que la Carta Magna fue abrogada". Aunque rara vez se usa en los tribunales hoy en día, en 2012, manifestantes en Londres intentaron usarla para oponerse a su desalojo.

El documento tiene poco peso legal en la Gran Bretaña moderna, ya que la mayoría de sus cláusulas han sido eliminadas y los derechos importantes están garantizados por otras leyes. Sin embargo, el historiador James Holt señaló que la memoria de la carta de 1215 es un "símbolo de las muchas luchas entre la autoridad y la ley a lo largo de los siglos".

La Carta Magna sigue siendo un tema de gran interés para los historiadores. Se considera parte de la constitución no escrita del Reino Unido. En 2005, el presidente del Tribunal Supremo de Inglaterra y Gales la describió como el "primero de una serie de instrumentos que ahora se reconoce que tienen un estatus constitucional especial".

El documento también sigue siendo muy valorado en los Estados Unidos como un antecedente de la Constitución federal y la Carta de Derechos de los Estados Unidos. En 1976, el Reino Unido prestó una de las cuatro copias originales de la Carta Magna de 1215 a los Estados Unidos para las celebraciones de su bicentenario. La copia original fue devuelta después de un año, pero una réplica y su vitrina se exhiben en el Capitolio de los Estados Unidos en Washington D.C.

Celebración del 800.º Aniversario

El 15 de junio de 2015 se celebró el 800.º aniversario de la carta original. La Biblioteca Británica reunió las cuatro copias existentes del manuscrito de 1215 para una exposición especial en febrero de 2015. La artista británica Cornelia Parker creó una obra de arte llamada Magna Carta (an embroidery), que se exhibió en la Biblioteca Británica. Esta obra es una imagen del artículo "Magna Carta" de la Wikipedia en inglés bordada a mano por más de 200 personas.

Se realizó una ceremonia de conmemoración en Runnymede, a la que asistieron importantes figuras británicas y estadounidenses. La copia de la catedral de Lincoln se exhibió en la Biblioteca del Congreso en Washington D.C. Se inauguró un nuevo centro de visitantes en el castillo de Lincoln para el aniversario. La Real Casa de Moneda lanzó dos diseños conmemorativos de dos libras esterlinas. En 2014, Bury St Edmunds celebró el 800.º aniversario de la Carta de las Libertades de los barones, que se acordó allí en secreto en noviembre de 1214.

Contenido de la Carta Magna

Formato Físico del Documento

De cada versión de la carta se hicieron varias copias, llamadas ejemplificaciones o copias auténticas, muchas de las cuales aún existen. Los documentos se escribieron cuidadosamente con plumas de ave en latín medieval muy abreviado, como era común en los documentos legales de la época. Se usaron hojas de pergamino (piel de oveja) de unos 38 por 51 centímetros.

Las copias se autenticaban con el Gran Sello Real, hecho de cera estampada y lacre de resina. La carta de 1215 no tenía firmas de los barones. Las cartas originales no estaban numeradas ni divididas en párrafos. El sistema de numeración que se usa hoy fue creado por el jurista William Blackstone en 1759.

Copias Auténticas que Sobreviven

Pergaminos de 1215

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Carta de 1225, albergada en la Biblioteca Británica, con el gran sello real anexado.

La oficina del rey hizo al menos trece copias originales de la carta de 1215. Se enviaron a los magistrados civiles y obispos de los condados para que las leyeran en público. Hay pequeñas diferencias entre cada copia. De estas, solo cuatro sobreviven, todas en el Reino Unido: dos en la Biblioteca Británica, una en la catedral de Lincoln y otra en la catedral de Salisbury.

Las dos cartas de 1215 en la Biblioteca Británica fueron compradas por el anticuario Robert Cotton en el siglo XVII. Una de ellas fue encontrada en una sastrería y la otra en el castillo de Dover. La copia de Dover se dañó en un incendio en 1731, y su sello se derritió parcialmente. Aunque el pergamino se arrugó, sigue siendo la única copia de 1215 que aún tiene su gran sello.

La copia original de la carta de 1215 en la catedral de Lincoln ha estado allí desde ese mismo año. Fue exhibida en la Feria Mundial de 1939 en Nueva York. Durante la Segunda Guerra Mundial, se guardó en el fuerte Knox por seguridad. Actualmente, está en préstamo permanente en el castillo de Lincoln, junto con una copia original de la Carta Forestal de 1217.

La cuarta copia, en la catedral de Salisbury, fue entregada en 1215 a su predecesora. Es posible que sea la mejor conservada de las cuatro. La letra de esta versión es diferente, lo que sugiere que fue escrita por alguien del personal de la catedral, no por un escriba real.

Copias Posteriores

Archivo:Magna Carta (1297 version, Parliament House, Canberra, Australia) - 20080416
Copia de 1297 en propiedad del Gobierno de Australia y en exhibición en el Salón de los Miembros del Parlamento.

Existen otras versiones antiguas de las cartas. Una copia auténtica de la carta de 1216 está en la catedral de Durham. Hay cuatro copias de la carta de 1217: tres en la Biblioteca Bodleian en Oxford y una en la catedral de Hereford. La copia de Hereford se exhibe a veces junto a un mapamundi.

Hay cuatro copias de la carta de 1225. La Biblioteca Británica, la catedral de Durham y la Biblioteca Bodleian tienen una cada una. La cuarta está en los Archivos Nacionales.

Solo se hicieron dos copias auténticas de la Carta Magna fuera de Inglaterra, ambas de 1297. Una fue vendida en 1952 al gobierno australiano y se exhibe en el Parlamento en Canberra. La segunda fue vendida en 2007 al empresario David Rubenstein por más de 21 millones de dólares. Rubenstein dijo: "Siempre creí que este era un documento importante para nuestro país... Creo que fue la base de la Declaración de Independencia y el pilar de la Constitución". Esta copia está en préstamo permanente en los Archivos Nacionales en Washington D.C.

Se conservan siete copias de la versión de 1300 de Eduardo I. Una de ellas fue redescubierta a principios de 2015 en un álbum de recortes en los archivos de Sandwich.

Cláusulas de la Carta Magna

Archivo:John penny
Un penique de plata de Juan I; gran parte de la Carta Magna concernía a cómo se recaudaban los ingresos reales.

La mayoría de las cláusulas de la Carta Magna buscaban regular los derechos del rey sobre los barones. Durante el reinado de Juan I, el rey usaba sus derechos para cobrar muchos impuestos a los barones. Por ejemplo, las cláusulas 2 y 3 fijaban las tasas a pagar cuando un heredero recibía una propiedad. El "escudaje" era otro impuesto: los caballeros debían servicio militar al rey, pero muchos preferían pagar dinero. Las cláusulas 12 y 14 se referían a cómo se manejaba este proceso.

El sistema judicial inglés había cambiado mucho. El rey Juan había usado su poder para obtener grandes sumas de dinero de los barones, cobrando por impartir justicia. Las cláusulas 39 y 40 exigían que se aplicara el debido proceso en la justicia real. La cláusula 45 establecía que el rey debía nombrar funcionarios reales que conocieran bien la ley. Aunque estas cláusulas no eran las más importantes al principio, se volvieron muy significativas siglos después.

Archivo:BL MS Royal 14 C VII f.9 (John)
Juan I ataviado con sus vestiduras reales y sosteniendo una iglesia en una miniatura de Historia Anglorum por Mateo de París (c. s. XIII).

Los bosques reales eran importantes para la economía en la Inglaterra medieval. Eran protegidos y usados por el rey para cazar, obtener materiales y dinero. Estaban sujetos a leyes especiales, que eran muy estrictas. La extensión de los bosques había aumentado, lo que no gustaba a la gente. La carta de 1215 tenía varias cláusulas sobre los bosques reales. Las cláusulas 47 y 48 prometían eliminar las tierras añadidas a los bosques durante el reinado de Juan I.

Algunas cláusulas trataban temas económicos más amplios. Las preocupaciones de los barones sobre sus deudas con los prestamistas judíos se abordaron en las cláusulas 10 y 11. La cláusula 33 ordenaba la eliminación de los corrales de pesca (estructuras para atrapar peces) de los ríos de Inglaterra, que eran una fuente creciente de ingresos.

El papel de la Iglesia católica en Inglaterra había sido muy debatido antes de la carta de 1215. Los reyes habían tenido mucho poder sobre la Iglesia en sus territorios. Pero desde el siglo XI, los papas habían insistido en que la Iglesia debía ser gobernada desde Roma. Esto puso en duda los derechos tradicionales de los líderes laicos, como el rey, sobre los nombramientos de la Iglesia. Como se mencionó, el rey Juan llegó a un acuerdo con el papa Inocencio III. La cláusula 1 de la Carta Magna expresaba este acuerdo, prometiendo libertad a la Iglesia.

Cláusulas Vigentes en la Ley Inglesa

Solo tres cláusulas de la Carta Magna siguen siendo parte de la ley en Inglaterra y Gales. Estas se refieren a:

  • La libertad de la Iglesia en Inglaterra.
  • Las "antiguas libertades" de la ciudad de Londres (cláusula 13 en la carta de 1215, cláusula 9 en la carta de 1297).
  • El derecho al debido proceso legal (cláusulas 39 y 40 en la carta de 1215, cláusula 29 en la carta de 1297).

Usando la numeración de la carta de 1297, estas cláusulas dicen:

I I. Primero, hemos concedido a Dios, y por esta nuestra presente Carta hemos confirmado, para Nosotros y nuestros Herederos para siempre, que la Iglesia de Inglaterra será libre, y tendrá todos sus Derechos y Libertades inviolables. También hemos concedido, y dado a todos los Hombres Libres de nuestro Reino, para Nosotros y nuestros Herederos para siempre, estas Libertades escritas a continuación, para que las tengan y las posean ellos y sus Herederos, de Nosotros y nuestros Herederos para siempre.
IX La Ciudad de Londres tendrá todas las antiguas Libertades y Costumbres que ha solido tener. Además, queremos y concedemos que todas las demás Ciudades, Burgos, Pueblos, y los Barones de los Cinco Puertos, así como todos los demás Puertos, tendrán todas sus Libertades y Costumbres libres.
XXIX Ningún Hombre Libre será tomado o encarcelado, o despojado de su Propiedad, o Libertades, o Costumbres libres, o será proscrito, o exiliado, o destruido de cualquier otra manera; ni pasaremos sobre él, ni le condenaremos, sino por juicio legal de sus Pares, o por la Ley de la tierra. No venderemos a ningún hombre, no negaremos ni demoraremos a ningún hombre ni Justicia ni Derecho.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Magna Carta Facts for Kids

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Carta Magna para Niños. Enciclopedia Kiddle.