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Camino de los chilenos para niños

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Archivo:Mapa del viaje de Luis de la Cruz, de Concepción a Buenos Aires en 1806
Mapa del viaje de Luis de la Cruz, de Concepción a Buenos Aires en 1806.

El camino de los chilenos, también conocido como rastrillada de los chilenos o rastrillada grande, fue una ruta muy antigua y transitada en las regiones de la Patagonia y la región pampeana. Esta ruta era utilizada por tribus mapuches y otros pueblos indígenas que habían adoptado costumbres mapuches, como los ranqueles y los tehuelches del norte.

El camino servía para llevar ganado que los pueblos indígenas obtenían en sus expediciones desde lo que hoy es Argentina hacia el territorio que hoy forma parte de Chile. Estas expediciones se realizaban en poblados, campamentos y fortines.

Este camino comenzó en la época colonial española como una "ruta de la sal". Un tramo importante iba desde las Salinas Grandes hasta la ciudad de Buenos Aires. Con el tiempo, la ruta se extendió hasta los pasos de la cordillera de los Andes en la actual Provincia del Neuquén. Terminaba en ciudades chilenas como Osorno, Valdivia, Los Ángeles y Chillán.

Algunas partes del camino de los chilenos y las rutas que se unían a él fueron usadas más tarde para el telégrafo, el ferrocarril y muchos caminos modernos.

Camino de los Chilenos: Una Ruta Histórica

¿Qué Era el Camino de los Chilenos?

La rastrillada de los chilenos medía unos 1000 km. Iba desde la Provincia de Buenos Aires hasta los pasos de la cordillera en Neuquén. También pasaba por las actuales provincias de La Pampa y Río Negro. Al camino principal se unían muchos otros caminos más pequeños.

Lucio V. Mansilla, en su libro Una excursión a los indios ranqueles, explicó lo que era una rastrillada:

Una rastrillada son los surcos paralelos y tortuosos que con sus constantes idas y venidas han dejado los indios en los campos. Estos surcos, parecidos a la huella que hace una carreta la primera vez que cruza por un terreno virgen, suelen ser profundos y constituyen un verdadero camino ancho y sólido. En plena pampa no hay más caminos. Apartarse de ellos un palmo, salirse de la senda, es muchas veces un peligro real, porque no es difícil que ahí mismo, al lado de las rastrillada, haya un guadal en el que se entierran caballo y jinete enteros(...)

El ganado era muy valioso para el trueque en Chile. Se intercambiaba por armas y otros bienes con los pehuenches, quienes controlaban los pasos de la cordillera en Neuquén. Este intercambio de ganado era una de las principales causas de los conflictos entre los pueblos indígenas y las provincias del sur de Argentina en esa época. La gran demanda de ganado en Chile aumentaba las tensiones en la frontera. Para tratar de detener estas expediciones, en la década de 1870 se construyó un sistema de zanjas y fortificaciones llamado la Zanja de Alsina. El uso de esta ruta comercial terminó cuando el Ejército Argentino llevó a cabo la Conquista del Desierto (1876-1878).

La Expedición de Luis de la Cruz en 1806

En el año 1806, Luis de la Cruz, alcalde de la ciudad chilena de Concepción, hizo un viaje a Buenos Aires. Su misión era encontrar y establecer caminos para mejorar la comunicación entre el Reino de Chile y el Virreinato del Río de la Plata. El comandante de Fronteras y gobernador de Concepción le dio permiso, mencionando los asentamientos en la Patagonia.

El informe de Luis de la Cruz decía que este camino unía Chile con Buenos Aires. También mencionaba que había muchas tierras fértiles para criar ganado y que el comercio podría extenderse hasta Europa. Además, destacaba lugares con agua para establecer poblaciones y formas de defenderse de posibles enemigos extranjeros en las costas patagónicas.

Cerca de Buenos Aires, Luis de la Cruz le dijo al cacique aucae Curripilún:

Vosotros fuisteis siempre pobres hasta que llegaron los españoles a estos desiertos chilenos a procrear caballos, vacas y ovejas para vuestro sustento

En un documento de 1807, el explorador añadió:

Encontrará el Consulado que por él se une a este reino con el de Buenos Aires, quedando a nuestro favor tanto número de tierras cuantas puede gozar el reino de Chile en toda su extensión. Encontrará V.S. calidades de terrenos primorosos para extender nuestras haciendas de ganados, y que nuestro comercio se extiende hasta Europa. Encontrará arbitrios seguros para defendernos por las costas patogénicas de nuestros amigos (los indios) para la defensa, sin multiplicar gastos al erario y mediante ellos extender nuestros descubrimientos y conquistas a los lugares más remotos

El Gobernador Intendente de Concepción le dio un pasaporte y unas instrucciones. La primera instrucción decía que el objetivo de la expedición era encontrar beneficios para ambos reinos al comunicarse y comerciar directamente por esta nueva ruta. También mencionaba que la distancia desde el Fuerte de Antuco hasta Buenos Aires era de unas 232 leguas, según un cálculo de Justo Molina, quien guiaría la expedición.

El pasaporte de Luis de la Cruz decía:

D. Luis de Alaba, Caballero del Orden de Santiago, Coronel de infantería de los reales ejércitos, Comandante General de la frontera del reino de Chile y Gobernador Intendente de la provincia de la Concepción. Por cuanto el Rey Nuestro Señor (que Dios guarde) tiene mandado se le informe los medios de facilitar las comunicaciones de la provincia del virreinato de Buenos Aires con las de este reino de Chile, por los países de los indios intermedios: Por tanto, hago saber a los gobernadores y caciques del tránsito, desde el fuerte de Antuco en esta frontera hasta dicha capital, que el Alcalde provincial del Cabildo de la ciudad de la Concepción, D. Luis de la Cruz, acompañado del agrimensor D. Tomas Quesada, y del práctico D. Justo Molina, y asociados, D. Ángel y D. Joaquín Prieto, tenientes de milicias de caballerías con quince individuos más para el servicio de esta expedición, pasa comisionado por el Exmo Sr. Capitán General de este reino, D. Luis Muñoz de Guzmán, para hacer un nuevo reconocimiento del camino más directo a la expresada capital, que es el único objeto de este viaje; [...].

En su informe, Luis de la Cruz también describió lo que encontró:

En el lugar de Rimemallin, al que llegué el 12 de Abril, encontré una porción de rábanos y navos fecundísimos y tiernos, producidos sin duda de algunas semillas que llevaron los indios entre el trigo o cebada que traen de nuestra frontera, que me hicieron acordar de los que producen las vegas más fértiles de Itata. También se ven por allí algunos tiernos arbolillos de duraznos; mas acá, en Butacura, dos frondosos manzanos, y en la orilla del Tocoman, tres tan abultados y fecundos, que hasta entonces tenían frutas como los cultivados en Chile. [...]. En todos los llanos siguientes a las cordilleras, que son buenos, no encuentro embarazo para que se pudiese sembrar, a entrada de invierno, los trigos y cebadas; y con atención a que en ellos hiela como en Chile, [...].

El Fuerte de Ballenar o Antuco estaba en la frontera del Reino de Chile. Esto se debe a que el Virrey del Perú había aprobado la creación de las Intendencias de Santiago y Concepción en 1785, con la cordillera de los Andes como límite oriental. Esta decisión fue confirmada por el Rey en 1787.

Luis de la Cruz llevaba un pasaporte para pasar al Virreinato del Río de la Plata, enviado por el Capitán General del Reino de Chile, Luis Muñoz de Guzmán. Cuando habla de los frutos en Rimemallin, Butacura y Tocoman (lugares en la cordillera de los Andes en el norte de Neuquén), los compara con los cultivados en Chile. También menciona que en los llanos después de la cordillera, el clima es frío "como en Chile".

La Ruta de la Sal: Un Origen Importante

La ruta de la rastrillada de los chilenos también se usaba como "ruta de la sal" o "rastrillada de las Salinas Grandes". En este caso, el recorrido era al revés del tráfico de ganado, desde las Salinas Grandes hasta la Guardia de Luján (hoy Mercedes).

En 1668, se supo que Buenos Aires tenía sus propios yacimientos de sal a 118 leguas de distancia, las Salinas Grandes, descubiertas por Domingo de Izarra. Se realizaron muchos viajes no oficiales para establecer esta ruta de la sal. Desde 1716, el Cabildo de Buenos Aires organizó estas expediciones, sumando 48 hasta 1810.

Entre octubre y noviembre de 1810, la Junta de Gobierno de Buenos Aires envió una expedición a las Salinas para conseguir sal para la ciudad. El comandante de esta expedición, Pedro Andrés García, describió la ruta que usaron.

Desde la Guardia de Luján, la ruta buscaba lagunas de agua dulce, pasando por varios arroyos y lagunas hasta llegar a la laguna de Salinas, en la actual departamento Atreucó en La Pampa.

Los campos de Carhué, cerca del lago Epecuén, eran buenos para que el ganado engordara antes de llegar a las Salinas Grandes y luego cruzar zonas semi desérticas. A las Salinas Grandes llegaban caminos desde Azul, Olavarría y Bahía Blanca.

Conexiones y Ramales Secundarios

Desde el norte y oeste de la provincia de Buenos Aires, salían caminos de zonas como 9 de Julio, Melincué y Junín. Todos estos caminos llegaban a Trenque Lauquen. Desde allí, una rastrillada pasaba por Loncomaun (hoy Lonquimay), Anguil y las lagunas de Loncoché a Malal, uniéndose a la rastrillada que venía de la provincia de San Luis. Desde las actuales Azul y Olavarría, un camino llega hasta hoy a las Salinas Grandes. Este camino rural se conoce como "camino de los chilenos" o "ruta provincial 60".

La rastrillada que salía de la provincia de San Luis se llamaba rastrillada de las Pulgas. Comenzaba en Villa Mercedes (antes conocida como Las Pulgas), pasaba por varias lagunas y por Leuvucó, donde estaban las tolderías ranqueles. Desde allí, el camino se dividía: uno iba a las tolderías de Pincén y luego a Toay y Naico, donde se encontraba con la rastrillada de los Chilenos. Otro camino seguía desde Poitahué hacia Nahuel Mapu y Utracán, uniéndose también a la rastrillada de los Chilenos.

En Poitahué se unía la rastrillada que venía de la provincia de Córdoba, que empezaba en La Carlota y se llamaba Rastrillada de las víboras. Esta ruta pasaba por lugares como Marivil y Choche Lauquen (laguna de la Víbora). Luego seguía por Italó, Sanquilcó, Trilín, Maracó, las tolderías de Metileo, Trenel, Chadi Lauquen (laguna salada), Ruca Lauquen o laguna del Toldo (departamento Conhelo), Luan Toro y Poitahué. La Rastrillada de las víboras fue descubierta en 1776. A este camino se unía la Rastrillada de las tunas, que comenzaba en el río Carcarañá en San José de la Esquina, y fue descubierta en 1779.

Desde Poitahué, siguiendo por Chicalcó, se cruzaba el río Chadileuvú (o Salado) por el paso de Meucó o Miaucó (Limay Mahuida). Otra rastrillada, desde Chicalcó, cruzaba el Salado por el Paso Votanilahué. Desde Limay Mahuida, un camino bordeaba el río Chadileuvú, el cerro Pichi Mahuida, la sierra Carapache y cruzaba el Salado por el paso Tragualtué o Ñoque. Desde estos pasos, y desde el de Cochicó, las rastrilladas iban a Puelén, Salitral de la Perra, y luego cruzaban el río Colorado para unirse al camino de los Chilenos o cruzar a la actual provincia de Mendoza hacia los cerros Chachahuén y Payén. Desde allí llegaban a la cordillera por las nacientes de los ríos Atuel, Grande y Barrancas y pasaban a las provincias chilenas de Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Ñuble y Maule.

Desde las Salinas Grandes, otro camino iba a Tribulusi (Agua Turbia), Hucal, Quenehuincó, laguna Colorada Grande, Lonco Laun (Cabeza de Guanaco) y Pichi Mahuida en el río Colorado. Desde allí se llegaba a la importante isla Grande de Choele Choel en el río Negro. O bien, seguían por el valle del río Colorado hacia los pasos de Malbarco o Varvarco, el paso de Antuco, la cordillera de Pichachén y del Viento (partes de la cordillera de los Andes), pasando a las provincias chilenas de Linares, Maule, Concepción y Arauco.

El Boquete de Antuco: Un Paso Clave

El Boquete de Antuco (paso de montaña de Antuco) o "sendero de los pehuenches" fue el camino principal que cruzaba la cordillera de los Andes. Conectaba el Puel Mapu (territorio mapuche al este de los Andes) con la Araucanía (territorio mapuche al oeste de los Andes). Las rastrilladas llegaban por el valle del río Neuquén hasta el Paso Pichachén en los Andes. Desde allí, llegaban a la laguna de La Laja y bajaban al río Trubunleo, cruzando un paso entre el volcán Antuco y la Sierra Velluda. El camino seguía por el valle del río de La Laja, pasando por la isla de la Laja, donde en 1770 Ambrosio O'Higgins hizo construir el Fortín Ballenar o Antuco para controlar el paso.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Camino de los chilenos Facts for Kids

  • Reino de Chile
  • Ranqueles
  • Puelmapu
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