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Arbitrismo para niños

Enciclopedia para niños

El arbitrismo fue una forma de pensar sobre la política y la economía que surgió en la Monarquía Hispánica, especialmente en la Corona de Castilla, entre la segunda mitad del XVI y el XVII. Esta corriente de pensamiento estaba relacionada con la Escuela de Salamanca, un grupo de pensadores importantes de la época.

Podemos decir que el arbitrismo fue una de las primeras formas de literatura económica, es decir, escritos que analizaban cómo funcionaba la economía. Fue contemporáneo y, en muchos casos, anterior al mercantilismo, un sistema económico que se desarrolló en otros países europeos como Francia e Inglaterra.

¿Qué significaba "arbitrio" y "arbitrista"?

En aquel tiempo, un arbitrio era cualquier medida o decisión que el rey podía tomar para mejorar la situación del país. El rey lo hacía usando su poder y voluntad, como era común en las monarquías autoritarias de la época de los Habsburgo.

En plural, los arbitrios también eran ciertos impuestos que se creaban para conseguir dinero para los gastos públicos. Eran una forma de obtener fondos rápidamente sin tener que negociar mucho con los ciudadanos.

Un arbitrista era la persona que escribía un documento, llamado "memorial", al rey. En este memorial, el arbitrista le pedía al rey que tomara una medida o arbitrio específico. En esa época, se escribieron muchísimos de estos memoriales, sobre todo durante la revolución de los precios en el XVI y la crisis del Siglo XVII, cuando la economía estaba en dificultades.

¿Por qué el término "arbitrista" se volvió negativo?

Con el tiempo, las palabras "arbitrio" y "arbitrista" (que significaban "solución" y "solucionador") empezaron a usarse de forma despectiva. Se referían a ideas disparatadas o imposibles, y a personas a las que llamaban "locos razonadores" o "locos de gobierno".

Por ejemplo, en una de las novelas de Cervantes (El coloquio de los perros, de 1613), ya se usaba el término "arbitrismo" con este sentido. Más tarde, Francisco de Quevedo también describió en sus obras a arbitristas bienintencionados que, sin querer, causaban muchos problemas. Uno de ellos estaba tan concentrado escribiendo sus teorías que se sacó un ojo con la pluma sin darse cuenta.

Pero a pesar de esta visión negativa, muchos arbitristas eran personas muy inteligentes. Supieron ver con claridad los problemas del país y propusieron soluciones que podrían haber funcionado. Sin embargo, la mayoría de ellos se enfocaban en un solo factor económico, lo cual era común en la etapa mercantilista del pensamiento económico.

Figuras importantes del arbitrismo

Las ciudades de Salamanca, Valladolid y Toledo fueron centros importantes para estos pensadores. Algunos de los arbitristas más destacados fueron Luis Ortiz, Sancho Moncada, Tomás de Mercado y Pedro Fernández de Navarrete.

La preocupación por la decadencia económica y la necesidad de que el gobierno actuara para solucionarla fue la base de las políticas económicas del Conde-duque de Olivares. Él intentó hacer reformas en la moneda y los impuestos, y creó muchas Juntas (grupos de trabajo). Sin embargo, sus planes no tuvieron éxito, lo que contribuyó a que los arbitristas perdieran prestigio.

En el XVIII, con la llegada de ideas francesas como el colbertismo, el legado del arbitrismo evolucionó hacia el Proyectismo ilustrado. Pensadores como el Marqués de la Ensenada (con su famoso Catastro) o Campomanes y Jovellanos continuaron reflexionando sobre la economía. Más tarde, en el XIX, el arbitrismo tuvo una conexión intelectual con el Regeneracionismo, un movimiento que buscaba la renovación de España.

Al principio, los historiadores económicos españoles no valoraron mucho el papel de los arbitristas. Pero gracias a estudiosos extranjeros, como Earl J. Hamilton, y luego a muchos otros, tanto de fuera como de España (como Pierre Vilar o José Antonio Maravall), su importancia fue reconocida.

Tomás de Mercado

Tomás de Mercado nació en Sevilla y falleció en 1575. Continuó las ideas de la Escuela de Salamanca. De joven, viajó a México, lo que le permitió tener una visión más amplia de los problemas económicos, incluyendo los de América. Allí se unió a la Orden de Predicadores en 1553, se doctoró en teología y se destacó como experto en moral.

Mercado reflexionó sobre la ética en las actividades comerciales. Al regresar a España, enseñó en las universidades de Sevilla y Salamanca. En Salamanca, se relacionó con Martín de Azpilcueta. En 1569, publicó su famosa obra Suma de tratos y contratos, donde describía las prácticas comerciales de la época en Sevilla y Medina del Campo. En este libro, analizó el concepto del interés en los préstamos, defendiendo su uso ético frente a la visión más estricta de la Iglesia católica, que lo consideraba usura. También profundizó en la teoría cuantitativa del dinero, que explica cómo la cantidad de dinero en circulación afecta los precios, especialmente en el movimiento internacional de monedas.

Luis Ortiz

Luis Ortiz fue contador de Hacienda de Castilla durante el reinado de Felipe II en la segunda mitad del XVI. Después de que la monarquía de los Austrias se declarara en bancarrota, escribió un importante documento llamado Memorial al Rey para que no salgan dineros de España. Este fue uno de los primeros textos de los pensadores mercantilistas españoles.

Ortiz creía que para que los precios no bajaran, era importante mantener el oro dentro de Castilla. Para lograrlo, propuso un plan en 1558 para fomentar los recursos del reino. Aunque su análisis de la crisis económica fue muy bueno, su plan no tuvo mucha repercusión.

Entre sus principales propuestas estaban:

  • Reducir el ocio.
  • Fomentar el trabajo.
  • Producir bienes manufacturados en España en lugar de solo exportar materias primas.
  • Eliminar las aduanas entre los diferentes reinos de España.
  • Reformar los impuestos.

También analizó los problemas de la moneda en España y buscó soluciones para la situación causada por la tendencia a exportar materias primas e importar productos terminados, pagando con el oro de América. Entendió el concepto de estructura económica y propuso muchas iniciativas para sacar al reino de su estancamiento, como aumentar la productividad, fomentar el crecimiento demográfico, extender los regadíos e iniciar la repoblación forestal. Además, fue consciente del problema que causaba la llegada de oro y plata de América y sugirió limitar la expansión del dinero y desincentivar el consumo.

Martín González de Cellorigo

Martín González de Cellorigo nació en Pancorbo (Burgos) en 1559 y falleció alrededor de 1633. Estuvo activo en la primera mitad del XVII. Estudió en la universidad de Valladolid y fue abogado de la Real Chancillería de esa ciudad.

Continuó las ideas de la Escuela de Salamanca y envió dos memoriales al futuro Felipe III. En ellos, señaló que la inflación (el aumento de los precios) causada por la llegada de la plata americana era la principal causa de los problemas del reino. Creía que la cantidad de dinero en circulación debía ser igual a la cantidad de transacciones que se realizaban.

Cellorigo estaba convencido de que la riqueza solo crece "por la industria natural y artificial". Por lo tanto, las operaciones especulativas y los privilegios administrativos empobrecían al reino, haciendo que la gente abandonara los oficios y las actividades productivas. En 1600, publicó en Valladolid su obra más importante: Memorial de la política necesaria y útil restauración de España y estados de ella, y desempeño universal de estos reinos.

Sancho de Moncada

Sancho de Moncada, también del XVII, se considera ligado a la Escuela de Salamanca. En 1619, escribió unos Discursos que fueron reeditados en 1746 con el título Restauración política de España.

Moncada profundizó en la teoría cuantitativa del dinero y presentó el modelo español más completo de Mercantilismo. Señaló las debilidades de la economía española, especialmente la escasez de fondos en la hacienda pública y la gran cantidad de productos extranjeros que entraban al país. Denunció que el reino se había convertido en deudor de las potencias enemigas.

Su solución fue proponer un Proteccionismo estricto, es decir, proteger la industria nacional, bajo la supervisión de la Inquisición. Además, sugirió que se debía impulsar la industria, una idea que más tarde propondría Colbert en Francia. A diferencia de otros arbitristas, la obra de Moncada tuvo mucho prestigio e influencia, y fue adoptada por los grandes pensadores ilustrados del XVIII, cuando se reeditó.

Pedro Fernández de Navarrete

Pedro Fernández de Navarrete, de La Rioja, fue canónigo de Santiago, un humanista que tradujo a Séneca y consejero real. Se inspiró en las ideas de Cellorigo y Moncada para escribir su obra Conservación de las monarquías.

Este libro tenía un enfoque mercantilista, que defendía controlar las importaciones y fomentar las exportaciones. Sin embargo, Navarrete no cayó en el error del bullionismo (creer que solo tener mucho oro es riqueza), porque entendía que tener demasiado dinero es perjudicial si no hay bienes para comprar. Propuso desarrollar inversiones productivas y criticó el lujo y el desprecio por los oficios industriales y manuales que mostraban la nobleza y la hidalguía en la España de su tiempo.

Luis Valle de la Cerda

En el año 1600, Luis Valle de la Cerda escribió Desempeño del patrimonio de Su Majestad y de los reinos, sin daño del Rey y vasallos, y con descanso y alivio de todos, por medio de los Erarios públicos y Montes de Piedad. Su obra fue muy valorada por las Cortes (el parlamento de la época), que apoyaron su iniciativa y la reeditaron en 1618.

Los Montes de Piedad eran instituciones que ofrecían préstamos a cambio de objetos de valor, de forma similar a los Pósitos, que ya funcionaban como entidades de crédito municipales y almacenes de grano para prestar a los campesinos.

El primer Monte de Piedad en Madrid fue fundado por el Padre Piquer a principios del XVIII. A mediados del XIX, se asoció con la Caja de Ahorros (fundada por el Marqués de Pontejos). Estas instituciones financieras ya formaban parte de un mundo que se acercaba al capitalismo, donde también existían otras importantes, como los Cinco Gremios Mayores de Madrid o el Banco de San Carlos, que fue el origen del Banco de España.

Otros pensadores

Archivo:Jacinto de Alcázar Arriaza (1646) Medios políticos para el remedio único y universal de España
Jacinto de Alcázar Arriaza. Medios políticos para el remedio único, y uniuersal de España librados en la execucion de su práctica. 1646.
  • Jacinto de Alcázar Arriaza: Economista del XVI de Huete. Defendió la idea de un impuesto único en su obra "Medios políticos para el remedio universal de España" (1646).
  • Antonio Serra: Aunque era de Nápoles (y por tanto súbdito de la misma Monarquía Católica de los Habsburgo), su obra Breve trattato delle cause che possono far abbondare li regni d’oro e d’argento dove non sono miniere (1613) se relaciona con el arbitrismo castellano. La escribió mientras estaba en prisión. Atribuyó la falta de moneda en el Reino de Nápoles a un déficit en la balanza de pagos (cuando un país compra más de lo que vende). Propuso incentivos a las exportaciones como solución.
  • Cristóbal Pérez de Herrera: Militar, médico y filántropo. En su memorial En razón de muchas cosas tocantes al bien, propiedad, riqueza, futilidad de estos reinos y restauración de ellos, propuso fomentar el trabajo y el ahorro para recuperar la agricultura, la ganadería y la población, que según él estaban en declive.
  • Mateo López Bravo: Magistrado. En su obra Del rey y de la razón de gobernar (1616, ampliada en 1627), condenó la ociosidad y propuso políticas para combatir la mendicidad, fomentar el trabajo y una alta natalidad para luchar contra la despoblación.
  • Pedro de Valencia: Escribió Discurso de la tasa de pan (donde propuso una reforma agraria para reducir las desigualdades sociales) y Discurso contra la ociosidad (donde abogó por el trabajo femenino y dividió la sociedad en gobernantes, soldados y pueblo llano).
  • Antonio López de Vega: En su obra Heráclito y Demócrito de nuestro siglo, consideró que la guerra era la causa de la decadencia.
  • Francisco Martínez de Mata: De Motril, sus Memoriales y Discursos (1650-1660) cierran cronológicamente la serie de arbitristas de la Corona castellana.
  • Narcís Feliu de la Penya: En Cataluña, después de la revuelta de los catalanes de 1640, fue un arbitrista importante. En sus obras Político discurso... (1681) y Fénix de Cataluña (1683), defendió el proteccionismo (proteger la industria nacional), la sustitución de importaciones (producir lo que antes se compraba fuera) y la creación de una compañía de comercio con América con base en Cataluña.
  • Gerónimo Ardid: Figura destacada en Aragón.
  • José Penso de la Vega: Judío de origen español (sefardí) que vivió en Ámsterdam. Reflexionó sobre la naciente Bolsa en su obra Confusión de confusiones... (1688).
  • Jerónimo de Uztáriz: Ya en el XVIII, se le considera un postmercantilista. Desarrolló ideas colbertistas, identificando la riqueza nacional con una balanza comercial con superávit (vender más de lo que se compra).

Véase también

  • Bullionismo
  • Cameralismo
  • Colbertismo
  • Dirigismo
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