Reacción (política) para niños

En el mundo de la política, la reacción es un término que se usa para describir ideas o movimientos que buscan regresar a una forma de gobierno o a una situación que existía antes. Es como si quisieran "volver atrás en el tiempo" en lugar de avanzar.
Esta palabra se empezó a usar de forma un poco negativa después de la Revolución francesa. Se refería a quienes se oponían a los cambios revolucionarios, es decir, a los que eran "contrarrevolucionarios". Con el tiempo, el significado de "reacción" fue cambiando. Hoy en día, a menudo se compara con ser conservador o con ideas que no buscan grandes cambios en la sociedad. A una persona que apoya estas ideas se le llama reaccionario.
El historiador José Luis Rodríguez Jiménez describe el pensamiento reaccionario como una forma de ver el pasado de manera idealizada, casi como un cuento, más que como fue en realidad. Este pensamiento puede incluir la idea de que hay grupos secretos que buscan hacer daño, aunque no existan. También tiende a ver el mundo en blanco y negro, sin puntos intermedios entre lo bueno y lo malo. Además, a menudo valora mucho la religión por encima del desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Contenido
El Origen de la Idea de Reacción
El pensamiento reaccionario surgió a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Fue una respuesta a las nuevas ideas que trajo la Revolución Francesa. Sus raíces se encuentran en ideas que se oponían a la Ilustración, un movimiento que valoraba mucho la razón y el conocimiento.
Pensadores Clave de la Reacción
Los principales pensadores de esta corriente fueron los franceses Joseph de Maistre y Louis de Bonald. Ellos querían defender la Monarquía Absoluta, que es un sistema donde el rey tiene todo el poder. Creían que el poder de los reyes venía directamente de Dios, por lo que su autoridad debía ser total. También presentaban una imagen muy idealizada de cómo eran las sociedades antes de la Revolución, en lo que se conoce como el Antiguo Régimen.
Estos pensadores creían que las ideas individuales de las personas eran menos importantes que las "verdades" que venían de la tradición y de la religión. Para ellos, el conocimiento no se obtenía solo con la razón, como decían los filósofos de la Ilustración. En cambio, pensaban que el conocimiento se transmitía a través de la tradición, revelada por Dios y enseñada por la Iglesia católica.
La Reacción en la Revolución Francesa
El término "reacción" también se usó en otros momentos, como en la llamada reacción thermidoriana. Esta fue una etapa de la Revolución Francesa que puso fin al poder de los jacobinos (como Robespierre) y al periodo conocido como el "Terror". Comenzó el 27 de julio de 1794.
Grupos sociales antiguos, como la nobleza y el clero católico, y movimientos intelectuales como el romanticismo conservador, se opusieron a las ideas revolucionarias. También lo hicieron fuerzas políticas que buscaban restaurar la monarquía absoluta, como las que se vieron en el Congreso de Viena y el sistema de Metternich. Todas estas fueron consideradas "fuerzas reaccionarias" que se enfrentaron a los revolucionarios o liberales hasta la Revolución de 1848.
Después de 1848, la burguesía, que era la nueva clase dominante en Europa, dejó de ser revolucionaria. Empezó a temer las revoluciones sociales de las clases más bajas. Por eso, el término "reaccionario" empezó a usarse para referirse a quienes eran conservadores o derechistas.
También se ha usado para describir partidos o movimientos políticos del siglo XX, como el fascismo o el nacionalsocialismo. O para sistemas políticos autoritarios, como los de Philippe Pétain en Francia, Józef Piłsudski en Polonia, António de Oliveira Salazar en Portugal o Francisco Franco en España.
La Reacción en España: Un Vistazo Histórico
Los Inicios de la Reacción en España
Las primeras señales del pensamiento reaccionario en España se pueden ver en el siglo XVIII, cuando algunos se oponían a las ideas de la Ilustración. En ese momento, a veces se les llamaba "antifranceses" o "castizos". Dos momentos importantes durante el reinado de Carlos III fueron la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767 y el juicio de la Inquisición a Pablo de Olavide entre 1775 y 1778.
Pero lo que realmente marcó un antes y un después fue el impacto de la Revolución Francesa en la monarquía de Carlos IV. El primer ministro, José Moñino, conde de Floridablanca, escribió en 1792 que en Francia el rey había sido reducido a un simple ciudadano, la Iglesia y la nobleza habían sido destruidas, y se había proclamado que todos los hombres eran iguales. Su informe terminaba diciendo: "En Francia se acabó todo".
La difusión del pensamiento reaccionario en España comenzó con una "campaña patriótica" impulsada por Manuel Godoy, el favorito de Carlos IV. Esta campaña buscaba el apoyo popular para la Guerra de la Convención (1793-1795) contra Francia. El clero que se oponía a la Ilustración participó con entusiasmo, convirtiendo la guerra en una "cruzada" para defender la Religión y la Monarquía contra la "perversa Francia", a la que veían como la encarnación del mal. Identificaban la Ilustración con la Revolución.
Los que impulsaron esta campaña se basaron en la idea de que la Revolución era el resultado de un plan secreto de varios grupos que atacaban la religión y el buen gobierno. Esta idea fue difundida por el sacerdote francés Augustin Barruel y en España por fray Diego José de Cádiz. Los que apoyaban la reacción criticaban la idea de la igualdad ante la ley, que, según ellos, borraba la diferencia natural entre las personas. Incluso algunos ilustrados, asustados por la Revolución Francesa, se unieron a esta campaña, como Pablo de Olavide, quien pasó de ser perseguido por la Inquisición a defender la sumisión total al rey y a la Iglesia.
La participación activa del clero para condenar la revolución "anticristiana" francesa continuó en la Guerra de Independencia de España (tanto contra los franceses como contra los liberales en las Cortes de Cádiz) y durante los periodos en que Fernando VII restauró el poder absoluto.
La Burguesía y el Cambio de Roles
En la guerra, el bando carlista reunió a clérigos, nobles y campesinos que querían volver al Antiguo Régimen. Pero en el bando de la reina Isabel, dividido entre progresistas y moderados, estos últimos buscaron acercarse a los carlistas más moderados después del abrazo de Vergara. Entre los pensadores moderados destacó Donoso Cortés.
Más tarde, los moderados y los neocatólicos (que venían del carlismo) se unieron en el Partido Liberal Conservador de Antonio Cánovas del Castillo. Una de sus primeras acciones fue fomentar la enseñanza católica y eliminar de la Universidad a profesores que no estaban de acuerdo con sus ideas, como los krausistas. Por eso, Francisco Giner de los Ríos y otros profesores tuvieron que fundar la Institución Libre de Enseñanza para poder enseñar con libertad. Al mismo tiempo, triunfaba el trabajo de Marcelino Menéndez y Pelayo, considerado una figura clave del pensamiento reaccionario español.
¿Quiénes son "reaccionarios" en los movimientos revolucionarios?
Desde la Revolución Francesa, ha ocurrido algo curioso: a veces, los mismos líderes de una revolución son llamados "contrarrevolucionarios" o "reaccionarios" cuando otros grupos más radicales los superan. Incluso son perseguidos con más fuerza que a los que se oponían desde el principio. Esto les pasó a los moderados girondinos, que fueron ejecutados por los radicales jacobinos, antes de que estos últimos también fueran ejecutados por la reacción thermidoriana. De ahí viene la famosa frase: "la revolución devora a sus hijos". Se dice que esta idea la expresó Pierre Victurnien Vergniaud, un girondino, quien dijo: "Es de temer que la revolución, como Saturno, acabará devorando a sus propios hijos".
Las divisiones dentro del movimiento obrero desde finales del siglo XIX, y luego la experiencia de la revolución en Rusia, hicieron que el término "reaccionario" o "contrarrevolucionario" se aplicara a cualquiera que no estuviera de acuerdo con la interpretación de la revolución del grupo que hacía la acusación.
Ejemplos de Divisiones Internas
- Los marxistas se lo aplicaban a los anarquistas.
- Los socialistas a los revisionistas antes de la Primera Guerra Mundial.
- Los bolcheviques a los mencheviques durante la Revolución Soviética.
- Los comunistas de la Tercera Internacional a los socialistas de la Segunda Internacional.
- Los trotskistas a los estalinistas y viceversa.
- Los maoístas a los que seguían la línea de "coexistencia pacífica".
- Los anarquistas se lo aplican a todos los anteriores, porque creen que su revolución llevará a la verdadera libertad.
La división de los movimientos revolucionarios puede llevar a situaciones extremas, donde un grupo muy pequeño considera "reaccionario" a casi todo el mundo, excepto a los que siguen a su líder. Esto ha ocurrido históricamente, como con los jemeres rojos de Pol Pot en Camboya, el Sendero Luminoso en Perú, o los regímenes comunistas de Albania en los años 80 y de Corea del Norte en la actualidad. La evolución de la República Popular China, antes y después de la muerte de Mao, también ha mostrado muchas formas de usar el concepto de reacción y contrarrevolución.
Lo mismo se puede decir de muchos movimientos de izquierda en América Latina:
- La revolución mexicana, de la que surgió el PRI, que gobernó durante décadas, y también movimientos a su izquierda.
- La revolución cubana (con la oposición del anticastrismo, que también estaba dividido).
- El sandinismo en Nicaragua (con la oposición de la contra, que venía de diferentes orígenes).
- Los distintos populismos en cada nación hispanoamericana, como el peronismo en Argentina o la llamada revolución bolivariana de Hugo Chávez en Venezuela.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Reactionary Facts for Kids