Historia de Eritrea para niños
La historia de Eritrea es la historia del territorio del actual estado de Eritrea. Hasta 1890 el nombre Eritrea sólo fue la versión italiana de la palabra griega "Erythraia", tomada del nombre que los antiguos griegos daban al Mar Rojo. Las tierras del país actualmente conocido como Eritrea pertenecían (o eran aliadas) de varios poderes e imperios durante diferentes épocas; entre ellos destaca la zona central del reino cristiano de Axum. Después de la llegada del islam en el siglo VII, los sultanatos islámicos aliados o directamente ligados al Califato Omeya y luego al Califato Abasida (imperios islámicos en Arabia) fueron sustituidos por el Imperio otomano y sus vasallos árabes de Egipto y Yemen. Otras regiones fueron aliadas, culturalmente influenciadas o directamente ligadas a los reinos de Abisinia.
Contenido
Historia antigua
El Reino de Aksum
Eritrea compartió con el norte de Etiopía la historia de este poderoso reino cristiano, que según el profeta Mani fue una de las civilizaciones más importantes de su tiempo, junto con China, Roma y Persia. El reino surgió en torno a la época de nacimiento de Jesucristo. Su lengua era el idioma ge'ez, muy parecido al tigriña y al tigre, hablados en la actual Eritrea, y cercanos al amhárico de Etiopía. A finales del siglo X es posible que el reino ya hubiese colapsado, aunque hay pocos datos fidedignos al respecto.
La colonización italiana
La colonia de Eritrea fue fundada por Italia en 1890 culminando un proceso de colonización que había empezado en 1869, justo después de la apertura del Canal de Suez. La empresa italiana de navegación Rubattino compró la Bahía de Assab a unos sultanes con el fin de construir un puerto de servicios para su flota comercial. El 10 de marzo de 1882 el gobierno italiano le compró esa tierra y, poco después, su ejército conquistó toda la costa hasta ocupar, el 5 de febrero de 1885, la ciudad portuaria de Massawa.
Ignorando protestas diplomáticas y sosteniendo confrontaciones abiertas con los pueblos indígenas y los otros poderes que tenían intereses en la zona (egipcios, turcos y el rey Juan IV de Etiopía), Italia proclamó la Colonia italiana de Eritrea el 1 de enero de 1890.
La Eritrea italiana se convirtió en la primera colonia del Reino de Italia en África y recibió una numerosa colonia de italianos, que le dio un enorme desarrollo. En el censo de 1939 había casi 100.000 italianos en Eritrea en una población total de un millón de habitantes, siendo la capital Asmara el centro de un desarrollo arquitectónico e industrial de primer orden en África.
Los italianos promovieron en Eritrea la iglesia católica, desarrollaron la agricultura, la industria básica y el comercio, pero sobre todo crearon una infraestructura de carreteras, ferrocarriles, puertos, hospitales, etc. que es todavía fundamental en Eritrea. El ferrocarril entre Asmara y Massaua, construido durante el Fascismo, es todavía uno de los principales en el "Cuerno de África".
Los italianos se quedaron hasta 1941, cuando en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial todas las colonias italianas fueron tomadas por los aliados, entre ellas Eritrea, que fue ocupada por Gran Bretaña.
La administración británica tras la Segunda Guerra Mundial
Eritrea estuvo bajo la administración colonial de Gran Bretaña con el respaldo de la ONU hasta el 15 de septiembre de 1952.
Federación y anexión a Etiopía
Desde la partida de los ingleses hasta 1961, Eritrea fue un estado federado del Imperio etíope; luego pasó a ser una mera provincia. El movimiento independentista se configuró inmediatamente en torno al Frente para la Liberación de Eritrea (FLE), (1961), cuyas actividades de resistencia se dirigieron contra las fuerzas armadas etíopes. En 1969, algunos de los miembros del FLE, desilusionados por su política islamista y conservadora, se separaron de éste y fundaron otro movimiento de resistencia contra la ocupación etíope: el Frente Popular para la Liberación de Eritrea (FPLE). A diferencia de su antecesor, el FPLE fue de corte socialista e igualitario, pues promovía la igualdad de género y de credo. Tras una breve guerra civil entre el FPLE y el FLE, el FPLE dominó el resto de la lucha por la independencia.
El surgimiento de un régimen militar de corte comunista en Etiopía en 1974 no modificó sustancialmente las relaciones entre los independentistas y el Estado etíope, pero sí conllevó varios hechos significativos: los veintitrés diputados eritreos renunciaron a sus escaños; se produjo una nueva ofensiva etíope con ayuda de la U.R.S.S., que arrinconó a la resistencia en el norte del país; y la capital Asmara quedó bajo el dominio del ejército etíope. A principios de los años 1970, cerca de 50.000 eritreos abandonaron el país por la utilización de napalm durante los ataques masivos del ejército etíope.
En 1977 las Naciones Unidas calcularon que hasta entonces el conflicto había dejado medio millón de desplazados, unos 20 000 muertos y cerca de 25 000 personas confinadas en campos de concentración. Las ofensivas etíopes en 1978, con ayuda de material bélico de la URSS, no consiguieron hacer retroceder a la guerrilla, que contaba con unos 35.000 milicianos.
En 1983 se produjo una ofensiva gubernamental para acabar con la resistencia, pero no dio el resultado esperado. En 1987, nuevamente se reconoció a Eritrea la condición de región autónoma, aunque el FPLE ya mantenía el control de casi todo el territorio de la actual Eritrea. En 1991, Issaías Afewerki, líder del FPLE, formó un gobierno provisional al margen del régimen etíope; ese año también se celebró en Londres una conferencia —en la que participaron los Estados Unidos— durante la cual se reconoció de hecho la nueva situación.
La independencia
En 1993 se celebró el referéndum que aprobó la independencia del territorio, proclamada el 24 de mayo. Inmediatamente el país fue reconocido por la ONU, la OUA y la Liga Árabe.
Pero los problemas no acabaron con la independencia. En 1994 se llegó a un acuerdo con Sudán respecto a la delimitación de las fronteras y al regreso de unos 115.000 refugiados de la guerra —de los 500.000 estimados por el gobierno sudanés— que se encontraban en su territorio. No obstante, las acusaciones entre Sudán y Eritrea sobre el entrenamiento de grupos rebeldes del otro país en sus territorios continuaron hasta 1994. Al mismo tiempo, surgió un conflicto con Yemen por las islas de Hanish en el Mar Rojo, llegándose a un acuerdo sobre su soberanía en 1996. Por otra parte, en 1997 y 1998 continuaban los conflictos fronterizos con Sudán que se resolvieron en una reunión celebrada en Catar.
En 1997, con la creación de la moneda nacional, el Nakfa, aparecieron tensiones económicas con Etiopía, las cuales desembocaron en una guerra de fronteras (Guerra entre Etiopía y Eritrea, iniciada en 1998), que empezó en el pueblo fronterizo de Badme. En marzo de 1999, gracias a la mediación de la OUA, de los Estados Unidos y de Ruanda, Eritrea y Etiopía aceptaron acabar con el conflicto, aunque poco después la guerra se reactivó debido a un ataque masivo de Etiopía en Eritrea (lanzado en el mismo día que las elecciones de Etiopía, el 17 de mayo de 2000). Las fuerzas de Etiopía lograron ocupar aproximadamente un cuarto del territorio eritreo, acabar con la mayor parte de la infraestructura, plantar minas en las huertas más fértiles del país y desplazar a más de un tercio de la población eritrea. La ONU intervino en el conflicto interponiendo entre las partes 4500 cascos azules como fuerza de paz. El 12 de diciembre de 2002 se llegó a un acuerdo en Argelia, en el que se encargaba a la ONU la delimitación de fronteras. En abril de 2002, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya estableció los fronteras definitivas entre los dos países, condenando a Etiopía al pago de más de $800 millones de dólares en compensación a Eritrea por los daños causados. La resolución fue aceptada por Eritrea, pero rechazada por Etiopía. Por lo tanto, los cascos azules de la ONU siguen patrullando la frontera y persiste la amenaza de guerra.
Véase también
En inglés: History of Eritrea Facts for Kids