Captura de la Expedición de Cádiz para niños
Datos para niños Captura de la Expedición de Cádiz |
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Parte de la Campaña de la Patria Nueva en la guerra de la Independencia de Chile | ||||
![]() Captura de la Fragata Reina María Isabel.
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Fecha | Combate naval de Talcahuano: 28 y 29 de octubre de 1818 Captura de los Transportes Expedicionarios: 11, 12, 14 y 22 de noviembre de 1818. |
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Lugar | Talcahuano, Chile. | |||
Resultado | Victoria patriota. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La Captura de la Expedición de Cádiz fue un evento importante que ocurrió en la bahía de Concepción, Chile, en 1818. Fue una victoria para los patriotas, quienes buscaban la independencia, gracias a información clave obtenida por agentes en Buenos Aires y a un motín de las tropas españolas.
Contenido
¿Qué pasó antes de la captura?
La situación después de la Batalla de Maipú
Después de que el ejército realista (leal al rey de España) fuera derrotado en la batalla de Maipú, su líder, Mariano Osorio, decidió dejar Talcahuano. Esto ocurrió el 8 de septiembre de 1818. Dejó a parte de su ejército al mando del coronel Juan Francisco Sánchez, con la orden de ir hacia el sur y continuar la lucha con la ayuda del pueblo mapuche.
Planes de España para enviar refuerzos
Mientras tanto, el rey Fernando VII de España, después de un tiempo de paz, decidió enviar un gran ejército para controlar las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina) y otro para reforzar a sus fuerzas en Chile. En octubre de 1817, planearon enviar 12.000 soldados a Buenos Aires y 2.000 a Chile. Sin embargo, España tenía problemas económicos y su gobierno no era muy estable.
A pesar de estas dificultades, se envió una expedición a Chile. Estaba formada por una fragata (un tipo de barco de guerra) y diez barcos de transporte, que llevaban 2.080 soldados.
¿Cómo se enteraron los patriotas de la expedición?
El gobierno de Buenos Aires tenía espías en Cádiz, España. Estos agentes les enviaban noticias importantes sobre las expediciones militares que salían hacia América. Uno de ellos era Andrés Arguibel, quien informaba sobre la salida de los barcos. Arguibel también influyó para que ocurriera una rebelión en la fragata Trinidad. Parte de los oficiales españoles se unieron a la causa patriota, y las tropas de ese barco se pasaron al bando de los independentistas americanos.
Cuando la fragata Trinidad llegó a Buenos Aires, fue recibida con alegría. Los soldados que se unieron a la causa patriota fueron ascendidos y se incorporaron al ejército. Buenos Aires compartió de inmediato esta información con Chile, incluyendo las contraseñas navales y el destino exacto de la expedición: el puerto de Talcahuano.
¿Qué barcos y tropas formaban la expedición española?
Después de su propia guerra de independencia, España estaba muy afectada económicamente. No tenía muchos recursos para controlar las rebeliones en América. Su Real Armada Española estaba muy debilitada. España necesitaba una flota fuerte para proteger sus costas y los territorios que se estaban independizando.
Para solucionar esto, España compró barcos a Rusia en 1817. Sin embargo, muchos de estos barcos estaban en mal estado. Solo algunos podían navegar bien, como la fragata María Isabel, que tenía 50 cañones. Este barco fue preparado para proteger a los transportes que llevaban tropas a Chile.
Los barcos de transporte llevaban alimentos, municiones, armas y, lo más importante, dos batallones de infantería, tres escuadrones de caballería, artillería y dos compañías de ingenieros. En total, eran 2.080 hombres al mando del teniente coronel Fausto del Hoyo. La fuerza naval estaba al mando del capitán Manuel del Castillo.
La expedición debía salir en marzo, pero se retrasó porque faltaban armas. El rey Fernando VII había ordenado que la fragata María Isabel regresara a España rápidamente después de desembarcar las tropas.
Navío | Clase | Destino |
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María Isabel | Fragata de 50 cañones | Capturada por la escuadra chilena. |
Trinidad | Transporte | Se rebeló y fue entregado en Buenos Aires. |
Especulación | Transporte | Llegó al Callao con dos compañías del batallón Cantabria. |
Escorpión | Transporte | Desembarcó sus tropas en Talcahuano y siguió al Callao. |
Atocha | Transporte | Desembarcó sus tropas en Talcahuano y siguió al Callao. |
San Fernando | Transporte | Desembarcó sus tropas en Talcahuano y siguió al Callao. |
Dolores | Transporte | Capturado por la escuadra chilena. |
Magdalena | Transporte | Capturado por la escuadra chilena. |
Elena | Transporte | Capturado por la escuadra chilena. |
Jerezana | Transporte | Capturado por la escuadra chilena. |
Carlota | Transporte | Capturado por la escuadra chilena. |
Tropas Expedicionarias
Unidades | Comandantes | Efectivos | Historial |
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Regimiento de Cantabria | Primer Batallón: Teniente coronel Fausto del Hoyo Segundo Batallón: Rafael Ceballos Escalera | 1600 infantes | 210 infantes llegaron al Callao y formaron la base del batallón Cantabria. 340 infantes desembarcaron en Talcahuano y permanecieron en el sur de Chile. |
Cazadores-Dragones | Teniente coronel Gaspar Fernández de Bobadilla | 300 jinetes | 255 jinetes desembarcaron en Talcahuano. |
Artillería | Teniente coronel Juan Loriga | 90 artilleros | 30 artilleros desembarcaron con 4 cañones en Talcahuano. |
Zapadores | NN | 90 zapadores | 40 zapadores desembarcaron en Talcahuano. |
El motín del transporte Trinidad
La expedición tuvo problemas durante el viaje. El capitán Castillo sufrió una enfermedad cerca de las Islas Canarias y tuvo que ser desembarcado. El Teniente de Navío Dionisio Capaz tomó el mando. La expedición se dispersó por una tormenta cerca de las islas de Cabo Verde.
El 30 de junio, el transporte Trinidad se separó del grupo. El 22 de julio, algunos sargentos lideraron un motín. Mataron a los capitanes de la expedición y llevaron el barco al puerto de Buenos Aires. Allí fueron recibidos con gran alegría por los patriotas. Los sargentos José Reyes y los cabos Antonio Fernández y Miguel Lorite intentaron incendiar el depósito de pólvora del barco, pero murieron sin lograrlo.
nombre del buque | (t) | armas | hombres | capitán |
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San Martín | 1300 | 60 | 492 | Guillermo Wilkinson |
Lautaro | 850 | 46 | 253 | Carlos Wooster |
Chacabuco | 450 | 20 | 134 | Francisco Díaz |
Araucano | 270 | 16 | 110 | Raimundo Morris |
total | 2870 | 142 | 1109 | |
Comandante en Jefe: Manuel Blanco Encalada. |
El 21 de mayo de 1818, la fragata María Isabel, con 40 cañones, salió de Cádiz. Iba al mando del Capitán de Navío Manuel del Castillo y llevaba un grupo de once barcos de transporte con 2.080 hombres.
Como se mencionó, el capitán Castillo se enfermó y el Teniente de Navío Dionisio Capaz tomó el mando.
El gobierno de Bernardo O'Higgins en Chile recibió información completa sobre esta expedición y su destino, Talcahuano, gracias a Buenos Aires. Por eso, ordenó a la recién formada Escuadra Chilena que interceptara a los barcos españoles.
El 10 de octubre, cuatro barcos chilenos zarparon de Valparaíso al mando del comandante general de marina, capitán de navío Manuel Blanco Encalada. Estos barcos eran: el navío San Martín, la fragata Lautaro, la corbeta Chacabuco y el bergantín Araucano.
Debido a los fuertes vientos, a Manuel Blanco Encalada le tomó diecisiete días llegar a Talcahuano. Por este retraso, tres de los once transportes españoles lograron escapar. Blanco Encalada ordenó al Araucano que explorara la bahía, mientras él, en el San Martín con la Lautaro, se dirigía a la isla Santa María. Allí, encontró instrucciones que el comandante de la María Isabel había dejado para los siete transportes que venían atrasados.
Según estas instrucciones, se esperaba encontrar en Talcahuano a la María Isabel y cuatro transportes. Sin embargo, Sánchez ya había enviado los transportes al Callao.
El 28 de octubre, a las once de la mañana, dos grandes barcos desconocidos pasaron entre la Quiriquina y la costa. La fragata María Isabel izó una bandera roja y disparó un cañonazo sin bala. Los barcos desconocidos respondieron izando la bandera inglesa.
Una hora después, los barcos entraron decididamente en la bahía. El comandante Dionisio Capaz disparó cuatro cañonazos. Los barcos desconocidos, en lugar de la bandera inglesa, izaron la bandera chilena y se dirigieron rápidamente hacia la fragata sin disparar. La María Isabel disparó una andanada con todos sus cañones, pero al ver que no podía defenderse bien, se encalló en los bajos de la isla de Rocuant. El San Martín y la Lautaro abrieron un intenso fuego de fusilería para rendir al barco enemigo sin dañarlo demasiado.
Los marineros de la María Isabel se lanzaron al agua, dejando la fragata defendida por 60 fusileros. Blanco Encalada envió a 50 marineros al mando de los tenientes Bell y Crompton, quienes tomaron el barco y capturaron a los que quedaban a bordo.
Para proteger el barco de las tropas de tierra mientras intentaban desencallarlo con la marea alta, unos 150 fusileros desembarcaron al mando de Guillermo Miller. Su misión era también cortar el camino a Concepción y evitar que llegaran refuerzos. Sin embargo, en tierra, estos soldados fueron superados por fuerzas mucho mayores que venían de Concepción, al mando de Juan Francisco Sánchez, quienes también tenían cuatro piezas de artillería. Miller tuvo que reembarcar a sus tropas con algunas pérdidas, ya que la María Isabel estaba entre sus soldados y los barcos San Martín y Lautaro, y solo podían recibir apoyo de fuego desde las aberturas de la proa de la fragata capturada.
Al reembarcar Miller, el comandante Blanco Encalada usó los cañones de la misma María Isabel, cargados con metralla, para impedir que las numerosas fuerzas realistas recuperaran el barco durante el día. El fuego entre los realistas en la playa y los barcos patriotas continuó hasta el anochecer. La lluvia y el viento de la noche empujaron la fragata aún más contra la arena.
Al amanecer del 29 de octubre, cuando la lluvia paró y el viento se calmó, tres lanchas enemigas se acercaron a la María Isabel para abordarla y recuperarla, pero fueron rechazadas con fuerza por la tripulación. Mientras tanto, el San Martín fue movido con anclas para colocarlo al lado de la fragata capturada y defenderla de los ataques desde la costa.
Con la salida del sol, los realistas dispararon intensamente con sus cañones, intentando alcanzar los botes que trabajaban para reflotar la María Isabel. Esta y la Lautaro se unieron al San Martín para disparar sus cañones hacia tierra, contra el fuerte de San Agustín y la infantería, que, refugiada entre las casas del puerto, disparaba fusiles contra los barcos.
Hacia el mediodía, la situación no mejoró mucho. La María Isabel había recibido muchos impactos. El San Martín recibió trece balazos de los cañones que Sánchez había traído de Concepción y que colocó en el fuerte de San Agustín y en la playa, sin sufrir daños graves.
Sin embargo, una brisa del sur apareció justo cuando subía la marea. Los marineros dejaron los cañones y se dedicaron a la maniobra. Los esfuerzos de los patriotas para reflotar el barco fueron ayudados por el viento y se concentraron en un ancla que Blanco Encalada había colocado durante la noche. Para sorpresa de los chilenos y asombro de los españoles, la fragata María Isabel se liberó del lodo que la atrapaba y comenzó a navegar, quedando completamente a flote en el primer intento. Los chilenos la saludaron con vítores y hurras. Los realistas dejaron de disparar, sorprendidos por la inesperada maniobra.
Después de esta victoria, Blanco Encalada le escribió a O'Higgins:
"No puede usted imaginar la sorpresa que causó a los enemigos el ver flotar la nave capturada. El fuego cesó de repente, y unos y otros no hacíamos más que mirar la fragata hasta que el grito de ¡Viva la patria! resonó en todas las embarcaciones al mismo tiempo."
Blanco Encalada tuvo 27 muertos y 22 heridos. Los barcos San Martín y Lautaro no sufrieron daños importantes. A las tres de la tarde, los tres barcos, con la bandera chilena en sus mástiles, hicieron una salva de despedida de 21 cañonazos a la plaza y se dirigieron a la isla de Santa María.
¿Cómo se capturaron los transportes españoles?
Blanco Encalada se preparó para esperar a los transportes que, uno a uno, fueron llegando a Talcahuano.
De los diez transportes que salieron de Cádiz, uno se quedó en Tenerife por estar inservible, otro llegó a Buenos Aires, cuatro continuaron hacia el Callao y cinco aún venían en camino. Al regresar a la isla de Santa María, Blanco Encalada encontró allí a la corbeta Chacabuco, que se había separado antes. La envió a vigilar la entrada de la bahía de Talcahuano, por si los transportes pasaban directamente a ese puerto. En el mismo lugar, se le unieron el Galvarino (el 9 de noviembre) y el Intrépido (el 12 de noviembre). Así, la escuadra, que solo tenía cuatro barcos al salir de Valparaíso, aumentó a siete.
Los días 11, 12 y 14 de noviembre, llegaron las fragatas Dolores, Magdalena y Elena. Engañadas por la bandera española que ondeaba en la María Isabel, se colocaron a su lado.
Guillermo Miller describió la situación así:
"Los oficiales realistas al anclar su buque junto a la capitana, se vestían de parada para presentarse a sus superiores. Los soldados, las mujeres y los niños se asomaban felices por el término de su penoso viaje." "Mas cuando descubrían su error, el pánico se apoderaba de ellos y estallaban en espantosos gritos, pues se les había hecho creer que los patriotas no daban cuartel a nadie."
De 600 soldados y 36 oficiales que salieron de Cádiz, 230 habían muerto en el viaje y 217 venían enfermos.
Usando las tripulaciones del Galvarino y del Intrépido, Blanco Encalada completó la tripulación de la María Isabel, puso guarnición en los tres transportes y regresó a Valparaíso. Dejó a la Chacabuco para que capturara a los dos barcos que venían atrasados. El 17 de noviembre, entró al puerto con nueve barcos, cuando un mes y ocho días antes había salido con solo cuatro. Cinco días después, llegó la Chacabuco, escoltando a las fragatas Jerezana y Carlota, que habían salido de Cádiz con 240 hombres y llegaron a Santa María con 140.
Con estas acciones, Blanco Encalada había logrado completamente su objetivo.
¿Qué consecuencias tuvo esta victoria?
Finalmente, los cinco barcos españoles restantes fueron capturados por la Escuadra Chilena. Esto aumentó la cantidad de barcos de Chile. La fragata María Isabel, por una ley del 9 de diciembre, pasó a llamarse O'Higgins.
De las fuerzas españolas que venían, 210 hombres del segundo batallón del Cantabria, al mando de Rafael de Ceballos-Escalera, lograron llegar al Callao. El teniente coronel Fausto del Hoyo, comandante de las fuerzas, desembarcó en Talcahuano con 665 hombres y se unió al ejército realista en Valdivia.
Esta fue la última expedición importante de España para ayudar a sus leales en América. El gran ejército de 20.000 soldados que se preparaba en Cádiz para recuperar el control fue afectado por un movimiento liderado por Rafael del Riego, quien con sus tropas inició un cambio político contra el gobierno del rey Fernando VII.
El triunfo de Blanco Encalada le quitó a España el control del Pacífico y lo pasó a Chile. También dio confianza y optimismo para enfrentar los grandes desafíos de la Expedición Libertadora del Perú. Por su parte, las fuerzas navales españolas adoptaron una actitud defensiva, evitando ser capturadas por los patriotas chilenos.
El gobierno chileno otorgó a los vencedores el derecho de usar un distintivo verde mar con un tridente en el centro, rodeado de palma y laurel, con la frase: Su primer ensayo dio a Chile el dominio del Pacífico. Por ley del 9 de diciembre, la María Isabel recibió el nombre de O'Higgins. También se decidió nombrar a otra fragata como María del Carmen de Maipú. Además, el 14 de diciembre, se le dio al director supremo el título de Gran Mariscal, que luego fue cambiado a capitán general el 29 de agosto de 1820.
La escuadra chilena logró una gran victoria con Blanco Encalada. Sin embargo, para las futuras y grandes misiones, como destruir la armada española en el Callao y liderar la expedición libertadora al Perú, el 11 de diciembre de 1818 se le dio el mando de la escuadra a Thomas Cochrane, quien desde entonces dirigiría las acciones navales.