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Cahítas para niños

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Datos para niños
Cahíta
Idioma Cahíta
Religión Religión autóctona
Etnias relacionadas Achires, totorames, Pueblo cora, guasaves, acaxees
Viven en Sonora

Los cahítas eran pueblos indígenas que vivieron en lo que hoy son los estados mexicanos de Sinaloa y Sonora. Se ubicaban entre los ríos Mocorito y Yaqui. Aunque su cultura era diferente a la de otros pueblos del sur, como los tahues y los totorames, sabemos mucho sobre ellos gracias a los misioneros jesuitas. Estos misioneros escribieron muchos informes que aún se conservan.

¿Quiénes eran los cahítas?

Los cahítas eran grupos de personas que se movían de un lugar a otro, pero siempre dentro de un territorio que consideraban suyo. No tenían un lugar fijo para vivir. Compartían algunas costumbres, pero los españoles los distinguían por la zona donde vivían o por el idioma que hablaban.

Lenguas y grupos principales

Sus idiomas eran parte de la familia de lenguas uto-aztecas. Los jesuitas notaron que había diferentes formas de hablar, como si fueran "naciones" o grupos unidos por su lengua. Identificaron cinco grupos principales entre los cahítas, que eran los más grandes:

Los sinaloas, ocoronis y zuaques vivían en los valles de los ríos Sinaloa y Fuerte. Los mayos y yaquis ocupaban los valles de los ríos que hoy llevan sus nombres: Mayo y Yaqui, en Sonora.

Pueblos cahítas en Sinaloa

Algunos de los pueblos cahítas que vivieron en Sinaloa fueron los sinaloas, ahomes, ocoronis, bacoregüis, comoporis, basopas, níos, comanitos, bacubiritos, terabuitos, batacaris (o batucaris), tehuecos, zuaques, zoes (o tzoes), huites, yecoratos y oguiras.

¿Dónde vivían los cahítas?

Los cahítas formaban parte de la región cultural de Aridoamérica. Sin embargo, tenían algunas cosas en común con los pueblos de Mesoamérica, como la agricultura. Cultivaban maíz, frijol, calabaza y chile.

Su territorio se extendía desde el río Mocorito en el sur hasta el río Yaqui en el norte. Al este, llegaba hasta la Sierra Madre Occidental, y al oeste, hasta la costa del Océano Pacífico. Se distribuían a lo largo de cinco ríos: Mocorito, Sinaloa, Fuerte, Mayo y Yaqui. A pesar de vivir cerca, no siempre tenían fuertes lazos entre ellos. Cada comunidad vivía de forma independiente.

¿Cómo era la lengua cahíta?

Los misioneros que llegaron a Sinaloa en el siglo XVI notaron que había muchas lenguas desde el río Mocorito hasta el Yaqui. Sin embargo, la lengua principal era el cahíta.

En 1593, se hablaban tres lenguas en el río Mocorito, seis en el río Sinaloa, una con dos dialectos en el río Mayo, una con un dialecto en el río Fuerte y otra en el río Yaqui. Con el tiempo, muchas de estas lenguas desaparecieron, y el cahíta se volvió el idioma más común desde el río Sinaloa hasta el Yaqui.

¿Cómo obtenían sus alimentos?

La economía de los cahítas se basaba en la agricultura para su propio consumo. Cultivaban en las orillas de los ríos. Usaban un palo largo para hacer pequeños agujeros en la tierra y sembrar las semillas. Cuando el río crecía e inundaba las tierras, esperaban a que las plantas crecieran y los frutos maduraran para cosecharlos. Podían tener hasta dos cosechas al año, aprovechando las dos crecidas de los ríos.

Sembraban maíz, calabaza, chile y frijol. No solían guardar alimentos, así que si una cosecha se perdía, tenían que cazar y recolectar para comer. Sus constantes movimientos se debían a la búsqueda de tierras fértiles cerca de los ríos para sembrar, y se trasladaban cuando los recursos de una zona se agotaban.

¿Cómo se organizaban socialmente?

Los cahítas se organizaban en grupos de familias unidas por lazos de parentesco. Su organización social era sencilla. Solo reconocían la autoridad de un líder militar en tiempos de guerra. La mayoría de ellos tenían una sola pareja, aunque a veces se permitía tener más de una, y podían separarse si lo deseaban.

¿Cómo se defendían y luchaban?

Los cahítas eran conocidos por ser guerreros. Esta característica los diferenciaba de otros pueblos de la región. Sus armas principales eran la flecha, el arco y la macana. Las flechas tenían puntas endurecidas al fuego y a veces se les ponía veneno para que fueran más efectivas.

Cuando iban a la batalla, solían gritar y se pintaban la cara y el cuerpo con adornos de plumas. Usaban tácticas como trampas para el enemigo o ataques sorpresa al amanecer.

La decisión de ir a la guerra la tomaban los hombres adultos. Se reunían con la gente, escuchaban los consejos de los ancianos y guerreros experimentados, fumaban tabaco, danzaban y tomaban bebidas especiales. Luego discutían si debían ir a la guerra o no. El objetivo principal de las guerras era recuperar tierras ocupadas por otras tribus o vengarse de alguna ofensa. Después de ganar una batalla, celebraban la victoria.

¿En qué creían los cahítas?

Los cahítas adoraban a las fuerzas naturales como el viento, el agua, la tierra, el rayo y el mar. Les hacían ofrendas para pedir buenas cosechas, mucha pesca o una buena recolección de plantas. Sin embargo, creían que existía un ser superior a todas estas fuerzas, que estaba por encima de todo. Sus ceremonias eran sencillas, sin muchos rituales.

Daban mucha importancia a los curanderos, quienes curaban a los enfermos de manera efectiva, ya que sabían mucho de herbolaria (plantas medicinales). Sus tratamientos incluían rituales religiosos. Los jesuitas llamaron "hechiceros" a estas personas, que también eran líderes importantes en el grupo por el respeto que les tenían.

¿Cómo eran sus casas?

Vivían en chozas hechas de varas, lodo y palma, parecidas a las de los tahues. Las construían en lugares seguros, lejos de las crecidas de los ríos, pero cerca de sus sementeras (campos de cultivo). Sus casas eran prácticas, lo que les permitía mudarse fácilmente cuando lo necesitaban. Tenían pocos objetos que transportar, y las chozas se construían de nuevo en el lugar elegido.

¿Qué cosas fabricaban?

Eran alfareros; hacían objetos de cerámica para el uso diario y también para ceremonias funerarias. Además, elaboraban figurillas para otros fines, como silbatos, y a veces ponían pequeñas bolas dentro de las patas de las ollas para que hicieran ruido al moverlas.

También hilaban y tejían algodón, ya que esta planta silvestre crecía en la región. Solían usar mantas tejidas como ropa. Los hombres a menudo andaban sin ropa en la parte superior del cuerpo, y las mujeres usaban faldones de algodón o de gamuza (piel suave).

¿A qué jugaban?

Practicaban el juego de la pelota, que era muy común entre los pueblos mesoamericanos y requería mucha fuerza y habilidad. También les gustaban los juegos de azar, donde apostaban sus pertenencias como mantas, adornos de concha o pieles.

La llegada de los españoles y los cambios para los cahítas

Los jesuitas transformaron el territorio cahíta para convertirlo en misiones, que eran lugares importantes para la expansión europea. Esto cambió el paisaje y la forma de vida de la gente. Los misioneros jesuitas modificaron cómo vivían los indígenas, que antes estaban en comunidades dispersas, y los agruparon en asentamientos más grandes y centrales. Aunque seguían viviendo cerca de los ríos, el número de pequeñas comunidades disminuyó. Muchas de ellas fueron quemadas para reubicar a los indígenas. Se usaron diferentes métodos para convencerlos, desde los más suaves hasta el uso de armas.

La primera mitad del siglo XVII fue un tiempo de paz y aceptación entre los cahítas y los nuevos pobladores. Fue una época de gran actividad misionera y de construcción de la infraestructura jesuita. Con la llegada permanente de más pobladores de Nueva España, el territorio cahíta se convirtió en una región agrícola y ganadera. Suministraba alimentos no solo a los nuevos asentamientos cercanos, sino también a centros mineros lejanos, como Álamos en Sonora o Parral en Chihuahua.

A medida que avanzaba el siglo XVIII, aumentaron las quejas contra el sistema misional jesuita. Por un lado, los indígenas se quejaban de malos tratos, falta de pago, de no querer vivir en las misiones y de no tener libertad para moverse. Por otro lado, hubo más conflictos con el obispado de Durango por la falta de sacerdotes en la región. Los levantamientos de indígenas en Nuevo México o de los tarahumaras en las provincias vecinas, fueron una señal de las rebeliones y el rechazo a la presencia española en tierras cahítas, protagonizadas por yaquis, mayos y fuerteños.

Militares, autoridades y dueños de ranchos y haciendas argumentaban cada vez más que las misiones eran un obstáculo para que más gente de Nueva España se asentara en la región. Pedían que las misiones pasaran a ser controladas por el gobierno civil, que se repartieran las tierras y que se permitiera a indígenas y pobladores vivir juntos. Esta demanda se convirtió en una política importante en todo el imperio después de la Pragmática Sanción de 1767.

¿Existen cahítas hoy en día?

Después de la conquista del noroeste de México, muchos cahítas desaparecieron debido a las guerras y las enfermedades. Los que sobrevivieron se mezclaron con los españoles. Algunas de sus comunidades se convirtieron en pueblos actuales de México, como Mocorito, Tamazula, Guasave, Nio, Chicorato, Ocoroni, Ahome, Mochicahui, Sinaloa y Choix en Sinaloa, y Etchojoa, Masiaca, Bácum y Cócorit en Sonora.

Los únicos pueblos indígenas cahítas que existen hoy son los yaquis, que viven en el valle del río Yaqui en Sonora, y los mayos, que viven en el valle del río Mayo (también en Sonora) y en el valle del río Fuerte (Sinaloa).

Palabras que vienen del cahíta

Muchas palabras de lugares en México tienen origen cahíta:

  • Ahome: Viene del idioma náhuatl y significa "Entre dos ríos".
  • Badiraguato
  • Choix: Según Héctor R. Olea, viene del cahíta y significa "lugar de brea o donde habitan los colectores de resina”.
  • Guasave: Héctor R. Olea dice que es una palabra cahíta. Viene de guaza, que significa "cerco, sementera, labor de tierra o milpa", y ave, que significa "al lado o junto". Así, significa "lugar junto a las sementeras" o "sitio donde hay tierra de labor".
  • Mocorito: Héctor R. Olea señala que es una palabra cahíta, una variante de "macori-to". Macuri es una forma corta de macorihui, que es una alteración de macoyahuy, un nombre para una parte de los indígenas mayos o gente que habla un dialecto (una variante) de la lengua cahíta. La parte to indica ubicación o lugar. Entonces, el nombre significa "lugar de gente que habla un dialecto de lengua cahíta o donde habitan los indígenas mayos o macoritos".
  • Sinaloa: Del cahíta sina, que significa “pitahaya”, y lobola, "redonda". Significa "pitahaya redonda", que es una planta de la familia de los cactáceas que abunda en esas tierras.
  • Navolato: Es una palabra que mezcla cahíta y idioma náhuatl. Viene de navo, "tuna o nopal"; del aztequismo la, "que procede de la abundancia", y la preposición to. Significa "lugar donde hay tunas o nopales".
  • Navojoa: Viene del idioma mayo. De las raíces navo, "nopal", y jova, "casa". Significa "lugar o casa de nopal".
  • Etchojoa: Viene del idioma mayo. De las raíces etzo, "cardón o cactus", conocido localmente como "echo", y jova, "habitación o casa". Significa "casas de cactus o echos".
  • Bácum: Significa "lago" o "agua estancada", en la lengua yaqui.
  • Onavas: Viene de la lengua cahíta. De las raíces ona, "sal", y boa, "agua". Significa "agua salada".

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