Cosecha para niños
La cosecha es un momento muy importante en la agricultura. Es cuando se recogen los productos que las plantas nos dan, como frutos, semillas o hortalizas, de los campos. Esto ocurre cuando los productos están listos para ser usados o comidos. La cosecha marca el final del crecimiento de una temporada o el final del ciclo de vida de un fruto específico.
Cuando hablamos de cosecha, no solo nos referimos a recoger los productos. También incluye otras tareas importantes que se hacen después, como limpiar lo que se recogió, clasificarlo y empacarlo. Luego, se guarda o se envía a los mercados para que llegue a las personas.
Elegir el momento exacto para plantar y cosechar es una decisión clave. Depende de cómo estará el clima y de qué tan maduros estén los productos. El clima, como las heladas o los días muy fríos o calurosos fuera de temporada, puede afectar cuánto se produce y qué tan buena es la calidad. Por ejemplo, cosechar antes de tiempo puede evitar el mal clima, pero la cantidad y calidad podrían ser menores. Si se espera más, la cosecha podría ser mejor, pero hay más riesgo de que el clima la dañe. ¡A veces, acertar la fecha ideal es un poco como un juego de azar!
Contenido
¿Cómo se ha cosechado a lo largo del tiempo?
En las granjas más pequeñas, donde no se usan muchas máquinas, la cosecha es el trabajo más duro y que más personas necesita durante el tiempo de recolección. Por mucho tiempo, la cosecha se hizo a mano y requería de muchas personas que trabajaban por temporadas. Esto hizo que las comunidades del campo se ayudaran mucho entre sí, juntando a todas las personas disponibles.
Antiguamente, la cosecha de cereales como el trigo se hacía en varias etapas. Primero, se cortaba el trigo y luego se ataba en manojos llamados gavillas. Después, se apilaban para que se secaran bien. Finalmente, se usaban herramientas llamadas trillos para separar el grano, y todo se recogía en un lugar especial llamado era.
Durante el siglo XX, las máquinas empezaron a usarse mucho en los países con más industria. Se crearon máquinas cada vez más avanzadas. Hoy en día, existen máquinas que hacen varias tareas a la vez, lo que ha reducido la necesidad de tanta gente trabajando en el campo. En las granjas grandes y modernas, se usan máquinas muy grandes y complejas como la cosechadora. Para recoger frutas, también hay equipos especiales con cintas transportadoras que recogen los frutos con cuidado y los llevan en grandes cantidades, haciendo que la tarea manual sea mucho más fácil.
La cosecha con máquinas
La máquina más conocida para cosechar es la cosechadora. Al principio, se diseñó para cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. Pero ahora se usa para muchos otros cultivos, como el maíz (gracias a accesorios especiales), semillas para aceite (colza, girasol) y plantas para proteínas (guisantes, habas). También existen máquinas para recoger remolacha o patatas, y otras que cortan y cargan forraje o maíz para ensilaje.
A principios del siglo XXI, en los países donde la agricultura es muy grande, era común ver máquinas cosechadoras con cabezales de 9 metros de ancho. Podían almacenar entre 8,000 y 10,000 litros de grano (lo que equivale a 6 o 7.5 toneladas) y cosechar más de 3 hectáreas en una hora. Estas máquinas tienen motores diésel muy potentes, de unos 300 caballos de fuerza. Vienen con sensores que informan sobre la cantidad de cultivo que se está recogiendo, la humedad del grano y cómo funcionan las diferentes partes de la máquina. Un sistema GPS ayuda al conductor a guiar la máquina.
Antes, la cosecha necesitaba muchísimos hombres para cortar y separar el grano. Ahora, con estas máquinas, solo se necesitan dos personas: el conductor de la cosechadora y un tractorista que, con vagones especiales, recibe los granos y los lleva a los almacenes.
No todos los cultivos son fáciles de cosechar con máquinas, especialmente si maduran en diferentes momentos y hay que pasar varias veces, o si son muy delicados. Esto pasa con algunas frutas como las manzanas. Sin embargo, se están creando robots para ayudar a los humanos en estas tareas. A veces, las reglas de algunas Denominaciones de Origen prohíben la recolección con máquinas para mantener la calidad tradicional.
¿Cómo se mantiene la velocidad de las cosechadoras?
Algunas cosechadoras usan una tecnología llamada transmisión continuamente variable. Esto permite que la máquina cambie su velocidad de avance mientras el motor y la parte que separa el grano (la trilla) mantienen una velocidad constante. Es importante que la velocidad de la trilla sea constante porque la máquina funciona mejor a una velocidad específica.
Las primeras cosechadoras automáticas tenían transmisiones manuales. Pero se dieron cuenta de que no eran perfectas. A principios de los años 50, se les puso una "transmisión de velocidad variable". Era una polea que podía cambiar su ancho, controlada por resortes y presión hidráulica. Esto permitía al operador ajustar la velocidad de la máquina sin cambiar la marcha.
Más tarde, con la mejora de la tecnología hidráulica, se introdujeron las transmisiones hidrostáticas. Este sistema usa bombas y motores hidráulicos para mover la máquina. El motor hace girar una bomba hidráulica que genera mucha presión. Esta presión va a un motor hidráulico conectado a la transmisión. El operador tiene una palanca en la cabina para controlar la velocidad. Al ajustar una parte del motor hidráulico, se puede cambiar la velocidad de forma continua, desde cero hasta la velocidad máxima. Esto eliminó la necesidad de un embrague.
Hoy en día, casi todas las cosechadoras modernas tienen sistemas de transmisión hidrostática. Son versiones más grandes de los sistemas que se usan en las cortadoras de césped comerciales que muchas personas conocen. De hecho, fue la adaptación de estos sistemas de las cosechadoras lo que permitió usarlos en otras máquinas.
El impacto de la cosecha en el ambiente
El impacto de la cosecha en el ambiente puede variar mucho, dependiendo del tipo de suelo, su fragilidad y el clima.
Las máquinas agrícolas grandes y pesadas pueden compactar el suelo, lo que significa que lo aprietan. Esto puede hacer que el suelo sea menos productivo para los cultivos futuros.
La cosecha también puede afectar a los animales. Algunas especies que viven o anidan en los campos pueden sufrir daños o morir durante la siega. A veces, el área cosechada puede convertirse en una "trampa ecológica" porque atrae a muchos animales, pero luego los deja sin protección. Sin embargo, los restos de los cultivos (como los granos que quedan) pueden servir de alimento para algunas especies después de la cosecha.
Cuando se cosechan cultivos que aún estaban creciendo, el microclima del lugar cambia de repente. La humedad disminuye mucho porque ya no hay plantas que evaporen agua, y la sombra protectora desaparece. Si también se quitan los restos de las plantas, el suelo queda expuesto al sol y puede deshidratarse. Este nuevo microclima no es bueno para muchas especies.
Restos de cultivos en el campo
La paja, el heno, las raíces y otros restos de los cultivos se han usado para muchas cosas en el pasado. Pero también pueden dejarse en el campo. Especialmente los restos de plantas leguminosas, si se manejan bien y se integran en la rotación de cultivos, pueden ayudar a que el suelo sea más fértil y a protegerlo de la erosión.
Problemas y daños en las cosechas

Un daño en la cosecha es cualquier problema que afecte negativamente la calidad o cantidad de los cultivos antes de ser recogidos, causado principalmente por factores naturales. Si estos daños son a gran escala, se habla de malas cosechas.
Las malas cosechas suelen ocurrir por eventos climáticos extremos, como sequías muy largas, tormentas, o por la aparición de muchas plagas o enfermedades (como insectos o enfermedades de las plantas). También pueden ser causadas por desastres naturales. Algunos ejemplos son los escarabajos de Colorado, la pudrición de la patata, el hongo del grano, las tormentas de granizo o la erosión del suelo.
Una pérdida de cosecha significa que se obtiene muy poco producto. Esto a menudo causa problemas de abastecimiento de alimentos en el país afectado. En siglos pasados, las malas cosechas a menudo provocaban hambrunas entre la gente, porque su comida dependía directamente de lo que se cultivaba y no se podía guardar por mucho tiempo. Incluso los animales de granja se alimentaban de estos productos, así que también se veían afectados.
Las malas cosechas y las hambrunas llevaron a muchas personas a emigrar a otros países o continentes en el pasado. Por ejemplo, a mediados de 1840, después de la Gran Hambruna en Irlanda, causada por la pudrición de la patata, mucha gente se fue.
Los factores climáticos que causan problemas incluyen temperaturas extremas, olas de frío y olas de calor. Un ejemplo famoso de "año sin verano" fue 1816, debido a la erupción del volcán Tambora en la isla de Sumbawa, en lo que hoy es Indonesia. Esta erupción liberó una enorme cantidad de polvo, cenizas y compuestos de azufre a la atmósfera, que cubrieron todo el planeta y enfriaron el clima global hasta 1819.
La invención del fertilizante artificial (como el proceso Haber-Bosch para producir amoníaco, patentado en 1910), los avances en la ciencia del suelo y la mecanización del arado (con tractores en los años 20 y 30) han ayudado mucho a evitar las malas cosechas causadas por suelos agotados o sobreexplotados.
Después de la cosecha
Las tareas que se realizan después de la cosecha son muy importantes. Los objetivos principales son mantener el producto fresco, evitar que pierda humedad, retrasar los cambios químicos que no queremos y prevenir daños físicos, como golpes o magulladuras, para que no se eche a perder rápido. La limpieza también es clave para reducir la posibilidad de que los productos frescos puedan llevar gérmenes, por ejemplo, si se lavan con agua contaminada.
Se calcula que en los países en desarrollo, alrededor del 25% de los cereales se pierden después de la cosecha debido a un mal manejo, deterioro o plagas. Esto significa que una cuarta parte de lo que se produce nunca llega a las personas que lo necesitan, y todo el esfuerzo y dinero invertidos se pierden.
Las frutas, verduras y tubérculos son mucho más delicados y se echan a perder rápidamente. Si no se tiene cuidado al recogerlos, manipularlos y transportarlos, se descompondrán pronto y no serán aptos para comer. Se estima que en los países en desarrollo, las pérdidas de batatas, plátanos, tomates y cítricos a veces llegan al 50%, ¡la mitad de lo que se cultiva! Reducir este desperdicio, especialmente si se puede hacer de forma económica, sería de gran ayuda tanto para los agricultores como para los consumidores.
Después de ser recogidos del campo, los productos suelen ir a una planta de empaque para seguir procesándose. Puede ser un cobertizo sencillo con sombra y agua, o una instalación muy moderna y grande con máquinas, cintas transportadoras, estaciones automáticas para clasificar y empacar, y cámaras frigoríficas. En la cosecha mecanizada, la limpieza y clasificación inicial pueden empezar incluso mientras la máquina está cosechando.
Las condiciones iniciales de almacenamiento después de la cosecha son fundamentales para mantener la calidad. Cada cultivo tiene una temperatura y humedad ideales para ser guardado. Además, algunos cultivos no pueden almacenarse juntos porque pueden reaccionar químicamente de forma negativa. Se usan diferentes métodos de enfriamiento rápido y ambientes controlados con refrigeración para prolongar la frescura, especialmente en las operaciones grandes.
Galería de imágenes
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Fardo de heno en un campo de Schleswig-Holstein, Alemania.
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A finales de agosto de 1960 había un retraso en la cosecha en Hofgeismar, Alemania. Debido al mal tiempo, solo se había cosechado el 20% del grano, la mitad del resto estaba inutilizable.
Véase también
En inglés: Harvest Facts for Kids
- Trilla
- Fiesta de la cosecha
- Figuras de paja, espantapájaros
- Vendimia
- Recolección
- Cosechadora
- Cosechamiento de energía
- Sistema de captación de agua de lluvias