Arte románico en la Baja Cerdaña para niños

El arte románico de la Baja Cerdaña se encuentra principalmente en las iglesias de esta región de Cataluña, en España. La Baja Cerdaña está al norte de las provincias de Lérida y Gerona.
Muchas iglesias de la zona aparecen en un documento antiguo. Este documento es el acta de consagración de la catedral de Santa María de Urgel, de finales del siglo IX. En él se mencionan sesenta y ocho parroquias, iglesias y villas de la Cerdaña. La catedral de Urgel era muy importante porque era la sede de un obispo desde hace mucho tiempo.
Las fronteras de la iglesia no siempre coincidieron con las fronteras de los países. Por ejemplo, hasta 1802, la diócesis de Urgel incluía treinta y tres pueblos de la Cerdaña francesa. Más tarde, en 1833, la región se dividió administrativamente. Quedó repartida entre las provincias de Gerona y Lérida.
Las iglesias románicas de la Baja Cerdaña son sencillas y de tamaño pequeño. Este estilo arquitectónico se desarrolló en Cataluña alrededor del siglo X. Fue llamado "primer románico" por el experto Puig i Cadafalch. Este estilo llegó de Francia e Italia.
El arte románico también se ve en fortalezas. Un ejemplo es Sant Martí dels Castells en Bellver de Cerdanya, documentado desde el año 1050. Otro es el Castillo de Llivia (Llivia), del siglo XII, del que solo quedan algunos restos.
Contenido
¿Quiénes impulsaron las construcciones románicas?
Las iglesias eran construidas por diferentes personas. Podían ser impulsadas por el obispo, el señor de las tierras, nobles o por la gente del pueblo. A menudo, se aprovechaban muros de construcciones anteriores para edificarlas.
Muchos obispos donaban iglesias a monasterios cercanos. Algunos de estos monasterios eran:
- Monasterio de Sant Miquel de Cuixà: Recibió iglesias como Sant Andreu de Baltarga y Santa Cecilia de Bolvir.
- Monasterio de San Saturnino de Tabérnolas: Recibió Santa Coloma de Ger.
- Monasterio de Sant Pere de Rodes: Recibió Sant Pere de Osséja.
- Monasterio de Santa Maria de Serrabona: Recibió Sant Martí d'Urtx.
- Monasterio de Sant Martí del Canigó: Recibió Sant Esteve de Guils.
Después de construir o reconstruir una iglesia, el acto más importante era su consagración. El obispo de la diócesis la dedicaba a un santo patrón. En la Cerdaña, los santos más comunes eran Santa María y San Martín. Se levantaban actas que firmaban los asistentes, como otros obispos o nobles. En estas actas se nombraban los bienes que recibía la parroquia y quiénes los donaban.
Algunas de estas actas se conservan y nos dan información sobre muchas iglesias:
- El obispo Ingobert consagró la iglesia de Sant Andreu de Baltarga en el año 890.
- El obispo Nantigis consagró la de Santa Eugenia de Sallagosa en el año 913.
- El obispo Guillen Guifré consagró la de Sant Esteve de Guils en el año 1042.
El mantenimiento de las propiedades de las iglesias causó conflictos durante la Edad Media. El condado de la Cerdaña fue invadido en 1198. Esto causó muchos daños, especialmente a las iglesias. La zona sufrió ataques, y muchas iglesias fueron saqueadas y destruidas.
¿Cómo son las iglesias románicas?
La mayoría de estas iglesias siguen en uso hoy en día. No eran muy grandes, ya que se construían para las necesidades de pueblos pequeños. Sus proporciones eran modestas y similares entre sí. Las primeras, de los siglos IX y X, se hicieron con materiales sencillos. Usaban piedra sin trabajar, barro, madera y caña. Por eso, era fácil que se destruyeran por incendios o el paso del tiempo.
Hacia finales del siglo XI, las construcciones mejoraron. Empezó a verse decoración escultórica en el exterior. Era de estilo lombardo, con frisos de arcos ciegos y lesenas (bandas verticales).
Un siglo después, las sillerías (piedras talladas) ya estaban bien trabajadas y colocadas en filas más regulares. Algunas paredes se construyeron con piedras inclinadas en forma de espiga, llamado opus spicatum. Un ejemplo es la iglesia de Sant Miquel de Soriguerola. A mediados del siglo XII, ya se usaba el arco ojival en las bóvedas.
Las ventanas son pequeñas, a menudo como aspilleras (aberturas estrechas). Suelen estar orientadas al este, hacia el sol. El arco de medio punto fue el primero en usarse. Dependiendo de la importancia de la iglesia, los portales tenían varios arcos formando arquivoltas, decoradas con diferentes motivos.
Normalmente, la construcción comenzaba por el ábside (la parte trasera semicircular). Allí se puede ver una construcción de mejor calidad. Esto se debe a que era la parte más difícil y la hacían los trabajadores más experimentados. Esta diferencia se nota en iglesias como Sant Serni de Meranges.

La nave es la parte principal de la iglesia, con forma rectangular. Algunas naves están un poco desviadas del ábside. Esto hace pensar que fue por algún error en la construcción. Pocas naves están divididas por pilares o arcos torales, como las de Sant Andreu de Baltarga.
Las primeras iglesias tenían techos de madera. Sus paredes eran de unos ochenta centímetros de grosor. Esto era suficiente porque solo soportaban el peso vertical del techo. Las bóvedas de cañón, típicas del románico, necesitan paredes más gruesas para resistir la presión lateral. A partir del siglo XII, para reforzar las paredes, se añadieron arcos formeros de unos cuarenta centímetros de grosor. Esto se hizo para reconstruir iglesias que habían perdido sus techos de madera, reemplazándolos por bóvedas de piedra.
Una de las iglesias más grandes, con tres naves, es la de Santa Maria de All. Fue construida por orden del conde Guillermo Ramón.
Las ventanas
Las ventanas se abren en las paredes más soleadas. Son pequeñas y pocas. Se hacían con arco. Las del ábside suelen ser aún más pequeñas y están en el centro. Casi siempre son como aspilleras: altas y estrechas, de unos doce centímetros de ancho por 60-95 de alto. Una razón para estas medidas era la falta de vidrio. Así, eran difíciles de cruzar.
Las dovelas (piezas del arco) de las primeras iglesias eran toscas. Con el tiempo, la técnica mejoró. Las dovelas se pulieron y trabajaron mejor. En el siglo XIII, las ventanas se hicieron más largas y numerosas. Se decoraban con motivos como bolas o cabezas. También se enmarcaban con arquivoltas, como en Sant Julià d'Estavar.
El ábside
El ábside es la parte principal de la iglesia donde se realizan las ceremonias. Tiene forma semicircular y una bóveda de cuarto de esfera. En las iglesias de la Baja Cerdaña, siempre tiene una ventana central para recibir la primera luz del día. En iglesias de comunidades más grandes, el interior del ábside se pintaba con frescos. Representaban al pantocrátor (Cristo en Majestad) en el centro y personajes bíblicos o escenas de los evangelios alrededor. Se han conservado algunos fragmentos de estos murales.
En el exterior, el ábside suele tener decoración. En el siglo XI, la característica era el estilo románico lombardo. Consiste en un friso de arcos ciegos agrupados en series de dos o más. Estos arcos están separados por una franja vertical llamada lesena. Desde el siglo XII, el friso se encuentra sobre ménsulas (soportes salientes). El ábside de Sant Esteve de Guils está decorado con un friso de dientes de sierra y pilastras.
La estructura del ábside es más fuerte que la de la nave. Por eso, muchas iglesias conservan el ábside original, mientras que la nave ha tenido que ser reconstruida.
La puerta
Las puertas se orientaban normalmente al sur, por ser la orientación más cálida. En la Baja Cerdaña, era común construir un porche o pórtico. Servía para proteger la entrada del mal tiempo. Solía ser una construcción ligera de madera. Los porches más modernos de iglesias como Santa María de Talló nos dan una idea de cómo eran los antiguos. A veces, la puerta está en la fachada oeste, pero son construcciones del siglo XIII.
La forma de la puerta era de arco de medio punto. En las iglesias pequeñas, medían un metro de ancho por unos dos de alto. Las más sencillas se hacían con dovelas de piedras planas. Más tarde, se usaron dovelas más elaboradas y se añadieron decoraciones. La puerta con arco ojival es rara en esta zona. La única con tímpano (espacio semicircular sobre la puerta) es la de Sant Iscle y Santa Victòria de Talltendre, que es liso y sencillo.
Con el tiempo, las puertas se hicieron más ornamentadas. Aumentaron los arcos que las formaban y se decoraron con elementos escultóricos. Se alternaban arquivoltas rectangulares con columnas. La puerta de Sant Esteve de Guils es la más elaborada, con siete arquivoltas.
Forja
Casi todas las iglesias de la Cerdaña han tenido y conservan adornos de forja en sus puertas. Esto fue común desde finales del siglo XII hasta el siglo XV. El hierro se extraía en toda la Cerdaña. La forja típica de rizos era el adorno más común. Estos hierros también servían para reforzar las puertas. Al combinar el mismo elemento, se lograba una gran variedad de diseños.
El campanario
El campanario más común en las iglesias de la Baja Cerdaña es el de espadaña. Es el más fácil de construir. Suele ser poco grueso y se coloca sobre la fachada. Hay de todos los tamaños y formas. Algunos tienen un solo hueco para la campana, como los de Sant Julià de Tartera. Otros tienen dos ventanales, como los de Sant Policarp de Cortàs. También hay campanarios tan anchos como la fachada, con dos o tres aberturas.
Muchos de estos campanarios fueron ampliados o reforzados. Esto se hizo para poner campanas más grandes o para que el sonido llegara más lejos. Otros se reconstruyeron después de los grandes terremotos de finales del siglo XIV y principios del siglo XV.
Más tarde, se hicieron modificaciones para convertirlos en campanarios de torre. Estos eran más caros, por lo que se encontraban en iglesias con más recursos. El único campanario de torre original que se conserva es el de Santa Eugenia de Nerellá.
Escultura románica
La decoración escultórica en estas pequeñas iglesias es de estilo popular. Se encuentra en el exterior: en ábsides, ventanas, frisos y portales. Consiste en motivos geométricos y vegetales. También hay animales de la zona, como bueyes, cabras, águilas y búhos.
Es muy común ver representaciones de cabezas y figuras humanas. A veces, sacan la lengua o enseñan los dientes. Adán y Eva se representan sin ropa, al igual que algunas figuras extrañas. Los personajes suelen aparecer con la cabeza descubierta. En la puerta de All, sin embargo, hay una figura con capucha. También en esta iglesia, una figura está representada en actitud de oración.
En los elementos de los frisos de los ábsides, los arcos de las ventanas y las portadas, hay una relación con las obras de la catedral de la Seo de Urgel. Esto se debe a que los artistas y artesanos, al terminar las obras en la Seo, buscaban trabajo en las iglesias que se construían o reformaban en ese momento.
Pilas bautismales
En la Cerdaña hay muchas pilas bautismales antiguas. Son del tipo por inmersión, talladas en un bloque de piedra y colocadas en el suelo. Son muy primitivas y, en general, lisas, como la de la iglesia de Sant Fructuós de Músser. Desde el siglo XIV, el bautismo por ablución (derramando agua) fue reemplazando al de inmersión. Sin embargo, este último se siguió practicando en esta diócesis hasta mediados del siglo XVI. A partir de entonces, se encuentran pilas más pequeñas con ornamentación.
Escultura en madera
Las esculturas de madera policromada (pintada) de "Cristo Majestad" y "Virgen con Niño" eran las más comunes. Se hacían para ser veneradas en cada iglesia. Casi todas datan del siglo XII o principios del XIII. Nuevas devociones en el siglo XIII llevaron a la creación de altares bajo arcos en los muros laterales. Esto evolucionó a la construcción de capillas adosadas.
Cristo Majestad
Se representa a Cristo en la cruz, pero vestido con una túnica larga. Tiene los ojos abiertos y una actitud triunfante. Algunos llevan corona real. Parece que este tipo de representación llegó a Cataluña con los pisanos. Ellos ayudaron al conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, en el año 1114.
- Cristo Majestad de Santa Eulàlia d'Éller: Atribuido al taller de Ripoll, mide 85 centímetros y se guarda en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona.
- Cristo Majestad de Santa Maria d'All: Mide 79 centímetros y data de principios del siglo XIII. Se conserva en el MNAC.
- Cristo Majestad de Traveseras: Actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Virgen con Niño
Se representa a la Virgen sentada en un trono, vestida con túnica y manto, y generalmente con corona. El Niño está sentado en sus rodillas, y ambos miran de frente. En versiones posteriores, el Niño está sentado en la rodilla izquierda y con una actitud menos rígida.
Muchas de estas imágenes se inspiraron en la Madre de Dios de Cornellá de Conflent. Ejemplos son las de Sant Pere d'Olopte y Santa Maria d'All. La "Madre de Dios de la Leche" se representa en Puigcerdà y en Sant Serni de Meranges.
Algunas "Virgen con Niño":
- Santa Maria de Talló: Imagen románica de finales del siglo XII o principios del XIII. Se venera en la parroquia de Bellver de Cerdanya. Mide 89 centímetros de altura.
- Santa María de All: Siglos XII-XIII. Se conserva en el MNAC.
- Sant Pere d'Olopte: Se conserva en el MNAC.
- Santa Maria de Bastanist: Imagen de 1150 que desapareció en un incendio en 1936. Hay una reproducción en la iglesia.
- Santa Coloma de Ger: "Virgen de Ger", talla de la segunda mitad del siglo XII. Conserva su policromía original y mide 53 cm. Se guarda en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Muchas imágenes de "Virgen con Niño" desaparecieron, principalmente durante el año 1936.
Pintura románica
En la época del románico en la Baja Cerdaña, la pintura mural se usaba para decorar los muros interiores de las iglesias. Esto comenzó a principios de los siglos XI y XII, gracias a la llegada de artistas de estilo italo-bizantino. Las pinturas de los frontales de altar abarcan los siglos XI, XII y XIII. En el centro, representaban al Cristo en majestad o a la Virgen con el Niño. Alrededor, había escenas de los apóstoles o de la vida de los santos. La pintura románica se caracteriza por rostros uniformes, pliegues simétricos en la ropa y una falta de perspectiva.
Pintura mural
Las pinturas murales o al fresco se hacían principalmente en los muros del ábside. En algunas iglesias, se extendían por el resto de las paredes. Tenían diversos temas, pero casi siempre estaban presididas por el Pantocrátor rodeado por el tetramorfo (símbolos de los cuatro evangelistas). Es posible que muchas de estas obras se hayan perdido con el tiempo. Otras han sido encontradas durante restauraciones, cubiertas detrás de retablos o bajo capas de cal.
- Sant Julià d'Estavar: Pertenece al llamado grupo del Rosellón. Tiene la representación del Pantocrátor y restos de otras figuras en el ábside.
- Sant Andreu de Baltarga: Pintura del siglo XII en el ábside. Representa a la "Maiestas Mariae" (Virgen en Majestad) rodeada de ángeles. Debajo había escenas de la vida de Jesús. Algunos fragmentos se conservan en el Museo Diocesano de Urgel.
- Santa María de Mosoll: En el ábside quedan restos de pinturas murales. Se observa el Cristo en Majestad con los apóstoles.
Frontales de altar

La pintura sobre tabla para los frontales de altar es muy importante. Representaban al Pantocrátor y escenas de los evangelios o de la vida de los santos.
- Sant Miquel de Soriguerola: Pintado por el "maestro de Soriguerola" a mediados del siglo XIII. Mide 234 x 95 centímetros. Se conserva en el MNAC.
- Sant Andreu de Baltarga: En el centro tiene al Pantocrátor dentro de una mandorla (marco en forma de almendra) y rodeado de los cuatro evangelistas. Data de finales del siglo XII o principios del XIII. Mide 94 x 156 cm y se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
- Sant Esteve de Guils: Del siglo XIII. Se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. Muestra al Pantocrátor y escenas de la vida de san Esteban.
- Santa Eugenia de Saga: En el Museo de Artes Decorativas de París se conserva un frontal de altar del siglo XIII. Relata la vida de santa Eugenia.
- Santa María de Mosoll: Mide 100 x 168 centímetros. Muestra escenas como la Anunciación y la Visitación. Se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
- Santa Cecilia de Bolvir: En el Museo Nacional de Arte de Cataluña, se conserva un frontal de altar del año 1200. Tiene escenas de la vida de santa Cecilia y san Valeriano.
Monasterios importantes

En la Baja Cerdaña no hubo tantos monasterios como en otras partes de Cataluña. Sin embargo, se construyó el monasterio de Santa María de Talló. Está a unos 600 metros al sur de Bellver de Cerdanya. Debió ser la iglesia más importante de la zona, ya que se nombra primero en un documento de consagración de finales del siglo X. Como canónica (comunidad de clérigos), ya funcionaba en el año 891. En el exterior, tiene unos refuerzos en los muros laterales llamados contrafuertes semicirculares. Esto es poco común en la arquitectura románica catalana.
Otra iglesia grande en la zona fue la de Sant Pere d'Alp. Tenía tres naves cubiertas con bóveda de cañón y reforzadas con arcos torales. Su tiempo como monasterio fue corto, desde el siglo XII hasta finales del siglo XIII.
El monasterio de Sant Esteve y Sant Hilari d'Umfred, en Alp, fue el primer monasterio ceretano en el siglo IX. El conde Frèdol lo edificó en el año 815. Sus ruinas se encontraron cerca de la carretera de Alp a la Molina.
Reconstrucciones y cambios
La región ha sufrido muchos daños a lo largo de la historia. Por ejemplo, los movimientos religiosos del siglo XII y la guerra civil española de 1936. Por ello, muchas iglesias románicas sufrieron incendios y destrucciones. Además, el paso del tiempo también las afectó. Por eso, la mayoría fueron reconstruidas o modificadas.
A principios del siglo XIII, hubo mucha actividad constructora. De esta época son las iglesias de All, Estavar, Guils, Maranges y Bolvir. Otras se edificaron sobre las ruinas de las antiguas románicas. Mantuvieron su nombre, como la pequeña iglesia de Sant Climent de Estana, reconstruida en el siglo XVI. Lo mismo ocurrió con la de Nuestra Señora de los Ángeles de Llivia.
Entre los siglos XVII y XVIII, se remodelaron muchas fachadas. Se sustituyó la ventana románica por un óculo (ventana circular). Se añadieron capillas laterales y sacristías para guardar objetos religiosos. También se construyeron numerosos campanarios de torre con cubiertas piramidales.