Sierra Madrona para niños
Datos para niños Sierra Madrona |
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![]() Desde Los Rehoyos Vista de Sierra Madrona (en la parte inferior se vislumbra Solana del Pino)
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Ubicación | ||
Continente | Europa | |
Península | Península ibérica | |
Cordillera | Sierra Morena | |
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Subdivisión | ![]() |
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Municipio | Fuencaliente | |
Coordenadas | 38°26′18″N 4°09′55″O / 38.438333333333, -4.1652777777778 | |
Características | ||
Tipo | Montaña y Sierra | |
Cota máxima | Bañuela (1333 m s. n. m.) | |
Cumbres | Bañuela, Corral de Borros, Rebollera | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Provincia de Ciudad Real
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La Sierra Madrona es una cadena montañosa que forma parte de la Sierra Morena. Se encuentra en el sur de Castilla-La Mancha, en la Provincia de Ciudad Real, cerca de los límites con las provincias de Córdoba y Jaén en España.
Esta sierra está rodeada por valles y otras sierras. Al norte, tiene el valle del río Robledillo y las sierras de La Solana y Umbria de Alcudia. Al este, está el valle del río Montoro. Al sur, se encuentran los terrenos de Sierra Morena de Andújar, Sierra Quintana y la comarca de Los Pedroches. Finalmente, al oeste, está el corredor del río Yeguas.
En Sierra Madrona se encuentran las cumbres más altas de toda la Sierra Morena. El pico más elevado es La Bañuela (antes conocido como "La Mójina"), que mide 1333 metros sobre el nivel del mar. Otros picos importantes son Dormideros, con 1328 metros, y Abulagoso, con 1301 metros.
Contenido
El Entorno Natural de Sierra Madrona
Cerca de 40 000 hectáreas de los municipios de Solana del Pino, Mestanza y Fuencaliente, en la provincia de Ciudad Real, forman parte de esta sierra. En esta zona nacen y fluyen varios ríos importantes. Entre ellos están el río Robledillo, el río Navalmanzano, el río Valmayor y el río Cereceda. Todos estos ríos son afluentes del Guadalquivir, una de las cuencas fluviales más grandes de España.
El Clima en Sierra Madrona
El clima de Sierra Madrona es de tipo Clima mediterráneo continentalizado. Esto significa que tiene veranos secos y calurosos, e inviernos fríos con fuertes cambios de temperatura. Las lluvias son más abundantes en la parte centro-occidental de la sierra, donde están las cumbres más altas y los valles más cerrados. Esto se debe a que los vientos húmedos del Atlántico chocan con estas montañas.
Por ejemplo, en Minas del Horcajo, la precipitación media anual es de 830,1 mm. En Fuencaliente, a 690 metros de altitud, la media es de 743 mm. En El Hoyo, que está más al este y en una zona más baja, la media es de 565 mm. Se cree que en las zonas más altas, por encima de los 1000 metros, las lluvias podrían superar los 1000 mm al año.
En cuanto a las temperaturas, la media anual en Fuencaliente es de unos 14 °C. Hay un periodo de heladas de más de seis meses al año.
La Variedad de Plantas en Sierra Madrona
Sierra Madrona tiene una gran diversidad de plantas. En los arroyos y valles, puedes encontrar bosques de ribera con árboles como alisos, serbales y fresnos. Bajo estos árboles, crecen plantas trepadoras como madreselvas y enredaderas, además de helechos.
En las zonas más abiertas, hay matorrales con brezos de colores rojizos y púrpuras, y jarales con grandes flores. También se encuentran retamas, genistas y plantas aromáticas como romeros y cantuesos.
La vegetación principal de Sierra Madrona está formada por bosques de encinas, alcornoques, quejigos y melojos. Estos árboles cubren las laderas de los valles. La altitud, la humedad y la orientación del terreno influyen en el tipo de bosque que crece en cada lugar.
Bosques de Melojo y Castaño
Los bosques de melojo (Quercus pyrenaica) son muy importantes en esta sierra, siendo uno de los reductos más grandes de esta especie en el sur de España. Se encuentran en las zonas más frescas y húmedas. En el Valle de Cereceda, por ejemplo, el melojo es el árbol principal.
También se pueden encontrar castaños, aunque la mayoría fueron plantados cerca de fuentes y molinos. Los castañares más significativos están en la Umbría de Alcudía y en la Sierra del Mochuelo.
Otras Especies y Endemismos
En las zonas más secas y soleadas, predominan los encinares con enebros, coscojas y jaras. La sierra alberga más de sesenta especies de árboles y arbustos.
Además, Sierra Madrona es hogar de varias especies de plantas que solo se encuentran en esta región o en la Península ibérica. Un ejemplo notable es el único reducto natural de pino rodeno (Pinus pinaster) de toda la Sierra Morena, con unos 1100 ejemplares.
- Endemismos
La Geología de Sierra Madrona
Las rocas de Sierra Madrona son principalmente Esquistos, pizarras, cuarcitas y algunas grauvacas y areniscas. Estas rocas son muy antiguas, de la era Paleozoica. La sierra está formada por grandes pliegues de roca llamados anticlinales y sinclinales.
Los suelos de Sierra Madrona son siempre ácidos. Su profundidad y composición varían según la pendiente y el tipo de roca. En las zonas con pendientes suaves y pizarras, los suelos son más profundos. En las laderas más empinadas, los suelos son más delgados y rocosos. La erosión, causada por la pérdida de vegetación, ha hecho que los suelos sean menos fértiles.
La Fauna de Sierra Madrona
Sierra Madrona es un lugar muy importante para la fauna ibérica. Aquí viven muchos animales salvajes, como el jabalí, el corzo y el ciervo. También es hogar de depredadores como el lobo, el zorro, el lince ibérico, el meloncillo, el gato montés, la gineta y el tejón.
La sierra también es un paraíso para las aves. Se pueden observar águilas imperiales, ratoneras, buitres comunes, azores y milanos. Además, hay muchas otras aves como petirrojos, alcaudónes, pinzónes, abejarucos, totovías, tórtolas, mirlos, zorzales, oropéndolas, perdiz rojas, pito reales, abubillas, cárabos, lechuzas y búho reales.
La Historia de Sierra Madrona
La Prehistoria en la Sierra

Desde la Prehistoria, Sierra Madrona ha sido un lugar atractivo para los seres humanos. La abundancia de vegetación, agua y animales de caza hizo que fuera un buen sitio para vivir. Prueba de ello son las numerosas pinturas rupestres del Neolítico que se encuentran en cuevas y abrigos rocosos. Las más importantes son las de Peña Escrita y Bataneros, declaradas Monumento Histórico Artístico Nacional en 1924.
La Sierra en la Antigüedad
Desde la época de los romanos, los bosques de Sierra Madrona se usaron para obtener madera y carbón, especialmente para las minas cercanas. Los alcornoques también se explotaban para extraer corcho. La zona siempre fue rica en recursos de caza y también se practicaba algo de agricultura, sobre todo en Solana del Pino.
Las aguas termales de Fuencaliente ya se usaban en tiempos romanos. La explotación de minas cercanas, como las de Almadén, Puertollano y El Centenillo, tuvo un impacto en el paisaje, los bosques y la fauna de la región.
El Siglo XIX y los Cambios en el Paisaje
En el siglo XIX, la presencia humana continuó. Documentos de la época, como el Diccionario Geográfico de P. Madoz (1847), mencionan que en Fuencaliente había "buenas arboledas de robles y quejigos que nutren de madera a las minas de Almadén". También se habla de la riqueza de caza en Solana del Pino y de la cría de ganado ovino y cerda en Solanilla del Tamaral.
A pesar de la larga historia de explotación, los bosques de Sierra Madrona siempre lograron regenerarse. Sin embargo, una práctica muy dañina en este siglo fue la quema periódica del monte en verano. Esto se hacía para que crecieran nuevos brotes y pastos para el ganado cabrío. Estas quemas contribuyeron a la extensión actual de jarales y brezales.
El Siglo XX y las Repoblaciones Forestales
En el siglo XX, el uso de la tierra cambió. Muchos pastores se fueron a las ciudades, y la actividad ganadera disminuyó. Esto llevó al abandono de campos, que fueron comprados para formar grandes propiedades dedicadas a la caza mayor (como ciervos y jabalíes). En estas propiedades, se continuaron las quemas controladas para favorecer el alimento de los animales de caza.

A finales de la década de 1950, el Icona (una institución forestal) comenzó a repoblar la sierra. En lugar de plantar árboles autóctonos, introdujeron coníferas, principalmente Pinus pinaster. Esto se hizo para crear empleo en una zona rural empobrecida y para ayudar a la gente a superar el hambre de la posguerra.
Inicialmente, se repoblaron unas mil hectáreas en los márgenes de la sierra. Pero con el tiempo, la plantación de pinos se extendió hacia el centro de Sierra Madrona. Esto implicó la construcción de terrazas y la plantación de más de 2000 hectáreas en zonas donde antes crecían robles y alcornoques.
Estas prácticas de repoblación tuvieron un impacto. Al eliminar la vegetación natural y aterrazar el suelo, este quedaba expuesto a la erosión por la lluvia. Esto provocaba la pérdida de los nutrientes del suelo, lo que dificultaba el crecimiento de nuevas plantas.
Además, la mezcla de las capas del suelo durante el aterrazamiento aceleraba la descomposición de la materia orgánica, liberando nutrientes que no podían ser retenidos por las raíces de las nuevas plantas. Esto hacía que los suelos fueran menos fértiles para el futuro crecimiento de los pinos.

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