Historia de Éibar para niños
Éibar es una ciudad y municipio que se encuentra en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco (España). Es conocida por su historia industrial, especialmente en la fabricación de objetos de metal y, en el pasado, de armas de fuego. Por esta razón, se le conoce como el "Pueblo Armero".
Éibar fue la primera ciudad española en proclamar la Segunda República Española el 14 de abril de 1931, antes que otras grandes ciudades. Este hecho le valió el título de Muy Ejemplar Ciudad.
Durante la guerra civil española, Éibar sufrió mucha destrucción entre 1936 y 1937. Fue declarada "región devastada" y se reconstruyó después del conflicto. En las décadas de 1950 y 1960, la ciudad tuvo un gran crecimiento económico gracias a su industria, y su población aumentó mucho, pasando de unos 15.000 a más de 40.000 habitantes. Esto llevó a un desarrollo urbano particular, donde las fábricas y las viviendas se mezclaban, y se construyeron edificios altos debido a la forma del terreno. También se cubrió casi todo el río Ego que atraviesa la ciudad.
Contenido
Historia Antigua de Éibar
Primeros Habitantes y Nombres
Se han encontrado restos prehistóricos en las zonas de Kalamua y Akondia, y en la estación megalítica de Placencia-Elosua. Esto demuestra que hubo presencia humana en la zona de Éibar hace mucho tiempo, alrededor del año 3000 antes de Cristo.
Cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica, el valle del Deba era territorio de los caristios. Los romanos incluyeron esta zona en el "conventus de Clunia". Más tarde, en tiempos de los visigodos, toda el área se llamó Cantabria. La industria de armas de Éibar se conocía como Reales Fábricas de Armas de Cantabria.
La ubicación de las comarcas del Deba, cerca del límite con el Señorío de Vizcaya, hizo que la zona se llamara "Marquina", que significa "marca" o "frontera". El valle del Ego, donde se encuentra Éibar, se conocía como "Marquina de Suso". En 1335, se decía que Éibar era originalmente una iglesia antigua llamada "monasterio de San Andrés".
Este territorio estuvo un tiempo unido a la comarca del Duranguesado, que pertenecía al reino de Pamplona Nájera (más tarde el reino de Navarra), según un documento de 1053. En 1179, en un tratado de paz entre los reinos de Navarra y Castilla, la zona de Marquina del bajo Deba quedó incluida en el Duranguesado.
En el año 1200, el rey castellano Alfonso VIII tomó el control del Duranguesado e integró esta parte en Guipúzcoa. El valle del Deva quedó bajo el dominio de señores locales, como los Unzueta de Éibar. Las primeras noticias sobre Éibar, de 1193, mencionan a la familia Unzueta. En 1267, el rey Alfonso X el Sabio cedió el control de la parroquia a los señores de Olaso, de la cercana localidad de Elgóibar.
Éibar en la Edad Media y Moderna
El rey Alfonso XI de Castilla, conocido como "El Justiciero", concedió a Éibar una Carta Puebla en Jaén el 5 de febrero de 1346. Con esta carta, la villa pasó a llamarse Villanueva de San Andrés de Heybar. Se ordenó que se poblara y se construyera una muralla y torres. Sin embargo, ya existía una comunidad alrededor de la iglesia de San Andrés. La Carta Puebla ayudó a organizar este núcleo de población en calles y casas, como Barrenkale, Elgetakale y Somera. Esto permitió a sus habitantes organizar su propio gobierno, de forma más independiente. Antes de la fundación de la villa, se creó el "Val de Ego" para gestionar las ferrerías (lugares donde se trabajaba el hierro) de la zona.
Mientras ocurrían conflictos y las invasiones francesas, la industria de las armas en Éibar creció mucho y marcó la historia de la ciudad durante cuatro siglos. Esta industria se basaba en gremios (grupos de artesanos especializados en cañones, cajas de armas, etc.), lo que facilitaba la producción. La monarquía castellana se apoyó en Éibar para obtener muchas armas. Así, se formó una red de pequeños talleres familiares que fabricaban escopetas, arcabuces, mosquetes y fusiles. También se desarrolló un comercio importante con mercados en España y en las colonias del Nuevo Mundo.
Éibar en la Edad Contemporánea
Cambios y Conflictos
En 1766, las revueltas populares conocidas como "Matxinada", causadas por la escasez de alimentos, afectaron a Éibar.
El 29 de agosto de 1794, durante la guerra de la Convención, las tropas francesas destruyeron y quemaron la ciudad. El Ayuntamiento, las escuelas y parte de la iglesia fueron incendiados, y 116 casas quedaron en ruinas.
Las guerras carlistas también dejaron su huella en Éibar. A finales del siglo XIX, el 6 de agosto de 1897, la ciudad vivió su primera huelga laboral en una fábrica de armas. Esta huelga fue el inicio para que las ideas socialistas se extendieran en Éibar.
El desarrollo industrial de Éibar en el siglo XIX se reflejó en su crecimiento de población. A mediados del siglo XVIII, Éibar tenía 1.500 habitantes, y a finales del siglo XIX, ya superaba los 6.500.
También surgió un espíritu cooperativo. Después de una de las huelgas más largas y difíciles en 1920, se fundó ALFA como una cooperativa de trabajadores. Aunque esta época tuvo dificultades por los mercados internacionales y el control del comercio de armas, se lograron importantes avances sociales, como la creación de la Escuela de Armería. Esta escuela formó a alumnos que ayudaron a transformar la industria de Éibar, diversificándola más allá de las armas hacia otros productos metálicos.
El dinamismo social y político de Éibar a principios del siglo XX, que culminó con la proclamación de la Segunda República, se vio en eventos como la huelga de 1913. En ese año, la empresa de armas "Esperanza y Unceta" se trasladó a Guernica, llevando consigo a sus trabajadores de Éibar. Los obreros de Éibar tenían una fuerte conciencia de sus derechos, mientras que la población de Guernica era más rural y conservadora. Este contraste llevó a una huelga que terminó con el regreso de casi todos los trabajadores de "Esperanza y Unceta" a Éibar.
La Llegada del Ferrocarril
A finales del siglo XIX, el centro de Éibar se expandió hacia la parte baja del valle. Se construyó la alhóndiga (almacén de grano) y se crearon nuevas plazas y calles.
En 1883, el ayuntamiento de Éibar, consciente de la importancia del ferrocarril para la industria, aprobó una subvención de 250.000 pesetas para la empresa que construyera una línea de tren que pasara por la villa.
En 1884, se acordó con la "Compañía del Ferrocarril de Durango a Zumárraga" que se construiría una parada en el barrio de Málzaga. Esta parada se convertiría en una importante estación de conexión. La estación de Málzaga se empezó a construir en 1885 y se inauguró en 1887. Contaba con varias vías y andenes, y en 1912 se añadió una estación de mercancías. También se construyó un taller de mantenimiento de trenes en 1914 y viviendas para los trabajadores en 1925.
El 13 de marzo de 1929, se inauguró la capilla de San Rafael, construida por la compañía de trenes.
El 17 de septiembre de 1887, la reina María Cristina de Habsburgo y Lorena inauguró las instalaciones ferroviarias de Éibar. En 1908, el ayuntamiento y la compañía Ferrocarriles Vascongados acordaron remodelar la estación, añadiendo un segundo piso con viviendas y ampliando el espacio para los viajeros. La nueva estación se inauguró en 1909 y fue la principal "puerta de entrada" a Éibar durante mucho tiempo.
En 1919, se añadió una vía para dar servicio a la empresa Orbea, y en 1935, otro andén para viajeros. Durante la guerra civil, la estación sufrió daños por los bombardeos. En 1941, se realizaron mejoras, añadiendo una vía más y cubriendo los andenes.
En 1905, se construyó la parada de Ardanza para el transporte de mercancías. En 1914, el ayuntamiento solicitó que se abriera también para viajeros, y se inauguró el 8 de enero de 1924.
El 29 de septiembre de 1989, se estableció un servicio de tren metropolitano entre Ermua y Éibar, conocido como "tranvía", con varias estaciones nuevas: Unibersitatea, Amaña y Azitain.
La Segunda República
En la madrugada del 14 de abril de 1931, a las seis y media de la mañana, el ayuntamiento de Éibar, recién elegido, proclamó la Segunda República. La bandera tricolor fue izada por el concejal más joven, Mateo Careaga. Otras ciudades españolas siguieron el ejemplo de Éibar esa misma tarde. Este evento significó un cambio importante, ya que por primera vez las clases medias y los trabajadores tuvieron acceso al poder. Cuando se confirmó la proclamación en Barcelona, la gente se reunió frente al Ayuntamiento para cambiar el nombre de la plaza de "Alfonso XIII" por "Plaza de la República".
El escritor Toribio Echeverría describió este momento en su libro Viaje por el país de los recuerdos.
El 3 de mayo, Éibar recibió oficialmente el título de Muy Ejemplar Ciudad por su valentía al ser la primera en proclamar la República. A este acto asistieron importantes personalidades políticas y culturales.
La revolución de octubre de 1934 también afectó a Éibar. El 5 de octubre, más de 400 ciudadanos salieron a las calles para tomar el control de la ciudad. Hubo 7 fallecidos en los disturbios. Más de 300 personas fueron detenidas, pero todas fueron liberadas en febrero de 1936.
La Guerra Civil
El 18 de julio de 1936, una parte del ejército español se sublevó, dando inicio a una guerra que duró tres años. En Éibar, las fuerzas de seguridad se mantuvieron leales a la República. Se formó un batallón de milicianos que fue a San Sebastián para mantener la ciudad bajo el control de la República.
En la primera semana de la sublevación, las tropas avanzaron hacia Guipúzcoa. El 21 de septiembre, ocuparon Elgóibar y Karakate. Días después, el 26, tomaron las cimas de Kalamua, Arrate y Akondia, donde se estableció la defensa republicana. Esta posición se mantuvo hasta la primavera del año siguiente. El 26 de abril de 1937, las tropas entraron en la ciudad.
Durante el tiempo en que Éibar estuvo en la línea del frente, la población civil fue evacuada y las fábricas se usaron para producir material de guerra, como armas y municiones, en los alrededores de Bilbao.
Desde las cumbres de los montes, la ciudad era bombardeada casi a diario hasta su caída el 26 de abril de 1937. En siete meses, Éibar sufrió quince bombardeos aéreos.
Cuando la ciudad fue tomada, se produjo un gran incendio que destruyó la mitad de Éibar. El incendio fue causado por las bombas de los atacantes y, según algunas versiones, también por un grupo de defensores que querían destruir lo que pudiera quedar. La prensa de la época dio versiones diferentes sobre quién causó el incendio.
En 2007, el libro La Guerra Civil en Eibar y Elgeta, de Jesús Gutiérrez, explicó estos bombardeos. El día antes de la caída de Éibar, la aviación alemana e italiana bombardearon la carretera Éibar-Durango. Cuando la ciudad fue tomada, solo quedaban unas 150 personas. De 488 edificios en el centro urbano, 156 estaban totalmente destruidos y 101 parcialmente. De 1750 viviendas, 840 habían desaparecido.
La destrucción de la guerra y el incendio cambiaron la apariencia de Éibar. El 8 de octubre de 1940, se aprobó un proyecto para reconstruir la ciudad, que incluía cubrir el Ego para ganar espacio y construir una nueva Plaza del Mercado.
La Tregua de Kalamua
El 24 de diciembre de 1936, en Nochebuena, el frente de guerra estaba estable en Éibar. Las tropas estaban en la cordillera Kalamua-Akondia, y los milicianos en la ladera de la parte de Éibar. Los capitanes de ambos lados, que eran amigos, acordaron un alto el fuego con intercambio de saludos ese día.
Los soldados salieron de las trincheras y se sentaron frente a frente, saludándose. Intercambiaron periódicos, comentarios y cartas, y luego regresaron a sus puestos, continuando la guerra.
Éibar en la Postguerra y el Desarrollo
A pesar de las dificultades, Éibar se adaptó y diversificó su industria, fabricando bicicletas, ciclomotores, piezas de automóviles y electrodomésticos. Esto atrajo a mucha gente de otras partes de España, haciendo que la población creciera un 100% en los años 60. El desarrollo urbano fue desordenado, con edificios altos como la torre de Untzaga, y talleres y viviendas compartiendo el mismo edificio, creando una mezcla curiosa.
La guerra dejó 140 edificios totalmente destruidos en Éibar y grandes daños en el centro de la ciudad. La reconstrucción se llevó a cabo entre 1937 y 1957. Se ganó espacio urbano cubriendo el río Ego y creando nuevas calles. Se construyeron barrios enteros de viviendas, y se atendieron las necesidades de ocio, educación y deportes, construyendo un nuevo campo deportivo.
En los años 50, se reorganizó el uso del suelo para la reconstrucción. La escasez de terreno para la industria y la vivienda era un problema, que se solucionó en parte cubriendo el río Ego, sobre el cual se construyeron muchas fábricas y talleres. La necesidad de viviendas para los nuevos trabajadores se intentó resolver con la construcción de urbanizaciones de casas protegidas.
El arquitecto municipal Hermenegildo Bracons Huguet diseñó el Plan General de Ordenación de Éibar de 1959, que preveía una población de hasta 56.000 habitantes.
En 1972, unas 8.000 personas dejaron Éibar porque sus fábricas se trasladaron a otras localidades. Ese año, 68 industrias se fueron de la ciudad buscando terrenos más adecuados. Este éxodo industrial había comenzado en 1948.
La crisis del petróleo en 1973, junto con otros factores como la falta de espacio para la expansión de las empresas en el estrecho valle del río Ego, provocaron una crisis que hizo que la población de Éibar comenzara a disminuir.
Éibar en el Siglo XXI
En los últimos años del siglo XX y principios del siglo XXI, la situación económica y empresarial de Éibar comenzó a recuperarse. Hubo una notable mejora en sectores como la automoción, la máquina herramienta y las industrias de transformación. También se mantuvieron algunas actividades artesanales, como la fabricación de escopetas de caza y el damasquinado (una técnica de decoración de metales). La recuperación industrial ayudó a frenar la disminución de la población.
Se realizaron grandes avances urbanísticos, reorganizando el uso del suelo y separando las zonas industriales de las residenciales. Se crearon polígonos industriales para las fábricas que estaban en el centro de la ciudad, y esos terrenos se usaron para construir viviendas y equipamientos deportivos y de ocio. También se mejoró la accesibilidad con escaleras automáticas y ascensores para facilitar el acceso a las zonas con grandes pendientes.
El 30 de mayo de 2014, la ciudad celebró el ascenso histórico de la SD Eibar a la máxima categoría de la liga española de fútbol.
Sucesos Importantes
- El 29 de agosto de 1794, durante la Guerra de la Convención, la ciudad fue destruida y quemada por tropas francesas.
- Entre 1936 y 1937, durante la guerra civil española, el centro urbano fue destruido por acciones de guerra.
- El 25 de agosto de 1983, Éibar sufrió una gran inundación que cubrió todo el municipio.
- El 27 de febrero de 1995, un tren descarriló cerca del barrio de Azitain, causando el fallecimiento de 5 personas y dejando 33 heridas.
Véase también
