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Biología de la conservación para niños

Enciclopedia para niños

La biología de la conservación es una ciencia que estudia cómo proteger la biodiversidad de nuestro planeta. La biodiversidad se refiere a la variedad de vida en la Tierra, incluyendo plantas, animales, hongos y microorganismos, así como los ecosistemas donde viven. Esta disciplina busca entender por qué se pierden especies y cómo podemos evitar que desaparezcan.

Los biólogos de la conservación trabajan para proteger las especies, sus hábitats y los ecosistemas. Para lograrlo, combinan conocimientos de muchas áreas, como la ecología (que estudia cómo interactúan los seres vivos con su entorno), la genética (que estudia la herencia), la geografía y las ciencias sociales. Su objetivo es asegurar que la naturaleza y sus recursos se mantengan saludables para las generaciones futuras.

Archivo:Relaciones de la biología de la conservación con otras disciplinas
La biología de la conservación se relaciona con muchas otras ciencias para proteger la vida en la Tierra.

¿Cómo surgió la biología de la conservación?

El término "biología de la conservación" y la idea de que fuera un campo de estudio propio nacieron en 1978. Fue en una conferencia en la Universidad de California en La Jolla, organizada por los biólogos Bruce A. Wilcox y Michael E. Soulé. A esta reunión asistieron muchos expertos preocupados por la deforestación en las selvas tropicales, la desaparición de especies y la pérdida de variedad genética dentro de ellas.

La conferencia buscaba unir la teoría científica (de la ecología y la biología evolutiva) con las acciones prácticas para proteger la naturaleza. Así, la biología de la conservación y el concepto de biodiversidad crecieron juntos, dando forma a la ciencia moderna de la conservación y a las políticas ambientales. Gracias a esto, surgieron nuevas áreas de estudio, como la genética de la conservación y el estudio del comportamiento animal para la conservación.

¿Qué estudia la biología de la conservación?

La biología de la conservación es una ciencia urgente porque la vida en la Tierra está cambiando muy rápido. Se relaciona mucho con la ecología porque investiga temas como la forma en que las poblaciones de animales se mueven, crecen o disminuyen. Esto es especialmente importante para las especies raras o en peligro.

Esta ciencia estudia cómo se mantiene, se pierde y se recupera la biodiversidad. También analiza los procesos que crean la diversidad genética, de poblaciones, de especies y de ecosistemas. Se calcula que hasta la mitad de todas las especies del planeta podrían desaparecer en los próximos 50 años. Esto podría aumentar la pobreza y el hambre, y cambiar el curso de la evolución en la Tierra.

Los biólogos de la conservación investigan y enseñan sobre la pérdida de biodiversidad y sus efectos negativos en el bienestar humano. Trabajan en gobiernos, universidades, organizaciones sin fines de lucro y empresas. Sus investigaciones son muy variadas, ya que es un campo que une muchas ciencias.

Historia de la conservación

Los esfuerzos para proteger la biodiversidad a nivel mundial son bastante recientes. Sin embargo, la idea de cuidar los recursos naturales existe desde hace mucho tiempo.

¿Cómo se cuidaban los recursos antes?

Antiguamente, las comunidades aprendieron a usar los recursos de forma responsable para no agotarlos. Esto era necesario para asegurar que hubiera suficiente comida y otros recursos para todos a largo plazo. Este desafío de manejar los recursos comunes se conoce como la "tragedia de los comunes".

Por ejemplo, los pueblos Tlingit y Haida de Alaska y el Noroeste del Pacífico tenían reglas para limitar la pesca de salmón. Estas reglas eran guiadas por los ancianos, que conocían muy bien los ríos. También hay ejemplos de ética de conservación en escritos religiosos y filosóficos antiguos, como el taoísmo o el budismo. Incluso el filósofo griego Platón se preocupaba por la degradación de las tierras.

Los primeros naturalistas y la naturaleza

En los siglos XVIII y XIX, la historia natural se volvió muy popular. Se organizaban grandes expediciones para recolectar especímenes de plantas y animales. Al principio, se creía que todas las especies eran inmutables. Sin embargo, naturalistas como Georges Louis Leclerc de Buffon y Erasmus Darwin (abuelo de Charles Darwin) empezaron a sugerir que las especies podían cambiar con el tiempo.

Aunque muchos naturalistas de esa época inspiraron el amor por la naturaleza, sus métodos a veces no eran muy conservacionistas. Por ejemplo, mataban cientos de animales para sus colecciones.

El movimiento ecológico moderno

Las raíces modernas de la biología de la conservación se encuentran en el siglo XVIII. Pensadores como Lord Monboddo destacaron la importancia de "preservar la naturaleza".

Los primeros principios científicos de conservación se aplicaron en los bosques de la India británica. Se dieron cuenta de que las actividades humanas dañaban el ambiente, que era un deber cuidar el medioambiente para el futuro y que se debían usar métodos científicos para lograrlo. En 1855, se estableció el primer programa de conservación forestal a gran escala en el mundo en la India. Este modelo se extendió a otros lugares, como Estados Unidos, donde se creó el Parque Nacional de Yellowstone en 1872, el primer parque nacional del mundo.

A finales del siglo XIX, el término "conservación" se hizo común y se refería a la gestión de recursos naturales como la madera, los peces y el suelo. También se crearon las primeras leyes y sociedades de conservación. La Ley de Preservación de Aves Marinas de 1869 en Gran Bretaña fue la primera ley de protección de la naturaleza. Organizaciones como la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB) y el National Trust se formaron para proteger la vida silvestre y los paisajes naturales.

En Estados Unidos, el presidente Theodore Roosevelt estableció muchos bosques y reservas nacionales a principios del siglo XX. La Ley de Parques Nacionales de 1916 ayudó a proteger estas áreas.

Archivo:Muir and Roosevelt restored
Roosevelt y Muir en Glacier Point, parque nacional Yosemite.

Esfuerzos globales de conservación

A mediados del siglo XX, los esfuerzos se centraron en proteger especies individuales, como los grandes felinos en América del Sur. La Sociedad Zoológica de Nueva York fue clave en la creación de reservas para especies específicas. Por ejemplo, Carl E. Akeley ayudó a convencer al rey Alberto I de Bélgica para establecer el parque nacional Virunga para proteger a los gorilas de montaña.

En la década de 1970, muchos países crearon planes para proteger especies en peligro. Las Naciones Unidas también actuaron para conservar sitios de gran importancia cultural o natural, creando el programa de Patrimonio de la humanidad en 1972. Estados Unidos fue el primer país en tener leyes nacionales para la conservación biológica, como la Ley de Especies en Peligro de Extinción de 1966.

En 1992, la mayoría de los países se comprometieron con la conservación de la biodiversidad al firmar el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Esto llevó a muchos países a crear programas para identificar y proteger especies y hábitats amenazados. Desde el año 2000, la conservación se ha enfocado más en proteger paisajes enteros, no solo especies o hábitats individuales.

La ecología nos ha ayudado a entender cómo funcionan los ecosistemas y cómo los humanos, otras especies y el ambiente físico están conectados. El crecimiento de la población humana, la agricultura, la industria y la contaminación han demostrado lo fácil que es alterar este equilibrio.

Ideas clave de la biología de la conservación

La biología de la conservación se basa en tres ideas principales:

  • La evolución es la clave para entender la biodiversidad. Las soluciones a los problemas de conservación deben considerar cómo evolucionan las especies.
  • Los procesos ecológicos cambian constantemente y no siempre están en equilibrio.
  • Los seres humanos somos parte de los sistemas ecológicos, por lo que nuestras actividades deben incluirse en la planificación de la conservación.

¿Por qué se extinguen las especies?

La biología de la conservación estudia dos situaciones principales que llevan a la extinción:

  • Poblaciones pequeñas: Las poblaciones muy pequeñas tienen un alto riesgo de desaparecer. Esto se debe a que son más vulnerables a cambios inesperados en el ambiente o a la pérdida de variedad genética.
  • Poblaciones en disminución: Se enfoca en cómo el riesgo de extinción aumenta por razones externas a la población y cómo podemos evitarlo.

A veces, varios factores negativos se combinan, creando un "torbellino de extinción". Esto significa que la pérdida de variedad genética, los cambios en la población y el ambiente, y otros problemas se unen, acelerando la disminución de una especie.

Midiendo la desaparición de especies

Los biólogos de la conservación usan métodos estadísticos y datos de fósiles para calcular cuántas especies se están extinguiendo. También consideran la pérdida de hábitat. Se estima que la tasa natural de extinción es de una especie cada pocos años.

Sin embargo, medir la pérdida actual de especies es difícil porque la mayoría de las especies de la Tierra aún no han sido descubiertas o estudiadas. La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) informa que un gran porcentaje de vertebrados, invertebrados y plantas evaluadas están en peligro.

Planificación para la conservación

La planificación sistemática es una forma efectiva de diseñar reservas naturales y trabajar con las comunidades para proteger los ecosistemas. Incluye pasos como recopilar datos sobre la biodiversidad, establecer objetivos, revisar áreas protegidas existentes, seleccionar nuevas áreas, implementar acciones y mantener el valor de las áreas de conservación.

La biología de la conservación como profesión

La Sociedad para la Biología de la Conservación es una comunidad global de profesionales que promueven la ciencia y la práctica de la conservación. Esta disciplina va más allá de la biología, incluyendo la filosofía, las leyes, la economía y la educación.

Algunos se preguntan si la biología de la conservación es una ciencia objetiva, ya que los biólogos defienden el valor de la naturaleza. Como todos los científicos, los biólogos de la conservación tienen valores. Sin embargo, basan sus planes en una combinación de ciencia, razón y lógica para manejar los recursos naturales de manera sensata.

Formas de conservar

La conservación se puede clasificar de dos maneras:

  • Conservación in situ: Protege una especie en peligro en su hábitat natural. Esto implica proteger o restaurar el lugar donde vive.
  • Conservación ex situ: Protege una especie fuera de su hábitat natural, por ejemplo, en zoológicos o bancos de genes. Esto se hace cuando las poblaciones no pueden sobrevivir en su entorno natural.

También existe la "no interferencia", que busca dejar que la naturaleza siga su curso sin la intervención humana. Los conservacionistas, sin embargo, buscan soluciones que beneficien tanto a la sociedad como a los ecosistemas.

Valores y ética en la conservación

Los biólogos de la conservación son investigadores que aplican la ética en sus estudios. Algunos se inspiran en la idea de lograr "el mayor bien para la mayor cantidad de personas durante el mayor tiempo". Otros creen que la naturaleza tiene un valor propio, independientemente de su utilidad para los humanos. Aldo Leopold fue un pensador importante en la ética de la conservación, y sus ideas siguen siendo muy valoradas.

¿Qué se prioriza en la conservación?

Para enfrentar la crisis de extinción, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) monitorea el estado de la naturaleza en todo el mundo. Su Lista Roja identifica las especies que más necesitan ayuda.

Sin embargo, los científicos de la conservación señalan que la actual sexta extinción masiva es una crisis de biodiversidad mucho más amplia. No solo se trata de especies raras, sino de la pérdida de diversidad genética, de poblaciones y de ecosistemas. La rápida pérdida de biodiversidad amenaza el bienestar humano porque limita los "servicios ecosistémicos" (beneficios que la naturaleza nos da, como aire limpio o agua).

Existe un debate sobre si es mejor enfocarse en "puntos calientes de biodiversidad" (áreas con muchas especies únicas y amenazadas) o en "puntos fríos" (áreas con mucha biomasa y servicios ecosistémicos importantes, aunque no tengan tantas especies únicas). Ambos enfoques son importantes y buscan reducir la tasa de extinción.

El valor económico de la naturaleza

Los biólogos de la conservación están trabajando con economistas para medir el valor de la naturaleza y sus servicios. Esto se conoce como "capital natural". Por ejemplo, se podría calcular el valor de un ecosistema antes de que sea destruido para construir algo. El Fondo Mundial para la Naturaleza publica el Informe Planeta Vivo, que monitorea la biodiversidad global de manera similar a cómo se monitorea el mercado de valores.

La naturaleza nos proporciona muchos "servicios ecosistémicos" que son vitales para la humanidad, como la purificación del agua, la polinización de cultivos y la regulación del clima. Sin embargo, muchos de estos servicios no tienen un precio en el mercado. Se estima que la "huella ecológica" de la sociedad (lo que consumimos) ha superado la capacidad de la Tierra para regenerar recursos en un 30%.

Existe una relación entre los mercados, el capital natural, la desigualdad social y la pérdida de biodiversidad. Donde hay más desigualdad de riqueza, suele haber mayores tasas de pérdida de biodiversidad.

Aunque es difícil ponerle un precio a la naturaleza, se estima que los servicios ecosistémicos valen billones de dólares al año. Por ejemplo, la polinización por abejas se valora entre 10 y 18 mil millones de dólares anuales. Esta riqueza natural se está perdiendo rápidamente porque las demandas humanas superan la capacidad de la Tierra.

Especies importantes para la conservación

Algunas especies son especialmente importantes para los ecosistemas y para los esfuerzos de conservación:

Especie clave

Las especies clave son aquellas que son fundamentales para su ecosistema. Si desaparecen, el ecosistema puede colapsar y muchas otras especies también se pierden. A menudo son depredadores que controlan las poblaciones de sus presas.

Un ejemplo fue la vaca marina de Steller. Se creía que su extinción se aceleró por la caza excesiva de nutrias marinas. Las nutrias se alimentan de erizos de mar, y los erizos comen algas marinas. Al disminuir las nutrias, los erizos se multiplicaron y destruyeron las algas, que eran el alimento de las vacas marinas. Aunque luego se debatió si la caza directa de la vaca marina fue la causa principal, este caso ilustra cómo la desaparición de una especie puede afectar a todo un ecosistema.

Especie indicadora

Las especies indicadoras tienen necesidades ecológicas muy específicas, lo que las convierte en buenas "alarmas" para la salud de un ecosistema. Por ejemplo, los anfibios, con su piel sensible y su dependencia de los humedales, son muy vulnerables al daño ambiental. Si las poblaciones de anfibios disminuyen, puede ser una señal de contaminación o de otros problemas ambientales.

Monitorear estas especies ayuda a detectar si hay un impacto ambiental significativo y a tomar medidas para proteger el ecosistema.

Especie paraguas y especie bandera

Una especie paraguas es aquella cuya protección beneficia a muchas otras especies y hábitats. Por ejemplo, la mariposa monarca migra por grandes áreas con muchos ecosistemas diferentes. Proteger a la mariposa monarca significa proteger también todos esos ecosistemas y las especies que viven en ellos.

Una especie bandera es una especie que llama la atención del público y ayuda a conseguir apoyo para la conservación. Ejemplos famosos son el panda gigante, la ballena azul, el tigre y el gorila de montaña. Sin embargo, a veces, enfocarse demasiado en estas especies puede desviar la atención de otras especies que también necesitan ayuda.

Amenazas a la biodiversidad

Las principales amenazas para la biodiversidad hoy en día son la destrucción de hábitat (por la deforestación, la expansión agrícola y el desarrollo urbano) y la sobreexplotación (como la caza excesiva o el comercio ilegal de especies silvestres). La fragmentación de hábitat, donde los ecosistemas se dividen en pedazos más pequeños, también es un gran problema.

Aunque las actividades humanas pueden causar mucho daño, también hay ejemplos de cómo podemos coexistir de forma sostenible con la naturaleza, usando la gestión ambiental y la planificación de la conservación.

Muchas amenazas, como el cambio climático y las enfermedades, también afectan a las áreas protegidas. El cambio climático es una amenaza grave porque hay una relación entre la extinción de especies y la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Los ecosistemas almacenan y reciclan grandes cantidades de carbono, regulando el clima global. Los cambios de temperatura dificultan la supervivencia de muchas especies.

Se estima que la extinción podría afectar a entre el 15% y el 37% de todas las especies para el año 2050, y hasta el 50% en los próximos 50 años. La tasa actual de extinción es entre 100 y 100.000 veces más alta que en los últimos millones de años.

Los "cuatro jinetes del apocalipsis" de la extinción

Estos son los cuatro factores principales que causan la extinción de especies:

Sobreexplotación

La sobreexplotación ocurre cuando se matan o se extraen recursos naturales a un ritmo mayor del que pueden recuperarse. Las especies que crecen lentamente, como las grandes mamíferos (ballenas, elefantes, rinocerontes), son las más vulnerables, especialmente si son valiosas para el consumo o el comercio.

Un ejemplo clásico es la extinción de la paloma migratoria. Fue una de las aves más abundantes del mundo, pero la caza excesiva y la deforestación de sus lugares de anidación la llevaron a desaparecer por completo en 1914.

Otro ejemplo es el árbol de madera negra de África Oriental, o Mpingo (Dalbergia melanoxylon), cuya madera es muy valorada para instrumentos musicales. Para evitar su extinción, se están realizando proyectos de conservación que promueven su uso sostenible.

Pérdida y fragmentación del hábitat

El hábitat de una especie puede degradarse por incendios, pastoreo excesivo o ser eliminado por completo, como cuando se drenan humedales o se talan bosques.

Un ejemplo de destrucción de hábitat es la deforestación en la región del río Iguazú, donde gran parte del bosque fue talado para plantaciones de soja. Las reservas naturales alrededor de las cataratas del Iguazú protegen los últimos restos de esos bosques.

Los derrames de petróleo en los océanos también degradan el hábitat, afectando a aves marinas como los pingüinos africanos.

Más comúnmente, el hábitat se fragmenta cuando se construyen caminos, edificios o plantaciones que lo dividen en pedazos más pequeños. Esto puede afectar a animales como la ardilla roja (Sciurus vulgaris) en los Países Bajos, que necesita grandes áreas de bosque para sobrevivir.

Especies introducidas

Las especies introducidas son especies que llegan a un nuevo lugar, ya sea de forma intencional o accidental. Estas pueden exterminar a las especies nativas compitiendo con ellas, depredándolas o destruyendo su hábitat.

Las islas de Hawái son un ejemplo famoso de cómo las especies introducidas han causado la extinción de muchas plantas y aves nativas. El mejillón cebra (Dreissena polymorpha), introducido accidentalmente en los Grandes Lagos de Norteamérica, se multiplicó rápidamente, alterando el ecosistema y amenazando a las especies nativas.

Cadenas de extinción

Las cadenas de extinción ocurren cuando la desaparición de una especie causa la extinción de otra que dependía de ella. Un ejemplo es el águila del bosque (Harpagornis moorei) de Nueva Zelanda, que se extinguió alrededor del año 1400 d.C. cuando desaparecieron los moas, que eran su principal presa.

Personas importantes en la biología de la conservación

Algunos de los biólogos de la conservación más destacados son:

Áreas de estudio dentro de la biología de la conservación

  • Genética de la conservación: Usa la genética para proteger la biodiversidad.
  • Biogeografía de la conservación: Aplica la geografía de los seres vivos a los problemas de conservación.
  • Comportamiento animal y conservación: Usa el estudio del comportamiento animal para la conservación.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Conservation biology Facts for Kids

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Biología de la conservación para Niños. Enciclopedia Kiddle.