Acontecimientos que condujeron al ataque a Pearl Harbor para niños
Contenido
- El camino hacia el ataque a Pearl Harbor
- ¿Por qué Japón buscaba expandirse?
- Acontecimientos de 1940
- Acontecimientos de 1941
- Estados Unidos presenta sus "Cuatro Principios"
- Japón ocupa el sur de Indochina francesa
- Estados Unidos impone sanciones económicas
- Japón fija una fecha límite para las negociaciones
- El general Tojo es nombrado primer ministro
- El plan de ataque a Pearl Harbor es aprobado
- Japón retrasa la fecha límite para negociar
- Japón rompe las conversaciones tras la Nota Hull
- Japón decide entrar en guerra
- El ataque a Pearl Harbor y la declaración de guerra
- Galería de imágenes
El camino hacia el ataque a Pearl Harbor
El ataque a Pearl Harbor fue un evento muy importante que llevó a Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial. Para entender por qué ocurrió, debemos mirar lo que pasó en los años anteriores, especialmente en Japón.
En julio de 1940, meses después de que comenzara la Segunda Guerra Mundial en Europa, algunos líderes militares y políticos en Japón querían aliarse con Alemania e Italia. Estos países habían ganado batallas importantes en Europa. El primer ministro de Japón en ese momento, Mitsumasa Yonai, no estaba de acuerdo con esta alianza. Él pensaba que llevaría a Japón a la guerra con el Reino Unido y Estados Unidos. Por eso, fue reemplazado.
El cambio en la política de Japón se confirmó en septiembre de 1940. Japón decidió ocupar el norte de Indochina francesa y firmó el Pacto Tripartito. Este pacto unía a Japón con Alemania e Italia.
En mayo de 1941, Estados Unidos dejó clara su posición. El secretario de Estado, Cordell Hull, presentó los "Cuatro Principios". Estos principios estaban en contra de la idea de Japón de expandirse y crear una zona de influencia en Asia Oriental y el Océano Pacífico, a la que llamaban la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental.
Cuando Alemania invadió la Unión Soviética a finales de junio de 1941, Japón aprovechó para ocupar el resto de Indochina francesa. El presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, respondió con fuertes sanciones económicas. Una de las más importantes fue el embargo de las exportaciones de petróleo a Japón.
Los líderes militares de Japón, especialmente el ministro de Guerra, general Hideki Tojo, presionaron al primer ministro Fumimaro Konoe para ir a la guerra con Estados Unidos. Como Konoe no pudo conseguir un acuerdo diplomático a tiempo, renunció el 16 de octubre. El general Tojo lo reemplazó. El emperador le pidió a Tojo que intentara agotar todas las posibilidades de un acuerdo pacífico.
Se fijó una nueva fecha límite para las negociaciones: el 30 de noviembre. Sin embargo, los preparativos para la guerra no se detuvieron. El plan para atacar la base naval de Pearl Harbor, propuesto por el almirante Yamamoto, fue aprobado el 20 de octubre. Los líderes japoneses no hicieron grandes concesiones a las demandas de Estados Unidos, excepto retirar algunas tropas del sur de Indochina.
El 26 de noviembre de 1941, el secretario Hull entregó a los representantes japoneses un documento conocido como la Nota Hull. En este documento, Estados Unidos exigía a Japón que retirara todas sus tropas no solo de Indochina, sino también de China, y que rompiera su alianza con Alemania.
Los líderes japoneses vieron la Nota Hull como una exigencia muy fuerte. El 1 de diciembre, una reunión importante en Japón dio luz verde para entrar en la guerra.
El ataque a Pearl Harbor se fijó para las 8:00 de la mañana del 7 de diciembre de 1941 (hora de Hawái).
Hubo un problema técnico con el mensaje que la embajada japonesa debía entregar a Estados Unidos. Por eso, el comunicado se entregó a las 2:20 de la tarde, cuando los aviones japoneses ya habían estado bombardeando Pearl Harbor durante una hora. Al día siguiente, el presidente Roosevelt pidió al Congreso que declarara la guerra a Japón. Su discurso comenzó diciendo: «Ayer, 7 de diciembre de 1941, una fecha que vivirá en la infamia, Estados Unidos de América fue atacado repentina y deliberadamente por fuerzas navales y aéreas del Imperio japonés».
¿Por qué Japón buscaba expandirse?

Japón se había vuelto una potencia importante en Extremo Oriente a finales del siglo XIX y principios del XX. Ganó guerras contra China (1894-1895) y Rusia (1904-1905). Gracias a estas victorias, obtuvo territorios como Taiwán, Corea y parte de la isla de Sajalín. También consiguió derechos sobre la región china de Manchuria.
Después de la Primera Guerra Mundial, Japón amplió su influencia en el norte de China. Sin embargo, tuvo que firmar el Tratado de las Nueve Potencias en 1922. Este tratado reconocía la independencia de China y promovía el libre comercio, algo que Estados Unidos apoyaba mucho.

La Gran Depresión de 1929 causó problemas económicos en Japón. Sus exportaciones se redujeron a la mitad, lo que significó menos importaciones de alimentos, materias primas y energía, como el petróleo, que Japón no tenía en su propio territorio. Estas dificultades fortalecieron a grupos militares y nacionalistas. Ellos rechazaban la cultura occidental y querían promover los valores tradicionales japoneses.
La idea de una monarquía constitucional (un rey con un gobierno elegido) fue dejada de lado. En su lugar, se promovió el culto al emperador, presentándolo como un "dios viviente". Se exaltaron valores como la lealtad, el patriotismo y el espíritu nacional, mientras se condenaba el individualismo occidental.
Desde mayo de 1932, los gobiernos japoneses estuvieron formados principalmente por militares. La influencia de los militares creció aún más después de un intento fallido de cambio de gobierno en 1936. Al año siguiente, se creó una "conferencia de enlace" entre el gobierno y los líderes del Ejército y la Armada. Este grupo tomó las decisiones más importantes, especialmente las relacionadas con la política exterior y la guerra.
En política exterior, los nacionalistas querían crear una "zona exclusiva" en Asia y el Pacífico. Allí, Japón podría obtener los recursos que no tenía en su propio territorio. Esto significaba enfrentarse a potencias occidentales como Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y Estados Unidos, que tenían intereses en la zona.
El primer paso de esta política fue la anexión de Manchuria en septiembre de 1931. Japón estableció allí un gobierno bajo su control llamado Manchukuo, con Pu-Yi, el último emperador de China, como líder. Ningún otro gobierno reconoció esta nueva administración. En marzo de 1933, Japón abandonó la Sociedad de Naciones porque esta organización había condenado su intervención en Manchuria. Sin embargo, la Sociedad de Naciones no impuso sanciones a Japón, y Estados Unidos tampoco tomó medidas.
Japón se sintió aislado internacionalmente. Para romper este aislamiento, en noviembre de 1936, se unió al Pacto Antikomintern con Alemania e Italia. Este pacto buscaba apoyo en caso de una posible guerra con la Unión Soviética. Sin embargo, esta estrategia cambió cuando Alemania y la Unión Soviética firmaron un pacto en agosto de 1939.
El segundo paso hacia la "Gran Asia" fue la invasión de China, que comenzó en julio de 1937. Después de ocupar Pekín y Shanghái, los japoneses tomaron la capital china, Nankín, en diciembre de 1937. Allí, los soldados japoneses cometieron actos terribles contra la población civil y los prisioneros de guerra. A finales de 1938, Japón había ocupado una parte importante de China, pero las fuerzas chinas seguían resistiendo.

El primer ministro Fumimaro Konoe anunció a finales de 1938 un "Nuevo Orden" para Asia, que más tarde se llamaría Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental. Esto significaba que Japón quería dominar toda la región. Sin embargo, la guerra en China continuó, y Konoe tuvo que renunciar en enero de 1939. Al mes siguiente, Japón tomó la isla de Hainan, lo que amenazaba a Indochina francesa, las Indias Orientales Neerlandesas y las Filipinas (entonces bajo control de Estados Unidos).
Estados Unidos, decidido a frenar la expansión japonesa, canceló en julio de 1939 un tratado comercial con Japón. Esto tendría consecuencias negativas para la economía japonesa, ya que un tercio de sus importaciones, incluyendo chatarra y petróleo, venían de Estados Unidos.
Acontecimientos de 1940
El gobierno de Japón cambia de rumbo

Antes de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los líderes militares japoneses debatían si aliarse con Alemania e Italia. El ministro de Marina, almirante Mitsumasa Yonai, se oponía firmemente. Él y sus colaboradores, como el almirante Isoroku Yamamoto, creían que esta alianza llevaría a la guerra con Estados Unidos y Gran Bretaña, y la Armada japonesa no estaba lista. El emperador Hirohito incluso dijo que gracias a la Armada, el país se había salvado.

En enero de 1940, el emperador nombró a Yonai primer ministro. Sin embargo, los militares que apoyaban la alianza con Alemania e Italia ganaron fuerza, especialmente con los éxitos de Adolf Hitler en Europa. Estos militares pensaban que la alianza obligaría a Gran Bretaña a dejar de apoyar a China. También creían que Estados Unidos, al ser un país que prefería no intervenir en conflictos lejanos, no se atrevería a desafiar a la poderosa alianza.
Tanto los militares a favor como en contra de la alianza coincidían en que Japón necesitaba un "nuevo orden" en Asia Oriental para asegurar el acceso a materias primas y energía. La diferencia estaba en cómo lograrlo.
Cuando Francia se rindió en junio de 1940, los altos mandos militares japoneses vieron una "oportunidad de oro" para expandirse hacia el sudeste de Asia y crear una zona económica autosuficiente. Para esta nueva política, que buscaba "defenderse en el norte y avanzar en el sur", se necesitaba un nuevo gobierno.

En julio, el ministro de Guerra Shunroku Hata renunció, y el Ejército se negó a proponer un reemplazo. Esto forzó la disolución del gobierno de Yonai. El 16 de julio, Yonai dimitió. Al día siguiente, el emperador nombró al príncipe Fumimaro Konoe como nuevo primer ministro, quien era el favorito del Ejército. Los puestos clave del gabinete también fueron ocupados por personas propuestas por el Ejército: el general Hideki Tojo como ministro de Guerra, y Yosuke Matsuoka como ministro de Asuntos Exteriores, ambos a favor de la alianza.
El 22 de julio se formó el nuevo gobierno. Al día siguiente, Konoe anunció que el antiguo orden mundial estaba cambiando y que Japón debía prepararse para el nuevo. El ministro Matsuoka fue aún más claro, diciendo que la era de la democracia había terminado.
El 27 de julio, una reunión de líderes militares y de gobierno aprobó los "Principios Fundamentales de la Política Básica Nacional". El objetivo era establecer un nuevo orden en Asia Oriental, la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental. También se acordó que Japón avanzaría hacia el Sudeste Asiático para acceder a los yacimientos de petróleo. Finalmente, se decidió fortalecer las relaciones con Alemania e Italia.
Japón ocupa el norte de Indochina francesa

Después de que Francia fuera derrotada en junio de 1940, Japón presionó a las autoridades francesas en Indochina para que permitieran la entrada de sus tropas en el norte de la región. Esto se logró el 23 de septiembre. El objetivo principal era cortar la ruta de suministro a China, por donde llegaba la ayuda británica y estadounidense al gobierno chino. También era una respuesta a la cancelación del tratado comercial con Estados Unidos y al traslado de la flota estadounidense a Pearl Harbor.
Estados Unidos vio la ocupación de Indochina como una prueba más de que Japón quería construir un gran imperio en Asia. El 26 de septiembre, el presidente Roosevelt ordenó el embargo de los envíos de chatarra a Japón, que era vital para su industria. También aumentó la ayuda económica a China. Gran Bretaña reabrió una ruta de suministro a China y concedió un nuevo préstamo. Los holandeses, aliados de los británicos, se negaron a que Japón accediera a las Indias Orientales Neerlandesas, ricas en petróleo. La reacción de estas potencias occidentales hizo que los japoneses hablaran de un "cerco ABCD" (Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Países Bajos).
Japón firma el Pacto Tripartito
Mientras tanto, el gobierno del príncipe Fumimaro Konoe negociaba una alianza militar con Alemania. El ministro japonés Matsuoka impulsó esta idea, con el apoyo del Ejército.
En una reunión el 14 de septiembre, Matsuoka explicó que Japón estaba en una encrucijada y que la mejor opción era aliarse con Alemania e Italia. Él creía que esta alianza fortalecería a Japón y evitaría que tuviera que seguir las órdenes de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Para superar la oposición de la Armada, que temía una guerra con Estados Unidos, Matsuoka tuvo que aceptar que Japón decidiría por sí mismo si entraba o no en guerra. También se prometió aumentar el presupuesto naval.
Matsuoka y Konoe estaban convencidos de que el pacto con Alemania e Italia fortalecería la posición de Japón en las negociaciones con Estados Unidos, aunque eran conscientes de los riesgos.
El 27 de septiembre, un día después de las represalias estadounidenses por la ocupación de Indochina, se firmó en Berlín el Pacto Tripartito entre Japón, Alemania e Italia. El pacto establecía que cada parte ayudaría a las otras con todos los medios (políticos, económicos y militares) si eran atacadas por un país que no estuviera ya en la guerra europea o en el conflicto chino-japonés. Esto se refería claramente a Estados Unidos.
El 4 de octubre, el primer ministro Konoe declaró que sería mejor que Estados Unidos entendiera las intenciones de Japón y participara en la construcción del nuevo orden mundial. Advirtió que si Estados Unidos seguía provocando, no quedaría otra opción que la guerra. Esta nueva etapa en las relaciones exteriores de Japón aumentó la tensión con Estados Unidos.
La idea de que el Pacto Tripartito disuadiría a Estados Unidos fue un error. El gobierno estadounidense lo interpretó como una confirmación de que Japón era una amenaza en Extremo Oriente, al igual que Alemania lo era en Europa, y que debía ser detenido.
Acontecimientos de 1941
Estados Unidos presenta sus "Cuatro Principios"

A pesar del Pacto Tripartito, el gobierno japonés no quería una guerra con Estados Unidos. Estados Unidos tenía muchos más recursos, y Japón dependía de ellos para casi el 90% de su petróleo. Para mejorar las relaciones, el primer ministro Konoe nombró al almirante Kichisaburo Nomura como nuevo embajador en Washington. Nomura era conocido por el presidente Roosevelt y se oponía a la guerra.
En las conversaciones con el secretario de Estado estadounidense Cordell Hull, este dijo que solo negociaría si Japón aceptaba cuatro principios: respetar la independencia de los países, no interferir en sus asuntos internos, apoyar la igualdad de oportunidades (incluido el comercio) y mantener la paz en el Pacífico.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores Matsuoka no aceptó los "Cuatro Principios". Él defendía el derecho de Japón a usar la fuerza, incluso más allá de lo que pensaban el Ejército y la Armada. Matsuoka llegó a proponer que Japón atacara la colonia británica de Singapur, creyendo que esto obligaría a Estados Unidos a reconsiderar una guerra.

Matsuoka presentó una respuesta a la posición estadounidense, conocida como el "Plan Matsuoka". Este plan pedía a Estados Unidos que ayudara a "restablecer la paz en Europa" (negociando con Alemania) y que dejara de apoyar al gobierno chino. También pedía que Filipinas fuera neutral y que la inmigración japonesa en Estados Unidos fuera tratada con igualdad. Además, no quería que se mencionara que las acciones japonesas en el Pacífico debían ser pacíficas. Matsuoka creía que esta postura fuerte era el único lenguaje que Estados Unidos entendería.
La respuesta de Estados Unidos al "Plan Matsuoka" llegó el 21 de junio, justo cuando Alemania invadía la Unión Soviética. Estados Unidos reiteró su compromiso con la paz en el Pacífico y negó el derecho de Japón a usar la fuerza, insistiendo en que los "Cuatro Principios" debían ser aceptados para iniciar negociaciones. El secretario Hull criticó a Matsuoka, sugiriendo que debía ser reemplazado.
Japón ocupa el sur de Indochina francesa
La invasión alemana de la Unión Soviética hizo que los líderes japoneses debatieran si debían atacar también a la URSS. Sin embargo, los líderes del Ejército y la Armada se opusieron, recordando una derrota anterior. En su lugar, propusieron ocupar el resto de Indochina francesa. Esto daría a Japón acceso a arroz, estaño y caucho, y una base para posibles ataques a Malasia y las Indias Orientales Neerlandesas. Matsuoka advirtió que esto provocaría duras reacciones de Gran Bretaña y Estados Unidos, pero finalmente aceptó.
El 2 de julio, una reunión importante con el emperador Hirohito formalizó la decisión de ocupar el sur de Indochina. Aunque se dijo que la ocupación sería pacífica, el plan incluía la frase "El Imperio no rehuirá la guerra con Gran Bretaña y con Estados Unidos". El almirante Isoroku Yamamoto preguntó si estaban preparados para una guerra aérea, sabiendo que la respuesta era incierta.
Estados Unidos impone sanciones económicas
Estados Unidos supo rápidamente de la decisión de Japón de ocupar Indochina gracias a mensajes descifrados. Aunque el ministro Matsuoka fue reemplazado por el almirante Teijiro Toyoda el 18 de julio, los planes japoneses no cambiaron. Toyoda presionó al gobierno francés para que aceptara la ocupación de toda Indochina, amenazando con usar la fuerza. El control de Indochina era clave para acceder a los yacimientos de petróleo de las Indias Orientales Neerlandesas.
El 22 de julio, los franceses aceptaron la ocupación. Esto provocó una reacción inmediata de Estados Unidos. El 23 de julio, el secretario de Estado Cordell Hull comunicó al embajador japonés que las negociaciones se rompían. Dos días después, el presidente Franklin D. Roosevelt ordenó congelar todos los bienes japoneses en Estados Unidos. Gran Bretaña y las Indias Orientales Neerlandesas hicieron lo mismo. También se empezó a discutir un embargo de petróleo.
La reacción de Japón fue de sorpresa. Creían que no habría un embargo de petróleo si no iban más allá de la ocupación de Indochina.
El embajador Nomura, que había advertido a su gobierno sobre la reacción de Estados Unidos, se reunió con Roosevelt. El presidente le propuso que si Japón renunciaba a ocupar Indochina, Estados Unidos la consideraría un país neutral. Sin embargo, el gobierno japonés no se mostró entusiasmado con la propuesta. La prensa japonesa empezó a hablar del "cerco ABCD" (Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Países Bajos) que estaba sufriendo Japón.
El 28 de julio comenzó la ocupación japonesa de Indochina. Tres días después, el almirante Osami Nagano, jefe de la Armada, advirtió al emperador Hirohito que si se interrumpían los suministros de petróleo, las reservas se agotarían en dos años, o en dieciocho meses si estallaba una guerra. Dijo que no quedaría "más opción que atacar". Hirohito preguntó si podían esperar una gran victoria, a lo que Nagano respondió que no estaba seguro de ninguna victoria. El emperador exclamó: "¡Pues qué guerra más imprudente sería esa!". Al día siguiente, Estados Unidos comenzó a aplicar el embargo de petróleo.
El embargo comercial fue un bloqueo económico total para Japón, ya que dos tercios de sus importaciones venían de esos países. El petróleo era el problema más urgente, ya que el 85% venía de Estados Unidos. La posibilidad de quedarse sin petróleo hizo que la Armada, que antes se oponía, ahora defendiera la ocupación de los campos petrolíferos de las Indias Orientales Neerlandesas, aunque eso significara la guerra con Estados Unidos y Gran Bretaña.
Japón fija una fecha límite para las negociaciones
Cuando el primer ministro Konoe supo del embargo de petróleo, reconoció que fue un error ocupar Indochina, pero no hizo nada para retirarse. Los militares pensaron que, ante un castigo que consideraban excesivo, no había más opción que la guerra. La prensa japonesa reanudó la campaña sobre el "cerco ABCD", presentando a Estados Unidos y sus aliados como los agresores.
El 6 de agosto, Japón rechazó la propuesta de Roosevelt de declarar Indochina neutral. Sin embargo, dos días después, Konoe propuso una reunión personal con Roosevelt para "evitar la guerra con Estados Unidos a toda costa". Estados Unidos respondió que antes de la reunión, debía haber un acuerdo sobre los "Cuatro Principios" de Hull y la retirada japonesa de Indochina. Konoe y sus consejeros redactaron una propuesta con algunas concesiones.

Un día antes de una reunión clave, el general Sugiyama, jefe del Ejército, comunicó a Konoe que el Ejército y la Armada consideraban innegociables tres principios: la alianza con Alemania e Italia, la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental y la presencia de tropas japonesas en China. Debido a esta postura firme de los militares, Konoe no presentó su propuesta de acuerdo.
El tema principal de la reunión fue un plan militar llamado "Elementos Esenciales para Ejecutar las Políticas del Imperio". Este plan proponía "principios de octubre" como fecha límite para las negociaciones con Estados Unidos. Si fracasaban, las hostilidades debían comenzar a más tardar el 31 de octubre. El almirante Nagano, jefe de la Armada, dijo que Japón se estaba quedando sin recursos y que la oportunidad de ganar la guerra desaparecería con el tiempo.
El 5 de septiembre, Konoe informó al emperador Hirohito sobre el plan. El emperador se alarmó porque daba prioridad a la guerra sobre la diplomacia. Pidió explicaciones a los jefes del Ejército y la Armada, quienes prometieron "hacer más hincapié en la diplomacia", pero advirtieron que si esta fallaba, tendrían que ir a la guerra. Hirohito finalmente aprobó el plan.

El 6 de septiembre, en una reunión importante, el presidente del Consejo Privado, Yoshimichi Hara, preguntó si se daba prioridad a la estrategia o a la diplomacia. Al no obtener respuesta, el emperador Hirohito habló por primera vez en la historia de estas reuniones. Leyó un poema pacifista de su abuelo. Sin embargo, el emperador no se opuso a la decisión de ir a la guerra si las negociaciones fracasaban. Su poder era limitado en la práctica, y negarse habría puesto en peligro la monarquía.
Konoe se reunió en secreto con el embajador estadounidense Joseph Grew para intentar conseguir la reunión con Roosevelt. Konoe sugirió que podría aceptar los "Cuatro Principios" de Hull. Grew instó a su gobierno a aceptar el encuentro. Sin embargo, Hull y Roosevelt seguían siendo escépticos sobre las intenciones pacíficas de Japón.
El general Tojo es nombrado primer ministro

Una vez que el emperador aprobó el plan, el Ejército y la Armada intensificaron los preparativos para la guerra. Mientras tanto, el embajador Nomura intentaba que se realizara la reunión entre Konoe y Roosevelt. Sin embargo, el secretario Hull consideró que la propuesta japonesa no era suficiente y que se necesitaba una concesión importante, como la retirada de tropas de China. La reunión del 20 de septiembre descartó hacer concesiones, lo que frustró a Nomura y mantuvo el embargo de petróleo.
Los jefes del Estado Mayor, apoyados por el ministro del Ejército Tojo, presionaron para fijar una fecha límite para las negociaciones. El 25 de septiembre, dijeron que "el 15 de octubre a más tardar tenemos que haber elegido entre diplomacia y guerra". El ministro de Marina Koshiro Oikawa fue el único que se opuso abiertamente, pensando que "era una locura comenzar una guerra con Estados Unidos". La presión hizo que Konoe considerara dimitir.
El 29 de septiembre, el almirante Isoroku Yamamoto, que ya tenía listo su plan de ataque a Pearl Harbor, envió un informe diciendo que una guerra con Estados Unidos sería larga y que Japón se empobrecería. Concluyó: "No se debe librar una guerra con unas probabilidades tan pequeñas de victoria".
Las posibilidades de la reunión Konoe-Roosevelt se veían cada vez más lejanas. El 2 de octubre, Hull reiteró que la cumbre no se celebraría sin un acuerdo sobre los "Cuatro Principios" y una "clarificación" de la posición de Japón respecto a China, Indochina y el Pacto Tripartito.
Konoe se reunió con Tojo el 5 de octubre para intentar convencerlo de hacer concesiones, pero Tojo se mostró inflexible. Dijo que Estados Unidos exigía demasiado y que Japón no podía tolerarlo. En otra reunión, Tojo dijo: "En ocasiones uno debe reunir el valor necesario, cerrar los ojos y saltar [al abismo]".
En un último intento de ganar tiempo, Konoe convocó a varios ministros el 12 de octubre. Les dijo: "Debemos seguir buscando un arreglo diplomático. No tengo confianza en una guerra como esta". Tojo insistió en que el gobierno debía seguir la decisión del 6 de septiembre. El 14 de octubre, Konoe intentó por última vez que Tojo aceptara la retirada de las tropas de China, diciendo que no podía empezar otra gran guerra con un futuro incierto.
En la reunión del gobierno, Tojo mantuvo su posición. Dijo que ceder a las demandas de Estados Unidos aniquilaría los logros en China y amenazaría la existencia de Manchukuo y el control japonés sobre Corea y Taiwán.
Tojo puso en duda el liderazgo de Konoe. Después de la reunión, Tojo fue al palacio imperial para pedir un cambio de primer ministro. Sugirió al príncipe Naruhiko Higashikuni, que se oponía a la guerra. Esto indicaba que Tojo empezaba a dudar de la guerra.
El 17 de octubre, un día después de la dimisión de Konoe, el emperador ofreció el puesto de primer ministro al general Tojo. Tojo se sorprendió, pero aceptó. Su misión era "unificar la política del Ejército y la Armada y, más aún, volver a examinar la decisión del 6 de septiembre". Sin embargo, el nombramiento de Tojo, quien había adoptado la línea más dura en las negociaciones, alarmó a los gobiernos de Gran Bretaña, China y Estados Unidos, que vieron la guerra mucho más cerca.
El plan de ataque a Pearl Harbor es aprobado
El almirante Isoroku Yamamoto, jefe de la Flota Combinada, no creía que Japón pudiera ganar una guerra con Estados Unidos. Sin embargo, si había una mínima posibilidad, su deber era aprovecharla. En octubre de 1940, después de firmar el Pacto Tripartito (al que se había opuesto), dijo: "Luchar contra Estados Unidos es como luchar contra el mundo entero. Pero ha sido decidido. Por lo tanto, lucharé lo mejor que sepa". En una carta privada, escribió que una vez que comenzaran las hostilidades, Japón tendría que avanzar hasta Washington para firmar la paz.
Yamamoto comenzó a diseñar la estrategia de guerra en el Pacífico. Concluyó que la única opción de victoria para Japón era dar un golpe decisivo al inicio de la guerra, que quizás obligaría a Estados Unidos a negociar. Ese golpe podría ser el ataque a la flota estadounidense en Pearl Harbor, Hawái. Esta idea parecía descabellada, y así lo pensó el embajador estadounidense en Tokio cuando a principios de 1941 le llegaron "rumores de guerra" sobre un ataque sorpresa a Pearl Harbor.
Carta del almirante Yamamoto al capitán Genda pidiéndole que estudie la viabilidad de un ataque aéreo a Pearl Harbor. Febrero de 1941
Dependiendo de los cambios que se produzcan en la situación internacional, podríamos vernos arrastrados a luchar con Estados Unidos. Si Japón y Estados Unidos fueran a la guerra, tendríamos que recurrir a una táctica radical… Deberíamos intentar, con toda la fuerza de nuestras Primera y Segunda Divisiones Aéreas, asestar un golpe a la flota estadounidense en Hawái, de forma, que durante un tiempo, Estados Unidos no pudiera avanzar hacia el Pacífico occidental. Nuestro objetivo sería un grupo de acorazados estadounidenses… No sería fácil llevar a cabo algo así. Pero estoy decidido a darlo todo para realizar este plan, supervisando yo mismo las divisiones aéreas. Me gustaría que investigara pormenorizadamente la viabilidad de un plan de estas características. |
En febrero de 1941, Yamamoto pidió al capitán Minoru Genda, un excelente piloto, que investigara la viabilidad de un ataque aéreo a Pearl Harbor. Quería "asestar un golpe a la flota estadounidense en Hawái, de forma que, durante un tiempo, Estados Unidos no pudiera avanzar hacia el Pacífico occidental". Yamamoto usó información del cónsul japonés en Honolulu, quien había observado que los barcos permanecían anclados en el puerto los fines de semana.
Dos meses después, Yamamoto se decepcionó al saber que Genda y Takijiro Onishi habían descartado el uso de torpedos lanzados desde aviones debido a la poca profundidad de Pearl Harbor. Pero Yamamoto insistió en que era posible y que debían mejorar los torpedos y entrenar a los pilotos.
Genda y Onishi trabajaron para solucionar el problema de los torpedos. Lograron reducir la profundidad a la que debían hundirse y entrenaron a los pilotos para volar muy bajo. En septiembre, comenzaron los ejercicios de simulación en una bahía similar a Pearl Harbor. A finales de septiembre, el plan de ataque a Pearl Harbor estaba listo.
Sin embargo, el Estado Mayor de la Armada Imperial rechazó el plan de Yamamoto por ser demasiado arriesgado y usar demasiados recursos. Yamamoto no se rindió y envió a su colaborador Kameto Kuroshima a Tokio para defender el plan, amenazando con su dimisión si no se aceptaba. El 20 de octubre, el Estado Mayor cedió y aprobó el plan, a pesar de las dudas.
La fecha y hora del ataque se fijaron para las 8:00 de la mañana del domingo 7 de diciembre en Hawái. Se eligió ese día porque la luna proporcionaría luz para el vuelo de los aviones antes del amanecer.
El plan de ataque a Pearl Harbor, junto con otras ofensivas, fue presentado al emperador Hirohito el 2 de noviembre. Se había decidido que el 30 de noviembre sería la fecha límite para las negociaciones con Estados Unidos. Los objetivos principales de la "campaña hacia el sur" eran Filipinas (posesión estadounidense) y Malasia (colonia británica, incluyendo Singapur). También se atacarían Tailandia, Birmania, Hong Kong, y las islas de Wake y Guam. La conquista de las Indias Orientales Neerlandesas comenzaría después. La ofensiva debía terminar en 20 semanas.
Aun así, el almirante Yamamoto seguía dudando de la victoria. Predijo: "Durante los primeros seis o doce meses de guerra contra los Estados Unidos y Gran Bretaña, causaré estragos en todos sus flancos y conquistaré una victoria tras otra. Después… no tengo esperanzas de ganar".
Japón retrasa la fecha límite para negociar
El mismo día que se aprobaba el plan de Yamamoto, el general Tojo formó su gobierno. Nombró a Shigenori Togo como ministro de Asuntos Exteriores, quien estaba dispuesto a hacer concesiones a Estados Unidos. También nombró a dos personas que no querían la guerra, Okinori Kaya (Finanzas) y el almirante Shigetaro Shimada (Marina). Tojo se mantuvo como ministro de Guerra y también asumió Interior. Todos acordaron que el objetivo era extender el plazo de las conversaciones con Estados Unidos para evitar la guerra. Sin embargo, Tojo no cambió a los jefes militares que sí querían la guerra, y el emperador no les dio instrucciones de buscar una salida diplomática.
Para revisar la decisión del 6 de septiembre, se celebraron varias reuniones entre el 23 y el 30 de octubre. Los jefes del Ejército y la Marina, Sugiyama y Nagano, presionaron a favor de la guerra, aunque reconocieron que Japón no podría mantener un conflicto largo. Confiaban en que Estados Unidos pediría la paz después de las primeras victorias japonesas. Los ministros Togo y Kaya se opusieron a la guerra. El ministro de Marina Shimada, que al principio no quería la guerra, no se opuso después de hablar con el príncipe Hiroyasu Fushimi, quien le dijo que "si no tomamos rápidamente una decisión, perderemos una oportunidad".
En la reunión del 1 de noviembre, que duró diecisiete horas, Tojo defendió una vía intermedia: continuar las negociaciones diplomáticas sin descartar la guerra. Se decidió fijar el 30 de noviembre como fecha límite para la diplomacia. El ministro Togo insistió en que la diplomacia necesitaba tiempo y condiciones para tener éxito.
Después de once horas de debate, se discutieron los términos de la negociación con Estados Unidos. El ministro Togo propuso que Japón ofreciera retirar las tropas del sur de Indochina. Sin embargo, los generales Sugiyama y Tsukada se opusieron, diciendo que si lo hacían, Estados Unidos lograría su objetivo y podría interferir en los asuntos de Japón. Tojo apoyó a Togo, y se acordó que la oferta de trasladar las tropas del sur al norte de Indochina sería un último recurso. El problema de fondo era que los militares no estaban dispuestos a hacer concesiones significativas, como la retirada de tropas de China, que consideraban una deshonra.
El 4 de noviembre, el Consejo Supremo de Guerra, presidido por el emperador Hirohito, no se opuso a que las negociaciones y los preparativos de guerra se desarrollaran al mismo tiempo. Tojo se mostró más a favor de la guerra, diciendo que si Japón volvía a ser el "pequeño Japón" de antes, mancharía su historia.
Al día siguiente, 5 de noviembre, se celebró una reunión importante. El ministro Togo presentó los acuerdos, acusando a Estados Unidos de ser el agresor.

Tojo destacó que si las conversaciones fracasaban, no quedaría más opción que ir a la guerra para evitar que Japón se convirtiera en una "nación de tercera clase". Dijo que en dos años no tendrían petróleo para uso militar y que los barcos se detendrían. El presidente del Consejo Privado, Hara, estuvo de acuerdo con Tojo, diciendo que era imposible aceptar todas las demandas de Estados Unidos y que la guerra era inevitable si las negociaciones fallaban. El emperador permaneció en silencio.
Japón rompe las conversaciones tras la Nota Hull
Dos días después de fijar la fecha límite del 30 de noviembre, el ministro de Asuntos Exteriores Shigenori Togo envió al diplomático Saburo Kurusu a Washington para negociar. Togo le informó de las condiciones japonesas: un Plan A sin grandes concesiones y un Plan B (último recurso) que incluía la retirada de tropas del sur de Indochina. Antes de partir, Kurusu se reunió con Tojo, quien le dijo: "Haga todo lo posible y regrese con un acuerdo".
Kurusu salió de Japón el 7 de noviembre, el mismo día en que el embajador Nomura presentó el Plan A a Cordell Hull. Los servicios de inteligencia estadounidenses interceptaron y descifraron el mensaje, interpretando que Japón se preparaba para la guerra mientras negociaba. Cuando Kurusu llegó a Washington el 15 de noviembre, las negociaciones formales aún no habían comenzado. Mientras tanto, los preparativos bélicos continuaban.
El 17 de noviembre, Kurusu se reunió con Roosevelt. Kurusu le pidió al presidente que viera la situación desde "la perspectiva japonesa". Roosevelt respondió: "Entre amigos nunca está dicha la última palabra". Sin embargo, no hubo avances en temas cruciales, como el deseo de Estados Unidos de que Japón abandonara el Pacto Tripartito.
El mismo día, el primer ministro Tojo pronunció un discurso en el parlamento japonés, diciendo que las sanciones económicas de Estados Unidos eran "un acto agresivo y hostil equivalente a un conflicto armado".
Al día siguiente, 18 de noviembre, Kurusu y Nomura se reunieron con Hull. Nomura sugirió la retirada de las tropas japonesas del sur de Indochina. Pero Hull no lo consideró suficiente y dijo que el embargo no se levantaría hasta que los japoneses hubieran "tomado definitivamente un rumbo pacífico".

El 20 de noviembre, Nomura y Kurusu entregaron el Plan B completo a Hull, quien los recibió fríamente. Hull les dijo que el público estadounidense veía a Japón como un aliado de Alemania y que juntos querían repartirse el mundo. En privado, consideró la propuesta japonesa como una exigencia "ridícula".
La respuesta definitiva de Estados Unidos fue entregada a Kurusu y Nomura el 26 de noviembre por el secretario Hull. Era un documento titulado "Esbozo de la Base Propuesta para un acuerdo entre Estados Unidos y Japón", más conocido como la Nota Hull. Proponía un acuerdo multilateral de no agresión y exigía la retirada de las tropas japonesas de Indochina y China, el reconocimiento del gobierno chino de Chiang Kai-shek, la renuncia a ciertos derechos en China y el abandono del Pacto Tripartito. A cambio, Estados Unidos ofrecía descongelar los bienes japoneses y negociar un nuevo tratado comercial.

Hull reconoció más tarde que no creía que Japón aceptaría su propuesta y que podría significar la guerra.
La vuelta a una postura dura se debió a dos factores. Primero, la poca aceptación de la propuesta japonesa por parte de Gran Bretaña, Países Bajos y Australia, y el rechazo total del gobierno chino de Chiang Kai-shek. Segundo, un informe de inteligencia militar sobre movimientos de tropas japonesas en el sudeste de Asia, lo que indicaba un ataque inminente. El presidente Roosevelt se enfureció al saber de estos movimientos, pero los líderes militares estadounidenses le informaron que Estados Unidos aún no estaba preparado para la guerra.
Kurusu y Nomura intentaron que Hull rebajara algunas demandas, pero él se negó. Se reunieron con Roosevelt al día siguiente, quien también se negó a modificar la Nota Hull. El presidente dijo que los "movimientos y declaraciones japoneses" apuntaban a la conquista por la fuerza. Vaticinó que si Japón seguía el camino de la agresión, sería "el gran perdedor". El Departamento de Estado informó a la prensa, y The New York Times publicó que los esfuerzos de Estados Unidos para resolver las diferencias con Japón parecían agotados.
El mismo día que los representantes japoneses recibían la Nota Hull, la flota japonesa al mando del vicealmirante Chuichi Nagumo zarpaba en secreto hacia Pearl Harbor. Fue entonces cuando se informó a las tripulaciones del objetivo. La flota estaba compuesta por seis portaaviones, escoltados por acorazados, cruceros y destructores. El gobierno estadounidense no se enteró de la salida de la flota porque se hizo sin radio y bajo fuertes lluvias.
A mediodía del 27 de noviembre, la Nota Hull llegó al gobierno japonés. Aunque no tenía fecha límite, la entendieron como una exigencia y un insulto. El ministro Togo perdió la esperanza. Los líderes japoneses, furiosos por la exigencia de retirar las tropas de China, volvieron a acusar a Estados Unidos de ser el agresor, usando la teoría del "cerco ABCD". Los oficiales más a favor de la guerra vieron la nota como "prácticamente un milagro", ya que hacía imposible la solución diplomática y dejaba la guerra como única alternativa.
Japón decide entrar en guerra

El 29 de noviembre, el emperador Hirohito se reunió con ex primeros ministros para conocer su opinión sobre la Nota Hull. Aunque todos estaban en contra de la guerra, solo el almirante Mitsumasa Yonai se atrevió a hablar claramente, diciendo que no debían caer en la miseria absoluta por evitar una miseria gradual. Tojo afirmó después de la guerra que la mayoría pensaba que si la guerra era por la supervivencia, debían estar preparados para luchar, incluso si se preveía la derrota.
Ese mismo día, una reunión de líderes japoneses acordó entrar en guerra. Los jefes militares informaron que los preparativos estaban casi listos. Los miembros del gobierno fueron informados de que la fecha de inicio de los ataques sería el 8 de diciembre, aunque no conocían los objetivos, incluido Pearl Harbor.

El 30 de noviembre, el príncipe Nobuhito Takamatsu, hermano menor del emperador, intentó convencer a Hirohito de que impidiera la guerra. Dijo que la Armada no podía permitirse luchar y que si dejaban pasar esa oportunidad, la guerra sería inevitable. Hirohito respondió que temía una posible derrota, pero que no podía interferir en las decisiones del gobierno y el Alto Mando.
Al día siguiente, 1 de diciembre, se reunió la Conferencia Imperial. El almirante Nagano dijo que estaban listos para comenzar las operaciones. Como la fecha límite para las negociaciones con Estados Unidos ya había pasado, se aprobó la entrada en guerra contra Estados Unidos, Gran Bretaña y Países Bajos. Hirohito no habló. El presidente del Consejo Privado, Hara, dijo que ceder a las exigencias de Estados Unidos significaría perder todo lo ganado en guerras anteriores y que la existencia de Japón estaba amenazada.
El 2 de diciembre, el almirante Isoroku Yamamoto envió un mensaje en clave al vicealmirante Nagumo, al mando de la flota que se dirigía a Pearl Harbor, ordenándole lanzar el ataque. El mensaje decía: "Escalen el monte Niitaka 1208".
Mientras tanto, los líderes militares de Estados Unidos esperaban un ataque japonés en cualquier momento, creyendo que los objetivos más probables serían Malaca, Tailandia o Filipinas. Nadie esperaba que el ataque fuera a Pearl Harbor. El problema era que los servicios de inteligencia no sabían dónde estaban los portaaviones japoneses.
El ataque a Pearl Harbor y la declaración de guerra

El gobierno japonés y el Alto Mando decidieron que la ruptura de relaciones con Estados Unidos se presentaría solo media hora antes del ataque a Pearl Harbor (previsto para las 8:00 de la mañana del 7 de diciembre en Hawái). Para mantener el secreto, no informaron a sus representantes en Washington de la decisión de ir a la guerra. De hecho, los embajadores japoneses lograron que el presidente Roosevelt enviara una carta personal al emperador a favor de la paz, pero esta fue retenida por orden del Ejército y Hirohito la recibió solo media hora antes del ataque.

El gobierno japonés envió el comunicado de ruptura de negociaciones solo unas horas antes del ataque. La orden era que no se entregara antes de la 1:00 de la tarde (hora de Washington). Pero la embajada japonesa tuvo problemas para descifrar y escribir el documento. Por eso, los embajadores Nomura y Kurusu lo presentaron a Hull a las 2:20 de la tarde, cuando el ataque a Pearl Harbor ya había comenzado hacía una hora.
Cuando Hull los recibió, notaron que estaba furioso. No les dio la mano ni los invitó a sentarse. Ellos no sabían que Hull y Roosevelt ya conocían el contenido del documento desde las 10 de la mañana, porque los servicios de inteligencia lo habían interceptado y descifrado antes que la propia embajada japonesa. Además, hacía pocos minutos que Hull había sido informado del ataque a Pearl Harbor. Hull dejó de leer el documento y les dijo:
En mis cincuenta años de servicio público no he visto un documento más plagado de falsedades y distorsiones: infames falsedades y distorsiones a una escala tan monumental que nunca imaginé hasta hoy que algún gobierno del planeta fuera capaz de manifestarlas.

Kurusu y Nomura regresaron confusos a su embajada, donde una multitud los increpaba. Fue entonces cuando supieron que Japón había atacado a Estados Unidos por sorpresa y sin haber declarado la guerra.
En el discurso que pronunció al día siguiente ante el Congreso para pedir la declaración de guerra a Japón, conocido como el "discurso de la infamia", Roosevelt denunció la conducta japonesa por haber usado la diplomacia para ocultar los preparativos:
Una hora después de que los escuadrones aéreos japoneses hubieran comenzado a bombardear Oahu, el embajador japonés en Estados Unidos y su colega entregaron al secretario de Estado una respuesta formal a un reciente mensaje estadounidense. Aunque esta respuesta afirmaba que parecía inútil continuar las negociaciones diplomáticas, no contenía amenaza alguna ni aludía a la guerra o a un ataque armado.
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El acorazado USS Arizona instantes después de ser alcanzado por un proyectil japonés durante el ataque a Pearl Harbor.