Toma de la Alhóndiga de Granaditas para niños
Datos para niños Toma de la Alhóndiga de Granaditas |
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Parte de Guerra de Independencia de México | ||||
![]() El combate de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato el 28 de septiembre de 1810, Óleo sobre tela, José Díaz del Castillo, 1910.
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Fecha | 28 de septiembre de 1810 | |||
Lugar | Guanajuato, virreinato de Nueva España | |||
Resultado | Victoria insurgente | |||
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Comandantes | ||||
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La Toma de la Alhóndiga de Granaditas fue un evento importante que ocurrió en Guanajuato, en lo que entonces se conocía como el virreinato de Nueva España. Sucedió el 28 de septiembre de 1810. En este suceso se enfrentaron los soldados leales al gobierno español (realistas) y los insurgentes, liderados por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende.
El miedo se extendió entre la gente de Guanajuato. Por eso, el intendente (una autoridad de la época), Juan Antonio Riaño, pidió a la población que se refugiara en la Alhóndiga de Granaditas. Este edificio era un gran almacén de granos construido en 1800. Curiosamente, Miguel Hidalgo había ayudado a planear su construcción, pues era amigo de Riaño. Después de varias horas de lucha, Riaño falleció. Los españoles que estaban dentro querían rendirse. Sin embargo, los militares que servían al virrey continuaron la defensa. Finalmente, los insurgentes lograron entrar al edificio. Este enfrentamiento es visto por muchos historiadores más como un suceso violento con muchas muertes de civiles que como una batalla tradicional, ya que no hubo igualdad de condiciones militares.
Contenido
¿Qué llevó a la Toma de la Alhóndiga de Granaditas?
La situación en el virreinato de Nueva España y en España era complicada en 1808. Había mucha inestabilidad política. Esto, junto con un intento de levantamiento en Valladolid en 1809, hizo que las ideas de libertad e independencia crecieran entre los criollos (personas nacidas en América de padres españoles).
A principios de 1810, el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez organizaron en Querétaro un plan secreto. Querían oponerse al gobierno del virrey, que había aceptado la autoridad de Napoleón en España. Militares como Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo no querían la independencia total. Ellos preferían que el "verdadero" rey de España, Fernando VII, gobernara, pero con más libertad para los habitantes de Nueva España.
El plan inicial era iniciar el levantamiento el 8 de diciembre, pero luego se cambió al 2 de octubre. Ese día se celebraba una feria en San Juan de los Lagos, donde se reunirían muchos comerciantes y artesanos. Este plan secreto se conoce como la Conspiración de Querétaro. Necesitaban un líder, y lo encontraron en Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de Dolores. Hidalgo, de 57 años, era un hacendado y exrector de un colegio. Tenía mucha influencia, especialmente entre los indígenas, y era muy respetado en la región del Bajío.
El plan fue descubierto el 11 de septiembre, y Allende estuvo a punto de ser arrestado. Hidalgo, como líder, decidió adelantar el inicio del levantamiento. Lo convocó la mañana del 16 de septiembre en su parroquia de Dolores. Este evento es conocido como el Grito de Dolores.

Después del Grito de Dolores, Hidalgo reunió a unos 6000 hombres para comenzar su lucha. En pocos días, entró sin resistencia en San Miguel el Grande y Celaya. Allí consiguió más dinero y soldados. Al llegar a Atotonilco, Hidalgo tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe. Esta imagen era un símbolo religioso muy importante para los habitantes de Nueva España. La imagen de la Virgen de Guadalupe se convirtió en el estandarte de Hidalgo en sus batallas. Fue capturada más tarde en la batalla del Puente de Calderón y llevada a España, pero fue devuelta a México en 1910, durante las celebraciones del Centenario de la Independencia.
El 24 de septiembre, Allende tomó Salamanca. En esta ciudad, Hidalgo fue nombrado Capitán General de los Ejércitos de América y Allende teniente general. Hubo algo de resistencia y un intento de robo de pertenencias, que fue controlado por Aldama. Al salir de Salamanca, Hidalgo ya contaba con cincuenta mil hombres para la lucha.
El gobierno español respondió rápidamente. El arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana, fue reemplazado el 14 de septiembre por Francisco Xavier Venegas. Venegas había participado en la Batalla de Bailén y era conocido por su firmeza. Inmediatamente, ordenó al intendente de Puebla, Manuel Flon, que detuviera cualquier levantamiento en su provincia. Manuel Abad y Queipo, obispo de Michoacán y amigo de Hidalgo, lo expulsó de la iglesia a él y a todos los insurgentes el 27 de septiembre. Hidalgo no hizo caso y continuó su lucha.
¿Cómo ocurrió la Toma de la Alhóndiga?

Hidalgo envió a José Mariano Jiménez como mensajero. Jiménez era un minero sin experiencia militar que había pedido unirse a las tropas. Allende se negó, pero Hidalgo decidió enviarlo en una misión especial. Su objetivo era pedir a Riaño que la ciudad de Guanajuato se rindiera sin violencia. La carta de Hidalgo decía, en parte:
[...] yo no veo a los europeos como enemigos, sino solamente como un obstáculo que embaraza el buen éxito de nuestra empresa. Vuestra Señoría se servirá manifestar estas ideas a los europeos que se han reunido en esa Alhóndiga, para que resuelvan si se declaran por enemigos o convienen en quedar en calidad de prisioneros recibiendo un trato humano y benigno, como lo están experimentando los que traemos en nuestra compañía, hasta que se consiga la insinuada libertad e independencia [¿sic?], en cuyo caso entrarán en la clase de ciudadanos, quedando con derecho a que se les restituyan los bienes de que por ahora, para las exigencias de la nación, nos serviremos. Si, por el contrario, no accedieren a esta solicitud, aplicaré todas las fuerzas y estrategias para destruirlos, sin que les quede esperanza de cuartel.
Riaño, el intendente de Guanajuato, había nacido en España y tenía experiencia naval. En 1795, fue nombrado intendente de Guanajuato. Allí se hizo amigo de Hidalgo y de Manuel Abad y Queipo. Al recibir la carta de Hidalgo, Riaño se negó a aceptar la petición. Afirmó ser un soldado del rey de España y solo reconocía la autoridad del virrey Venegas. Al saber la respuesta de su antiguo amigo, Hidalgo decidió comenzar el ataque.
Allende, Aldama y Jiménez dividieron sus fuerzas para rodear Guanajuato. Al principio, no encontraron resistencia. Al contrario, recibieron apoyo en dinero y soldados. Algunos informantes les dieron datos sobre el estado de la Alhóndiga y el dinero que guardaba. El enfrentamiento comenzó alrededor de las ocho de la mañana, con los primeros disparos hacia la Alhóndiga. Riaño ordenó al teniente Barceló, capitán de la guardia, subir al techo para defenderse. El intendente, por su parte, se quedó en la planta baja resistiendo los ataques insurgentes. Desde el techo, Barceló lanzaba bombas y disparaba con rifle.
Riaño se dio cuenta de que no podían ganar si los realistas no podían moverse. Por eso, decidió salir con un pequeño grupo de hombres. Cuando uno de los líderes insurgentes vio a Riaño, ordenó un ataque. Riaño intentó defenderse, pero falleció. Los soldados que salieron con él se retiraron llevando su cuerpo.
Al ver al intendente fallecido, uno de los asesores de Riaño sugirió al teniente Barceló que se rindieran. Le dijo que, como segundo al mando, debía tomar el control. Barceló se negó rotundamente, diciendo que era una lucha y que la autoridad militar era superior a la civil en ese momento. Sin embargo, el asesor de Riaño consiguió un pañuelo blanco y lo ató a un fusil de un soldado caído. Empezó a ondear su nueva bandera de paz. Al verla, los insurgentes pensaron que los españoles se habían rendido. Hidalgo ordenó detener el fuego y envió a Allende a negociar.
Pero Barceló mató al civil que ondeaba la bandera y subió de nuevo a la azotea para seguir atacando. Los insurgentes se dieron cuenta de que habían sido engañados y continuaron la lucha. Por el lado insurgente, Hidalgo pensaba en cómo tomar el edificio, pero no quería hacerlo y no tenía los recursos necesarios. Según la historia, fue entonces cuando Juan José de los Reyes Martínez, un minero de La Valenciana conocido por su fuerza y apodado El Pípila, pidió permiso a Hidalgo para quemar la puerta de la Alhóndiga. Esto permitiría a los insurgentes entrar. Después de pensarlo, Hidalgo aceptó, y El Pípila llevó a cabo la acción.
Después de quemar la puerta de la Alhóndiga (que estaba reforzada con placas de hierro), los rebeldes pudieron entrar. Una vez dentro, hubo mucha violencia y robo de pertenencias. Barceló y el hijo de Riaño, ambos comandantes realistas, fueron asesinados por la multitud. Muchas personas españolas y criollas de familias importantes también perdieron sus pertenencias y sus vidas a manos de la gente. El robo de pertenencias en Guanajuato no se limitó solo a la Alhóndiga, sino que se extendió por la ciudad y sus alrededores en los días siguientes. Hidalgo impidió que sus soldados faltaran al respeto al cuerpo de su amigo Riaño. Fue entonces cuando se dio cuenta de la situación de robo que vivía la ciudad. El 1 de octubre, las tropas insurgentes salieron de Guanajuato.
¿Qué pasó después de la Toma de la Alhóndiga?
Después de salir de Guanajuato, los insurgentes se dirigieron a Valladolid. Los habitantes de Valladolid, al enterarse de lo sucedido, huyeron a otras partes del país para evitar que se repitiera lo de Guanajuato. Valladolid cayó sin resistencia el 17 de octubre. El 25 de octubre, Toluca fue tomada, con la intención de llegar a la capital. El 30 de octubre, los insurgentes ganaron la Batalla del Monte de las Cruces. Por ello, los rebeldes estaban ansiosos por entrar a la Ciudad de México, que en ese entonces era descrita como "La ciudad de los palacios" por el viajero alemán Alexander von Humboldt.
Pero Hidalgo decidió, el 1 de noviembre, enviar a Mariano Abasolo y a Allende como mensajeros para negociar con Venegas la entrega pacífica de la ciudad. El virrey, en lugar de aceptar un acuerdo, estuvo a punto de fusilar a los negociadores. Se salvaron gracias a la intervención del Arzobispo de México y de otro virrey, Francisco Javier de Lizana. Hidalgo lo pensó bien y, la noche del 3 de noviembre, ordenó que el Ejército Insurgente no fuera hacia la capital, sino hacia la región del Bajío. Allí, el 7 de noviembre, el ejército de Calleja los alcanzó en San Jerónimo Aculco, donde fueron derrotados. Este evento se conoce como la Batalla de Aculco. Después de esta derrota, surgió un desacuerdo entre Hidalgo y Allende. Por eso, el cura de Dolores decidió retirarse a Valladolid, lo que aumentó las diferencias entre ellos.
¿Cómo se recuerda este evento hoy?
La Toma de la Alhóndiga de Granaditas se celebra cada 28 de septiembre con un desfile cívico. En este desfile participan estudiantes de las escuelas del municipio y funcionarios del gobierno local y estatal.
Además, el día 28 de cada mes, se realiza una ceremonia dentro de la Alhóndiga. En esta ceremonia se renueva el "fuego simbólico" de la libertad. Participan el gobernador del Estado y otras personalidades invitadas.
Más información
Véase también
En inglés: Capture of Alhóndiga de Granaditas Facts for Kids