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Reinado de Amadeo I de España para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Reino de España
Período histórico
1871-1873
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg
Escudo de España con Amadeo de Saboya.svg

Lema: Plus Ultra (latín: ‘Más allá’)
Himno: Marcha Real
Imperio Español (1821-1898).png
Posesiones españolas alrededor del mundo entre 1825 y 1898.
Capital Madrid
Entidad Período histórico
Idioma oficial Castellano
Moneda Peseta
Período histórico Edad Contemporánea
 • 2 de enero
de 1871
Proclamación de Amadeo I
 • 10 de febrero
de 1873
Abdicación de Amadeo I
Forma de gobierno Monarquía parlamentaria
Rey
Amadeo I
Presidente del Consejo de Ministros
• 1870-1871
• 1872-1873


Juan Bautista Topete
Manuel Ruiz Zorrilla
Legislatura Cortes
Precedido por
Sucedido por
Gobierno Provisional de 1868-1871
Primera República española

El reinado de Amadeo I fue un período corto en la historia de España, que duró solo dos años. Comenzó el 2 de enero de 1871, cuando Amadeo I fue proclamado rey por las Cortes Constituyentes, y terminó el 10 de febrero de 1873, cuando decidió dejar el trono.

Durante este tiempo, España intentó establecer una monarquía parlamentaria, un sistema donde el rey reina pero el poder lo ejerce un gobierno elegido por el pueblo. Sin embargo, este intento no tuvo éxito.

Una de las principales razones de su fracaso fue que el mismo día que Amadeo I llegó a España, el general Prim, quien lo había apoyado mucho, falleció debido a un ataque. Prim era el líder del Partido Progresista, un grupo político muy importante que debía apoyar al rey. Su muerte causó divisiones entre los políticos y debilitó el apoyo al nuevo rey.

Además, la monarquía de Amadeo I no logró que los grupos políticos que se oponían a él lo aceptaran. Estos grupos seguían defendiendo sus propias ideas para el país, como una República, una monarquía carlista (con otro pretendiente al trono) o una monarquía alfonsina (con el hijo de la reina anterior).

El reinado de Amadeo I es parte de un período más amplio conocido como el Sexenio Democrático (1868-1874). Este período comenzó con la Revolución de 1868 y terminó con la Primera República Española (1873-1874), que también tuvo sus propios desafíos.

La elección de Amadeo de Saboya como rey de España

Archivo:Prim, Serrano & Topete Subasta Corona, La Flaca (1869)
Prim, Serrano y Topete subastan la Corona española, La Flaca (1869).

Después de que la reina Isabel II fuera destronada, encontrar un nuevo rey para España se convirtió en un gran problema. Los grupos políticos españoles no se ponían de acuerdo, y también hubo rivalidades entre las grandes potencias de Europa, que querían poner a su propio candidato en el trono español.

Se propuso al príncipe prusiano Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, pero Napoleón III de Francia se opuso. Francia y Prusia eran rivales, y Napoleón III no quería que un miembro de la misma familia real gobernara en dos países cercanos a Francia. Esta situación incluso contribuyó al inicio de la guerra francoprusiana (1870-1871).

Finalmente, la opción italiana de la casa de Saboya, apoyada por el general Prim, fue la elegida. El 16 de noviembre de 1870, las Cortes Constituyentes votaron y eligieron al duque Amadeo de Aosta, segundo hijo del rey de Italia Víctor Manuel II, como el nuevo rey de España. Se le conoció como Amadeo I.

Aunque fue elegido, la gente en España no mostró mucho entusiasmo por el príncipe italiano. Algunos incluso se burlaban de él, llamándolo "Macarroni I".

El primer año de reinado

Archivo:Amadeo I frente al féretro del general Prim de Antonio Gisbert 1870
Amadeo I frente al féretro del general Prim. Obra de Antonio Gisbert, 1871.

El reinado de Amadeo I comenzó con dificultades. Apenas desembarcó en España el 30 de diciembre de 1870, recibió la triste noticia de que el general Prim había fallecido. Prim era su principal apoyo y su muerte dejó al rey sin una ayuda fundamental.

El nuevo rey llegó a Madrid el 2 de enero de 1871 y ese mismo día juró la Constitución de 1869 ante las Cortes. Después, visitó la capilla ardiente del general Prim, un momento que fue pintado por Antonio Gisbert.

El gobierno del general Serrano: buscando la unión

Tras la muerte de Prim, se formó un gobierno para intentar unir a los diferentes grupos políticos. El rey Amadeo I propuso al general Serrano como nuevo presidente del gobierno. Serrano había sido el regente (quien gobernaba en lugar del rey) antes de la llegada de Amadeo I.

Serrano formó un gobierno con líderes de los grupos que apoyaban la monarquía, como Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla (progresistas), Cristino Martos (demócrata monárquico) y Adelardo López de Ayala (unionista).

El primer objetivo de este gobierno fue preparar las elecciones para asegurar una mayoría que apoyara al rey. Se cambió la ley electoral para que el gobierno pudiera influir más fácilmente en los resultados, especialmente en las zonas rurales. Aunque el gobierno obtuvo una mayoría, los partidos de oposición, como los carlistas y los republicanos, también consiguieron muchos diputados.

Cuando el gobierno y las Cortes intentaron desarrollar las leyes basadas en la Constitución de 1869, como la creación de jurados o la separación de la Iglesia y el Estado, surgieron problemas. También tuvieron que enfrentar desafíos como la abolición de las "quintas" (el servicio militar obligatorio por sorteo), la guerra en Cuba y la abolición de la esclavitud, y los conflictos sociales.

Los políticos se dividieron sobre cómo fortalecer la nueva monarquía. Sagasta quería una política más conservadora, aliándose con los unionistas. Ruiz Zorrilla, en cambio, defendía reformas más avanzadas y buscaba la alianza con los demócratas, esperando incluso integrar a los republicanos. Estas diferencias causaron tensiones y divisiones dentro del partido progresista.

La oposición a la Monarquía de Amadeo I

La alta nobleza y la Iglesia no aceptaron la nueva monarquía de Amadeo I. La nobleza, que había tenido privilegios con la reina Isabel II, boicoteó la corte y mostró su lealtad a los Borbones destronados. Incluso se burlaban del rey, llamándolo "rey extranjero".

La Iglesia veía a Amadeo I como el hijo del rey de Italia que había quitado tierras al Papa. Además, se oponía a la libertad de cultos y a la separación de la Iglesia y el Estado. La Iglesia tenía mucha influencia en las clases medias y en el campo.

Amadeo I intentó compensar la falta de apoyo de la nobleza nombrando a personas de la burguesía industrial y financiera, que sí apoyaban la monarquía. Sin embargo, algunos de estos grupos también se alejaron, especialmente por las propuestas de abolir la esclavitud en Cuba y por las políticas de libre comercio.

Archivo:La flaca agosto de 1869
Caricatura de La Flaca de agosto de 1869 en la que aparece el político neocatólico Cándido Nocedal como Sancho Panza y el pretendiente carlista Carlos VII como Don Quijote. La Iglesia católica aparece como telón de fondo.

Los carlistas, que querían una monarquía tradicional con su propio pretendiente, Carlos VII, ganaron fuerza. Al principio, intentaron conseguir poder a través de las elecciones, pero la elección de Amadeo I los enfureció y muchos empezaron a querer una guerra.

Los republicanos se oponían a cualquier monarquía y querían una República Federal. Dentro del Partido Republicano Federal había diferentes ideas, desde los que defendían la propiedad privada hasta los que tenían ideas más cercanas al socialismo. También estaban divididos entre los que querían lograr la República por medios legales y los que preferían levantamientos.

El primer gobierno de Ruiz Zorrilla: la división de los progresistas

En julio de 1871, varios ministros dimitieron para que Manuel Ruiz Zorrilla pudiera formar un gobierno más unido. El rey Amadeo I, aunque prefería la unión de todos, tuvo que nombrar a Ruiz Zorrilla como presidente.

Archivo:Madrid - La première revue passée à Madrid par le roi Amédée, en l'honneur du prince Humbert (D'après le croquis de M. Urrabieta)
Revista de tropas en Madrid por parte de Amadeo I, dibujo de Daniel Urrabieta Vierge publicado en Le Monde Illustré el 9 de septiembre de 1871.

Ruiz Zorrilla intentó incluir a los progresistas de Sagasta en su gobierno, pero Sagasta se negó. Así, Ruiz Zorrilla formó un gobierno solo con su facción de progresistas y los demócratas. Su lema fue "libertad, moralidad, civismo".

Surgieron tensiones cuando se votó para la presidencia del Congreso. Sagasta ganó, y Ruiz Zorrilla, al ver esto como una falta de apoyo, dimitió. El rey Amadeo I, que acababa de regresar de un viaje para ganar popularidad, se negó a disolver las Cortes porque no había una razón constitucional para ello.

El gobierno de Malcampo: buscando la reunificación

Archivo:José Malcampo, 3rd Marquis of San Rafael
Contralmirante José Malcampo, presidente del gobierno entre el 5 de octubre y el 21 de diciembre de 1871

Como Ruiz Zorrilla no cambió de opinión, el rey nombró al contralmirante José Malcampo como nuevo presidente del gobierno. Malcampo era un progresista del grupo de Sagasta. Sin embargo, el partido progresista, que era el principal apoyo de Amadeo I, ya se había dividido en dos: un sector más conservador liderado por Sagasta y otro más avanzado, el Partido Radical, liderado por Ruiz Zorrilla.

El gobierno de Malcampo intentó reunificar a los progresistas. Una oportunidad surgió cuando el gobierno propuso ilegalizar la sección española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Esto se debió al miedo al "socialismo" que se había extendido por Europa tras la Comuna de París en 1871.

Los unionistas, los progresistas de Sagasta y los carlistas apoyaron la ilegalización. Los republicanos se opusieron, defendiendo el derecho de asociación. El grupo de Ruiz Zorrilla se abstuvo, perdiendo una oportunidad de reunificación. Aunque la ilegalización fue votada en las Cortes, no se aplicó porque el Tribunal Supremo dictaminó que la Constitución protegía el derecho de asociación.

Voto de censura y suspensión de las Cortes

En noviembre, los radicales de Ruiz Zorrilla presentaron un voto de censura contra el gobierno de Malcampo. Los carlistas y republicanos se unieron a ellos para intentar derribar al gobierno. Cuando el gobierno se vio en minoría, el rey suspendió las Cortes. El rey explicó que lo hizo por el "escándalo" de la unión de los radicales con los partidos que se oponían a la monarquía.

En las elecciones municipales de diciembre, los radicales se aliaron de nuevo con los republicanos. Los resultados fueron confusos, pero el rey no cedió a las peticiones de Ruiz Zorrilla de entregarle el poder. Finalmente, Malcampo dimitió y Práxedes Mateo Sagasta fue nombrado nuevo presidente del gobierno.

El segundo año de reinado

El año 1872 estuvo marcado por continuas crisis de gobierno, lo que debilitó la monarquía de Amadeo I.

El gobierno de Sagasta: los conservadores en el poder

Sagasta ofreció puestos en su gobierno a los radicales de Ruiz Zorrilla, pero estos rechazaron la oferta. Entonces, Sagasta se alió con los unionistas del general Serrano.

Sagasta definió su gobierno como progresista conservador, buscando mantener los derechos de la Constitución y el orden. Propuso un sistema de partidos leales al rey. Aunque su gobierno fue derrotado en una votación, el rey le permitió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para asegurar una mayoría.

Los radicales culparon al rey y a una supuesta "camarilla" (grupo de consejeros influyentes) por la decisión. La prensa radical empezó a criticar al rey, comparando su monarquía con la de Isabel II.

El nacimiento del Partido Constitucional

Para las nuevas elecciones, los progresistas de Sagasta y los unionistas formaron un nuevo partido llamado Partido Constitucional. Su objetivo era defender la dinastía de Amadeo I y la Constitución.

Archivo:A las urnas, de Pellicer
La coalición nacional - ¡¡A las urnas!!, caricatura de José Luis Pellicer publicada el 10 de marzo de 1872 en Gil Blas, en la que aparecen representados en primer plano Martos, Pi y Margall y Ruiz Zorrilla y en segundo plano el «alfonsismo» y el «carlismo».

Por su parte, el Partido Radical se unió a los republicanos y carlistas en una "coalición nacional" para intentar derribar al gobierno. Su lema era "España para los españoles", haciendo referencia al origen italiano del rey.

Las elecciones de abril de 1872
Archivo:Laflaca caciquismo
Caricatura satírica de La Carcajada (nueva cabecera de la revista La Flaca para eludir la suspensión administrativa) publicada el 18 de abril de 1872 con el título "Triunfo electoral". Ironiza sobre los métodos fraudulentos utilizados por el presidente del gobierno y ministro de la Gobernación Práxedes Mateo Sagasta para ganar las elecciones de abril de 1872. Sagasta encabeza la comitiva llevado en andas a lomos de un embudo con el letrero "SUFRAGIO UNIVERSAL". Le siguen todos los que han hecho posible el "triunfo electoral": fuerzas de orden público, partidas de la porra, lázaros (así llamados por ser electores fallecidos que han "resucitado" encarnados por otras personas), sicarios, trileros, autoridades locales, campesinos y obreros prisioneros llevados a votar, etc.

Las elecciones de abril de 1872 fueron una victoria para los constitucionales, que obtuvieron la mayoría absoluta. Esto se logró en parte porque el gobierno influyó en los resultados, a pesar de que el rey había pedido elecciones limpias.

Los radicales, carlistas y republicanos perdieron diputados. La abstención fue alta, y hubo desórdenes en algunas provincias. Con estas elecciones, el Partido Progresista se dividió formalmente en el Partido Constitucional (Sagasta y unionistas) y el Partido Radical (Ruiz Zorrilla y demócratas).

La insurrección carlista

Archivo:Don carlos de borbón nypl
Carlos María de Borbón y Austria-Este, el pretendiente carlista Carlos VII

Tras las elecciones de abril de 1872, los carlistas que querían la guerra ganaron influencia. El 14 de abril, el pretendiente Carlos VII ordenó el inicio de la tercera guerra carlista. Proclamó que se levantaban por la religión, la patria y el rey.

Archivo:Ouverture des Cortès, Madrid, a la fin du discours du Roi, les députés poussent le cri «Mort aux carlistes», de Vierge
Apertura de las Cortes en Madrid, al final del discurso del rey, los diputados gritan «Muerte a los carlistas», Le Monde Illustré, mayo de 1872.

El 2 de mayo, Carlos VII entró en España. Sin embargo, dos días después, los carlistas fueron derrotados en la batalla de Oroquieta, y el pretendiente tuvo que huir a Francia. El general Serrano firmó el convenio de Amorebieta para poner fin al conflicto, ofreciendo perdón a los sublevados. Esto causó críticas por ser demasiado generoso.

Aunque la guerra terminó en el País Vasco y Navarra, las partidas carlistas continuaron en Cataluña. La guerra carlista se prolongaría más allá del reinado de Amadeo I, hasta 1876.

La caída del gobierno de Sagasta y el gobierno "relámpago" de Serrano

El gobierno de Sagasta cayó debido a un escándalo. Se descubrió que dos millones de reales habían sido desviados, posiblemente para influir en las elecciones. Aunque Sagasta alegó que el dinero se usó para prevenir conspiraciones, no pudo justificarlo. El 22 de mayo, Sagasta dimitió.

Cuatro días después, Amadeo I nombró al general Serrano como nuevo presidente. Serrano intentó formar un gobierno de unión, pero Manuel Ruiz Zorrilla anunció que haría una oposición leal, lo que sorprendió a muchos de su partido. Ruiz Zorrilla se retiró de la política temporalmente.

El gobierno de Serrano también enfrentó problemas, especialmente por el Convenio de Amorebieta. Los radicales y republicanos cuestionaron la legitimidad de su gobierno. El 6 de junio, los radicales convocaron a la Milicia Nacional para manifestarse contra el gobierno. Serrano pidió al rey que suspendiera las garantías constitucionales, pero Amadeo I se negó, temiendo un conflicto civil. Serrano dimitió el 12 de junio de 1872.

La situación del rey era cada vez más difícil. Tenía grandes oposiciones, partidos políticos débiles y un pueblo que no lo apreciaba. Además, España estaba en medio de dos guerras civiles (la carlista y la cubana) y amenazada por otra (la republicana). Un mes después, los reyes sufrieron un ataque en Madrid.

Cuando los constitucionales supieron que el rey había nombrado a Manuel Ruiz Zorrilla como nuevo presidente y que disolvería las Cortes, lo consideraron un "golpe de Estado". Pidieron al rey que no lo hiciera, pero Amadeo I ya había tomado su decisión.

El segundo gobierno de Ruiz Zorrilla: los desafíos de los radicales

Tras la dimisión de Serrano, Ruiz Zorrilla regresó a Madrid y aceptó la presidencia del gobierno con la condición de que el rey disolviera las Cortes y convocara nuevas elecciones, aunque esto era inconstitucional. Amadeo I aceptó, lo que hizo que el rey fuera visto como un monarca vinculado a un solo partido, el radical.

El ataque contra los reyes y los desaires a la Corona

Archivo:Tentativa regicida contra D. Amadeo en la calle del Arenal
Tentativa regicida contra Amadeo I en la calle del Arenal (Historia de la interinidad y guerra civil de España desde 1868, Vol. 2)

La sensación de soledad del rey aumentó con un ataque que sufrió junto a su esposa en la calle del Arenal de Madrid el 18 de julio. Aunque sobrevivieron, el rey quedó muy afectado. No fue el único incidente; los reyes sufrieron insultos y desaires en público, lo que hizo su estancia en España muy desagradable.

Las elecciones de agosto de 1872 y sus consecuencias

En las elecciones de agosto de 1872, los radicales presentaron un programa de reformas ambicioso, incluyendo el jurado y la abolición de las "quintas". Querían cumplir las promesas hechas a las clases populares en la revolución de 1868.

Archivo:El entusiasmo, inmenso; la muchedumbre, indescriptible
«El entusiasmo, inmenso; la muchedumbre, indescriptible», caricatura de Amadeo I en la revista Gil Blas, obra de Pellicer y publicada el 4 de agosto de 1872. El rey saluda extendiendo el brazo derecho con el sobrero en la mano, pero como está de espaldas se comprueba que ante él no hay nadie, tan sólo su sombra proyectada en el vacío.

El Partido Constitucional debatió si participar en las elecciones, ya que sabían que el gobierno radical influiría en los resultados. Finalmente, decidieron participar, pero presentaron pocos candidatos.

Las elecciones dieron la victoria a los radicales, pero más de la mitad de los votantes no acudieron a las urnas. Esto se debió a la abstención de los constitucionales, los carlistas y parte de los republicanos, y al desinterés general.

El resultado de las elecciones fue negativo para la credibilidad de la revolución de 1868 entre las clases medias y conservadoras. El régimen se inclinaba bruscamente hacia la izquierda, y el Partido Constitucional se debilitó. Esto llevó a muchos a considerar la restauración de los Borbones con el príncipe Alfonso como una mejor opción.

El proyecto de abolición de la esclavitud en Puerto Rico

El gobierno de Ruiz Zorrilla presentó un importante proyecto para la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Esto causó tensiones, ya que algunos ministros y grupos de interés se oponían a la abolición inmediata.

Los conservadores y los grupos con intereses en las colonias temían que liberar a los esclavos desestabilizara la isla y afectara a Cuba. Se formó una Liga Nacional para oponerse a las reformas, pidiendo la paralización de los cambios.

Las reformas paralizadas y la división de los radicales

Las guerras carlista y cubana impidieron que Ruiz Zorrilla cumpliera su promesa de abolir las "quintas" (servicio militar obligatorio). Cuando anunció un nuevo reclutamiento, hubo protestas en varias ciudades.

También hubo un levantamiento republicano en Ferrol en octubre de 1872, que fracasó. La dirección del partido republicano federal condenó la insurrección, lo que agravó las tensiones internas del partido.

Ruiz Zorrilla intentó mejorar las relaciones con el Partido Constitucional, pero se encontró con la oposición de algunos de sus propios ministros. Esta división en el partido que apoyaba al gobierno animó a los republicanos a buscar una mayoría para poner fin a la monarquía y proclamar la República.

La abdicación de Amadeo I y la proclamación de la República

El conflicto de los radicales con el rey

A finales de enero de 1873, los radicales más extremos usaron un supuesto desaire del rey a las Cortes como excusa para proponer que las Cortes se declararan en sesión permanente. El rey expresó su disgusto y consideró abdicar, sintiendo que su ministro trabajaba para la caída de la dinastía.

Otro conflicto decisivo surgió cuando los oficiales de artillería desafiaron al gobierno, amenazando con dimitir si se mantenía a un general al que acusaban de haber colaborado en la represión de un levantamiento anterior. El gobierno, con el apoyo de las Cortes, reafirmó la supremacía del poder civil sobre el ejército.

El 6 de febrero, una delegación de artilleros dimitidos se reunió con el rey para pedir su intervención. El rey rechazó un golpe de fuerza, pero prometió oponerse a la reorganización del arma de artillería. Sin embargo, el gobierno siguió adelante con la medida, y el rey se sintió engañado.

El rey consideró nombrar un gobierno del Partido Constitucional y disolver las Cortes, pero esto podría llevar a una guerra civil. Finalmente, Amadeo I abandonó la idea de usar la fuerza y firmó los decretos sobre los artilleros. Le dijo a Ruiz Zorrilla que estaba decepcionado y que, si no se formaba un gobierno de unión, abdicaría.

Ruiz Zorrilla y su gabinete rechazaron la propuesta del rey. El 9 de febrero, el Partido Constitucional se ofreció de nuevo al rey. Al día siguiente, 10 de febrero de 1873, un periódico anunció que Amadeo I había renunciado al trono.

La abdicación

El rey se vio obligado a firmar el decreto sobre los artilleros. El 10 de febrero de 1873, Amadeo I renunció a la Corona. En su mensaje a las Cortes, explicó que, a pesar de sus esfuerzos, España vivía en constante lucha y que no había encontrado una solución dentro de la ley. Dijo que no era por falta de valor, sino porque sus esfuerzos eran inútiles.

Archivo:Évenements d'Espagne, Madrid, Départ du roi et de la reine, de Vierge
Partida de Amadeo y María Victoria dal Pozzo del país, dibujo de Vierge publicado en Le Monde Illustré el 22 de febrero de 1873.

Solo unos pocos, como el almirante Topete, acudieron a despedir a los reyes.

La caída de la monarquía de Amadeo I se atribuye a la dificultad de combinar una monarquía constitucional con la democracia. Los partidos políticos no lograron unirse para estabilizar el régimen, y las divisiones internas llevaron a la inestabilidad.

La proclamación de la República

Cuando se supo que el rey había abdicado, la gente en Madrid salió a las calles pidiendo la proclamación de la República. El gobierno se dividió: algunos querían un gobierno provisional para consultar al país, mientras que otros, liderados por Cristino Martos, querían que las Cortes se reunieran y decidieran la forma de gobierno, lo que llevaría a la República.

Archivo:Estanislao Figueras
Estanislao Figueras, primer presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República Española.

El 11 de febrero, los líderes republicanos amenazaron con una insurrección si no se proclamaba la República. Las dos cámaras del parlamento se reunieron, se leyó la renuncia de Amadeo I, y se declaró que las Cortes asumían todos los poderes del Estado.

A las tres de la tarde del 11 de febrero de 1873, el Congreso y el Senado, unidos como Asamblea Nacional, proclamaron la República por 258 votos contra 32.

Después, se nombró a Estanislao Figueras como primer presidente del Poder Ejecutivo, al frente de un gobierno formado por republicanos federales y radicales.

¿Por qué fracasó el reinado de Amadeo I?

El reinado de Amadeo I fracasó por varias razones clave:

  • Falta de apoyo político: El asesinato del general Prim, su principal valedor, dejó al rey sin un apoyo crucial. Los partidos políticos que debían sostener la monarquía se dividieron y no lograron unirse.
  • Oposición constante: La nobleza, la Iglesia, los carlistas y los republicanos se opusieron al rey. Lo veían como un "rey extranjero" o no aceptaban su legitimidad.
  • Inestabilidad política: Hubo muchas crisis de gobierno y cambios de presidente en solo dos años. Los partidos no lograban ponerse de acuerdo ni gobernar de forma estable.
  • Guerras y conflictos: El país enfrentaba la tercera guerra carlista y la guerra en Cuba, lo que desviaba recursos y atención, y generaba más inestabilidad.
  • Desinterés popular: Gran parte de la población no sentía entusiasmo por el rey ni por el nuevo sistema, lo que se reflejó en la alta abstención en las elecciones.
  • Problemas con el ejército: El conflicto con los artilleros, donde el rey se vio obligado a firmar un decreto que no quería, mostró la debilidad de su autoridad.

En resumen, la monarquía de Amadeo I no pudo combinar la monarquía constitucional con la democracia en un momento de grandes divisiones y conflictos en España.

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