Pedro Téllez-Girón y Velasco para niños
Datos para niños Pedro Téllez-Girón y Velasco |
||
---|---|---|
![]() Retrato de Pedro Téllez-Girón y Velasco, por Bartolomé González y Serrano (1615).
|
||
Información personal | ||
Nombre en español | Pedro Téllez-Girón, 3rd Duke of Osuna | |
Nacimiento | 17 de diciembre de 1574jul. Osuna (España) |
|
Fallecimiento | 24 de septiembre de 1624 Madrid (España) |
|
Sepultura | Madrid | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Padres | Juan Téllez-Girón y Guzmán Anna Maria Fernández de Velasco |
|
Información profesional | ||
Ocupación | Político y militar | |
Cargos ocupados |
|
|
Rama militar | Ejército de Tierra de España | |
Rango militar | General | |
Distinciones |
|
|
Pedro Téllez-Girón y Velasco Guzmán y Tovar (nacido en Osuna, el 17 de diciembre de 1574, y fallecido en Barajas, el 24 de septiembre de 1624) fue un importante noble, político y militar español. Fue el III duque de Osuna, II marqués de Peñafiel y VII conde de Ureña, entre otros títulos. También fue caballero del Toisón de Oro, una de las órdenes más prestigiosas de Europa.
Pedro Téllez-Girón sirvió al rey Felipe III como virrey y capitán general en los reinos de Sicilia (de 1610 a 1616) y de Nápoles (de 1616 a 1620). Durante su tiempo en estos cargos, reorganizó la marina española en el Mediterráneo. Creó nuevas naves y estrategias, y llevó a cabo una política de ataques a barcos enemigos (conocida como corsaria) muy efectiva contra turcos, berberiscos y venecianos.
Sus capitanes lograron importantes victorias militares, como las batallas del cabo Celidonia, Ragusa y Constantinopla. Estas acciones generaron muchos recursos para las arcas reales. Gracias a su liderazgo, España logró un gran dominio naval en el Mediterráneo central durante esos años.
A pesar de sus éxitos, Pedro Téllez-Girón tuvo que enfrentar obstáculos en la corte de Felipe III. Fue acusado, posiblemente de forma injusta, de querer levantarse contra la corona. Después de esto, fue destituido de sus cargos y encarcelado. Murió en prisión tras varios años esperando un juicio. El famoso escritor Francisco de Quevedo fue amigo y consejero del duque, y le dedicó varias obras.
Contenido
Pedro Téllez-Girón: El Gran Duque de Osuna
¿Quién fue Pedro Téllez-Girón?
Pedro Téllez-Girón fue una figura muy importante en el siglo XVII. Se le conocía como "El Gran Duque de Osuna" o "Pedro el Grande". En la famosa obra El Quijote se le describe como un "señor muy pequeño que era muy grande", refiriéndose a su baja estatura pero a su gran personalidad y habilidades.
Era una persona elegante, con barba gris y el rostro marcado por el sol de las batallas. Tenía ojos grises y una voz fuerte. Era valiente, un hábil diplomático y muy generoso. Podía pasar de la dulzura a un gran enojo. Quería mucho al pueblo y no le gustaban las personas falsas o hipócritas.
Sus Primeros Años y Educación
Pedro Téllez-Girón fue bautizado en Osuna el 18 de enero de 1575. Sus padres fueron Juan Téllez-Girón de Guzmán, el II duque de Osuna, y Ana María de Velasco y Tovar. Su madre era hija de un importante noble, el IV duque de Frías.
Cuando era joven, su abuelo, el primer duque de Osuna, fue nombrado virrey de Nápoles y llevó a toda la familia con él. Pedro, que había perdido a su madre, fue cuidado por la segunda esposa de su abuelo, doña Isabel de la Cueva y Castilla, quien fue como una madre para él.
Tuvo un tutor, Andrea Savone, quien le enseñó latín, historia y geografía. Al mismo tiempo, practicaba el uso de armas, la equitación y otros deportes. Su abuelo quería que Pedro fuera un caballero completo, bueno tanto en el estudio como en la acción. Incluso le encargó al escritor Luis Barahona de Soto una obra, los "Diálogos de la Montería", dedicada a su nieto, para animarle a la caza y al ejercicio físico.
Cuando regresó a España, Pedro hablaba y leía perfectamente el latín y el italiano. Por deseo de su abuelo, fue enviado a la Universidad de Salamanca para seguir estudiando Retórica, Filosofía y Leyes.
Un Joven Aventurero
Desde joven, Pedro Téllez-Girón se interesó por la vida militar. A los 14 años, en 1588, se dice que participó en una expedición militar. Más tarde, aprendió Historia, Geografía y Matemáticas, así como mecánica y arquitectura aplicadas a las fortificaciones.
También se cuenta que viajó a París con el II duque de Feria, quien era embajador de España en Francia. Allí, Pedro se dedicó a la lectura y comenzó a formar una gran biblioteca. También aprendió sobre diplomacia al observar las reuniones y negociaciones.
El 7 de febrero de 1594, se casó en Sevilla con Catalina Enríquez de Ribera, hija de los duques de Alcalá. Ella era nieta de Hernán Cortés, el conquistador de México.
Servicio en Flandes

Pedro Téllez-Girón, ahora marqués de Peñafiel, quiso conocer Portugal. Después de un tiempo, regresó a la Corte. Cuando el rey Felipe II y su padre fallecieron casi al mismo tiempo, Pedro heredó el título de Grande de España y todos los bienes de la Casa de Osuna, que era una de las familias nobles más ricas de Castilla.
Tuvo algunos problemas con la justicia y fue desterrado de la Corte en varias ocasiones. En 1600, fue encarcelado en Arévalo, pero logró escapar con la ayuda de su tío. Entonces, decidió ir a combatir a los Países Bajos.
Llegó a Flandes en octubre de 1602 y fue muy bien recibido por el archiduque Alberto y la infanta Isabel Clara Eugenia. A pesar de ser un joven sin experiencia militar, pero con el título de Grande de España, se alistó como soldado. Pronto se le encargaron dos compañías de caballería.
Sirvió en los Estados Bajos durante seis años, siempre en primera línea de batalla y arriesgando su vida como cualquier otro soldado. Se decía de él:
Sirvió sin diferencia de los demás soldados; gastó mucho dinero de su hacienda y fue tenido por padre, amparo y ejemplo de soldados y excelente capitán.
En una ocasión, mientras intentaba llegar a Ostende por mar, su división fue atacada por los holandeses. Pedro Téllez-Girón mostró gran valentía y serenidad, lo que impresionó a todos. Desde ese momento, se interesó mucho por la guerra naval.
También participó en el sitio de Grave, donde fue herido en una pierna por un disparo de mosquete. La herida no fue grave, pero le causó molestias el resto de su vida.
Era tan querido por las tropas que, en 1602 y 1603, los archiduques le pidieron varias veces que calmara los motines del ejército, que se producían por la falta de pago. Muchas veces, Pedro usó su propio dinero para pagar a los soldados. En el asedio de Ostende, bajo las órdenes de Spínola, lideró un ataque a las trincheras enemigas con tanta energía que capturó a dos soldados flamencos con sus propias manos.
En 1604, el duque de Osuna viajó a Londres para conocer la capital inglesa y sus sistemas navales. Allí coincidió con las celebraciones por la paz entre Felipe III de España y Jacobo I. Fue recibido con honores por el rey inglés y aprovechó para estudiar la organización marítima inglesa.
En 1606, durante el asalto a la plaza de Groenlo, una bala de mosquete le arrancó el pulgar de la mano derecha. Se recuperó rápidamente y aprendió a usar la mano izquierda con la misma habilidad que la derecha para escribir, usar la espada y comer.
Pedro Téllez-Girón se opuso a negociar con los rebeldes en Flandes. Por ello, el archiduque pidió al rey que lo retirara de sus estados, y la Corona aceptó. Por sus méritos en combate y su nobleza, le fue concedido el Toisón de Oro. Al llegar a Madrid, el rey lo nombró gentilhombre de cámara y consejero personal sobre los asuntos de Flandes.
También organizó el matrimonio de su hijo y heredero, Juan Téllez-Girón, marqués de Peñafiel, con Isabel de Sandoval, hija del duque de Uceda y nieta del duque de Lerma, una figura muy influyente en la corte. En esta época, conoció a Francisco de Quevedo, quien se convertiría en su amigo y ayudante.
Virrey de Sicilia
En 1610, el Consejo decidió nombrar a Pedro Téllez-Girón virrey de Sicilia. Tomó posesión de su cargo el 9 de marzo de 1611 en Milazzo. El reino de Sicilia estaba en una situación muy difícil: la hacienda pública estaba en bancarrota, la moneda se falsificaba y la inflación afectaba a la gente. En Mesina, los ladrones asaltaban las tiendas y era peligroso viajar sin escolta. La justicia era débil y las cárceles estaban llenas. La flota estaba desarmada y sin tripulación.
El duque de Osuna, con gran energía, solucionó estos problemas. Restableció la confianza en la hacienda pública, ajustó los impuestos y aumentó los ingresos. Los caminos se hicieron seguros, la justicia se fortaleció y las cárceles se vaciaron.
Una de sus principales preocupaciones fue reorganizar la marina para defender la isla de los ataques de turcos y berberiscos. Había escasez de remeros para las galeras, pero muchas personas que fingían tener discapacidades para pedir limosna. El virrey ideó un plan para resolver ambos problemas:
Convocó un concurso de saltos de altura, con premio de un doblón para los que superasen un listón y un escudo de oro para los que lograsen salvar otro más alto: fue un éxito de asistencia; cojos, ciegos, mancos, tullidos de toda especie se curaron instantáneamente para aspirar al premio: los que lo lograron, obtuvieron su doblón o su escudo... más diez años de condena a galeras por tramposos.
Bajo su mando, las galeras sicilianas se volvieron muy eficientes y disciplinadas. Con ellas, el duque se enfrentó con éxito a las flotas turcas y berberiscas. También obtuvo permiso para armar barcos propios para el corso (ataques a barcos enemigos para obtener botín). El rey recibía una parte de las ganancias, y el resto lo usaba el duque para construir más barcos y mantener la flota. Fue el primero en demostrar que las galeras podían vencer a los grandes buques redondos.
El fortalecimiento de la flota siciliana fue crucial. Los berberiscos preparaban una gran flota para capturar la Flota de Indias. Osuna envió sus galeras al puerto de Túnez. Sus soldados se infiltraron de noche y atacaron la flota berberisca con bombas incendiarias, capturando un barco lleno de mercancías valiosas. Repitieron esta hazaña con éxito en La Goleta.
Virrey de Nápoles
"Los defectos de esa gran figura cuente el que se ocupe de su vida, y brille aquí, adornada de la corona naval que ninguna otra le disputa en nuestra historia. La de don Álvaro de Bazán, en la ejecución; la de don García de Toledo, en la energía; la de don Diego Brochero en la organización; las de Patiño y Ensenada, en el pensamiento, no la exceden; pues el Duque a reunir las condiciones de estos ilustres próceres, sin que ellos ni otro alguno, antes o después, alcanzara a discernir mejor, que cosa es marina militar, como se forma, para que sirve, y para que aprovecha." |
(Extracto de El Gran duque de Osuna y su marina, de Cesáreo Fernández Duro). |

Como recompensa por sus servicios, Osuna fue nombrado virrey de Nápoles en junio de 1616. En ese momento, el gobierno de Nápoles era un caos. La justicia se compraba, el comercio era difícil y la seguridad personal era nula debido a los crímenes. La gente se encerraba en sus casas por la noche, dejando las calles a los delincuentes.
Además, había 18.000 soldados de diferentes naciones en la ciudad, a menudo violentos y mal pagados. También existía la envidia de algunos nobles y la corrupción de parte del clero. A todo esto se sumaba una guerra secreta que Francia libraba contra España y Austria.
Osuna se dedicó con firmeza a fortalecer el ejército y la marina. Construyó galeones y galeras, y reclutó tripulaciones. Para conseguir marineros, ideó otro plan ingenioso:
Paseando un día por la ciudad se dio cuenta de que había muchos tullidos, le parecieron demasiados con respecto al total de la población, le recordó Sicilia pero como ya estaban advertidos los de la ciudad, tuvo que inventarse otro modo: llegó al palacio y dio orden de que en una carreta con seis hombres, dos a las riendas y cuatro, uno para cada saco de monedas de oro de su hacienda, recorrieran la ciudad arrojándolas; ante la lluvia de oro, de pronto los tullidos dejaban de cojear, a los mancos les crecían los brazos y los que llevaban muletas las arrojaban para recoger las monedas, detrás del carro iba una compañía de infantería de los tercios y a todos ellos los detenía por tramposos y mentir, ya que al hacer visible un defecto físico inexistente incurrían en ello para evitar el ser reclutados, para la marina o el ejército, además de retirárseles las monedas que habían recogido.
Así consiguió las tripulaciones necesarias, que con entrenamiento y disciplina se volvieron muy eficientes.
El virrey creó una importante escuadra, que se convirtió en un modelo. Podía elegir a sus capitanes y oficiales de todo el reino, destacando marinos como Octavio de Aragón y Francisco de Rivera. Logró el dominio del Adriático y apoyó levantamientos en tierras griegas. Los turcos lo llamaban Deli-Bajá ('virrey temerario') por el daño que les causaba.
Francisco de Quevedo resumió sus victorias en un poema:
Diez galeras tomó, treinta bajeles,
ochenta bergantines, dos mahonas;
ley, y murió temido de los hados.
aprisionóle al turco dos coronas
y a los corsarios suyos más cueles.
Sacó del remo más de dos mil fieles,
y turcos puso al remo mil personas;
y tú, bella Parténope, aprisionas
la frente que agotaba los laureles.
Sus llamas vio en su puerto la Goleta;
Chicheri y la Calivia saqueados,
lloraron su bastón y su jineta.
Pálido vio el Danubio sus soldados,
y a la Mosa y al Rhin dio su trompeta
Los regalos que el virrey hacía con las riquezas obtenidas del corso eran impresionantes. Por ejemplo, envió al duque de Uceda 200.000 ducados en efectivo, además de objetos de plata, abanicos, caballos y joyas.
También fue famoso por su forma de administrar justicia. Se cuenta que liberó a un preso que llevaba 24 años encerrado, diciendo que tanto sufrimiento era suficiente castigo. Perseguía a los delincuentes y a los mentirosos, y a veces pasaba por alto las leyes si creía que entorpecían la justicia. El pueblo lo adoraba y lo aclamaba, diciendo que "no queremos otro señor que al Duque de Osuna".
Sin embargo, sus continuas acciones contra Venecia lo distanciaron de la Corte. Desobedeció órdenes del Consejo de Estado, pues creía que dañaban el prestigio de la Monarquía Hispánica. Osuna quería aumentar el poder español en Italia para frenar a Francia y Venecia, mientras que otros en la corte preferían hacer concesiones para centrarse en las guerras del norte de Europa. El duque buscó debilitar a Venecia con corsarios y con su propia armada, logrando la destrucción de una gran flota veneciana en la batalla naval de Ragusa.
Caída y Muerte
Faltar pudo su patria al grande Osuna, Lloraron sus envidias una a una, En sus exequias encendió el Vesubio, dióle el mejor lugar Marte en su cielo; |
(Francisco de Quevedo, como epitafio para el Gran duque de Osuna.). |
La suerte de Osuna cambió drásticamente cuando se vio involucrado en la famosa Conjuración de Venecia en mayo de 1618. Esta fue un intento fallido de dar un golpe de Estado en la república con apoyo de la flota española. Aunque no está claro si la conspiración fue real o un engaño veneciano, Osuna perdió mucha de su influencia. Su espía, Francisco de Quevedo, tuvo que huir de Venecia disfrazado. Además, en octubre, el duque de Lerma, una figura importante en la corte, cayó en desgracia.
Aprovechando la situación, algunos nobles napolitanos enemigos del duque lo acusaron de querer independizarse de España como rey de Nápoles, algo que él nunca pensó. Lograron convencer a San Lorenzo de Brindisi para que presentara su caso ante Felipe III. El fraile habló con el rey en Lisboa en mayo de 1619. Al año siguiente, Osuna fue llamado a España para responder a los cargos. Dejó su cargo el 28 de marzo de 1620 y transfirió su flota a España.
El proceso judicial duró un año. Mientras esperaba ser recibido por Felipe III, el rey murió. Osuna fue entonces detenido y encarcelado por los nuevos líderes de la corte. Aunque su hijo estaba casado con la hija de uno de ellos, Pedro no encontró apoyo. El nuevo gobierno quería eliminar a los miembros importantes de la administración anterior. Osuna nunca fue juzgado y pasó sus últimos tres años de vida en prisión.

Enfermo y triste, falleció en una celda del Castillo de La Alameda el 24 de septiembre de 1624. Sus últimas palabras fueron: "Si cual serví a mi rey sirviera a Dios, fuera buen cristiano". Fue enterrado en el convento de San Francisco de su villa de Osuna.
La flota que el duque había creado con su propio dinero, y que tantos éxitos dio a España, llegó a tener veinte galeones, veintidós galeras y treinta embarcaciones más pequeñas. Pero después de su salida del virreinato, la flota fue decayendo por la falta de un líder y de dinero para su mantenimiento, y su obra desapareció por completo.
Con la caída de Osuna, se perdió la oportunidad de haber creado una "segunda flota" institucional. Esta flota, con la participación de nobles y barcos corsarios bien entrenados, podría haber ayudado a fortalecer la posición de España sin generar costos para las arcas reales.
Matrimonio e Hijos
Pedro Téllez-Girón se casó con Catalina Enríquez de Ribera y Cortés Zúñiga. Ella era hija de los duques de Alcalá, una de las familias nobles más ricas de Andalucía, y nieta de Hernán Cortés. Tuvieron dos hijos:
- Juan (1598-1656), quien fue el VIII conde de Ureña y IV duque de Osuna.
- Antonia (1610-1648), quien se casó con el IX conde de Lemos.
Pedro también tuvo hijos fuera de su matrimonio. De sus relaciones, destacan los hijos que tuvo con Elena de la Gambe:
- Pedro, quien sirvió en el ejército español en Flandes y a quien el duque siempre quiso mucho.
- Ana María, quien se casó con Alfonso de Revenga. En 1642, pidió permiso para vivir como laica en un convento de monjas en Madrid.
Otros hijos nacidos fuera del matrimonio fueron:
- Rodrigo, hijo de una mujer siciliana. En 1626, ingresó en la Universidad de Osuna. En 1632, fue desterrado a Orán por algunos problemas en Osuna. Su hermanastro, el duque Juan, fue obligado por Felipe IV a pagarle una pensión.
- "Pietrina", una hija nacida en Nápoles.
Patrocinio Artístico y Literario
Cuando Pedro Téllez-Girón llegó a Sicilia, encargó a su capellán Jayme Saporiti una obra sobre las hazañas de sus antepasados y las suyas propias. Esta obra estaba dedicada a su hijo y heredero, el marqués de Peñafiel, que tenía unos catorce años. El objetivo era educarlo y motivarlo a seguir el ejemplo de su padre, pero evitando los problemas de su juventud:
Espero que Vuestra Excelencia leyendo la sombra de las heroycas hazañas, antigua nobleza y famosísimo govierno del Ilustrísimo y Excelentisimo Señor su padre, se inflamará como Aguila a imitarle, y hazer cosas muy grandes, y señaladas en servicio de Su Magestad, sobrepujando las valentías de Alexandro, César, Cipión, Theseo, Themístocles, y del Gran Sultán Solimán
Francisco de Quevedo también escribió una biografía de Osuna, titulada Dichos y hechos del duque de Osuna en Flandes, España, Nápoles y Sicilia, que nunca fue publicada.
Pedro Téllez-Girón fue retratado por Lope de Vega en la obra Amor con vista y por Luis Vélez de Guevara en El asombro de Turquía y el valiente toledano. Más tarde, Benito Pérez Galdós lo mencionó en La desheredada. En la actualidad, Francisco Javier Sánchez Rodríguez le dedicó su novela de 2022 Osuna bajo el pseudónimo de Jaufré Rudel.
Galería de imágenes
-
Retrato de Pedro Téllez-Girón y Velasco, por Bartolomé González y Serrano (1615).
-
Pedro Téllez-Girón y Velasco, por Bartolomé González y Serrano (1607).
-
El Calvario o La expiración de Cristo es una pintura de José de Ribera de 1618, que le encargó Pedro Téllez-Girón durante su estancia en Nápoles. Actualmente se conserva en la Colegiata de Osuna.
-
Castillo de los Zapata en Barajas (actualmente un distrito de Madrid), donde estuvo preso (1622-1624) y murió el duque de Osuna.
Véase también
En inglés: Pedro Téllez-Girón, 3rd Duke of Osuna Facts for Kids