Manifiesto del Partido Comunista para niños
Datos para niños Manifiesto del partido comunista |
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de Karl Marx y Friedrich Engels | ||
Portada de la primera edición alemana (1848).
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Género | Ensayo, manifiesto | |
Tema(s) | Filosofía, historia, política y sociología | |
Ambientada en | Alemania | |
Edición original en alemán | ||
Título original | Manifest der Kommunistischen Partei | |
País | Reino Unido | |
Fecha de publicación | 21 de febrero de 1848 | |
Páginas | 130 | |
Edición traducida al español | ||
Traducido por | José Mesa y Leompart | |
Publicado en | La Emancipación | |
Tipo de publicación | Revista | |
País | España | |
Fecha de publicación | 2 de noviembre de 1872 |
El Manifiesto del Partido Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, por su título en alemán), muchas veces llamado simplemente el Manifiesto comunista, se trata de un texto temprano de Karl Marx y Friedrich Engels redactado a modo de manifiesto entre 1847 y 1848, al comienzo de las revoluciones de 1848, por encargo de la Liga de los Comunistas y publicado por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848 como un folleto que reconoce a los comunistas como una fuerza política en Europa y expone sus conceptos, fines y tendencias.
En él se reflejan ya las bases previas del marxismo, incluyendo la concepción materialista de la historia, la lucha de clases y los conflictos del modo de producción capitalista. En el último párrafo del manifiesto, los autores piden un derrocamiento por la fuerza de todas las condiciones sociales existentes, lo que sirvió como un llamado a las revoluciones comunistas en todo el mundo.
El manifiesto tuvo innumerables reediciones y traducciones después de su publicación y fue reconocido más tarde como uno de los documentos políticos más influyentes del mundo. En 2013, la UNESCO registró el primer tomo de El capital junto con el Manifiesto comunista en el Programa Memoria del Mundo.
Contenido
Contenido
El Manifiesto del Partido Comunista se divide en un preámbulo y cuatro capítulos: «I. Burgueses y proletarios», «II. Proletarios y comunistas», «III. Literatura socialista y comunista» y «IV. Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición».
Capítulo I: Burgueses y proletarios
El preámbulo reconoce a los comunistas como una fuerza reunida en Europa. Se expone que la historia de la sociedad humana es una historia de luchas de clases opresoras y oprimidas.
La sociedad actual tiende a dividirse entre dos grandes clases antagónicas: la burguesía (clase dominante) y el proletariado (clase oprimida). La burguesía "no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción." La industrialización produce una alienación del trabajador al quitarle todo carácter autónomo, obligándolo "a venderse a trozos" como una mercancía cualquiera. Cuando la lucha de clases se vuelve clara, "una pequeña parte de esa clase se desprende de ella y abraza la causa revolucionaria".
"Los proletarios no tienen nada propio que asegurar, sino destruir todos los aseguramientos y seguridades privadas de los demás. (...) El proletariado, la capa más baja y oprimida de la sociedad actual, no puede levantarse, (...) sin hacer saltar, (...) todo ese edificio que forma la sociedad oficial."
Los autores terminan este capítulo señalando que la desaparición de la burguesía y la victoria del proletariado es "igualmente inevitable".
Capítulo II: Proletarios y comunistas
Los autores dejan claro que los comunistas son parte del movimiento proletario. Los autores resumen la teoría del comunismo en la fórmula: "abolición de la propiedad privada". Sin embargo, se explica que la abolición de la propiedad, del trabajo, de la familia, de la nacionalidad, de la individualidad, etc., no es general. Lo que se busca abolir es la forma burguesa que adoptan todas estas instituciones. Tampoco se quiere abolir la patria, ya que "los trabajadores no tienen patria". Se señala que la tarea del proletariado convertido en clase dominante es la centralización de los medios de producción en manos del Estado.
A continuación se esboza un programa general de 10 propuestas:
- Expropiación de la propiedad de la tierra.
- Fuertes impuestos.
- Supresión del derecho de herencia
- Confiscación de la propiedad a los emigrantes y sediciosos
- Creación de un Banco nacional estatal con monopolio exclusivo.
- Centralización del transporte en manos del Estado.
- Un plan colectivo de mejora de terrenos y de fábricas nacionales.
- Proclamación del deber general de trabajar.
- Una neutralización gradual de las diferencias entre el campo y la ciudad.
- Educación pública y gratuita de todos los niños. Abolición del trabajo infantil.
Concluyen que, una vez "hayan desaparecido las diferencias de clase y toda la producción esté concentrada en manos de la sociedad", "a la vieja sociedad burguesa (...) la sustituirá una asociación en que el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos."
Capítulo III: Literatura socialista y comunista
Entre la nebulosa de propuestas socialistas de la época, los autores del Manifiesto destacan varias tendencias que clasifican en tres: el socialismo reaccionario, el socialismo burgués o conservador, y el socialismo y comunismo crítico-utópicos.
Por el socialismo reaccionario Marx y Engels entendían a aquellas variantes de socialismo que representaban intereses de clases pre-capitalistas (aristócratas desplazados del poder, pequeños burgueses y campesinos).
El socialismo conservador o burgués proviene de la sensibilización de parte de la burguesía ante el sufrimiento del proletariado y un intento de mitigar estas injusticias: Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, (...) los predicadores y reformadores sociales de toda laya.
En el socialismo y el comunismo crítico-utópicos se encuentran los sistemas característicos de los primeros choques del proletariado contra el régimen burgués, presentes en Saint-Simon, Fourier y Owen. Estas doctrinas diseñan modelos de sociedades futuras de carácter utópico.
Capítulo IV: Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición
En este breve último capítulo Marx y Engels hacen un esbozo de la táctica que deben seguir los comunistas en el contexto político de varios países de Europa.
Este capítulo, y el manifiesto, termina con la siguiente arenga:
Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!.
Marx y Engels explican en el prólogo de 1882 que el manifiesto no toma en consideración los países de Rusia y los Estados Unidos porque se industrializaron de forma rápida, lo que permitió el surgimiento de un movimiento obrero en esos países.
Historia
Gestación (hasta 1847)
En 1842, a la edad de 24 años, Marx dirigía un periódico llamado “Gaceta Renana” (Rheinische Zeitung), que se editaba en la ciudad de Colonia. Friedrich Engels tenía entonces 22 años y enviaba colaboraciones desinteresadas a este periódico. Engels pasó por Colonia en septiembre de 1842, pero Marx casi no lo atendió.
En 1843, Marx se fue a vivir a París. En su estancia en París, comenzó su colaboración con Friedrich Engels. En 1844, Marx fue expulsado de Francia y decidió trasladarse a Bruselas. Por entonces Marx y Engels estaban ya en contacto con una sociedad secreta obrera llamada la Liga de los justos. En 1847, Marx y Engels expusieron sus ideas ante el congreso de la Liga en Londres. El congreso culminó cambiando el nombre de la organización por el de «Liga de los Comunistas». La renovada Liga encargó a Marx y Engels la redacción de un manifiesto. Las dos obras de Engels, Catecismo de los comunistas y Principios del comunismo, sirvieron como borrador para el Manifesto Comunista presentando las ideas centrales del marxismo como el materialismo histórico, lucha de clase, y revolución obrera.
Publicación y acogida inicial (1848-1872)
El «Manifiesto del Partido Comunista» (en alemán: Manifest der kommunistischen Partei) se publicó por primera vez en febrero de 1848, en una primera edición impresa por la Workers' Educational Association en Londres. Inicialmente solo tuvo distribución en alemán. A mediados de la década, los escritos de Marx estaban, prácticamente, fuera de circulación.
Auge (1872–1917)
El interés por la obra de Marx se reavivó entre 1864 y 1872. En marzo de 1872, durante el juicio por traición de los socialdemócratas Wilhelm Liebknecht, August Bebel y Adolf Hepner, la acusación leyó el Manifiesto del Partido Comunista durante una sesión del tribunal. Gracias a esto los socialdemócratas alemanes pudieron publicar legalmente una gran tirada del texto, en forma de actas del juicio. Durante la década de 1880 aumentó la influencia del pensamiento de Marx entre los partidos obreros y la circulación del Manifiesto del Partido Comunista se extendió por todo el mundo.
Ubicuidad (1917-presente)
Tras la Revolución de Octubre, los bolcheviques transformaron el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia en el Partido Comunista de Rusia (bolchevique). Se esperaba que todos los miembros del partido comprendiesen la teoría marxista y para ello, la difusión de los textos de Marx y Engels se convirtió en un aspecto muy importante del movimiento.
Tras la Segunda Guerra Mundial y el ascenso de la Unión Soviética a superpotencia internacional, el Manifiesto pasó de ser un clásico del marxismo a un clásico de la política, siendo incluidos en los programas universitarios y editoriales generalistas, especialmente en las décadas de 1960 y 1970. Su difusión ha permanecido globalmente, incluso tras la disolución de la Unión Soviética.
Crítica
Algunos críticos, como el revisionista y el socialista reformista Eduard Bernstein distinguieron entre el marxismo temprano "inmaduro", como lo ejemplifica El Manifiesto Comunista escrito por Marx y Engels en su juventud, y su posterior marxismo "maduro". Esta última forma se refiere a Marx en su vida posterior, reconociendo que el socialismo podría lograrse por medios pacíficos a través de la reforma legislativa en las sociedades democráticas. Bernstein declaró que la clase media estaba creciendo bajo el capitalismo y no desaparecía como Marx había afirmado. Bernstein señaló que la clase trabajadora no era homogénea sino heterogénea, con divisiones y facciones dentro de ella. El propio Marx, más adelante en su vida, reconoció que la clase media no estaba desapareciendo.
Citas del Manifiesto del Partido Comunista
- Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
- Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
- El capital no es un patrimonio personal, sino una potencia social. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
- En nuestra sociedad los que trabajan no adquieren y los que adquieren no trabajan. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
- El estado moderno no es sino un comité que administra los problemas comunes de la clase burguesa. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
- Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar. (Marx y Engels, "El Manifiesto del Partido Comunista")
Frases sobre el "Manifiesto"
- La historia de las luchas de clases es una serie de evoluciones, que ha alcanzado en el presente un grado tal de desarrollo en que la clase explotada y oprimida —el proletariado— no puede ya emanciparse del yugo de la clase explotadora y dominante —la burguesía— sin emancipar al mismo tiempo, y para siempre, a toda la sociedad de toda explotación, opresión, división en clases y lucha de clases. (Friedrich Engels)
- En esta obra se traza, con claridad y brillantez geniales, una nueva concepción del mundo: el materialismo consecuente, aplicado también al campo de la vida social; la dialéctica como la doctrina más completa y profunda del desarrollo; la teoría de la lucha de clases y de la histórica misión revolucionaria universal del proletariado como creador de una nueva sociedad, la sociedad comunista. (Lenin)
- El Manifiesto es el cantar de los cantares del marxismo. (Stalin)
- El "Manifiesto" es el más influyente texto escrito en el siglo XIX. (Peter Osborne)
- En nuestros días, esta revolución capitalista ha llegado a los rincones más lejanos de la tierra. La herramienta del dinero ha producido el milagro del nuevo mercado global y el omnipresente centro comercial. Lea el Manifiesto Comunista, escrito hace más de ciento cincuenta años, y descubrirá que Marx lo previó todo. (John Raines)
- Este es de hecho un manifiesto para el siglo XXI. (Alex Callinicos)
Datos de interés
- A Karl Marx, autor del Manifiesto Comunista, se le negó un trabajo como empleado de ferrocarril debido a su mala letra.
- En 2015, el Manifiesto fue la obra más vendida por parte de la editorial Penguin Books en sus reediciones de bolsillo.
- Actualmente existen versiones adaptadas de la obra a cómic, novela gráfica y manga.
- El "Manifiesto", que determinó la historia del desarrollo de la humanidad durante todo un siglo, tiene sólo 12.000 palabras.
Imágenes para niños
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Mural de Diego Rivera en Ciudad de México que representa a Karl Marx mostrando el manifiesto.
Véase también
En inglés: The Communist Manifesto Facts for Kids