Leoncio González de Granda para niños

Datos para niños Leoncio González de Granda
Información personal
Nacimiento	12 de septiembre de 1852 Gijón, España
Fallecimiento	10 de noviembre de 1913 Madrid, España
Nacionalidad	EspañaEspaña
Información profesional
Ocupación	Militar, periodista
Seudónimo	Granda
Partido político	Comunión Tradicionalista

Leoncio González de Granda (nacido en Gijón, el 12 de septiembre de 1852 y fallecido en Madrid, el 10 de noviembre de 1913) fue un militar y periodista español. Es conocido por ser el primer oficial del Ejército que se levantó en armas para apoyar a Don Carlos de Borbón y Austria-Este, quien era conocido como Carlos VII. Después de su carrera militar, colaboró en varios periódicos durante más de treinta y cinco años.

Biografía de Leoncio González de Granda

Leoncio González de Granda comenzó su carrera militar el 1 de enero de 1866, ingresando como cadete de Infantería en el Ejército español.

Primeros años en el Ejército

Obtuvo el ascenso a alférez después de participar en la batalla del puente de Alcolea en septiembre de 1868. En esta batalla, formó parte del regimiento de Gerona, que estaba bajo el mando del Marqués de Novaliches.

Más tarde, ganó el grado de teniente al luchar en Cádiz contra los republicanos entre el 5 y el 12 de diciembre de 1868. Después de estos eventos, pidió y obtuvo un permiso para retirarse temporalmente del servicio activo, estableciéndose en León.

El alzamiento de 1869

Leoncio González de Granda se unió a la causa de Don Carlos, quien buscaba el trono de España. En 1869, preparó un levantamiento en Redipollos del Puerto, que comenzó el 27 de julio con solo siete hombres. Al día siguiente, se unió a Pedro Balanzátegui con 74 voluntarios más. Balanzátegui había sido nombrado comandante general de los partidarios de Don Carlos en la provincia de León.

Participaron en acciones en Prioro y Velilla de Guardo. Sin embargo, fueron perseguidos por muchas tropas enemigas, y su pequeña fuerza se disolvió. González de Granda fue capturado por la Guardia Civil cerca de los baños de Hermida y llevado a Santander. Allí se enteró de que Pedro Balanzátegui había sido ejecutado.

El General Prim, ministro de la Guerra en ese momento, había ordenado por telégrafo que también se ejecutara a Granda. Fue trasladado de una cárcel a otra hasta llegar a la de León, donde fue juzgado por un consejo de guerra y condenado a muerte. Sin embargo, la gente de León pidió su perdón, y se le concedió después de haber esperado cinco horas en la capilla. En ese momento, Leoncio tenía solo 18 años.

Experiencia en Cuba

Después de ser perdonado, en diciembre de 1869, Leoncio fue enviado a la isla de Cuba como soldado. Viajó a bordo de la fragata de guerra Navas de Tolosa. Al llegar a La Habana, fue encerrado en una celda del Castillo de la Cabaña.

Sin embargo, el Conde de Valmaseda, capitán general de la isla, lo asignó a una unidad especial bajo el mando del capitán Manuel Macías. Bajo sus órdenes, Leoncio operó en la zona de Camagüey. En solo seis meses, logró el empleo de alférez y recibió dos condecoraciones por su valor.

En marzo de 1871, por su participación en la batalla de las Guásimas, se le concedió el empleo de alférez del Ejército. En julio del mismo año, fue ascendido a teniente. Continuó en operaciones hasta junio de 1872, siendo propuesto para el grado de capitán. Recibió más condecoraciones y fue reconocido dos veces como "benemérito de la Patria". También se le otorgó el derecho a usar la medalla de la primera campaña de Cuba.

En julio de 1872, fue nombrado fiscal militar de Puerto Príncipe. A finales de enero del año siguiente, regresó a España por motivos de salud. Su llegada a Cádiz coincidió con la proclamación de la Primera República Española.

La Tercera Guerra Carlista

Al regresar a España, Leoncio González de Granda pidió ser dado de baja del Ejército. Se trasladó a Gibraltar para recuperarse de su enfermedad. El 18 de junio de 1873, se unió al ejército de los partidarios de Don Carlos. Fue asignado al Estado Mayor de la división de Álava con el empleo de capitán, que ya le había sido concedido en 1869. Poco después, fue nombrado maestro de cadetes y organizó una Academia Militar en Aramayona.

Participó en el sitio de Vergara y en las acciones de Oyón y Mañeru. También estuvo en varias escaramuzas en la llanura de Vitoria. En enero de 1874, se le dio el mando de la primera compañía del batallón tercero de Castilla. Al frente de esta compañía, participó en las batallas de Somorrostro y San Pedro Abanto, donde obtuvo la medalla de Vizcaya.

Cuando se formó el batallón llamado "Guías del Rey", el capitán González de Granda recibió el mando de su compañía de cadetes. Cuatro meses después, ascendió a comandante y fue nombrado ayudante de campo y secretario del General Díez de Mogroviejo, comandante general de Castilla.

En diciembre de 1874, se le dio el mando del batallón quinto de Castilla. Lo reorganizó en Orozco y salió con él a operaciones en febrero de 1875. En la batalla de Lácar, ganó una condecoración importante. Cubrió las líneas del valle de Mena y dirigió la victoria en Quincoces (valle de Losa) el 30 de marzo de 1875.

También participó en las acciones de Arbolancha y Carrasquedo, donde ganó el empleo de teniente coronel. Continuó en operaciones con su batallón hasta principios de febrero de 1876, cuando fue nombrado jefe de Estado Mayor de la división de Vizcaya.

González de Granda participó con dos batallones en la acción de Abadiano. Pocos días después, ascendió a coronel, destacándose en la batalla de Elgueta contra el Ejército liberal. También se destacó en un consejo presidido por Don Carlos en Besain poco antes de que terminara la guerra. El 28 de febrero de 1876, se exilió en Francia con su superior, el comandante general de Vizcaya Fulgencio de Carasa. Permaneció en Angulema hasta marzo de 1877, cuando regresó a España.

Carrera como periodista

Decidido a seguir defendiendo sus ideas a través de la prensa, Leoncio fundó el periódico La Crónica en León. Con este periódico, llevó a cabo importantes campañas periodísticas. A finales de 1879, fue llamado a Madrid por los directores de La Fe, Vicente de la Hoz y Antonio Juan de Vildósola. Se unió a la redacción de este diario, encargándose de la sección "Disparos al vuelo", que se hizo muy conocida. Además, escribió muchos artículos sobre política y temas militares.

En 1882, fundó junto con Rafael Balanzátegui El Cabecilla, uno de los semanarios más leídos de su época. También fue director de El Cruzado y Calacuerda, periódicos que ayudaron a popularizar el movimiento carlista.

Cuando La Fe dejó de publicarse en 1891 y se unió a El Correo Español, Leoncio pasó a formar parte de la redacción de este nuevo diario. Allí fue redactor militar y político, y sus artículos militares, así como su sección "Política suelta", fueron muy elogiados.

Como corresponsal de El Correo Español durante los sucesos de Melilla de 1893, realizó una cobertura que le valió muchos elogios. Por este trabajo, el Gobierno de España le concedió una condecoración, la Encomienda de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica, que también fue aprobada por Don Carlos.

Recorrió muchas provincias de España participando en reuniones de propaganda junto al orador y diputado a Cortes Juan Vázquez de Mella. Después de publicar una obra titulada Cartilla Militar, fue arrestado en León en diciembre de 1898. Fue sometido a un proceso militar como presunto conspirador, pero fue absuelto después de setenta y tres días en prisión.

El 6 de enero de 1900, Don Carlos le escribió desde su residencia en Venecia, ascendiéndolo a Brigadier de los Ejércitos carlistas. Esto fue una muestra de su aprecio por los sufrimientos y los leales servicios que Leoncio había prestado a su causa.

En una ocasión, su compañero de El Correo Español, Miguel Peñaflor, le preguntó:

— D. Leoncio, y si ahora volviera a encontrarse en el caso del 68, o en el del 73, o en el del 96, cuando quiso llevárselo Martínez Campos a Cuba, ¿qué haría usted?

A lo que Granda respondió:

— Lo que hice en cada una de las fechas que usted ha citado. De eso no tengo por qué arrepentirme. Y ni me asusta la pobreza, ni aun me desalienta la soledad, porque me considero bien acompañado con mi conciencia.

Falleció en Madrid el 10 de noviembre de 1913 y fue enterrado en el Cementerio de La Almudena.

Obras publicadas

• Cartilla militar para uso de cabos, sargentos y oficiales en campaña (Madrid, 1896)