Alzamiento carlista de 1869 para niños
Datos para niños Alzamiento carlista de 1869 |
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Guerras Carlistas Parte de guerras carlistas |
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Fecha | 1869 | |||
Lugar | provincia de León, Castilla la Vieja y La Mancha | |||
Resultado | Victoria del gobierno | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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El alzamiento carlista de 1869 fue un intento de levantamiento armado que ocurrió en algunas zonas de España. Principalmente tuvo lugar en la provincia de León, Castilla la Vieja y La Mancha. Sucedió entre julio y agosto de 1869. Este evento se dio después de que en junio de ese año se aprobara una nueva Constitución liberal. Esta Constitución permitía por primera vez la libertad de diferentes creencias religiosas, lo que iba en contra de un acuerdo anterior de 1851.
Contenido
Historia del Alzamiento Carlista de 1869
¿Qué causó el levantamiento carlista de 1869?
Después de la Revolución de 1868, que llevó a la salida de la reina Isabel II, el Gobierno Provisional buscaba un nuevo rey para España. La revolución también hizo que el carlismo (un movimiento político que apoyaba a otra rama de la familia real) se reorganizara. Los carlistas querían que Carlos de Borbón y Austria-Este fuera reconocido como el nuevo rey.
Para lograr esto, Antonio Aparisi Guijarro escribió un folleto llamado Manifiesto de Carlos VII á todos los españoles. Este texto explicaba las ideas de gobierno de los carlistas y se difundió mucho.
Preparativos y planes de los carlistas
Mientras se decidía quién sería el nuevo rey, los carlistas intentaban mantenerse dentro de la ley. Sin embargo, también se preparaban para una posible lucha armada. Muchos en el partido carlista querían levantarse de inmediato. Creían que la gente y gran parte del ejército los apoyarían. Esto se debía a que muchos militares que habían servido a Isabel II ofrecían ahora su ayuda a Don Carlos. También tenían dinero y algunos recursos listos cerca de la frontera.
El desarrollo del conflicto en 1869
Don Carlos se había trasladado a Burdeos y luego a un lugar cercano a Urrugne, en Francia. Se acordó que el levantamiento general no ocurriría hasta que los carlistas tomaran dos o tres fortalezas. Estas fortalezas, según lo prometido, serían entregadas por sus guarniciones (los soldados que las protegían).
La primera fortaleza era la de Figueras. Don Carlos debía presentarse allí para que la guarnición se uniera a su causa. Así, el 11 de julio de 1869, Don Carlos, con un solo ayudante, cruzó la frontera y llegó cerca de la fortaleza. Sin embargo, el Gobierno, sospechando algo, había cambiado a los soldados. El nuevo jefe no estaba dispuesto a unirse a los carlistas. Alguien avisó a Don Carlos, quien regresó a Francia.

Al perder la esperanza de tomar Figueras, los carlistas se enfocaron en Pamplona. Los líderes de las provincias recibieron la orden de levantarse en armas tan pronto como supieran que Pamplona estaba en manos carlistas. Sin embargo, algunos grupos en La Mancha, liderados por el brigadier Vicente Sabariegos, se adelantaron. Creían que su levantamiento coincidiría con la toma de Pamplona y el alzamiento general. Pero en Pamplona, el plan falló y hubo detenciones. El levantamiento general no ocurrió, y se ordenó a los grupos preparados que se retiraran.
El grupo de La Mancha tuvo un enfrentamiento con las fuerzas del Gobierno y se dispersó. Sabariegos logró escapar, pero el general Polo fue capturado.
Algunos otros grupos se negaron a retirarse, debido a la impaciencia de los voluntarios. Creían que serían apoyados, y así lo hicieron algunos grupos en León, bajo el mando de Pedro Balanzátegui y Antonio Milla. Sin embargo, también fueron capturados.
En Valladolid, el brigadier Antonio Díez Mogrovejo fue detenido, y en otros lugares, otros carlistas importantes también fueron arrestados y enviados fuera del país.
En realidad, Don Carlos no había dado una orden de levantamiento incondicional. La condición no se cumplió, por lo que el alzamiento no debía haber ocurrido. Prueba de esto es que Navarra, Cataluña y Aragón se mantuvieron tranquilas.
¿Cómo fue la respuesta del gobierno?
La respuesta del Gobierno fue muy estricta. Milla, Polo, Larumbe y otros líderes fueron condenados a muerte, pero luego fueron perdonados y enviados a las Islas Marianas. Balanzátegui, al encontrarse con las fuerzas del gobierno, decidió entregarse en lugar de luchar. Sin embargo, el sargento Centeno, que comandaba a los soldados del gobierno, lo ejecutó.
Cerca de Badalona, en un lugar llamado Montealegre, un grupo de soldados sorprendió a ocho personas reunidas. Algunos eran jóvenes menores de dieciocho años. Se entregaron de inmediato, pero fueron ejecutados sin juicio, junto con un guardabosques. Este triste suceso se conoció como los "sucesos de Montalegre". La responsabilidad recayó en el coronel Casalís, y el general Prim también la aceptó en el Parlamento.
Debido a la presión del Gobierno español, el gobierno francés detuvo a muchos carlistas cerca de la frontera. También le pidió a Don Carlos que no permaneciera en Francia. Por eso, Don Carlos se mudó a Suiza, a La Tour de Peilz.
El alzamiento de 1869 en la literatura
El escritor Benito Pérez Galdós mencionó este levantamiento en uno de sus libros, España sin rey, que forma parte de sus Episodios nacionales. En su relato, describió cómo se manifestaban estos levantamientos en diferentes partes de España.
Por ejemplo, Galdós habló de un personaje llamado "El Cura de Alcabón", don Lucio Dueñas. Era un clérigo pequeño, pero muy decidido, que organizaba a un grupo de hombres para luchar por sus ideas. Este grupo, que rara vez superaba los veinte hombres, se movía por la provincia de Toledo, pidiendo provisiones y evitando a la Guardia Civil.
También mencionó a otros líderes carlistas en La Mancha, como Sabariegos y Polo, que formaron grupos más grandes. En León, el canónigo Antonio Milla y el soldado Balanzátegui también lideraron levantamientos. Galdós describió cómo estos grupos actuaban en diferentes provincias, a menudo dirigidos por clérigos, y cómo el gobierno intentaba detenerlos.