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Jacobinos para niños

Enciclopedia para niños

Los jacobinos eran los miembros de un importante grupo político durante la Revolución francesa. Su club principal estaba en París, en un antiguo convento de frailes dominicos, a quienes la gente llamaba popularmente "jacobinos".

Este grupo defendía la idea de una República y creía que el poder debía venir del pueblo (lo que se conoce como soberanía popular). Por eso, apoyaban el sufragio universal, es decir, que todos los hombres pudieran votar. También querían un gobierno fuerte y centralizado para toda la nación. A menudo se les relaciona con un periodo de medidas muy estrictas en la Revolución, conocido como el "Terror", en parte por lo que se dijo de Maximilien Robespierre después de su caída. En el siglo XIX, las ideas jacobinas inspiraron a los partidos republicanos que formaron la Segunda República Francesa y la Tercera República Francesa. Hoy en día, en Francia, el término "jacobino" se asocia con la idea de un gobierno centralizado.

Datos para niños
Jacobinos
Jacobins
Seal of Jacobins of Paris (Republican).svg
Sello jacobino durante el período republicano
Fundación junio de 1789
Disolución 12 de noviembre de 1794
Ideología Radicalismo
Ilustración
Nacionalismo revolucionario
Soberanismo
Republicanismo
Antimonarquismo
Antiabsolutismo
Anticristianismo
Anticatolicismo
Anticlericalismo
Laicismo
Centralismo
Democracia directa
Dirigismo económico
Igualmente:
Liberalismo
Burguesismo
Populismo
Nacionalismo francés
Culto de la Razón y del Ser Supremo
Posición Izquierda
Miembro de Montagnards
Sede Calle Saint-Honoré, París
País Bandera de Francia Francia
Membresía 500.000 personas (1793)
Escaños en 1791
136/745
Publicación L'Ami du peuple
Le Vieux Cordelier
Journal de la Montagne

¿De dónde viene el nombre "jacobinos"?

En Francia, desde la Edad Media, a los frailes dominicos se les llamaba "jacobinos". Esto se debía a que su convento principal en París, fundado en el siglo XIII, estaba dedicado a Santiago (Saint Jacques en francés, Iacobus en latín). Este convento dio nombre a la calle donde se ubicaba, la calle Saint-Jacques.

Cuando un grupo político llamado el "Club Bretón" se mudó a un convento dominico en la calle Saint-Honoré, cerca de donde se reunía la Asamblea Nacional Constituyente, sus oponentes los empezaron a llamar "jacobinos" de forma un poco burlona. Al final, ellos mismos adoptaron ese nombre oficialmente.

Historia del Club de los Jacobinos

¿Cómo se formó el Club de los Jacobinos?

Archivo:JacobinClubDoor
Entrada del Club de los Jacobinos en la calle Saint-Honoré, París.

En 1789, antes de que la Revolución Francesa tomara fuerza, algunos representantes del Tercer Estado (la gente común) en la asamblea de los Estados Generales de 1789 comenzaron a reunirse. Formaron el "Club Bretón" para discutir ideas y preparar los debates de la asamblea. Al principio, la mayoría eran diputados de Bretaña, como Isaac Le Chapelier.

Pronto se unieron más personas, incluyendo a Robespierre y Mirabeau. En octubre de 1789, cambiaron su nombre a "Sociedad de los Amigos de la Constitución" y se instalaron en el antiguo Convento de los Jacobinos en París. Fue entonces cuando sus rivales los apodaron "jacobinos". En 1789, el club tenía unos 200 diputados de diferentes ideas.

Este club se convirtió en un centro importante para crear ideas y dirigir las acciones de la Revolución. Su influencia se extendió por toda Francia gracias a muchos grupos similares que se afiliaron. En 1791, ya tenían 152 sociedades afiliadas en las provincias, y en 1792, ¡llegaron a 2000!

La división del Club

Hasta 1791, la mayoría de los jacobinos, como gran parte de la población, apoyaban la idea de una monarquía constitucional, donde el rey compartiera el poder con una constitución. Pero cuando el rey Luis XVI intentó huir en junio de 1791 y fue detenido, muchas esperanzas en la monarquía se desvanecieron.

Este evento dividió a los jacobinos en dos grupos. Unos, liderados por Robespierre, querían quitar al rey y establecer una república. Otros, como Antoine Barnave y Jacques Pierre Brissot, pensaban que, con la amenaza de guerra de otros países, era mejor detener la Revolución y llegar a un acuerdo con las élites para mantener la monarquía constitucional. Estos últimos se fueron y formaron el Club de los Feuillants.

La división no detuvo el crecimiento de la Sociedad Jacobina. En enero de 1793, después del juicio de Luis XVI, los jacobinos tuvieron una gran influencia en la decisión de ejecutar al rey en la Convención Nacional.

El ascenso al poder

A partir de ese momento, el ideal republicano de los jacobinos se hizo más fuerte. En septiembre de 1792, el Club cambió su nombre a "Sociedad de los Jacobinos Amigos de la Libertad y de la Igualdad". Antes, solo estaba formado por intelectuales de clase media, pero decidieron abrir sus puertas a las clases populares, que se convirtieron en un apoyo clave para sus ideas.

Robespierre, con el apoyo de Georges Danton, Jean-Paul Marat y Louis de Saint-Just, tomó el liderazgo del movimiento. Empezaron a oponerse a los girondinos, que eran la mayoría en la Convención Nacional y muchos de ellos habían sido jacobinos. En junio de 1793, los girondinos perdieron su poder, dejando el camino libre a los jacobinos en la Convención. El poder jacobino se extendió a los "comités", que eran los órganos ejecutivos del gobierno revolucionario. La mayoría de los miembros del Comité de Salvación Pública y del Comité de Seguridad General eran jacobinos en 1793.

La Convención y el periodo de medidas estrictas

Archivo:Comite de surveillance revolutionnaire
Comité revolucionario de la sección parisina del año II, según Jean-Baptiste Huet (Biblioteca Nacional de Francia, París).

Los jacobinos gobernaron desde junio de 1793 hasta julio de 1794. Durante este tiempo, implementaron un periodo de medidas muy estrictas, conocido como el "Terror", usando su poder en el Comité de Salvación Pública para controlar cualquier oposición al gobierno. El "Terror" se estableció para proteger la República, que estaba amenazada por una guerra civil interna y por las guerras con otras monarquías europeas.

Aunque los jacobinos estaban de acuerdo en sus principios básicos, sus diferencias aumentaron a partir de la segunda mitad de 1793. Algunos, como los hebertistas, querían que la Convención Nacional fuera aún más radical. Robespierre y Saint-Just lograron que el tribunal revolucionario arrestara y ejecutara a Jacques-René Hébert y a algunos de sus seguidores en marzo de 1794.

Al mismo tiempo, Danton, que había impulsado la guerra contra Inglaterra y Holanda, empezó a buscar la paz y a negociar con la aristocracia francesa. Sus seguidores eran llamados "indulgentes". Cuando Danton intentó detener los excesos de las medidas estrictas, los líderes del Comité de Salvación Pública lo arrestaron y lo ejecutaron junto con Camille Desmoulins, a pesar de que Robespierre no pudo impedirlo.

Una vez eliminados los dantonistas en marzo-abril de 1794, el control de los comités se hizo más fuerte, dando inicio a lo que se conoce como el "Gran Terror". Aunque Robespierre seguía defendiendo la necesidad de estas medidas, parecía cada vez más moderado y no podía frenar las acciones de los comités liderados por Jean-Marie Collot d’Herbois y otros.

En junio de 1794, Robespierre logró expulsar del club a Joseph Fouché, quien había sido elegido presidente de los jacobinos. La enemistad de Robespierre hacia Fouché llevó a una conspiración que causaría la caída de Robespierre. Robespierre denunció los excesos y la corrupción del "Terror" en la Convención, pero ya era tarde. Los miembros del Comité de Seguridad General, sintiéndose amenazados, se unieron a los diputados moderados y planearon la caída de Robespierre.

El fin del Club de los Jacobinos

Archivo:Clôture de la salle des Jacobins 1794
Cierre del Club de los Jacobinos en julio de 1794.
Grabado de Malapeau basado en un aguafuerte de Duplessis-Bertaux.

El gobierno de los jacobinos terminó con el arresto de Saint-Just y Robespierre el 27 de julio de 1794. Al día siguiente, ellos y unos 20 de sus seguidores fueron ejecutados. Se calcula que en los días siguientes, unos 80 diputados jacobinos también perdieron la vida.

El 13 de noviembre de 1794, la Convención declaró ilegal el Club de los Jacobinos y lo cerró. Reabrió poco después, una vez que los principales sospechosos de apoyar a Robespierre fueron eliminados. Luego vino un periodo de venganza contra cualquiera que pareciera jacobino, conocido como el "Terror blanco". Después de algunos intentos de resurgimiento jacobino en 1795, el Club fue cerrado definitivamente por orden de Joseph Fouché, ministro de Policía. Tras el cierre, los jacobinos se reorganizaron en nuevos clubes, desde donde lideraron la oposición al Directorio hasta el golpe de Estado de Napoleón.

Las ideas jacobinas en la Revolución

¿Qué ideas políticas tenían los jacobinos?

La democracia que defendían los jacobinos se inspiraba en las ideas de Jean Jacques Rousseau, especialmente en su concepto de ciudadano y de comunidad. De su libro El contrato social, los jacobinos tomaron la idea de que el poder reside en el pueblo, no en un solo líder. También creían en la "voluntad general", que es el interés común de todos, no solo la suma de los deseos individuales. Esta idea de que el bien común es más importante que los intereses personales llevó a algunos historiadores a criticarlos, diciendo que favorecieron la aparición de gobiernos muy autoritarios.

Los jacobinos desconfiaban un poco del sistema de representantes (parlamentarios), pero lo veían como necesario porque era imposible que toda la nación expresara su voluntad directamente. Creían que los parlamentarios debían ser vigilados de cerca por el pueblo (a través de clubes y grupos populares) para asegurarse de que no se desviaran de los principios de la Revolución. Esto llevó a una situación en la que el poder del parlamento se enfrentaba al poder de la gente en las calles, lo que a veces causó conflictos.

Para los jacobinos, el Estado era el protector del bien común. Por eso, era muy importante obedecer la Constitución y las leyes. Esto generó un gran patriotismo y la idea de que la nación era una unidad que no podía dividirse. Por esta razón, se opusieron a los girondinos y buscaron centralizar el país para defenderlo mejor. El amor a la Patria se mezclaba con el amor a la libertad, que debía ser defendida a toda costa. Una frase famosa jacobina era: "La República Francesa no negocia con el enemigo en su territorio".

Su objetivo era aplicar los principios de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, resumidos en el lema Libertad-Igualdad (la Fraternidad se añadiría más tarde, en 1848). Para lograrlo, impulsaron la participación activa de los ciudadanos en la política. En 1789, proclamaron las libertades civiles, la libertad de prensa y la libertad de pensamiento. La censura fue eliminada en 1791. Por primera vez en la historia de Francia, adoptaron el sufragio universal (aunque solo para hombres) para las elecciones a la Convención Nacional en septiembre de 1792.

Para que los ciudadanos fueran libres e iguales, defendieron la importancia de la escuela pública y en 1793 hicieron obligatoria la enseñanza primaria. En 1794, votaron la abolición de la esclavitud.

Los desafíos de la práctica jacobina

Los jacobinos siempre estuvieron a la vanguardia política de la Revolución desde 1789 y gobernaron de 1792 a 1794. A partir de 1793, la presión de los acontecimientos hizo que muchas de sus acciones contradijeran sus propias ideas. Como su forma de actuar era muy práctica, evolucionó según la situación, hasta que sus principios fueron alterados por las decisiones de unos pocos líderes.

Los jacobinos respetaban la propiedad privada y querían que las clases populares pudieran tener acceso a ella. Al mismo tiempo, criticaron a los grandes propietarios de tierras tradicionales, como la nobleza y la Iglesia. Sin embargo, no lograron la distribución de bienes nacionales que deseaban.

Defendían la libertad de comercio, pero las dificultades económicas que venían desde antes de la Revolución y el estado de guerra los llevaron a aumentar los impuestos y a controlar la economía. También reforzaron el centralismo que ya existía bajo la monarquía, a través de representantes del gobierno en las regiones, creyendo que un control fuerte desde París era necesario para salvar la nación. Estas contradicciones contribuyeron en parte a la caída de los jacobinos.

Con su política de oponer el poder popular al sistema de representantes, los jacobinos lograron la expulsión de 60 diputados girondinos de la Asamblea. Las tensiones hacia este sistema lo debilitaron hasta el punto de entrar en crisis. Las tácticas jacobinas de control y eliminación de la oposición hicieron que algunos votantes moderados de la Convención se abstuvieran de votar.

Algunos historiadores reconocen a los jacobinos el mérito de haber sentado las bases del republicanismo, de que el Estado se hiciera cargo por primera vez de la acción social y de que el país saliera victorioso de las guerras en sus fronteras. Por otro lado, los consideran radicales en comparación con los girondinos, pero moderados si se les compara con otros grupos más extremos.

Otros autores se centran solo en sus prácticas de control y sus métodos para eliminar a cualquiera que se desviara de sus ideas, limitando así el jacobinismo al periodo de medidas estrictas.

La visión de los críticos sobre la ideología jacobina

El jacobinismo es una forma de pensar que se desarrolló durante la Revolución francesa. Según algunos críticos, como F. Furet, el jacobinismo era tanto una forma de pensar como una forma de actuar. Otro autor, Hoel, describe cinco características de esta ideología: 1. El Estado tiene todo el poder; 2. París tiene un control excesivo; 3. Se promueve el colonialismo; 4. Se rechaza el Contrato Social de Rousseau y el federalismo.

El jacobinismo en los siglos XIX y XX

La discusión sobre el jacobinismo fue muy importante en Francia durante todo el siglo XIX. Había un temor a una posible dictadura jacobina, no solo por parte de los líderes monárquicos y conservadores, sino también de los liberales.

Para los republicanos del siglo XIX, la herencia jacobina, junto con la de la Revolución francesa, seguía muy viva. Libros como La conjuración de los iguales (1828) tuvieron un gran impacto entre republicanos como François Vincent Raspail y Louis Blanc. El jacobinismo estuvo presente en la revolución de 1830, en la Segunda República Francesa de 1848 y en la Comuna de París de 1871.

En la Asamblea Constituyente de 1848, hubo debates intensos entre quienes solo valoraban la herencia de 1789 y quienes defendían también el jacobinismo de 1793. Esta oposición continuó hasta el siglo XX. El 29 de enero de 1891, Georges Clemenceau afirmó que "La Revolución (Francesa) es un bloque del que nada se puede restar", incorporando así el jacobinismo a la Tercera República Francesa. Políticos del siglo XX como Jean Jaurès y Jean-Pierre Chevènement han defendido los ideales jacobinos.

El jacobinismo fuera de Francia

En el siglo XIX, surgieron movimientos que se llamaron "jacobinos" en muchos países europeos. Buscaban libertad política y de pensamiento, el fin del dominio de la aristocracia y la creación de una constitución basada en el poder del pueblo.

  • En Alemania: La República de Maguncia.
  • En Polonia: Movimientos patrióticos liderados por Hugo Kollataj.
  • En el Reino Unido: La London Corresponding Society, fundada en 1792 para reformar el Parlamento y extender el derecho al voto a los trabajadores.
  • En Italia: Movimientos revolucionarios de unificación liderados por Giuseppe Mazzini y Cavour, así como los Carbonarios.

En América, se formaron grupos con influencia jacobina en Estados Unidos, Haití, Santo Domingo y Brasil. En el Río de la Plata, Argentina, las ideas de los revolucionarios más radicales del movimiento de mayo de 1810 tenían inspiración jacobina, al igual que la Revolución de 1851 en Chile. La revista socialista Jacobin, fundada en 2010, se inspira en la herencia revolucionaria de los "jacobinos negros" haitianos.

En el siglo XX, los líderes de la Revolución rusa de 1917 y Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la República de Turquía, se inspiraron en las ideas jacobinas. La corriente política uruguaya de principios del siglo XX liderada por José Batlle y Ordóñez, de carácter republicano, también se identificó con el jacobinismo.

En España, la asociación política El Jacobino propone un programa basado en el legado de la izquierda republicana y jacobina.

Otros miembros destacados durante la Revolución francesa

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Jacobins Facts for Kids

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Jacobinos para Niños. Enciclopedia Kiddle.