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Historia de Guayaquil para niños

Enciclopedia para niños

La Historia de Guayaquil es la sucesión de los hechos acontecidos dentro del actual territorio guayaquileño, con la aparición de hechos debido a la naturaleza geográfica de su región natural. Guayaquil, al igual que su provincia y región, ha sufrido radicales e importantes cambios de gobierno y de división territorial, con lo cual se puede clasificar su historia en cuatro partes: la era precolombina en donde comienza el proceso poblacional e integración de tribus aborígenes en la región, la era colonial desde los primeros asentamientos españoles hasta el crecimiento urbanístico, la era independentista que abarca la emancipación y un breve período autónomo, y la era republicana desde la creación de Ecuador en 1830.

Historia de Guayaquil
Puerto de Guayaquil de Ernesto Charton de Treville.
Woodes Rogers y sus piratas asaltan Guayaquil en 1709.
Iglesia de la Concepción de Gaetano Osculatti en 1846.
Malecón de Guayaquil en 1920.
Centro urbano de Guayaquil visto desde el cerro Santa Ana.

Antes de la colonización europea, Guayaquil estaba habitada por diversas tribus desde el período precerámico, destacando los huancavilcas. Fundada en 1534, la ciudad se convirtió en un puerto crucial para España en América del Sur, aunque enfrentó asaltos piratas y epidemias. Políticamente, formaba parte de la Real Audiencia de Quito y luego del Virreinato del Perú. En 1820, Guayaquil se independizó de España, uniéndose a la Gran Colombia hasta 1830. Experimentó períodos de inestabilidad política y crecimiento económico, sufriendo crisis como la de 1920 y la guerra con Perú en 1941. Hoy, enfrenta tensiones políticas entre la derecha y la izquierda.

Era precolombina


Archivo:SageoEG - Museo Municipal de Guayaquil Huancavilca 01
Vasijas antropomorfas de la cultura Manteño-Huancavilca.

Los primeros habitantes de la región, como en otras partes del continente, fueron pueblos nómadas que formaron diversas culturas precolombinas desde el Paleolítico. Las Vegas, una cultura del 5000 al 7000 a.C. en Santa Elena, fue una de ellas. La cerámica marcó el desarrollo de culturas como Valdivia, Machalilla y Chorrera. Guangala, entre el 500 a.C. y el 500 d.C., dominó desde Manabí hasta Santa Elena. La cultura Manteña, desde el 600, y luego Manteño-Huancavilca, se extendió en el sur. Los huancavilcas se establecieron en la ribera occidental del río Guayas.

Conquista

Tras la guerra civil en el Tahuantinsuyo entre Atahualpa y Huáscar, Francisco Pizarro lideró expediciones españolas hacia el imperio inca. Pedro de Alvarado buscó tomar el norte del imperio, lo que llevó a Pizarro a enviar a Diego de Almagro en 1534 para establecer una villa en Puerto Viejo. Almagro fundó Santiago provisionalmente cerca de Riobamba. Tras un acuerdo con Alvarado, Diego de Almagro trasladó Santiago en 1535, fundando San Francisco de Quito. Sebastián de Belalcázar trasladó Santiago a la costa ecuatoriana, pero enfermedades y resistencia nativa devastaron el asentamiento. Francisco de Orellana reubicó Santiago en 1538, enfrentando ataques nativos. En 1547, Francisco de Olmos trasladó la ciudad a su ubicación actual, nombrándola Santiago de Guayaquil.

Colonia

Archivo:Escudo de Guayaquil (colonial)
Escudo colonial de Guayaquil
Archivo:Balsa del Corregimiento de Guayaquil y sus contigüedades - AHG
Muestra de la balsa común en las costas del Corregimiento de Guayaquil; siendo el medio de transporte usual que sobrevivió desde los indicios de la Cultura huancavilca hasta el siglo XIX. En la ilustración la realizada por Jorge Juan y Antonio de Ulloa en la Misión geodésica francesa.

La ciudad de Santiago de Guayaquil, tras múltiples traslados, tuvo un crecimiento lento, con su núcleo en las faldas del cerro Santa Ana, incluyendo el barrio de Las Peñas. Su organización política era débil, dependiendo de gobernaciones cercanas como Quito o Puerto Viejo. Poseía la categoría de corregimiento, subordinado al Virreinato del Perú, luego a la Gobernación de Nueva Castilla, y finalmente a la Real Audiencia de Quito. Su población creció lentamente debido a incendios y enfermedades tropicales. En el siglo XVII, los astilleros la convirtieron en un importante centro comercial, aunque también atrajo problemas de piratería. Su defensa se reforzó con la construcción de fortificaciones. En 1693, obtuvo la autorización para trasladarse a la Ciudad Nueva, marcando un nuevo capítulo en su historia.

El traslado a Ciudad Nueva se agilizó en 1710 con la construcción del Puente de las Ochocientas Varas, bajo la administración de Jerónimo de Boza y Solís. Para 1732, varias instituciones se mudaron, y se realizó el primer censo oficial, registrando alrededor de 12.000 habitantes. En 1717, Guayaquil pasó a la administración del Virreinato de Nueva Granada, pero en 1739 volvió a quedar bajo la jurisdicción de Bogotá. Estos cambios políticos debilitaron su comercio. A mediados del siglo XVIII, alcanzó una población de 20.000 habitantes, pero en 1742 sufrió un brote de fiebre amarilla que la diezmó. Sin embargo, continuó creciendo comercialmente, principalmente mediante exportaciones de cacao y otros productos. A pesar de sus facilidades comerciales, enfrentó problemas urbanísticos, como calles sin pavimentar y frecuentes incendios. Las propuestas para mejorar la ciudad incluyeron elevar su categoría de corregimiento a gobernación. En 1740, era una de las ciudades más pobladas del imperio, con un peculiar aspecto urbano y diversas instituciones religiosas y educativas.

Tras peticiones y gestiones, en 1753 el Cabildo de Guayaquil designó a José Clemente Mora para agilizar los trámites ante Carlos III en España. Felipe Vásquez presentó una exposición resaltando la importancia de la ciudad por su puerto, astillero y producción de cacao y madera. Finalmente, en 1762, Carlos III aprobó la creación de un Gobierno Militar. Juan Antonio Zelaya fue nombrado Real Gobernador. En 1764, un gran incendio devastó la Ciudad Vieja, afectando el comercio y la población. Después de la expulsión de los jesuitas en 1767, Guayaquil comenzó a regenerarse urbanística y militarmente. En 1785, el gobernador Ramón García de León y Pizarro ordenó importantes obras de regeneración, incluyendo el Mercado de Abastos y el Muelle Nuevo. Se mejoraron las defensas contra ataques e incendios. Para 1770, la ciudad había recuperado parte de su población y se habían llevado a cabo importantes construcciones urbanas.

Archivo:Ecu-1-1
Baterías de la Plataforma, de la Planchada y de la Terraza (1772)

Nuestra ciudad históricamente ha sufrido la falta de atención de las autoridades, limitándose a recaudar impuestos sin beneficiar a sus habitantes. Esta situación, lamentablemente, persiste en la actualidad. Todo progreso logrado fue resultado del sacrificio de sus habitantes.

Guayaquil se enfrentó a ataques de piratas y corsarios europeos. Entre 1682 y 1684, los vecinos recolectaron fondos para construir La Planchada, un muro defensivo que aún se conserva. A pesar de estas defensas improvisadas, la ciudad no contaba con fuertes de piedra como otras ciudades históricas.

Guayaquil demostró su lealtad a España en conflictos internos y externos, ofreciendo ayuda militar y financiera. Sin embargo, recibió poco reconocimiento o apoyo a cambio. Esta falta de reciprocidad contribuyó a la percepción de abandono por parte de las autoridades, similar a la situación actual de falta de inversión pública en la ciudad en comparación con Quito.

Época independentista

A finales del siglo XVIII e inicios del XIX, varios eventos influyeron en la decadencia del dominio español en América: la independencia de las Trece Colonias (1775-1783), la Revolución Francesa (1789) y el ascenso de Napoleón Bonaparte, quien invadió España en 1808. Tras la abdicación de Carlos IV y Fernando VII, José Bonaparte fue nombrado rey de España. En 1809, la Real Audiencia de Quito tuvo un levantamiento criollo, considerado el primer grito de independencia, aunque fue sofocado. La Guerra de Independencia Española (1808-1814) debilitó el dominio español en las colonias. En Guayaquil, enfrentamientos entre tropas españolas y corsarios ocurrieron durante este periodo.

José de Antepara, junto a otros líderes como José Joaquín de Olmedo, planearon la independencia de Guayaquil para octubre de 1820. Tras negociaciones y la captura de un comandante español, el 9 de octubre se proclamó la independencia. La Provincia Libre de Guayaquil se formó con Olmedo como presidente. Aunque Guayaquil permaneció independiente, no fue reconocida internacionalmente.

En la lucha por la independencia del Perú, Guayaquil envió tropas y líderes valientes como Juan Francisco Elizalde Lamar y Antonio Elizalde Lamar. Estos patriotas guayaquileños contribuyeron significativamente a la lucha por la libertad sudamericana.

Archivo:Carta del Departamento de Guayaquil
Carta o mapa del Departamento de Guayaquil.

Dentro del proyecto grancolombiano de Bolívar estaba la propuesta de incorporar los territorios de la Provincia Libre de Guayaquil debido a su crecimiento económico e importancia comercial. Perú también pretendía anexar Guayaquil. La población se dividía en tres opiniones: un sector quería unirse a Colombia por lazos históricos con Quito y Cuenca; otro, liderado por comerciantes, favorecía la anexión a Perú; y otro prefería la independencia. Bolívar invadió Guayaquil el 11 de julio de 1822. Tras una serie de eventos políticos y militares, Guayaquil se anexó obligadamente a la Gran Colombia el 31 de julio de 1822.

Época ecuatoriana temprana

La Gran Colombia enfrentaba crisis internas a finales de la década de 1820, exacerbadas por las disputas entre partidarios del centralismo y del federalismo. La renuncia de Simón Bolívar a la presidencia en mayo de 1830 marcó el inicio de su disolución. El Distrito del Norte se separó el 6 de mayo, formando el Estado de Venezuela, seguido por el Distrito del Sur el 13 de mayo, creando el Estado del Ecuador. El departamento de Guayaquil se unió al Ecuador el 19 de mayo. Juan José Flores asumió el gobierno provisional del Ecuador y convocó a una convención constituyente. Tras conflictos políticos y cambios de poder entre Flores y Vicente Rocafuerte, se redactaron nuevas constituciones en 1830 y 1835. La epidemia de fiebre amarilla en 1842-1843 afectó profundamente a Guayaquil, cobrando alrededor de 3000 vidas, incluyendo figuras destacadas como José Antonio Espantoso y Mariano Pérez de la Rúa.

Marcismo

El malestar general en la Gran Colombia, especialmente en el litoral, desencadenó nuevos levantamientos contra el régimen de Juan José Flores. En Guayaquil, líderes como José Joaquín de Olmedo, Diego Noboa, y Vicente Ramón Roca organizaron la oposición al floreanismo. La Revolución marcista estalló el 6 de marzo de 1845, liderada por Olmedo, Noboa, y Roca, con apoyo económico de la élite guayaquileña. Tras enfrentamientos, Flores capituló y se conformó un triunvirato liderado por los revolucionarios. Se convocó una asamblea constituyente que redactó una nueva constitución, eligiendo a Roca como presidente. Se destacaron avances educativos y la fundación del Colegio San Vicente. Posteriormente, el poder pasó a Diego Noboa y luego a José María Urbina, quien dictó la manumisión de esclavos. En 1852, Flores intentó tomar Guayaquil, siendo rechazado. El bloqueo naval peruano en 1858 y la Batalla de Guayaquil en 1860 marcaron conflictos territoriales resueltos posteriormente.

Época ecuatoriana media

El 10 de marzo de 1861, la Convención Nacional Constituyente eligió a Gabriel García Moreno como Presidente Constitucional, introduciendo una nueva constitución que anuló el Tratado de Mapasingue. García Moreno dividió su gobierno en tres períodos: reacción, organización y consolidación. Firmó un concordato con la Santa Sede, generando controversias. Enfrentó incursiones colombianas y la invasión marcista desde el Perú, apoyado por Juan José Flores. Tras su período, sucedió a García Moreno Jerónimo Carrión, luego Juan Javier Espinosa, y finalmente, García Moreno fue reelegido. Sin embargo, fue asesinado en 1875. La muerte de García Moreno marcó el declive del conservadurismo y el ascenso del progresismo, culminando con el gobierno de Vicente Lucio Salazar tras una serie de gobiernos interinos y constitucionales.

Archivo:Archivo Histórico del Guayas - Gran Incendio de Guayaquil 1896
Guayaquil después del Gran Incendio de 1896.

En Guayaquil, revueltas contra el gobierno conservador de Vicente Lucio Salazar desencadenaron una revolución liderada por Eloy Alfaro en 1895, quien asumió el liderazgo tras su regreso del exilio. La revolución liberal resultó en cambios políticos y económicos, marcando el ascenso del liberalismo en Ecuador. La ciudad experimentó un auge comercial y crecimiento poblacional, aunque en 1896 sufrió el devastador Gran Incendio. Alfaro gobernó hasta 1896, promoviendo reformas y desarrollo infraestructural. Tras su gobierno, otros líderes liberales como Leónidas Plaza y Alfredo Baquerizo Moreno ocuparon la presidencia, hasta el golpe militar que depuso a Gonzalo Córdova en 1925.

Época ecuatoriana del siglo XX

La banca guayaquileña, liderada por el Banco Comercial y Agrícola y el Banco Italiano, fue fundamental en la Revolución Liberal, financiando obras públicas y la burocracia estatal. Sin embargo, la alta deuda estatal otorgó a los bancos poder político. La Revolución Juliana de 1925, liderada por Luis Napoleón Dillon, derrocó a Gonzalo Córdova, llevando al poder a Isidro Ayora. Durante este período, se liquidaron bancos y se confiscaron propiedades de la aristocracia guayaquileña. A pesar de los desafíos, la ciudad experimentó una rápida reconstrucción urbana, con la creación de instituciones educativas, hospitales, teatros y el Palacio Municipal.

Revolución del 28 de mayo

Galería de imágenes

Véase también

  • Guayaquil
  • Guayas y Quil
  • Fundación de Guayaquil
  • Puente de las Ochocientas Varas
  • Barrio del Bajo
  • Ciudad Vieja
  • Ciudad Nueva
  • Monumentos de Guayaquil
  • Historia de Ecuador
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