Expedición Auxiliadora Chilena para niños
La Expedición Auxiliadora de Chile fue un grupo de soldados chilenos que viajó a principios de 1811 para ayudar a las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina) en su lucha por la independencia. Esta ayuda fue parte de un esfuerzo conjunto de los ejércitos patriotas durante las guerras de independencia hispanoamericanas.
También se le conoció como División Auxiliadora de Chile, División Auxiliadora de Penco o Tropas Disciplinadas. Estos soldados participaron en el Primer bombardeo de Buenos Aires y apoyaron a figuras importantes como José de San Martín durante la revolución del 8 de octubre de 1812. Sirvieron en Buenos Aires hasta 1813, cuando regresaron a Chile para defender su propio país de las tropas realistas.
Contenido
¿Por qué Chile envió ayuda a Buenos Aires?
Los primeros pasos hacia la independencia en Chile
En julio de 1810, el gobernador de Chile, Francisco Antonio García Carrasco Díaz, tuvo que renunciar debido a la presión de la gente. En su lugar, asumió Mateo de Toro Zambrano y Ureta. El 18 de septiembre de 1810, un día muy importante conocido como la "Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile", se realizó una reunión especial en Santiago de Chile. Allí se eligió una Junta de Gobierno, presidida por el mismo gobernador.
Cuando el anciano Toro Zambrano falleció en febrero de 1811, Juan Martínez de Rozas, un líder importante del grupo criollo (personas nacidas en América de ascendencia española), logró que otros criollos ocuparan puestos de poder. En marzo, consiguieron el acuerdo para enviar tropas a las Provincias Unidas del Río de la Plata. En ese momento, Chile no estaba directamente amenazado, y la lucha principal por la libertad se estaba dando en las Provincias Unidas.
La situación en las Provincias Unidas
En esas fechas, en Chile se sabía que la Junta Grande había asumido el gobierno en Buenos Aires. También se conocían las dificultades que enfrentaban los patriotas en otras regiones. Por ejemplo, Manuel Belgrano había sido derrotado en Paraguay, y las fuerzas realistas avanzaban desde Lima hacia el Alto Perú. Además, los realistas de Montevideo controlaban el Río de la Plata y sus ríos interiores.
La Expedición Auxiliadora: Un viaje de apoyo
Al principio, se planeó enviar ochocientos hombres, pero finalmente se enviaron poco más de quinientos. La primera parte de la tropa, la más grande, estaba al mando del teniente coronel Pedro Andrés del Alcázar. Se reunió en Concepción y estaba formada por trescientos infantes (soldados de a pie) y doscientos dragones de la Frontera (soldados a caballo). Contaba con 27 oficiales, incluyendo a José Joaquín Prieto Vial, quien más tarde sería Presidente de Chile, y a su cuñado, Manuel Bulnes Quevedo, padre de otro futuro presidente.
Esta expedición no fue bien vista por todos en Santiago, especialmente por los más leales a la monarquía. Sin embargo, la expedición siguió adelante.
La división de las "Tropas Disciplinadas" marchó hacia Santa Rosa de Los Andes, cruzó la Cordillera de los Andes y llegó a Mendoza a finales de marzo de 1811. Allí fueron recibidos con mucho entusiasmo por la gente. Un documento de la época describe cómo los habitantes de Mendoza se prepararon para recibir con cariño a estos "valerosos hermanos" que venían a ayudar en la lucha.
La llegada a Buenos Aires
Después de una larga marcha, la expedición llegó a Buenos Aires a mediados de junio de 1811. Un cronista de la época escribió: "El 14 de junio de 1811 entraron en esta capital trescientos y cuarenta y tantos hombres de tropa entre dragones e infantería, todos uniformados y armados, mandados para ayudar a defender esta ciudad de algún enemigo, por nuestra hermana e ilustre ciudad de Santiago de Chile, a cuya excelentísima junta, ciudad y reino, ha quedado esta capital del Río de la Plata muy agradecida, y en prueba de ello ha recibido sus tropas con las demostraciones más sinceras de alegría."
Las tropas chilenas fueron recibidas con una gran ceremonia. El presidente de la Junta, Cornelio Saavedra, y otras autoridades los esperaron en la Plaza Mayor. Después de los saludos, entraron a la ciudad con música y desfiles, siendo recibidos con honores. Luego, se dirigieron a su alojamiento en El Retiro.
El bombardeo de Buenos Aires
En julio de 1811, el Virrey Francisco Javier Elío envió una flota desde Montevideo para bombardear Buenos Aires. La Junta Grande ya sabía del plan y había tomado precauciones. El cabildo (gobierno de la ciudad) organizó patrullas de vigilancia y puestos de observación.
También se decidió mover el depósito de pólvora que estaba cerca del alojamiento de las tropas chilenas a un lugar más seguro, la basílica de San Nicolás de Bari (donde hoy está el Obelisco). La noche del 13 de julio, más de 100 cajas y barriles de pólvora fueron trasladados rápidamente con la ayuda de las tropas chilenas.
El 15 de julio, la flota realista comenzó a bombardear la ciudad. El ataque duró varias horas, pero el daño a los edificios no fue grave y solo dos personas resultaron heridas. Al día siguiente, el comandante realista propuso un acuerdo, pero el gobierno de Buenos Aires lo rechazó, ya que la ciudad no se había asustado por el bombardeo, sino que reaccionó con enojo.
La Revolución de octubre de 1812
El 22 de septiembre de 1811, se creó un nuevo poder ejecutivo, el Primer Triunvirato. Este gobierno se mostró autoritario y tuvo problemas en la dirección de la guerra. Firmó un tratado de paz con el Virrey Elío y disolvió el poder legislativo.
En marzo de 1812, llegaron a Buenos Aires figuras importantes como José de San Martín y Carlos María de Alvear, quienes crearon la Logia Lautaro, un grupo secreto que buscaba la independencia.
El 8 de octubre de 1812, las fuerzas del Regimiento de Granaderos a Caballo, lideradas por el coronel José de San Martín y Carlos María de Alvear, junto con otras tropas, se reunieron en la Plaza Mayor. Pidieron al cabildo que asumiera el poder y nombrara un Segundo Triunvirato como gobierno provisional. Justificaron esta acción por las decisiones autoritarias del Primer Triunvirato.
Las fuerzas chilenas, al mando de Del Alcázar, apoyaron este movimiento. Aunque no fueron a la Plaza Mayor, se solidarizaron con las tropas rebeldes. Su apoyo fue clave, ya que controlaban el depósito de pólvora y tenían un número considerable de soldados.
El regreso a Chile
Después de que el nuevo gobierno asumiera, algunos oficiales chilenos regresaron a su país. Sin embargo, la mayoría de las tropas permanecieron en Buenos Aires bajo el mando de Alcázar. Esto cambió cuando se supo que Chile estaba siendo invadido por el ejército de Antonio Pareja a principios de 1813.
En abril de 1813, el Comandante Del Alcázar pidió permiso para regresar a Chile, ya que se avecinaban eventos importantes para la independencia de su tierra.
El 18 de abril, las "Tropas Disciplinadas" salieron de Buenos Aires, acompañadas por una división enviada por Buenos Aires. A finales de mayo, cruzaron la Cordillera de los Andes, que estaba cubierta de nieve, y llegaron a Santiago de Chile el 4 de junio. Fueron recibidos con gran alegría por la gente y las autoridades.
La lucha en Chile
El 9 de junio, la división fue enviada rápidamente a Valparaíso para unirse a otras fuerzas y prepararse para enfrentar una nueva invasión. En septiembre de 1813, Alcázar fue enviado al sur, a Talca, para formar una nueva división.
En los meses siguientes, el coronel Alcázar tuvo que luchar contra los realistas y también tuvo conflictos con Juan José Carrera. Su esposa e hijas fueron tomadas prisioneras, pero fueron liberadas en enero de 1814 en un intercambio de prisioneros.
En el Combate de Cucha Cucha el 23 de febrero de 1814, Del Alcázar tuvo una actuación destacada. Después de la firma del Tratado de Lircay en mayo de 1814 y una guerra interna entre los partidarios de Bernardo O'Higgins y los hermanos Carrera, Del Alcázar y sus fuerzas se unieron a O'Higgins.

Cuando el coronel Mariano Osorio invadió, ocurrió el Desastre de Rancagua en octubre de 1814. Allí, Del Alcázar y sus hombres lucharon con valentía y lograron abrirse paso entre el enemigo.
Después de Rancagua, Del Alcázar y el teniente coronel Juan Gregorio de Las Heras desobedecieron una orden de José Miguel Carrera de impedir que la gente huyera por la cordillera. En cambio, protegieron a los patriotas que buscaban refugio en Mendoza.
Después de la Patria Vieja
En Mendoza, bajo el gobierno del General José de San Martín, las tropas de Alcázar ayudaron a controlar a las fuerzas de Carrera. A finales de noviembre de 1814, Alcázar fue puesto al mando de unos 300 soldados y muchos civiles que querían ir a Buenos Aires.
Durante la marcha, Alcázar recibió órdenes de ir al norte para unirse al ejército del Alto Perú. Aunque quería obedecer, la mayoría de sus oficiales chilenos se opusieron por falta de ropa y armas. Finalmente, nuevas órdenes permitieron a los emigrados seguir a Buenos Aires, donde llegaron a mediados de enero de 1815.
Algunos de estos soldados se dedicaron a la vida civil, otros se unieron al ejército de las Provincias Unidas, y otros, bajo el mando de Ramón Freire, participaron en expediciones marítimas. Muchos de ellos, incluyendo a Del Alcázar, se unieron más tarde al ejército de San Martín en Mendoza, el Ejército de los Andes, y cruzaron la cordillera en enero de 1817.
Del Alcázar participó en la Batalla de Chacabuco. Luego, en Santa Rosa de Los Andes, organizó un batallón de infantería y marchó al sur para luchar contra las fuerzas realistas. Más tarde, se enfrentó al comandante de guerrillas Vicente Benavides, quien había sido su subordinado en la expedición de 1811, pero se había unido a los realistas y se había convertido en un líder muy efectivo. A sus 68 años, Alcázar fue derrotado en Tarpellanca el 26 de septiembre de 1820 y fue asesinado junto con sus oficiales después de rendirse para intentar salvar las vidas de los civiles.
Véase también
- Batallón de Auxiliares Argentinos