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Cabildo colonial para niños

Enciclopedia para niños

Los cabildos municipales o cabildos coloniales fueron como los ayuntamientos de hoy, pero en la época en que España gobernaba en Canarias, América y las Filipinas. Eran grupos de personas que se encargaban de administrar las ciudades y pueblos.

La palabra cabildo viene del latín capitulum, que significa "cabeza". Su nombre completo era "Muy Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento de...".

El cabildo era el representante legal de la ciudad. A través de él, los habitantes se ocupaban de los asuntos importantes de su comunidad, como la justicia, la administración, la economía y la seguridad. Su forma de funcionar era parecida a la de los ayuntamientos en España, pero sus responsabilidades y su importancia cambiaron mucho debido a las condiciones especiales de los territorios de ultramar.

Desde los primeros años de la Conquista de América, los cabildos fueron muy importantes para que las personas más influyentes de cada lugar pudieran defender sus intereses frente a las autoridades del rey. Aunque el rey de España intentó controlarlos, la gran distancia hizo que los cabildos tuvieran mucha libertad para tomar sus propias decisiones, al menos hasta finales del siglo XVIII. En ese momento, unas reformas buscaron quitarles poder, especialmente con la creación de las intendencias.

Archivo:Cabildos del Virreinato
Aspectos de los cabildos del Virreinato del Río de la Plata.

Historia de los Cabildos

Origen y Establecimiento

La idea de los cabildos llegó de España. Allí, los habitantes de cada ciudad elegían a sus representantes para que administraran y crearan reglas para sus comunidades. Cuando los conquistadores llegaron a América, los cabildos españoles ya no tenían tanto poder como antes, porque el rey había tomado muchas de sus funciones.

Los primeros cabildos en América se formaron cuando se fundaban las ciudades en el siglo XVI. El fundador de una ciudad elegía a algunos de los soldados que lo acompañaban para que fueran los primeros miembros del cabildo. Al principio, las leyes buscaban que los cabildos de América estuvieran totalmente bajo el control de las autoridades de España.

Sin embargo, los reyes se dieron cuenta de que no podían controlar tan de cerca los territorios lejanos y enormes de América. Por eso, permitieron que los cabildos tuvieran mucha autonomía. Esto significaba que podían tomar muchas decisiones de gobierno y justicia, e incluso, en algunos casos, nombrar directamente al gobernador.

Cambios en los Siglos XVI y XVII

Desde finales del siglo XVII, el rey de España tomó medidas para conseguir más dinero. Una de ellas fue vender los cargos públicos, incluyendo los de regidores, que pasaron a ser "regidores perpetuos" (para toda la vida). A veces, estos cargos se vendían a personas que no vivían en la ciudad, y se les acusaba de querer recuperar su dinero abusando de su autoridad. Pero, por otro lado, los regidores perpetuos debían vivir en la ciudad, y con el tiempo, se identificaron más con el lugar donde trabajaban que los regidores temporales, que eran nombrados directamente desde España.

Así, a finales del siglo XVII, los cabildos americanos tenían mucha autonomía respecto al rey y sus gobernadores. Otro cambio importante fue que, a medida que la población crecía y nuevas familias se hacían ricas (por el comercio o la minería), estas nuevas familias empezaron a reemplazar a los descendientes de los fundadores en los cabildos.

Este proceso hizo que los cabildos dejaran de ser organismos populares y democráticos, y se convirtieran en instituciones dominadas por las familias más poderosas de cada lugar. Sin embargo, los cabildos más importantes mantuvieron mucho poder y representaban a las élites locales.

Al principio, el gobernador o virrey debía presidir las reuniones del cabildo. Pero con el tiempo, estos funcionarios dejaron de asistir porque consideraban que los asuntos del cabildo eran muy locales. Las decisiones del cabildo no se consultaban con el rey, solo se le informaba. Los gobernadores y virreyes generalmente evitaban conflictos con los cabildos, ya que estos serían los primeros en ser consultados al final de su mandato.

Archivo:Espectaculo de india exorcizada durante la Misa Mayor en el Altar de la Virgen de Guapulo 1646 en presencia de la Audiencia, el Presidente Martín de Arriola, el Obispo Agustín Duarte y el Cabildo, por Miguel de Santiago
El Cabildo y la Audiencia de Quito asisten a un evento religioso en 1646, según una pintura de Miguel de Santiago.

El Centralismo Borbónico

A principios del siglo XVIII, después de la Guerra de Sucesión Española y la llegada de la familia Borbón al trono de España, hubo muchos cambios en la relación entre España y sus territorios en América. Antes, los reinos americanos dependían directamente del rey. Pero con los Borbones, los virreinatos y las capitanías generales pasaron a depender más directamente de España.

Un cambio importante fue que se dejó de vender los cargos públicos, y en su lugar se eligieron a los regidores. Esto buscaba reducir la corrupción. Aunque hubo más regidores elegidos por los propios ayuntamientos, el rey también intentó tener más control. Sin embargo, los cabildos lograron resistir los intentos de centralización de los Borbones e incluso fortalecieron su poder. A menudo, actuaron como mediadores entre los funcionarios del rey y los habitantes, que no siempre querían aceptar las nuevas reglas.

Otro aspecto importante fue la creación de una oficina para controlar las finanzas de los cabildos a finales del siglo XVIII. Se dictaron reglas para detallar cómo podían usar sus recursos. Aunque algunos historiadores creen que los municipios estaban muy controlados a partir de 1760, otras investigaciones sugieren que los cabildos mantuvieron un buen nivel de autonomía. Por ejemplo, en Nueva España, a pesar de las reformas fiscales, las autoridades locales lograron mantener su posición de privilegio.

El Período de la Independencia

Archivo:TUCUMAN-1812
Tucumán hacia 1812, con el cabildo y la iglesia de San Francisco.

Cuando Fernando VII, el rey de España, fue depuesto por la invasión napoleónica, los cabildos en América recuperaron de repente sus antiguos poderes. Destituyeron a sus gobernantes, incluyendo virreyes, y asumieron la representación del pueblo de cada ciudad. Este fue el inicio de las revoluciones que llevaron a la Independencia Hispanoamericana. Para tomar decisiones importantes, se convocaban a "cabildos abiertos", donde se reunían las personas más importantes de la ciudad para dar su opinión.

Este proceso tuvo éxito en lugares como el Virreinato del Río de la Plata, Virreinato de Nueva Granada, Capitanía General de Venezuela, Capitanía General de Chile y Intendencia del Paraguay. En otros lugares, como Montevideo o Alto Perú, el éxito fue temporal, y en Virreinato del Perú y Virreinato de Nueva España, fracasó al principio. Sin embargo, en 1821, los cabildos de Trujillo, Piura y Tumbes en Perú decidieron a favor de la independencia.

En los casos donde tuvieron éxito, los cabildos no tomaron el gobierno directamente, sino que lo delegaron en juntas de gobierno, aunque intentaron mantener cierto control sobre ellas. Cuando el gobierno pasó a manos de otros funcionarios, el cabildo perdió el control sobre el gobierno nacional, pero mantuvo cierta importancia a nivel local.

En el Río de la Plata, los cabildos fueron muy importantes en la formación del federalismo. Se mantuvieron como autoridades legislativas y judiciales hasta 1820. Después, perdieron su función legislativa y finalmente fueron disueltos como órganos judiciales. El último cabildo en ser eliminado fue el de San Salvador de Jujuy en 1837.

En México, los cabildos han continuado existiendo hasta hoy como autoridades municipales, aunque sus funciones y cómo se eligen han cambiado mucho.

Archivo:Cabildo de Tucuman (demolición)
Ciudades como Tucumán demolieron sus cabildos a principios del siglo XX para construir edificios más modernos.

Composición del Cabildo

A principios del siglo XIX, los cabildos estaban formados por varios miembros:

  • Regidores: Eran los que gobernaban y controlaban la vida del cabildo.
  • Alcaldes ordinarios: Eran dos funcionarios elegidos cada año.
  • Alférez real: Un cargo honorífico que llevaba el estandarte del rey.
  • Alguacil mayor: Se encargaba de hacer cumplir las decisiones del cabildo y de la seguridad.

También había empleados permanentes como el fiel ejecutor, el procurador, el escribano, el mayordomo y el depositario.

Cuando los gobernadores o virreyes dejaron de asistir a las sesiones, los cabildos ganaron más autonomía. La elección de los funcionarios más importantes se consultaba con la autoridad central, pero esta no podía proponer reemplazos. Solo a finales del siglo XVIII hubo más presión para que los funcionarios fueran elegidos según el gusto del gobernador.

Regidores

Los regidores formaban el "regimiento". Eran los encargados de gobernar y controlar la vida del cabildo. El número de regidores variaba según la importancia de la ciudad: las capitales de los grandes virreinatos, como Lima y México, tenían doce regidores. Las capitales de provincia podían tener ocho, y las ciudades más pequeñas, seis. Los pueblos tenían cuatro regidores.

Solo podían ser regidores los "vecinos", que eran hombres blancos, mayores de 20 años, con casa en la ciudad y que no ejercieran "oficios viles" (trabajos considerados de baja categoría).

Alcaldes Ordinarios

Los alcaldes ordinarios eran dos funcionarios elegidos por los regidores cada año. Debían ser "vecinos" de la ciudad. Se les llamaba alcalde de primer voto y alcalde de segundo voto.

Al principio, los alcaldes solo se encargaban de los juicios. El alcalde de primer voto era el juez principal en casos criminales, y el de segundo voto, en casos de menores.

Con el tiempo, como los gobernadores y virreyes dejaron de asistir a las sesiones del cabildo, los alcaldes de primer voto pasaron a presidir estas reuniones. El alcalde de primer voto era quien votaba primero, y su voto a menudo influía en el resto de la votación. Así, el alcalde de primer voto se convirtió en el funcionario más importante del cabildo, y sus funciones se extendieron más allá de la justicia.

Los alcaldes ordinarios dirigían la vida de la ciudad, presidían el Cabildo y eran la máxima autoridad municipal. Si el gobernador de la provincia moría o estaba ausente, los alcaldes podían asumir el gobierno temporalmente.

Alférez Real

Al principio, era el oficial que dirigía las milicias de la ciudad. Con el tiempo, este cargo militar pasó a ser un puesto honorífico de gran prestigio social. Su principal responsabilidad era ceremonial, como llevar el estandarte real en eventos públicos.

Este cargo también implicaba que la persona debía pagar fiestas y ayudar a la comunidad con su propio dinero, por lo que generalmente lo ocupaba alguien con suficiente fortuna.

Alguacil Mayor

El alguacil mayor era el encargado de hacer cumplir los acuerdos del Cabildo, perseguir juegos prohibidos, realizar detenciones y patrullar la ciudad. Era responsable de arrestar a delincuentes y llevarlos a la cárcel, que solía estar en el mismo edificio del cabildo.

Tenía el privilegio de ser la única persona autorizada a entrar con armas al edificio del Cabildo, incluso durante las sesiones. Este cargo también podía ser vendido.

Fiel Ejecutor

El fiel ejecutor era un funcionario permanente del cabildo, encargado de los suministros de la ciudad. Su principal responsabilidad era fijar los precios y controlar las pesas, medidas y monedas que usaban los comerciantes. También era responsable de la limpieza y el embellecimiento de la ciudad.

Otros Oficios

Archivo:Salta-Cabildo1
Cabildo de Salta, Argentina.

Además de sus miembros principales, que no recibían sueldo, el Cabildo tenía otros empleados pagados con funciones especiales. La mayoría de estos cargos eran vitalicios (para toda la vida).

Procurador

El procurador era el representante legal del municipio, nombrado por los regidores. Representaba al cabildo en juicios o en solicitudes ante los gobernadores y virreyes. También recibía y examinaba las peticiones de los vecinos.

Escribano Real

El escribano se encargaba de llevar los libros de acuerdos del Cabildo, tanto de las decisiones políticas como de las sentencias judiciales. También llevaba un registro de los depósitos de dinero. En pueblos pequeños, también actuaba como notario para acuerdos privados.

Alcaldes de Santa Hermandad

Cada año, el cabildo nombraba alcaldes de hermandad, uno para cada distrito rural. Estos tenían a su cargo un grupo de soldados para mantener el orden. Hacia finales del siglo XVIII, se les llamó simplemente alcaldes de distrito.

En las ciudades, la vigilancia estaba a cargo de "alguaciles menores", que dependían del alguacil mayor. Más tarde, estos fueron reemplazados por comisarios en las ciudades grandes, uno por cada barrio.

Depositario General

El depositario general era el encargado de recaudar los ingresos del Cabildo y de custodiar los bienes en disputa.

Tesorero y Contador

El tesorero era el encargado de guardar los fondos del Cabildo, y el contador llevaba los libros de cuentas. Los maestros de escuela (excepto los de órdenes religiosas) y los empleados del hospital, si existía, también eran empleados del cabildo.

Portero

El portero del cabildo se encargaba del mantenimiento y limpieza del edificio, así como de abrir y cerrar sus puertas. También era responsable de llamar a los regidores y alcaldes a las sesiones y de cuidar a los presos en la cárcel del cabildo.

Funciones y Atribuciones

Archivo:Cabildo de Panamá 1876
Cabildo colonial de la Ciudad de Panamá. Fue demolido para construir el actual Palacio Municipal de Panamá.

Las funciones del Cabildo eran de tres tipos: judiciales, administrativas y políticas. Las judiciales, que eran administrar justicia en primera instancia, las realizaban los alcaldes ordinarios.

Las funciones administrativas incluían: administrar las tierras públicas de la ciudad, repartir tierras y solares entre los vecinos, asegurar el abastecimiento de alimentos, la limpieza y el embellecimiento de la ciudad, y controlar los precios, pesas y medidas. Estas funciones las cumplían los regidores y otros funcionarios municipales.

Atribuciones Políticas

1. Los alcaldes podían gobernar temporalmente si el gobernador moría o estaba ausente. 2. Podían reunirse en congresos o juntas de municipalidades para discutir y resolver asuntos importantes de su jurisdicción. 3. Tenían el derecho de enviar representantes al rey para pedir medidas favorables para el territorio. 4. Podían suspender el cumplimiento de órdenes llegadas de España si las consideraban perjudiciales para las costumbres o el orden público. En estos casos, apelaban directamente al rey para pedir la suspensión o modificación de esas órdenes. 5. Los alcaldes ordinarios ejercían el gobierno interino en caso de muerte o ausencia temporal del gobernador de la provincia, un privilegio que les daban las Leyes de Indias.

Recursos Económicos: Propios y Arbitrios

Los cabildos obtenían dinero de dos fuentes principales: los "Propios" y los "Arbitrios". Los "propios" eran los ingresos que venían del alquiler de las propiedades del cabildo, como casas, negocios, almacenes, molinos y fincas rurales.

Como estos recursos a menudo no eran suficientes para los gastos administrativos, se usaban los "arbitrios". Estos eran impuestos especiales que se cobraban por un tiempo determinado para cubrir gastos específicos. Generalmente, eran impuestos sobre actividades comerciales (importación, exportación, venta al por menor) y artesanales. A veces, se cobraban derechos sobre propiedades urbanas, y rara vez sobre propiedades rurales.

Sin embargo, era común que los arbitrios se convirtieran en ingresos permanentes y se siguieran cobrando durante siglos. Uno de los principales arbitrios era la "sisa", un impuesto sobre el precio de venta de vino, aguardiente, vinagre, aceite, carne y frutas. Este dinero se usaba inicialmente para obras públicas, luego para el mantenimiento de calles, acequias y edificios públicos, y finalmente para los sueldos de los funcionarios encargados de este mantenimiento. Así, un ingreso ocasional se volvía permanente.

Tipos de Sesiones y Funciones

Las reuniones del cabildo podían ser de dos tipos: ordinarias y extraordinarias. Entre las extraordinarias se encontraban los cabildos abiertos. Otras funciones importantes eran: gestionar las finanzas del municipio, fijar los precios de bienes y servicios, encargarse de la educación, asegurar el abastecimiento de alimentos, perseguir la delincuencia y administrar la justicia local.

Sesiones Ordinarias

Eran reuniones cerradas donde solo participaban los miembros del cabildo. Podían ser:

  • Electorales: Para renovar los cargos del cabildo.
  • Deliberantes: Para crear reglas sobre la vida local, administrar los bienes comunes, la policía, la higiene, las milicias, la educación primaria, el abastecimiento de la ciudad, fijar precios y pesos, y medidas.
  • Administrativas: Para aplicar y hacer cumplir las reglas aprobadas.
  • Judiciales: Porque intervenían en la administración de justicia.

Sesiones Extraordinarias

Se convocaba a todos los vecinos importantes de la ciudad y se realizaban cuando:

  • Se llamaba a un "cabildo abierto" (ver más adelante).
  • El cabildo asumía el gobierno político de la ciudad por ausencia o impedimento del virrey o gobernador.

Cabildo Abierto

Archivo:Cabildo Abierto - Pedro Subercaseaux
“Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810”, de Pedro Subercaseaux.

Consistía en una reunión de las personas más importantes y "sanas" de cada población, convocada por el cabildo ordinario, que la presidía. Se hacía para tratar asuntos de gran importancia. La reunión solía celebrarse en el edificio del cabildo o en una iglesia.

Los cabildos abiertos daban a una parte representativa de la ciudad el derecho a discutir sobre temas que necesitaban una solución especial. Las personas invitadas eran elegidas por el cabildo sin la intervención del pueblo y representaban a la aristocracia local. Sin embargo, el hecho de llamarlas para deliberar con el cabildo ordinario le daba a estas asambleas un carácter más democrático.

Durante los primeros siglos de la época colonial, los cabildos abiertos no tuvieron mucha importancia política y se convocaban para diversos fines, como:

  • Acordar donaciones.
  • Tomar medidas contra los pueblos originarios.
  • Contratar los servicios de un médico.
  • Escuchar la lectura de una orden real.

Aunque al principio de la conquista hubo muchos cabildos abiertos, esta forma de participación popular se hizo cada vez menos frecuente a medida que los cabildos se volvieron más burocráticos y fueron controlados por las familias criollas más poderosas.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Cabildo (council) Facts for Kids

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Cabildo colonial para Niños. Enciclopedia Kiddle.