Primer bombardeo de Buenos Aires para niños
Datos para niños Primer bombardeo de Buenos Aires |
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Guerra de Independencia de la Argentina | ||||
![]() Pueblo y rada de Buenos Aires
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Fecha | 15 y 16 de julio de 1811 | |||
Lugar | ![]() |
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Coordenadas | 34°36′13″S 58°22′54″O / -34.60361111, -58.38166667 | |||
Resultado | ![]() |
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Beligerantes | ||||
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El Primer bombardeo de Buenos Aires fue un ataque naval que ocurrió el 15 y 16 de julio de 1811. Fue ordenado por el gobierno de Montevideo, que apoyaba a la corona española, y llevado a cabo por una flota de barcos al mando del capitán Juan Ángel de Michelena.
El objetivo de este ataque era presionar a la Junta Grande de Buenos Aires. Esta Junta gobernaba el proceso de independencia que había comenzado el 25 de mayo de 1810. Los atacantes querían que Buenos Aires retirara sus tropas de la Banda Oriental (hoy Uruguay) y dejara de apoyar a los rebeldes de esa zona.
Contenido
¿Qué pasó antes del bombardeo?
El inicio de la Revolución de Mayo
El 25 de mayo de 1810, un grupo de personas en Buenos Aires decidió cambiar el gobierno. Quitaron al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y formaron la Primera Junta. Esta Junta buscaba la independencia de España.
Sin embargo, la ciudad de Montevideo no reconoció a la Junta. Decidió seguir apoyando al gobierno español en Cádiz.
El conflicto en la Banda Oriental
En la Banda Oriental, la gente se levantó en armas, en lo que se conoce como el "Grito de Asencio". Las milicias (grupos de ciudadanos armados) al mando de José Gervasio Artigas y el ejército de Buenos Aires, liderado por José Rondeau, sitiaron (rodearon) la ciudad de Montevideo por tierra.
Pero los barcos españoles seguían controlando el Río de la Plata y otros ríos importantes como el Río Uruguay y el Río Paraná.
La primera flota de barcos de los patriotas (los que apoyaban la independencia) fue destruida. Esto ocurrió el 2 de marzo de 1811 en el Combate de San Nicolás. La flota de Montevideo, al mando de Jacinto de Romarate, venció a los barcos patriotas.
Esta victoria permitió a Montevideo bloquear el puerto de Buenos Aires por mar. También podían hacer ataques rápidos y llevar suministros por los ríos. Esto evitaba que la ciudad de Montevideo cayera en manos de los patriotas.
Las condiciones de Elío
Cuando Francisco Javier Elío llegó de España como nuevo virrey, quiso que todo volviera a ser como antes de la revolución. Propuso que Buenos Aires retirara sus tropas de la Banda Oriental y dejara de apoyar a los rebeldes. A cambio, Montevideo levantaría el bloqueo naval.
La idea era que el gobierno español decidiera qué pasaría con el Río de la Plata. La respuesta de Buenos Aires a estas propuestas dependía de cómo les fuera en la guerra y de cuánto dinero tuvieran.
El ataque a Buenos Aires
Preparativos para el bombardeo
El 9 de junio, el ejército que sitiaba Montevideo bombardeó la ciudad con algunas granadas. Como respuesta, el virrey Elío decidió bombardear Buenos Aires.
Elío le dijo al comandante naval José María Salazar que era necesario atacar Buenos Aires. Salazar no estaba de acuerdo, pero aceptó para no ser cuestionado. Elío puso al capitán Juan Ángel Michelena al mando de la expedición.
El plan de Elío era bombardear el fuerte de la ciudad. Si lo abandonaban, desembarcaría 200 hombres para tomarlo. Otros oficiales pensaron que el plan era muy arriesgado, pero Elío no cambió de opinión.
La flota que atacaría Buenos Aires estaba formada por varios barcos. Incluía los bergantines Ligero y Belén, dos balandras (barcos pequeños) con cañones, una sumaca (barco de carga), dos faluchos (barcos de vela pequeños) y una lancha. El virrey Elío también iría a bordo de otro bergantín, el Casilda.
La llegada de la flota
Michelena zarpó de Montevideo el 7 de julio. Después de cargar provisiones en la Isla Martín García, llegó a las afueras del puerto de Buenos Aires el 15 de julio.
La Junta de Buenos Aires ya sabía del plan de ataque. Habían tomado algunas medidas de precaución. El Cabildo (gobierno de la ciudad) organizó patrullas para vigilar y evitar desembarcos. También movieron la pólvora de un depósito peligroso a un lugar más seguro, la iglesia de San Nicolás.
El bombardeo de la ciudad
La noche del 15 de julio, a las 8 de la noche, los barcos se acercaron a la ciudad. Entre las 9 y las 10 de la noche, comenzó el bombardeo. Duró hasta la una de la madrugada del 16 de julio.
Se dispararon 34 bombas y tres cañonazos. La única defensa de Buenos Aires fue una lancha cañonera con un cañón, al mando de Hipólito Bouchard. Esta lancha causó daños importantes a uno de los barcos enemigos antes de que su cañón se averiara.
El bombardeo no causó grandes daños a los edificios de la ciudad. Solo dos personas resultaron heridas.
¿Cómo reaccionó la gente?
Un testigo, Juan Parish Robertson, contó que la gente de Buenos Aires no se asustó mucho. Muchas familias estaban en sus reuniones sociales y subían a las azoteas para ver el espectáculo de las bombas en el cielo. Algunas señoras fingían gritar cuando las bombas caían cerca.
Robertson relató que un inglés se asustó tanto que se tiró de una azotea, pero por suerte cayó sobre una puerta abierta. La gente de Buenos Aires cantaba y bailaba mientras los barcos españoles disparaban.
Otros relatos muestran que algunas personas sí se asustaron. La gente corría a rezar o buscaba refugio. Algunos vecinos salieron de sus casas a medio vestir, buscando seguridad en los campos cercanos.
La gente de Buenos Aires se enojó mucho por el ataque. Consideraron que era un acto bárbaro bombardear una ciudad sin defensas y sin previo aviso. La Gazeta de Buenos Aires, el periódico oficial, criticó el ataque. Decía que los verdaderos enemigos peleaban con fusiles y espadas, no dañando a la gente indefensa.
Negociaciones y fin del ataque
En la mañana del 16 de julio, la flota española envió un bote con bandera blanca. Un oficial entregó un mensaje de Michelena. El mensaje decía que si Buenos Aires quería la paz, debía retirar sus tropas de la Banda Oriental y que los vecinos volvieran a sus casas. También ofrecía una amnistía (perdón) general.
Sin embargo, el mensaje no permitía discutir las condiciones. Además, si España caía en manos de Napoleón Bonaparte, Elío se reservaba el derecho de cambiar el acuerdo.
La Junta de Buenos Aires rechazó la propuesta de inmediato. Consideraron que el tono del mensaje era arrogante y que el bombardeo sin aviso era inaceptable. La Junta respondió que no se dejarían intimidar y que el comandante español sería el único responsable de los daños.
La Junta, con líderes como Cornelio Saavedra, afirmó que el pueblo de Buenos Aires tenía la energía para resistir.
Después de la respuesta negativa, Michelena se preparó para reanudar el bombardeo. La Junta decidió evacuar a los vecinos a la parroquia de Monserrat, un barrio más alejado del río. Sin embargo, la noche transcurrió sin más ataques. Al amanecer del 17 de julio, los barcos enemigos ya no estaban.
¿Qué pasó después?
Otros bombardeos sin éxito
El 15 de agosto de 1811, Elío ordenó un nuevo ataque. Esta vez, la flota española disparó por cinco horas, pero la distancia hizo que el ataque fuera inútil. La gente de Buenos Aires se burló del intento.
En marzo de 1812, hubo un tercer bombardeo, ordenado por Gaspar de Vigodet, el nuevo gobernador de Montevideo. La flota bombardeó el muelle por cincuenta minutos. Al igual que los anteriores, este ataque no causó daños importantes y el entusiasmo de la gente de Buenos Aires fue evidente.
Los tres bombardeos fueron un fracaso total. No lograron asustar a la población ni obligar al gobierno de Buenos Aires a rendirse. Además, los ataques sin previo aviso hicieron que la opinión pública se volviera aún más patriota.
El avance de la revolución
Debido a la falta de recursos, Montevideo tuvo que pedir ayuda al Virrey del Perú. Los bombardeos no funcionaban, así que los españoles decidieron concentrarse en atacar y conseguir provisiones por los ríos.
Mientras tanto, el gobierno de Buenos Aires se hizo más fuerte. El 20 de mayo de 1812, ya podían comprar más armas. También firmaron un acuerdo de paz con Portugal el 24 de mayo, lo que permitió que las tropas portuguesas se retiraran de la Banda Oriental. Esto ayudó a las fuerzas revolucionarias a avanzar y comenzar el segundo sitio de Montevideo.