Escuela de Vallecas para niños
La Escuela de Vallecas fue el nombre que se le dio a un grupo de artistas muy especial, formado por el pintor Benjamín Palencia y el escultor Alberto Sánchez en 1927. Ellos querían renovar el arte en España, inspirándose en las nuevas formas de arte que estaban surgiendo en Europa.
Ambos artistas ya habían participado en una exposición importante en 1925. Al principio, compartieron una gran pasión por un mismo lugar que se convirtió en su inspiración.
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El lugar de inspiración
Los paseos que hacían por los alrededores de Madrid y Toledo en los años 30, especialmente por la zona del pueblo de Vallecas, se convirtieron en una parte muy importante de su forma de crear arte. Esta manera de ver el arte se extendió rápidamente, llegando a inspirar paisajes lejanos como los de Siberia, Patagonia o México.
En lo alto de un lugar que llamaron el Cerro Testigo, colocaron un pequeño monumento. En dos de sus lados, Benjamín Palencia y Alberto Sánchez grabaron sus ideas. En el tercer lado, dedicaron un espacio a Picasso, y en el cuarto, escribieron los nombres de otros artistas y escritores famosos que admiraban, como Eisenstein, el Greco, Zurbarán, Cervantes y Velázquez.
Este manifiesto visual, que representaba sus ideas sobre el arte, se resumía en la frase: «¡Vivan los campos libres de España!». Con esto, querían destacar la belleza del paisaje sencillo y natural como su principal objetivo artístico. Usaban un estilo que combinaba la visión del Surrealismo, los colores vivos del Fauvismo y la estructura del Cubismo.
Los fundadores y primeros miembros
Desde el principio, Benjamín Palencia y Alberto Sánchez fueron reconocidos como los líderes de este grupo. Alberto venía de Toledo, la ciudad de los cuadros de el Greco, y Palencia era de los campos de Albacete, con ideas inspiradas en Cervantes.
Según contó el propio Alberto, a partir de 1927, él y Palencia se encontraban en Atocha por las tardes. Desde allí, hacían diferentes recorridos para encontrar inspiración para sus obras. Uno de sus caminos favoritos era seguir las vías del tren hasta cerca de Villaverde Bajo. Luego, sin cruzar el río Manzanares, subían hacia el Cerro Negro y se dirigían al pueblo de Vallecas, terminando en el cerro Almodóvar, al que ellos llamaron Cerro Testigo.
Poco después, se les unió en estos paseos Pancho Lasso, un joven aprendiz de escultor que venía de Lanzarote.
Otros artistas y colaboradores
La iniciativa de la Escuela de Vallecas pronto atrajo a muchos jóvenes artistas e intelectuales de Madrid. Poetas, escultores, pintores, fotógrafos, arquitectos, periodistas y pensadores se unieron a este movimiento.
Entre los más involucrados estaban Maruja Mallo, Juan Manuel Díaz Caneja, Antonio Rodríguez Luna, José Moreno Villa y Nicolás de Lekuona. También participaron otros artistas como Enrique Climent, Antonio Ballester, Luis Castellanos, Francisco Mateos, Eduardo Díaz Yepes, Jorge Oteiza, Rafael Pérez Contel, Timoteo Pérez Rubio, Enrique Garrán, Ángel Ferrant, Josep Renau, Gil Bel, Gregorio Prieto, el escultor Francisco Badía, el poeta José Herrera Petere y el poeta argentino Raúl González Tuñón.
Además, grandes figuras como Miguel Hernández, Federico García Lorca, José Bergamín, Pablo Neruda y Rafael Alberti también se unieron y participaron en algunas de sus actividades. Un grupo de estudiantes de arquitectura, seguidores de José Moreno Villa, también colaboró, incluyendo a Luis Lacasa, Fernando Tudela, Luis Felipe Vivanco, Segarra y Rivaud.
Un momento importante para el grupo fue la proclamación de la Segunda República Española en 1931. En junio de ese año, Alberto y Palencia expusieron sus obras juntos en el Ateneo de Madrid. Sin embargo, a partir de 1932, los fundadores del grupo comenzaron a tomar caminos diferentes. Palencia exploró otros estilos, uniéndose temporalmente a un grupo de arte constructivo y exponiendo en París y Venecia. Mientras tanto, Alberto se quedó al frente de la "escuela" y empezó a publicar sus ideas sobre el arte de Vallecas.
El desarrollo de este movimiento artístico se vio interrumpido por el inicio de la Guerra Civil Española en 1936.
El final de una etapa
La Guerra Civil Española provocó el cierre de la Escuela de Vallecas y la dispersión de sus miembros.
Después de la guerra, Benjamín Palencia, con el apoyo de Francisco San José y otros artistas como Castellanos y Díaz Caneja, reunió a un nuevo grupo de estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Entre ellos estaban Álvaro Delgado Ramos, Carlos Pascual de Lara, Gregorio del Olmo y Enrique Núñez Castelo. Este nuevo grupo fue conocido como la segunda escuela de Vallecas y Palencia los llamó "El Convivio". Este grupo se disolvió alrededor de 1942, pero fue el origen de lo que más tarde se conocería como la Escuela de Madrid.