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Edward Sheriff Curtis para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Edward Sheriff Curtis
Self portrait of Edward Sheriff Curtis.jpg
Autorretrato circa 1889.
Información personal
Nombre en inglés Edward S. Curtis
Nacimiento 16 de febrero de 1868
Whitewater (Wisconsin), EE. UU.
Fallecimiento 19 de octubre de 1952

Whittier, California, Estados Unidos de América
Causa de muerte Infarto agudo de miocardio
Sepultura Forest Lawn Memorial Park
Nacionalidad Estadounidense
Familia
Padres Ellen Sheriff (1844-1912)
Johnson Asahel Curtis (1840-1887)
Cónyuge Clara J. Phillips 1892-1919
Hijos Harold Curtis (1893-?)
Elizabeth M. Curtis (1896-1973)
Florence Curtis Graybill (1899-1987)
Katherine Curtis (1909-?)
Información profesional
Ocupación Fotógrafo
Años activo 1896-1930
Género Retrato
Firma
Edward S. Curtis signature.jpg

Edward Sheriff Curtis (nacido el 16 de febrero de 1868 en Whitewater, Wisconsin, y fallecido el 19 de octubre de 1952 en Whittier, California) fue un fotógrafo y estudioso de las culturas, que aprendió por sí mismo. Era de Estados Unidos.

Curtis se hizo famoso en Seattle como fotógrafo. Un día, conoció a George Bird Grinnell, un experto en culturas antiguas. Este encuentro lo conectó con las culturas de los pueblos originarios de Norteamérica. Este descubrimiento, cuando tenía 32 años, cambió su vida por completo.

Desde entonces, Edward Curtis dedicó más de 30 años a documentar y escribir sobre la cultura de los pueblos indígenas de Estados Unidos. Su objetivo era preservar la memoria de estas formas de vida que estaban en riesgo de desaparecer.

Aunque no tuvo una educación formal en la universidad, creó una obra enorme de 20 volúmenes llamada The North American Indian (El indio norteamericano). Esta obra es una colección muy completa sobre las culturas de las tribus de Estados Unidos y parte de Canadá. También hizo una película, In the Land of the ... Hunters, que fue una de las primeras películas documentales.

A pesar de que su trabajo sobre las culturas le dio fama, no le generó mucho dinero. Vivió de forma sencilla en sus últimos años y, cuando murió, su obra había sido olvidada. Sin embargo, a partir de los años 1970, su trabajo fue valorado de nuevo. No solo por su importancia para el estudio de las culturas, sino también por la gran calidad artística y humana de sus fotografías.

¿Quién fue Edward Sheriff Curtis?

Sus primeros años y cómo aprendió

Edward Curtis nació cerca de Whitewater en Wisconsin. Su padre, Johnson Asahel Curtis, era un predicador que había participado en la Guerra Civil. Su salud se vio afectada por esto. Su madre, Ellen Sheriff, era de Pennsylvania. La familia de Edward era humilde, pero su infancia fue tranquila.

En 1874, su familia se mudó a Condado de Le Sueur en Minnesota. Seis años después, se instalaron en Cordova (Illinois). Edward a menudo acompañaba a su padre en sus viajes, lo que despertó su amor por la naturaleza. En esa época, construyó su propia cámara de fotos siguiendo un manual, usando una lente que su padre había traído de la guerra.

A los 14 años, dejó la escuela para ayudar en casa, ya que su padre estaba enfermo. A los 17, empezó a trabajar como aprendiz en un estudio de fotografía en Saint Paul. Dos años después, se mudó con su padre a la zona de Seattle en Washington, buscando un clima más suave. Su familia se unió a ellos unos meses después, justo antes de que su padre falleciera de una enfermedad pulmonar en 1887. Edward se encargó de mantener a su familia, trabajando en la tala de árboles y en otros trabajos pesados.

Su éxito como fotógrafo

Archivo:Self portrait of Edward Sheriff Curtis
Autorretrato de Edward S. Curtis, alrededor de 1889.

Seattle era una ciudad en crecimiento y ofrecía muchas oportunidades. Era un puerto importante para llegar al Extremo Oriente y Alaska, y un paso obligado para los buscadores de oro que iban a Klondike. Después de un accidente en el bosque que lo mantuvo enfermo por meses, Edward empezó a trabajar en un estudio de fotografía. Poco después, abrió su propio estudio con un socio, Thomas Guptill.

Tuvo mucho éxito haciendo retratos elegantes. También ganó muchos premios, tanto solo como con Guptill, a nivel local y nacional. Por ejemplo, obtuvo una medalla de bronce en la Convención Nacional de Fotógrafos en Nueva York en 1896. Una revista importante los nombró los fotógrafos más importantes de la región de Seattle.

Más tarde, en 1904, una de sus fotos ganó un concurso de una revista femenina llamado "Los niños más bonitos de América". Esto le llevó a recibir el encargo de fotografiar a los hijos del presidente Theodore Roosevelt.

Curtis estaba al tanto de las nuevas tendencias en fotografía, como el pictorialismo. También fotografiaba paisajes y la vida de su alrededor: la ciudad, los mineros que iban a Klondike y, más tarde, los pueblos indígenas de la zona que visitaban la ciudad.

Su buena situación económica le permitió dar estabilidad a su familia: su madre, su hermano y sus hermanas, y una prima con su hijo. A menudo, también les daba trabajo en su estudio. Su hermano Ashael también se hizo fotógrafo, pero trabajaron por separado desde 1889 por una discusión sobre la autoría de unas fotos. Nunca se reconciliaron.

En 1896, Edward se casó con Clara J. Phillips, una amiga de la familia que lo había cuidado durante su enfermedad. Tuvieron cuatro hijos: un niño y tres niñas.

A Edward también le gustaba el montañismo. En una subida al monte Rainier, conoció a Ella Mc Bride, quien se hizo amiga de la familia. Curtis y Mc Bride trabajaron juntos. Con el tiempo, Mc Bride se convirtió en una fotógrafa muy destacada a nivel internacional. Además, su amor por la montaña los llevó a unirse a un grupo que pedía que el monte Rainier se convirtiera en un Parque nacional, lo cual se logró en 1899.

Su gran proyecto: fotografiar a los pueblos originarios

Archivo:Kikisoblu ("Princess Angeline") of the Duwamish, 1896
"Princesa Angeline", del pueblo suquamish, 1896.

En 1895, Curtis hizo su primer retrato de una mujer nativa americana: Kikisoblu, conocida como "Princesa Angeline". Era una anciana, hija del jefe Seattle, que vivía de forma sencilla en Seattle. Este retrato le dio fama y lo motivó a fotografiar a otros nativos. Sus fotos se vendían muy bien y le trajeron más premios.

Durante una excursión para fotografiar el monte Rainier, Edward ayudó a un grupo de científicos que se habían perdido. Entre ellos estaban George Bird Grinnell, un experto en culturas nativas, y Clint Hart Merriam, uno de los fundadores de la National Geographic Society. Gracias a este encuentro, Merriam contrató a Curtis en 1899 como fotógrafo oficial para una expedición científica en Alaska. Allí conoció al conservacionista John Muir, quien lo impresionó mucho. Edward aprovechó el largo viaje en barco para leer y aprender sobre culturas, mejorando su poca formación previa.

Al año siguiente, Grinnell, quien había trabajado con los Blackfoot por 20 años, lo invitó a la Reserva Piegan en Montana. Quería que fotografiara la Danza del Sol, un ritual importante. Aunque el gobierno no permitía este ritual en ese momento, muchos miembros de la tribu se reunieron. Grinnell presentó a Curtis, quien logró ganarse la confianza de los Blackfoot. Así, obtuvo permiso para fotografiar en el campamento y ver los rituales sagrados.

Además, Edward hizo amistad con miembros de la tribu. Esto le permitió conocer de primera mano sus ideas sobre la vida y la espiritualidad. Quedó fascinado por una forma de vida diferente, llena de dignidad, pero que parecía destinada a desaparecer. Aunque había indígenas en la zona rural de Minnesota donde Curtis creció, su cultura tradicional ya casi había desaparecido. Con los Blackfoot, Edward entró en contacto por primera vez con una cultura nativa que no había sido muy cambiada por el hombre blanco.

Archivo:Three chiefs Piegan p.39 horizontal
Tres jefes de la tribu piegan (pies negros).

Esta experiencia inspiró el proyecto de su vida: fotografiar a todas las tribus del país y recopilar en una gran obra los detalles de su cultura antes de que se perdiera para siempre. Empezó de inmediato. Pasó los veranos de 1901 a 1903 en el suroeste del país, con los navajos, los apaches y, sobre todo, con los hopis. Mientras tanto, su esposa Clara se quedó a cargo de los hijos y del estudio de fotografía. Edward esperaba vender las fotos que hacía de los indígenas para financiar sus viajes, pero a pesar de su éxito comercial, el dinero no era suficiente para cubrir los gastos. Además, sus largas ausencias afectaron su vida familiar.

Curtis buscó dinero para su proyecto. Se acercó al Instituto Smithsoniano, pero los expertos no confiaban en un hombre sin formación académica y con un proyecto tan grande. Tampoco consiguió el apoyo de las editoriales, que pensaban que publicar la obra sería muy caro y difícil de vender.

El apoyo de un gran empresario

Archivo:Mosa - Mohave, 1903
Mosa - mojave, 1903. Con esta fotografía de una joven de la tribu mojave Curtis consiguió apoyo financiero del magnate John Pierpont Morgan.

Finalmente, en 1906, John Pierpont Morgan, uno de los hombres más ricos del mundo, se interesó en su trabajo. Morgan, que era un gran coleccionista de libros y arte, quedó impresionado por una de las fotos de Curtis, la de una joven mojave. Morgan prometió financiarlo, con la condición de que Curtis mismo escribiera los textos, y no un experto académico.

La obra tendría 20 volúmenes y se llamaría The North American Indian. El primer volumen, publicado en 1907, tuvo un prólogo escrito por el Presidente Theodore Roosevelt. Sin embargo, Morgan solo financiaba el trabajo de campo, no la publicación, y tampoco le pagaba un sueldo. Esto significaba que solo cubría el 35% del costo total de la obra.

Desde ese momento hasta 1930, cuando se publicó el último volumen, Curtis se dedicó por completo a su obra. Continuó viviendo temporadas con los nativos por todo Estados Unidos, incluyendo Alaska y parte de Canadá. Al mismo tiempo, trabajaba en las fotografías y escribía los libros. También buscaba más dinero y vendía suscripciones de la obra. Pero encontró dificultades en ambos lados. Los posibles compradores o patrocinadores pensaban que Morgan ya aportaba mucho, y el apoyo público de Morgan alejaba a otros inversores que no querían quedar en segundo plano.

Además, el gran número de volúmenes y el alto costo de la obra lo obligaron a buscar clientes con mucho dinero. Estos clientes estaban más interesados en la obra como un objeto de lujo que por su valor real. Esto era difícil para Edward, que era idealista y de origen humilde. Las dificultades aumentaron, especialmente entre 1914 y 1921, debido a los problemas económicos de la Primera Guerra Mundial. Durante todos los años que dedicó a The North American Indian, Curtis tuvo que luchar constantemente contra la falta de dinero.

El trabajo de campo, aunque le apasionaba, era difícil por los terrenos complicados. No siempre era fácil conseguir la colaboración de los nativos, para quienes, según George Bird Grinnell, "la ambición, el tiempo y el dinero no significan nada, pero un sueño, una nube en el cielo, o un pájaro que se les cruce en el sentido equivocado, tienen una gran importancia".

Además, sus viajes constantes complicaron su vida familiar. En 1906, para intentar mejorar la situación, Clara y los niños lo acompañaron a Nuevo México, al territorio navajo. Pero un problema relacionado con un nacimiento, que los sabios de la tribu atribuyeron a las fotografías de Curtis, los obligó a huir. Finalmente, Edward y Clara se separaron en 1909.

En 1908, mientras trabajaba en el volumen sobre los sioux, Curtis recogió testimonios sobre lo que pasó en la batalla de Little Bighorn, donde murieron el general Custer y sus soldados. Tanto la versión de los sioux como la de los exploradores crow que trabajaron para el ejército, y las propias observaciones de Curtis en el campo de batalla, contradecían la historia oficial que presentaba a Custer como un héroe. Sin embargo, al hacer públicos sus descubrimientos, fue rechazado no solo por la viuda del general, sino también por el ejército, la opinión pública e incluso el presidente Theodore Roosevelt, quien había apoyado su obra.

Cine y el final de su gran obra

En 1911, para conseguir más suscriptores, Edward Curtis creó un espectáculo con linterna mágica llamado The Indian Picture Opera. Proyectaba fotografías, leía textos sobre las culturas indígenas que él mismo había escrito, y todo esto con música de orquesta compuesta por Henry Gilbert, basada en música indígena. Hubo presentaciones hasta finales de 1912 en una gira por las principales ciudades de Estados Unidos.

Curtis fue más allá con este experimento. En 1912, compró un barco para una expedición al territorio de los kwakiutl en Columbia Británica. Allí, además de fotos, hizo grabaciones de video. Al regresar, fundó la Continental Film Company para producir su película documental titulada In the Land of the ... Hunters. La película se estrenó en Seattle y Nueva York en 1914, con mucho éxito de la crítica. Pero debido a un problema legal con el distribuidor, la película fue retenida. Curtis no pudo usarla para ganar dinero, así que la película no solo no le dio la financiación esperada para The North American Indian, sino que lo dejó en una situación económica aún peor.

Además, en 1913, murió J. P. Morgan. Su hijo aceptó seguir financiando The North American Indian, pero a cambio de quedarse con los derechos de la obra.

Debido a sus constantes problemas de dinero, su hija Beth y Ella Mc Bride quisieron comprarle el estudio de fotografía, pero él no aceptó.

Clara se divorció de él en 1916. Curtis, sin dinero, dejó Seattle y pasó unos años en los parques nacionales, trabajando con el Servicio Forestal. En 1922, se mudó a Los Ángeles con Beth, su hija mayor. Abrieron un estudio de fotografía y Edward trabajó como fotógrafo y asistente de cámara en la creciente industria del cine de Hollywood. Parece que trabajó para Cecil B. DeMille y en las películas de Tarzán. Al mismo tiempo, empezó a estudiar las tribus de California. En 1924, de nuevo con problemas económicos, vendió los derechos de la película In the Land of the ... Hunters al American Museum of Natural History por menos del 10% de lo que había invertido.

Archivo:Ready for the throw Curtis LOC (cropped)
Cazador inuit a punto de lanzar su arpón.

En 1926, viajó a Oklahoma, donde una cuarta parte de la población indígena de Estados Unidos había sido trasladada. Curtis pudo ver cómo sus formas de vida habían cambiado rápidamente. Al año siguiente, organizó una última expedición en un pequeño barco que lo llevó, acompañado por Beth, a Alaska y hasta el Estrecho de Bering, para estudiar a los esquimales. El resultado fue muy diferente: encontró a los únicos nativos que aún vivían plenamente su cultura tradicional.

Al regresar al puerto de Seattle, fue detenido por no haber pagado la pensión a Clara durante años. En el juicio, demostró que, aparte de su obra, que no le daba ganancias, solo tenía deudas.

En la Navidad de 1927, su hija Florence reunió a la familia en su casa en Oregón por primera vez desde la separación de Edward y Clara. La hija menor, Katherine, que vivía en Seattle con Clara, no había visto a su padre en 13 años.

En 1929, justo antes de la Gran Depresión, Curtis logró terminar el último volumen, que se publicó al año siguiente.

Después de esto, con más de 60 años y con la salud afectada por los viajes y las dificultades económicas, dejó el estudio de fotografía de Los Ángeles en manos de Beth. Dedicó su tiempo a buscar oro, incluso planeando un viaje a las minas de Sudamérica, y a trabajar en una pequeña granja. También escribió material para unas memorias, que nunca se publicaron, mientras su obra caía en el olvido del público.

Clara murió en 1932, y Katherine se mudó a California. En 1947, Edward Curtis se fue a vivir a la casa de Beth y su esposo en Whittier (Los Ángeles). Murió de un problema de corazón en 1952, a los 84 años. Fue enterrado en Forest Lawn Memorial Park en Hollywood Hills.

El trabajo de Edward Curtis sobre las culturas

The North American Indian

Archivo:Cliff perched homes, Hopi
Casas de los hopi, «colgadas» sobre el risco.

The North American Indian es una obra de 20 volúmenes con fotografías. Cada volumen viene con un portfolio (una carpeta) con más fotos grabadas. Los volúmenes están organizados por tribus y zonas culturales, y cubren el territorio de Estados Unidos desde las Grandes Llanuras hasta el Pacífico, la costa oeste de Canadá y Alaska. En total, la obra tiene 4000 páginas de texto con 1500 fotografías y 700 fotos adicionales de gran tamaño en los portfolios.

El proyecto, como se acordó con J. P. Morgan, debía hacerse en cinco años y se imprimirían 500 copias. Al final, el trabajo duró 24 años y se imprimieron 272 juegos, de los cuales 220 se conservan en instituciones públicas o privadas de Europa y Estados Unidos. Hoy en día, se pueden consultar todos los volúmenes en la página web de la Northwestern University.

El dinero que aportó J. P. Morgan era solo para el trabajo de campo. Para esto, se fundó la compañía The North American Indian, Inc. Curtis era el director y la cara visible para el público, pero pudo contratar un equipo de personas. Entre ellos, destacaron el periodista William E. Myers, quien escribió la mayor parte del texto, y el antropólogo Frederick Webb Hodge, del Instituto Smithsonian, una de las mayores autoridades en el tema en su tiempo. También contó con ayudantes indígenas para el trabajo de campo, como A. B. Upshaw (de la tribu crow), George Hunt (de la costa noroeste), Sojero (de los pueblo) y el inuit Paul Ivanoff. Curtis también recibió apoyo económico de otras personas importantes, como el presidente Theodore Roosevelt, Andrew Carnegie y las familias reales de Inglaterra y Bélgica.

In a Piegan lodge: fotografía original.
Versión publicada. El reloj entre los dos hombres se ha suprimido.

Para esta obra, Curtis tomó unas 40.000 fotografías y grabó cerca de 10.000 sonidos de lenguas y músicas en cilindros de cera. Visitó unas 80 tribus, pasando largas temporadas con ellas, intentando integrarse en su vida. Tenía una gran disposición a escuchar y a esperar el tiempo necesario para obtener respuestas. Su forma de ser, muy diferente a la de los misioneros o agentes del gobierno, le ganó el respeto de los nativos. Ellos le dieron nombres como "El cazador de sombras" (por sus fotos) o "El hombre que duerme sobre su aliento" (por su colchón inflable). Estableció relaciones especialmente buenas con los hopi de Arizona y con los kwakiutl de Columbia Británica.

Curtis sabía muy bien que estaba retratando una forma de vida que desaparecía día a día. Esto lo impulsó a trabajar sin descanso y con problemas económicos constantes. Por la misma razón, se esforzó muchas veces en registrar un pasado que ya no existía, más que la realidad del presente. Por ejemplo, retocó fotos para quitar objetos modernos como relojes, sombrillas o carros. También fotografió representaciones de ceremonias que ya no se hacían, o disfrazó a nativos para que parecieran miembros de otras tribus. Por eso, algunas fotos tienen detalles que no concuerdan con la realidad. A pesar de estos errores, que en parte se deben a la forma de pensar de su época, y algunas conclusiones rápidas en sus textos, The North American Indian es considerado un documento excepcional por su tamaño y por la calidad y humanidad de sus imágenes.

In the Land of the ... Hunters

In the Land of the ... Hunters es una película muda que dura 1 hora y 5 minutos. Fue hecha entre 1912 y 1914, ocho años antes de la película Nanook of the North, que a menudo se considera el primer largometraje documental de la historia. Sin embargo, ninguna de las dos películas cumple con la definición actual de documental. En realidad, son historias dramáticas inventadas que buscan un equilibrio entre mostrar una realidad (en este caso, la cultura indígena y los paisajes) y satisfacer los gustos del público por el drama y el espectáculo. En este equilibrio, a veces se cometen errores o se mezclan cosas. De hecho, la película de Curtis tiene el subtítulo Indian epic drama of the Northern Sea (drama épico indígena del mar del norte).

Archivo:Edward S. Curtis, Kwakiutl bridal group, British Columbia, 1914 (published version)
Potlatch kwakiutl con ocasión de una boda; la novia se encuentra en el centro (foto incluida en The North American Indian).

In the Land of the ... Hunters cuenta una historia de amor, guerras y aventuras. Los protagonistas son un joven guerrero kwakiutl y una joven de una tribu enemiga, que está prometida a un poderoso brujo. Sin embargo, Curtis, a diferencia de muchas películas del oeste de su época, quería hacer una película "real". Por eso, aunque el guion era de estilo occidental, se filmó en lugares reales, en el territorio kwakiutl, y solo usó a miembros de esta tribu como actores.

Al igual que en The North American Indian, Curtis intentó mostrar la cultura kwakiutl antes de que tuvieran contacto con los blancos. Por eso, no mostró su forma de vida, que ya estaba muy influenciada por la cultura occidental, y no lo mencionó claramente. Encargó a los kwakiutl que construyeran cabañas, tótems y máscaras con las técnicas y estilos de antes del contacto con los blancos. También incluyó rituales y costumbres que ya no se practicaban, y que fueron reconstruidos por los propios kwakiutl, quizás inventando algunas partes. Por ejemplo, la ceremonia que da nombre a la película o las escenas de brujería. También atribuyó a los kwakiutl prácticas de caza de ballenas que habían tomado de otros grupos. Sin embargo, también recopiló cuidadosamente otros aspectos de su cultura, especialmente el arte y las danzas ceremoniales. Además, grabó cerca de 2000 canciones kwakiutl en cilindros de cera y se las dio al compositor de la música, que fue interpretada por una orquesta en vivo durante el estreno. Sin embargo, solo una pequeña parte de este material se incluyó en la partitura final.

¿Cómo fue valorada su obra?

Archivo:Cañon de Chelly - Navaho, 1904
Cañón de Chelly - Navaho, 1904

El trabajo de Edward Curtis apareció en un momento en que los ciudadanos de Estados Unidos volvían a interesarse por los pueblos originarios y por la historia de la conquista del Oeste. Esto se veía en los periódicos, los libros y los espectáculos, como el de Buffalo Bill. En ese tiempo, existía una visión idealizada de los pueblos nativos, que convivía con la idea de que eran agresivos y no encajaban en la nueva sociedad americana.

La magnitud de su proyecto, su búsqueda de dinero y suscriptores, y el apoyo de personas importantes como el presidente Roosevelt, le dieron fama y reconocimiento como una gran autoridad sobre los nativos. Sin embargo, su falta de formación académica también le valió críticas y dudas por parte de los expertos en culturas. A partir de los años 1930, su obra fue olvidada. Pero en los años 1970, sus fotografías fueron redescubiertas y se hicieron populares de nuevo, sobre todo por su belleza artística. Más tarde, toda su obra ha sido valorada de nuevo por los antropólogos y otros expertos.

Aunque hay aspectos de su método que se pueden cuestionar, su obra es una colección enorme de información obtenida directamente de las últimas generaciones de nativos americanos que aún recordaban los tiempos con poca influencia de los blancos.

A veces, Curtis retocaba las fotos para quitar objetos modernos. También fotografió y filmó escenas que fueron montadas, a veces por miembros de tribus diferentes a las que representaban. También consiguió que los nativos realizaran ceremonias en un lugar o momento diferente al habitual. Esto a veces llevaba a que las fotos no fueran del todo precisas, aunque él no se diera cuenta. Por ejemplo, en la ceremonia Yebechai de los navajos, los bailarines la interpretaron al revés para proteger su carácter sagrado.

Estos cambios se deben a que su intención no era documentar la situación de principios del siglo XX, sino rescatar, en la medida de lo posible, una realidad que existía antes. Él mismo dijo que su principal objetivo era fotografiar a los indígenas americanos tal como habían sido antes de que sus vidas y su cultura fueran afectadas por el contacto con la civilización europea.

Además, sus escritos muestran cómo sus ideas cambiaron. Llegó a hablar en contra del maltrato a los nativos y de las políticas del gobierno hacia ellos, que ya no consideraba inevitables, sino decisiones deliberadas.

El arte de Edward Curtis en la fotografía

Aunque Edward Curtis es conocido principalmente por su trabajo sobre las culturas, una parte importante de sus fotografías es su calidad artística. Estos dos aspectos pueden complementarse, pero también, como se mencionó antes, pueden contradecirse. Por ejemplo, los académicos tienden a restarle valor científico a su obra, y la historia de la fotografía no la considera muy artística, sino más bien etnográfica. Esto se debe en gran parte a la actitud del propio Curtis, quien, mientras trabajaba en The North American Indian, no asistía a exposiciones ni concursos de fotografía. Sin embargo, los clientes posteriores de su obra estaban más interesados en ella por coleccionismo y por su belleza, que por su valor científico.

Como fotógrafo, Curtis destacó tanto por su arte, relacionado con el pictorialismo, como por su exploración de técnicas de impresión fotográfica.

Su carrera como fotógrafo

Desde los 12 años, y sin que hubiera muchas cosas que lo inspiraran en el campo pobre donde creció, Edward Curtis mostró una gran pasión por la fotografía. Aprendió la técnica por sí mismo con una cámara que él mismo construyó. Una vez que se estableció en Seattle, aprovechó que por primera vez en su vida tenía cierta seguridad económica para dedicarse por completo a esta actividad, en la que destacó rápidamente. Se pueden distinguir tres etapas en su carrera como fotógrafo.

  • Etapa inicial (1892-1899): Su trabajo principal era en el estudio de fotografía que compartía con Thomas Guptill en Seattle. Su mayor fuente de ingresos eran los retratos de estudio. Pero también hacía fotos de paisajes y montañas en los estados de Washington, Oregón y Alaska. Más tarde, también hizo fotos con interés documental, social y humano: la vida en la ciudad, los mineros que iban a Klondike, y los indígenas locales. Con estos temas, también tuvo éxito comercial y ganó premios en concursos profesionales, incluso a nivel nacional. Siguió la corriente pictorialista, y esta nueva forma de hacer fotos influiría en su trabajo posterior con los nativos americanos. En este periodo se incluyen las fotos que hizo en la expedición Harriman en Alaska, donde empezó a interesarse por los nativos en su entorno. También hay muchas fotos de paisajes y de interés geográfico.
  • Etapa intermedia (1900-1915): Se centró casi por completo en la producción de The North American Indian. Al mismo tiempo, y para ayudar a este objetivo, publicó fotos de nativos americanos en revistas y periódicos. También exploró nuevas formas de expresión: las proyecciones con linterna mágica (The Indian Picture Opera) y el cine. Sus primeras grabaciones de video con nativos estadounidenses son de 1901 y culminan en 1914 con la película In the Land of the ... Hunters. Experimentó con técnicas de impresión fotográfica y destacó especialmente por mejorar un proceso llamado Orotone o Gold tone.
Archivo:Theodore Roosevelt Orotone
Presidente Theodore Roosevelt, orotone de E. S. Curtis, 1904
  • Etapa final (1916-1930): Mientras terminaba The North American Indian, hizo otros trabajos para vivir. Por un lado, en la industria del cine de Hollywood, principalmente como fotógrafo de escenas fijas, pero también como operador de cámara. Por otro lado, trabajó en su estudio de Los Ángeles, que compartía con su hija Beth. En el estudio, experimentó con técnicas y realizó series artísticas. Después de esta etapa y hasta su muerte, no volvió a fotografiar de forma seria.

Técnicas de impresión

Edward Curtis le daba mucha importancia a la calidad de sus impresiones, tanto a la técnica usada como al material donde se imprimían. Esto fue una de las razones por las que la producción de su obra sobre los indígenas fue tan cara.

La mayoría de sus trabajos usaban la técnica del fotograbado: así se hicieron las imágenes de The North American Indian, destacando las fotos grandes de los famosos portfolios.

También trabajó con impresiones en papel con gelatina de plata, con tonos sepia, sin color (blanco y negro) o con tonos azules. Este último se usó en muchas fotos fijas para los estudios de Hollywood. También usó emulsiones de platino y soportes de vidrio.

También usó mucho la técnica de la cianotipia, que produce imágenes de color azul. A menudo las usaba como pruebas de campo para las imágenes destinadas a The North American Indian.

Curtis destacó en el uso y mejora de una técnica de impresión fotográfica llamada Orotone o Gold Tone. Básicamente, consiste en imprimir una imagen positiva de gelatina de plata sobre un soporte de vidrio en lugar de papel. Una vez revelada, la imagen se cubre con una capa protectora hecha de aceites y pigmento de oro. Para evitar que el vidrio se rompa, la imagen se enmarca desde el principio. Lo interesante de esta técnica, además de los tonos dorados, es que la transparencia del vidrio le da a la imagen una luminosidad y una sensación de profundidad que no se puede lograr con papel.

A principios del siglo XX, los Orotones estaban muy de moda como objetos de arte. Curtis fue tan bueno aplicando esta técnica que el nombre comercial Curt-Tones, que él usó para los orotones de su laboratorio, terminó usándose también para referirse a esta técnica.

¿Dónde se puede ver la obra de Curtis?

  • Biblioteca Curtis en la Northwestern University. Los 20 volúmenes completos de The North American Indian, incluyendo los portfolios de fotos grabadas de gran tamaño, están disponibles en internet. La publicación en línea de la obra fue financiada en gran parte por el Museum and Library Services. [1]
  • Archivo Curtis en la Biblioteca del Congreso. La colección de fotos de Curtis de la División de Impresiones y Fotografías tiene más de 2400 fotos impresas con gelatino-bromuro, algunas de ellas en color sepia. Estas se obtuvieron de los negativos originales de vidrio de Curtis. Muchas incluyen el número de archivo de Curtis o el del negativo en la esquina inferior izquierda de la imagen. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos las compró entre 1900 y 1930 a través del registro de derechos de autor. Por eso, las fechas que aparecen indican cuándo se registraron, no cuándo se tomaron. Dos tercios (1608) de estas imágenes no se incluyeron en The North American Indian. Los negativos, guardados por años en los depósitos de la biblioteca de J. P. Morgan en Nueva York, se dispersaron durante la Segunda Guerra Mundial. [2]
  • Archivo Charles Lauriat. En 1935, los herederos de J. P. Morgan vendieron los derechos y el material que tenían de The North American Indian a la tienda de libros raros de Charles E. Laurel, en Boston. Los materiales que Laurel no había vendido fueron descubiertos en sus almacenes en 1972 por Karl Kernberg de Santa Fe (Nuevo México): unos 285.000 fotograbados originales y sus planchas de cobre. Este archivo es hoy propiedad de Kenneth Zerbe.
  • Peabody Essex Museum. El Dr. Charles Goddard Weld compró 110 fotos impresas que Curtis había hecho para su exposición de 1905-06. Luego las donó al Peabody Essex Museum, donde aún se conservan. Estas copias son únicas y están en excelente estado. [3]
  • Archivo de Música Tradicional en la Universidad de Indiana. Se conservan 276 de los cilindros de cera grabados por Curtis entre 1907 y 1913. Incluyen grabaciones de música de varios grupos de nativos norteamericanos.

Galería de imágenes

Más información

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Edward S. Curtis Facts for Kids

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Edward Sheriff Curtis para Niños. Enciclopedia Kiddle.