Destrucción creativa para niños
La destrucción creativa o creadora es una idea importante en la economía. Se refiere a cómo las cosas nuevas y las formas innovadoras de hacer las cosas reemplazan a las antiguas. Es como un proceso constante de cambio donde lo viejo se va para que lo nuevo pueda surgir.
Este concepto se asocia mucho con el economista austriaco Joseph Schumpeter, quien lo popularizó en los años 1950. Schumpeter se inspiró en las ideas de Karl Marx y lo usó para explicar cómo funciona la innovación en la economía y los ciclos de crecimiento y cambio.
Según Schumpeter, la "destrucción creativa" es un "viento constante de cambio industrial" que revoluciona la economía desde adentro. Destruye lo que ya existe y crea cosas nuevas sin parar. En las ideas económicas de Marx, este concepto se refiere a cómo el capitalismo (un sistema económico) acumula riqueza, pero también necesita que parte de esa riqueza se "destruya" o se devalúe para que se pueda crear más riqueza nueva.
El sociólogo alemán Werner Sombart usó estos términos por primera vez en su libro Guerra y Capitalismo (1913). Sin embargo, la idea ya estaba presente en los escritos de Marx. Para Marx, la destrucción no solo significaba que el capitalismo cambiaba las formas económicas antiguas, sino que también debía reducir el valor de la riqueza existente (por ejemplo, a través de problemas económicos) para dejar espacio a nuevas creaciones.
En su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942), Joseph Schumpeter desarrolló esta idea. Él pensaba que las fuerzas de destrucción creativa del capitalismo, con el tiempo, podrían llevar a su propio cambio. A pesar de esto, el término se hizo popular en la economía para describir procesos como la mejora de la eficiencia en las empresas. Las ideas de Marx sobre este tema también han sido exploradas por otros pensadores como David Harvey y Manuel Castells.
Contenido
Orígenes del concepto
En las ideas de Karl Marx
Aunque Marx no usó la frase exacta "destrucción creativa", sus escritos son la base de esta idea. Pensadores como Werner Sombart y Joseph Schumpeter estudiaron a fondo las ideas de Marx para desarrollar este concepto.
En el Manifiesto comunista de 1848, Karl Marx y Friedrich Engels describieron cómo el capitalismo pasa por momentos de dificultad. Mencionaron la "destrucción necesaria de una gran cantidad de fuerzas productivas".
Ellos explicaron que la sociedad moderna, con sus poderosos medios de producción, a veces se parece a un mago que no puede controlar las fuerzas que ha desatado. Las empresas y el comercio a veces enfrentan problemas donde se producen demasiadas cosas. Esto lleva a que se destruyan productos y hasta las formas de producir. Es como si la sociedad tuviera demasiada civilización, demasiados recursos, demasiada industria. Para superar estos problemas, las empresas a veces tienen que deshacerse de productos o buscar nuevos mercados. Esto, a su vez, puede llevar a problemas más grandes en el futuro.
Años después, en Grundrisse, Marx escribió sobre la "destrucción de capital no por causas externas, sino como una condición para su propia supervivencia". Esto significa que, para que el capitalismo siga funcionando, a veces necesita que el valor de algunas cosas disminuya. Esto permite que se creen nuevas inversiones y que el ciclo de producción y cambio continúe.
En El capital (1863), Marx explicó que la destrucción del valor de los productos puede afectar su valor de uso (para qué sirven) o su valor de intercambio (cuánto valen). Cuando el valor de intercambio se destruye, pero el valor de uso se mantiene, surgen oportunidades para nuevas inversiones. Esto permite que el ciclo de producción se repita. Por ejemplo, si los precios bajan mucho, algunas empresas pueden quebrar, pero sus productos aún pueden ser útiles y dar lugar a nuevas oportunidades de negocio.
David Harvey, un geógrafo social, resume la diferencia entre Marx y Schumpeter. Marx, aunque admiraba la creatividad del capitalismo, destacaba su tendencia a la autodestrucción. Los seguidores de Schumpeter, en cambio, celebran la creatividad infinita del capitalismo, viendo la destrucción como un costo normal de hacer negocios.
Otros usos tempranos
En El origen de las especies (1859), Charles Darwin escribió que "la desaparición de las formas antiguas es una consecuencia casi inevitable de la aparición de nuevas formas". Un ejemplo es cómo la desaparición de los dinosaurios permitió que los mamíferos se desarrollaran y diversificaran. En este caso, la creación fue una consecuencia de la destrucción.
Filosóficamente, la "destrucción creativa" se parece al concepto de "sublación" de Hegel, que significa superar algo conservando parte de ello. En Alemania, la idea fue tomada de Marx por Werner Sombart en su texto de 1913, Guerra y Capitalismo. Sombart escribió que "de la destrucción surge un nuevo espíritu de creación". Por ejemplo, la escasez de madera llevó a la invención de sustitutos y al uso del carbón.
Se ha sugerido que la idea de Sombart fue influenciada por el misticismo oriental, especialmente la imagen del dios hindú Shiva, que es tanto destructor como creador. Esta influencia pudo llegar a través de filósofos alemanes como Johann Gottfried Herder y Friedrich Nietzsche. Nietzsche, en La genealogía de la moral (1887), habló de un ciclo universal de creación y destrucción, donde cada acto creativo tiene una consecuencia destructiva.
Otra formulación del siglo XIX viene del anarquista ruso Mijaíl Bakunin, quien escribió en 1842: "¡La pasión por la destrucción también es una pasión creativa!". Sin embargo, esta idea se enfoca más en la destrucción activa del orden social por parte de las personas, a diferencia de las fuerzas del sistema que mencionaban Marx y Schumpeter.
La visión de Joseph Schumpeter
La frase "destrucción creativa" se hizo muy conocida gracias a Joseph Schumpeter, especialmente por su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia, publicado en 1942. Ya en su libro Ciclos económicos (1939), Schumpeter había intentado explicar las ideas de Nikolai Kondratieff sobre los ciclos económicos largos, que él creía que eran impulsados por la innovación tecnológica.
En Capitalismo, Socialismo y Democracia, Schumpeter explicó que el capitalismo es un sistema que siempre está cambiando. El motor principal del capitalismo viene de:
- Nuevos productos para los consumidores.
- Nuevos métodos de producción o transporte.
- Nuevos mercados.
- Nuevas formas de organizar las empresas.
Schumpeter dijo: "La apertura de nuevos mercados, ya sean extranjeros o nacionales, y el desarrollo de la organización industrial... ilustran el proceso de cambio industrial que revoluciona sin cesar la estructura económica desde adentro, destruyendo sin cesar lo antiguo y creando sin cesar lo nuevo. Este proceso de destrucción creativa es el hecho esencial del capitalismo".
Para Schumpeter, los emprendedores innovadores son la fuerza que impulsa el crecimiento económico. Ellos introducen ideas nuevas que, aunque pueden afectar a empresas y trabajadores ya establecidos, mantienen la economía en movimiento. Sin embargo, Schumpeter era un poco pesimista sobre si este proceso podría durar para siempre, ya que pensaba que podría debilitar las propias bases del capitalismo.
A pesar de esto, Schumpeter desarrolló el concepto y lo hizo central en su teoría económica. Más tarde, se convirtió en una idea clave para la Escuela Austriaca de pensamiento económico, que defiende el libre mercado.
Ejemplos de destrucción creativa

Schumpeter (1949) usó como ejemplo la construcción de ferrocarriles en el Medio Oeste de Estados Unidos. Explicó que el ferrocarril no solo fue un buen negocio, sino que también significó el fin de la antigua forma de agricultura en esa región.
Muchas empresas que fueron líderes en sus industrias, como Xerox en fotocopiadoras o Polaroid en fotografía instantánea, vieron cómo sus ganancias y su dominio disminuían a medida que los competidores lanzaban productos mejores o más baratos.
En tecnología, la cinta de casete reemplazó a los cartuchos de 8 pistas. Luego, el disco compacto reemplazó a los casetes, y después las descargas a reproductores de MP3 reemplazaron a los CDs. Ahora, los servicios de streaming están reemplazando a las descargas. Las empresas que ganaban dinero con tecnologías antiguas a menudo tienen dificultades para adaptarse a los nuevos entornos creados por las nuevas tecnologías.
Otro ejemplo es cómo los sitios de noticias en línea, como The Huffington Post, están cambiando la industria de los periódicos tradicionales. Algunos periódicos, como el Christian Science Monitor y el Seattle Post-Intelligencer, dejaron de publicar ediciones diarias en papel para enfocarse en versiones en línea. Esto ha llevado a una disminución de empleos en la industria de los periódicos y un aumento en la publicación en internet.
La innovación exitosa a menudo da a una empresa un poder temporal en el mercado, pero con el tiempo, este poder se ve afectado por nuevos inventos de otros competidores. La destrucción creativa es una idea económica muy útil porque explica cómo cambian las industrias: cómo un mercado competitivo puede volverse dominado por una sola empresa, y luego volver a ser competitivo. Ha inspirado teorías sobre el crecimiento económico y la economía evolutiva.
David Ames Wells (1890) dio muchos ejemplos de cómo la tecnología, como la máquina de vapor, el transporte, el telégrafo y la mecanización agrícola, causó cambios importantes en la economía.
Desarrollos posteriores del concepto
Ludwig Lachmann
El economista Ludwig Lachmann explicó que la riqueza no se queda mucho tiempo en las mismas manos. Pasa de una persona a otra a medida que los cambios inesperados dan valor a diferentes recursos, generando ganancias y pérdidas. Dijo que los dueños de la riqueza son como los huéspedes de un hotel: siempre hay gente, pero nunca son las mismas personas por mucho tiempo.
David Harvey
El geógrafo e historiador David Harvey ha estudiado cómo el capitalismo invierte en la construcción de ciudades y edificios para superar sus problemas económicos. Él dice que la creación de ciudades y edificios absorbe mucho capital. Sin embargo, esto también puede limitar el crecimiento, ya que el capital queda "fijo" en un lugar. Para evitar esto, el capitalismo busca formas más rápidas de cambiar y moverse, como la innovación en el transporte y las comunicaciones.
Harvey explica que la innovación constante puede reducir el valor de inversiones pasadas y habilidades laborales. La destrucción creativa es parte del funcionamiento del capital. La innovación puede aumentar la inestabilidad y, al final, llevar a problemas económicos. Para mantener las ganancias, las empresas buscan nuevas formas de producir y crear nuevas necesidades en las personas. Esto puede causar más inestabilidad, ya que el capital y los trabajadores se mueven de una industria a otra, dejando algunas áreas afectadas. La globalización es una forma de esto, donde el capital se mueve rápidamente por el mundo, cambiando la forma en que se produce y se trabaja en diferentes lugares.
Marshall Berman
En su libro Todo lo sólido se desvanece en el aire: La experiencia de la modernidad (1987), Marshall Berman usó la idea de la "destrucción creativa" de Marx para explicar cómo funciona la modernidad. El título de su libro viene de una frase del Manifiesto Comunista.
Berman destacó que, según Marx, todo lo que construye la sociedad burguesa está hecho para ser derribado. Desde la ropa hasta las fábricas, las casas, las empresas y las ciudades enteras, todo está diseñado para ser reemplazado o reciclado. Él enfatiza la idea de Marx de que las grandes fuerzas creativas del capitalismo son, al mismo tiempo, frágiles y temporales.
Manuel Castells
El sociólogo Manuel Castells, en su trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura (1996), analizó cómo el capitalismo invierte en algunas regiones del mundo y se retira de otras, usando las nuevas "redes de información". En la era de la globalización, el capitalismo se mueve muy rápido, creando un "espacio de flujos". Aunque la tecnología ha permitido esta fluidez, también hace que algunas áreas y poblaciones sean ignoradas por las redes de información. Castells dice que las grandes ciudades de hoy están "conectadas globalmente y desconectadas localmente". Él relaciona esto con la destrucción creativa, diciendo que el "espíritu de la era de la información" es una cultura de "destrucción creativa" que se acelera con la velocidad de la tecnología.
Daniele Archibugi
Daniele Archibugi y Andrea Filippetti han relacionado la crisis económica de 2008 con la disminución de las oportunidades que ofrecían las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Archibugi usó la película Blade Runner como metáfora: muchas innovaciones de TIC de la película se hicieron realidad, pero las de biotecnología no. Él argumenta que una nueva recuperación económica ocurrirá cuando se identifiquen y se aprovechen nuevas oportunidades tecnológicas clave.
Archibugi señala que las oportunidades tecnológicas no se integran en la vida económica y social sin esfuerzo. Debemos imaginar nuevas formas de organización con la tecnología emergente. Las TIC ya han cambiado nuestra vida más que nuestra economía. La biotecnología podría traer cambios aún más grandes.
Otros usos
En 1992, Philippe Aghion y Peter Howitt usaron la idea de destrucción creativa en modelos matemáticos para explicar el crecimiento económico.
En 1995, Richard L. Nolan y David C. Croson publicaron Destrucción Creativa: Un Proceso de Seis Etapas para Transformar la Organización. Este libro sugería reducir personal para liberar recursos y luego reinvertirlos para obtener una ventaja competitiva.
Max Page, en su libro de 1999 La Destrucción Creativa de Manhattan, 1900-1940, describe cómo Manhattan se reinventa constantemente, a menudo sacrificando su pasado. Él explica las razones históricas, económicas y sociales de estos cambios en el paisaje urbano.
El término "destrucción creativa" también se ha usado para describir la renovación urbana. T.C. Chang y Shirlena Huang lo aplicaron a la reurbanización del río Singapur, buscando un equilibrio entre una nueva cultura vibrante y el respeto por la historia. Rosemary Wakeman relató la evolución de Les Halles en París, un antiguo mercado que fue demolido para construir un centro de transporte y un centro comercial.
En las artes, Alan Ackerman y Martin Puncher (2006) editaron una colección de ensayos sobre "destrucción creativa en el escenario modernista", explicando cómo el teatro se ha reinventado a sí mismo, explorando nuevas formas de producción.
Philip Fisher, en su libro de 1999 Still the New World, American Literature in a Culture of Creative Destruction, analiza temas de destrucción creativa en obras literarias del siglo XX, como las de Ralph Waldo Emerson y Mark Twain. Fisher argumenta que la destrucción creativa existe tanto en la literatura como en el cambio tecnológico.
El autor Michael Ledeen, en su libro de 2002 La Guerra contra los Maestros del Terror, argumentó que Estados Unidos es una nación revolucionaria que cambia las sociedades tradicionales. Dijo: "La destrucción creativa es nuestro segundo nombre, tanto dentro de nuestra propia sociedad como en el extranjero. Derribamos el viejo orden todos los días, desde los negocios hasta la ciencia, la literatura, el arte, la arquitectura y el cine, hasta la política y el derecho".
La destrucción creativa también se ha relacionado con el desarrollo sostenible. Stuart L. Hart y Mark B. Milstein (1999) argumentaron que las nuevas oportunidades de ganancias se encuentran en una ronda de destrucción creativa impulsada por la sostenibilidad global. Andrea L. Larson (2000) estuvo de acuerdo, diciendo que los emprendedores deben buscar mejoras basadas en la sostenibilidad.
Algunos economistas actuales sugieren que la parte "destructiva" de la destrucción creativa es ahora más fuerte que antes. Afirman que la parte "creativa" no genera tanto crecimiento como en generaciones pasadas, y que la innovación se ha vuelto más una forma de obtener ganancias que de crear valor real.
El emprendedor innovador
Según Schumpeter, el emprendedor innovador es una persona especial, llena de energía y vitalidad, que no se rinde fácilmente ante los fracasos. Este emprendedor no es necesariamente un inventor (que suele ser un científico o técnico). El emprendedor es quien crea mercados para los inventos de los genios. Se destaca por su perseverancia y ambición, no solo por su inteligencia. Su motivación principal no es solo el dinero, sino el sueño de construir un gran negocio o una marca reconocida.
Innovación y crédito
Para Schumpeter, la esencia del capitalismo es el cambio constante. Un capitalismo que no cambia sería una contradicción. Schumpeter identificó cinco tipos de innovación:
- La creación de un producto nuevo.
- La introducción de un nuevo método para producir o vender productos existentes.
- La apertura de nuevos mercados.
- La obtención de una nueva fuente de materias primas.
- La creación de una nueva empresa dominante o la desaparición de una existente.
Un elemento clave en la economía de la innovación es la creación de crédito (dinero prestado). El proceso de innovación en los mercados de productos y servicios va de la mano con la innovación financiera. Aunque esto puede ser arriesgado (por ejemplo, llevando a ciclos de especulación y luego a la quiebra), es necesario para la innovación. Sin innovación financiera, no hay proyectos innovadores, y por lo tanto, no hay creación de riqueza ni empleo. Por eso, Schumpeter le da a los bancos y a la creación de dinero un papel muy importante en el capitalismo.
Otro nombre: "Vendaval de Schumpeter"
La frase "Vendaval de Schumpeter" también se usa para referirse a la destrucción creativa. Proviene de una cita de Joseph Schumpeter en su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942):
La apertura de nuevos mercados y el desarrollo organizacional de la tienda de artesanía y la fábrica a preocupaciones como US Steel ilustran el proceso de mutación industrial que revoluciona incesantemente la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva ... [El proceso] debe ser visto en su papel en el vendaval perenne de la destrucción creativa; no puede entenderse en la hipótesis de que hay una calma perenne.
En la cultura popular
La película Other People's Money (1991) muestra diferentes puntos de vista sobre la destrucción creativa. Esto se presenta en dos discursos sobre la compra de una empresa de cable y alambre en una pequeña ciudad. Un discurso es de un inversor que busca ganancias, y el otro es del director de la empresa, que quiere proteger a sus empleados y a la comunidad.
Véase también
En inglés: Creative destruction Facts for Kids
- Técnicas de creatividad
- Tecnología disruptiva
- Extinción masiva
- Falacia de la ventana rota
- Leapfrogging
Galería de imágenes
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Multitud en el American Union Bank de Nueva York durante un momento difícil en la economía a principios de la Gran Depresión. Marx argumentó que la disminución del valor de la riqueza durante los problemas económicos periódicos del capitalismo era un resultado inevitable de los procesos de creación de riqueza.