Caudillismo para niños
El caudillismo fue una forma de liderazgo político que apareció en América Latina en el siglo XIX, después de las guerras de independencia. Estas guerras dejaron a los nuevos países con gobiernos débiles y sin una organización fuerte. En ese momento, surgieron los caudillos, que eran líderes militares con un estilo de mando muy personal y fuerte. Ellos solían llegar al poder usando la fuerza.
El poder de un caudillo dependía del apoyo de mucha gente. Sin embargo, si las personas se sentían decepcionadas porque el caudillo no cumplía sus promesas, podían dejar de apoyarlo y seguir a otro líder que les ofreciera mejores soluciones para el país o la región.
Este fenómeno se vio en América Latina durante mucho tiempo en su historia como repúblicas. A veces, el caudillismo llevó a gobiernos muy estrictos, a un control fuerte sobre quienes pensaban diferente y a problemas en la economía y la política. Pero en otros casos, ayudó a que surgieran las primeras ideas de democracia y federalismo en las repúblicas latinoamericanas. También impulsó proyectos para que los países se desarrollaran por sí mismos, sin depender de otras naciones. Era común que los caudillos se enfrentaran entre sí, lo que a menudo terminaba en guerras internas.
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¿Qué significa la palabra "caudillismo"?
El historiador Samuel Phillips Huntington sugirió usar el término pretorianismo oligárquico en lugar de caudillismo. Él pensaba que en el siglo XIX, los países tenían pocas instituciones organizadas y la gente participaba poco en la política. Esto ocurría antes de que existieran ejércitos nacionales modernos y bien organizados. En ese tiempo, los caudillos podían usar amenazas y violencia para influir en la política y lograr sus objetivos. Los ejércitos de los gobiernos eran débiles porque no tenían armas modernas ni oficiales y soldados bien entrenados. Por eso, muchos militares se volvieron muy influyentes en la política.
Sin embargo, otros expertos distinguen a estos militares de los "verdaderos caudillos". Clasifican a los militares en tres grupos:
- Militares de carrera: Eran profesionales que servían a su país sin intereses personales o políticos.
- Pretorianos o militares-políticos: Eran militares que influían demasiado en la política.
- Caudillos o guerreros personalistas políticos: Eran líderes que tenían un gran poder personal sobre sus seguidores.
Los caudillos eran personas con mucho carisma, capaces de hacer que sus intereses personales parecieran los intereses de la gente común. Así, lograban que muchas personas los siguieran. Un caudillo siempre era el líder de un grupo armado. Se pueden clasificar en tres tipos:
- Caudillos menores: Eran líderes locales, como los caciques, que dominaban una zona pequeña.
- Caudillos provinciales o regionales: Tenían poder sobre una región o una parte de un estado.
- Caudillos nacionales: Eran los líderes más importantes de todo un país, y su poder venía de la fuerza, los acuerdos y las negociaciones con otros líderes.
¿Por qué surgió el caudillismo?
A veces, para llegar al poder, los caudillos se unían a otros militares y se rebelaban. Derrocaban al gobernante, disolvían el Congreso y se declaraban presidentes provisionales. Después de un tiempo, se elegía un nuevo congreso y se hacían elecciones presidenciales. En esas elecciones, el caudillo que había liderado la rebelión solía ser elegido presidente.
Los principales apoyos de los caudillos, además de sus hombres de confianza, eran las personas con más dinero. Así, estas personas aseguraban que el gobierno del caudillo tuviera dinero, y a cambio, el caudillo les prometía beneficios.
El caudillismo se desarrolló en varios países de América Latina. Fue muy notable en México, donde hubo muchos presidentes militares en cincuenta años. También se vio en Chile con José Miguel Carrera, en Perú con tres grandes "periodos de militarismo", en Argentina con Juan Manuel de Rosas, en Colombia con Pedro Alcántara Herrán, y en Bolivia, Paraguay, Ecuador y Venezuela.
Algunos de los caudillos más influyentes fueron:
- José Gervasio Artigas en Uruguay.
- Juan Manuel de Rosas en la Confederación Argentina.
- José Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay.
- Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Vicente Guerrero, Antonio López de Santa Anna, Emiliano Zapata y Francisco Villa en México.
- José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco y José Tadeo Monagas en Venezuela.
- Getulio Vargas en Brasil.
- Francisco Franco en España.
- António de Oliveira Salazar en Portugal.
- Pedro Domingo Murillo en Bolivia.
¿Cómo era la política de los caudillos?
Los caudillos latinoamericanos surgieron en parte por la desigualdad que existía desde la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Los españoles impusieron sus reglas de conquista, control y colonialismo.
Los caudillos representaban los intereses de sus regiones, mezclados con sus propias ambiciones. Por ejemplo, Agustín Gamarra defendía los intereses del sur andino, especialmente del Cuzco, mientras que Andrés de Santa Cruz representaba a Bolivia y Arequipa. Para comunicarse mejor en países con poca infraestructura, los caudillos hacían alianzas con los dueños de grandes propiedades.
En Venezuela, líderes como José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco, Juan Crisóstomo Falcón, José Tadeo Monagas, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez tuvieron un gran poder. El caudillismo venezolano fue una forma de organizar la sociedad y de restablecer el poder en el siglo XIX, ya que no se podía centralizar el gobierno. Los caudillos mantuvieron cierto orden en una sociedad dispersa. Sin embargo, los caudillos no tenían un plan para transformar la sociedad; eran figuras temporales en ese proceso histórico.
El caudillismo en Venezuela
El caudillismo apareció en Venezuela debido a la falta de orden que había al final de la Primera República, especialmente en las zonas controladas por los republicanos (1812). En ese momento, el poder lo tenía la persona que lograba atraer y armar a un grupo de seguidores.
Los gobiernos que surgieron después del fin del dominio colonial eran débiles. Esto permitía que los caudillos de las regiones, que no estaban contentos con cómo se repartía el poder, rompieran la paz y organizaran expediciones para derrocar al gobierno en Caracas. Por ejemplo, en 1812, Domingo de Monteverde se apoyó en la gente de Coro; en 1813, Simón Bolívar levantó a los andinos y Santiago Mariño a los orientales; y en 1814, José Tomás Boves hizo lo mismo con los llaneros. Este fenómeno continuó durante las guerras civiles posteriores.
Hasta la llegada de la expedición de Pablo Morillo, los caudillos locales habían sido los principales enemigos de la revolución, incluso más que los "ejércitos realistas" (tropas regulares). Esto se debía a que los caudillos tenían más autonomía y recursos, que usaban principalmente para defender y expandir sus propiedades. Otra razón por la que estos líderes perdieron apoyo fue el miedo a perder su liderazgo autónomo frente a Morillo. En algunas regiones, la guerra duró cinco, diez o hasta quince años, y la única autoridad a la que se podía acudir para protección era el caudillo. Por eso, después de la independencia, el escenario estaba listo para guerras entre líderes rivales.
Los caudillos a menudo obtenían recursos mediante el saqueo, especialmente los rebeldes que no tenían ingresos fijos. Por ejemplo, José Antonio Páez usaba el robo para equipar y pagar a sus tropas. También usaban métodos más organizados como el embargo de bienes, préstamos obligatorios, multas y donaciones.
El caudillismo fue una de las mayores consecuencias de la guerra de independencia. Acompañó al país durante casi un siglo, hasta que el poder civil se impuso finalmente en 1903. Por esta razón, muchos historiadores ven a los caudillos como figuras que causaron atraso en las instituciones del país, mientras que otros los consideran luchadores por la igualdad o incluso promotores de la democracia. Sin embargo, la democracia no nació de los caudillos, sino de las ideas de los revolucionarios y de los eventos históricos.
Los líderes rebeldes, por otro lado, siempre tuvieron que enfrentar a poblaciones muy divididas y poco dispuestas a unirse. Por eso, dependían más de sus habilidades personales de mando que de instituciones sólidas. Esto fue clave para la importancia del caudillismo en la construcción de los estados hispanoamericanos. Debían ser militares (buenos en tácticas y estrategias), líderes de estado (organizadores de un país) y soldados (combatientes que hacían lo mismo que el resto de la tropa). Eran personas que, con disciplina y cercanía a sus soldados, lograban que estos se identificaran con su causa.
Estrategias de los caudillos
Aunque la estrategia favorita de José Antonio Páez era simplemente atacar con su caballería desordenada hasta romper las líneas enemigas, la de José Tomás Boves y Facundo Quiroga era similar a la de la Batalla de Las Queseras del Medio: primero simulaban un ataque para luego retirarse, intentando que el enemigo los persiguiera. Luego, los jinetes daban media vuelta y volvían a atacar, mientras una parte de las tropas atacaba por sorpresa la retaguardia enemiga, como ocurrió en la Primera Batalla de La Puerta. Los llaneros eran muy fuertes en campo abierto, por eso se dice que los caudillos ganaban más por la valentía y habilidad de sus tropas que por sus tácticas.
A Boves se le ha comparado con el carlista Ramón Cabrera. Ambos fueron marineros carismáticos que, sin experiencia militar previa, lograron movilizar a pueblos enteros sin mucho apoyo logístico en momentos de desorden. Defendían la continuidad de la monarquía, iban al frente en la batalla y vivían como sus hombres. Intentaban tomar lo mejor de su tradición sin dejar de lado el progreso. Eran personas decididas, prácticas, sencillas y que valoraban el mérito, y tuvieron desacuerdos con las élites tanto amigas como enemigas.
¿Qué fue la "diablocracia"?
A veces se llamó diablocracia a la forma en que caudillos crueles llegaban al poder y mejoraban su posición social gracias a su brutalidad y a su capacidad de desatar la violencia de los sectores más humildes y apartados de la sociedad. Este término también fue usado por los monárquicos para referirse a los gobiernos republicanos e independentistas creados por los revolucionarios.
Véase también
- Caudillo
- Autoritarismo
- Dictadura
- Pretorianismo