Ramón Cabrera para niños
Datos para niños Ramón Cabrera |
||
---|---|---|
|
||
Información personal | ||
Apodo | El Tigre del Maestrazgo | |
Nacimiento | 27 de diciembre de 1806 Tortosa (España) |
|
Fallecimiento | 24 de mayo de 1877 Wentworth (Reino Unido) |
|
Nacionalidad | Española | |
Religión | Catolicismo | |
Familia | ||
Madre | María Griñó | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Lealtad | Carlismo | |
Mandos | Ejército carlista en el Maestrazgo | |
Rango militar | General | |
Conflictos | Primera guerra carlista Segunda guerra carlista |
|
Ramón Cabrera y Griñó (nacido en Tortosa, España, el 27 de diciembre de 1806 y fallecido en Wentworth, Reino Unido, el 24 de mayo de 1877) fue un importante militar español. Se le conocía como «El Tigre del Maestrazgo» y fue un líder destacado del Carlismo, un movimiento político de la época.
Cabrera participó en dos grandes conflictos en España, la primera y la Segunda guerra carlista. Después del segundo conflicto, se fue a vivir a Inglaterra. Allí se casó y sus ideas políticas se hicieron más moderadas. Tuvo varios títulos importantes, como duque del Maestrazgo, conde de Morella y marqués del Ter.
Contenido
Biografía de Ramón Cabrera
¿Cómo fue la juventud de Ramón Cabrera?
El padre de Ramón, José Cabrera, era un comerciante que falleció cuando Ramón tenía solo cinco años. Su madre quiso que estudiara para ser sacerdote, y así lo hizo desde joven.
En 1825, una herencia familiar le permitió tener un puesto en la iglesia. Sin embargo, el obispo de Tortosa, Víctor Damián Sáez, no quiso ordenarlo sacerdote porque Ramón no sentía una verdadera vocación religiosa. Por eso, Ramón dejó los estudios religiosos y se unió al levantamiento carlista en 1833. Este levantamiento apoyaba a Carlos María Isidro de Borbón, quien quería ser rey de España.
¿Qué papel tuvo Cabrera en la Primera Guerra Carlista?
Para evitar ser desterrado a Barcelona, Ramón Cabrera se unió a las tropas carlistas que habían tomado la ciudad de Morella. Gracias a su formación, rápidamente se convirtió en secretario de los líderes carlistas. Así, ganó la confianza de Marcoval, uno de los jefes más importantes en la región del Maestrazgo.
En 1834, el pretendiente al trono lo ascendió a coronel. Estuvo bajo las órdenes del general Manuel Carnicer, el primer jefe de las tropas carlistas en Aragón y Valencia. Cuando Carnicer fue capturado y ejecutado en abril de 1835, Cabrera lo reemplazó en el mando.
Fue nombrado comandante general interino del Bajo Aragón. Se destacó por organizar las fuerzas y la estrategia de su bando. Estableció su centro de mando en Cantavieja, donde publicó un periódico, construyó una fortificación y organizó el suministro de alimentos y la fabricación de armas.
Al principio de la guerra, Cabrera liberó a los prisioneros que capturaba en varias ocasiones. A pesar de esto, sus oponentes le dieron el apodo de «Tigre del Maestrazgo» debido a su forma de luchar.
Un evento muy conocido en la historia de Ramón Cabrera ocurrió cuando ordenó la ejecución de los alcaldes de Torrecilla y Valdealgorfa. Él creía que estos alcaldes habían ayudado a sus oponentes.
En respuesta a esto, el general Agustín Nogueras, con permiso del capitán general de Cataluña, el general Francisco Espoz y Mina, ordenó la ejecución de Ana María Griñó, la madre de Ramón Cabrera, quien había estado prisionera durante un año y medio. Este hecho hizo que el conflicto en el Maestrazgo se volviera aún más intenso.
Cabrera participó en dos de las expediciones carlistas más grandes durante la guerra. Entre junio y noviembre de 1836, colaboró con el general Miguel Gómez Damas en una expedición que recorrió principalmente Andalucía y Extremadura. De mayo a octubre de 1837, participó en la Expedición Real, liderada por el propio pretendiente Carlos V. En esta expedición, las tropas de Cabrera llegaron cerca de Madrid, pero la orden de atacar la capital nunca llegó.
En enero de 1838, Cabrera tomó Morella y la convirtió en la capital de su territorio. En el verano de ese año, la defendió con éxito. Por sus servicios, el pretendiente le dio el título de Conde de Morella. Ese mismo año, derrotó a una importante división del ejército liberal en Maella.
Cabrera no aceptó el convenio de Oñate (conocido como Abrazo de Vergara) de 1839. Este acuerdo disolvió el ejército carlista del Norte, y Cabrera lo consideró una traición. Por eso, Cabrera fue el único general que continuó la lucha por la causa carlista. Con 25.000 hombres, mantuvo el conflicto en el Maestrazgo hasta mayo de 1840. En esa fecha, el general Baldomero Espartero, al mando de todo el ejército, logró tomar la ciudad.
El 6 de julio, después de una retirada por Cataluña, Cabrera y seis de sus batallones cruzaron la frontera francesa. El gobierno francés lo mantuvo confinado en los castillos de Ham y Lille por un tiempo, y luego le dio libertad vigilada. Poco después, Cabrera se instaló en Lyon, donde vivió varios años y recibió una pensión del gobierno francés.
¿Cómo fue la participación de Cabrera en la Segunda Guerra Carlista?

En 1847, hubo un nuevo levantamiento carlista. Aunque Cabrera no creía en las posibilidades de victoria, siguió las órdenes del nuevo pretendiente, Carlos VI. Dejó su exilio, organizó las tropas en las montañas de Cataluña y se puso al frente de los grupos carlistas en Cataluña, Aragón y Valencia.
Tras ser derrotado, se exilió de nuevo a Francia en abril de 1849, siendo confinado en Marsella. Desde allí, viajó a Inglaterra. El 29 de mayo de 1850, se casó con Marianne Catherine Richards, quien era de fe protestante y heredera de una familia rica de comerciantes y abogados ingleses. Se estableció en Wentworth, cerca de Londres.
¿Cómo fueron los últimos años de Ramón Cabrera?
En Inglaterra, su matrimonio le permitió vivir con comodidad. Aunque no participó en más levantamientos, siempre estuvo en contacto con la causa carlista y les dio mucho apoyo económico. Su experiencia en Inglaterra y la influencia de pensadores como Balmes le hicieron entender mejor la situación del carlismo. Esto lo llevó a alejarse de la idea de levantamientos armados, que seguía siendo central para el carlismo, y a tener diferencias con el nuevo pretendiente, Carlos VII.
En 1869, el pretendiente Carlos VII viajó a Londres para proponerle a Cabrera un nuevo levantamiento. Sin embargo, Cabrera, que era una de las últimas figuras importantes del carlismo, rechazó la propuesta. Aunque fue nombrado jefe del partido carlista en 1869, al año siguiente renunció al cargo por desacuerdos con Carlos VII. Su decisión fue aceptada en una reunión especial.
Cuando Alfonso XII subió al trono de España, se hizo evidente que las ideas de Cabrera coincidían con el nuevo proyecto de orden social. Alfonso XII visitó personalmente a Cabrera en Wentworth y encontraron muchos puntos en común sobre cómo debía ser la monarquía restaurada. Desilusionado con Carlos VII, Cabrera reconoció al nuevo rey en 1875. A cambio, Alfonso XII reconoció a Cabrera sus grados militares y títulos nobiliarios. Cabrera no regresó a España y falleció en Inglaterra.
¿Qué pensaban otros militares de Cabrera?
Para entender el valor de Ramón Cabrera como militar, es útil conocer la opinión de otros militares, incluso de sus oponentes.
Una de las primeras opiniones viene del general liberal Rafael Horé Díaz, quien en junio de 1834 dijo:
Parece imposible que Cabrera sea criatura humana, respecto a que cuanto alcanza la ciencia militar y la astucia de los hombres más sagaces se ha empleado para sorprenderle, pero todo lo ha hecho vano el atrevimiento del caudillo carlista.
También el general Agustín Nogueras, quien luego ordenaría la ejecución de la madre de Cabrera, escribió en abril de 1835:
Pero no es creíble que Cabrera ni los suyos sean hombres: jamás he visto más decisión, valor ni serenidad; no es posible que las tropas de Napoleón hayan nunca hecho, ni podido hacer una retirada por un llano de cuatro horas con tanto orden...Si a Cabrera no se le corta el vuelo, este cabecilla dará mucho que hacer a la causa de la libertad; debe el gobierno tomar medidas fuertes y enérgicas para destruirle, pues de lo contrario aquel con el prestigio y arrojado valor, tiene alucinada su gente y llena de confianza, así como los pueblos.

El reconocimiento a sus habilidades militares también existía entre los militares carlistas. Por ejemplo, el Conde de España, comandante del ejército carlista de Cataluña, le escribió a Cabrera en octubre de 1838:
Cuento tantos años de general como V.E. de existencia; esto no será obstáculo para que yo ponga con alegría mis tropas a las órdenes de un general victorioso que la Providencia parece haber elegido como instrumento para la ejecución de sus designios.
El general Wilhelm von Rahden también afirmó:
Con Zumalacárregui había muerto en el Ejército del Norte la genialidad, no ya el genio de sus generales. Fuera de Cabrera en Aragón y Valencia, no he tenido ocasión de conocer ningún otro general en España que se le pudiera comparar.
En noviembre de 1927, casi cien años después del inicio de la primera guerra carlista, una revista del Ministerio de la Guerra publicó un artículo. En él se lamentaba la falta de un estudio militar profundo sobre esta guerra y se afirmaba:
de haber nacido Cabrera veinte o treinta años antes, con lo que hubiera hecho armas contra los invasores de su patria y no contra españoles, ninguno de los guerrilleros que tan famosos se hicieron en la guerra de la Independencia hubiera podido compararse con él. Porque ninguno poseyó en tan grande escala las dotes de organizador; ninguno tuvo una comprensión tan clara y general del terreno, ninguno supo crear, como él, un verdadero método de guerra, adaptado al tiempo, al adversario y a las circunstancias. Igualáronle varios en audacia y osadía, en rapidez de movimientos, en concentrarse para combatir y dispersarse para desaparecer, en perseverancia y energía; pero todos fueron guerrilleros locales, mientras que Cabrera fue un guerrillero que aplicó con pureza verdaderamente admirables los mejores y más fecundos principios militares.
Títulos nobiliarios de Ramón Cabrera
Carlos VII le ofreció a Cabrera el título de duque del Maestrazgo y la Orden carlista del Toisón de Oro. Esto fue para animarlo a participar en la tercera guerra carlista. Sin embargo, Cabrera los rechazó y devolvió la Orden del Toisón de Oro que había pertenecido a Carlos V.
Cuando Alfonso XII reconoció los grados militares y los títulos nobiliarios, Cabrera solo pidió los de conde de Morella y marqués del Ter. Estos le fueron reconocidos. Hoy en día, sus descendientes conservan estos títulos, pero el Ducado del Maestrazgo no se volvió a usar.
Ramón Cabrera en la literatura
- La campaña del Maestrazgo. Benito Pérez Galdós. Madrid 1917.
- La venta de Mirambel. Pio Baroja. Madrid 1930.
- Los confidentes audaces. Pio Baroja. Madrid 1930.
- La mariposa y la llama (teatre). Mariano Tomás. Madrid 1942.
- Los hermanos carlistas. Juan Cepas. Barcelona 1969.
- Paisaje con figuras. Antonio Gala. Madrid 1985.
- El Tigre Rojo. Carlos Domingo. Barcelona 1991.
- Les històries naturals. Joan Perucho. Barcelona 1960.
- Cabrera. Víctor Decofrens. Valencia 1995.
- El testamento de amor de Patricio Julve. Antón Castro. Barcelona 1995.
- Incidente en Wentworth. Josep Carles Clemente. Madrid 2002.
- La creu de Cabrera. Joan Andrés Sorribes. Valls 2003.
- L'hivern del Tigre. Andreu Carranza. Barcelona 2004.
- El Rey del Maestrazgo. Fernando Martínez Laínez. Madrid 2005.
- El invierno del Tigre. Andreu Carranza. Valls 2006.
- Rutas carlistas. Morella, Tortosa y Benassal. J.J. Rovira Climent. Ed. Episteme. Barcelona 2008.
- "Fabricación británica. Folletín romántico del Maestrazgo". Antonio Castellote. Ed. Libros Certeza, Zaragoza, 2007
Véase también
En inglés: Ramón Cabrera, 1st Duke of Maestrazgo Facts for Kids