Antigua Roma para niños

La Antigua Roma fue una civilización muy importante que comenzó como una pequeña ciudad en Italia y creció hasta dominar gran parte del mundo antiguo. Su historia abarca desde el siglo VIII a. C. antes de Cristo hasta el siglo V después de Cristo. Durante este tiempo, Roma pasó por diferentes formas de gobierno: fue una monarquía (gobernada por reyes), una república (gobernada por representantes elegidos) y, finalmente, un imperio (gobernado por un emperador).
La civilización romana dejó un legado enorme en el mundo. Sus ideas sobre el derecho, la forma de organizar un gobierno, el arte, la religión y la cultura influyeron mucho en la civilización occidental. El latín, su idioma, es la base de muchas lenguas actuales como el español.
Aunque Roma tuvo momentos de gran crecimiento, también pasó por periodos difíciles. Sin embargo, los romanos siempre encontraron la manera de superar sus problemas y expandir su territorio. En los primeros siglos del Imperio, Roma alcanzó su mayor tamaño.
A partir del siglo III después de Cristo, el Imperio Romano enfrentó invasiones de pueblos del norte de Europa y Asia. Para defenderse, tuvo que cambiar su forma de organización. En este tiempo, el cristianismo se convirtió en la religión oficial y el Imperio se dividió en dos partes: el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente.
La parte occidental del Imperio, que incluía lugares como Hispania, Galia (Francia) y Italia, cayó en el año 476 después de Cristo debido a problemas internos y las invasiones. Pero la parte oriental, conocida como el Imperio bizantino, con capital en Constantinopla, siguió existiendo por casi mil años más, hasta el año 1453.
La civilización romana se estudia a menudo junto con la antigua Grecia, ya que los romanos tomaron muchas ideas de los griegos. Roma fue muy importante en el desarrollo de las leyes, la forma de gobernar, la guerra, el arte, la arquitectura, la tecnología y los idiomas.
Contenido
Fundación de Roma

La ciudad de Roma se fundó en el siglo VIII a. C. antes de Cristo. Hay dos formas de entender su origen: una es la leyenda y la otra es lo que dicen los historiadores.
La leyenda de Rómulo y Remo
Según la tradición romana, la ciudad de Roma fue fundada por dos hermanos gemelos, Rómulo y Remo. Su historia es muy conocida: Su abuelo, Numitor, era rey de Alba Longa. Su tío, Amulio, lo destronó y quiso eliminar a sus hijos. La madre de Rómulo y Remo, Rea Silvia, fue obligada a ser sacerdotisa para no tener hijos. Sin embargo, el dios Marte se enamoró de ella y tuvieron a los gemelos.
Para protegerlos de su tío, Rea Silvia puso a los bebés en una cesta en el río Tíber. La cesta llegó a la orilla y una loba, Luperca, los encontró y los amamantó. Más tarde, un pastor llamado Fáustulo y su esposa los criaron.
Cuando Rómulo y Remo crecieron, descubrieron su verdadero origen. Regresaron a Alba Longa, derrotaron a Amulio y devolvieron el trono a su abuelo Numitor. Luego, decidieron fundar una nueva ciudad en el lugar donde la loba los había encontrado, cerca del río Tíber.
Al fundar la ciudad, Rómulo y Remo tuvieron una discusión sobre quién sería el rey y dónde se construiría la ciudad. Rómulo trazó los límites de la ciudad en el Monte Palatino. Se dice que Rómulo mató a Remo por cruzar esos límites sin permiso, convirtiéndose así en el primer rey de Roma. Rómulo creó el Senado romano, un consejo de cien hombres importantes, y aceptó a todo tipo de personas para poblar la nueva ciudad.
Rómulo murió alrededor del año 716 a.C. Se convirtió en una figura legendaria y fue adorado como un dios.
La fundación según los historiadores
Los historiadores creen que Roma surgió de pequeños asentamientos de tribus latinas, sabinas y etruscas. Estos pueblos se establecieron en las siete colinas de Roma, cerca del río Tíber y de una importante ruta comercial. Esta ubicación estratégica, a 28 kilómetros del mar Tirreno, facilitó el comercio y el crecimiento de la ciudad.
Los historiadores romanos fijaron la fecha de fundación en el 21 de abril del 753 a.C. Esta fecha se usaba como el punto de partida para contar los años en el calendario romano.
Monarquía (753-509 a.C.)
En sus inicios, Roma fue una monarquía, gobernada por reyes. El rey era elegido por un consejo de ancianos llamado Senado. Los primeros reyes fueron latinos y sabinos, y la economía de Roma se basaba principalmente en la agricultura y la ganadería.
Más tarde, llegaron reyes de origen etrusco, como Lucio Tarquinio Prisco y Servio Tulio. Bajo su gobierno, Roma se volvió más comercial y comenzó a expandirse. El último rey, Tarquinio el Soberbio, fue expulsado en el año 509 a.C., y así terminó la monarquía.
La República Romana (509-27 a.C.)
Después de la monarquía, Roma se convirtió en una República. En este sistema, el poder no estaba en manos de un solo rey, sino que era compartido por cónsules (elegidos cada año) y el Senado romano. Al principio, solo los patricios (familias ricas y poderosas) podían ser cónsules, pero con el tiempo, los plebeyos (la gente común) también pudieron acceder a estos cargos.
Durante la República, Roma desarrolló sus instituciones más importantes: el Senado, las diferentes magistraturas (cargos públicos) y un poderoso ejército. Se creó una nueva Constitución que buscaba equilibrar los poderes.
Roma comenzó a expandirse por toda la península itálica, unificando a los diferentes pueblos. Luego, se enfrentó a Antigua Cartago en las guerras púnicas y conquistó Sicilia e Iberia (España). Después de derrotar a otros reinos, Roma se extendió por todo el Mediterráneo.
La expansión trajo muchos cambios a la sociedad romana. La organización política, diseñada para una pequeña ciudad, no era suficiente para un territorio tan grande. Esto causó conflictos entre las diferentes clases sociales, especialmente entre patricios y plebeyos, y llevó a varias guerras civiles en el siglo I a. C. a.C.
El Imperio Romano (27 a.C.-476 d.C.)
Las guerras civiles terminaron con la victoria de César Augusto, quien puso fin a la República y estableció un gobierno centralizado con un solo líder: el emperador. Así comenzó el Imperio romano. La estabilidad del Imperio dependía mucho de la personalidad de cada emperador, alternando periodos de paz y prosperidad con épocas de crisis.
Augusto fue el primer emperador y su gobierno marcó un periodo de gran esplendor. Después de él, hubo varias dinastías de emperadores. Los llamados "cinco emperadores buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio) gobernaron entre los años 96 y 180 d.C., y este fue el momento de mayor poder y extensión de Roma.
A partir del siglo III d.C., el Imperio entró en un periodo de crisis, con muchas luchas internas por el poder y emperadores que cambiaban constantemente.
La caída del Imperio Romano de Occidente
El emperador Diocleciano (284-305 d.C.) intentó reorganizar el Imperio. Su sucesor, Constantino I el Grande, legalizó el cristianismo y fundó la ciudad de Constantinopla como una nueva capital. En el año 395 d.C., el emperador Teodosio I el Grande dividió el Imperio entre sus dos hijos, creando el Imperio romano de Oriente (con capital en Constantinopla) y el Imperio romano de Occidente (con capital en Rávena).
El Imperio Romano de Occidente sufrió muchas invasiones de pueblos germánicos y problemas internos. Finalmente, en el año 476 d.C., el general Odoacro depuso al último emperador, Rómulo Augusto, marcando el fin del Imperio Romano de Occidente.
Sin embargo, el Imperio Romano de Oriente continuó existiendo y desarrollándose durante casi mil años más, hasta que fue conquistado por el Imperio otomano en 1453.
Estructura social y política
La sociedad romana estaba organizada de forma muy clara. La unidad más pequeña era la familia, liderada por el padre (pater familias). Varias familias formaban una gens, y varias gens formaban una tribu.
La Ciudad de Roma
La fundación de Roma se atribuye a tres tribus principales: los ramnes, los ticios y los lúceres. Estas tribus se unieron para formar la ciudad de Roma.
Los primeros ciudadanos romanos se llamaban patricios. Eran las familias más antiguas y poderosas, y tenían todos los derechos de ciudadanía, como votar y ocupar cargos públicos. Los hijos de los patricios se convertían en ciudadanos plenos al cumplir cierta edad.
Junto a los patricios, había otros grupos:
- Ciudadanos "honorarios": Personas de otras ciudades que renunciaban a su ciudadanía original para ser romanos.
- Clientes: Eran personas, a menudo esclavos liberados o extranjeros, que dependían de un patricio. El patricio les daba protección y ayuda, y ellos le ofrecían servicios y lealtad.
- Esclavos: Eran personas sin ningún derecho, consideradas propiedad. Realizaban los trabajos más duros.
El Rey
En la época de la monarquía, el rey tenía todo el poder. Era el líder del pueblo y dictaba las leyes. Contaba con la ayuda de los lictores, que eran como sus guardias.
El Senado
El Senado era un consejo de ancianos que aconsejaba al rey. Estaba formado por representantes de las gens más importantes y sus miembros eran vitalicios. Aunque al principio solo era consultivo, el rey solía escuchar sus propuestas.
Divisiones de la población: gens, curias y tribus
La población romana se dividía en grupos:
- 10 gens formaban una curia.
- 10 curias formaban una tribu.
- Varias tribus formaban la ciudad.
Este sistema decimal también se aplicaba al ejército y a la administración. Por ejemplo, cada gens aportaba soldados y un senador. Las curias eran la base de la ciudad y sus miembros votaban en las asambleas llamadas "comicios curiales".
Con el tiempo, las divisiones se hicieron más complejas. Los ciudadanos romanos se dividieron en treinta y cinco tribus diferentes, algunas urbanas (de la ciudad de Roma) y otras rurales (de los alrededores). Estas tribus eran importantes para las votaciones y la elección de magistrados.
Comicios
Las decisiones importantes en Roma se tomaban en los comicios, que eran asambleas donde la población votaba. Los comicios más antiguos eran los "comicios curiales", donde los ciudadanos de cada curia votaban. Se necesitaba el voto de la mayoría de las curias para aprobar una propuesta.
Clases sociales
La sociedad romana era desigual. Las clases principales eran: patricios, plebeyos, esclavos, clientes y libertos. Las tensiones entre patricios y plebeyos fueron muy importantes en la historia de Roma.
En la Monarquía
Al principio, la sociedad se dividía en libres y no libres (esclavos). Los libres se dividían en privilegiados (patricios) y no privilegiados (plebeyos, clientes y libertos).
- Patricios: Eran las familias fundadoras de Roma, con gran poder y riqueza. Tenían el control de los cargos públicos.
- Clientes: Extranjeros o personas pobres que dependían de un patricio a cambio de protección y ayuda.
- Plebeyos: La mayoría de la población, formada por gente común, extranjeros y clientes sin patrón. Eran libres, pero no podían participar en la política ni en la religión.
- Esclavos: Eran prisioneros de guerra o personas que no podían pagar sus deudas. No tenían derechos y eran propiedad de sus dueños.
En la República
Durante la República, hubo grandes luchas sociales. Los plebeyos, que eran la mayoría, querían tener los mismos derechos que los patricios. Lograron importantes avances:
- En el año 494 a.C., los plebeyos hicieron una huelga general y se retiraron de Roma. Los patricios tuvieron que ceder y acordaron que los plebeyos no perderían su libertad por deudas y que tendrían sus propios representantes, los "tribunos de la plebe", con derecho a vetar decisiones que los perjudicaran.
- Entre los años 451 y 449 a.C., se redactó la "Ley de las Doce Tablas", el primer código de leyes escrito de Roma. Esto trajo más justicia, ya que las leyes ya no dependían solo de la costumbre oral.
- Más tarde, los plebeyos lograron el derecho a casarse con patricios, acceder a cargos públicos como la cuestura y el consulado, y que las decisiones de sus asambleas tuvieran fuerza de ley.
Con el tiempo, patricios y plebeyos tuvieron igualdad de derechos políticos, aunque las diferencias económicas persistieron.
- Ciudadanía Romana: Ser ciudadano romano era un gran privilegio. Daba derechos políticos (votar, ser elegido para cargos públicos) y civiles (tener propiedades, casarse legalmente, ir a juicio). También implicaba obligaciones, como servir en el ejército y pagar impuestos. La ciudadanía se podía obtener por nacimiento o por concesión del Estado.
- Caballeros (equites) y Nobleza Senatorial (nobilitas): Los caballeros eran ciudadanos ricos que podían permitirse tener un caballo para el ejército. Con el tiempo, se dedicaron más a los negocios. La nobleza senatorial estaba formada por patricios y plebeyos cuyas familias habían ocupado cargos importantes.
- Clientes, libertos y esclavos: Los clientes se mezclaron con la plebe. Los esclavos, que aumentaron mucho en número con la expansión de Roma, protagonizaron importantes rebeliones.
En el Imperio (Principado y Dominado)
Con el Imperio, la jerarquía social se basó más en la riqueza. Se distinguía entre ciudadanos ricos (honestiores) y pobres (humiliores). Los esclavos aumentaron, pero su trato se suavizó con el tiempo. Los libertos (esclavos liberados) también crecieron en número y algunos tuvieron un papel importante.
En el Bajo Imperio, apareció una nueva clase social: los colonos. Eran personas libres pero ligadas a la tierra que cultivaban, sin poder abandonarla. Esto fue el inicio de un nuevo sistema social que más tarde se conocería como feudalismo.
En el año 212 d.C., el emperador Caracalla concedió la ciudadanía romana a todos los hombres libres de las provincias, lo que hizo que ser ciudadano fuera menos exclusivo.
El Ejército Romano
El ejército romano era muy poderoso y bien organizado. Los nuevos soldados, llamados reclutas, pasaban por un entrenamiento muy duro durante cuatro meses. Aprendían a marchar largas distancias con todo su equipo (que pesaba más de 30 kg), a construir campamentos y a usar armas.
Los soldados romanos, llamados legionarios, eran famosos por su disciplina y su capacidad de moverse rápidamente. Esto los hacía superiores a otros ejércitos.
Una legión estaba formada por diez cohortes, con unos 480 hombres cada una, sumando un total de 4800 soldados. Los legionarios usaban espadas, escudos y jabalinas.
Cultura y Sociedad
La cultura romana fue el resultado de un gran intercambio con otras civilizaciones, especialmente la griega y las de Oriente (como Mesopotamia y Egipto). El latín fue clave para extender la cultura romana por todo el Imperio.
Los romanos destacaron en la tecnología, el derecho (sus leyes influyeron en muchos países), la literatura, la arquitectura y la ingeniería.
La mujer en la Antigua Roma
En las familias ricas, las mujeres debían obedecer y supervisar las tareas domésticas, que eran realizadas por esclavos. No solían trabajar fuera de casa, excepto en actividades como hilar y tejer.
Las mujeres esclavas eran consideradas propiedad y debían cumplir las órdenes de sus dueños. A diferencia de los hombres, las mujeres no eran reclutadas para el ejército.
Provincias Romanas
A medida que Roma se expandía, los territorios conquistados se convertían en provincias. Cada provincia era gobernada por un pretor o un promagistrado. Algunas de las provincias más importantes fueron:
- Sicilia (227 a.C.)
- Córcega-Cerdeña (227 a.C.)
- Hispania (197 a.C.)
- Grecia (148 a.C.)
- África (146 a.C.)
- Asia (129 a.C.)
- Galia (120 a.C.)
- Egipto (30 a.C.)
- Britania (43 d.C.)
|
Véase también
- Gobierno de la Antigua Roma
- Cronología de la Antigua Roma
- Derecho romano
- Mitología romana
Fuentes clásicas
- CASIO DIÓN, LUCIO. Historia Romana. Obra completa (en prensa). 2 volúmenes traducidos al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Libros I a XXXV. 1.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 2004. ISBN 978-84-249-2728-8.
- Volumen II: Libros XXXVI a XLV. 1.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 2004. ISBN 978-84-249-2729-5.
- JULIO CÉSAR, CAYO (1798). Guerra de las Galias. Obra completa. 3 volúmenes en latín con dos traducciones al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Libro I & Libro II & Libro III. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito Escolar. 2.ª edición revisada, 3.ª reimpresión; 1980. ISBN 978-84-249-3547-0.
- Volumen II: Libro IV & Libro V & Libro VI. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito Escolar. 2.ª edición revisada, 3.ª reimpresión; 1986. ISBN 978-84-249-1020-6.
- Volumen III: Libro VII. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito Escolar. 2.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 2001. ISBN 978-84-249-1021-4.
- ----------. Guerra Civil. Obra completa. 1 volumen en latín con traducción al español. Buenos Aires: Editorial Malke.
- Volumen I: Libro I & Libro II & Libro III. Traducción de Eugenio López Arriazu. 1.ª edición revisada; 2006. ISBN 978-987-22336-2-4.
- ----------/HIRCIO, AULO/OPIO, CAYO. Guerra Civil. Guerra de Alejandría. Guerra de África. Guerra de Hispania. Obra completa. 1 volumen traducido al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Obra completa. 1.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 2005. ISBN 978-84-249-2781-3.
- LIVIO, TITO. Historia de Roma desde su Fundación. Obra completa. 8 volúmenes traducidos al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Libros I a III. 1.ª edición revisada; 1997. ISBN 978-84-249-1434-9.
- Volumen II: Libros IV a VII. 1.ª edición revisada; 1990. ISBN 978-84-249-1429-5.
- Volumen III: Libros VIII a X. 1.ª edición revisada; 1990. ISBN 978-84-249-1441-7.
- Volumen IV: Libros XXI a XXV. 1.ª edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1608-4.
- Volumen V: Libros XXVI a XXX. 1.ª edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1609-1.
- Volumen VI: Libros XXXI a XXXV. 1.ª edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1620-6.
- Volumen VII: Libros XXVI a LX. 1.ª edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1629-9.
- Volumen VIII: Libros XLI a XLV. 1.ª edición revisada; 1994. ISBN 978-84-249-1643-5.
- PLUTARCO, MESTRIO (1879). Vidas Paralelas. Obra completa. 8 volúmenes traducidos al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Teseo & Rómulo; Licurgo & Numa. 1.ª edición revisada; 1985. ISBN 978-84-249-0985-7.
- Volumen II: Solón & Publícola; Temístocles & Camilo; Pericles & Fabio Máximo. 1.ª edición revisada; 1996. ISBN 978-84-249-1796-8.
- Volumen III: Coriolano & Alcibíades; Paulo Emilio & Timoleón; Pelópidas & Marcelo. 1.ª edición revisada; 2006. ISBN 978-84-249-2860-5.
- Volumen IV: Arístides & Catón; Filopemen & Flaminino; Pirro & Mario. 1.ª edición revisada; 2007. ISBN 978-84-249-2867-4.
- Volumen V: Lisandro & Sila; Cimón & Lúculo; Nicias & Craso. 1.ª edición revisada; 2007. ISBN 978-84-249-2870-4.
- Volumen VI: Alejandro & César; Agesilao & Pompeyo; Sertorio & Eumenes. 1.ª edición revisada; 2007. ISBN 978-84-249-2881-0.
- Volumen VII: Demetrio & Antonio; Arato & Artajerjes; Galba & Otón; Dión & Bruto. 1.ª edición revisada; 2009. ISBN 978-84-249-3597-9.
- Volumen VIII: Foción & Catón el Joven; Demóstenes & Cicerón. 1.ª edición revisada; 2010. ISBN 978-84-249-0865-2.
- SALUSTIO CRISPO, CAYO (1772). Conjuración de Catilina. Obra completa. 1 volumen en latín con traducción al español. Buenos Aires: Editorial Losada.
- Volumen I: Obra completa. Introducción, traducción y notas de María Eugenia Steinberg. 1.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 2007. ISBN 978-950-03-9523-6.
- ----------. Guerra de Jugurta. Obra completa. 1 volumen en latín con traducción al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Obra completa. Traducción de Joaquín González Álvarez. 3.ª edición revisada, 5.ª reimpresión; 1990. ISBN 978-84-249-3420-2.
- ----------. Conjuración de Catilina. Guerra de Jugurta. Historias. Cartas a César. Contra Cicerón. Obra completa. 1 volumen traducido al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: Obra completa. Introducción, traducción y notas de B. García Ramos. 1.ª edición revisada, 1.ª reimpresión; 1997. ISBN 978-84-249-1879-8.
- SUETONIO TRANQUILO, CAYO. Vidas de los Doce Césares. Obra completa. 2 volúmenes traducidos al español. Madrid: Editorial Gredos.
- Volumen I: César & Augusto & Tiberio. Introducción de Ramírez Verger. Traducción de Rosa María Cubas. 1.ª edición revisada, 2.ª reimpresión; 1992. ISBN 978-84-249-1492-9.
- Volumen II: Calígula & Claudio & Nerón & Galba/Otón/Vitelio & Vespasiano/Tito/Domiciano. Traducción de Rosa María Cubas. 1.ª edición revisada, 2.ª reimpresión; 1992. ISBN 978-84-249-1494-5.