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Academia de Ingenieros de Guadalajara para niños

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La Academia de Ingenieros de Guadalajara fue una escuela muy importante para el Ejército de España. En ella se formaban los ingenieros militares, que aprendían sobre tecnología y ciencia. Estuvo en Guadalajara desde 1833 hasta 1932, cuando se unió a la Academia de Artilleros en Segovia.

La Academia de Ingenieros en Guadalajara se encontraba en el palacio de Montesclaros. En 1924, un incendio destruyó parte del palacio y muchas cosas valiosas como modelos, documentos, libros y obras de arte. Después del incendio, la Academia siguió funcionando en los edificios cercanos, que hoy son el Archivo General Militar de Guadalajara, y también en el palacio de Antonio de Mendoza.

En esta Academia se graduaron 115 promociones, con un total de 2213 oficiales ingenieros. Algunos de ellos fueron clave para el inicio y desarrollo de la Aeronáutica Militar Española. Personajes importantes, tanto profesores como alumnos, pasaron por sus aulas, destacando por su carrera militar o por sus aportaciones a la ingeniería y la técnica. Algunos de ellos fueron Mariano Barberán, Félix Arenas, Eduardo Barrón, José Cubillo Fluiters, Alejandro Goicoechea, Emilio Herrera Linares, Alfredo Kindelán, José Ortiz Echagüe y Pedro Vives Vich.

Historia de la Academia de Ingenieros

¿Cuándo y dónde empezó la Academia?

La Academia de Ingenieros del Ejército abrió sus puertas el 1 de septiembre de 1803 en el antiguo colegio de Basilios de Alcalá de Henares. Su creación fue una idea del Ingeniero General José Urrutia de las Casas, aprobada por el rey Carlos IV.

El plan de estudios de la nueva Academia duraba cuatro años: uno de preparación y tres específicos. Los alumnos aprendían materias como Álgebra, Cálculo diferencial e integral, Hidrodinámica y Fortificación. También estudiaban Artillería, Minas, cómo atacar y defender ciudades, Castramentación (cómo organizar campamentos militares) y Estrategia. En el último año, veían Óptica, Perspectiva, Trigonometría esférica, Geografía, Astronomía, Topografía y Arquitectura civil. Además, tenían clases de dibujo y prácticas militares.

Cuando comenzó la Guerra de la Independencia Española, los profesores y alumnos tuvieron que dejar Alcalá. Se creó una Academia temporal en Cádiz entre 1811 y 1814. Después, regresó a Alcalá de Henares. En 1820, apoyaron una causa política y en 1823, por la amenaza de tropas, se trasladaron a Granada y luego a Málaga. Por esta situación, la Academia se disolvió el 27 de septiembre de 1823. Al año siguiente, el 23 de abril de 1824, el rey Fernando VII creó el Colegio General Militar en Segovia en su lugar.

En 1826, Ambrosio de la Cuadra, ingeniero general, logró que la Academia de Ingenieros abriera de nuevo, esta vez en Madrid. Después, hasta 1833, la sede cambió varias veces, pasando por Ávila, Talavera de la Reina y Arévalo.

La Academia llega a Guadalajara

La Academia de Ingenieros se estableció de forma definitiva en Guadalajara por una orden real el 13 de septiembre de 1833. Allí, los Ingenieros Militares ocuparon las instalaciones de la antigua Real Fábrica de Paños, en el palacio de Montesclaros. Este lugar era amplio y adecuado para todas sus actividades de enseñanza y administración. También tenía un gran espacio abierto en el barranco del Coquín para prácticas. El palacio de Montesclaros era un edificio antiguo, que había sido ampliado y reformado varias veces, la última en 1778.

Entre 1837 y 1839, debido a la inseguridad por la Primera Guerra Carlista, la Academia se trasladó a Madrid. Al regresar a Guadalajara en 1839, se aprobó un nuevo reglamento.

El periodo entre 1843 y 1860 fue muy productivo para la Academia de Ingenieros de Guadalajara. En esos años, Antonio Remón y Zarco del Valle fue el Ingeniero General. Era común que los profesores viajaran a centros de formación similares en otros países para intercambiar ideas y añadir nuevas teorías, libros e instrumentos al programa de estudios.

Archivo:1864-09-11, El Museo Universal, Vista de la Academia de Ingenieros, tomada desde la plazuela de Santiago, Guadalajara
Vista de la Academia de Ingenieros desde la plazuela de Santiago (El Museo Universal, 1864)

Sin embargo, también hubo momentos de duda sobre si la Academia seguiría en Guadalajara. En 1864, algunas partes del palacio de Montesclaros mostraban signos de deterioro. Se formó una comisión para investigar los problemas. El resultado fue que se propusieron proyectos para una nueva Academia en Guadalajara, pero también en Madrid y Zaragoza. Para evitar perder la institución, el Ayuntamiento de Guadalajara hizo una campaña y logró, el 28 de mayo de 1867, una orden real que aseguraba la continuidad del centro en la ciudad. Las obras, diseñadas por el oficial de ingenieros Juan Puyol, duraron desde el 14 de noviembre de 1867 hasta el 24 de diciembre de 1869. Mientras tanto, los alumnos estudiaron en el cercano cuartel de San Carlos. La Diputación Provincial de Guadalajara y el Ayuntamiento hicieron un gran esfuerzo económico para financiar el proyecto, aportando gran parte del presupuesto.

Archivo:Centenario del cuerpo de ingenieros, Marvá, Vives, Vicón y Zarco del Valle
Centenario del Cuerpo de Ingenieros, homenaje a Zarco del Valle, 1900.

En 1879, se volvió a planear la renovación de las construcciones del siglo XVIII que estaban en el barranco del Coquín, algunas apoyadas en los muros de la antigua muralla medieval. El comandante de ingenieros Federico Vázquez Landa diseñó la obra como una fortificación medieval. Proyectó un pabellón al estilo de los palacios pontificios de Aviñón y reconstruyó una parte de la muralla con toques de mudéjar.

Archivo:1895-04-21, Flores y Abejas, Academia de Ingenieros del Ejército, Guadalajara
Vista de la Academia de Ingenieros en una ilustración de la revista Flores y Abejas (1895)

En 1888, la Academia mejoró sus instalaciones con la construcción de un picadero (lugar para entrenar caballos), que aún existe. Fue diseñado en 1881 por el entonces capitán José Marvá y Mayer.

En 1905, se planearon nuevas obras de renovación, esta vez en la fachada principal. Se propuso eliminar un piso intermedio para tener habitaciones más altas y un diseño más armonioso en la pared exterior, con ventanas verticales. Para esto, el capitán Ramón Valcárcel López-Espila eligió un estilo historicista clásico, combinando diferentes tipos de dinteles, sillares falsos, pilastras grandes, balaustradas y una nueva torre más alta.

Las obras terminaron en 1909, dando a la sede de la Academia, en el antiguo palacio de Montesclaros, una nueva apariencia que competía con la de las principales instituciones de Guadalajara y con los diseños del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco.

Incendio y cambio de sede

La noche del 9 de febrero de 1924, un gran incendio destruyó casi por completo el palacio de Montesclaros. Solo se salvaron el picadero y los pabellones que estaban en el borde del barranco del Coquín.

Durante el incendio se perdieron los laboratorios de Construcción, Química, Mineralogía, Fotografía y Física, junto con su contenido: aparatos de precisión, piezas y modelos únicos, colecciones de minerales y fósiles, y el archivo histórico de la institución. También se perdieron otros dos importantes tesoros: el salón del Trono, que tenía una colección completa de retratos de Ingenieros Militares, y la biblioteca, con más de 28 000 libros, incluyendo algunos muy antiguos de la histórica Academia de Matemáticas de Barcelona.

Al día siguiente, el presidente del Gobierno, Miguel Primo de Rivera, y otros miembros del Gobierno de la época visitaron el lugar. El lunes, el rey Alfonso XIII también llegó y "mostró su tristeza por tan enorme desastre, prometiendo al alcalde que el edificio incendiado se reconstruiría de nuevo". Ernesto Villar Peralta preparó un proyecto de reconstrucción el 10 de abril de ese año. Sin embargo, las obras se limitaron a algunas ampliaciones en la huerta, y algunas aulas se trasladaron a dependencias del palacio de Antonio de Mendoza, que entonces era sede de la Diputación provincial y del Instituto de Enseñanza Media.

En 1928, una nueva orden reorganizó la enseñanza militar. Los futuros ingenieros debían estudiar parte de sus años en Zaragoza y parte en Guadalajara. Cuando se proclamó la II República, una orden del 4 de julio de 1931 decretó la supresión de la Academia General y la integración de la Academia de Ingenieros en la de Artillería, con sede en Segovia, a donde fue trasladada.

Después de la Guerra Civil Española, el Ayuntamiento de Guadalajara intentó, sin éxito, que la Academia de Ingenieros regresara a la ciudad. Finalmente, esta institución se ubicó en Burgos y fue trasladada definitivamente a Hoyo de Manzanares en 1968. En cambio, en las instalaciones de la Fundación de San Diego de Alcalá de Guadalajara se instaló la Academia de Infantería, mientras se reconstruían sus instalaciones en Toledo.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Academy of Military Engineering of Guadalajara Facts for Kids

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Academia de Ingenieros de Guadalajara para Niños. Enciclopedia Kiddle.