Política exterior de Estados Unidos en Medio Oriente para niños
La política exterior de los Estados Unidos en el Medio Oriente se refiere a cómo Estados Unidos ha interactuado con los países de esta región a lo largo de la historia. Aunque sus inicios se remontan a las Guerras berberiscas a principios del Siglo XIX, esta política se hizo mucho más importante después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos buscó limitar la influencia de la Unión Soviética en la región. Para ello, apoyó a gobiernos que no eran comunistas y respaldó a Israel frente a algunos países árabes que tenían el apoyo de la Unión Soviética. En las décadas de 1960 y 1970, Estados Unidos también tomó el lugar del Reino Unido como el principal protector de la seguridad de los países del Golfo Pérsico, asegurando que el petróleo de la región fluyera de manera constante.
Después de los Atentados del 11 de septiembre de 2001, la política de Estados Unidos en el Medio Oriente se ha centrado mucho en la lucha contra el terrorismo. Estados Unidos tiene relaciones diplomáticas con casi todos los países de la región, excepto Irán, donde un cambio de gobierno en 1979 llevó a un régimen que no es amigo de Estados Unidos. Las metas recientes del gobierno estadounidense en el Medio Oriente incluyen buscar soluciones para el conflicto árabe-israelí y evitar que los países de la región desarrollen ciertas armas peligrosas.
Contenido
Historia de las relaciones en el Medio Oriente

Antes de la Primera Guerra Mundial, la relación de Estados Unidos con el Medio Oriente era limitada. Sin embargo, ya existían lazos comerciales desde principios del Siglo XIX. Por ejemplo, en 1833, el presidente Andrew Jackson estableció relaciones formales con el sultán de Mascate y Omán. El sultán veía a Estados Unidos como una forma de equilibrar la gran influencia de Gran Bretaña en la región.
En 1857, se abrieron relaciones comerciales entre Estados Unidos y Persia. A diferencia de potencias europeas como Gran Bretaña y Francia, que habían colonizado gran parte del Medio Oriente después de la derrota del Imperio otomano en 1918, Estados Unidos era visto de forma positiva en la región. Los estadounidenses eran considerados personas buenas, sin los intereses egoístas que se asociaban con los europeos.
Los misioneros estadounidenses llevaron medicina moderna y fundaron escuelas en todo el Medio Oriente. Además, Estados Unidos proporcionó ingenieros petroleros muy capacitados a la región. Así, aunque limitadas, ya existían conexiones importantes entre Estados Unidos y el Medio Oriente antes de la Segunda Guerra Mundial.
Otros ejemplos de cooperación incluyen el Acuerdo de la Línea Roja de 1928 y el Acuerdo Petrolero Angloamericano de 1944. Ambos acuerdos eran importantes y mostraban el interés de Estados Unidos en controlar los recursos energéticos del Medio Oriente, especialmente el petróleo. También reflejaban el deseo de Estados Unidos de evitar que surgiera un rival poderoso en la región.
El Acuerdo de la Línea Roja ayudó a controlar el suministro de petróleo y a asegurar que las grandes empresas, principalmente estadounidenses, pudieran manejar los precios del petróleo en el mundo. Este acuerdo influyó en el desarrollo del petróleo en el Medio Oriente durante las siguientes dos décadas. El Acuerdo Petrolero Angloamericano de 1944 fue el resultado de negociaciones entre Estados Unidos y Gran Bretaña sobre el control del petróleo en el Medio Oriente. El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt expresó en 1944 que el petróleo de Persia era de Gran Bretaña, el de Irak y Kuwait se compartía, y el de Arabia Saudita era de Estados Unidos.
Relaciones con Egipto
La época de Gamal Abdel Nasser
Las diferentes administraciones de Estados Unidos generalmente no estaban de acuerdo con el gobierno del presidente Gamal Abdel Nasser (entre 1954 y 1970). Nasser llevó a cabo varias reformas para modernizar Egipto, como la construcción de la Presa de Asuán. Para financiar este gran proyecto, Nasser pidió ayuda al Banco Mundial.
En 1955, el Banco Mundial aprobó un préstamo con la participación de Estados Unidos y Gran Bretaña, quienes pusieron condiciones especiales al gobierno de Nasser. Sin embargo, en julio de 1956, el gobierno estadounidense retiró su oferta de préstamo de forma inesperada.
El 26 de julio de 1956, el gobierno de Nasser decidió tomar el control del canal de Suez, lo que llevó a la crisis de Suez. Esta crisis fue un ataque militar y una invasión de Egipto por parte de una alianza entre los gobiernos del Reino Unido, Francia e Israel. Estados Unidos, bajo el presidente Eisenhower, condenó el ataque y exigió que sus aliados detuvieran sus acciones en territorio egipcio.
Después de la crisis de Suez, las relaciones entre Egipto y la Unión Soviética se hicieron más fuertes. Debido a la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la región, Estados Unidos aplicó una política conocida como la Doctrina Eisenhower en 1957. Esta doctrina permitía el envío de fuerzas estadounidenses para proteger la independencia de los países del Medio Oriente si eran amenazados militarmente por alguna nación controlada por el comunismo internacional.
La época de Anwar Sadat
Anwar Sadat asumió la presidencia de Egipto de 1970 a 1981, después de la muerte de Nasser. Una de sus principales metas fue reformar la economía que había heredado de las políticas de Nasser. Este cambio llevó a Sadat a hacer un gran esfuerzo para modificar la política exterior de Egipto y sus relaciones con Estados Unidos.
Sadat limitó las relaciones con la Unión Soviética y expulsó a 20.000 militares soviéticos en julio de 1972. Sin embargo, esto no fue suficiente para lograr un acercamiento con el gobierno estadounidense.
La Guerra de Octubre de 1973, también conocida como la Guerra de Yom Kipur, fue el evento que impulsó las relaciones entre Egipto y Estados Unidos. La invasión de territorio israelí por parte de Egipto y Siria mostró a Estados Unidos que el poder militar de Israel no era obsoleto en la región. Esto llevó a la diplomacia entre Egipto y Estados Unidos. Los estadounidenses, junto con los soviéticos, organizaron un acuerdo de paz entre Egipto e Israel, y luego entre Siria e Israel.
Bajo el mandato de Sadat, Estados Unidos, con la administración de Jimmy Carter (1977-1981), actuó como mediador entre Egipto e Israel. Esto culminó en los acuerdos de paz conocidos como los Acuerdos de Camp David, firmados el 17 de septiembre de 1978. Estos acuerdos normalizaron las relaciones entre ambos países. También facilitaron que Egipto cambiara de bando en la política regional de la Guerra Fría, pasando a ser un país cercano a Estados Unidos, a diferencia de la política de Nasser y la alianza egipcia con la Unión Soviética.
La época de Husni Mubarak
Husni Mubarak (1981-2011) sucedió a Sadat como presidente de Egipto después de su asesinato. Los Acuerdos de Camp David limitaron y aislaron a Egipto como una potencia árabe regional. Esto hizo que la política exterior egipcia en la región se centrara principalmente en sus relaciones con Estados Unidos e Israel.
Durante la década de 1980, Egipto recibió 2.200 millones de dólares al año en ayuda económica de Estados Unidos. Esto convirtió a Egipto en el segundo país que más ayuda estadounidense recibía en la región, solo después de Israel. Las fuerzas armadas de Egipto también fueron reorganizadas siguiendo el modelo estadounidense. El estado egipcio se endeudó debido al equipo avanzado que recibía de Estados Unidos. La ayuda y los intereses estadounidenses dominaban tanto la política exterior egipcia que algunos críticos de Mubarak decían que el país se estaba convirtiendo en un "Egipto estadounidense".
Relaciones con Irak
De la década de 1980 a 2001
La política exterior estadounidense en Irak se hizo más fuerte a partir de finales de los años 70. Antes de eso, Irak había sufrido varios cambios de gobierno militares entre los años 50 y 70, hasta que Sadam Huseín logró controlar el país en la década de 1970. Estados Unidos apoyó a Irak bajo el mando de Saddam Husein en la guerra contra Irán. Esto fue parte de una política para contener al nuevo gobierno de Irán, a pesar de las graves violaciones de derechos humanos cometidas por Husein, especialmente contra los kurdos en el norte del país.
La política exterior con Irak cambió a partir de la invasión iraquí de Kuwait en agosto de 1990. La respuesta de Estados Unidos a esta invasión fue la primera guerra del Golfo, también conocida como "Operación Tormenta del Desierto". El presidente estadounidense George H. W. Bush (padre) justificó esta operación diciendo que Estados Unidos tenía la obligación moral de liberar Kuwait de la agresión iraquí. Sin embargo, al igual que el temor estadounidense durante la guerra entre Irán e Irak, los intereses de Estados Unidos también estaban en proteger los recursos petroleros de la región y salvaguardar a los países árabes del Golfo Pérsico de la agresión tanto iraní como iraquí. Las sanciones, impulsadas por Estados Unidos a través de la ONU, duraron toda la década de 1990 y causaron la muerte de más de un millón de civiles, de los cuales se estima que medio millón eran niños.
La operación militar comenzó después de que venciera el plazo de las Naciones Unidas, el 15 de enero de 1991, para que Husein retirara sus tropas de Kuwait. La operación duró cuarenta y dos días. El presidente Bush declaró la liberación de Kuwait el 27 de febrero de 1991. Esta operación causó decenas de miles de muertes y miles de millones de dólares en destrucción de propiedades. No hay una cifra exacta de las muertes iraquíes por la guerra, algunas estimaciones sugieren entre 10.000 y 100.000 muertos, incluyendo 82.000 soldados iraquíes y 7.000 civiles, sin contar los muertos durante la revuelta interna provocada por la guerra.
Relaciones con Irán
De la Segunda Guerra Mundial a 1979
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el principal objetivo de Estados Unidos era contener a la Unión Soviética y evitar que su influencia se expandiera en la región. Irán, un país del Medio Oriente que no solo compartía frontera con la Unión Soviética, sino que también era deseado por las potencias europeas por su riqueza en petróleo y su ubicación estratégica, se convirtió en una prioridad para Estados Unidos, comenzando con la administración del presidente Harry S. Truman.
En la década de 1940, Estados Unidos, como nueva influencia en Irán, apoyaba a cualquier grupo que se opusiera a los intereses soviéticos. Asesores estadounidenses desarrollaron lazos con las fuerzas armadas iraníes. Mientras que Gran Bretaña había establecido alianzas con los grandes terratenientes y las tribus poderosas, la Unión Soviética apoyaba las actividades del partido de izquierda Tudeh.
La primera intervención importante de Estados Unidos fue de 1951 a 1953, durante el período de Mohammad Mosaddeq como primer ministro. Mosaddiq lideró el Frente Nacional, una unión de varios grupos sociales iraníes con diferentes objetivos. Lo que unía a estos grupos era su oposición al control extranjero y su deseo de limitar el poder del Shah, Mohammad Reza Pahleví. Una de las campañas de Mosaddiq era que el gobierno, y no la empresa Anglo-Iranian Oil Company (AIOC), tuviera el control de los recursos petroleros iraníes. En 1951, en medio de muchas protestas por la campaña del Frente Nacional, el Majlis (parlamento iraní) tomó dos decisiones importantes: primero, aprobó una ley para nacionalizar la industria petrolera; segundo, invitó a Mosaddiq a ser primer ministro.
La AIOC organizó un boicot internacional contra la nacionalización del petróleo iraní, obteniendo rápidamente el apoyo del gobierno británico y de Estados Unidos en 1952. En octubre de 1952, el gobierno de Mosaddiq rompió relaciones con Gran Bretaña.
El enfrentamiento entre Mosaddiq, por un lado, y la AIOC y Gran Bretaña, por el otro, causó una crisis tanto dentro del país como a nivel internacional. Mosaddiq no solo quería romper con los intereses extranjeros, sino también restaurar las instituciones parlamentarias de la constitución de 1906 y limitar el poder político de Muhammad Reza Shah. Con las relaciones diplomáticas rotas entre Irán y Gran Bretaña, para someter al Shah, Mosaddiq tuvo que enfrentarse a Estados Unidos, que apoyaba al Shah. En 1952, el Majlis le dio poderes especiales a Mosaddiq, que él usó para desafiar a la monarquía, poner a las fuerzas armadas bajo el mando del parlamento en lugar del Shah, reducir el tamaño del ejército, eliminar a los oficiales leales al Shah e introducir reformas agrarias. Todo esto con el fin de reemplazar el gobierno personal del Shah por un sistema basado en la ley constitucional, para que el ejército estuviera bajo el mando del parlamento y para redistribuir la riqueza y las tierras de la élite privilegiada.
El boicot internacional provocó una crisis económica interna, y Mosaddiq comenzó a perder tanto el apoyo popular como la unidad del Frente Nacional. Para 1953, el Frente se desintegró y el Partido Tudeh se convirtió en el partido dominante. Los intereses de los militares destituidos coincidieron con los intereses británicos y estadounidenses. Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña planearon con el Shah un golpe de Estado contra Mosaddiq, pero el plan no tuvo éxito y el Shah huyó a Roma. Tres días después, el 19 de agosto de 1953, militares leales al Shah capturaron a Mosaddiq y el Shah regresó a Irán.
Desde la restauración de Muhammad Reza Shah en 1953 hasta 1979, el Shah estableció un gobierno muy estricto. Gobernó a través del ejército y la policía secreta para silenciar, y hacer desaparecer a la oposición, sin importar si eran de izquierda, centro o derecha religiosa. El Shah encarceló a cientos de opositores, y muchos líderes fueron torturados y ejecutados. Con la ayuda de inteligencia estadounidense e israelí, se creó la organización de seguridad interna conocida como SAVAK, famosa por sus operaciones de vigilancia y las brutalidades cometidas contra prisioneros políticos. La oposición fue reprimida, las elecciones al Majlis fueron manipuladas y se creó un sistema de dos partidos para dar una apariencia de democracia.
El Shah llegó a un acuerdo con la AIOC que garantizaba a Irán el 50 por ciento de las ganancias del petróleo. Las relaciones entre Irán bajo el Shah y los países occidentales mejoraron después de 1953, restableciendo relaciones con Gran Bretaña en 1954 y convirtiéndose en un país aliado de Estados Unidos. Entre 1953 y 1963, Estados Unidos proporcionó a Irán 500 millones de dólares en ayuda militar.
Con el aumento de los ingresos petroleros en la década de 1970, 20.000 millones de dólares solo entre 1975 y 1976, Estados Unidos permitió que el Reza Shah comprara cualquier armamento estadounidense no nuclear. Entre los años 1972 y 1976, el Shah adquirió 10.000 millones de dólares en armas, haciendo de las fuerzas armadas de Irán el quinto ejército más poderoso del mundo.
Relaciones con Irán en la década de 1980
La política exterior estadounidense hacia Irán cambió a partir de la Revolución iraní de 1979. Un país que antes había sido el mejor aliado estadounidense en el Golfo Pérsico, se convirtió en un país que no era amigo de Estados Unidos, con las fuerzas armadas del Shah bajo el nuevo gobierno. A partir de la revolución iraní, Estados Unidos se centró en recuperar su influencia en el Golfo Pérsico y, al mismo tiempo, contener y evitar la expansión de la revolución chiita.
Durante la Guerra entre Irán e Irak (1980-1988), la administración estadounidense de Ronald Reagan apoyó al gobierno iraquí de Saddam Hussein contra la república islámica de Irán. Los intereses de Estados Unidos estaban en proteger las reservas de petróleo del Golfo Pérsico, temiendo que si Irak era derrotado, el resto de los estados petroleros árabes del Golfo Pérsico también caerían ante Irán.
Relaciones con Turquía
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el principal objetivo de Estados Unidos era contener a la Unión Soviética y evitar que su influencia se expandiera en la región. Turquía, uno de los países del Medio Oriente que compartía frontera con la Unión Soviética, se convirtió en una prioridad para Estados Unidos, comenzando con la administración del presidente Harry Truman.
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la política de expansión de la Unión Soviética amenazaba el control turco sobre los estrechos que conectan el Mar Negro con el Mediterráneo. Con el objetivo de defender sus intereses, Estados Unidos ofreció ayuda financiera y militar al gobierno turco de Ismet Inönü. Turquía aceptó y también permitió el establecimiento de bases militares estadounidenses en su territorio, iniciando una alianza que duraría todo el Siglo XX.
Entre 1947 y 1960, la ayuda estadounidense a Turquía sumó un total de 3.000 millones de dólares. Esto permitió a Turquía mantener un ejército de 500.000 soldados para repeler a los soviéticos. En 1952, Turquía se convirtió en miembro de la OTAN.
A pesar de los conflictos internos en la política turca, especialmente en la transición de un sistema de un solo partido a uno de varios partidos y los golpes de estado del ejército para mantener el orden político y social, la política exterior turca mantuvo una fuerte alianza con Estados Unidos durante la Guerra Fría. Quizás el momento más complicado en la relación turco-estadounidense surgió con la cuestión de la soberanía de la isla de Chipre, donde la rivalidad entre Turquía y Grecia puso a prueba la relación de Estados Unidos con ambos países.
La primera crisis ocurrió en 1964, cuando el presidente griego de Chipre, Makarios, intentó modificar la constitución con la intención de limitar los derechos políticos de los ciudadanos de origen turco. Turquía preparaba una invasión militar de Chipre para defender la situación de los ciudadanos turcos, tal como se había acordado por Turquía, Grecia y Gran Bretaña en el Tratado de Garantía de 1960. Estos planes de invasión turca de Chipre fueron disuadidos por la falta de apoyo estadounidense y la amenaza del presidente estadounidense Lyndon B. Johnson. Johnson advirtió que si una invasión turca llevaba a una intervención soviética, Washington tendría que reconsiderar la obligación de la OTAN de defender a Turquía.
El 15 de julio de 1974, las fuerzas armadas griegas dieron un golpe de Estado para derrocar al presidente Makarios en Chipre con el fin de unir la isla a Grecia continental. Turquía no esperó la aprobación de Estados Unidos para reaccionar. En menos de una semana del golpe griego, el gobierno turco ya había desplegado sus fuerzas armadas, ocupando el 37 por ciento de la isla. El congreso estadounidense suspendió toda ayuda militar y ventas de armas a Turquía. Ankara respondió al embargo estadounidense cerrando varias bases militares estadounidenses en territorio turco. La ruptura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Turquía se resolvió parcialmente en 1979 con el fin del embargo estadounidense.
La lucha contra el terrorismo
Los ataques del 11 de septiembre de 2001, también conocidos como 9/11 o 11-S, marcaron el inicio de lo que se conoce como la "lucha contra el terrorismo" de Estados Unidos y sus aliados en el Medio Oriente. La administración de George W. Bush (hijo) entre 2001 y 2009 comenzó esta campaña, pero ha sido continuada y ampliada por los gobiernos de ambos partidos: Demócratas bajo Barack Obama (2009-2017) y Republicanos bajo Donald Trump (2017-2021).
Los ataques fueron llevados a cabo por diecinueve personas, quince de origen saudita y cuatro de origen egipcio, todos miembros de la organización conocida como Al Qaeda y liderada por Osama bin Laden, un saudí adinerado que vivía fuera de su país. La base de Al Qaeda estaba en Afganistán, donde el gobierno de los Talibanes dio refugio a este grupo y les permitió operar libremente. La guerra y la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos y sus aliados comenzaron en octubre de 2001.
Invasión de Irak
En 2002, la administración de George W. Bush cambió su enfoque de Afganistán a Irak, a pesar de la falta de pruebas que demostraran que el Irak de Sadam Huseín tuviera alguna responsabilidad en los ataques del 11 de septiembre. El gobierno estadounidense intentó justificar una invasión y un cambio de gobierno en Irak alegando que ciertas armas de Hussein eran una amenaza para la seguridad estadounidense y mundial. También argumentó que un cambio de gobierno sería una liberación para el pueblo iraquí. El gobierno estadounidense también estaba interesado en sacar a Hussein de Irak por la amenaza que representaba el líder iraquí al tener control de una de las reservas petroleras más grandes del mundo.
En el otoño de 2002, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1441. Esta resolución declaraba que Irak debía revelar sus armas y permitir el acceso sin restricciones a todos los lugares solicitados por los equipos de inspección de la ONU, advirtiendo que habría consecuencias graves si Irak no cumplía. George W. Bush y su administración siguieron alegando que Hussein y sus armas eran una amenaza, a pesar de que los equipos de inspección de la ONU no encontraron pruebas que confirmaran dichas acusaciones. Estados Unidos actuó en contra de sus aliados europeos y la ONU al declarar, unilateralmente, que Irak había violado la Resolución 1441 y que Hussein y sus hijos tenían cuarenta y ocho horas para salir del país. El 20 de marzo de 2003, la operación "Iraqi Freedom" comenzó con un bombardeo por fuerzas estadounidenses y británicas. En tres semanas, las fuerzas estadounidenses y británicas tomaron la capital Bagdad y el gobierno de Saddam Hussein fue derrotado.
Tomar el control del país y mantener el orden fue más difícil que derrocar a Hussein. La mayoría de los iraquíes veían a las fuerzas occidentales como invasores y ocupantes. La comunidad internacional criticó a las administraciones de George W. Bush y Tony Blair (primer ministro de Gran Bretaña) por haber manipulado los informes de inteligencia, ya que la invasión no encontró pruebas sobre la supuesta amenaza de las armas. La invasión estadounidense creó un estado de conflicto interno entre grupos religiosos e intereses políticos. Mientras tanto, empresas privadas administraban centros de detención que se mantuvieron fuera del alcance de la ley iraquí durante toda la guerra.
El período de 2004-2007 estuvo marcado por la resistencia de grupos y extremistas, especialmente una facción de Al Qaeda en Irak (AQI) que se estableció en territorio iraquí debido a la desaparición del gobierno central de Hussein. En enero de 2007, George W. Bush anunció una estrategia para combatir esta resistencia: la cooperación de las fuerzas de la coalición con líderes tribales que habían sido afectados por las acciones de AQI, para combatir la influencia de estos grupos en sus áreas.
El grupo conocido como "Estado Islámico"
La formación del grupo conocido como el "Estado Islámico", cuyo nombre original en español es "El Estado Islámico de Irak y Siria", se dio a conocer al mundo en 2014. Su formación fue posible debido a la falta de autoridad que existía en los desiertos de las regiones del noroeste de Irak por la invasión estadounidense y al sureste en Siria a partir de los levantamientos populares que comenzaron en 2011, pero que pronto llevaron a un conflicto civil. Sin embargo, esta situación solo proporcionó la oportunidad para que el Estado Islámico tomara control de este territorio. Las raíces del Estado Islámico, a través de la radicalización de sus fundadores y miembros, surgen gracias a la invasión estadounidense-británica de Irak, el fomento de conflictos internos en Irak, el establecimiento de AQI y un grupo minoritario que se separó de esta organización en 2013 y que se convertiría en el Estado Islámico.
La lucha contra el Estado Islámico fue un esfuerzo de muchos países y grupos, con campañas en Siria e Irak principalmente entre 2014 y 2016. Estados Unidos, bajo la presidencia de Barack Obama, proporcionó ataques aéreos. Esto se hizo en colaboración con las fuerzas armadas de Irán bajo el control del General Qasem Soleimani y grupos armados Kurdos en Irak y Siria, que fueron apoyados militarmente por Estados Unidos y proporcionaron soldados para luchar contra el Estado Islámico y recuperar los territorios bajo su control.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: United States foreign policy in the Middle East Facts for Kids