Pío VII para niños
Datos para niños Pío VII |
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![]() Papa de la Iglesia católica |
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14 de marzo de 1800-20 de agosto de 1823 (23 años y 159 días) |
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Predecesor | Pío VI | |
Sucesor | León XII | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 21 de septiembre de 1765 | |
Ordenación episcopal | 21 de diciembre de 1782 por Francisco Javier Zelada y Rodríguez |
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Proclamación cardenalicia | 14 de febrero de 1785 por Pío VI |
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Congregación | Orden de San Benito | |
Culto público | ||
Beatificación | En proceso. Declarado Siervo de Dios por Benedicto XVI, en 2007. |
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Información personal | ||
Nombre | Barnaba Niccolò Maria Luigi Chiaramonti | |
Nacimiento | 14 de agosto de 1742 Cesena, Estados Pontificios |
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Fallecimiento | 20 de agosto de 1823 Roma, Estados Pontificios |
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Padres | Scipione Maria Niccolo Chiaramonti y Giovanna Coronata Ghini | |
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Firma | ![]() |
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![]() Escudo de Pío VII
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Pío VII, cuyo nombre de nacimiento era Barnaba Niccolò Maria Luigi Chiaramonti, fue el papa número 251 de la Iglesia católica. Nació en Cesena el 14 de agosto de 1742 y falleció en Roma el 20 de agosto de 1823. Fue papa desde el 14 de marzo de 1800 hasta su muerte.
De joven, Pío VII fue monje de la Orden de San Benito y se le conoció como Gregorio. Destacó como teólogo y obispo. Su tiempo como papa estuvo muy influenciado por el general francés Napoléon Bonaparte. Pío VII fue incluso arrestado por Napoleón. A pesar de los desafíos, Pío VII mostró gran fortaleza. También apoyó mucho las artes, la cultura y la educación.
Actualmente, se está llevando a cabo el proceso para su canonización. En 2007, el papa Benedicto XVI le dio el título de siervo de Dios.
Contenido
Primeros años y formación
Barnaba Chiaramonti nació en Cesena en 1742. Fue el penúltimo hijo del conde Scipione Chiaramonti y Giovanna Coronato Ghini. Su madre, una mujer muy religiosa, pasó sus últimos años en un monasterio carmelita. Ella fue un gran ejemplo para Barnaba.
Su familia era noble, pero de recursos medios. Como sus hermanos, Barnaba estudió en el Collegio dei Nobili de Rávena. A los 14 años, decidió unirse a la Orden de San Benito. Entró como novicio en la Abadía de Santa María del Monte de Cesena el 2 de octubre de 1756. Dos años después, el 20 de agosto, hizo sus votos solemnes y tomó el nombre de "Gregorio". Sus superiores lo enviaron a estudiar al Pontificio Colegio San Anselmo en Roma.
El 21 de septiembre de 1765, fue ordenado sacerdote. Poco después, obtuvo su doctorado en teología. En 1766, comenzó a enseñar en la Abadía de San Juan de Parma. Este lugar era conocido por sus nuevas ideas y pensamientos.
En 1772, Chiaramonti recibió el título de "lector". Esto le permitió enseñar teología y derecho canónico. Regresó al Colegio San Anselmo en 1772, donde fue profesor de teología y bibliotecario hasta 1781. También fue nombrado abad titular de Santa María del Monte, su primer hogar religioso.
El joven monje Chiaramonti quería volver a las ideas originales de la vida monástica. También buscaba modernizar los estudios, para que los monjes jóvenes tuvieran más contacto con la realidad de su tiempo.
Experiencia como líder religioso
Su relación con Pío VI
En 1773, Barnaba Chiaramonti se convirtió en confesor del cardenal Angelo Braschi. El cardenal Braschi lo apreciaba mucho y era pariente de su madre.
Dos años después, en 1775, Braschi fue elegido papa con el nombre de Pío VI. Él comenzó a darle a Chiaramonti importantes cargos. A los 34 años, lo nombró abad de la abadía de San Pablo Extramuros.
Ascenso a obispo y cardenal
Pío VI cambió las responsabilidades de Chiaramonti. En diciembre de 1782, lo nombró obispo de Tívoli. Tres años después, a los 42 años, fue nombrado cardenal presbítero. El 27 de junio de 1785, fue nombrado obispo de Imola, cargo que mantuvo hasta 1816.
En Imola, Chiaramonti fue muy apreciado por su amor a la cultura. Su biblioteca estaba abierta a todos. Era conocido por su mente abierta a las ideas modernas. En su homilía de Navidad de 1797, Chiaramonti dijo que no había conflicto entre una forma de gobierno que valoraba la participación del pueblo y ser un buen católico.
En junio de 1796, la diócesis de Imola fue invadida por las tropas francesas. Chiaramonti, con una política moderada, evitó problemas para los habitantes de su diócesis. Sin embargo, la Iglesia sufrió muchos daños. En Roma, la muerte de un general francés fue usada como excusa para que Napoléon Bonaparte invadiera los Estados Pontificios. La capital fue ocupada el 11 de febrero de 1798. Como resultado, Pío VI tuvo que renunciar a su poder temporal.
Más tarde, el papa Pío VI fue hecho prisionero y obligado a salir de Roma. Viajó por Italia hasta llegar a la ciudad francesa de Valence, donde falleció seis semanas después. A pesar de la situación, el papa recibió muestras de respeto de los franceses. Después de su muerte, algunos pensaron que el papado había llegado a su fin.
Su tiempo como papa
La elección de un nuevo papa
Tratamientos papales de Pío VII |
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Tratamiento de referencia | Su Santidad | |
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Tratamiento oral | Su Santidad | |
Tratamiento religioso | Santo Padre | |
Tratamiento póstumo | Siervo de Dios | |

Antes de morir, Pío VI dejó instrucciones para que el decano del Colegio Cardenalicio convocara un cónclave (reunión para elegir papa) donde más cardenales pudieran reunirse. Como Roma estaba ocupada por las tropas de Napoleón, el cónclave se realizó en un monasterio en la isla de San Giorgio Maggiore, en Venecia. El emperador germánico Francisco II protegió el cónclave y pagó los gastos.
El cónclave comenzó el 30 de noviembre de 1799. Solo 34 cardenales pudieron asistir, el número más bajo desde 1513. El secretario del cónclave, Ercole Consalvi, fue clave en la elección. El 14 de marzo de 1800, después de 104 días de cónclave, Barnaba Chiaramonti fue elegido papa. En honor a su predecesor, Pío VI, quien había sido llamado el "papa mártir", Chiaramonti eligió el nombre de Pío.
El emperador Francisco II pidió al nuevo papa que vendiera algunos territorios, pero Pío VII se negó. Los austriacos no permitieron que el papa fuera coronado en la basílica de San Marcos. Así, el 21 de marzo de 1800, Pío VII fue coronado de una manera inusual en una pequeña capilla. Como no tenían los ornamentos papales, fue coronado con una tiara hecha de papel maché y adornada con joyas donadas por mujeres venecianas.
Pío VII se quedó en Véneto por unos meses. El 14 de junio, Francia tomó el control del norte de Italia. Venecia, donde estaba Pío VII, pasó a estar bajo dominio francés. Napoleón, aunque conocía la historia de Chiaramonti, lo reconoció como el nuevo papa.
A pesar de la oposición del emperador germánico, Pío VII decidió ir a Roma. Llegó a Pesaro después de un viaje en barco de doce días. Luego, viajó por tierra hasta Roma. Antes de llegar, visitó la tumba de su madre en Fano.
El papado bajo la influencia de Napoleón
Reorganización de los Estados Pontificios

El 3 de julio de 1800, Pío VII entró en Roma, siendo recibido con alegría. Las arcas del Estado estaban casi vacías. El papa declaró la neutralidad de los Estados Pontificios. En agosto de ese año, nombró a Consalvi cardenal y secretario de Estado.
Pío VII y Consalvi comenzaron a estabilizar los Estados Pontificios, modernizando su administración. El papa restauró instituciones y permitió que personas no religiosas trabajaran en la administración del Estado. Se intentó reformar la moneda y los impuestos. También se ordenó drenar tierras para la agricultura y se crearon fábricas para dar trabajo. Estas reformas generaron algo de descontento entre la nobleza.
El Concordato de 1801
Consalvi fue clave para mejorar las relaciones con Francia, donde Napoleón se había convertido en el líder principal. Pío VII no tenía prejuicios contra Napoleón y buscaba la paz. Napoleón, por su parte, entendía que la religión era importante para el pueblo francés y quería mantener una buena relación con la Iglesia.
Pío VII se preocupó por la situación de la Iglesia francesa, que estaba desorganizada. Muchas iglesias estaban cerradas y había problemas con los obispos. Consalvi viajó a Francia para negociar el Concordato de 1801 con Napoleón. Este acuerdo no devolvía todo al antiguo orden, pero sí daba ciertas garantías a la Iglesia. Reconocía al catolicismo como la religión de la mayoría de los franceses.
Los puntos principales del Concordato fueron:
- Libertad religiosa, aunque el catolicismo era la religión principal, no la oficial.
- El papa podía quitar obispos de su cargo, aunque el gobierno francés los nombraba.
- El Estado pagaría los salarios del clero, a cambio de que juraran lealtad al Estado.
- La Iglesia renunciaba a sus derechos sobre las tierras que le habían sido quitadas después de 1790.
- El domingo fue restablecido como día festivo.
Al firmar el Concordato, Pío VII logró normalizar las relaciones entre Francia y la Santa Sede. Sin embargo, en 1802, Francia añadió unilateralmente 77 artículos que buscaban que la Iglesia francesa dependiera menos de Roma y más del gobierno. Pío VII no aceptó estos artículos, ya que la Iglesia quedaría bajo el control total del Estado.
La coronación de Napoleón

En 1804, Napoleón quería ser coronado emperador. Pío VII fue convencido de asistir a la ceremonia en la Catedral de Notre Dame de París, a pesar de las dudas de algunos. El papa esperaba convencer a Napoleón de quitar los artículos que limitaban la Iglesia.
En la ceremonia, el 2 de diciembre, el papa solo bendijo a Napoleón, quien se coronó a sí mismo. Napoleón no hizo muchas concesiones al papa. Pío VII siguió sin aceptar los artículos. A pesar de todo, el papa se sentía optimista después de su visita a Francia.
Pío VII, prisionero de Napoleón
Las relaciones entre Napoleón y el papa no mejoraron. En 1805, Pío VII se negó a permitir el divorcio de un hermano de Napoleón. El emperador continuó expandiendo su poder, tomando el control de varias ciudades italianas.
En 1806, las tensiones aumentaron. Napoleón quería que los Estados Pontificios se unieran a su alianza contra Gran Bretaña. Pío VII se negó, diciendo que como "Pastor universal" debía ser neutral. Napoleón respondió con dureza, reduciendo el territorio de la Iglesia. El 2 de febrero de 1808, Roma fue ocupada militarmente. El 10 de junio de 1809, el papa respondió con una declaración que excluía de la Iglesia a quienes habían tomado las tierras de San Pedro.
La noche del 5 de julio, el general Étienne Radet y sus hombres llegaron al Palacio del Quirinal, donde vivía el papa. Pío VII ordenó abrir sus habitaciones. El papa se negó a renunciar a la soberanía de los Estados Pontificios o a retirar su declaración. Sin usar la fuerza, el papa dejó el Quirinal y fue llevado en un carruaje, comenzando su tiempo como prisionero. Fue llevado a diferentes lugares, incluyendo Florencia, Alessandria, Grenoble y Savona. Su carcelero, Antoine Brignole-Sale, lo trató bien y se hicieron amigos.
El papa se negó a aceptar las demandas de Napoleón. No quería convertirse en un títere del gobierno francés. Se negó a aceptar dinero por la entrega de Roma al Imperio y protestó por las acciones de Napoleón. Antes de salir del Quirinal, ordenó destruir su anillo del pescador para que nadie pudiera usarlo sin su permiso. Es el único caso registrado en que el anillo papal se destruye mientras el papa aún vive.
Napoleón no pudo reunir a los cardenales que quería para su matrimonio. Pío VII se enojó al no recibir información sobre una reunión de la Iglesia convocada por Napoleón en 1811. Napoleón decidió trasladar al papa a Fontainebleau. El viaje fue difícil porque Pío VII, de 70 años, enfermó gravemente. Sin embargo, se recuperó y continuó su camino.
El 20 de junio de 1812, Pío VII llegó al palacio de Fontainebleau. El 25 de enero de 1813, Napoleón se reunió con el papa. Pío VII firmó el Concordato de Fontainebleau, que lo obligaba a renunciar a su poder temporal y parte de su autoridad espiritual. Sin embargo, el 24 de marzo, apoyado por los cardenales Consalvi y Bartolomeo Pacca, se retractó de su firma, diciendo que la había hecho bajo presión. El papa fue nuevamente prisionero y tuvo más encuentros con el emperador. En mayo, Pío VII desafió a Napoleón, declarando nulos los actos de los obispos franceses.
Liberación y regreso a Roma
A principios de 1814, la situación de Napoleón era difícil. El 19 de enero, restauró los Estados Pontificios. Cuatro días después, Pío VII salió libre de Fontainebleau con sus cardenales. Después de una breve estancia en Savona, fue a Imola, su antigua diócesis, donde celebró la Pascua. Luego visitó varias ciudades y llegó a Roma el 24 de mayo, casi cinco años después de su arresto. Fue recibido con gran entusiasmo por los habitantes de Roma.
Gobierno después de Napoleón
Después de su liberación, Pío VII volvió a nombrar al cardenal Consalvi como secretario de Estado. Sin embargo, tuvo que dejar Roma por un tiempo para refugiarse en Viterbo y Génova, debido a una invasión. Pío VII regresó al palacio del Quirinal el 22 de junio de 1815. En los meses siguientes, permitió que familiares de Napoleón se refugiaran en Roma.
En su lucha contra ciertas sociedades secretas, el papa publicó un edicto el 15 de agosto de 1814. En él, calificaba a estas sociedades como "agrupaciones criminales" y establecía castigos para sus miembros.
Para reorganizar Europa después de Napoleón, se celebró el Congreso de Viena en 1814. Allí, el cardenal Consalvi logró que casi todos los territorios de los Estados Pontificios fueran devueltos, excepto algunas zonas que quedaron bajo control francés o austriaco.
Pío VII tuvo que dejar Roma nuevamente entre el 22 de marzo y el 7 de junio de 1815, durante un conflicto.
En Roma, el papa eliminó la mayoría de las leyes aprobadas durante la ocupación francesa. Sin embargo, mantuvo la eliminación de los derechos de la nobleza, lo que era un signo de modernidad. También restauró la Inquisición y el Index librorum prohibitorum (lista de libros prohibidos). El territorio se dividió en delegaciones y legaciones. Sin embargo, las finanzas del Estado estaban en muy malas condiciones.
En los últimos años de su papado, Roma fue muy acogedora con las familias gobernantes. El papa fue especialmente amable con los reyes en el exilio y con la familia de Napoleón.
El 6 de octubre de 1822, Pío VII restauró treinta diócesis francesas, después de largas negociaciones con el gobierno de Luis XVIII.
Relaciones con la Compañía de Jesús
En 1773, la Compañía de Jesús (los jesuitas) había sido suprimida por el papa Clemente XIV. Esta decisión se tomó por la presión de varios países católicos. Sin embargo, en algunos lugares como Prusia y Rusia, la orden no fue eliminada, principalmente por la calidad de la educación que los jesuitas ofrecían. A principios del siglo XIX, la situación política en Europa había cambiado. Muchos pidieron la restauración de la Compañía.
El 7 de marzo de 1801, Pío VII aprobó la existencia de la Compañía de Jesús en Rusia. Trece años después, el 31 de julio de 1814, firmó una declaración que restauraba universalmente a la Compañía de Jesús. Para esta ocasión, el papa celebró una misa en la Iglesia del Gesù en Roma. Después de firmar la declaración, abrazó personalmente a unos cien antiguos jesuitas que habían ido a la iglesia.
Ideas y acciones de Pío VII
Lucha contra la esclavitud
Después de su regreso a Roma en 1814, Pío VII, con la ayuda del cardenal Ercole Consalvi, restableció las relaciones diplomáticas con todos los países europeos. Una de sus grandes preocupaciones fue la abolición de la esclavitud. Después de haber estado prisionero durante cinco años, el tema de la libertad era muy importante para el papa. En una carta del 20 de septiembre de 1814 al rey de Francia, expresó su total rechazo al comercio de esclavos. Prohibió este comercio para cualquier persona de la Iglesia o civil que lo apoyara.

A pesar de la negativa de algunos gobiernos, Pío VII logró un pequeño avance en el Congreso de Viena. En febrero de 1815, a través del cardenal Consalvi, consiguió que se acordara la prohibición de la esclavitud al norte de la línea del Ecuador.
Contribuciones a la doctrina y teología
Debido a los eventos de su tiempo, Pío VII no tuvo un gran impacto en la teología de la Iglesia. Sin embargo, fue el primero en aceptar una forma de separación entre la Iglesia y el Estado.
El 15 de mayo de 1800, envió una carta a los católicos, pidiendo un regreso a los valores del Evangelio. En 1814, hizo universal la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores (15 de septiembre). También estableció el 24 de mayo como fiesta de Nuestra Señora del Auxilio, para conmemorar su regreso a Roma después de su exilio.
El 13 de septiembre de 1821, el papa condenó ciertas sociedades secretas.
Reorganizó la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que fue muy importante para el trabajo misionero de la Iglesia en los siglos XIX y XX. En 1822, permitió que las teorías de Nicolás Copérnico se presentaran como un logro de la física.
También estableció varias diócesis para la nueva nación de los Estados Unidos. La diócesis de Baltimore fue elevada a arquidiócesis, y se crearon nuevas diócesis en Boston, Nueva York, Filadelfia y Bardstown. Más tarde, Pío VII creó otras diócesis en 1821.
Carta a los obispos de América Latina
El 30 de enero de 1816, Pío VII envió una carta a los obispos de la América hispana. En ella, les pedía que hicieran todo lo posible para eliminar los problemas y conflictos en esos países. También les pedía que mostraran las virtudes del rey Fernando VII, quien valoraba la religión y la felicidad de sus súbditos.
Beatificaciones y canonizaciones
Pío VII declaró santos a Ángela de Mérici, Benito de Palermo, Coleta de Corbie, Francisco Caracciolo y a Jacinta de Mariscotti el 24 de mayo de 1807. También beatificó a 27 personas, entre ellas Peregrino de Falerone, José Oriol y Crispín de Viterbo.
Milagros atribuidos en vida
Levitación
El 15 de agosto de 1811, mientras era prisionero de Napoleón, el papa celebraba una misa por la fiesta de la Asunción. Se dice que entró en un estado especial y comenzó a elevarse hacia el altar. Este evento sorprendió a los presentes, incluidos los soldados franceses que lo custodiaban.
Apoyo a la cultura y el arte
En 1802, Pío VII autorizó excavaciones arqueológicas en Ostia. Estas revelaron importantes ruinas, como caminos con tumbas, calles, tiendas, baños, teatros y un foro. También ordenó excavar alrededor del lago Trajano. En Roma, en 1807, hizo construir muros y soportes para salvar el Coliseo de la ruina. Además, restauró el Arco de Constantino y ordenó la construcción de la fuente de Monte Cavallo. Reorganizó la Piazza del Popolo y colocó un obelisco en el Monte Pincio.
Bajo el papado de Pío VII, Roma se convirtió en un centro para los artistas más importantes de la época. Artistas de diferentes países se reunieron en Roma.
Pío VII enriqueció la Biblioteca Vaticana con muchos manuscritos y libros. Se reabrieron varios colegios y se abrieron más plazas para estudiar en la Universidad Gregoriana.
Se inauguraron nuevas salas en los Museos Vaticanos, como el Braccio Nuovo, inaugurado en 1822 y luego llamado Museo Chiaramonti en su honor. Este museo tiene muchas estatuas romanas y copias de estatuas griegas antiguas.
También fue Pío VII quien, en respuesta a la invasión de 1808, aprobó el uso de los colores amarillo y blanco. Estos colores, desde 1929, forman la bandera nacional de la Santa Sede.
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Museo Chiaramonti. |
Fallecimiento

El 6 de julio de 1823, el papa Pío VII dio su paseo habitual por los jardines del Palacio del Quirinal. Era el 14º aniversario de su arresto por el general francés Radet. Volvió a su oficina y, al intentar levantarse, perdió el equilibrio y cayó, fracturándose la cadera izquierda. Fue llevado a su cama, de la cual ya no se levantaría. El pueblo romano se reunió fuera del Palacio desde el 7 de julio, esperando noticias.
Desde París, el rey Luis XVIII envió una cama especial para aliviar el sufrimiento del papa. Durante este último mes de vida, la basílica de San Pablo Extramuros, donde había estudiado de joven, fue destruida por un incendio. El papa nunca supo de esta noticia.
El 19 de agosto, su estado empeoró. Mencionaba las ciudades de Savona y Fontainebleau, donde había estado encarcelado. El cardenal Francesco Bertazzoli le dio los últimos sacramentos. Pío VII falleció a las cinco de la mañana del día siguiente, 20 de agosto de 1823, acompañado por su amigo Consalvi. Había sido papa durante 23 años, 5 meses y 6 días.
Después de los procedimientos de preparación, su cuerpo fue velado en el Quirinal. El 22 de agosto, fue llevado a la basílica de San Pedro para sus funerales el día 25. Luego, fue enterrado temporalmente en las grutas vaticanas mientras se terminaba su tumba.
Tumba de Thorvaldsen

Su amigo Consalvi, quien murió pocos meses después, dejó en su testamento que los regalos recibidos de reyes extranjeros fueran vendidos. Con ese dinero, se terminarían las reparaciones de varias iglesias en Roma, se daría una parte a los pobres y otra se usaría para pagar la tumba de Pío VII.
Así, en la basílica de San Pedro, el escultor danés Bertel Thorvaldsen creó el monumento a Pío VII. La obra muestra a Chiaramonti con una expresión seria, rodeado de figuras que representan la fuerza y la sabiduría. Los restos del papa fueron trasladados allí en 1825. Esta es la única obra de arte en la basílica hecha por un artista no católico. La inscripción en la tumba recuerda el cariño que Consalvi sentía por Pío VII.
Proceso de beatificación
El 15 de agosto de 2007, la Santa Sede informó a la diócesis de Savona-Noli que Benedicto XVI había dado su aprobación para iniciar el proceso de beatificación de Pío VII. Actualmente, tiene el título de siervo de Dios.
Su legado

Pío VII y su predecesor Pío VI vivieron en un tiempo de grandes cambios. Fue el fin de la lucha entre el papa y el emperador que venía desde la Edad Media. En 1870, los Estados Pontificios fueron eliminados. En 1929, con los Pactos de Letrán, el poder temporal de los papas se limitó, pero se les dio la libertad necesaria para ejercer su poder espiritual. Muchos países occidentales del siglo XX reconocieron la libertad de religión en sus leyes.
Pío VII hablaba varios idiomas (italiano, francés, inglés y latín) y era traductor. Dedicó muchos años a leer, estudiar y enseñar. Su biblioteca privada, que ahora está en la Biblioteca Malatestiana de Cesena, tiene más de cinco mil libros.
En su trabajo como líder, restauró la Compañía de Jesús. En Roma, estableció el libre comercio y permitió que personas no religiosas trabajaran en la administración. Estableció relaciones diplomáticas con varios países y reorganizó escuelas. Por otro lado, su edicto de 1814 contra ciertas sociedades secretas fue elogiado por algunos reyes.
Culturalmente, Chiaramonti trabajó para modernizar la enseñanza. Como papa, quiso destacar el pasado antiguo de Roma. Ordenó excavaciones arqueológicas, reforzó el Coliseo y embelleció la ciudad. También creó un museo para conservar tesoros antiguos y enriqueció la Biblioteca Apostólica Vaticana.
Véase también
En inglés: Pope Pius VII Facts for Kids