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Literatura de Alfonso X el Sabio para niños

Enciclopedia para niños

La literatura de Alfonso X el Sabio se refiere a todas las obras literarias que se crearon bajo la dirección del rey Alfonso X el Sabio. Estas obras abarcan temas muy variados como la poesía, las leyes, la historia, la ciencia y el entretenimiento.

Alfonso X fue un gran impulsor de la cultura. Él apoyó, supervisó y a menudo participó en la escritura de estas obras. Trabajó con un grupo de intelectuales de diferentes orígenes (latinos, hebreos y musulmanes) que formaban parte de la Escuela de Traductores de Toledo. Gracias a este gran trabajo, se inició gran parte de la prosa en castellano.

Los libros que se copiaban en el taller de Alfonso X eran muy lujosos. Tenían una caligrafía de alta calidad y estaban decorados con muchas miniaturas. Estaban hechos para nobles importantes que podían pagar por estos códices tan ricos. Estos nobles compartían la idea de usar el castellano como una herramienta política para la corte. Los libros que se usaban en las universidades de la época eran más sencillos y estaban escritos en latín, que era la lengua de los estudiosos. Sin embargo, la mayoría de las obras de Alfonso X que conocemos hoy se conservan en copias posteriores, que no son tan elaboradas, porque los manuscritos originales del rey se perdieron o se destruyeron.

El castellano que se usaba en las obras de Alfonso X era muy diverso. Algunas obras tenían influencias del leonés, y otras un lenguaje más oriental. Aunque se decía que la variedad preferida era la de Toledo, en la poesía, Alfonso X usó el galaicoportugués, que es la lengua en la que se escribieron las Cantigas de Santa María.

Obras de Poesía

El rey Alfonso X escribió 44 poemas llamados "cantigas de escarnio y maldecir" en lengua galaico-portuguesa. Estos poemas eran satíricos y se dirigían a personas importantes, tanto de la iglesia como de la nobleza, y a otros poetas. Algunas de estas cantigas se burlaban de Pero da Ponte, un poeta de la corte de su padre, Fernando III el Santo. El estilo de estas cantigas era ingenioso y no dudaba en ser satírico, incluso un poco atrevido, contra quienes se oponían al futuro rey de Castilla.

Pero la obra poética más importante del rey sabio son las Cantigas de Santa María. Son muy interesantes tanto por su literatura como por su música y sus ilustraciones.

Las Cantigas de Santa María

Archivo:Symphonia Cantigas Sta María 160
Miniatura de las Cantigas a Santa María.

Las Cantigas de Santa María son la única obra literaria de Alfonso X que no está escrita en castellano. Están inspiradas en la Virgen María y son de carácter poético, escritas en galaico-portuguesa. Muchas de estas cantigas fueron compuestas por el propio Alfonso X. Incluso se puede sentir un toque personal en algunas canciones que son como himnos de alabanza a la Virgen. Además, en varias historias, el propio rey o sus familiares aparecen como personajes principales.

El libro tiene 427 poemas que cuentan historias o son líricos. Tienen una métrica muy variada, con una estructura de canción con estribillo. La mayoría de ellos narran un milagro o una historia de santidad, como si fueran episodios legendarios, algo común en el género de las vidas de santos. Sin embargo, un diez por ciento de estas canciones son "cantigas de loor", que son himnos de alabanza a la Virgen. Estas cantigas de loor vienen con la partitura musical, y son una de las obras más importantes de la música medieval española.

Además, los cuatro libros que las contienen (uno en la Biblioteca de Florencia, dos en la Biblioteca de El Escorial, y otro en la Nacional) son algunos de los mejores ejemplos de miniaturas góticas que se conservan.

A partir de la cantiga número cuatrocientos, el contenido cambia. Deja de ser principalmente leyendas milagrosas para convertirse en un calendario religioso cristiano que muestra una serie de eventos litúrgicos, especialmente celebraciones marianas.

Obras en Prosa

Antes de 1252, cuando fue coronado rey, el príncipe Alfonso, además de escribir las cantigas de escarnio y algunos himnos a la Virgen, impulsó un libro de cuentos ejemplares: el Calila y Dimna. Este es uno de los primeros ejemplos (junto con el Sendebar) de cómo se adaptaron los cuentos árabes a la literatura en castellano. Si no contamos los relatos de las crónicas de Alfonso que venían de cantares de gesta o leyendas, esta es la única obra de ficción que se hizo bajo el patrocinio de Alfonso.

La primera obra de contenido religioso que Alfonso X el Sabio patrocinó, aunque no se escribió en su versión final en castellano, fue una colección hecha por Bernardo de Brihuega, un canónigo de Sevilla. Él reunió varias vidas de santos en latín.

También es importante mencionar que algunas obras muy interesantes se perdieron, como la versión de la leyenda árabe sobre la visión de Mahoma del cielo y el infierno. Conocemos esta obra por su versión francesa, titulada Livre de l'eschiele Mahomet, que se hizo en 1264 por orden de Alfonso X a partir del original en castellano. Este texto fue muy popular en España en el siglo XIII. Un resumen fue adaptado al latín por Rodrigo de Toledo en la Historia arabum y luego se incluyó en la Estoria de España.

Además, el equipo de escritores de Alfonso X seguramente creó el original de un relato cristiano sobre un viaje al más allá, titulado el Purgatorio de san Patricio.

Las obras en prosa del rey Alfonso el Sabio que se conservan se pueden clasificar en cuatro tipos, según el tema: obras de leyes, de historia, de ciencia y de entretenimiento.

Obras de Leyes

Alfonso X sintió la necesidad de unificar las diversas leyes que se usaban en el reino de Castilla. Estas leyes combinaban el derecho romano antiguo, el derecho visigodo y las costumbres castellanas. Para ello, usó un código inspirado en el derecho de Justiniano, que se enseñaba en la Universidad de Bolonia y en las escuelas de leyes del sur de Francia. Con esto, intentó crear un sistema de leyes organizado. A este proyecto pertenecen los siguientes tratados legales:

El Fuero Real

El Fuero real se escribió alrededor de 1252. Su objetivo era dar una ley única a las ciudades castellanas que acababan de ser reconquistadas. Fue un conjunto de leyes influenciado por el Liber iudiciorum. Al principio, fue una ley local que se dio a ciudades como Aguilar de Campoo y Sahagún en 1255. También se le conoce como Fuero del libro, Libro de los concejos de Castilla y Fuero castellano.

Este código nunca fue la ley oficial de todo Castilla, sino solo una ley que el rey concedía a algunas ciudades según su voluntad. Generalmente, esto beneficiaba el comercio de esas ciudades y ayudaba a la corona a tener más poder frente al feudalismo de la época. Ciudades como Peñafiel, Santo Domingo de la Calzada, Béjar o la propia Madrid lo recibieron como su ley local. Sin embargo, pronto se convirtió en la ley de facto en Castilla. Las normas que se publicaban eran más claras, concisas y justas que las que regían en las grandes ciudades del Reino de Castilla, que estaban bajo el poder de los señores o de los tribunales locales. Aunque su implementación no fue fácil, Alfonso X impuso el Fuero real en algunos casos por encima de las normas locales, enfrentándose a veces a la nobleza, ya que llegó a eliminar privilegios que, según él, afectaban el buen gobierno.

El Espéculo

Se sabe de la existencia del Espéculo por una mención de 1255. Esta obra establece las bases legales teóricas para construir un conjunto de leyes bien argumentado. Posiblemente, también fue el punto de partida de las demás obras jurídicas de Alfonso X. Su redacción quedó incompleta, y gran parte de sus materiales se usaron para su obra más importante en el campo del Derecho, las Siete Partidas.

Nunca llegó a ser una ley oficial y las circunstancias de su creación no están claras. Es posible que fuera un borrador de una sección de las Siete Partidas, aunque algunos expertos dicen que es una obra escrita durante el reinado de Sancho IV o su hijo Fernando IV.

El Setenario

El Setenario es una obra variada. Siguiendo la línea de un "espejo de príncipes" (un tipo de libro que aconsejaba a los gobernantes), el Setenario, probablemente planeado por Fernando III el Santo, empezó siendo un libro de derecho de la iglesia. Su estructura se basa en el número siete, que era considerado mágico.

También contiene información enciclopédica sobre los sacramentos, pensada para el uso de los sacerdotes, y diversas reflexiones sobre el culto a la naturaleza desde un punto de vista pagano. Debido a esta mezcla de temas, los críticos han dudado sobre a qué género literario pertenece.

Las Siete Partidas

Archivo:Partidas
Edición de Gregorio López de las Siete Partidas.

Esta es la obra más ambiciosa de Alfonso X en el ámbito de las leyes. Fue escrita entre 1256 y 1265. Recoge las bases teóricas de las obras legales anteriores y crea un código jurídico universal y de aplicación general para el reino de Castilla. Regula la vida en Castilla en todos los aspectos, tanto religiosos como civiles.

Esta base legal se mantuvo durante siglos, y su influencia llega hasta nuestros días. Las Partidas no se hicieron oficiales en vida de Alfonso X, ya que no se llegó a completar una edición definitiva. Se divide en siete partes:

  • Primera parte: Habla de los fundamentos del derecho y se ocupa principalmente del derecho de la iglesia.
  • Segunda: Trata sobre el gobierno y las relaciones legales entre señores y vasallos.
  • Tercera: Derecho de los procesos judiciales y derecho civil.
  • Cuarta: Derecho del matrimonio, de las familias y de los diferentes grupos sociales.
  • Quinta: Derecho del comercio.
  • Sexta: Derecho de los testamentos y las herencias.
  • Séptima: Derecho penal (sobre los delitos y castigos).

Las secciones en que se divide no son estrictas. Se organiza además en títulos (182) y leyes (2479), cada una con un encabezado que indica su contenido de forma aproximada.

Sus fuentes provienen del derecho leonés anterior (el Fuero juzgo), y de las obras jurídicas del propio rey mencionadas antes, el Fuero real y muy probablemente el Espéculo. Para la "Primera partida" se usó el Setenario, que probablemente fue un borrador de esta sección.

Del derecho romano tardío, influyó el Corpus Iuris Civilis de Justiniano y la legislación para la vida de la iglesia, principalmente el Decreto de Graciano y las colecciones de leyes de la iglesia o Decretales.

También hay fuentes de la iglesia, así como las enseñanzas de los cuentos ejemplares de la Disciplina clericalis del intelectual judeoconverso Pedro Alfonso de Huesca. Las Partidas también incluyen material de obras de sabiduría o de literatura de refranes, como los Bocados de oro.

Desde el punto de vista literario, la prosa jurídica no es muy diferente de otros géneros medievales, e incluso influyó mucho en su creación, como en el caso del poema de debate.

Obras de Historia

La Estoria de España

Archivo:Estoria de españa
Manuscrito de la Estoria de España.

La Estoria de España, conocida en la edición de Menéndez Pidal como Primera Crónica General, es la primera historia extensa de España escrita en castellano. Su contenido abarca cronológicamente desde los orígenes bíblicos y legendarios de España hasta la historia más reciente de Castilla bajo Fernando III.

La obra tuvo dos versiones. La primera comenzó poco después de que el rey castellano subiera al trono (hacia 1260) y terminó hacia 1274. La segunda, llamada Versión crítica, se hizo entre 1282 y 1284, año de la muerte del rey.

En su primera versión, la obra, completada a principios de la década de 1270, tenía cuatrocientos capítulos. Sin embargo, en 1272, el rey sabio comenzó otro proyecto monumental al que dedicó nuevas energías: la creación de una historia universal titulada General estoria (o Grande e general estoria). Esto interrumpió la redacción de la Estoria de España, ya que, además de tener que desviar muchos recursos humanos a la nueva empresa, el concepto de la historia de la época, que acumulaba información desde el principio, hacía que los contenidos de la Estoria de España se superpusieran en gran medida con los de la Historia Universal que se había iniciado.

Sin embargo, fue la Estoria de España la que se difundió, se amplió y sirvió como modelo para la historia de España hasta bien entrada la Edad Moderna. La versión definitiva aprobada por Alfonso X llegó hasta el capítulo 616. Por lo tanto, las contradicciones de los últimos capítulos de la refundición hecha por Menéndez Pidal en su Primera Crónica General no deben atribuirse a la voluntad del rey, sino al uso de manuscritos tardíos e incompletos por parte del erudito español para esta parte.

Para contar la historia de España, Alfonso X se remonta a los orígenes encontrados en las fuentes bíblicas, a Moisés, para luego usar mitos y leyendas de la historia antigua griega y latina. A medida que avanza el relato, se añaden más detalles, especialmente desde las invasiones germánicas hasta Fernando III, donde las fuentes más abundantes son crónicas y cantares de gesta de la península.

Pero las obras más importantes de las que se nutre el texto de Alfonso X son las dos grandes crónicas latinas que ofrecían el conocimiento más completo de la historia de España de aquel tiempo: el Chronicon mundi (1236), de Lucas de Tuy, obispo de Tuy, llamado «el Tudense», y De rebus Hispaniae (1243), de Rodrigo Ximénez de Rada, obispo de Toledo, conocido como «el Toledano». Además, la Estoria de España utilizó otras crónicas latinas medievales, la Biblia, la historia clásica latina, leyendas de la iglesia, cantares de gesta en castellano e historiadores árabes.

Archivo:Grande e general estoria (códice del Escorial)
Manuscrito de la Grande e general estoria (códice de El Escorial) de Alfonso X el Sabio.

La General Estoria

La General estoria, también llamada Grande e general estoria, es una obra muy ambiciosa que busca ser una historia universal desde la creación del mundo. La obra quedó incompleta, ya que se interrumpe en la sexta parte. Su redacción se inició, al parecer, en 1270, cuando la Estoria de España ya estaba muy avanzada. Es posible que el comienzo de este otro gran proyecto histórico retrasara e incluso impidiera concluir en su forma definitiva también la historia de España, debido a la gran cantidad de intelectuales que tuvieron que ser dedicados a esta segunda gran empresa histórica.

Aunque tiene fuentes y características comunes a la Estoria de España, en este caso se dio prioridad a los libros de historia de la Biblia y a los historiadores clásicos disponibles en el taller real. Estos eran los que se mantuvieron vigentes en la tradición medieval, como Ovidio (de quien se extraen fragmentos de sus Metamorfosis y las Heroidas; Lucano, de quien se tradujo su Farsalia) o el Pseudo-Calístenes que aportaba noticias de la vida de Alejandro Magno. También se utilizan materiales del Renacimiento del siglo XII, sobre todo obras francesas: el Roman de Thèbes, el Roman de Troie (para las historias de Tebas y Troya), el Alexandreis de Gautier de Châtillon (para el emperador macedonio) o la Historia regum britanniae, del galés Geoffrey de Monmouth, para la materia artúrica.

El propósito de la obra se explica en el siguiente texto:

yo don Alfonso [...] después que ove fecho ayuntar muchos escritos e muchas estorias de los fechos antiguos escogí d'ellos los más verdaderos e los mejores que ý sope e fiz ende fazer este libro. E mandé ý poner todos los fechos señalados tan bien de las estorias de la Biblia como de las otras grandes cosas que acaecieron por el mundo desde que fue començado fasta'l nuestro tiempo.

De la misma manera que en la Estoria de España, el objetivo era vincular su monarquía con la historia desde el origen de los tiempos hasta su reinado, ya que Alfonso X el Sabio aspiraba al título de emperador. Se trataba de un proyecto político que buscaba colocar a Castilla a la cabeza de los reinos cristianos de la península, y para ello el rey se dotaba de una justificación histórica adecuada.

Obras de Ciencia

Archivo:Lapidario
Manuscrito del Lapidario.
Archivo:Folio del Libro del saber de astrología
Folio del Libro del saber de astrología.

La creación de libros de ciencia en el taller real fue muy variada y se basó en los avances de la ciencia andalusí. El Lapidario combina el estudio de las propiedades de las piedras con la medicina y la astronomía, y el Picatrix es un tratado de magia de origen griego con influencias neoplatónicas. Pero la mayoría de ellos tratan sobre la ciencia más importante de la época, la astronomía, que en ese tiempo era una disciplina superior a las matemáticas, aunque combinaba sus conocimientos con los de la astrología. A este campo del saber pertenecen el Libro del saber de astrología —que reúne varios tratados sobre la fabricación de instrumentos de observación y medida, como astrolabios, la azafea de Azarquiel y los relojes de Isaac ben Sid—, el Libro de la ochava esfera, el Libro complido en los judizios de las estrellas, el Libro de las cruces (que trata de astrología predictiva), los Cánones de Albateni (una traducción del tratado árabe de Ibn Yabir al-Battani) y, quizás, el más influyente: las Tablas alfonsíes, unas tablas astronómicas que se difundieron ampliamente por toda Europa.

El Lapidario

El Lapidario es un tratado médico y mágico sobre las propiedades de las piedras en relación con la astronomía, redactado hacia 1250. Se conserva en la Biblioteca de El Escorial. Pudo ser traducido de nuevo, corregido, ampliado y reorganizado entre 1276 y 1279.

La obra se amplió en 1279 con el Libro de las formas e imágenes que están en los cielos, más conocido como Tablas del Lapidario. El libro es un resumen de tratados griegos, helenísticos y árabes, compilados probablemente por Yehuda ben Moshe, médico real y destacado astrónomo.

El códice está ilustrado con unas cincuenta miniaturas de animales del zodíaco. En este tipo de tratados medievales de origen árabe sobre las propiedades curativas y mágicas de las piedras, la astrología jugaba un papel muy importante, ya que modificaba las propiedades de estas.

El Libro Complido en los Judizios de las Estrellas

Se trata de una adaptación del tratado de Ibn ar-Rigal (conocido por los cristianos como Abenragel), traducido en 1254 por Yehuda ben Moshe. Combina, como era común en la época, la ciencia de la astronomía con la astrología. Se ocupa de los signos del zodíaco, de los planetas y sus cualidades, de los movimientos celestes y de su influencia en la vida humana.

Las Tablas Alfonsíes

Archivo:Tablas alfonsies
Tablas astronómicas de Alfonso X el Sabio.

Son tablas astronómicas que muestran las posiciones exactas de los cuerpos celestes en Toledo desde el 1 de enero de 1252, año de la coronación del rey Alfonso. También informan sobre el movimiento de estos cuerpos celestes. La influencia de estas Tablas llegó a Europa gracias a una revisión francesa de principios del siglo XIV, y se usaron incluso hasta el Renacimiento.

El objetivo de estas tablas era ofrecer un método práctico para calcular la posición del Sol, la Luna y los planetas según el sistema de Ptolomeo. La teoría de referencia preveía movimientos según epiciclos y sus deferentes. Durante mucho tiempo fueron la base de todas las efemérides (tablas que indican la posición de los astros) que se publicaron en España.

Las observaciones originales provienen del astrónomo árabe de Córdoba del siglo XI, al-Zarkali. La revisión de estas tablas se basó en las observaciones realizadas en Toledo por los científicos judíos de Alfonso X, Yehuda ben Moshe e Isaac ben Sid, entre 1262 y 1272.

Obras de Entretenimiento

Entre estas obras de deporte o recreo para nobles, se encuentran un tratado de cetrería de Muhammad ibn allah al-Bayzar (llamado por los cristianos Moamín, un halconero árabe del siglo IX), el Libro de los animales que caçan, y un libro sobre juegos de mesa que describe y enseña el ajedrez (aunque tenía reglas algo diferentes al moderno), los dados y las tablas. Algunas características de estos dos últimos juegos han llegado hasta hoy en el backgammon y el alquerque respectivamente.

El Libro de los Juegos

Archivo:Alfonso-LJ-27V
Problema de ajedrez n.º 35 del Libro de los juegos.

También llamado Libro del axedrez, dados e tablas, es el tratado de ajedrez más antiguo que se conserva en Europa. Consta de 98 páginas ilustradas con muchas miniaturas que muestran las posiciones de los juegos.

Es uno de los documentos más importantes para investigar los juegos de mesa. El único original conocido se encuentra en la biblioteca del Monasterio de El Escorial. Una copia de 1334 se conserva en la biblioteca de la Real Academia de la Historia.

Documenta el estado y las reglas del ajedrez medieval en la época en que llegó a los reinos cristianos desde el islam. El ajedrez del siglo XIII era diferente al moderno, que surgió con la revolución del ajedrez "a la rabiosa" en el siglo XV y que Luis Ramírez de Lucena describe en su tratado renacentista Repetición de amores y arte de ajedrez (Salamanca, 1497). Básicamente, era un juego más lento, con menos posibilidades de ganar por jaque mate, y cuyos tratados didácticos (como el del rey sabio) daban mucha importancia a la resolución de imaginativos problemas de ajedrez.

Obras Perdidas

Sabemos que existieron otras obras importantes escritas por el taller de Alfonso X que no han llegado hasta nuestros días, al menos en su versión final en castellano. Así ocurrió con la Escala de Mahoma, una obra en castellano de 1264, que nos ha llegado en un ejemplar en latín y una traducción al francés. También el Livre des secrets de nature nos llegó en francés, aunque tuvo una redacción en castellano, pues en el prefacio se informa de que el rey sabio ordenó que fuera traducido a esta lengua a partir del original griego y una versión intermedia en latín. Del Liber Razielis solo se conserva su versión en latín, traducida en 1259 posiblemente por Juan D'Aspa.

Cronología de sus Obras

  • 1250?, Libro de las animalias (traducción parcial de la obra de Moamín).
  • 1254?, Judizios de las estrellas.
  • 1256?, Picatrix de Alfonso X.
  • 1259, Libro de las cruzes.
  • 1250?-1279?, Lapidarios de Alfonso X.
  • 1254?-1260?, Tablas de Zarquiel.
  • 1254?-1260?, Cánones de Albateni.
  • 1256?-1265?, Libro de las leyes.
  • 1270-1284, Estoria de España I.
  • 1272-1275, General Estoria I.
  • 1276-1279, Libro de las formas y de las imágenes.
  • 1277, Libros del saber de astronomía.
  • 1277, Libro del cuadrante señero.
  • 1280, General estoria IV.
  • 1283, Libros de ajedrez, dados y tablas.
  • 1284?-1347; Estoria de España II.
  • Siglo XIII-Siglo XIV, General estoria V.
  • Siglo XIV, General estoria II.
  • Siglo XIV, General estoria VI.
  • Siglo XV, General estoria V.

Importancia de su Trabajo

Todavía se discute cuánto participó Alfonso X directamente en las obras que impulsó. Lo que sí es seguro es que, además de ser el promotor, protector y director de estas obras, él fue el responsable de elegir qué libros se harían. También supervisó de cerca el resultado final.

Se puede afirmar, además, que intervino en cuestiones de estilo, por lo que su responsabilidad en la formación de la prosa castellana es muy importante, corrigiendo pasajes con su propia mano. Así, en el Libro de la ochava esfera, declara que:

tolló las razones que entendió eran sobejas et dobladas et que no eran castellano drecho, et puso las otras que entendió que complían; et cuando en el lenguage, endreçólo él por síse
Libro de la ochava esfera, apud Deyermond (2001), pág. 171.

A partir de su obra, la forma de hablar castellano que se consideraba correcta se trasladó de la región de Burgos a la de Toledo. Las soluciones de gramática y vocabulario que Alfonso X tuvo que adoptar supusieron un gran esfuerzo. Esto se debía en gran parte a la necesidad de traducir lenguas con un desarrollo técnico y literario muy avanzado, como el latín, el árabe o el hebreo. En cambio, el castellano no tenía una tradición literaria establecida en los campos científicos y humanísticos que el rey sabio abordó. Esto afectaba tanto a la falta de vocabulario como a la de conectores para oraciones complejas. A pesar de todo, la prosa de Alfonso X no dejó de usar recursos de sintaxis sencillos, sobre todo si los comparamos con los que ofrecían las lenguas cultas de la época. Sin embargo, el enriquecimiento de la prosa en castellano fue notable.

La mayoría de las palabras nuevas que se incorporaron al castellano provienen del latín. Su inclusión supuso un aumento notable del vocabulario castellano, gracias al uso de palabras nuevas que adaptaban ligeramente su sonido a los usos de la lengua. Cuando una palabra aparecía por primera vez en la escritura, se definía y, a partir de ese momento, se incorporaba con naturalidad al resto de la obra. Asimismo, debido a la unidad del taller de Alfonso X y a la labor de dirección del rey, se produjo una regularización en todos los aspectos de la lengua.

No hay que olvidar que el motivo de todo su trabajo, incluyendo el literario, era la idea del dominio político de Castilla como líder de un proyecto que venía de la importancia real y de la iglesia visigoda de Toledo. Esto continuó con el deseo de Alfonso X de unir los reinos de España bajo un mismo poder. Aunque no logró ser coronado emperador, como era su deseo, la misma idea de una Estoria de España revela una visión unificada de los territorios de la península ibérica, aunque en esta época era más una realidad geográfica y conceptual que política. Sin embargo, el conocido pasaje de la mencionada obra histórica donde describe la geografía española con tono de alabanza —«Del loor de España cómo es complida en todos los bienes»— tiene su precedente en uno similar de san Isidoro de Sevilla, origen de la conciencia de una entidad política y del llamado problema y ser de España en el pensamiento posterior.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Literature of Alfonso X Facts for Kids

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