Jornada de Argel para niños
Datos para niños Jornada de Argel |
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Lucha por la supremacía en el Mediterráneo entre españoles y turcos Parte de guerra hispano-otomana de 1515-1577 y sin etiquetar |
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![]() Sitio de Argel en 1541, grabado de 1555
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Fecha | 21 de octubre-25 de octubre de 1541 | |||
Lugar | Argel (actual Argelia) | |||
Resultado | Victoria otomana | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La Jornada de Argel fue una importante expedición militar. Ocurrió en 1541, cuando el rey Carlos I de España intentó tomar la ciudad de Argel. Su objetivo era arrebatarla al almirante otomano Barbarroja. Sin embargo, la expedición terminó en una derrota para España. Esto se debió a una planificación insuficiente y a un clima muy desfavorable.
Contenido
¿Por qué fue importante la Jornada de Argel?
Los antecedentes del conflicto
En 1535, el rey Carlos I de España había logrado una victoria en Túnez contra el almirante otomano Barbarroja. A pesar de esto, Barbarroja seguía siendo una amenaza. Desde Argel, sus fuerzas atacaban las costas del Mediterráneo.
Para España, el peligro era doble. Por un lado, los otomanos tenían conexiones con grupos locales. Por otro lado, Argel era una base fuerte para sus ataques. Por estas razones, Carlos I decidió que era necesario conquistar Argel.
Algunos consejeros intentaron convencer al rey de no ir. El papa le sugirió que era más importante luchar contra los turcos en el centro de Europa. Ellos acababan de tomar Budapest. Además, el almirante genovés Andrea Doria y el Marqués del Vasto, Alfonso de Ávalos, también le aconsejaron no ir. Creían que el verano de 1541 estaba terminando y se acercaba la época de las tormentas. A pesar de estas advertencias, Carlos I decidió seguir adelante con la expedición.
¿Cómo se organizó la escuadra española?
Preparativos de la flota
La flota y los tercios (unidades militares) de España se reunieron en la bahía de Palma de Mallorca y en Menorca. Desde allí, partieron hacia Argel el 18 de octubre de 1541. Otra parte de la escuadra, la de Málaga, junto con los galeones del Cantábrico, se dirigió directamente a Argel. Todas las naves se encontraron en Cabo Cajina, al oeste de Argel.
La escuadra que zarpó de Palma, donde iba el propio Carlos I, incluía:
- Las galeras de Andrea Doria, quien era el almirante principal.
- Cuatro galeras de Malta.
- Cuatro galeras de Sicilia.
- Seis galeras de Antonio Doria.
- Cinco galeras de Nápoles.
- Cuatro galeras del Conde de Anguilera.
- Dos galeras del Vizconde Cicala.
- Dos galeras del Duque de Terranova.
- Dos galeras del Señor de Mónaco.
La escuadra de Málaga, comandada por Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el III duque de Alba, contaba con 15 galeras y unas 200 embarcaciones de diferentes tamaños. En ella viajaban muchos nobles y figuras importantes, como Hernán Cortés, el famoso conquistador de México.
En total, la expedición estaba formada por 65 galeras y unas 300 naves de guerra y transporte. Llevaban a bordo 12.000 marineros y, para el desembarco, 8.000 soldados españoles, 6.000 alemanes, 6.000 italianos, 3.000 aventureros y 2.000 caballeros. Además, había unos 4.000 soldados que formaban parte de las tripulaciones de las galeras.
¿Qué sucedió durante la operación en Argel?
El desembarco y los desafíos del clima
El 21 de octubre, la flota española llegó a la costa de Argel. Durante el viaje desde Mahón, una fuerte tormenta casi hunde la flota. A pesar de llegar a Argel, el mal tiempo retrasó el desembarco. Los marineros más experimentados aconsejaron a Carlos I que abandonara la operación. El clima era muy malo y el gobernador de la ciudad, Hassan-Agá, había preparado bien las defensas. Pero el rey insistió en seguir con su plan, aunque las embarcaciones ya estaban sufriendo daños.
La escuadra de Bernardino de Mendoza se refugió en una ensenada. El resto de los barcos continuaron buscando un buen lugar para desembarcar. Lo encontraron entre los riachuelos Khemir y Harzach, a pocos kilómetros de Argel.
El domingo 23, al amanecer, la tormenta disminuyó y comenzó el desembarco. Las tropas tuvieron que caminar por el agua hasta la cintura, llevando sus armas, equipo y comida para tres días. Al mediodía, casi todas las tropas habían desembarcado. Sin embargo, la tormenta volvió con más fuerza, impidiendo que desembarcaran el material pesado, los caballos y más víveres.
Una vez en tierra, Carlos I envió un mensaje a Hassan-Agá, pidiendo la rendición de Argel, pero no recibió respuesta.
El avance y el asedio
El lunes, las tropas desembarcadas comenzaron a avanzar, divididas en tres grupos. Los españoles iban delante, seguidos por los alemanes (con el emperador) y los italianos. Cuatrocientos caballeros de la Orden de Malta avanzaban por la costa. Fueron atacados por jinetes locales con escopetas y ballestas.
La ciudad de Argel estaba bien fortificada, pero tenía pocas tropas: unos 800 turcos y 5.000 soldados locales.
Se inició el asedio y se planeó el ataque. Se esperaba el apoyo de las galeras desde el mar. Pero al no tener el equipo pesado, como la artillería de asedio y las herramientas para escalar muros, el ataque se retrasó.
El clima empeoró con lluvias torrenciales y vientos muy fuertes. Las tiendas del campamento se cayeron. Con el suelo lleno de barro y sin refugio, las tropas no pudieron dormir en toda la noche. Al día siguiente, el mal tiempo continuó. Los defensores de Argel hicieron una salida, haciendo huir a un grupo de soldados italianos. Los alemanes y los caballeros de Malta acudieron en su ayuda. La lucha continuó cerca de las puertas de Argel. Hubo unos 300 muertos y muchos heridos, pero las tropas invasoras lograron cerrar el cerco. Confiaban en tomar la ciudad al día siguiente.
La retirada y las consecuencias
El 24 y 25 de octubre, la tormenta se hizo aún más violenta. En poco tiempo, 150 naves cargadas de comida, municiones y caballos se hundieron. Las tripulaciones de las naves que quedaron varadas fueron atacadas por los argelinos. Muchas naves lograron salvarse tirando al agua objetos pesados, como la artillería. Doria reunió a las naves que sobrevivieron y las llevó a un lugar seguro en el cabo Matefu.
Dada la situación y la falta de comida, los generales en tierra se reunieron. Decidieron levantar el asedio y dirigirse a las naves de Doria para volver a embarcar. Carlos I aceptó la decisión. La retirada comenzó con muy poca comida, y los españoles protegían la retaguardia. Al llegar al cabo Matefu, Hernán Cortés le propuso al emperador que él embarcara y le dejara las tropas para intentar de nuevo la conquista de Argel. Pero Carlos no aceptó.
Para poder reembarcar, se lanzaron los caballos al agua para hacer espacio para los hombres. Casi al terminar el reembarque, el clima volvió a empeorar. Por ello, se terminó rápidamente y se hicieron a la mar. Algunas naves chocaron contra los arrecifes. Otras se dirigieron a Argel y se entregaron a los turcos, quienes les prometieron respetar sus vidas.
La flota se dispersó. Algunas naves fueron a Orán, otras a Italia, Cerdeña o España. Las galeras de Doria, en las que viajaba Carlos I, llegaron a Bugía, donde pasaron veinte días. La tormenta no cesó hasta el 23 de noviembre. Luego se dirigieron a Ibiza y Cartagena, llegando a principios de diciembre.
El Tercio Viejo de Sicilia tuvo que ir a ayudar a Túnez, que estaba siendo atacada por un ejército de caballería. El tercio logró salvar la ciudad gracias a la buena actuación del maestre de campo Álvaro de Sande.
Las pérdidas fueron muy grandes, pero no se contaron, y al parecer no hubo intención de hacerlo.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Algiers expedition (1541) Facts for Kids