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Historia de Occitania para niños

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La historia de Occitania es la historia de una región en Europa que ha sido un punto de encuentro para muchas culturas a lo largo del tiempo. Su clima especial ha hecho que sea un lugar atractivo para que las personas se asienten. Se han encontrado restos muy antiguos en Occitania, que muestran que ya había gente viviendo allí desde hace miles de años.

Antiguamente, comerciantes de Fenicia y Etruria (culturas del Mediterráneo) llegaban a las costas de Occitania. Los griegos también fundaron ciudades importantes como Marsella, Niza y Agde. Aunque los celtas no eran muchos, sus costumbres influyeron en la forma de pescar, cazar, en la música y en cómo trabajaban los metales.

Más tarde, el Imperio Romano llegó a Occitania en dos etapas. Los romanos trajeron su forma de organizar el gobierno, la sociedad, sus costumbres (como el cultivo de la vid) y su idioma, el latín, que es la base del occitano. Después de varias invasiones de diferentes pueblos (como visigodos, ostrogodos, normandos y musulmanes), la región siguió evolucionando.

Durante la Edad Media, Occitania se convirtió en un centro muy importante de la cultura románica a partir del siglo IX. El idioma occitano fue una de las primeras lenguas en usarse en documentos, obras literarias y científicas, incluso antes que el latín en muchos casos.

Los siglos XI, XII y XIII fueron la época de mayor esplendor para la cultura occitana. El occitano escrito se volvió un modelo de lengua gracias a su literatura, especialmente la de los trovadores, que se extendió por gran parte de Europa. También hubo trobairitz, mujeres trovadoras que escribían sobre la libertad y el amor, algo muy innovador para su tiempo. Políticamente, muchos territorios occitanos (como los condados de Tolosa, Foix, Carcasona, el Ducado de Aquitania y el Condado de Provenza) tuvieron una gran prosperidad y cierta independencia. Sin embargo, esta unidad era más cultural y lingüística que política.

La Cruzada albigense marcó el fin de esta época dorada. El ejército francés, liderado por Simón IV de Montfort, atacó y saqueó las principales ciudades occitanas. En la Batalla de Muret en 1213, las tropas occitano-aragonesas fueron derrotadas, lo que frenó la expansión de la Corona de Aragón en la zona. Así, el Languedoc pasó a depender de la corona de Francia. Poco a poco, la mayoría de los territorios occitanos se unieron al Reino de Francia entre mediados del siglo XIII y principios del siglo XVII.

Prehistoria en Occitania

Occitania es un lugar con muchos sitios arqueológicos importantes. Se sabe que la región estuvo habitada entre el 50.000 y el 20.000 antes de Cristo. Los hallazgos en Las Eisiás de Taiac y Lo Mostièr, que datan del Paleolítico superior, lo demuestran. El sitio más famoso es la cueva de Cròs Manhon, donde se encontraron restos del Homo sapiens sapiens, dando nombre a la subespecie conocida como cromañón.

De épocas posteriores se han encontrado figuras como las venus de Mota y Aujaria Balsa, y pinturas rupestres en cuevas como Las Comabrèlas y Las Caes, consideradas de las más importantes de Europa. También se han hallado herramientas de piedra de culturas como la Auriñaciana y la Gravetiana, que datan de hace unos 26.000 años.

Alrededor del 10.000 antes de Cristo, surgió la cultura mesolítica de Mas de Azil, de un pueblo de pescadores y cazadores que fabricaban herramientas pequeñas llamadas microlitos.

Finalmente, entre el 3.000 y el 2.000 antes de Cristo, se desarrollaron las primeras culturas neolíticas que construían grandes monumentos de piedra, conocidos como megalíticos, en lugares como el Cevenol, Niza y Chassey-Chalain.

Primeros habitantes de Occitania

Entre los primeros pueblos conocidos en Occitania, podemos distinguir varios grupos y los colonizadores griegos:

  • Iberoaquitánicos: Vivían de la ganadería (ovejas, vacas, caballos) y la agricultura del trigo. Ocupaban la zona entre los Pirineos Occidentales, el río Garona y el Océano Atlántico. Eran hábiles con el hierro, el oro y la plata. Aunque nunca formaron un solo estado, tenían un fuerte sentido de su identidad. Posidonio y Julio César notaron que se parecían más a los íberos que a los galos. Algunas de sus tribus importantes eran los Auscii (de quienes quizás viene el nombre Occitania) y los Tarbelli.
  • Ligures: Ocupaban la región entre las actuales Marsella y La Spezia. Eran montañeses y marineros. Su capital estaba cerca de la actual Entremont. La tribu principal eran los salusios. Algunos nombres de lugares en occitano tienen origen ligur.
  • Celtas o galos: Se establecieron en Occitania alrededor del siglo IV antes de Cristo. Conocían el hierro y difundieron la cultura de La Tène. Tenían un sistema de clanes y se parecían a los antiguos irlandeses. Las principales tribus eran:

* Volques: Ocupaban el Languedoc y se dividían en Arecómacos, Tectosages y Tolosates. * Arvernes: Eran los más poderosos y conocidos, con su capital en Gergovia (hoy Clermont-Ferrand).

  • Griegos: Llegaron de Fócida en el 600 antes de Cristo y fundaron Masilia (Marsella), que se convirtió en un gran centro comercial. Crearon otras ciudades como Arlés, Antibes, Niza y Agde, extendiendo la cultura griega por la región.

Occitania bajo el Imperio Romano

La Occitania romana, también llamada Provintia Narbonensis, fue el territorio dominado por los romanos desde el 210 a.C. hasta el 475 d.C. Los romanos se enfrentaron a los ligures para detener la piratería en las costas. En 218 a.C., Aníbal cruzó Occitania para llegar a Italia, pero encontró mucha resistencia. En 154 a.C., los habitantes de Marsella pidieron ayuda a los romanos contra los ligures, lo que marcó el inicio de la colonización romana.

En 120 a.C., se organizó la Provincia Narbonensis y se fundó Narbona. Los romanos vencieron a varias tribus y fundaron ciudades como Aquae Sextae (hoy Ais de Provenza). La región sufrió invasiones de cimbrios y teutones, pero el cónsul romano Cayo Mario los derrotó.

Más tarde, Julio César envió tropas a Aquitania y se enfrentó a los aquitanos y cántabros. En 54 a.C., el líder arverno Vercingétorix se rebeló, pero fue derrotado por César en Alesia en 52 a.C. Su territorio fue incorporado a Roma y dividido en Galia Narbonense, Aquitania y Galia Céltica.

En 49 a.C., Marsella se puso del lado de Pompeyo en la guerra civil contra César, y como castigo, César la destruyó y la incorporó directamente al Imperio, lo que inició su declive.

Octavio Augusto dividió Occitania en dos grandes partes:

  • Aquitania: Incluía Gascuña, Perigord, Carcin, Limoges y Auvernia. Se dividía en Aquitania Prima, Aquitania Secunda y Aquitania Tertia (o Novempopulania).
  • Galia Narbonensis: Con capital en Narbona, también se le llamó Provintia. Más tarde se dividió en cuatro sectores.

Se construyeron importantes infraestructuras, como la Via Dolomitia. A partir del 212 d.C., todos los habitantes del imperio se convirtieron en ciudadanos romanos. Sin embargo, desde el 260 d.C., Occitania se vio envuelta en las luchas internas por el control del Imperio Romano.

Hacia el 293 d.C., el emperador Diocleciano dividió la antigua Galia en dos, creando la Diócesis Viennensis, que unía las tres Aquitanias y las cuatro Narbonensis, también conocida como Septem Provinciae. La capital era Viena. Esta diócesis pasó por manos de varios emperadores hasta que Teodosio I dividió el Imperio en 395 d.C. La Diócesis Viennensis pasó a formar parte del Imperio Occidental, y Arlés se convirtió en capital imperial en lugar de Roma.

Cómo se formó el idioma occitano

El occitano es una lengua románica central. Se cree que se desarrolló con menos influencias externas que otras lenguas románicas debido a varias razones:

  • Geografía: Occitania está rodeada por barreras naturales como el mar Mediterráneo, el océano Atlántico, los Pirineos, el Macizo Central y los Alpes.
  • Pocas zonas agrícolas: Esto hizo que no se establecieran muchas colonias extranjeras en la antigüedad.
  • Pueblos prehistóricos estables: Los pueblos antiguos de la zona se movían poco, lo que creó una base lingüística bastante uniforme.
  • Menor influencia celta: A diferencia de otras regiones vecinas, la influencia celta fue menor.
  • Larga romanización: La influencia romana fue profunda y duradera.
  • Débil germanización: La influencia de los pueblos germánicos fue limitada.

La época dorada de Occitania

Archivo:BernardDeVentadour
Bernart de Ventadorn, un famoso trovador medieval occitano del siglo XIII.

Los siglos XI, XII y XIII fueron el momento de mayor esplendor para la cultura y la política occitanas. El occitano escrito se convirtió en una lengua muy importante en toda Europa, especialmente por la literatura de los trovadores. También influyó en la política, como en la creación de los fueros (leyes especiales) de los territorios de Aragón y Navarra.

Es importante mencionar a las trobairitz, mujeres trovadoras de origen noble que escribían poemas sobre la libertad de la mujer y expresaban sus sentimientos de amor, algo muy atrevido para la época. Entre ellas estaban La Condesa de Dia, Azalaís de Porcairagues, María de Francia y Bierisi de Romans. Fueron un grupo pequeño pero brillante de poetisas que existieron durante aproximadamente un siglo.

Políticamente, muchos territorios occitanos (como el Condado de Tolosa, el Condado de Foix, el Condado de Carcasona, el Ducado de Aquitania y el Condado de Provenza) disfrutaron de una gran prosperidad y una independencia de hecho. Sin embargo, esta época dorada empezó a debilitarse porque la unidad de Occitania era más cultural y lingüística que política.

Con el pretexto de luchar contra la creencia de los cátaros, el rey de Francia Felipe II de Francia, aliado del papa Inocencio III, inició la Cruzada albigense contra los señores occitanos. El ejército francés, liderado por Simón IV de Montfort, atacó y saqueó las principales ciudades de Occitania, invadiendo las tierras del conde de Tolosa Ramon VI de Tolosa. El conde reunió a sus aliados, incluido el rey Pedro II de Aragón, para luchar. La Batalla de Muret (13 de septiembre de 1213) marcó el fin de la edad de oro de la cultura occitana, con la muerte del rey aragonés y la derrota de las tropas occitano-aragonesas. Esto detuvo la expansión de la Corona de Aragón en la zona. El Languedoc pasó a depender de la Corona francesa. Entre mediados del siglo XIII y principios del siglo XVII, casi todos los territorios occitanos fueron incorporados a Francia.

La presencia del catarismo en Occitania

En Occitania, la relación entre los líderes laicos y la Iglesia católica era diferente. A diferencia de Francia, en Occitania, los cargos de la Iglesia se nombraban sin la intervención de los laicos, lo que a menudo causaba conflictos entre la Iglesia y los nobles. Por ejemplo, el conde Ramon VI de Tolosa tuvo muchas disputas con obispos y abades.

La Iglesia católica no tenía una organización muy fuerte en Occitania. La diócesis de Tolosa era muy grande y le faltaban recursos para tener suficientes clérigos activos. Además, la Iglesia cátara era atractiva para las mujeres porque no había muchos monasterios o conventos femeninos católicos. Así, si una familia quería que una hija recibiera educación religiosa, a menudo recurría a los cátaros, donde las mujeres podían incluso llegar a ser clérigas.

El poder del conde de Tolosa se debilitó cuando el conde Ramon IV de Tolosa partió hacia Tierra Santa en 1096. A finales del siglo XII y principios del XIII, muchos vizcondados y ciudades en el condado de Tolosa eran independientes, como Nimes, Montpellier o Narbona. Algunas ciudades, como Tolosa, Montalban y Carcasona, tenían autogobierno municipal y protegían a todos sus habitantes, incluso si eran cátaros.

Por estas razones, el catarismo se extendió en Occitania, especialmente en las regiones de Tolosa, Carcasona y Albí, más en las zonas rurales que en las ciudades. Aunque el catarismo se arraigó, no significó que la mayoría de la gente se convirtiera a esta fe. En esa época, muchas personas no se inclinaban por una sola Iglesia, sino que buscaban un ejemplo de vida cristiana. La Iglesia católica, con su riqueza y poder, a menudo no satisfacía estas necesidades espirituales, mientras que los predicadores cátaros, con su pobreza y buena formación teológica, daban un ejemplo de vida más cercano a los ideales evangélicos. Esto permitió que la Iglesia cátara funcionara con libertad en Occitania.

La Cruzada contra los albigenses

La cruzada contra los albigenses fue una gran campaña militar iniciada por la Iglesia católica para perseguir y eliminar el catarismo en Occitania durante la primera mitad del siglo XIII, durando unos 35 años. Las causas fueron complejas, pero el inicio fue el asesinato de un enviado del papa, Pedro de Castelnau. El papa Inocencio III usó este hecho para declarar por primera vez una cruzada contra otros cristianos en tierras católicas. Una de las principales consecuencias políticas fue que los reyes de Francia (los Capetos) extendieron su dominio sobre lo que hoy es Francia, eliminando el poder de los nobles occitanos y frenando la expansión política de los catalanes en el Languedoc.

Occitania del siglo XIV al XVII: Unión con Francia

La historia de Occitania entre los siglos XIV y XVII se caracteriza por la resistencia a su lenta pero inevitable unión con Francia y la pérdida de sus propios estados.

El Languedoc

Después de la derrota de los cátaros, la región quedó muy afectada y empobrecida. En 1295, los ciudadanos de Carcasona protestaron, pero fueron reprimidos. Antes del conflicto, el Languedoc tenía alrededor de un millón de habitantes, y la ciudad de Tolosa unos 20.000.

El nombre Languedoc apareció a finales del siglo XIII en los documentos franceses para referirse a las regiones occitanas obtenidas por el Tratado de Meaux en 1229 y el condado de Tolosa, que se unió a Francia en 1271. El Languedoc se dividió en tres zonas administrativas: Carcasona, Tolosa y Beucàire.

Entre 1302 y 1305, una hambruna afectó la región, y en 1306, la expulsión de los judíos empeoró la crisis económica. En 1321, el último predicador cátaro, Guilhem Belibasta, fue ejecutado, lo que marcó el fin de esta creencia en Occitania.

En 1348, la Peste Negra causó una gran epidemia. Antes de la plaga, había mucha gente en el campo, escasez de tierras y una economía de subsistencia. Después de la peste, muchas zonas rurales quedaron deshabitadas, la agricultura disminuyó y apareció el bandidaje. Por ejemplo, la población de Albi y Tolosa se redujo drásticamente.

Además, entre 1357 y 1358, la región fue devastada por grupos armados. Esto provocó en 1360 la revuelta de los tuchins en Auvernia y Languedoc, campesinos y artesanos cansados de los impuestos y los bandoleros.

La unión de Provenza

En 1481, Carlos III de Francia vendió sus derechos sobre Provenza al rey de Francia. Sin embargo, la unión con Francia no se votó hasta 1487, y se hizo bajo un modelo que garantizaba la autonomía de Provenza. Así, en 1501, se creó un Parlamento en Ais que tenía poderes jurídicos, políticos y fiscales en Provenza, aunque con funcionarios franceses.

Entre 1524 y 1544, el emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico atacó Provenza varias veces, pero no logró conquistar Marsella. En 1555, se limitó el poder del Parlamento provenzal, y en 1547, el rey de Francia confirmó la unión franco-provenzal. Estas medidas chocaron con el deseo de autonomía de ciudades como Marsella. En 1591, el Consulado de Marsella se declaró república, apoyada por España, pero fue sometida en 1596.

Niza, que estaba bajo el control de los Saboya, fue asediada en 1543. En 1562, se impuso el italiano como lengua oficial, aunque el occitano se siguió usando. En 1588, Niza mantuvo sus libertades y su lengua, aunque influida por el italiano, hasta principios del siglo XIX.

Persecución lingüística durante la Revolución Francesa

Para debilitar aún más a Occitania, se atacó su lengua. El 17 de junio de 1789, la Asamblea Nacional declaró la "unidad nacional de Francia" y propuso que el francés fuera la única lengua oficial.

Hasta entonces, el francés era la lengua de la administración, y las otras lenguas eran discriminadas, pero no perseguidas de forma sistemática. Sin embargo, algunos líderes, como Bertrand Barère de Vieuzac, propusieron que el francés fuera la única lengua para unificar a los ciudadanos. En 1794, el abad lorenés Henri Grégoire presentó un informe donde despreciaba las lenguas locales y proponía su eliminación por considerarlas "contrarrevolucionarias".

Así, el 12 de mayo de 1794, el Consejo Municipal de Marsella prohibió las obras de teatro en provenzal, argumentando que la unidad de los franceses debía existir incluso en el lenguaje. También se suprimieron las Academias Occitanas.

El 27 de enero de 1794, el francés se convirtió en el idioma obligatorio para todos los actos públicos, y el 4 de junio, se prohibió el uso de las lenguas locales en estos actos. Un informe de 1794 calificó el occitano de "jerga extraña".

Después del período del Terror, la presión disminuyó un poco. En 1795, se modificó una ley para que la enseñanza del francés no tuviera que ser expresamente en francés. Además, la república de entonces no tenía los recursos para aplicar estas medidas de forma total.

Situación legal de los occitanos en Francia a principios del siglo XIX

Entre 1800 y 1804, se creó el Código Napoleónico, que significó el fin del derecho occitano. El derecho occitano, de origen romano y visigodo, era escrito y tenía un derecho marítimo propio. En cambio, el derecho francés era de origen germánico y se basaba en las costumbres.

Desde entonces, las élites occitanas, que ya no hablaban su lengua ni tenían poder político, se unieron al Estado francés. Aunque ministros occitanos contribuyeron a la industrialización y modernización de Francia, esto solo sirvió para acentuar la dependencia del sur y el desequilibrio económico a favor del norte.

El siglo XIX en Occitania se caracterizó por la falta de una estructura social e ideológica propia, y por la incapacidad de plantear una reivindicación occitana clara. La población occitana también fue perdiendo peso dentro de Francia.

El regionalismo occitano

La segunda mitad del siglo XIX fue una oportunidad perdida para la formación de un nacionalismo o regionalismo occitano fuerte. El movimiento occitanista oficial adoptó un tono político conservador, literario y elitista. Se centró en Provenza y en un dialecto específico, y sus líderes no se atrevieron a pedir la separación de Francia, a diferencia de otros movimientos regionales. La amistad entre occitanos y catalanes tampoco se tradujo en una petición política concreta.

Occitania de 1900 a 1940

Tres factores clave marcaron la evolución de Occitania en la primera mitad del siglo XX: la Primera Guerra Mundial, la escuela pública que promovía el francés, y la falta de una economía propia.

En 1897, Clément Ader, un ingeniero de Muret, fabricó el primer avión en Tolosa. Aunque hubo una disputa sobre la invención con los hermanos Wright, Ader fue un pionero de la aviación en Europa. Esto llevó a que, entre 1914 y 1918, se construyeran aviones militares en Tolosa, y más tarde se fundara Aeropostale, una empresa de transporte aéreo.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) no solo llevó a muchos jóvenes occitanos al frente, sino que también agotó los recursos naturales de la región, como el carbón. Después de 1920, la producción de carbón y la industria de la porcelana en Limoges disminuyeron. Los principales bancos locales occitanos trasladaron su capital a París, lo que provocó una falta de inversiones en la región.

En 1936, llegaron 36.000 italianos a Gers y Olt y Garona. Estas personas no aprendieron occitano, lo que aceleró el proceso de que el francés reemplazara al occitano.

Los políticos occitanos de la época estaban completamente integrados en la política francesa y veían sus orígenes occitanos como algo folclórico. Ejemplos incluyen Marie François Sadi Carnot, presidente de la república, y Edouard Daladier, primer ministro.

En cuanto a la cultura occitana escrita en francés, destacaron autores como Jean Giono, que escribía sobre el mundo rural occitano, y el director de cine Marcèu Panhol, con sus películas costumbristas sobre Marsella. Otros autores importantes fueron los poetas René Char y Paul Valéry.

Occitania bajo el régimen de Vichy

Archivo:France 40-44
Mapa de la división francesa durante la ocupación en la Segunda Guerra Mundial.

El 17 de junio de 1940, el ejército francés se rindió a los alemanes. Aunque Francia fue ocupada, la mayor parte de Occitania no lo fue directamente. Después del Armisticio de Compiègne, Occitania (excepto la costa gascona) pasó a formar parte del territorio bajo el gobierno del mariscal Philippe Pétain, conocido como Gobierno de Vichy.

Algunos occitanistas colaboraron con este régimen, esperando que apoyara la descentralización y la enseñanza del occitano. Se crearon Jefaturas Regionales con amplias competencias, pero controladas por personas leales al nuevo régimen. Pèire-Loïs Berthaud, jefe de prensa del Ministerio de Información, intentó crear un centro de defensa de la lengua de oc y una oficina de prensa occitana. También ayudó a catalanistas exiliados, pero fue detenido en Alemania en 1944.

Formación del nacionalismo occitano

Archivo:Flag of Occitania (with star)
Bandera nacionalista occitana

El final de la guerra estuvo marcado por un fuerte nacionalismo francés. Los occitanistas que habían colaborado fueron perseguidos, y los que habían resistido a menudo fueron atacados por otros grupos. En este contexto, el 24 de abril de 1945, se fundó el Instituto de Estudios Occitanos (IEO) en Tolosa. Este instituto buscaba promover la cultura occitana y reivindicar la enseñanza del occitano en las escuelas, además de proponer una forma unificada de escribir la lengua.

Gracias a los esfuerzos del IEO y de Pèire Lois Berthaud, en 1951 se aprobó la Ley Deixonne, que permitía la enseñanza de las lenguas regionales en secundaria y universidades. Esta ley se aplicó en Montpelhièr y, aunque se mejoró en 1966, no entró en vigor en todo el territorio occitano hasta la Ley Haby de 1975.

La lengua y la cultura occitanas actualmente

Archivo:Flag of Occitania
Bandera histórica de Occitania, utilizada extraoficialmente en muchos territorios occitanos.
Archivo:Occitan en France
Los dialectos del idioma occitano.
Archivo:Manifestacioncarcassona12
Manifestación occitanista en Carcasona en 2005.

En 1976, el IEO impulsó la Federación de l'Ensenhament Occitan para promover la aplicación de la Ley Deixonne y la enseñanza del idioma occitano en primaria. Hasta entonces, solo se enseñaban tres horas semanales opcionales. En 1978, 15.000 alumnos se presentaron a las pruebas de occitano, y en 1979, 16.500. Sin embargo, los Congresos de Maestros denunciaron la falta de apoyo de las autoridades educativas.

En 1980, aparecieron las primeras calandretas, escuelas infantiles donde la enseñanza se impartía completamente en occitano. Las primeras se abrieron en Besiers, Pau y Tolosa, con unos cien alumnos. Para 1992, ya había 30 calandretas con 1.500 alumnos. En 1993, firmaron un acuerdo con el ministro de educación francés, François Bayrou, quien afirmó que "se ha acabado el tiempo de la vergüenza" en un discurso en occitano.

Esto llevó a la celebración de un coloquio en 1994, donde se firmó un protocolo para que el gobierno francés cubriera el 50% de los gastos de las calandretas. En 1998, la ministra de cultura prometió más ayudas para educadores y creadores en occitano. Esto permitió abrir una escuela para niños mayores de 11 años y una escuela de formación de maestros en Besiers.

En 1982, se abrieron las primeras escuelas bilingües experimentales, que crecieron a partir de 1990. También se creó el Sindicato Occitano de la Educación (SOE) en 1992.

Durante los años 90, el apoyo institucional permitió la creación de varias instituciones para promover el occitano, como el Centro Internacional de Documentación Occitana (CIDO) en Besiers y el Conservatòri Occitan de Tolosa.

El Consejo Regional de Languedoc-Rosellón fue el primero en 1985 en destinar un presupuesto específico para fomentar el occitano y el catalán. En 1991, realizaron la primera encuesta sobre la situación real del occitano, que mostró que estaba en grave peligro pero aún no había desaparecido.

En abril de 1997, se realizó una manifestación en Clermont-Ferrand para pedir más presencia del occitano en la televisión. En 1999, nació TV-GANSO, una asociación para estudiar la viabilidad de una emisora de televisión en occitano. También ha crecido el interés en fortalecer las relaciones entre catalanes y occitanos, con la creación de la Fundación Occitano-catalana en 1994.

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