Historia de Barranquilla para niños
La historia de Barranquilla se remonta a 1627, cuando posiblemente se fundó la hacienda San Nicolás, más tarde que otras ciudades colombianas. Inicialmente, su población creció lentamente, conformada por artesanos, navegantes y comerciantes. Durante la colonia, destacó por el contrabando. Desde finales del siglo XVIII, su puerto fluvial ganó importancia, captando comercio de otros puertos. Villa en 1813 y ciudad en 1857, tuvo un notable crecimiento demográfico y económico en el siglo XIX y XX. Sin embargo, enfrentó declive en los años 40 y 50 con el ascenso del puerto de Buenaventura. Desde los 50 hasta los 80, atravesó inestabilidad política, crisis financiera y deficiencias en servicios públicos. En el siglo XXI, inició una renovación urbanística, política y económica.
Contenido
- Orígenes
- Siglo XVIII: Asentamientos coloniales
- Primera mitad del siglo XIX: Guerra de independencia y erección como villa
- Segunda mitad del siglo XIX: Crecimiento y auge portuario
- Primera mitad del siglo XX: Nuevo orden político y desarrollo urbanístico
- Segunda mitad del siglo XX: Estancamiento posguerra
- Principios del siglo XXI: Actualidad
- Véase también
Orígenes
La historia de Barranquilla es tema de debate. En 1940, Ramón Vinyes la describió como "inexistente", siendo respaldado por otras figuras como Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Marvel Moreno. En 1955, Gabriel García Márquez la llamó "una ciudad sin historia". Los registros escritos sobre su pasado son escasos hasta 1987, cuando se publicaron textos que comenzaron a desvelarla. Los primeros asentamientos se remontan al período paleoindio, aunque los primeros intentos de comunidad datan del período preclásico. No obstante, Barranquilla no fue fundada durante la colonia española, sino que surgió más tarde, posiblemente alrededor de 1629 por ganaderos de Galapa. Sin embargo, algunos historiadores proponen que su establecimiento fue posterior, entre 1627 y 1637, por Nicolás de Barros, encomendero de Galapa.
Siglo XVIII: Asentamientos coloniales
A principios del siglo XVIII, Barranquilla albergaba a poco más de 1000 habitantes de diversas etnias. La construcción de la Iglesia de la Cruz Vieja y su plaza en 1701 marcó el inicio del urbanismo bajo la corona española. En 1747, la Iglesia de San Nicolás de Tolentino se consagró como parroquia. El censo de 1777 registró 2633 habitantes y 384 viviendas. Durante la colonia, el contrabando fue el principal motor económico, atrayendo a diversos grupos sociales. Barranquilla emergió como puerto fluvial relevante a finales del siglo XVIII, gracias a las reformas borbónicas que incentivaron el comercio de productos como el marfil vegetal y el algodón.
Primera mitad del siglo XIX: Guerra de independencia y erección como villa
El 17 de enero de 1811, el Gobierno del Estado de Cartagena de Indias eximió de exportación al puerto de Sabanilla, estableciendo una colonia con beneficios para sus residentes. En 1813, la Cámara de Representantes del Estado Libre de Cartagena elevó a Barranquilla a villa por su patriotismo y posición estratégica. Con la independencia amenazada, las fuerzas españolas tomaron la ciudad en 1815, incendiándola. La recuperación llegó en 1820 con la acción patriota liderada por Luis Brión. El auge urbano y fluvial comenzó con la apertura del río Magdalena para la navegación en 1825, transformando a Barranquilla en un centro comercial clave.
En 1824, se adquirió un terreno cerca del pantano para crear una plaza pública destinada a un mercado de productos regionales. Una casa cercana se convirtió en prisión. En 1831, dos rebeliones estallaron contra la dictadura del general Rafael Urdaneta. La ley de 1833 confirmó a Sabanilla como puerto de exportación, sin autorizar la importación. La ley de 1842 permitió la importación y ordenó construir el Castillo de Salgar como aduana. Una epidemia de cólera afectó la ciudad en 1849, dando lugar a la fundación de la Sociedad de Socorro de Barranquilla y la construcción de la iglesia de San Roque en 1853.
Segunda mitad del siglo XIX: Crecimiento y auge portuario
En 1851, la región Caribe representaba solo el 13% de la población total de la Nueva Granada, comparado con el 22% en 1778. Barranquilla, sin embargo, no se vio afectada por este declive demográfico gracias a la influencia de su puerto fluvial y marítimo y la acción de las élites locales. En 1852, se decretó la abolición de la esclavitud en Colombia, celebrado con actos públicos en la ciudad. En 1853, Barranquilla se convirtió en capital de la provincia de Sabanilla. La construcción del ferrocarril entre Sabanilla y Barranquilla, iniciada en 1869, impulsó su desarrollo como el principal puerto de Colombia.
En 1885, una revuelta contra el gobierno de Rafael Núñez estalló en el Estado Soberano de Santander, desencadenando una guerra civil. El general liberal Ricardo Gaitán Obeso lideró la captura estratégica de Barranquilla, sin oposición real. Este evento permitió el control del puerto y preparó la invasión de Cartagena de Indias. Sin embargo, la guerra civil terminó el 11 de junio de 1885 con la paz entre el gobierno y los liberales radicales. Barranquilla floreció como ciudad cosmopolita en 1886 con el desarrollo de la navegación a vapor en el río Magdalena y la creación del tranvía en 1890, marcando un período de dinamismo industrial y cultural.
A pesar de los desafíos de transporte entre Sabanilla y Barranquilla, la construcción de un ferrocarril resolvió el problema. Sin embargo, los problemas persistentes del puerto costero llevaron a la construcción de un nuevo puerto en Cupino. Inaugurado el 15 de junio de 1896, el muelle de Puerto Colombia se convirtió en una estructura impresionante, siendo el tercer muelle más grande en su momento. En el ámbito financiero, los primeros bancos en Barranquilla surgieron para diversificar las actividades económicas. A pesar de algunos contratiempos, Barranquilla prosperó como una ciudad cosmopolita, atrayendo representantes consulares de dieciséis países y disfrutando de actividades recreativas y culturales, como conciertos y bailes de carnaval en el teatro municipal Emiliano.
Primera mitad del siglo XX: Nuevo orden político y desarrollo urbanístico
Durante el período de 1897 a 1905, Barranquilla experimentó un crecimiento poblacional del 90%, alcanzando los 40,115 habitantes, impulsado en parte por las migraciones durante la Guerra de los Mil Días. Estas migraciones, destinadas a convertir a Barranquilla en una ciudad cosmopolita, también dieron origen al movimiento sindical más robusto de Colombia, proporcionando líderes y estrategias al movimiento laboral nacional. En 1905, con la creación del departamento del Atlántico, Barranquilla se convirtió en su capital. Sin embargo, la crisis económica mundial llevó a cambios administrativos, y en 1908, el departamento del Atlántico fue reemplazado por el departamento de Barranquilla.
En junio de 1909, tras la renuncia de Rafael Reyes, Jorge Holguín asume interinamente la presidencia, desafiando a Ramón González Valencia, quien reclama el cargo. El 4 de julio, el general Daniel Ortiz lidera un levantamiento en Barranquilla, conocido como "El Barranquillazo", en apoyo a González Valencia, pero el intento de golpe fracasa tras seis días de conflicto. González Valencia, no obstante, completa el mandato presidencial de Reyes hasta agosto de 1910. Posteriormente, Barranquilla se convierte en capital del departamento del Atlántico y en un importante centro de actividad aérea con la llegada de la aviación en 1912. La ciudad experimenta un notable crecimiento poblacional y urbano, consolidándose como un próspero puerto exportador hasta la década de 1940.
En la década de 1920, Barranquilla experimentó un importante auge industrial, con un aumento significativo en la inversión en nuevas empresas comerciales e industriales, que representaron el 41,8% de las inversiones totales. Para fines de la década, la ciudad se convirtió en la tercera más grande en términos industriales en Colombia, destacándose por su desarrollo urbano y servicios públicos. Durante este período, atrajo el 60% del comercio exterior del país y se consolidó como el principal puerto aéreo, marítimo y fluvial. El ímpetu industrial continuó a pesar de la Gran Depresión, con un enfoque en sectores como textiles. Barranquilla también fue pionera en la modernización urbana, con la creación del barrio El Prado y la introducción de servicios públicos. Además, se destacó en el ámbito cultural con la llegada del jazz y el desarrollo de la radio comercial. La ciudad presenció la creación de importantes infraestructuras, como el aeropuerto de Veranillo, y eventos significativos, como la publicación del primer periódico anarquista y la Masacre de las Bananeras en 1928. Finalmente, en 1935, se logró la apertura de la desembocadura del río Magdalena, un hito que impulsó aún más el comercio internacional de la región.
En la década de 1930, la crisis económica atrajo a una gran cantidad de trabajadores a Barranquilla en busca de empleo. La Asociación de Comerciantes (Adeco) lideró esfuerzos para organizar el trabajo para los desempleados. Surgieron numerosos sindicatos, y en 1937 se fundó la Federación Nacional de Transporte, que incluía 40 sindicatos. Según la Contraloría General de la República de Colombia en 1948, el 70% de los trabajadores en Barranquilla estaban sindicalizados, en comparación con el 14% en Bogotá y el 21% en Medellín. Aunque muchos sindicatos perdieron influencia en la década de 1950, la ciudad continuó su crecimiento cosmopolita, atrayendo a un número creciente de extranjeros. En 1932, el Papa Pío XI creó la diócesis de Barranquilla, con Luis Calixto Leyva Charry como su primer obispo.
Entre 1938 y 1951, la población de Barranquilla aumentó de 139,974 a 279,627 habitantes, principalmente por migración interna. Sin embargo, su crecimiento fue más lento que otras ciudades debido a la competencia del puerto de Buenaventura. Durante la Segunda Guerra Mundial, Barranquilla enfrentó repercusiones, especialmente con la presencia alemana y el hundimiento de una goleta colombiana por un submarino alemán. La guerra estancó su economía, pero en 1945, aún contaba con 11,449 trabajadores industriales. El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948 desencadenó el Bogotazo y disturbios en Barranquilla, donde la iglesia de San Nicolás de Tolentino fue incendiada, perdiendo documentos históricos.
Segunda mitad del siglo XX: Estancamiento posguerra
Durante la segunda mitad del siglo XX, Barranquilla enfrentó inestabilidad económica debido a medidas proteccionistas y corrupción política. Tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, la migración hacia la ciudad aumentó por la violencia política, atrayendo comerciantes y buscadores de empleo. Sin embargo, su crecimiento poblacional fue más lento que otras ciudades colombianas. La construcción del Puente Pumarejo en 1974 no pudo frenar su declive. Barranquilla sufrió crisis industriales y comerciales en los años 60, con problemas de infraestructura y corrupción. La crisis financiera en 1995 exacerbó las deficiencias en salud y educación, afectando la calidad de vida de sus habitantes.
A fines del siglo XX, el conflicto armado colombiano generó nuevos flujos migratorios, especialmente desde las zonas rurales a lo largo de la costa Caribe. Desde 1991, la llegada del sacerdote católico Bernardo Hoyos Montoya marcó un cambio político en Barranquilla, priorizando el sur sobre el norte en infraestructura y asistencia. Estudiantes de la Facultad de Educación de la Universidad del Atlántico recuperaron documentos históricos sobre Barranquilla y Atlántico. Barranquilla obtuvo el estatus de "distrito especial, industrial y portuario" en 1993. A pesar de la oposición, Hoyos Montoya logró elegir a su protegido, Edgar George, en 1995, pero su segundo mandato estuvo marcado por corrupción y negligencia.
Principios del siglo XXI: Actualidad
A comienzos del siglo XXI, Barranquilla experimenta mejoras significativas gracias a empresarios comprometidos y nuevas políticas. La administración de Alejandro Char desde 2008 marca un cambio positivo, restaurando la confianza, mejorando la infraestructura y los servicios públicos. La salud y la educación se transforman, con un sistema de salud modelo y la construcción de escuelas. El Carnaval es declarado patrimonio cultural de Colombia y reconocido por la UNESCO. Aunque la seguridad mejora, aún es un desafío. La ciudad aspira a recuperar su estatus como capital estratégica, con proyectos ambiciosos como la integración con el río Magdalena y mejoras en infraestructura y urbanización.
Véase también
- Hitos de Barranquilla