Ebanistería para niños
La ebanistería es un arte especial dentro de la carpintería. Se dedica a crear muebles más elaborados y bonitos. La palabra "ebanistería" viene del "ébano", una madera muy valiosa y oscura que se usaba mucho en la antigüedad.
La ebanistería se diferencia de la carpintería porque sus muebles son más detallados. Usa técnicas especiales como la marquetería (incrustar piezas de madera de colores), la talla (esculpir la madera) y la taracea (incrustar piezas de otros materiales). Aunque no usa un material específico, busca siempre la mejor calidad y diseño en los muebles para casas o negocios.
Para ser un buen ebanista, se necesita mucha práctica en el taller y saber algo de geometría para hacer los diseños. Los ebanistas deben ser creativos para inventar formas nuevas y saber cómo cortar la madera para lograrlas.
La palabra "ebanista" apareció en Francia en el siglo XVII. Allí, el ébéniste (ebanista) era diferente del menuisier (carpintero). Mientras el carpintero trabajaba maderas comunes, el ebanista se dedicaba a muebles con chapas de maderas finas, como el ébano.
Cómo se hace la ebanistería
Los ebanistas usan maderas finas o preciosas, tanto de su región como exóticas. A veces, para ahorrar, hacen muebles con maderas comunes y luego les ponen una capa delgada de madera preciosa. Si el mueble es todo de madera preciosa, se llama macizo. Si tiene una capa, se llama chapeado.
Las maderas locales que se usan deben ser ligeras, fáciles de trabajar, que se puedan pulir bien y que no se deformen con el clima. Algunas de estas son el nogal y el roble.
Las maderas exóticas son muy finas y compactas, se pulen perfectamente y tienen colores vivos y dibujos especiales. Algunos ejemplos son la caoba y el ébano.
Las herramientas del ebanista son parecidas a las del carpintero, pero más delicadas. Esto es porque las maderas finas lo requieren y para no desperdiciar material. También usan cuchillas para alisar, piedra pómez, esmeril y papel de lija.
Un ebanista debe saber cómo poner chapas, barnizar, incrustar y teñir las maderas. También debe conocer las vetas y nudos de la madera para usarlos en el diseño. Además, es útil que sepa algo de torno y de tallista. Las sierras del ebanista tienen dientes finos, y los cepillos son muy precisos para evitar que la madera se astille.
Historia de la ebanistería
La ebanistería comenzó trabajando con madera de ébano, que era muy rara y cara. Por eso, hacer muebles con esta madera se convirtió en un trabajo artesanal de mucha calidad, donde se valoraba la habilidad del ebanista y la belleza de la decoración. A partir del siglo XVII, el ébano se empezó a reemplazar por maderas teñidas. Desde entonces, la ebanistería se refiere a hacer muebles con maderas valiosas, que pueden tener adornos de laca, cerámica, metal o piedras preciosas.
Ebanistería en la Antigüedad
De la Edad Antigua no quedan muchos muebles, solo algunos descubrimientos arqueológicos y dibujos en pinturas o relieves. Los ejemplos más antiguos son de la antigua Mesopotamia, con muebles de ébano y marfil para la realeza. En el antiguo Egipto, se encontraron muebles de cedro con incrustaciones de ébano y marfil en tumbas. En la tumba de Tutankamón había muebles personales de gran calidad.
En la Grecia Antigua, se hacían muebles con ébano, marfil, plata y oro. En la Antigua Roma, destacaba el triclinium, un tipo de cama donde los romanos comían. En la época imperial, los muebles eran muy lujosos, con patas de mármol en forma de animales y adornos de bronce.
Ebanistería en la Edad Media
Durante la Edad Media, los muebles eran más sencillos y austeros. En los monasterios, nació el escritorio. También eran comunes los arcones, que servían para guardar cosas y como asiento. Las camas eran más altas y a menudo tenían baldaquinos con cortinas. En el gótico, la decoración se inspiró en la arquitectura de las catedrales, con arcos y rosetones.
El Renacimiento y el esplendor de la ebanistería
La ebanistería tuvo un gran momento en el Renacimiento, especialmente en Florencia. Los trabajos eran tan buenos que se consideraban "fuera de norma" para los carpinteros comunes. Eran muebles de lujo para gente rica. En el siglo XVI, se usaban materiales preciosos como el marfil y la madreperla, y pinturas con escudos o historias. En esta época, se empezó a usar bocetos para diseñar los muebles, mostrando que era un trabajo artístico e intelectual.
El Barroco y el mueble chapeado
En el siglo XVII, apareció el mueble chapeado: una estructura de madera blanda cubierta con láminas finas de maderas preciosas. A finales de siglo, en los Países Bajos, se desarrolló la marquetería, que usa finas láminas de madera para crear diseños decorativos. Los muebles barrocos tenían superficies onduladas y muchos adornos. En España, surgió el bargueño, un cofre rectangular con muchos cajones.
La edad de oro en Francia
La época de mayor esplendor de la ebanistería fue en la Francia de los Luises (desde Luis XIV hasta Luis XVI). Se alcanzó una gran calidad y elegancia, gracias a artistas como André-Charles Boulle, que creó una técnica para aplicar cobre y estaño sobre materiales como el carey o el marfil. Los muebles franceses de esta época eran lujosos y cómodos.
El siglo XVIII y los nuevos estilos
En el siglo XVIII, se añadieron adornos de bronce dorado a la marquetería. En Francia, el estilo Luis XV fue una transición entre el barroco y el rococó, con muebles más pequeños, líneas suaves y adornos de conchas. En esta época, los ebanistas franceses empezaron a firmar sus muebles, como una garantía de calidad. En el Reino Unido, surgieron los primeros catálogos de muebles, mostrando que la ebanistería era un producto de lujo.
Destacó Thomas Chippendale, que creó el "estilo Chippendale", que mezclaba elementos góticos, rococó y chinos. Usaba maderas exóticas como la caoba con incrustaciones.
El siglo XIX y la funcionalidad
Desde finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, se empezó a valorar más la función de los muebles. Se crearon muebles transformables, como las mesas "Arlequín". El neoclasicismo trajo de vuelta las formas clásicas, inspiradas en Grecia y Roma. En Francia, el estilo Directorio (1795-1805) volvió a muebles más sencillos, con líneas rectas y superficies lisas.
El estilo Imperio se desarrolló en la Francia de Napoleón, con un estilo lujoso y temas exóticos, especialmente egipcios. Los muebles tenían adornos de animales exóticos, esfinges y símbolos egipcios o romanos.
En contraste, el estilo Biedermeier alemán era más práctico y cómodo, con líneas sencillas y hogareñas. Usaba maderas claras y adornos sobrios.
A mediados del siglo XIX, el movimiento Arts & Crafts en Reino Unido, promovido por John Ruskin y William Morris, defendió el valor del trabajo artesanal. Buscaban que el arte fuera útil y bello. En Estados Unidos, Gustav Stickley diseñó muebles sencillos y funcionales que se empezaron a producir en serie.
A finales del siglo XIX, el modernismo (también llamado Art Nouveau) revolucionó la ebanistería. Los arquitectos modernistas diseñaban el espacio y todos sus elementos, incluyendo los muebles. Un gran ejemplo fue Antoni Gaudí, quien diseñó muchos muebles para sus obras, como la Sagrada Familia. Gaudí estudió la anatomía humana para hacer sus muebles lo más cómodos posible.
La difusión del modernismo fue rápida gracias al aumento de los medios de comunicación y las exposiciones universales. Esto hizo que más gente pudiera comprar arte y artesanía, y que las modas se extendieran más rápido.
El siglo XX y la evolución del diseño
Durante el siglo XX, la ebanistería evolucionó rápidamente con nuevos materiales y tecnologías. El art déco fue un estilo innovador, con muebles de formas cuadradas y geométricas, y materiales lujosos.
Otro gran avance fue la escuela de la Bauhaus, que buscaba un diseño más práctico y funcional, adaptado a las necesidades de la gente. Querían unir el arte y la artesanía, apostando por la producción industrial. Sus diseños eran simples, con formas geométricas y colores primarios, usando materiales como el acero tubular. El grupo holandés De Stijl también desarrolló un estilo basado en la simplicidad, las formas geométricas y los colores primarios, como la famosa silla roja y azul de Gerrit Thomas Rietveld.