robot de la enciclopedia para niños

Purgatorio para niños

Enciclopedia para niños

El purgatorio es una idea religiosa importante en la teología católica y la copta. Según estas creencias, el purgatorio no es un lugar físico, sino un estado temporal del alma. Es un proceso de purificación y de reparación por los errores cometidos. Aquí, después de la muerte, las personas que han vivido en amistad con Dios, pero que aún tienen algunas faltas o "manchas" en su alma, sufren un proceso para limpiarse. El objetivo es que puedan estar completamente puras y listas para ver a Dios en el Cielo.

Se cree que todas las almas que llegan al purgatorio finalmente irán al Cielo. Por eso, el purgatorio no es como el Infierno, que es un lugar de castigo eterno. Se dice que las oraciones por los difuntos, la celebración de la eucaristía (también conocida como Misa) y las indulgencias (que son formas de reducir las consecuencias de los errores) pueden ayudar a que las almas en este estado pasen menos tiempo allí.

La Iglesia católica enseña que las dificultades que se experimentan en el purgatorio son similares a las del Infierno, pero no duran para siempre. Estas dificultades sirven para purificar el alma, porque la persona no eligió el mal de forma definitiva. Por lo tanto, el purgatorio es la última etapa de purificación para aquellos que están destinados a la santidad.

¿Qué dice la Biblia sobre el Purgatorio?

Archivo:Cristobal Rojas 46a
Representación artística en el cuadro titulado El Purgatorio del pintor venezolano Cristóbal Rojas.

Las Iglesias copta y católica creen que las almas que se salvan, pero que no están completamente purificadas, pasan por un proceso de limpieza. Este proceso no ocurre ni en el Cielo ni en el lugar de los muertos llamado sheol o hades en la Biblia. La Iglesia católica recuerda las palabras de Jesucristo en Lucas 12:58-59, donde se habla de pagar una deuda antes de salir de la cárcel. Se interpreta que, si del Infierno no se puede salir, debe haber un lugar donde se pueda saldar esa deuda.

Además, el libro del Apocalipsis (Ap. 21, 27) dice que "Nada manchado entrará" en la "Jerusalén Celestial". Esto sugiere que, para entrar al Cielo, el alma debe estar completamente limpia. En Mateo 18:21-35, Jesús cuenta una parábola sobre el perdón y una deuda que se puede pagar. Como en el Cielo no hay "cobro de deudas", el catolicismo piensa que debe existir un estado intermedio donde las almas salvas puedan purificar lo que les falta.

También hay otro pasaje en Mateo 12:32 donde Jesús menciona que algunas faltas no se perdonarán "ni en este siglo, ni en el venidero". Esto se interpreta como una señal de que algunas faltas pueden ser perdonadas o purificadas en la vida después de la muerte.

En 1 Corintios 3:13-15, San Pablo habla de cómo el trabajo de cada persona será probado por fuego. Si el trabajo se quema, la persona "será castigada, aunque se salvará como quien escapa del fuego". Esto se ve como una descripción de un proceso de purificación.

Muchos santos han contado experiencias de encuentros con almas del purgatorio, lo que se cree que Dios permite para que se ore más intensamente por ellas. Se dice que en el purgatorio hay diferentes "niveles" de purificación, algunos más cercanos al Infierno y otros más cercanos al Cielo.

El Purgatorio en el Antiguo Testamento

Las Iglesias copta y católica encuentran en el Antiguo Testamento algunos pasajes que, según su interpretación, se relacionan con la purificación después de la muerte en un purgatorio.

  • Daniel 12:10: "Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados..."
  • Zacarías 13:9: "A este tercio lo meteré en el fuego, lo fundiré como se funde la plata, lo probaré como se prueba el oro."
  • 2 Macabeos 12:45-46: "Mandó pues ofrecer ese sacrificio de expiación por los muertos para que quedaran libres de sus pecados."

Desde la perspectiva católica y copta, estos pasajes sugieren que en un "estado de purificación" las almas pueden ser limpiadas de las consecuencias temporales de ciertos errores, incluso si ya han sido perdonados. Este estado no puede ser el Infierno, porque de allí no se sale, ni el Cielo, porque nada impuro puede entrar. Por lo tanto, debe ser un estado temporal. Lo que se purifica en el purgatorio son las consecuencias de los errores que aún quedan después de haber sido perdonados.

La visión copta

La Iglesia copta, además de los pasajes anteriores, se basa en los capítulos 6 a 36 del libro de Enoc, que describen el purgatorio con detalle. Sin embargo, la Iglesia católica no usa estos capítulos en su explicación porque el libro de Enoc no forma parte de su canon bíblico. Para los coptos, sí es parte de su Biblia y es citado por el apóstol san Judas Tadeo en el Nuevo Testamento.

La visión protestante

La mayoría de las iglesias protestantes no creen en el purgatorio. Tampoco aceptan los libros donde se menciona la oración por los muertos para que se liberen de sus errores.

El Purgatorio en el Nuevo Testamento

La visión copta y católica

Un pasaje clave es cuando San Pablo habla sobre el día del juicio y lo que sucederá con las personas que tuvieron fe y sirvieron a Dios, pero cuyas acciones no fueron perfectas. Él lo explica en 1 Corintios 3:13-15: "Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. Si lo que has construido resiste el fuego, será premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Él se salvará pero no sin pasar por el fuego."

Esto significa que si las acciones de una persona son buenas, se salvará directamente. Pero si sus acciones no son perfectas, esa persona tendrá que pasar por un proceso de purificación, como "pasar por el fuego", para salvarse.

La existencia del purgatorio se ve como una consecuencia lógica de la santidad de Dios. Si Dios es completamente santo, quienes estén con Él también deben serlo. Por eso, si una persona fiel a Dios muere sin estar en un estado de gracia plena, no puede entrar al Cielo directamente, porque la Biblia dice que "No entrará nada manchado (impuro)" en la ciudad celestial (Apocalipsis 21:27). Entonces, si un cristiano no puede entrar al Cielo por tener alguna imperfección, ni tampoco sufrir un castigo eterno, se entiende que tendrá que "pagar" o purificarse.

Otro pasaje en Mateo 5:25-26 compara una "cárcel" con un estado temporal de dificultad para quien tiene una deuda: "Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel, Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo." Esta "prisión" no se considera el Infierno, porque de allí no se sale. Se ve como otro estado donde se pagan completamente las consecuencias de errores menores.

La Iglesia católica nunca ha enseñado que en el Purgatorio se perdonen errores muy graves, sino solo los menores que no impiden que la persona esté en estado de gracia. Principalmente, se enseña que en el Purgatorio se purifican las "reliquias" o consecuencias de los errores.

Otra cita del Nuevo Testamento que católicos y coptos usan para explicar el purgatorio es Mateo 12:31-32: "A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el otro." Según san Gregorio Magno y otros pensadores, esto sugiere que algunas faltas pueden ser perdonadas en la vida futura.

La Iglesia primitiva

La idea del purgatorio como un estado temporal de purificación fue creída por los primeros cristianos desde el principio.

  • Año 211. Tertuliano: "Nosotros ofrecemos sacrificios por los muertos..."
  • Año 307. Lactancio: "El justo cuyos pecados permanecieron será atraído por el fuego (purificación)..."
  • Año 386. Juan Crisóstomo: "No debemos dudar que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo...".
  • Año 580. Gregorio Magno: "Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador...".

La visión protestante

Martín Lutero, quien inició el protestantismo, creía que no era útil orar por los muertos.

La visión ortodoxa

La Iglesia ortodoxa cree que es necesario y bueno rezar por las almas de los difuntos. Piensan que, a menos que hayan sido santos y ya estén en el Cielo, o que ya estén en el Infierno, las almas de quienes murieron en amistad con Dios pero aún necesitan purificación, no pueden entrar al Cielo por sí mismas. Necesitan las oraciones de los fieles ortodoxos para subir al Cielo. Estas almas ya están salvas, pero sufren porque pueden ver la felicidad del Cielo pero no pueden entrar. La Iglesia ortodoxa no cree en un fuego purificador como el católico, por lo que el único método para que los difuntos asciendan al Cielo son las oraciones de la Iglesia ortodoxa pidiendo a Dios por su purificación y entrada al Paraíso.

El Purgatorio en la enseñanza de la Iglesia católica

Archivo:Concepcion Santa Cruz 09
Majestuoso retablo de Ánimas situado en la Iglesia Matriz de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife (España).

La enseñanza sobre el purgatorio ha sido constante en el Magisterio de la Iglesia (la autoridad de enseñanza de la Iglesia). Además de la Biblia, la Iglesia se basa en la tradición apostólica (las enseñanzas transmitidas desde los apóstoles). El Catecismo cita a san Gregorio Magno y a san Juan Crisóstomo, y hay muchas referencias al purgatorio en los escritos de los Padres de la Iglesia (antiguos líderes cristianos).

El Catecismo de la Iglesia Católica describe el purgatorio o purificación final así:

Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación después de su muerte a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1054.

La Iglesia ha explicado la doctrina del purgatorio en Concilios como el de Florencia y Lyon. El Concilio de Trento lo formuló de manera más extensa, pidiendo que esta enseñanza se predique y se crea. También se ha mencionado el purgatorio en el Vaticano II (1962-1965).

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica resume esta enseñanza:

El Purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza. En virtud de la comunión de los santos, los fieles que peregrinan aún en la tierra pueden ayudar a las almas del Purgatorio ofreciendo por ellas oraciones de sufragio, en particular el sacrificio de la Eucaristía, pero también limosnas, indulgencias y obras de penitencia.
Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, 210-211

La Iglesia católica explica que el purgatorio no es un lugar, sino una condición. Quienes están en este estado de purificación después de la muerte ya están en el amor de Cristo, que los libera de las imperfecciones.

Las dificultades del Purgatorio

Según la doctrina católica, hay una diferencia importante entre el Infierno y el Purgatorio. El purgatorio no es un Infierno temporal. En el Infierno hay un castigo por haber rechazado a Dios, lo cual no ocurre con las almas del Purgatorio. Sin embargo, se pueden distinguir dos tipos de dificultades:

  • Retraso de la Gloria: Esto significa que el alma no puede ver a Dios de inmediato y debe esperar mientras se purifica. Esta espera no puede durar más allá del Juicio Final.
  • Sufrimiento purificador: Muchos antiguos pensadores cristianos hablaban de un fuego real, similar al del Infierno, pero no eterno, que purifica. No se cree que seres malignos estén involucrados en la administración de estas dificultades.

Ayudas para las almas del Purgatorio

Son las acciones que los fieles ofrecen para ayudar a las almas en el Purgatorio. Las principales son:

  • Ofrecer la Misa: Se puede pedir a un sacerdote que celebre una Misa por un difunto, o simplemente ofrecerla mentalmente.
  • Ofrecer la Comunión: Católicos, ortodoxos, coptos y luteranos creen que en la comunión está realmente Cristo. Al comulgar, pueden ofrecer este acto para ayudar a las almas que necesitan purificación.
  • Misas gregorianas: Son una serie de Misas que se ofrecen por un difunto durante treinta días seguidos.
  • Indulgencia: Es la remisión ante Dios de las consecuencias temporales de los errores, que ya han sido perdonados en cuanto a la culpa. Las indulgencias pueden ser parciales o completas, y se pueden aplicar a uno mismo o a los difuntos.

Otras ayudas incluyen ofrecer las dificultades y alegrías de la vida, perdonar a quienes nos ofenden, rezar diversas oraciones, dar limosnas y hacer otras obras de caridad.

El voto de ánimas

También llamado acto heroico de caridad, es una donación completa de los beneficios obtenidos por las buenas acciones, a favor de las almas del Purgatorio. Según san Agustín, las buenas acciones hechas en estado de gracia santificante tienen varios efectos. Uno de ellos es el "satisfactorio", que ayuda a pagar las consecuencias de los errores. Este efecto es el que se puede ceder a las almas del Purgatorio, ofreciendo a Dios una compensación por las consecuencias temporales que aún deben. No es un voto estricto, sino una entrega voluntaria que se puede cambiar.

El Purgatorio en los Padres de la Iglesia

Santa Perpetua (181 – 203 d. C.) tuvo visiones de su hermano sufriendo y, después de orar por él, lo vio en paz. Los Hechos de Pablo y Tecla (siglo II) mencionan una oración para que una cristiana fallecida fuera llevada al lugar de los justos. Abercio de Hierápolis (finales del siglo II) pidió en su epitafio que oraran por él.

Clemente de Alejandría (150 – 217 d. C.) habló de una purificación por "fuego" después de la muerte para las almas que no alcanzaron la santidad completa. Tertuliano (160 - 220 d. C.) mencionó que se ofrecían sacrificios por los difuntos. Orígenes (185 - 254 d. C.) dijo que si alguien muere con faltas menores, es sometido a un fuego que quema lo que no sirve, preparando el alma para el Reino de Dios.

Cipriano de Cartago (200 – 258 d. C.) escribió sobre la purificación por un largo sufrimiento y ofreció sacrificios por los difuntos. Lactancio (250 – 317 d. C.) mencionó que los justos serían probados con fuego. Cirilo de Jerusalén (315 – 386 d. C.) anotó que se recordaba a los difuntos en la oración para que Dios acogiera sus súplicas.

Gregorio de Nisa (331 – 394 d. C.) dijo que el alma no puede acercarse a Dios hasta que no haya purgado con fuego las manchas. San Ambrosio (395 d. C.) oró por el alma del emperador Teodosio, pidiendo que fuera admitido en el monte santo del Señor. Juan Crisóstomo (347 - 407 d. C.) afirmó que la oración por los difuntos era una práctica establecida por los Apóstoles. San Agustín (354 - 430 d. C.) escribió sobre la necesidad de un "fuego corrector" para quienes necesitan purificación.

Santos que apoyaron la devoción a las almas del Purgatorio

Archivo:Nicolás de Tolentino
San Nicolás de Tolentino es considerado protector de las ánimas del Purgatorio según la Iglesia católica.

Muchos santos han defendido, venerado o tenido visiones de las almas del Purgatorio, según la tradición católica. Algunos de ellos son:

La Iglesia copta y el Purgatorio

La Iglesia copta acepta la existencia del purgatorio, aunque usa una palabra diferente. Su principal base bíblica para esto está en el Libro de Enoc, en los capítulos 6 al 36. Estos textos, escritos antes del 160 a. C., describen el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. En la Iglesia copta, es tradicional ofrecer oraciones a Dios para que muestre su misericordia a las almas de los difuntos que están en el purgatorio y puedan entrar al Cielo.

La Iglesia ortodoxa y el Purgatorio

La Iglesia ortodoxa comparte con la católica la creencia en un estado intermedio después de la muerte para los justos antes de llegar al Cielo. También creen que las oraciones por los difuntos son efectivas para quienes están en ese estado. Sin embargo, no equiparan su concepto de estado intermedio con el purgatorio católico. Ellos no creen que sea un tercer lugar aparte del Cielo y el Infierno, ni que en ese estado intermedio los fieles sean afectados por un fuego literal.

Durante el Concilio de Florencia, la delegación ortodoxa debatió con los católicos sobre el purgatorio. Los ortodoxos rechazaron la idea de un fuego purificador, sosteniendo que los fieles que mueren con pequeños errores no confesados son limpiados de estos errores por su propio temor en el juicio después de la muerte, o después del juicio, por las oraciones y liturgias de la Iglesia y las buenas acciones de los fieles. La Iglesia Ortodoxa no tiene una enseñanza fija sobre la naturaleza exacta de este estado intermedio, y hay diferentes opiniones entre ellos.

El Purgatorio en otras culturas

El Islam

En el islam existen conceptos que tienen algunas similitudes superficiales con el purgatorio, como el Barzaj. Este es un lugar o período donde el alma espera el Juicio Final. La idea de que las almas que van al infierno pueden sufrir allí una purificación y luego alcanzar el cielo, hace que algunos piensen que el Infierno musulmán se parece más al purgatorio católico que al infierno cristiano. También existe el Araf, una barrera donde esperan quienes han escapado del Infierno pero aún no han sido autorizados a entrar al Cielo. Allí también se encuentran las almas de los inocentes, como los niños o las personas con problemas mentales que no pueden distinguir el bien del mal.

El Zoroastrismo

Otro concepto similar es el Hamistagan o Hamestagan del zoroastrismo. Aquí, las almas de quienes tienen un equilibrio entre sus buenas y malas acciones, tienen la oportunidad de ganar un lugar en el Cielo.

El Purgatorio en el arte y la cultura

Existen muchas representaciones artísticas del purgatorio, como en edificios, vidrieras, esculturas, retablos, cuadros y objetos de orfebrería.

Dante Alighieri menciona el purgatorio en su famosa obra, la Divina comedia. Es una de las tres partes de su obra, y él lo imagina como una montaña dividida en siete niveles, donde las almas purifican un error diferente. En la cima se encuentra el Paraíso Terrenal.

Pedro Calderón de la Barca escribió una obra de teatro llamada El Purgatorio de San Patricio, basada en leyendas populares sobre el santo y referencias al purgatorio.

La novela La ciudad del gran rey de Oscar Esquivias se desarrolla en el Purgatorio.

En la actualidad, en la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio (Roma) se conservan algunos objetos y testimonios relacionados con las almas del purgatorio.

Uno de los estudios históricos más importantes sobre la religión en el siglo XIII es la obra El nacimiento del Purgatorio de Jacques Le Goff. Este libro explora cómo surgió históricamente la idea de un lugar intermedio para las almas que no eran lo suficientemente buenas para ir directo al Cielo, ni tan malas como para ser condenadas eternamente.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Purgatory Facts for Kids

kids search engine
Purgatorio para Niños. Enciclopedia Kiddle.