Sebastián Lerdo de Tejada para niños
Datos para niños Sebastián Lerdo de Tejada |
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![]() Retrato hecho por Francisco de Paula Mendoza, óleo sobre tela, Museo Nacional de Historia.
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![]() Presidente de los Estados Unidos Mexicanos |
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19 de julio de 1872-20 de noviembre de 1876 | ||
Predecesor | Benito Juárez | |
Sucesor | José María Iglesias | |
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![]() Secretario de Relaciones Exteriores |
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5 de junio de 1857-16 de septiembre de 1857 | ||
Presidente | Ignacio Comonfort | |
Predecesor | Juan Antonio de la Fuente | |
Sucesor | Lucas de Palacio y Magarola | |
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12 de septiembre de 1863-12 de junio de 1868 | ||
Presidente | Benito Juárez | |
Predecesor | Manuel Doblado | |
Sucesor | Manuel Azpíroz | |
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![]() Ministro de Justicia e Instrucción Pública |
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2 de septiembre de 1863-11 de septiembre de 1863 | ||
Presidente | Benito Juárez | |
Predecesor | Jesús Terán Peredo | |
Sucesor | José María Iglesias | |
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![]() Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación |
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1868-18 de julio de 1872 | ||
Predecesor | Pedro Ogazón | |
Sucesor | José María Iglesias | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 24 de abril de 1823 Xalapa, Veracruz, México |
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Fallecimiento | 21 de abril de 1889 Nueva York, Estados Unidos |
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Causa de muerte | Bronquitis | |
Nacionalidad | Mexicana | |
Religión | Catolicismo (abandonado), Laicismo | |
Familia | ||
Cónyuge | Caridad Hernández del Río | |
Hijos | Ninguno | |
Educación | ||
Educado en | Seminario Palafoxiano, Antiguo Colegio de San Ildefonso | |
Información profesional | ||
Ocupación | Abogado, Jurista, Docente | |
Partido político | Liberal | |
Miembro de | Academia Mexicana de la Lengua | |
Sebastián Lerdo de Tejada y Corral (nacido en Xalapa, Veracruz, el 24 de abril de 1823 – fallecido en Nueva York, Estados Unidos, el 21 de abril de 1889) fue un importante jurista, legislador y político liberal mexicano. Jugó un papel clave en la creación de un Estado laico en México, lo que significa que el gobierno y las instituciones religiosas están separados.
Lerdo de Tejada se convirtió en presidente de la República después de la muerte de Benito Juárez en 1872. Su gobierno, conocido como parte de la República Restaurada, continuó separando al Estado de la Iglesia. También impulsó la instrucción pública (educación) para todos, sin influencia religiosa. Además, promovió grandes proyectos de infraestructura, como la primera línea de tren que conectó la Ciudad de México con Veracruz. También hizo cambios importantes en el sistema político, como volver a establecer el Senado de la República. Su mandato terminó cuando fue derrocado por un movimiento liderado por Porfirio Díaz en 1876. Esto marcó el fin de la República Restaurada y el inicio de un nuevo periodo conocido como el Porfiriato.
Contenido
Biografía
Primeros años y educación
Sebastián Lerdo de Tejada nació en Xalapa, Veracruz, el 24 de abril de 1823. Su familia era de clase media y tuvo dificultades económicas. Su padre, Camilo Lerdo de Tejada, era de España y su madre, Petra Corral y Soto, era de México. Sebastián quedó huérfano de padre a los seis años, lo que fue un momento difícil en su vida.
Desde joven, Sebastián mostró ser muy inteligente. Esto le permitió estudiar en el Seminario Palafoxiano de Puebla, una escuela religiosa importante en esa época. Allí estudió humanidades, filosofía y teología.
Sin embargo, alrededor de 1845, Lerdo decidió dejar la carrera religiosa. Se interesó más por las ideas liberales y por el derecho. Esta decisión mostró su carácter independiente. Luego se mudó a la Ciudad de México para estudiar Jurisprudencia (leyes) en el Colegio de San Ildefonso. Fue un estudiante brillante y le gustaba mucho el derecho constitucional y las ideas políticas liberales.
Carrera en la enseñanza y la justicia
Después de terminar sus estudios de derecho, Lerdo de Tejada se dedicó a enseñar. Fue profesor en el Colegio de San Ildefonso entre 1849 y 1857. Enseñaba derecho civil, derecho canónico y derecho constitucional. Era un profesor muy respetado.
También fue rector (director) del Colegio de San Ildefonso entre 1852 y 1853. Durante este tiempo, hizo cambios para modernizar la enseñanza de las leyes. Se hizo amigo de importantes líderes liberales como Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez y Benito Juárez.
Además de enseñar, Lerdo trabajó en el sistema judicial. Fue nombrado magistrado (juez) del Supremo Tribunal de Justicia. Allí se destacó por su compromiso con la justicia. En 1867, después de que la República ganara contra el Segundo Imperio Mexicano, Lerdo fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Este era el puesto judicial más alto del país. Este cargo era muy importante porque, según la Constitución de 1857, el presidente de la Suprema Corte era el siguiente en la línea para ser presidente de la República si algo le pasaba al presidente en turno.
Participación en conflictos nacionales
La Guerra de Reforma
La Guerra de Reforma (1858-1861) fue un conflicto importante en la vida política de Lerdo de Tejada. Aunque al principio se dedicaba a la enseñanza y la justicia, la guerra entre liberales y conservadores lo llevó a tomar una posición. Lerdo apoyó firmemente a los liberales, influenciado por sus ideas y su amistad con Benito Juárez.
Durante la guerra, Lerdo fue parte del grupo cercano a Juárez. Su conocimiento de las leyes fue muy útil para el gobierno liberal. Ayudó a redactar leyes y decretos que apoyaron los cambios liberales, especialmente los relacionados con la separación de la Iglesia-Estado.
La Intervención Francesa y el Segundo Imperio
Durante la Intervención francesa en México (1862-1867) y el gobierno del Segundo Imperio Mexicano bajo Maximiliano de Habsburgo, Lerdo de Tejada fue una de las figuras más importantes del gobierno de Benito Juárez. Juárez y su gobierno tuvieron que moverse por el país para evitar ser capturados. Lerdo fue leal y muy eficiente, lo que lo hizo indispensable para la República en esos años difíciles.
Lerdo fue Ministro de Gobernación, Ministro de Justicia e Instrucción Pública y Secretario de Relaciones Exteriores. A menudo, ocupaba varios cargos al mismo tiempo. Su capacidad para mantener el gobierno funcionando en condiciones tan difíciles fue clave para que la República sobreviviera.
Presidencia de la República (1872-1876)
¿Cómo llegó al poder?
Cuando Benito Juárez falleció el 18 de julio de 1872, México se encontró en una situación política delicada. Como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Sebastián Lerdo de Tejada era el sucesor directo según la Constitución de 1857. El 19 de julio de 1872, Lerdo asumió la presidencia de forma temporal.
Hubo algunas tensiones sobre quién debía ser el siguiente presidente. Sin embargo, Lerdo logró asegurar su posición. Convocó a elecciones presidenciales para octubre de 1872, y ganó con una buena mayoría. El 1 de diciembre de 1872, Lerdo tomó posesión como presidente oficial. En su discurso, dijo que seguiría las políticas de Juárez, pero también que quería hacer más reformas liberales y mejorar la infraestructura del país.
Cambios importantes en México
Separación del Estado y la Iglesia
Una de las cosas más importantes que hizo Lerdo de Tejada fue impulsar la separación del Estado mexicano de las instituciones religiosas. Él creía que esta separación era fundamental para modernizar el país.
La medida más importante fue la Ley del 25 de septiembre de 1873. Con esta ley, las Leyes de Reforma (que ya existían) se hicieron parte de la Constitución. Esto significó que la separación entre la Iglesia y el Estado se hizo permanente. La ley estableció que los bienes de la Iglesia pasaban a ser del Estado, que había libertad de cultos (cada quien podía practicar la religión que quisiera), que el matrimonio civil era el único válido ante la ley, y que las organizaciones religiosas no podían comprar propiedades.
En 1873, Lerdo ordenó que los jesuitas salieran del país. Dijo que su presencia podía afectar la soberanía nacional. Más tarde, en 1874-1875, también pidió la salida de las Hermanas de la Caridad, una organización francesa que ayudaba a la gente.
La educación también fue muy importante para Lerdo. En 1874, creó la Ley de Instrucción Pública. Esta ley prohibía la enseñanza religiosa en todas las escuelas del gobierno. También estableció que la educación primaria sería gratuita, sin religión y obligatoria. Esta ley fue un gran cambio, ya que por primera vez la educación en México sería completamente independiente de la religión. También se creó la Escuela Nacional Preparatoria para la educación secundaria.
Además, Lerdo hizo que el Registro Civil (donde se registran nacimientos, matrimonios y defunciones) pasara completamente del clero al Estado. También estableció que las fiestas nacionales fueran celebraciones cívicas, sin carácter religioso.
Mejoras en la infraestructura
Durante la presidencia de Lerdo de Tejada, México comenzó a desarrollar su red de trenes. La obra más importante de su gobierno fue la finalización del Ferrocarril Mexicano.
El Ferrocarril Mexicano se inauguró el 1 de enero de 1873. Por primera vez, conectó las ciudades de México y Veracruz por tren. Esto fue una revolución en las comunicaciones, reduciendo el viaje de días a menos de 12 horas. Ayudó mucho al comercio y a la economía del país.
Aunque Lerdo no confiaba mucho en la expansión de Estados Unidos, vio la necesidad de más trenes. En 1875, permitió la construcción de la línea México-Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez). Esto conectaría la capital con la frontera norte.
También se expandió la red telegráfica nacional. Se instalaron líneas de telégrafo que conectaron las principales ciudades. Esto permitió que el gobierno se comunicara más rápido con las autoridades de los estados y municipios.
Otras obras importantes incluyeron la mejora de los puertos de Veracruz y Tampico, la construcción de carreteras y la instalación de alumbrado público en las ciudades. Lerdo también impulsó el primer censo nacional moderno.
En cuanto a las finanzas del gobierno, Lerdo mejoró la forma de recaudar impuestos y combatió el contrabando.
Cambios políticos y fortalecimiento de las instituciones
Una de las reformas más importantes de Lerdo fue el restablecimiento del Senado de la República. La Constitución de 1857 lo había eliminado. Pero con una reforma en 1874, Lerdo logró restaurar esta segunda cámara del Congreso de la Unión. Él creía que un sistema con dos cámaras (Senado y Cámara de Diputados) daría más estabilidad y permitiría revisar mejor las leyes.
Lerdo también hizo cambios en la Guardia Nacional, una fuerza militar. La organizó para que fuera más disciplinada y eficiente en mantener el orden público.
En la administración pública, Lerdo modernizó las finanzas del gobierno y mejoró la forma de recaudar impuestos. También hizo más eficiente el sistema de justicia federal.
Además, reorganizó el sistema electoral para que las elecciones fueran más claras y transparentes.
Relaciones con otros países
La política exterior de Lerdo de Tejada fue una mezcla de pragmatismo (ser práctico) y defensa de la soberanía nacional. Su canciller, Matías Romero, fue clave en esta estrategia.
El principio principal de su diplomacia fue la no intervención. Esto significaba que México no se metería en los asuntos de otros países y no permitiría que otros países se metieran en los asuntos de México.
Una prioridad fue renegociar la deuda externa con países europeos. Las guerras habían dejado a México con muchas deudas. Lerdo logró acuerdos para pagar estas deudas poco a poco, lo que mejoró las relaciones con Europa.
En la región, Lerdo estableció relaciones con Guatemala. En 1875, se firmó un Tratado de Límites que definió la frontera sur de México.
La relación con Estados Unidos fue compleja. Aunque Lerdo desconfiaba de las ambiciones de expansión de Estados Unidos, sabía que era importante tener buenas relaciones. Negoció acuerdos comerciales, pero siempre defendió la soberanía mexicana. Su famosa frase "Entre la debilidad y la fuerza, el desierto" mostraba su idea de mantener cierta distancia de Estados Unidos.
En cuanto a conflictos en el Caribe, como la Guerra de los Diez Años en Cuba, Lerdo mantuvo una estricta neutralidad. No apoyó a los rebeldes cubanos para evitar problemas con España.
Crisis política y el intento de reelección
Hacia 1875, el ambiente político en México se puso tenso. Se acercaba el final del mandato de Lerdo y se hablaba de su posible reelección. La reelección era un tema muy polémico en México desde hacía mucho tiempo.
En septiembre de 1875, Lerdo anunció que se postularía para un nuevo período presidencial. Esto causó mucha controversia. Él argumentó que su primer período había sido temporal y que, por lo tanto, no estaba violando el principio de no reelección de la Constitución.
Sin embargo, muchos vieron esto como una traición al espíritu de no reelección que era importante para los liberales. La decisión de Lerdo de buscar la reelección contradecía lo que él mismo había dicho antes sobre la importancia de que el poder cambiara de manos.
La oposición a Lerdo se organizó rápidamente. Dos figuras importantes fueron José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia, y el general Porfirio Díaz. Díaz se presentó como el defensor del principio de no reelección. La rivalidad entre estos tres líderes liberales dividió al partido y creó una gran crisis política.
La campaña electoral de 1875-1876 fue muy tensa. Lerdo tenía el apoyo del gobierno, pero la oposición era cada vez más fuerte. Los opositores no solo criticaban la reelección, sino también lo que consideraban un gobierno autoritario y con demasiado poder centralizado.
Derrocamiento y el Plan de Tuxtepec
La crisis política llegó a su punto más alto cuando el general Porfirio Díaz, quien había perdido las elecciones, decidió usar la fuerza para impedir la reelección de Lerdo. El 10 de enero de 1876, Díaz proclamó el Plan de Tuxtepec. Este documento llamaba a la rebelión armada contra el gobierno, diciendo que la reelección era inconstitucional.
El Plan de Tuxtepec fue apoyado por muchos que estaban descontentos con el gobierno de Lerdo. El documento acusaba al presidente de violar la Constitución, de concentrar demasiado poder y de traicionar los principios liberales. El plan buscaba restaurar el orden constitucional y el respeto al principio de no reelección.
La rebelión de Díaz se extendió por varias regiones del país. Poco a poco, el movimiento armado ganó fuerza. Las fuerzas leales a Lerdo se vieron superadas.
El momento clave fue la Batalla de Tecoac, el 16 de noviembre de 1876, en Tlaxcala. Las fuerzas del gobierno fueron derrotadas por las tropas de Díaz. Esta derrota selló el destino del gobierno de Lerdo.
Después de la derrota en Tecoac, la posición de Lerdo se hizo insostenible. Muchas guarniciones militares apoyaron el Plan de Tuxtepec. Lerdo, para evitar una guerra civil, decidió renunciar a la presidencia.
El 20 de noviembre de 1876, Sebastián Lerdo de Tejada presentó su renuncia al Congreso de la Unión. Dijo que lo hacía "para evitar mayores desgracias a la Nación". Su renuncia marcó el fin de la República Restaurada y el inicio del Porfiriato, con Porfirio Díaz en el poder.
Exilio y últimos años
Su partida al exilio
Después de renunciar, Lerdo se quedó un tiempo en la Ciudad de México para organizar su salida del país. El 25 de enero de 1877, se fue de México con un pequeño grupo de amigos leales, rumbo a Estados Unidos. Así comenzó un exilio que duraría hasta su muerte, doce años después.
Decidió ir a Estados Unidos porque estaba cerca y así podría seguir informado de lo que pasaba en México. Lerdo pensaba que su exilio sería temporal y que podría regresar cuando las condiciones políticas lo permitieran.
Vida en Nueva York
Lerdo se estableció en Nueva York. Vivió de forma sencilla, pero digna. A diferencia de otros políticos exiliados que habían acumulado riquezas, Lerdo siempre fue honesto con el dinero. Vivía de sus ahorros y de algunos trabajos como periodista.
En Nueva York, Lerdo se mantuvo en contacto con sus amigos liberales en México. Seguía de cerca el gobierno de Díaz. Tenía la esperanza de que la dictadura de Díaz terminaría y que el orden constitucional se restablecería, permitiéndole regresar a su país.
Durante este tiempo, Lerdo escribió mucho. Hizo estudios sobre derecho constitucional mexicano y análisis políticos sobre la situación del país. Estos escritos, muchos de los cuales no se publicaron en vida, son importantes para entender su pensamiento político.
Estancia en La Habana
Hacia 1880, el clima de Nueva York empezó a afectar la salud de Lerdo, que tenía problemas respiratorios. Por consejo médico, se mudó a La Habana, Cuba, donde el clima tropical le ayudaba más. La capital cubana fue su hogar principal durante varios años.
En La Habana, Lerdo encontró a muchos otros políticos latinoamericanos exiliados. Compartió con ellos sus ideas sobre la política del continente. Esto le dio una visión más amplia de los problemas de América Latina.
Durante su estancia en Cuba, Lerdo escribió algunas de sus obras más importantes. Incluyó ensayos sobre el liberalismo mexicano y un análisis crítico de la Constitución de 1857. Estos trabajos muestran cómo su pensamiento político evolucionó, volviéndose más moderado.
Rechazo a invitaciones para regresar
Durante su exilio, Lerdo recibió varias invitaciones para volver a México. Algunos políticos, incluso cercanos al gobierno de Díaz, pensaban que su experiencia y prestigio podrían ayudar a la estabilidad del país. Sin embargo, Lerdo se negó a regresar mientras Porfirio Díaz siguiera en el poder.
Esta postura mostraba su dignidad personal y sus fuertes convicciones políticas. Lerdo creía que aceptar un cargo del gobierno de Díaz sería como aceptar un régimen que él consideraba que había llegado al poder de forma inconstitucional. Su negativa a cualquier acuerdo político lo convirtió en un símbolo de integridad democrática para muchos mexicanos.
Por ejemplo, en 1884, rechazó una invitación para ayudar a crear un nuevo código civil mexicano. Aunque la invitación reconocía su conocimiento de las leyes y le habría permitido regresar con honor, Lerdo la rechazó amablemente. Explicó que no podía contribuir al sistema legal de un país gobernado por alguien a quien consideraba un usurpador.
Muerte y funerales
La salud de Lerdo empeoró mucho a partir de 1888. Sus problemas respiratorios se agravaron. A pesar de las dificultades económicas, recibió atención médica gracias a la ayuda de la comunidad mexicana en el exilio y de algunos amigos estadounidenses.
El 21 de abril de 1889, dos días antes de cumplir 66 años, Sebastián Lerdo de Tejada falleció en su casa de Nueva York. La causa fue una bronquitis aguda con problemas cardíacos. Su muerte no fue muy notada en la prensa estadounidense, pero en México tuvo un gran impacto. Incluso algunos cercanos al gobierno de Díaz reconocieron su importancia histórica.
Los funerales se llevaron a cabo en Nueva York. Asistieron muchos exiliados mexicanos y latinoamericanos, así como algunos intelectuales y políticos estadounidenses. La ceremonia fue civil, como él deseaba, y fue un homenaje a su vida y a su carrera como estadista.
Regreso de sus restos
La muerte de Lerdo en el exilio hizo que en México se pidiera el regreso de sus restos. Sin embargo, las tensiones políticas y la resistencia del gobierno de Díaz retrasaron esto por varios años. Fue hasta 1896, cuando el gobierno de Díaz ya estaba muy consolidado y buscaba legitimarse, que se autorizó oficialmente el regreso de sus restos.
Los restos de Sebastián Lerdo de Tejada fueron llevados solemnemente a México en 1896. El gobierno de Díaz, en un gesto de reconciliación, ordenó que sus restos fueran depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón de Dolores. Este es un lugar de honor para los mexicanos más destacados.
La ceremonia de entierro fue importante tanto para el gobierno como para la gente común. Asistieron representantes de todos los poderes del Estado y también muchos ciudadanos. Los discursos reconocieron sus contribuciones a la nación y su dignidad personal durante el exilio.
¿Qué piensan los historiadores sobre él?
La figura de Sebastián Lerdo de Tejada ha sido vista de diferentes maneras a lo largo del tiempo. Durante los primeros años del Porfiriato, la historia oficial lo presentaba como un político que no había logrado adaptar sus ideas a la realidad del país. Esta interpretación, influenciada por la necesidad del gobierno de Díaz de justificar su llegada al poder, fue la que se enseñó por mucho tiempo.
La Revolución Mexicana y los nuevos estudios históricos permitieron una visión más equilibrada de Lerdo. Historiadores como Daniel Cosío Villegas empezaron a destacar su papel como continuador del proyecto liberal de Juárez. También resaltaron sus importantes contribuciones a la separación del Estado mexicano de la Iglesia. Esta nueva perspectiva reconoció a Lerdo no solo como un político capaz, sino como uno de los principales constructores del México moderno.
Hoy en día, los historiadores analizan las complejidades de la figura de Lerdo, especialmente en relación con su intento de reelección. Algunos, como Enrique Krauze, destacan sus esfuerzos por fortalecer las instituciones y modernizar el país. Otros, como Friedrich Katz, señalan los límites de su proyecto político. Esta variedad de opiniones muestra lo complejo que fue su legado.
En las últimas décadas, la historia mexicana ha valorado más positivamente la contribución de Lerdo al desarrollo de las instituciones del país. Se reconoce su papel en la consolidación del Estado laico, su impulso a la educación pública y su contribución al desarrollo de la infraestructura nacional. Su figura es vista ahora como la de un reformador que llevó hasta el final los principios del liberalismo del siglo XIX.
Para saber más
- República Restaurada
- Leyes de Reforma
- Plan de Tuxtepec
- Benito Juárez
- Porfirio Díaz
- Ferrocarril Mexicano
- Batalla de Tecoac
- Constitución de 1857
Véase también
En inglés: Sebastián Lerdo de Tejada Facts for Kids