Provincia de Logroño para niños
Datos para niños Logroño |
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Provincia desaparecida | ||
![]() Bandera
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![]() Ubicación de la antigua provincia de Logroño sobre la división territorial de España en 1833
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Coordenadas | 42°28′12″N 2°26′44″O / 42.47, -2.4455555555556 | |
Capital | Logroño | |
• País | España | |
• Región | Castilla la Vieja | |
Gentilicio | Logroñés, riojano, lucroniense | |
Fundación | 27 de enero de 1822 | |
Desaparición | 15 de noviembre de 1980 | |
Correspondencia actual | La Rioja | |
Logroño fue el nombre de una antigua provincia de España. En 1980, esta provincia recuperó su nombre tradicional: La Rioja. Hoy en día, se corresponde con la comunidad autónoma de La Rioja, que es una comunidad formada por una sola provincia.
En 1833, la provincia de Logroño fue incluida en la región de Castilla la Vieja. Con la llegada de la democracia en España, esta organización cambió. Las provincias se mantuvieron, pero las regiones se transformaron en las comunidades autónomas que conocemos hoy.
Las provincias españolas, tal como las entendemos ahora, se crearon durante las divisiones territoriales de 1822 y 1833. El objetivo de crear la provincia de Logroño era darle un marco administrativo a una región que ya era conocida como La Rioja. Sus habitantes siempre se llamaron riojanos.
Las primeras menciones escritas de un territorio llamado La Rioja son del siglo XI. Los límites de esta región en el siglo XVIII se conocen gracias a documentos de la época. Por ejemplo, el libro de 1701 Compendio historial de la provincia de la Rioja, del fraile Mateo Anguiano Nieva, muestra unos límites parecidos a los actuales, aunque un poco más grandes.
Se decidió que la mayoría de las provincias llevarían el nombre de su capital. Por eso, a esta provincia se le llamó Logroño, en lugar de La Rioja. Sin embargo, el nombre de La Rioja nunca se perdió. Sus habitantes siguieron llamándose riojanos y al territorio lo llamaban Rioja. Incluso instituciones y periódicos como el diario La Rioja (fundado en 1889) o el Instituto de Estudios Riojanos (creado en 1946) usaban el nombre de La Rioja.
Después de la dictadura en 1975 y la llegada de la democracia a España, muchas personas pidieron que la provincia volviera a llamarse La Rioja. Así, en 1980, se recuperó este nombre, con el apoyo de estudios históricos y de instituciones como la Real Academia de la Historia.
Contenido
Historia de la Provincia de Logroño
¿Cómo se creó la provincia de Logroño?
La creación de esta provincia tiene una historia larga y variada. Desde hace siglos, diferentes autores escribieron sobre la geografía de La Rioja. Las primeras referencias a esta región son del siglo XI.
Algunos libros importantes son el Compendio historial de la provincia de la Rioja de Mateo Anguiano Nieva (1701) y el mapa Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja de Tomás López de Vargas (1769). Este último mapa tenía algunos errores, sobre todo en la zona de La Rioja Baja. También es importante mencionar la fundación de la Real Sociedad Económica de La Rioja a finales del siglo XVIII. Era una sociedad que unía los intereses de personas importantes de la región.
Después de la Guerra de Sucesión Española en 1718, se vio la necesidad de organizar mejor el país. España estaba dividida en muchos reinos y señoríos. Se creó un nuevo sistema administrativo, y La Rioja quedó dividida entre las intendencias de Soria y Burgos. Los riojanos no estaban de acuerdo con esta división y querían que su región estuviera unida.
Por eso, a finales del siglo XVIII, empezaron a surgir quejas pidiendo la "reunificación de La Rioja" y la creación de una provincia propia. Estas peticiones venían de la Real Sociedad Económica de La Rioja, de la Junta General de La Rioja (formada por representantes de los municipios) y de personas importantes como Martín Fernández de Navarrete.
En 1820, la sociedad riojana escribió un documento pidiendo la creación de la provincia. Decía que al estar La Rioja dividida, no podía crecer y prosperar. Querían que los pueblos riojanos recuperaran su independencia y formaran una "pequeña república".
Otras asociaciones también apoyaron estas peticiones. Una de ellas, el Movimiento Municipalista, defendía la Constitución española de 1812. Otra, la Sociedad Patriótica Riojana, apoyaba al rey Fernando VII.
En 1821, Martín Fernández de Navarrete, director de la Real Academia de la Historia, presentó argumentos geográficos, históricos y económicos para la "reunificación territorial de La Rioja". Lo hizo en un escrito llamado Carta de un riojano a un Señor Diputado en Cortes.
En 1813, Antonio Norberto Fernández de Navarrete, hermano de Martín, también escribió un discurso pidiendo la reunificación de La Rioja. Criticó el mapa de Tomás López por no incluir todos los pueblos riojanos. Una frase de su discurso decía: "Un riojano de la provincia de Álava, de la de Soria y de la de Burgos se parecen entre sí por todas sus circunstancias como un huevo a otro huevo. Pero un soriano, un burgalés y un alavés se parecen a un riojano como un escandinavo a un andaluz…."
Otro riojano importante que luchó por la provincia fue Juan Antonio Llorente, un gran conocedor de la historia de La Rioja.

Durante la guerra de la Independencia española, las peticiones de los riojanos tuvieron éxito. En 1809, se formó la Junta de Rioja, un territorio con cierta autonomía que unía a los grupos de guerrilleros de la región. Su capital estaba en Soto en Cameros. Así, los riojanos lograron su deseada reunificación. Sin embargo, la junta se disolvió en 1811.
Los riojanos no se rindieron. En 1812, representantes de 59 municipios riojanos se reunieron en Santa Coloma para pedir a las Cortes de Cádiz la creación de una provincia de La Rioja. Este evento se conoce como la Convención de Santa Coloma. La Constitución española de 1812 ya preveía cambios en la división provincial, y se tuvieron en cuenta las peticiones riojanas. En 1813, se propuso dividir España en 44 provincias, incluyendo una para La Rioja, pero el proyecto se detuvo por la "insatisfacción de algunos activos provincialismos, particularmente el riojano".
En 1820, hubo otra reunión en Logroño para pedir la creación de la provincia. En su manifiesto, decían: "Los Riojanos estén unidos en una sola familia". También se quejaban de los "daños gravísimos" causados por la división de La Rioja entre Soria y Burgos.
El 15 de octubre de 1821, las Cortes españolas decidieron crear una provincia para las comarcas riojanas, que se llamaría "provincia de La Rioja". Pero el rey Fernando VII anuló esta decisión.
Sin embargo, pocos meses después, el 27 de enero de 1822, se decretó una nueva división de España en 52 provincias. Esta incluía una provincia para La Rioja, que se llamó "Provincia de Logroño". Sus límites eran más grandes que los que tendría después. Incluía zonas de la actual Provincia de Burgos, del norte de la Provincia de Soria, casi toda la Rioja Alavesa, parte de la Comarca de Tudela y municipios navarros como Viana. Estos límites coincidían casi con los de la región de La Rioja de entonces.
La provincia recibió el nombre de Logroño porque una ley de 1822 obligaba a la mayoría de las provincias a llevar el nombre de su capital. Esta decisión se tomó para resolver una disputa entre las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel. En un documento de la época, se lee: "En la sesión de cortes celebrada este día se ha declarado a la Rioja por provincia independiente bajo la denominación de provincia de Logroño y por capital a esta ciudad". El 21 de abril de 1822, Manuel Santiago de Calderón y Fontecha fue el primer jefe político de la provincia. La primera diputación provincial se formó el 5 de mayo de ese año.
Esta división provincial no duró mucho. En 1823, el Antiguo Régimen volvió a España, y las reformas se anularon. Pero en 1833, tras la muerte de Fernando VII, se aprobó una nueva división provincial creada por Javier de Burgos. Esta restauró la provincia de Logroño, pero con límites más pequeños que los de 1822. Zonas como la Riojilla Burgalesa, Montenegro de Cameros, las Tierras Altas de Soria, La Rioja Alavesa y parte de Navarra quedaron fuera.
Algunos riojanos que habían luchado por la provincia, como Martín Fernández de Navarrete, Pedro González Vallejo y Manuel García Herreros, tenían cargos políticos en Madrid y trabajaron para que La Rioja volviera a ser provincia.
Los riojanos lograron su objetivo, pero perdieron algunos territorios. Javier de Burgos incluyó parte del territorio riojano en otras provincias. Por eso, no se le dio el nombre de Rioja, sino el de su capital, Logroño. Los riojanos no se conformaron y pidieron recuperar los límites de 1822. Hubo dos intentos fallidos: uno en 1836 y otro en 1841, durante la regencia de Espartero.
En la división de 1833, la provincia de Logroño se incluyó en Castilla La Vieja. A los riojanos no les gustó esta adscripción, y en el siglo XIX surgió un movimiento que buscaba más autonomía para la región.
¿Por qué se llamó Logroño y no La Rioja?
La provincia de Logroño iba a llamarse La Rioja, su nombre verdadero, como pidieron los riojanos. Pero en 1822, al aprobar los nombres de las provincias, la actual Provincia de Zaragoza quiso llamarse Aragón. Esto causó problemas con las actuales provincias de Huesca y Teruel, que también eran aragonesas. Para solucionar esto, se decidió que casi todas las provincias llevarían el nombre de su capital. Así, La Rioja se quedó con el nombre de Logroño.
Sin embargo, el nombre de Rioja nunca se perdió. Sus habitantes se llamaban riojanos, no logroñeses, y al territorio lo llamaban Rioja, aunque no fuera oficial. Incluso periódicos como el La Rioja, el Instituto de Estudios Riojanos o el Ateneo Riojano usaban el nombre de La Rioja. A lo largo de la historia, hubo varias peticiones para que este nombre fuera oficial.
Todas las peticiones anteriores a la Transición española no tuvieron éxito debido a la situación política de la época. Hubo que esperar a la llegada de la democracia para que se pudiera recuperar el nombre tradicional de La Rioja.
Peticiones antes de la Transición española
En 1883, se aprobó la Constitución Republicana Federal del Estado Riojano. En ella, se proponía cambiar el nombre oficial de la provincia de Logroño por La Rioja. Pero, como otras leyes federalistas de la época, nunca se aplicó.
A principios del siglo XX, hubo varias peticiones para cambiar el nombre oficial de la provincia. Estas peticiones también pedían más autogobierno para la región.
En 1929, al final de la dictadura de Primo de Rivera, Diego Ochagavía, secretario de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Logroño, pidió el cambio de nombre. La mayoría de las fuerzas importantes de la región, incluyendo la Diputación y los ayuntamientos, apoyaron esta iniciativa.
En 1931, el diputado Tomás Ortiz de Solórzano y Ortiz de la Puente fundó el partido Acción Riojana en Haro. Otro diputado de este grupo, Ángeles Gil Albarellos, también pidió el nombre de La Rioja para la provincia en el Diario de La Rioja.
En 1967, el abogado Santiago Coello Cuadrado escribió dos artículos en el periódico Nueva Rioja pidiendo el nombre de La Rioja para la provincia, basándose en razones históricas. Decía que la provincia debía tener su nombre legítimo, el de Rioja.
En 1968, el Partido Carlista celebró una reunión en el monasterio de Valvanera, donde se venera a la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja. Allí, los asistentes pidieron el nombre de La Rioja, y Don Javier de Borbón Parma la reconoció como región histórica.
En 1971, José María Lope Toledo, director del periódico Nueva Rioja, escribió un artículo preguntando: "¿Por qué nuestra provincia no se llama LA RIOJA, por su nombre auténtico, como se ha venido llamando secularmente?". Intelectuales e historiadores como Merino Urrutia, Alfredo Gil del Río y Luis Gato apoyaron la recuperación del nombre histórico.
Peticiones durante la Transición española
Con la llegada de la Transición española y la democracia, surgió una nueva oportunidad para que la provincia dejara de llamarse Logroño y volviera a su nombre histórico de La Rioja. Esta petición vino primero de la gente de la provincia. Los políticos se unieron después para apoyar estas demandas.
Empezaron a llegar cartas a los periódicos regionales, Nueva Rioja y Gaceta del Norte, pidiendo recuperar el nombre de La Rioja. En 1976, surgieron dos asociaciones, el Colectivo Riojano y Amigos de La Rioja, que pedían tanto la autonomía como el nombre tradicional.
Mucha gente se preguntaba: "¿Cómo es posible que nuestra provincia no se llame La Rioja si todos la llamamos así?". Jesús Victoriano escribió una carta al director del diario Nueva Rioja explicando que se había borrado el nombre histórico de la región.
En el verano de 1976, el periódico Nueva Rioja hizo una encuesta preguntando: "¿Se debe cambiar el nombre de la provincia. ¿Logroño o Rioja?". También preguntó si los riojanos tenían una personalidad diferente a la de vascos, aragoneses o castellanos. La mayoría de la gente votó por el cambio de nombre y dijo que La Rioja tenía una personalidad única. Solo el alcalde de Logroño se opuso.
Poco a poco, los políticos escucharon las peticiones de la gente. En 1977, el presidente de la diputación, Julio Luis Fernández Sevilla, consultó a las asociaciones y al cronista oficial. Después de un debate, todos los políticos acordaron por unanimidad dos puntos: pedir al gobierno que la provincia se llamara La Rioja, reservando Logroño solo para la capital, y trabajar para conseguir la autonomía. El 22 de julio, se acordó iniciar los trámites para el cambio de nombre.
Para el cambio de nombre, se necesitaban informes de cuatro instituciones: el Instituto de Estudios Riojanos, la Sociedad Geográfica, el Servicio Provincial de Inspección y Asesoramiento de Corporaciones Locales y la Real Academia de la Historia. En 1978, el Servicio Provincial y el Instituto de Estudios Riojanos dieron su aprobación. El Instituto de Estudios Riojanos concluyó que se debía "restituir" el nombre de Provincia de La Rioja.
El 28 de marzo de 1978, el Colectivo Riojano cambió los letreros de entrada de la provincia, sustituyendo Logroño por La Rioja.
En noviembre de 1978, la Real Academia de la Historia también dio su visto bueno al cambio de nombre, basándose en un estudio histórico. El académico Julio Caro Baroja dijo que un nombre tan clásico como el de Rioja tenía "vía libre". El informe de la Sociedad Geográfica no fue concluyente.
Debido a la lentitud del proceso, las asociaciones "Amigos de La Rioja" y el "Colectivo Riojano" se unieron para formar la "Coordinadora Pro-autonomía de La Rioja". Su objetivo era recoger 40.000 firmas para pedir la autonomía y la recuperación del nombre tradicional. Lo lograron. El 8 de octubre de 1978, organizaron el Día de La Rioja en Nájera, donde entregaron las firmas a los políticos.
¿Cuándo se cambió el nombre oficialmente?
En el primer semestre de 1977, comenzaron los trámites para cambiar el nombre de la provincia. Se abrió un expediente que incluía el informe del Instituto de Estudios Riojanos, que justificaba el cambio históricamente. El 22 de julio de 1977, la documentación se envió al Gobierno Civil para que siguiera su curso legal hacia el Ministerio del Interior. El cambio de nombre se volvió muy importante en las peticiones de autonomía.
El Gobierno Civil pidió un informe a la Real Academia de la Historia, que aprobó el cambio de nombre por razones históricas. El Servicio Provincial de Inspección y Asesoramiento de Corporaciones Locales también lo hizo.
El proceso para el cambio de nombre fue lento, lo que provocó quejas.
Finalmente, el 12 de septiembre de 1980, el Congreso de los Diputados aprobó la ley para que la provincia de Logroño pasara a llamarse Provincia de La Rioja. El 15 de noviembre de 1980, se publicó la Ley 57/1980 sobre el cambio de nombre.
De esta manera, la provincia recuperó su nombre histórico, el de La Rioja, que se había usado desde la Edad Media.
Galería de imágenes
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Martín Fernández de Navarrete (1765-1844). Fue un gran defensor de la creación de la provincia de La Rioja.