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Literatura española de la Ilustración para niños

Enciclopedia para niños

El siglo XVIII fue una época de grandes cambios en el pensamiento y la forma de ver el mundo. A este periodo se le conoce como la Ilustración o el "Siglo de las Luces". La idea principal era usar la razón y la experiencia para entender todo, dejando atrás las viejas formas de pensar. La filosofía y la ciencia se volvieron muy importantes. El objetivo era buscar la felicidad de las personas a través del conocimiento y el progreso.

Las nuevas ideas de la Ilustración influyeron en el arte y la literatura, dando lugar al Neoclasicismo. En la literatura, se buscaba expresar las emociones de forma equilibrada y seguir las reglas de los autores clásicos de la antigua Grecia y Roma. Se valoraba mucho la armonía y el orden. Hacia finales de siglo, surgió el Prerromanticismo, que empezó a dar más importancia a los sentimientos, preparando el camino para el Romanticismo.

¿Qué pasaba en España en el Siglo XVIII?

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Batalla de Denain

El siglo XVIII en España comenzó con la guerra de Sucesión española (1701-1714). Varios países europeos no querían que el nieto del rey francés Luis XIV, Felipe de Anjou, fuera rey de España. Por eso, apoyaron a otro candidato, el archiduque Carlos de Austria. Al final, con el Tratado de Utrecht, Felipe V fue reconocido como rey de España (1700-1746), pero España perdió algunos territorios en Europa, además de Menorca y Gibraltar.

Felipe V impulsó una política para que el gobierno fuera más centralizado y reorganizó las finanzas del país. Después de él, reinó Fernando VI (1746-1759), quien mejoró las carreteras, impulsó la construcción de barcos y apoyó el desarrollo de las ciencias.

Luego llegó al trono Carlos III, un rey que seguía las ideas de la Ilustración. Con la ayuda de ministros importantes, modernizó el país, fomentó la educación, el comercio y las obras públicas.

Durante el reinado de Carlos IV, estalló la Revolución francesa (1789). Más tarde, los franceses invadieron España en 1808, y Carlos IV abdicó a favor de su hijo Fernando VII.

La Ilustración en Europa

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Portada de L'encyclopedie (1751)

A finales del siglo XVII, el sistema del Antiguo Régimen (donde la nobleza y la Iglesia tenían mucho poder y el rey era absoluto) empezó a tener problemas en Europa. En el siglo XVIII, se empezó a cuestionar este orden. La razón se convirtió en la forma principal de adquirir conocimiento, y se valoró mucho la experimentación y el pensamiento propio, en lugar de aceptar las ideas solo porque venían de una autoridad.

El conocimiento ya no se compartía solo en las reuniones de la corte, sino también en los salones de la burguesía, los cafés y las instituciones culturales. La gente sentía la necesidad de viajar para aprender, conocer otros idiomas y mejorar la vida de los ciudadanos. También había un deseo de mayor claridad y equilibrio en el arte, cansados de los adornos excesivos del Barroco.

Los ilustrados eran personas que se preocupaban por los demás y proponían cambios para mejorar la cultura y la sociedad. Defendían la tolerancia y la libertad de pensamiento. En contra de las monarquías absolutas, Montesquieu propuso la separación de los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), una idea clave para el constitucionalismo moderno. Todas estas ideas inspiraron el lema de la Revolución francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Las ideas ilustradas nacieron en Inglaterra, pero alcanzaron su mayor desarrollo en Francia. Allí se recopilaron en la Encyclopédie (Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios, 1751-1772), editada por Jean Le Rond d'Alembert y Denis Diderot. Esta obra reunió todo el saber de la época, organizado alfabéticamente, para que fuera accesible a todos.

La Ilustración en España

¿Cómo llegaron las nuevas ideas a España?

Debido a la Inquisición, el desarrollo científico en España fue más lento que en el resto de Europa. Sin embargo, algunos intelectuales, llamados "novatores" en el siglo XVII, siguieron investigando en campos como la astronomía, las matemáticas y la botánica. Difundieron las teorías de científicos como Galileo Galilei y Isaac Newton. En el siglo XVIII, otros científicos continuaron su legado.

Después de la guerra de Sucesión, los Borbones encontraron una España con muchos desafíos. Felipe V fortaleció el poder del rey y centralizó el país. La Iglesia mantuvo su influencia, aunque algunas órdenes religiosas, como la Compañía de Jesús, fueron expulsadas en 1767. Los reyes fueron reduciendo algunos privilegios de la nobleza y adoptaron una postura que limitaba el poder de la Iglesia para poder hacer reformas. Al final del siglo, la vida de los españoles había mejorado, y la población había crecido.

Las ideas ilustradas llegaron a España de varias maneras:

  • Algunos pensadores españoles como Gregorio Mayans, Martín Sarmiento y Benito Jerónimo Feijoo difundieron estas ideas.
  • Las ideas de los enciclopedistas franceses (Rousseau, Voltaire, Montesquieu) se propagaron, a pesar de la censura y la vigilancia de la Inquisición.
  • Se tradujeron muchos libros franceses y se contrataron profesores extranjeros.
  • Los intelectuales españoles viajaban a Europa para estudiar y conocer otras culturas.
  • Surgieron periódicos y publicaciones que difundían las ideas ilustradas.
  • Se crearon instituciones culturales y "Sociedades económicas de amigos del país". Estas sociedades buscaban el progreso social y económico de España. La primera se fundó en el País Vasco en 1765.
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Portada de la primera edición de Fundación y estatutos de la Real Academia Española (1715).

Entre las instituciones importantes de esta época, destaca la Real Academia Española, fundada en 1713 para cuidar la lengua castellana. Su lema era Limpia, fija y da esplendor. Su primer gran trabajo fue el Diccionario de Autoridades (1726-1739), que explicaba el significado y el origen de las palabras. Otras instituciones fueron la Biblioteca Nacional (1712), la Real Academia de la Historia (1738) y el Museo del Prado (1819).

La Ilustración en España tuvo su mayor auge durante el reinado de Carlos III. Su influencia disminuyó con la Revolución francesa (1789) y la invasión napoleónica en 1808. Los reformadores, aunque apoyados por la Corona, no fueron bien vistos por los grupos privilegiados y algunos fueron perseguidos.

El castellano en el Siglo XVIII

En este siglo, los escritores buscaban un lenguaje más claro y natural, luchando contra el estilo complicado del Barroco tardío.

El latín se usaba en las universidades, pero poco a poco fue reemplazado por el castellano. Los ilustrados querían que el castellano volviera a tener el esplendor del Siglo de Oro como lengua literaria. Para ello, era necesario desarrollar formas de expresión adecuadas para las ciencias experimentales. En 1813, se ordenó el uso exclusivo del castellano en la universidad.

Muchos ilustrados defendieron la enseñanza de otros idiomas (francés, inglés, italiano) y la traducción de obras importantes al castellano para modernizar España. Esto generó dos posturas: el casticismo, que defendía un lenguaje puro, sin palabras ni giros extraños; y el purismo, que se oponía totalmente a la entrada de palabras nuevas, especialmente las extranjeras.

Etapas de la literatura del Siglo XVIII

La literatura española del siglo XVIII se divide en tres etapas:

  • Antibarroquismo (hasta 1750): Se luchó contra el estilo complicado de los últimos autores barrocos.
  • Neoclasicismo (hasta finales del s. XVIII): Se basó en el estilo clásico de la antigua Roma y Grecia. Los escritores imitaban a autores como Virgilio y Horacio. Esta etapa fue muy importante desde el reinado de Fernando VI.
  • Prerromanticismo (finales del XVIII y principios del XIX): Influenciado por pensadores como Jean-Jacques Rousseau, surgió un nuevo sentimiento que valoraba la expresión de las emociones personales, como el amor. Esta corriente marcó el final del Neoclasicismo y el inicio del Romanticismo.

Prosa del Siglo XVIII

La narrativa (novelas) fue escasa en España en este periodo. Sin embargo, el ensayo fue el género más importante. Esta prosa era educativa y buscaba solucionar los problemas de la época, proponiendo reformas y usando a menudo la forma de cartas. También se desarrollaron la historiografía y las ciencias.

Los periódicos tuvieron una gran influencia. Publicaciones literarias, científicas o de curiosidades, como el Diario de los Literatos de España, ayudaron a difundir las ideas de la Ilustración en España.

Fray Benito Jerónimo Feijoo

El monje benedictino Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764) tenía una forma de pensar muy moderna. Sus obras fueron muy populares y generaron debates. El rey Fernando VI tuvo que defenderlo y prohibir los ataques contra él.

Feijoo escribió muchos ensayos que reunió en Teatro crítico universal (ocho tomos) y Cartas eruditas y curiosas (cinco tomos). Quería que España saliera de su atraso, por eso sus obras eran didácticas y buscaban que las nuevas ideas científicas y racionales llegaran a las personas cultas. Fue muy crítico con las supersticiones.

Feijoo ayudó a que el castellano se consolidara como lengua culta, defendiendo su uso frente al latín. También aceptó la introducción de nuevas palabras si eran necesarias. Sus escritos abarcan temas muy diversos como la economía, la política, la astronomía y la historia. Su estilo era sencillo, natural y claro. Muchos críticos dicen que con Feijoo la prosa española se modernizó.

Gaspar Melchor de Jovellanos

Archivo:Francisco de Goya y Lucientes - Gaspar Melchor de Jovellanos
Jovellanos retratado por Goya, 1798. Museo del Prado.

Jovellanos (1744-1811) es considerado el ensayista español más importante del siglo XVIII. Estudió leyes y tuvo una importante carrera política. Fue ministro y consejero de Estado. En 1808, formó parte de la Junta Central que se enfrentó al ejército francés.

Al principio, Jovellanos escribió poesía lírica, pero pronto la consideró un juego de juventud. También escribió el drama El delincuente honrado, que seguía las ideas neoclásicas de reforma.

Uno de sus escritos más conocidos fue el Informe en el expediente de la Ley Agraria (1795), donde defendía ideas de liberalismo económico. La claridad, la brevedad y la sencillez son las características de la obra de Jovellanos.

José Cadalso

Archivo:Josecadalso
José Cadalso

José de Cadalso (1741-1782) fue otro gran prosista del siglo XVIII. Viajó mucho por Europa y tenía una gran cultura. Fue militar y alcanzó el grado de coronel. Tras la muerte de su amada, la actriz María Ignacia Ibáñez, sufrió una gran tristeza que le llevó a ser desterrado. Murió en Gibraltar durante un asedio.

Como poeta, escribió Ocios de mi juventud. En teatro, solo una de sus tragedias tuvo éxito: Don Sancho García, conde de Castilla. Su obra en prosa es más extensa. En Noches lúgubres, narra el deseo de un personaje por recuperar el cuerpo de su amada de la tumba. En Los eruditos a la violeta, se burla de quienes fingen saber mucho sin estudiar.

Sin embargo, su obra más importante son las Cartas marruecas (1789), publicadas después de su muerte. En este libro, el autor presenta noventa cartas entre Gazel, un moro que visita España, su amigo marroquí Ben-Beley, y Nuño Núñez, un amigo cristiano. A través de estas cartas, comentan la historia de España, la vida actual y las costumbres del país.

Lírica del Siglo XVIII

En 1737, Ignacio Luzán publicó su Poética, que recogía las ideas del Neoclasicismo. Este estilo se impuso en España, buscando que el arte fuera útil y sirviera a la humanidad, además de dar placer estético. Se valoraba el "buen gusto" y la moderación, y se evitaban los sentimientos y pasiones exageradas. La poesía neoclásica trataba temas históricos, de costumbres y satíricos.

En la variante llamada Rococó, más adornada, predominaban los temas pastoriles que hablaban del placer y el amor. Las formas poéticas más comunes eran las odas, epístolas y elegías.

Algunos poetas importantes fueron Juan Meléndez Valdés, el principal representante del Rococó, Nicolás Fernández de Moratín y los fabulistas Tomás de Iriarte y Félix María Samaniego.

La literatura neoclásica se desarrolló principalmente en tres ciudades: Salamanca, Sevilla y Madrid. Así, se agrupa a los escritores en "escuelas" o "grupos poéticos": la escuela salmantina (con Cadalso, Meléndez Valdés, Jovellanos y Forner), la escuela sevillana (con Manuel María Arjona, José Marchena, José María Blanco White y Alberto Lista) y el grupo madrileño (con Vicente García de la Huerta, Ramón de la Cruz, Iriarte, Samaniego y los Fernández de Moratín).

Escuela salmantina

Juan Meléndez Valdés

Archivo:Juan Meléndez Valdés por Francisco de Goya
Juan Meléndez Valdés

Meléndez Valdés (1754-1814) es considerado uno de los mejores poetas del siglo XVIII. Fue profesor en Salamanca y amigo de Cadalso y Jovellanos. Trabajó como jurista. Durante la guerra de la Independencia, fue un "afrancesado" (partidario de los franceses) y tuvo que exiliarse.

Su poesía tuvo dos etapas:

  • Al principio, en su juventud, le atrajo la poesía rococó y la influencia de José Cadalso. Escribió poemas sobre el amor.
  • Después de la muerte de Cadalso y siguiendo los consejos de Jovellanos, su poesía se volvió más filosófica y reflexiva. Se preocupó por las desigualdades sociales y defendió reformas para mejorar la vida de la gente.

Su estilo, al principio, era un poco artificial, pero luego se volvió muy cuidado y preciso.

El grupo madrileño

En la Corte y entre la burguesía de Madrid, las ideas reformistas del siglo XVIII se extendieron rápidamente. Además de las Academias, hubo otras iniciativas que influyeron en la literatura, como la Fonda de San Sebastián, fundada por Nicolás Fernández de Moratín y su hijo Leandro, junto con Cadalso y Jovellanos.

Los fabulistas: Iriarte y Samaniego

Estos dos escritores formaron parte del grupo madrileño. Escribieron fábulas (historias cortas con animales que enseñan una lección) para corregir defectos y mostrar valores racionales.

  • Tomás de Iriarte: (1750-1791). Fue un asiduo de la Fonda de San Sebastián. Escribió comedias de crítica social y setenta y seis Fábulas literarias, donde usaba historias de animales para defender las ideas neoclásicas.
  • Félix María Samaniego: (1745-1801). Estudió en Francia y adoptó las ideas de la Ilustración. Su obra más importante fue Fábulas morales (1781-1784), que escribió para estudiantes, siguiendo el modelo de Esopo y Fedro.

La escuela sevillana

Sevilla también tenía una gran tradición poética. En 1751 se fundó la Academia de las Buenas Letras, que impulsó la actividad literaria.

Los poetas de la escuela sevillana, influenciados por José Cadalso y Meléndez, escribieron poemas más adornados y coloridos que los de la escuela salmantina. Destacaron poetas como Manuel María Arjona, José Marchena, José María Blanco White y Alberto Lista. Algunos de ellos escribieron poemas patrióticos y tuvieron que exiliarse.

Teatro del Siglo XVIII

En el teatro, los principales autores fueron los del grupo madrileño. Siguieron las reglas clásicas y crearon un teatro que buscaba servir a los intereses políticos y morales de la época.

Hubo tres tendencias principales:

  • Tradicional: Al principio del siglo, el teatro estaba en decadencia. Se seguían haciendo obras de enredos, magia o milagros. Los ilustrados criticaron esto y pidieron obras que enseñaran buenos ejemplos y respetaran las reglas clásicas.
  • Neoclásica: Para acabar con la decadencia, se intentó recuperar obras del Siglo de Oro que siguieran las reglas, y se apoyó la traducción de obras extranjeras. También se animó a los escritores neoclásicos a crear nuevas tragedias basadas en la razón.
  • Popular: Los sainetes (obras cortas y divertidas sobre la vida cotidiana) tuvieron mucho éxito. El autor más importante de sainetes fue Ramón de la Cruz.

El teatro neoclásico adoptó las modas de Francia. Se impuso la razón y la armonía. Se siguió la "regla de las tres unidades" (una sola acción, un solo lugar y un tiempo coherente). Se separó lo cómico de lo trágico y se buscó una finalidad educativa y moral.

Aunque menos racionalista, la tragedia trató temas históricos, como Raquel, de Vicente García de la Huerta. Pero el teatro más representativo fue el de Leandro Fernández de Moratín, creador de la "comedia moratiniana". Moratín se burlaba de los vicios y costumbres de su época, buscando que el teatro sirviera para mejorar la sociedad.

Leandro Fernández de Moratín

Archivo:Francisco de Goya - Retrato de Leandro Fernández Moratín - Google Art Project
Leandro Fernández de Moratín en 1799, por Goya.

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) es el autor de teatro más importante del siglo XVIII. Su padre, Nicolás, le orientó hacia el Neoclasicismo. Viajó por Inglaterra, Francia e Italia. Fue protegido de Jovellanos y Godoy. Fue un "afrancesado" y tuvo que exiliarse a Francia tras la derrota de los franceses.

Obra

Como poeta, escribió poemas satíricos. La crítica actual lo considera el lírico más destacado del siglo XVIII.

Como autor de teatro, escribió solo cinco comedias que le dieron mucha fama. En El viejo y la niña y El sí de las niñas (1805), defendió el derecho de la mujer a elegir a su pareja, en contra de los matrimonios impuestos. En La mojigata criticó la hipocresía. Otras comedias son El barón y La comedia nueva o El café (1792), que se burlaba de los autores que no seguían las reglas clásicas.

Ramón de la Cruz

El autor de sainetes Ramón de la Cruz (1731-1794) fue muy aplaudido por el público, aunque criticado por los neoclásicos. Al principio, escribió tragedias neoclásicas, pero sus necesidades económicas le llevaron a escribir géneros más populares. Empezó a escribir zarzuelas y, sobre todo, sainetes. Escribió más de cuatrocientos sainetes, que son obras cortas y divertidas.

Los personajes de sus sainetes eran gente común de Madrid (manolas, majos, albañiles, castañeras). La acción solía desarrollarse en lugares conocidos de Madrid, como La pradera de San Isidro o El Rastro por la mañana. El sainete más famoso es Manolo, una sátira del teatro que escribían sus enemigos neoclásicos. Ramón de la Cruz decía: "yo escribo y la verdad me dicta", encontrando inspiración en la vida del pueblo.

Prerromanticismo

Algunas obras de la Escuela salmantina ya mostraban el inicio del Romanticismo. Por ejemplo, en Las noches lúgubres de José Cadalso aparecen temas como la tristeza profunda, ambientes oscuros y una gran pasión amorosa.

Otros autores importantes de esta transición fueron Nicasio Álvarez de Cienfuegos, Manuel José Quintana y Juan Nicasio Gallego.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Spanish Enlightenment literature Facts for Kids

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